tema 10: los residuos. residuos sólidos urbanos y política de residuos

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TEMA 10: LOS RESIDUOS. RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS Y
POLÍTICA DE RESIDUOS
Introducción
1. Los residuos, su generación y tipología
2. Residuos gaseosos y líquidos
2.1. La contaminación atmosférica
2.2. Vertidos líquidos
3. Los residuos sólidos industriales y agrícolas
3.1. Residuos industriales
3.2. Residuos agrícolas y ganaderos
4. Residuos sólidos urbanos (RSU)
4.1. Respuesta política ante los RSU
4.1.1. Ley de envases y residuos de envases
4.1.2. Los RSU y la iniciativa privada
4.1.3. Problemática de la recogida selectiva
4.2. Objetivos para una gestión sostenible de los residuos sólidos urbanos
4.2.1. Prevención o reducción
4.2.2. Reutilización
4.2.3. Reciclaje
4.2.4. Destino o disposición final de los RSU no aprovechables
BIBLIOGRAFÍA:
•
•
•
•
•
BRAVO, CARLOS; DEL VAL, ALFONSO y DE URALDE, JUAN LÓPEZ
(1995): “La insostenible situación de los residuos en España”, en La situación del mundo 1995 Informe del Worldwatch Institute. Ed. EMECE.
DEL VAL, ALFONSO (1996): “Tratamiento de los residuos sólidos urbanos”, en Jornades sobre residuos sòlids, CCOO.
ECOSISTEMAS nº 19 (1997): Especial envases.
OTERO DEL PERAL (1992): Residuos sólidos urbanos. MOPT.
Normativa sobre envases, residuos y Ley 16/2002, de 1 de julio (IPPC)
1
Introducción
Cuando se habla de residuos nos estamos situando en un contexto donde interviene el ser humano, puesto que la naturaleza por si misma no genera residuos. En el
ecosistema, todo elemento desechado por un ser vivo es susceptible de ser utilizado, y
de hecho se utiliza, incorporándolo a los ciclos de la materia y al flujo de energía, por
otro de un nicho ecológico distinto. Es la aparición de las sociedades humanas con una
sobreexplotación de recursos naturales, la que genera tal cantidad de desperdicios que
supera la capacidad de asimilación de los mismos por los ciclos naturales produciendo
la contaminación.
1. Los residuos, su generación y tipología
Cualquier actividad antrópica genera residuos. Estos, desde el punto de vista
ecológico, se producen cuando el medio natural es incapaz de asimilar un determinado
desecho, bien por la cantidad del mismo que se ha producido, bien por su composición,
o bien por ambas a la vez.
La generación de residuos ha venido ligada a la concentración espacial de la actividad económica humana -producción y/o consumo- que requiere unas necesidades de
recursos superiores a las posibilidades de su entorno para satisfacerlas, de tal manera
que el desplazamiento de recursos hacia dichas concentraciones y su uso posterior van a
generar desechos en tal cantidad que el medio circundante no será capaz de asimilar.
Esto ocurrió en primer lugar con la aparición de las ciudades1, pero la explosión
de los residuos ha tenido lugar a partir de la revolución industrial, cuando la producción
y el consumo empiezan a crecer de forma exponencial.
El modelo de sociedad capitalista en el que estamos insertos, asocia calidad de
vida con volumen de consumo, en estas circunstancias las empresas incentivarán este al
máximo posible, inventando o generando nuevas necesidades sin límite, que lleven a la
psicosis de adquisición obsesiva, aunque muchas veces tan solo sea el mero acto de la
compra el que genere alguna satisfacción. En esta inercia se investiga no para hacer el
producto duradero sino para que tenga que ser sustituido en breve plazo de tiempo, bien
porque su vida sea limitada (es mas barato sustituir que reparar) o bien por obsolescencia ante la aparición de sustitutos mas atractivos. Si a esto se le añade la cada vez mayor
importancia del envase, al que se le asigna, en buena aparte, el papel de atracción hacia
el producto. Tendremos una tendencia explosiva en la producción de residuos, cada vez
mas sofisticados y difíciles de absorber por el medio natural.
En los países desarrollados la producción de residuos supera a la de productos
utilizables, convirtiéndose en un factor limitante del desarrollo económico2. En la actua1
El caso mas clamoroso de la antigüedad fue Roma, centro del imperio romano y polo de absorción de
recursos procedentes de un amplio espacio geográfico que abarcaba todas las tierras circundantes con el
Mediterráneo. En esta ciudad existe un monte llamado Monte Testaccio, que tiene más de 700 metros de
perímetro y casi 50 de altura, formado por los restos de millones de ánforas que conteniendo aceite llegaban de la península ibérica, estas eran lo mas parecido a los actuales envases sin retorno, las capas de
ánforas eran recubiertas de cal viva para evitar los olores procedentes de la descomposición de los restos
orgánicos (ejemplo de gestión de desechos).
2
Según estudios realizados el coste comprobado de los daños causados por los residuos tanto en Europa
como en Estados Unidos se sitúa entre el 1% y el 3% del PNB nacional.
2
lidad se está demostrando que los límites del crecimiento se establecen más por la incapacidad de la biosfera para absorber el impacto de los residuos que por la escasez de
recursos naturales. A la enorme cantidad de residuos generados hay que añadir su peligrosidad y el elevado tiempo de permanencia en el medio de los mismos. Las consecuencias ecológicas de los residuos no se limitan al agotamiento o disminución de los
recursos naturales, sino que producen alteraciones en el propio funcionamiento de la
biosfera.
La OCDE nos dice que residuos son los productos de desecho sólidos, líquidos y
gaseosos, generados en actividades de producción y consumo, que ya no poseen valor
económico por la falta de tecnología adecuada que permita su aprovechamiento o por
la inexistencia de un mercado para los posibles productos a recuperar.
