L A OBRA ESCRITA DE L O R E N Z A N A COMO ARZOBISPO D E MÉXICO 1766-1771-* Javier MALAGÓN-BARGELÓ Depto. de Asuntos Culturales, OEA L A OBRA ESCRITA DE L O R E N Z A N A es tal vez la más extensa de la de todos los obispos contemporáneos a él, en la segunda mitad del siglo xvín, y abarca no sólo materias eclesiásticas sino que, respondiendo al espíritu historiéis ta de la época, se refiere también al pasado de la monarquía española, en especial a la historia eclesiástica y dentro de ésta a la de las dos diócesis arzobispales que rigió. T a l vez su afición histórica, para la que su condición de jurista era una buena preparación, nació o al menos se perfiló en la época doctoral de Sigüenza, cuando por el cargo que ocupaba se le encomendó el 15 de febrero de 1751 la organización de la biblioteca y el archivo capitular, ya que al cabildo se le h a b í a i n f o r m a d o q u e t e n i e n d o l a Iglesia l i b r o s a p r e c i a b l e s por su a n t i g ü e d a d se h a l l a b a n m a r r o t a d o s [sic] y e n e l suelo en u n c u a r t o e n c i m a de l a C o n t a d u r í a y allí expuestos p o r t e n e r v e n t a n a a b i e r t a a l tejado, y q u e c e r r a d a y p o n i é n d o s e estantes se p o d r í a n c o l o c a r p o r o r d e n d i c h o s l i b r o s , así c o m o o t r o s m u - * Francisco A n t o n i o Lorenzana, es sin duda la figura más destacada de la Iglesia española y americana en la segunda m i t a d del siglo xvín. Nació en León el 22 de septiembre de 1722 donde hizo sus primeros estudios. Estuvo en colegios de jesuitas y benedictinos. Estudió leyes en la Universidad de V a l l a d o l i d y Salamanca, pero se graduó en l a de 437 438 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ chos q u e h a y e n i a C o n t a d u r í a de cuentas donde aperran y otros papeles q u e p o r a n d a r s i n c u s t o d i a se h a l l a n expuestos a desaparecer. 1 L a descripción del estado de los libros y papeles no era muy halagadora, y con el f i n de poner u n poco de orden en aquella riqueza documental histórica y cultural totalmente abandonada, Lorenzana, de quien tal vez partió la iniciativa, Burgos de Osma y en l a de Ávila. Colegial d e l M a y o r de San Salvador de Oviedo, en Salamanca, d e l que llegó a ser Rector. Canónigo doctoral de Sigüenza (1751) de donde pasa a u n a canonjía a l a catedral de T o l e d o (1754) . V i c a r i o General, vicetesorero y doctoral honorario d e l Cabildo catedralicio; abad de San Vicente; obispo de Plasencia (1765) p o r menos de u n año, pasando a arzobispo de Méx i c o (1766-1772) . Su tarea p r i n c i p a l fue l a convocatoria y celebración del I V C o n c i l i o Provincial M e x i c a n o . Se encontró envuelto en l a e x p u l sión de los jesuítas. Realizó u n a a m p l i a obra pastoral, visitando diversos lugares de su arzobispado. F u e e l p r i m e r eclesiástico que de u n a sede americana pasó a la P r i m a d a de España en 1772, la que rigió hasta 1800 en que renunció a ella. E n su calidad de Arzobispo de T o l e d o , P r i m a d o de España e Indias, juramentó a l futuro Fernando V I I como heredero de l a corona, septiembre de 1789, en l a ceremonia que tuvo lugar en la iglesia de los Jerónimos de M a d r i d . Elevado a Cardenal p o r Pío V I en 1789, Inquisidor General (17941797) d e l Consejo R e a l y Caballero de la O r d e n de Carlos III, salió en 1797 para R o m a oficialmente para acompañar a l papa, pero en real i d a d como exiliado p o r conflictos que tuvo con e l favorito de Carlos I V , M a n u e l Godoy. L e tocó v i v i r en R o m a bajo l a ocupación napoleónica. N o m b r a d o embajador de España ante l a Santa Sede, España pensó en él como candidato para el Papado, haciendo gestiones a l efecto. M u e r t o Pío V I participó como m i e m b r o d e l Cónclave que se reunió en Venecia, del que fue tesorero —aportando altas sumas para cubrir su costo— y se llegó a tenerle en cuenta para c u b r i r l a vacante. Residió en R o m a , bajo Pío V I I , hasta su muerte e l 17 de a b r i l de 1804. Fue enterrado en l a basílica de l a Santa Croce de Jerusalem, donde sus restos permanecieron hasta 1956 en que fueron trasladados a i Panteón de ios Arzobispos en la catedral de México. J . M A L A G Ó N B A R C E L Ó : " L o s escritos del cardenal Lorenzana", Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, México, D . F., 1970, p p . 223-264. i Gregorio SÁNCHEZ D O N C E L , "Francisco A n t o n i o Lorenzana, canónigo doctoral de Siguenza". Hispania Sacra, v o l . X I V ( M a d r i d , 1961) , p . 326. L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A 439 se debió dedicar a examinar, estudiar, clasificar aquel mundo del pasado del cabildo seguntino, rico no sólo por la importancia que tuvo y todavía tenía l a diócesis y catedral de Sigüenza, sino también por quienes habían ocupado la silla episcopal o fueron miembros de la comunidad catedralicia no más alejados en el tiempo de lo que hoy estamos de Lorenzana. Así, debió tener entre sus manos papeles del cardenal Mendoza, el hombre que colaboró con Isabel y Fernando en l a creación de la monarquía española; el cardenal Bernardino López de Carvajal, prelado que jugó u n papel de importancia en l a corte romana de Sixto IV, Inocencio V I I I , Alejandro V I , Pío III, León X , Adriano V I y Clemente V I I , que se enfrentó a J u l i o II convocando y presidiendo al Concilio de Pisa contra éste, y fue el autor de las Constituciones del Cabildo de Sigüenza vigentes en la época en que Lorenzana pertenecía a él; del obispo Pedro de la Gasea, "bien conocido por l a jornada que hizo a las Indias contra Pizarro" y por su participación en el Concilio Provincial de Toledo de 1565; del vicario general Gonzalo Cisneros, que más tarde toma el nombre de Francisco cuando ingresa en la O F M , llegando de confesor de la reina, a cardenal y arzobispo de T o ledo y a regente del reino; el obispo fray Lorenzo Suárez de Figueroa, hijo de los duques de Frías y fraile dominico, ilustre por sus virtudes y caridad; el cardenal Diego de Espinosa presidente que fue del Consejo de Castilla en l a época de Felipe II e inquisidor general, y bajo cuyo mandato se establece en forma fija el T r i b u n a l de la Inquisición en México (18 de agosto de 1570),, y u n año más tarde en otros lugares de América, famoso por sus incidentes con el príncipe Carlos, etc. E R A T A M B I É N u n período historicista en el que los Borbones, dinastía extraña y en cierto sentido advenediza, cuyos derechos al trono desde u n punto de vista moral e histórico eran discutibles, trataron de recurrir quizás por afición, pero más por razones políticas, al pasado español a fin de justificar su presencia, rehacer el tambaleante imperio español, creando la conciencia de u n poder debilitado pero no perdido, y al mis- 440 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ mo tiempo forjar su propia historia como parte de la historia de España y la de ésta dentro del contexto universal. A todo ello se une, bajo la forma de historia, u n florecimiento del regalismo nacido en el reinado del cuarto de los Felipes —en sus diferencias con l a Santa Sede—, regalismo que alcanza su mayor importancia en los reinados de Carlos III y I V , bajo los cuales ha de vivir como jerarca de la Iglesia Francisco Lorenzana. Este afán histórico nos lo prueban los estudios del padre Enrique Flórez, el padre Risco, la tarea del padre Burriel, el padre Juan Francisco Masdeu, el deán de Toledo, Infantes, Antonio Capmany, el fraile dominico Jaime Villanueva, J . Sempere y Guarinos, Pérez Bayer, el trinitario fray M i g u e l de San José, don Francisco Ortiz, el padre Merino, Gregorio Mayans, R . Jaime Caresmar, el padre Josep Martí, el padre Jaime Pasqua! y en parte la obra personal del propio Lorenzana o la que realiza con l a colaboración de otros. Casi todos estos escritores padecen de lo que se ha llamade "visigotismo" y, como parte del regalismo, interesa el tema de los Concilios de Toledo, interés que se refleja no sólo en los trabajos históricos sino en las pastorales y edictos de gran número de obispos de esta segunda mitad del si2 3 2 Vicente R O D R Í G U E Z C A S A D O , La politica y los políticos en el reinado de Carlos III. M a d r i d , 1962; Carlos C O R O N A , Revolución y reacción en el reinado de Carlos IV. M a d r i d , 1957. 3 Joan M E R C A D E R , Historiadors i erudits a Catalunya i a Valencia en el segle XVIII. Barcelona, 1966; B . S Á N C H E Z A L O N S O , Historia de la historiografía española. M a d r i d , 1946-1947, v o l . 3 ; R i c h a r d H E R R , The Eighteenth Century Revolution in Spain. Princeton, N . J . , 1958; y Jean S A R R A I L H , La España ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII. México, 1957. 9 4 T e m a más alejado d e l m u n d o visigótico que el de los jesuítas, sirve de pretexto para referirse a él y naturalmente a los Concilios de T o l e d o , al arzobispo de T a r r a g o n a , d o n Francisco Armanyá, entonces obispo de L u g o , en la respuesta que d i o (1769) a l dictamen que se solicitó a los obispos sobre la disolución de l a Compañía de Jesús en la que dice: " . . . la religiosa solicitud de la V . M . renovada la deis monarques mes illustres que celebre eis annals de l'Eglesia i especialmente d e l rei LA 441 OBRA ESCRITA DE L O R E N Z A N A glo x v i i i , como T a v i r a , Climent, A m a t , y Armanyá i Font, entre otros. A este renacimiento de los estudios históricos contribuyó en parte la fundación de las academias y concretamente la de la Real Academia de la Historia creada en 1738, y de la cual llegó Lorenzana a ser miembro de honor. 