Cabría añadir a lo anterior que por residuos se tienen que considerar tanto los
materiales: sólidos, líquidos o gaseosos; como los exclusivamente energéticos: vibraciones, radiaciones, ondas electromagnéticas, etc. que se expulsan al entorno. Desde el
punto de vista ecológico, entendemos por residuo, cualquier materia o forma de energía
descargada al medio ambiente y susceptible de producir contaminación.
En síntesis, las causas de la generación de residuos hay que buscarlas en:
• El aumento demográfico de la población humana, agravado por su concentración en ciudades.
• El crecimiento de la producción industrial.
• El modelo de consumo desaforado de las sociedades modernas.
• La gestión económica donde prima la extracción, fabricación y consumo
unidireccional, frente a la reutilización y reciclado de materiales (sistema cíclico).
A partir del esquema siguiente podemos observar que entre el sistema económico y el sistema natural existen dos vías de interactuación: por un lado, el flujo de recursos, pero por otro, tenemos el flujo de residuos en dirección contraria, generados tanto
desde la producción como por el consumo. En el esquema el recuadro S concentra los
residuos, estos influyen en la capacidad del ecosistema para generar los otros servicios
medioambientales, servicios recreativos (A) y proveedor de insumos productivos (R).
Relaciones entre las áreas de la economía y el medio ambiente
Trabajo
Producción
Consumo
Bienes y servicios
Flujo
de
residuos
Economía
Flujo
de
recursos
Medio natural
Servicios
recreativos
A
R
S
Fig. de Azqueta, D. (1994): Análisis económico y gestión de recursos naturales.
3
Flujo
de
residuos
Dependiendo de su estado físico, los residuos pueden ser sólidos, líquidos y gaseosos, contaminando normalmente el suelo, el agua y la atmósfera respectivamente.
Según su actividad, los residuos se pueden clasificar en:
•
•
Residuos inertes. Que no tienen actividad físico-química o biológica.
Residuos activos. Que pueden contaminar química o biológicamente el medio donde se depositan, o bien reaccionar entre sí o con los componentes naturales de ese medio.
• Residuos radioactivos. Que generan una actividad física originada por radiaciones ionizantes.
Atendiendo al sector productivo que los origina:
•
Primario. Genera residuos bien de las actividades agropecuaria y forestal o
bien de las actividades extractivas mineras.
• Secundario. Los residuos pueden ser: los restos inertes de algunos procesos
industriales o de la construcción; los tóxicos y peligrosos de la mayoría de
las actividades industriales; y los radiactivos, de instalaciones radiactivas o
centrales nucleares.
• Terciario. Tenemos: los residuos sólidos urbanos (RSU) procedentes del
consumo domestico, actividades comerciales, etc.; y los sanitarios procedentes de la actividad hospitalaria o de investigación biológica.
En España se estima que la producción total de residuos es de unos 600 millones
de toneladas al año, la mayor parte de ellos CO2 y residuos orgánicos fermentables.
Distribución de residuos en España
Agrícolas
14%
Mineros y de
cantería
28%
Ganaderos
36%
RSU y asimilados
17%
4
Residuos
industriales
5%
Tabla 1. Estimación de los residuos anuales generados en España(*)
Naturaleza
Millones de Tm
Residuos sólidos
276
Basuras domesticas y similares
15
Lodos depuradoras de agua
10
Escombros derribo y tierras de exca- 22
vación
Total urbanos
47
Industriales inertes
11
Industriales peligrosos
4
(1)
Radiactivos baja y media actividad
17.177m3
Radiactivos alta actividad(1)
1.307m3
Mineros
70
Agropecuarios
127
Forestales
17
Residuos gaseosos (y emitidos a la atmósfera)
286
(2)
Dióxido de carbono (CO2)
276
Monóxido de carbono (CO)
4
Óxidos de azufre (SOx)
3
Óxidos de Nitrógeno (NOx)
1
Compuestos orgánicos volátiles (COV)(3)
2
Partículas
1
Plomo (estimación sobre datos de 19 ciudades)
CFC(4)
Otros residuos
Otros gaseosos (atmósfera) y líquidos
Energéticos (luz, calor, vibraciones)
Radiactivos (radiaciones ionizantes
Total conocido (excluidos los radiactivos)
0,003
0.018
Sin determinar
Año
1994
1980
1987
1987
1985
198083
198890
1990
562
Cuadro extraído de: La situación en el mundo 1995.
Fuentes: ENADIMSA, MOPTMA, Ministerio de Economía y Hacienda, ENRESA, OCDE.
(*) Sin contar los residuos líquidos.
(1) Almacenados en España hasta finales de 1993.
(2) Cantidad neta (descontando el CO2 reciclado por la cubierta vegetal) que corresponde a datos parciales de los años 1992 para CO2 proveniente del uso de energía (249.106 Tm): 1990 de la industria
(26.106 Tm) y 1985 del resto.
(3) Incluido el metano procedente de las actividades humanas.
(4) Los más importantes por contribuir decisivamente a la destrucción de la capa de ozono (junto con los
halones).
2. Residuos gaseosos y líquidos
Al contrario de lo que se pensaba en el siglo XIX y hasta bien entrado el XX ni
el aire ni el agua son recursos ilimitados que puedan ser utilizados o contaminados sin
provocar repercusiones negativas, que es como consideraba la ciencia y la práctica económica a estos recursos naturales.
5
2.1. La contaminación atmosférica
Aunque es en la Revolución Industrial cuando se empieza a generalizar la contaminación del aire debido al fuerte incremento de las emisiones propiciadas por el uso
masivo de los combustibles fósiles, empezando por el carbón, hay constancia de casos
de contaminación atmosférica anteriores3. Hoy día, a la fuerte contaminación atmosférica por gases y partículas hay que añadir la contaminación sonora.