5 6 7 8 9 S E PUEDE DECIR que Lorenzana inicia su labor como autor en México, o por lo menos los primeros escritos de carácter eclesiástico que se le conocen, siendo ya prelado, datan de 1766, E r u i g i precedcssor de V . M . que, en el C o n c i l i X I I I de T o l e d o demaná el d i c t a m ais b i s b e s . . . " Pastorales. T a r r a g o n a , 1794, v o l . II, p p . 171 y siguientes, cit. por E n r i c M O R E U - R E Y . El pensament illustrât a Catalunya. Barcelona, 1966, p p . 107-108. » J ô e l S A U G N I E U X , Un prélat éclairé don Antonio Tavira y Almazán. T o u l o u s e , 1970. 6 J ô e l S A U G N I E U X , " U n janséniste modéré, José C l i m e n t évéque de Barcelone (Elementes p o u r une bibliographie) ", Bulletin Hispanique, t. L X X , n u m . 34. Toulouse, 1968. 7 Félix T O R R E S A M A T , Vida del limo. Sr. don Félix Amat, arzobispo de Palmira. M a d r i d , 1835. 8 Francisco T O R T M I T J A N S , Biografía histórica de Francisco de Armanya Font, O.S.A., obispo de Lugo y arzobispo de Tarragona (17181803). V i l l a n u e v a y G e l t r u , 1967. 9 Lorenzana fue m i e m b r o de la A c a d e m i a y elevado a la categoría de h o n o r a r i o el 25 de j u l i o de 1794. M a n t u v o con ella magníficas relaciones colaborando en varios de sus trabajos y participando en alguna de sus sesiones. "Catálogo de los señores individuos actuales de la R e a l A c a d e m i a de la H i s t o r i a según el orden de antigüedad que corresponde a cada uno en la respectiva clase que ocupa en el presente año de 1796". Memoria de la Real Academia de la Historia, t. I ( M a d r i d , 1796), p. C X X X I X . Datos sobre Lorenzana figuran en las Memorias, t. I, p p . C X I I C X I I I , t. III, p p . 31 a 70, t. I V , p. X V I , y t. V , p p . X X V I - X X V I I , en el que se da la noticia de su muerte: " D e la clase de los honorarios ha fallecido i g u a l m e n t e . . . el Eminentísimo Señor Cardenal D o n Francisco Lorenzana, prelado dignísimo por su mansedumbre y beneficencia, y por su zelo en promover el estudio de las ciencias eclesiásticas y de la historia en sus varios ramos como lo acreditan entre otras cosas las ediciones de las relaciones y cartas de Hernán Cortés, de los concilios provinciales de México, del breviario gótico y de las obras de los padres toledanos". 442 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ poco tiempo después de llegar a la capital de l a Nueva España. Es posible que en el tiempo que permaneció en Plasencia publicara alguna pastoral o diera algún edicto, pero no fueron impresos o no quedó rastro de ellos. Llega Lorenzana a ocupar el arzobispado de México al fallecer Manuel R u b i o y Salinas, que había gobernado l a diócesis por casi dieciséis años y que se distinguió por su obra reorganizadora del arzobispado. T a l vez lo conoció en España, ya que fue abad de San Isidro en León y es posible que por su intermedio entrara en relación con el padre Rávago, quien propuso a Fernando V I la designación de R u b i o Salinas para el arzobispado de México y quien ayudó a Lorenzana en sus primeros ascensos en la carrera eclesiástica. R u b i o y Salinas se había distinguido por su adhesión a los jesuítas en la Nueva España a los que prestó colaboración y ayuda, mientras que Lorenzana, al llegar a México representaba, como su amigo y nuevo obispo de Puebla, Fabián y Fuero, una posición regalista y antijesuítica que en l a Corte y en ciertos sectores —en una gran mayoría— se había venido incubando desde los últimos años del reinado de Fernando V I y que culminaría en la expulsión de los ignacianos poco tiempo después de ocupar la sede novohispana, y en una sumisión obediente de gran número de prelados a l a corona. Se enfrenta, pues, Lorenzana, al llegar a México con una situación contraria a la que, consciente o inconscientemente, representaba, bien organizada y atendida por la obra de su antecesor, la que ha de tratar de cambiar. Así, vemos que en los tres primeros años de su gobierno dicta una serie de pastorales y edictos que abarcan todos los aspectos de la vida de su arzobispado; entre aquéllas, las de 12 de octubre de 10 1 1 12 10 Según nos informó el canónigo archivero de l a catedral de Plasencia, d o n M a n u e l López Sánchez-Mora, no encontró n i n g u n a pastoral o edicto de Lorenzana en dicho archivo. 11 Francisco de SOSA, El episcopado mexicano, 2* edición, México, 1939, p p . 262-275. 12 Sobre l a obra escrita de R u b i o y Salinas, véase BERISTÁIN DE SOUSA, Biblioteca Hispano Americana Septentrional, 3? ed., v o l . I V , México, D . F., 1947, p p . 262-263. 443 L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A 1767, 22 de septiembre de 1768 y 11 de abril de 1769 (es decir l a II, III y I V de u n total de seis que publica durante su gobierno) son antijesuíticas. De sus años de México nos dice Lorenzana: 13 Y a h a b í a c o n s e n t i d o de f i r m e e n v i v i r y m o r i r e n t r e m i s a m a dos mexicanos; ya m i r a b a m i sepulcro entre mis dignísimos A n t e c e s o r e s ; y a c o n t a b a esta P a t r i a p o r m í a ; y a d e l i n e a b a m i s pensamientos sobre e l m o d o más acertado de mi Gobierno P a s t o r a l ; y a e m p e c é a v i s i t a r m i s Ovejas, y c o n o c i e n d o q u e u n C o n c i l i o P r o v i n c i a l es e l r e m e d i o q u e l a Iglesia n u e s t r a m a d r e tiene p u e s t o p a r a c o r r e g i r abusos, cortar corruptelas, e x t i r p a r v i c i o s , y h a c e r u n i f o r m e l a D i s c i p l i n a Eclesiástica e n todas las D i ó c e s i s d e l a P r o v i n c i a , m e resolví c o n e l a r d o r de l a e d a d y c o n f i a n z a de l a robustez a convocar e l Concilio... 1 4 Es l a época en que escribe casi febrilmente. N o sólo publica edictos y pastorales sino que como medio de preparar el Concilio I V Mexicano, lleva a cabo la edición de los concilios anteriores y como u n "subproducto" de ellos, pero encaminado al mismo fin, la de las cartas de Hernán Cortés, el conquistador de l a Nueva España. E n poco más de u n año (1769-1770) se imprimen las obras que en México han de consagrar a Lorenzana como escritor e historiador y las que en parte contribuyeron a destacarle en el obispado de la monarquía española y a elevarle a l a silla primada de las Españas, "caso nuevo en estas Américas", como señala el propio Lorenzana. Para su obra debió contar con l a colaboración no sólo de los que formaban su familia eclesiástica, sino también de sacerdotes que estaban debidamente enterados de la historia de México, cuyos nombres no conocemos, pero que u n estudio cuidadoso permitiría identificar. 13 V e r expulsión 14 " A marzo de el estudio d e l P . L u i s SIERRA, El arzobispo Lorenzana ante la de los jesuítas..., p p . 12-23. todos los fieles de este nuestro Arzobispado", México, 7 de 1772. 444 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ Los concilios se publican para facilitar la labor de los que van a participar en las tareas del que se va a convocar, pero ello revela también el afán historicista y documentalista, en la península, especialmente en la historia eclesiástica, atestiguado por Lorenzana y Fabián y Fuero (no olvidemos que en su época de canónigos de Toledo, fundaron o fomentaron una academia de historia en aquella ciudad). E l origen de la serie de documentos de la historia de México que reunió Lorenzana y que hoy se custodian en la Biblioteca Pública de Toledo proceden principalmente, bien en original o en copia, de la búsqueda que mandó hacer Lorenzana en "los Archivos de la Dignidad Arzobispal, y de m i Santa Iglesia Metropolitana" para complementar l a publicación de los textos de los concilios I a I I I . Faltaba una historia eclesiástica de México, cuando L o renzana inicia la tarea de publicar los concilios anteriores, al parecer como antecedente del que debía reunirse cumpliendo órdenes reales, en parte inspiradas por él. Por ello no es de extrañar que al publicar los dos primeros (de los cuales el segundo estaba inédito) utilice los mismos originales que se encontraban en el Archivo de la Catedral y que vayan precedidos del texto de una pastoral del editor en que relata brevemente el objeto de los concilios y hace la historia de los celebrados en México; de diversas resoluciones de la primera Junta Apostólica después de una curiosa información sobre la llegada de los primeros clérigos a l a Nueva España; de una carta en latín de fray Julián Garcés, primer obispo de T l a x cala, a Paulo III en favor de los indios, y de la célebre bula de junio de 1537 en que se declara l a racionalidad de los indios. Después del texto de los concilios se inserta la Serie de limos, señores arzobispos de México, que termina con el propio Lorenzana, a la que precede una breve introducción; las 15 15 Parte de los fondos y libros de Lorenzana proceden de la iglesia de P u e b l a en los que se refiere a l venerable obispo Palafox, y otros de l a biblioteca de Francisco Javier G a m b o a que compró en parte solidariamente con José de Gálvez (información facilitada por el P . L u i s S i e r r a ) . 