En general se dice que hay contaminación atmosférica cuando las emisiones de
residuos materiales o distintas formas de energía al aire, provocan un riesgo de daño, o
daño o molestia a las personas o al ecosistema.
La mayor parte de la contaminación atmosférica actual procede de la utilización
de los combustibles fósiles, culpables de la emisión de 20 millones de toneladas de partículas sólidas al año.
Las principales fuentes de contaminación atmosférica son:
•
Los hogares, donde el uso de energía bien en forma de electricidad o bien
mediante combustión in situ, provoca una fuerte emisión de CO2 y partículas.
Solo las calefacciones domésticas emiten entre el 20 y el 30 % de los contaminantes atmosféricos. Si la energía se extrae de la combustión del carbón la
contaminación es muy superior, pues se emiten grandes cantidades de: CO ,
CO2 , SO2 , óxidos de nitrógeno, metales pesados y partículas.
•
El transporte, el automóvil y el avión son la principal causa de la contaminación atmosférica, máxime si se tiene en cuenta su concentración en gran número en las ciudades. El automóvil emite alrededor del 70 % de todo el monóxido de carbono presente en la atmósfera, del 25 al 50 % de los óxidos de
nitrógeno, etc. .
Tabla 2. Contaminantes emitidos por vehículos automóviles
Contaminantes Motor de gasolina (g)
Motor diesel (g)
CO
360
7
NOx
15
20
Hidrocarburos
30
40
Partículas
1
14
•
La industria también es una gran contaminante atmosférica. Es en la producción de electricidad donde se produce una contaminación mas elevada. En
España todas las centrales térmicas instaladas expulsan el 73 % del total de
dióxido de azufre existente en la atmósfera, el 68,5 % de los óxidos de nitrógeno y el 31 % de todas las partículas. En el resto de industrias también se
producen emisiones gaseosas y de partículas dependiendo del tipo de actividad y del combustible utilizado.
3
En Londres en 1.306 ya tenían problemas de contaminación por el uso de carbón, lo que provocó la
prohibición de su uso; en España en Talavera de la Reina se establecieron medidas para evitar las molestias que provocaba el humo de los hornos de cerámica.
6
Tabla 3. Contaminación por sectores
de actividad en España
Contaminantes (%)
Sectores de
actividad
SO2
NOx Partículas
Energética
73
68,5
31,7
Cementera
3,2
3,7
27,7
Siderurgia
6,4
2,6
24,3
Química
7
18
6
Alimentaria
3
3
3
Dentro del conjunto de contaminantes atmosféricos emitidos por la actividad
humana a la atmósfera a destacar, por un lado, los mas peligrosos que son las dioxinas y
los furanos, compuestos aromáticos clorados que provocan cáncer, y que se generan por
incineración de sustancias cloradas; y por otro, los que provocan el efecto invernadero y
la destrucción de la capa de ozono: el CO2 que aunque no es tóxico y es un componente
natural de la atmósfera, el aumento de su concentración, junto con las emisiones de propano, etc., incrementan el efecto invernadero.; y los halogenados que contienen cloro y
flúor entre sus componentes que son capaces al llegar a la estratosfera y destruir las moléculas de ozono que protegen a la superficie terrestre de los rayos ultravioleta del sol.
En España, como podemos observar en la tabla 1, las emisiones a la atmósfera
llegan a las 286 millones de toneladas anuales4 netas, después de descontar el CO2 reciclado por la vegetación. Esto supone la pérdida neta por dispersión de más de 75 millones de Tm de carbono, la mayor parte procedente de los combustibles fósiles.
Respecto al ruido, según el MOPTMA: “mas del 50% de las viviendas españolas
se encontrarían en zonas con niveles de ruido superiores a los admisibles (65 dB durante
el día y 55 dB en la noche a 0,5 m de la fachada) y más de un 80% soportarían niveles
por encima de los considerados como objetivo en las legislaciones más exigentes”. La
principal fuente emisora de ruido es el tráfico rodado. Tan solo Japón y la República
Eslovaca superan a España en este aspecto. No hay ninguna política a nivel estatal para
luchar contra este tipo de contaminación.
En cuanto a la política adoptada en España, respecto a la contaminación atmosférica, decir que se ha centrado mas en la medición de la misma, a través del desarrollo
de sofisticadas redes de medición en algunas ciudades (cuyos resultados no se ponen a
disposición pública), que a evitarla.
2.2. Vertidos líquidos
Los vertidos líquidos pueden proceder de un foco emisor determinado que afecta
a una zona concreta, como ocurre con las aguas residuales industriales o domésticas, en
este caso nos encontramos con la llamada contaminación puntual. O bien, no tener un
punto emisor definido, apareciendo la contaminación en zonas amplias, como ocurre
con la contaminación producida por el uso excesivo de fertilizantes o productos químicos en la agricultura, tenemos en este caso contaminación difusa.
4
Según algunos investigadores estos datos estarían entre un 25% y un 30 % por debajo de la realidad.
7
El principal problema que originan los vertidos líquidos es la contaminación del
agua, un bien de por sí escaso y de importancia fundamental para la vida, reduciéndose
su disponibilidad tanto para el ser humano como para la naturaleza. Cuando la contaminación se produce por contaminantes orgánicos lleva a la eutrofización del agua, y
cuando se produce por contaminantes químicos o minerales a su envenenamiento. La
contaminación puede producirse en las aguas superficiales o bien en las aguas subterráneas debido a la infiltración de los contaminantes.
En España, la Ley de Aguas autoriza los vertidos de residuos a los ríos siempre
que se pague al Estado el “canon de vertido”, de esta forma se legaliza el permiso de
contaminar siempre que se pague por ello. Pero este tributo que en teoría debería destinarse a la protección y mejora de los ríos, o no se cobra5 o es insuficiente para esta función.