445 L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A bulas de elección de l a iglesia de Tlaxcala, en latín; Serie de los limos, obispos de Puebla, Guatemala, Oaxaca, Michoacán, Guadalajara, Yucatán y Durango, sufragáneos del arzobispado de México; una carta del arzobispo de Santiago, don Francisco Blanco, al obispo de Calahorra, don J u a n Ochoa Salazar, sobre las obligaciones del ministerio e p i s c o p a l anotada por Lorenzana; Avisos para la acertada conducta de u n párroco en América; y Avisos para que los naturales de estos reinos sean felices en lo espiritual y temporal, ambos documentos de Lorenzana. Se publicó por separado al año siguiente u n Apéndice a los dos primeros concilios en el que, a más de una advertencia del editor, el propio arzobispo Lorenzana, se incluyen " C a r t a original de los limos, señores Obispos de México, Guatemala y Oaxaca, sobre la ida al Concilio General [ T r i dentino], y piden sobre distintos puntos así de Diezmos, como otros para l a buena Planta y permanencia de l a Fe en este Nuevo M u n d o " de 27 de abril de 1537; y " L o s Capítulos de Estatutos, Avisos y Ordenanzas... se hicieron por ios dichos Señores Obispos, y se dieron a los Reverendos Padres Religiosos, para que ellos los tuviesen y guardasen, y a los otros Religiosos sus Subditos los hicieron guardar hasta tanto que otra cosa por Su Santidad y Su Magestad fuere mandado", 16 1 6 E l doctor Francisco Blanco de Salcedo era leonés como Lorenzana, de l a p r i m e r a nobleza de León, canónigo de l a catedral de dicha c i u d a d , obispo de Orense (1556-1565), asistiendo en calidad de tal a l C o n c i l i o de T r e n t o en su tercera época (1562-1564), en la que jugó u n p a p e l importante en las diversas discusiones y entre ellas sobre " s i los obispos recibían l a potestad de jurisdicción inmediatamente d e l Papa o de C r i s t o " y l a cuestión de l a residencia de los obispos. Fue más tarde obispo de Málaga (1565-1574) y arzobispo de Santiago de Compostela. D o n J u a n Ochoa de Salazar fue obispo de C a l a h o r r a y de Plasencia (los dos personajes estaban unidos a l a historia personal de L o r e n z a n a ) . B l a n c o publicó Mandamiento e instrucciones del limo, y Revmo. Sr. ... que manda guardar para el buen govierno de su metrópolis y argobispado. M a d r i d , 1579; Constituciones synodales [del Sínodo de 1576]. M a d r i d , 1579; Advertencias de curas. M e d i n a d e l C a m p o , 1587; y Summa de doctrina christiana. V a l l a d o l i d , 1587. V e r M a n u e l R . P A Z O S , El episcopado gallego, t. I, M a d r i d , 1946, p p . 51-64 y 103-106. 446 JAVIER MALAGON-BARCELÓ México 1539. E l texto último lleva algunas notas aclaratorias en relación con ciertos aspectos de l a vida o costumbres indígenas. Reimpreso en volumen independiente el III Concilio, L o renzana espera publicar el IV, una vez celebrado, completando así la serie de concilios como nos los dice en l a advertencia del Apéndice; pero las circunstancias fueron otras y l o que él consideró el acto más importante de su vida pastoral en México nunca logró la aprobación de Su Santidad, y por tanto ver publicado su texto, como había planeado para completar l a serie de concilios mexicanos. E l tiempo hizo olvidar a Lorenzana y a su obra, y el manuscrito del I V Concilio Provincia! yacía olvidado hasta que el obispado de Querétaro dispuso su publicación cuando finalizaba el siglo x i x . En el propio año de 1770 apareció otra obra, más personal que l a publicación de los concilios, a saber, l a Oración a Ntra. Señora de Guadalupe. N o conozco cuándo la pronunció, pero del texto se desprende que debió ser el día de la Guadalupe, 12 de diciembre, de dicho año, y posiblemente en la Catedral. E l culto a l a Guadalupe se había intensificado bajo su antecesor en l a sede mexicana, R u b i o y Salinas, y tal vez Lorenzana quiso dar una muestra de su interés por el mismo, y más en un momento en que l a corte de Carlos III acentuaba l a devoción a la Inmaculada Concepción, a cuya historia hace referencia, relacionándola con la aparición de l a 17 18 19 20 17 Este apéndice fue publicado íntegramente p o r Nicolás L E Ó N , Bibliografía mexicana del siglo XVIII, 4? parte. México, 1907, p p . 308-330. 18 " . . . e l feliz hallazgo de estos originales no le queda que desear a el más curioso, pues con orden cronológico tiene noticia de l a p r i m e r a Junta Apostólica y R e g i a de los primeros Religiosos Misioneros de l a O r d e n de San Francisco; después sigue la carta de los Obispos a Su M a gestad en el año de 1537; l a J u n t a de los Obispos y Religiosos en e l 39 y después e l P r i m e r C o n c i l i o M e x i c a n o , y siguientes hasta el último quarto P r o v i n c i a l . . . " . L E Ó N , op. cit., p . 309. por 19 Concilio Provincial Mexicano IV celebrado... el 1771. p r i m e r a vez en Querétaro, 1898. E n 4?, X-222 p p . 20 SOSA, El episcopado mexicano, p p . 266, 269 y 272. Se i m p r i m e 447 L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A Guadaiupana a un indio en México como muestra de amor a esa tierra y sus gentes. Es una oración erudita, más pensada que sentida, escrita limpiamente y bien ordenada, de acuerdo con los "cánones" de una oración sagrada y bien documentada y con toda l a i n formación disponible en l a época. Es más el escrito de u n historiador que el sermón de u n clérigo. Como fuentes del milagro de l a aparición de l a Guadalupe utiliza los escritos de los que en nuestros días Francisco de l a Maza ha llamado "los evangelistas de G u a d a l u p e " , Miguel Sánchez, Luis Lasso de l a Vega, Luis Becerra y Tanco y Francisco Florencia que contribuyeron a revivir el culto guadalupano en el siglo X V H . A lo largo de l a oración exalta la obra de España en América, refiriéndose en ella a Hernán Cortés, cuyas cartas-relación acababa de publicar, a Zumárraga y a otros antecesores suyos en el arzobispado y a obispos de otras diócesis de México. A l describir l a imagen de l a Guadalupe, responde al sen21 23 22 2 4 2 5 26 21 Francisco de l a M A Z A , " L O S evangelistas de G u a d a l u p e y e l nacionalismo mexicano", Cuadernos Americanos, v o l . X L V I I I . México, D . F . , 1949, p p . 163-188. 22 Imagen de la Virgen Madre de Dios de Guadalupe, milagrosamente aparecida en la ciudad de México, celebrada en su historia con la profecía del capitulo doce del Apocalipsis... México, 1648. Es e l p r i m e r impreso guadalupano que cuenta l a completa relación de las apariciones d e l Tepeyac. D e él parten todos los relatos posteriores. 23 Huei tlamahizoltica omonexiti ilhuicac tlatoca ihwapilli Sancta Maria. [ E l gran acontecimiento c o n que se apareció l a Señora R e i n a d e l C i e l o Santa María.] México, 1649. 24 Origen milagroso del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. México, 1666. H a y u n a edición posterior, de 1675, con cambio e n e l título. 25 La Estrella de el norte de México, aparecida al rayar el día de la luz evangélica en este Nuevo Mundo, en la cumbre de el cerro de Tepeyac. .. México, 1688. 26 E n t r e las citas n o sagradas q u e hace Lorenzana, tenemos a J u a n de S O L Ó R Z A N O P E RE IRA, De Indiarum iure, y diversos escritos de A n t o n i o de León P i n e l o . 448 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ tido escriturista de l a época, pues lo hace en continua referencia al Cantar de los Cantares, y en otros lugares recurre a los textos de los Salmos, Génesis, Éxodo y de los evangelistas San Lucas y San Mateo. E n Lorenzana es difícil determinar si el recuerdo de la aparición de la Guadalupe de Extremadura en l a época de San Leandro y la descensión de la Virgen para poner la casul l a a San Ildefonso, comparándolas con el milagro de Tepeyac, obedece al visigotismo, tan común en l a segunda mitad del xvín, o responde a su unión vital a Toledo y Plasencia. L a oración iba destinada a implorar: 27 los d i v e r s o s a u x i l i o s p a r a e l p r ó x i m o C o n c i l i o P r o v i n c i a l q u e deseo e m p e z a r y acabar p a r a m a y o r g l o r i a de D i o s , exaltación de l a S a n t a Iglesia A m e r i c a n a , e x t i r p a c i ó n de l o s v i c i o s y s a l u d de todas las a l m a s . . . L a tercera de las obras que aparecen en 1770 con l a firma de Lorenzana es una edición, con el título de Historia de Nueva España... escrita por su esclarecido conquistador Hernán Cortés... que dedica: A l o s l i m o s , señores O b i s p o s , / nuestros h e r m a n o s , y c o m p r o v i n c i a l e s , / C a b i l d o s / de Iglesias C a t e d r a l e s , / P á r r o c o s t o d o e l estado eclesiástico / de l a P r o v i n c i a M e x i c a n a , /ya / ... dedicatoria en l a que claramente se expresa el regalismo de Lorenzana cuando dice: L a estrecha u n i ó n q u e debe h a b e r e n t r e E s t a d o Eclesiástico y Secular; l a C o n c o r d i a f i r m e y constante q u e e l Sacerdocio h a 27 Lorenzana reverenciaba a la figura de San Ildefonso que nos lo encontramos citado continuamente en sus escritos. E n 9 de febrero de 1788 Lorenzana firmaba u n a "Representación hecha p o r l a Santa Iglesia de T o l e d o a l R e y Nuestro Señor, d o n Carlos I I I , . . . sobre que se restituyesen las sagradas reliquias de l a casulla d e l glorioso Arzobispo, que existen en la Santa Iglesia y e l cuerpo d e l m i s m o Santo que se halla en la ciudad de Z a m o r a " . 