En cuanto a las cantidades vertidas, la ignorancia es prácticamente absoluta, se
desconocen que sustancias y en que cantidades se vierten en nuestros cauces fluviales,
embalses, lagos, pozos, cauces subterráneos y mar. Los únicos datos existentes son sobre el nivel de contaminación en algunos tramos de algunos ríos. De donde se concluye
que el nivel de contaminación de nuestros ríos es de los mas elevados de los países de la
OCDE.
3. Los residuos sólidos industriales y agrícolas
En España se estima que se producen anualmente unos 276 millones de toneladas de residuos sólidos, de los cuales 160 millones de toneladas, es decir la mayoría,
son de materia orgánica fermentable, bien de origen doméstico, comercial, industrial,
agropecuario, forestal, etc. Estos residuos abandonados ocasionan gravísimos daños al
medio, contaminando las aguas dulces e incrementando los costes de su tratamiento. En
cambio, por otro lado, nos encontramos con un enorme déficit de materia orgánica en
nuestros suelos6, lo que facilita y aumenta el mayor problema ecológico español: la
erosión y desertización de nuestro territorio. Reciclar los productos orgánicos mediante la elaboración de “compost” o abono orgánico permitiría devolver al suelo una
parte de lo que se extrae de este y reducir los costes ambientales de los residuos considerablemente7.
Aparte del compost otras utilidades que tendrían los residuos orgánicos serían: la
producción de electricidad (combustión de biogas), generación de calor (briquetas combustibles), obtención de grasas (residuos de mataderos y granjas).
3.1. Residuos industriales
Pueden ser materias inertes o residuos tóxicos y peligrosos emitidos por los procesos de fabricación industrial. Los inertes pueden tener el mismo tratamiento que los
de origen urbano. Pero los tóxicos y peligrosos, que suponen, en España, unos 4 millo5
En el periodo 1987-91 mediante la aplicación del canon por vertidos se facturaron 41,501,1 millones de
pesetas, mientras que se recaudaron tan solo 11.493 millones, es decir menos del 28%.
6
Duplicar el escaso 1 % con que cuentan nuestros suelos de materia orgánica, exige un aporte continuado
de materia orgánica superior a los 200 millones de toneladas anuales.
7
Tan solo el 11 % de todos los RSU españoles se tratan en plantas de compostaje, obteniendo menos de
400.000 toneladas de compost.
8
nes de toneladas anuales de los 15 millones de residuos industriales, son materiales sintéticos que no existían antes en la naturaleza, se generan en los propios procesos industriales o en la formación de subproductos, y requieren una atención especial, pues son
los que pueden suponer un riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente, ya que la Naturaleza no los puede asimilar
Distribución de residuos industriales en España
Material electrico
3%
Resto
16%
Industria química
33%
Prod. Y trans.
Metales
4%
Industria del cuero
7%
Industria papelera
8%
Alimentación y
bebidas
8%
Frabr. Prod.
Metálicos
10%
Fabricación
automóviles
11%
Tabla 4. Producción de residuos tóxicos y peligrosos per capita
en algunos de los principales países industrializados
País
Kg/hab/año
Bélgica
101,0
Dinamarca
19,6
Alemania
81,2
Francia
40,0
Reino Unido
89,3
Irlanda
29,4
Italia
87,7
Holanda
70,9
EE.UU.
175,8
Canadá
40,0
Suecia
61,7
Suiza
15,6
España
57,0
Fte. MOPU
Tabla 5. Actividades industriales productoras de residuos tóxicos y peligrosos
Sector industrial
Porcentaje producción de
(actividad)
residuos sobre el total
Industria química
30%
Industrias del papel y celulosas
27%
Transformados metálicos
23%
Industrial metálicas básicas
9%
Industria textil
3%
Cuero, calzado y confección
3%
Alimentación, bebidas y tabaco
2%
Industria de la madera
1%
Industrias productos minerales no metálicos
1%
Componentes eléctricos y electrónicos
1%
Fte. MOPU. 1988.
9
Dentro de los residuos industriales tóxicos y peligrosos, tenemos a los residuos
radioactivos. Estos que tienen su origen básicamente en las centrales nucleares, aunque
también la industria y los hospitales generan algunos residuos radioactivos, se distinguen por su vida media, o periodo de semidesintegración, es decir, el tiempo que tarda
una masa de un isótopo en reducirse a la mitad. Pudiendo distinguir: los residuos radioactivos de vida corta, que pierden la mitad de su actividad en menos de 30 años, y
los de vida larga que tardan mas de 30 años en hacerlo8. No existe solución definitiva
para este tipo de residuos, y las soluciones temporales son costosísimas generando además un gran riesgo.
3.2. Residuos agrícolas y ganaderos
La agricultura y la ganadería intensivas han producido un efecto perverso sobre
el medio ambiente. Así, la agricultura para aumentar su productividad se ha visto abocada a la utilización masiva por unidad de superficie de abonos químicos, plaguicidas,
insecticidas, plásticos, carburantes, etc.. Ocasionando la degradación del suelo, que
pierde sus propiedades y composición natural, la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas al arrastrar el agua la mayor parte de estos productos hacia los ríos o
hacia el subsuelo, y contaminación atmosférica con graves peligros de incendios cuando
se queman los rastrojos o los restos de podas, etc. . De esta forma una actividad ancestral que había mantenido un equilibrio con el medio ambiente, generándosen los paisajes antropizados pero en armonía con el medio natural, ha roto dicho equilibrio, constituyendo una fuente de contaminación difusa de difícil control.
En cuanto a la actividad ganadera intensiva, al concentrar todos los residuos
animales en un punto, lo que antes, con la ganadería extensiva, era una riqueza para el
medio contribuyendo a su fertilización orgánica, se ha convertido en un problema de
solución muy costosa para las escasas rentas del sector.
4. Residuos sólidos urbanos (RSU)
Como vemos en la tabla 6, en España, la producción de RSU (el 16% del total de
residuos) ha experimentado un rápido crecimiento, habiéndose duplicado la producción
por habitante y día entre 1975 y 1996. En la actualidad se genera una media de aproximadamente 1,2 kg/día por habitante.
Tabla 6. Producción de RSU por persona y año e incrementos por periodos
en España
Kg/habitante
% de aumento
1975 1980 1985 1990 1996 1975-80
1980-85 1985-90 1990-96
0,63 0,75 0,72 0,89 1,21
19,1
-4
23.6
35,9
Fte. elaboración propia a partir de datos de la OCDE y del MMA
Este incremento refleja el cambio en los hábitos de consumo, y en los elementos
que componen este consumo, habiendo ganado participación en el cubo de basura los
materiales sintéticos y los residuos de envases. Hasta tal punto que como se deduce, a
partir de la tabla 7, el 30% de los RSU pueden ser considerados residuos de envases, es
8
El U-238 tiene un periodo de semidesintegración de 4,47*109 años.
10
decir unas 5.000.000 Tm/año. Dentro del epígrafe de otros se incluyen: textiles, gomas,
cueros, elementos inertes, elementos voluminosos, pilas, baterías, etc.
Tabla 7. Composición media de los RSU en España
Componente
Composición media Generación (1996)
(1991-96) (%)
(Tm/año)
Materia orgánica
44,06
7.567.387
Papel-Cartón
21,18
3.637.704
Plástico
10,59
1.818.852
Vidrio
6,93
1.190.240
Metales Férricos
3,43
589.109
Metales no Férricos
0,68
116.791
Maderas
0,96
164.882
Otros
12,17
2.090.220
Totales
100,00
17.175.186
Fte. MMA.
4.1. Respuesta política ante los RSU
Los residuos sólidos urbanos al igual que los agrícolas, tradicionalmente se
aprovechaban en su mayoría, sin necesidad de regulaciones legales o participación de la
administración, los agricultores los utilizaban para el abonado de los campos y los traperos, chatarreros, etc. reducían el rechazo a mínimos9. La eliminación de los tradicionales mecanismos recicladores (prohibición de recogida de residuos por los traperos,
por la Ley de Residuos Sólidos de 1975) y la potenciación del abonado químico en los
campos (subvenciones masivas a las industrias de fertilizantes y desentendimiento total
de los residuos agropecuarios), unidos al tipo de consumo que se ha introducido en
nuestra sociedad, y a la cada vez mayor complejidad de la composición de los RSU, ha
hecho surgir el problema de los residuos sólidos urbanos.
El aumento de la generación de RSU corre paralelo con el aumento en la complejidad y peligrosidad de su composición, si a esto se le añade la mezcla y compactación que se efectúa sobre los mismos en la recogida, tenemos una elevación considerable de las dificultades para la recuperación y aprovechamiento de sus componentes.
La respuesta política se ha traducido en actuaciones contra los residuos al final
del proceso productivo, primero facilitando su abandono en cualquier parte, y cuando el
resultado paisajístico y sanitario se convertía en peligroso, depositándolos en vertederos
fuera de la vista de la población.
Los vertederos suponen un problema medioambiental, y para la salud y calidad
de vida de los ciudadanos. Generan malos olores, degradación del paisaje, proliferación
de ratas y otros parásitos -moscas, mosquitos, etc.-, peligro de incendios, emisión de
gases que pueden producir explosiones y que aumentan el efecto invernadero, emisión
de lixiviados que pueden contaminar el suelo y las aguas superficiales y/o subterráneas,
etc. , además, hacen bajar el valor de los terrenos y propiedades de la zona. De ahí que
9
En la actualidad son los sectores mas marginados de nuestra sociedad la que se dedica a estos menesteres, recuperando mas de 5 millones de toneladas de residuos sólidos, sobre todo urbanos, cantidad superior a la que recuperan todos los sistemas públicos existentes en España.
11
tengan tan mala prensa y sea tan difícil encontrarles un sitio para su instalación, máxime
si como ocurre normalmente, se supera el límite de su capacidad de acogida.
El siguiente paso ha sido una llamada a la técnica para resolver el problema, lo
que ha derivado en grandes, costosos y antiecológicos centros de incineración, con los
que se consigue reducir el volumen de los residuos sólidos pero se facilita la dispersión
de agentes contaminantes por la atmósfera. Lo que se consigue en suma con las incineradoras es convertir un residuo muy voluminoso pero controlable, en otros dos uno mas
reducido en volumen aunque también contaminante (las cenizas) y otro gaseoso difícilmente controlable y disperso en la atmósfera, además de muy peligroso.
Las basuras son recursos que el mercado prefiere abandonar antes que renovarles
su utilidad, pero desde el punto de vista medioambiental y físico son un despilfarro que
acerca los límites. Y su incineración supone un aprovechamiento mínimo (en caso de
que exista aprovechamiento energético) frente a las posibilidades que suponen la renovación en su uso como materiales útiles, con el consiguiente ahorro en recursos naturales que esto conlleva.
Nuestro afán generador de residuos solo es comparable con nuestra obsesión por
la limpieza. Pero, el ciudadano expulsa los desperdicios de sus dominios (domicilio) y
cuando los pierde de vista considera el problema resuelto, sin preocuparse de cual a sido
el destino de sus basuras.