449 L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A de mantener con el Imperio; la Relación que el Brazo Ecle- siástico d i c e a e l R e a l p a r a q u e le p r o t e j a y a u x i l i e ; las tancias de Ministro Sacerdote; separar de de Dios y Ciudadano, la de Persona Vasallo Fiel Consagrada, y Obediente que y exenta a su se junta que circunscon no se todo pueden Soberano... y más adelante escribe: sea justo desahogo de m i p e c h o m i g r a t i t u d y h u m i l d e r e c o n o cimiento a nuestro Soberano que me elevó a esta Dignidad Arzobispal... y para terminar dirigiéndose a los obispos: A c l a m e m o s Señores Illmos. a nuestro R e y como lo hacían los P a d r e s de los C o n c i l i o s T o l e d a n o s . . . E l plan original de la obra era el de publicar las cartas segunda (Segura de la Frontera, 30 de octubre de 1520) y tercera (Coyoacán, 15 de mayo de 1522) de Hernán Cortés con algunas notas sobre "los sitios, pueblos, genio, religión y costumbres de los naturales, poniendo al frente de este tomo la serie del gobierno político y c r i s t i a n o . . . corregido y aumentado por documentos y originales dignos de fe", pero en la dedicatoria aclara que decidió añadir la cuarta (Tenochtitlán, 15 ele octubre de 1524) para completar la visión de la conquista. E n la realidad se trata de una compilación documental en que el centro de ella son las cartas de Cortés, con u n total de 478 notas a pie de página, aclaratoria del texto. Las no28 29 28 E r a n las tres cartas de Cortés conocidas por haber sido publicadas, ya que l a primera se ha perdido aunque de ella tenemos numerosas referencias contemporáneas (Bernal Díaz del Castillo, Francisco Cervantes de Salazar y Francisco López de G o m a r a ) ; la q u i n t a no se publicó hasta 1842 de una copia que mandó sacar en V i e n a el conde de F l o r i d a blanca en 1782 a la sazón m i n i s t r o de Estado, quién sabe si i n f l u i d o p o r Lorenzana, ya en la Península y m i e m b r o de la corte de Carlos I I I . 29 E l original de las notas y apostillas se encuentran en la Academia de la H i s t o r i a (Madrid) . Colección Muñoz, tomos 4 y 5, Signatura 9/4782. 450 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ tas cumplen el plan que Lorenzana señaló en el prólogo, pero van más allá, pues aunque la mayoría de ellas son geográficas, identificando los lugares, que en algunos casos habían cambiado de nombre o desaparecido, localizan accidentes orográficos, dan información sobre l a zoología y botánica nativa, y sobre el origen de las costumbres, religión, productos, cultivos y tributos de los indígenas; aclaran o dan el significado de términos o palabras indígenas; se relacionan también con l a conquista propiamente dicha y l a colonización, como las que ofrecen detalles sobre personajes o las funciones que desempeñaban; industrias o artesanías introducidas por la vieja España; heroísmo de los conquistadores y primeros pobladores y en general explican ciertos pasajes de las cartas que para el lector del x v m requerían aclaración. Siente una gran admiración por Cortés, que a más de mostrarla en la dedicatoria y en el prólogo, se percibe a través del texto de muchas notas, en que elogia sus dotes de militar, gobernante y político, su sentido humano, su comprensión del indígena, la grandeza de su obra y l a belleza y sabiduría de sus escritos, que le lleva a exclamar en l a última nota: 30 . . . v e n e r a r é a Cortés, y beso s u f i r m a , c o m o a u n h é r o e p o l í t i c o , m i l i t a r y c r i s t i a n o s i n e j e m p l o p o r s u t é r m i n o ; de u n v a s a l l o , que sufrió los golpes de l a f o r t u n a c o n l a m a y o r f o r t a l e z a y c o n s t a n c i a , y de u n h o m b r e a q u i e n t e n í a D i o s d e s t i n a d o p a r a poner e n manos d e l rey católico otro nuevo, y más grande mundo. E l cariño y respeto al indígena se refleja a todo lo largo de la obra, y de ello ya había dado pruebas varias en sus pastorales y edictos y concretamente en uno de estos últimos (de 20 de junio de 1768) sobre la "felicidad espiritual y temporal de los naturales de estos reinos". Así vemos que elogia 30 L e l l a m a l a atención, y l o señala, l a cortesía de los indígenas, ya tradicional desde e l siglo x v i , como se puede ver en l a literatura de l a época, p . ej. en Cervantes. 