La perspectiva desde la que se ataca el problema de las basuras urbanas es la puramente estética, como demuestra que el 90% del presupuesto dedicado a ellas se destine a la recogida y transporte, y tan solo el 10% restante a su tratamiento definitivo. De
hecho, se llega a situaciones tan absurdas como en la limpieza viaria, que supone la actividad que mayor cantidad de recursos económicos absorbe en relación con la cantidad
de residuos que recoge (del 2% al 5% del total de RSU)10.
4.1.1. Ley de envases y residuos de envases
Como vemos, casi un tercio de los residuos sólidos urbanos proceden de los envases, esta situación que es general en toda Europa llevó a la UE a establecer en 1991 la
directiva 156 de 18 de marzo, esta fue transpuesta al ordenamiento español fuera de
plazo en 1997 por medio de la Ley de Envases y Residuos de Envases (Ley 11/1997, de
24 de abril). Esta norma establece la creación de un sistema de reciclado y valorización
de los envases con los siguientes objetivos:
- Valorización: del 50% mínimo y del 65% máximo, en peso, de la totalidad de
los residuos de envases generados.
- Reciclado: de un mínimo del 25% y un máximo del 45% de los residuos de
envases que se generen.
- Reciclaje por tipo de material: un 15% mínimo.
- Reducción: se reducirá al menos un 10% en peso de la totalidad de los residuos de envases generados.
Para lograr estos objetivos se ofrecen dos opciones:
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El coste por kg. de residuos recogido es 20 veces superior si es procedente de la limpieza viaria que si
es de recogida domiciliaria de basuras.
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1. Sistema de depósito, devolución y retorno de envases.
2. Sistema integrado de gestión de residuos de envases usados. Autorización de
las comunidades autónomas y participación de las entidades locales.
Como fecha señaladas en la Ley cabe mencionar, que a partir del 1 de enero de
1998, las empresas tendrían que optar por:
- Establecer un sistema de depósito, devolución y retorno de envases, o bien
- participar en un sistema integrado de gestión (SIG) de residuos de envases y
envases usados.
Si no lo hacen así deberán ser penalizadas. Y, además, antes del 30 de junio de
2001 se deberían cumplir los objetivos de reducción, reciclado y valorización marcados
por la Ley 11/1997 de 24 de abril.
Dada la dificultad que implican los sistemas de depósito, devolución y retorno
en las redes comerciales actuales, las empresas mayoritariamente se han decantado por
la segunda opción los SIG. Este se desarrolla a partir de la creación de unas entidades
gestoras, financiadas mediante el pago de un canon por envase puesto en el mercado, y
se encargan del proceso de recogida y reciclado de los residuos de envases y embalajes
generados por el usuario final. Cuando la recogida la realizan los ayuntamientos, esos
reciben una compensación económica por esta y su posterior tratamiento. El Punto Verde es la etiqueta que pueden poner los fabricantes adheridos a un SIG, e indica que sus
residuos serán tratados para su reciclado. El sistema deberá autofinanciarse, deberán
desarrollar planes de prevención con objetivos concretos de reducción de envases y embalajes, y desarrollar los sistemas necesarios para controlar estos objetivos.
En España ha sido ECOEMBES la SIG que se encargará de la mayor parte de
los residuos, aunque en el caso de materiales como el papel, el vidrio o el plástico ya
existían sociedades con anterioridad. En la actualidad se está todavía en la fase de recogida de fondos para el tratamiento de los residuos; aunque la recogida selectiva, imprescindible para el sistema, todavía esta muy retrasada.
4.1.2. Los RSU y la iniciativa privada
Lo que mas suele preocupar a las autoridades públicas no es la pérdida de recursos naturales, ni la peligrosidad de los residuos, sino las dificultades de todo tipo para
encontrar un destino final aceptable para los mismos. Por ello, los responsables públicos
tienen una tendencia a abandonar la gestión de residuos en manos privadas. Estas, la
iniciativa privada, tienen en las basuras un filón inagotable de beneficios monetarios. El
negocio de los residuos se establece en todas las fases: recogida, transporte, “tratamiento” y vertido de los mismos. Pero en este, como en otros aspectos, los intereses de la
iniciativa privada chocan con los intereses sociales y del medio ambiente:
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En cuanto a la recogida, el interés de la empresa privada se situará en hacerla
lo mas rápida y con el menos coste posible, tanto en cuanto a la inversión
necesaria como en cuanto al coste de la mano de obra necesaria. Lo que lleva
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-
-
-
-
a rechazar, o poner dificultades, a la recogida selectiva en origen, mas compleja que la actual.
La mayor rentabilidad de la empresa está en relación directa con el tamaño
de la misma, y esto conduce a la centralización del servicio para grandes espacios geográficos. Lo que supone un incremento de la importancia del
componente transporte. En la situación actual más del 80% de los presupuestos municipales destinados a la gestión de los RSU se destinan a la recogida
y el transporte.
En cuanto al tratamiento, este es costoso, sobre todo si no ha habido selección previa en origen y se tiene que realizar la recuperación en planta mayoritariamente a mano, por lo que esta será la mínima imprescindible para
cumplir los compromisos, siempre que se cumplan.
En caso de que el destino de los residuos sea la incineración, la recuperación
todavía será menor, el incentivo a la misma baja a mínimos, si tenemos en
cuenta que los materiales que normalmente son mas fáciles de recuperar papeles, maderas, plásticos- son imprescindibles para el buen funcionamiento de la incineradora
Y, respecto a los vertederos, estos cobran por tonelada de residuos vertida.
Por lo que tenemos la paradoja de que a mas residuos mas beneficio.
Como podemos observar, el negocio de la basura no solo huele mal por la naturaleza del objeto a tratar. Y el pastel es muy suculento, en España, el gasto en la recogida y “tratamiento” y/o deposición en vertedero de las basuras urbanas se sitúa en los
200.000 millones de pesetas al año (en cifras de 1995).
4.1.3. Problemática de la recogida selectiva
El reciclaje de los materiales directamente reciclables por la industria como los
papeles, metales vidrios, plásticos, textiles, cauchos, etc., permitiría evitar la paradójica
situación que se da en España: mientras que suponen un gran porcentaje de las basuras,
sobre todo en cuanto al volumen se refiere, la industria recicladora española ante la escasez de materia prima disponible se ve obligada a importarlos11 de otros países que los
recuperan en gran cantidad.
Satisfacer esta necesidad de residuos exige su recogida selectiva en origen,
como única posibilidad de integración de los mismos en los ciclos económico y ecológico. Aquí, el papel de la ciudad, como principal generadora de residuos y de sus habitantes mediante su participación en la gestión de los residuos es decisiva.
A comienzos de los 80 comienzan las primeras experiencias, en algunas ciudades españolas, de recogida selectiva en origen, en primer lugar del vidrio, el papel y
cartón. Entre 1983 y 1986 se pone en práctica en la comarca de Pamplona un proceso de
recogida selectiva diferenciando en 6 componentes: papel-carton, vidrio, textiles, voluminosos, materia orgánica y resto. El compost que se consigue extraer es de muy buena
calidad lo que contribuye a mejorar la agricultura de la zona. Se impone también un
sistema de recogida selectiva del vidrio para su reutilización en las bodegas de vino de
Rioja, mediante una empresa de clasificación y lavado propiedad de los hosteleros y
bodegueros. Un colectivo “Traperos de Emaús” se hace cargo de la recuperación de los
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En España se importan anualmente unos 5 millones de toneladas de residuos (600.000 toneladas de
papel y cartón), lo que supone un gasto de unos 100.000 millones de pesetas.
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voluminosos, para su venta posterior (actualmente reciclan el 75 % del total, con 70
empleos fijos). En el campo de la educación se crea un programa para introducir la prevención y el reciclaje de residuos en la escuela. Esta experiencia se ha basado en la educación y participación ciudadana, siendo capaz de integrar en la misma a los sistemas
tradicionales de recuperación y reciclaje de RSU.
En la actualidad, el modelo de recogida selectiva integral se lleva a cabo con éxito en Córdoba capital, Mancomunidad de Montejura, en algunos municipios del área de
Barcelona -Molins de Rey, Sant Cugat del Valles, y Torrelles de Llobregat-, etc.. Con
resultados semejantes a los de las mejores experiencias europeas. Estas experiencias se
han llevado a cabo en otras ciudades y municipios del Estado Español con éxito de participación, aunque en algunos casos sin continuidad.
La relativa complejidad de este nuevo modelo de recogida selectiva y aprovechamiento de los residuos, derivada de su novedad y de las inercias adquiridas, la falta
de equipos profesionales, la incertidumbre en la comercialización de los materiales recuperados, etc., han llevado a que las autoridades responsables, normalmente municipales, carentes de una especial preocupación ambiental y sin obligación legal concreta,
optaran por las soluciones más fáciles, limitando la recogida selectiva a aquellos materiales -vidrio y papel y cartón- de los que se responsabilizaban directamente las propias
empresas recicladoras.
La actitud que adoptan los políticos, aún considerando la idoneidad medioambiental de la recogida selectiva en origen, es minusvalorar la respuesta popular positiva
que se pueda dar. Esta suposición no está basada en ningún estudio sobre la respuesta
ciudadana12, y no se corresponde con la realidad. Las experiencias anteriores nos demuestran que, en España, la respuesta popular a los sistemas de recogida selectiva, se
sitúa a niveles aceptables, similares e incluso en algunos casos superiores a los niveles
que se obtienen de promedio en los países de la UE.
La recogida selectiva lleva consigo algún esfuerzo para el ciudadano, como es el
de disponer en el domicilio de varios cubos o recipientes para seleccionar los desperdicios, básicamente entre orgánicos y no orgánicos. Por lo que es imprescindible la labor
informadora y concienciadora previa, a ser posible a nivel personal. Todo el esfuerzo
que se realice en este apartado se verá recompensado con creces en los resultados que se
obtengan. Se trata de despertar la conciencia ciudadana y devolverle la iniciativa,
haciéndole participe de las consecuencias de sus actos respecto a su basura y de las mejoras que experimentará el medio ambiente por ello.
Por otra parte, la recogida actual de residuos de envases de vidrio, mediante los
iglúes puestos por las empresas fabricantes de vidrio para aprovechar el calcín como
materia prima que le supone un fuerte ahorro en su proceso productivo, ha contribuido
decisivamente a la eliminación de los envases retornables para relleno, llegando a impedir a las empresas lavadoras de vidrio el acceso a las botellas sin romper. Esto ha significado además la perdida de empleo en el sector de la recuperación y lavado de botellas.
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El político piensa que la gente no va a hacer lo que él mismo, que se autoconsidera una persona socialmente concienciada, no haría sino con un gran esfuerzo. Por lo que intenta buscar una alternativa cómoda
y que no suponga excesivo gasto puesto que este tipo de inversión junto con el de la red de alcantarillado
son caros y de los que menos se ven electoralmente.
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Otro problema con que se encuentra la recogida selectiva, es la comercialización
de los materiales recuperados, pues no se cuenta con canales adecuados, el mercado es
muy pequeño, y además, se tiene que enfrentar cada vez más a ofertas crecientes de los
excedentes de residuos provenientes de los grandes sistemas de recogida selectiva de
otros países financiados por las propias exigencias legales. Si a esto le unimos la influencia que ejerce el precio de las materias primas vírgenes muchas veces abaratado
políticamente. Tenemos una inseguridad total sobre los precios a obtener por los materiales que se obtengan de dicha recogida selectiva, y los Ayuntamientos se encuentran
ante la inseguridad de poder comercializarlos, frente a una realidad, la mayor inversión
que han tenido que realizar para deshacerse de las basuras.
La preocupación por la generación de residuos de envases llevó a la CEE a elaborar la “Directiva del consejo relativa a los envases para alimentos líquidos”
(85/339/CEE). España que en 1989 aún conservaba una buena parte del tradicional sistema de envases retornables para relleno, que suponía la utilización de envases rellenables de vidrio en la comercialización del 34 % de todas, fundamental para cumplir la
citada directiva, eludió el cumplimiento de la misma, y fue denunciada por ello en la
Comisión Europea ante el Tribunal de Justicia de la CEE de Luxemburgo que dictó sentencia condenatoria en 1991 contra nuestro país.
Con el objetivo de armonizar las diferentes realidades de los países de la UE, se
llega a una segunda directiva (94/62/CE) relativa a todos los envases y sus residuos, una
normativa de mínimos, superada por mucho de los estados miembros. En España, tras
quince borradores, se consigue la aprobación de la “Ley 11/1997, de 24 de abril, de Envases y Residuos de Envases”, mediante la que se pretende cumplir las obligaciones que
imponía la directiva europea13.
La adaptación legal a la normativa comunitaria en este ámbito, debe de servir
para cambiar la concepción que se tiene respecto a los residuos, considerándolos como
recursos necesarios, tanto desde el punto de vista ecológico como desde el económico y
social (generación de empleo). Esta legislación deberá facilitar, por medio de instrumentos fiscales, económicos y técnicos, la adopción por parte de los Ayuntamientos, en
el plazo mas breve posible (estableciendo objetivos temporales y cuantitativos), de los
nuevos sistemas de recuperación y aprovechamiento de los RSU. A ser posible, se deberían aprovechar las potencialidades del sistema tradicional de recuperación y aprovechamiento y las enseñanzas de las nuevas realizaciones.
4.2. Objetivos para una gestión sostenible de los residuos sólidos urbanos
El objetivo prioritario en cuanto a los residuos se refiere es el evitar producirlos,
es decir, la prevención, reduciendo al máximo posible su generación. Pero, como cualquier actividad humana es generadora de residuos, es inevitable que estos se produzcan,
por lo que hay que plantearse la reutilización, el reciclaje y la disposición final, lo mas
respetuosa posible con el entorno, de los que inevitablemente queden al final del proceso.
Solo podemos hacer viable el desarrollo con una producción de residuos cuyo
volumen y características no sean peligrosas para el medio ambiente. Para lograr esto se
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Con la actual directiva que obliga a reciclar un 15 % de cada materia, el único material que cumple es
el vidrio.
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tiene que actuar de forma global, traspasando el marco espacial de la ciudad y el de las
distintas actividades económicas: extracción, distribución y consumo. Todas ellas deben
de integrar el principio de reducción y aprovechamiento de los residuos, lo que redundará a su vez en la mayor disponibilidad de recursos.
Un método aprovechable para llevar a cabo esta política es el de estudio integral
del “ciclo de vida” del producto, con el propósito de conocer el balance ecológico de
todo el proceso: extracción, transformación, distribución, consumo, reutilización, reciclaje, y disposición final de los residuos (tanto materiales como energéticos). Esto, conjuntamente con la búsqueda de una mayor durabilidad de los productos14, conduce a la
llamada “producción limpia”. La consecución de este tipo de política demuestra una
gran capacidad de planificación e integración social de los sectores productivos y consuntivos.
4.2.1. Prevención o reducción
Dentro de la política preventiva habrá que impulsar:
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La mayor durabilidad posible de los objetos. Aumentando la calidad y prolongando los periodos de garantía.
Los servicios post-venta de reparación.
Los mercados de segunda mano.
Las ventas a granel. Evitando el embalaje innecesario y el sobreembalaje
La normalización de envases, penalizando los de escasa capacidad.
Establecer penalizaciones para los productos desechables y para materiales
de difícil o nulo aprovechamiento posterior.
Evitar, durante el proceso de fabricación, en la distribución o en el consumo,
el uso de materiales y productos peligrosos y favorecer su sustitución por
otros equivalentes y sin peligro.
4.2.2. Reutilización
En el campo de la reutilización se impone:
•
La utilización de envases y embalajes retornables y reutilizables, tanto en el
transporte como en la compra.
• El establecimiento de penalizaciones para los envases no rellenables cuando
estos puedan ser sustituidos por los anteriores.
• Incentivar los mercados de piezas recuperadas de automóviles y electrodomésticos.
4.2.3. Reciclaje
En cuanto al reciclaje es necesario:
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Duplicar la vida útil de un producto lleva a reducir a la mitad los residuos y la necesidad de recursos
naturales.
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•
Es necesaria una normativa que fomente el diseño y fabricación de productos
para su posterior desguace y reciclaje, y el uso de materiales reciclados en la
fabricación.
• Desarrollar sistemas para facilitar la separación en origen de los residuos por
los ciudadanos.
• La priorización de la recogida selectiva de los residuos peligrosos y de los
orgánicos.
• En la producción de compost se debe dar prioridad a la calidad estable y garantizada del producto.
4.2.4. Destino o disposición final de los RSU no aprovechables
Una vez retirados los residuos peligrosos y la materia orgánica, el resto de los
residuos se podrán reciclar en función de la demanda industrial que exista sobre ellos.
El “rechazo”, es decir, lo no aprovechable que variará en función del lugar y el tiempo,
no deberá de suponer un peligro para el medio y se podrá depositar en un vertedero controlado, a ser posible comprimiéndose previamente, cubriendo las capas con residuos
inertes de la construcción.
Para terminar con el tema me permito traer a la memoria un eslogan de una antigua campaña electoral donde el profesor Josep Vicent Marques era candidato para el
senado: “Ni fam, ni fem, ni fum”
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