451 L A OBRA ESCRITA DE L O R E N Z A N A el valor del indio frente a los conquistadores comparando su resistencia con el heroísmo de los numantinos y saguntinos y a "los naturales de l a V i l l a de Valderas". E n otro lugar dice refiriéndose a la lucha que presentaron a los españoles: "Esta acción [de Chichimecatecle] prueba que en los indios hay esfuerzo y valor". Pero no sólo los admira como hombres por su valor y su obra sino que los defiende de los moldes establecidos en la época tanto por los europeos como por los criollos. Los defiende frente a afirmaciones poco comprensivas: no los s o n los i n d i o s t a n r u d o s c o m o los q u i e r e n hacer, y q u i e n observe reconocerá la capacidad que conoció en ellos Cortés... y continúa a l g u n a s veces se h a c e n los b o b o s y es p o r q u e les t i e n e c u e n t a . A d m i r a "el poder del imperio mexicano", "su industria para las artes" y se interesa de tal modo en su pasado que reúne piezas arqueológicas como ciertas "puntas de pedernal de lanzas de largo más de u n palmo, y tan fuertes y penetrantes como el hierro", que, según escribe, conservaba en su biblioteca. L a naturaleza del Nuevo Mundo, con su grandiosidad, belleza y variedad, le impresiona y en diversos lugares la explica, pero no para el americano, sino para el hombre europeo ignorante del Nuevo M u n d o , y tal vez descreído de lo que se cuenta, y así, por ejemplo, al hablar de los ahuehuetes narra " . . . E n Atlixco he visto uno, que dentro la concavidad del tronco caben doce o trece hombres a c a b a l l o . . . " , y por si su testimonio pudiera ponerse en duda continúa: " . . . y en presencia de los ilustrísimos señores arzobispo de Guatemala y obispo de la Puebla entraron dentro más de cien muchachos, y aún cabían más". E n general, gran número de las notas narrativas de paisajes, productos, rutas, etc., están basadas en su experiencia personal. Así, cuando Cortés habla de Metztitlán como "tierra asaz fuerte", Lorenzana anota: 452 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ L a s h e pasado y t i e n e s o b r a d a razón Cortés, p o r q u e necesité a p e a r m e de l a m u í a . . . o comentando otro pasaje de las Cartas dice C o n o z c o a u n o s i n d i o s caciques q u e t i e n e n u n o s r a n c h o s c o m o descendientes de los señores de T e z c u c o , y los l l a m a n de a p e l l i d o S á n c h e z ; y está así d e c l a r a d o p o r l a R e a l A u d i e n c i a . . . E n cierto sentido las notas de Lorenzana son una crónica del México que él vivió y conoció y, como los cronistas del xvi, hace comparaciones entre los hechos y costumbres mexicanas que relata y las de las tierras que él conoció y vivió en la península. Pero en cierto sentido, por tener una preparación más completa, a veces los relaciona con hechos de l a Castilla m e d i e v a l o con la historia eclesiástica y aun l a antigua, concretamente con el Antiguo Testamento, al comparar lugares de México o hechos de su historia con algunos de la Sagrada Escritura. Justifica la conquista del Nuevo M u n d o como obra de la Divinidad, que utiliza a España como instrumento para lograr la conversión de los indios y, por tanto, Dios la encaminó más al orden espiritual que al material. 31 32 C a s i t o d o e l o r o y joyas q u e t e n í a C o r t é s y los españoles se p e r d i e r o n , y c u a n d o se g a n ó M é x i c o p o r l a fuerza, los i n d i o s l o a r r o j a r o n a l agua, p o r q u e casi n a d a p a r e c i ó , p o r q u e D i o s m a n d ó e n esto q u e l a c o n q u i s t a m á s h a b í a s i d o p o r g a n a r almas, q u e los m e t a l e s . 33 31 C o m o ejemplo podemos señalar las referencias a Pedro I y a E n r i q u e II de Castilla (p. 455 de la 2? edición de 1828) ; a Santiago Apóstol como protector de España y la leyenda de su aparición en las Navas de T o l o s a y la costumbre de invocarlo desde entonces antes de empezar u n a batalla (pp. 321, 346 y 429, i d . i d . ) . 32 Su admiración por el cardenal Pedro de Mendoza y el " g r a n card e n a l " d o n Francisco Jiménez de Cisneros, de los que iba a ser sucesor, en la silla primada de T o l e d o , se encuentra en varias de sus notas (pp. 254 y 273, i d . i d . ) . 33 v e r p . 192 i d . i d . y entre otras p p . 116, 218 y 273. L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A 453 Las fuentes escritas que utiliza no son difíciles de identificar ya que las cita: fray Juan de Torquemada, Monarquía indiana (Sevilla 1615), que es de quien más se fía; Francisco López de Gomara, Historia de las Indias y la conquista] de México (Zaragoza 1552), que, como se sabe, utiliza en forma extensa las Cartas de Cortés y al que en cierto sentido sigue en su admiración por l a naturaleza del Nuevo M u n d o y en la minuciosidad con que describe las costumbres indígenas; Antonio de Solís, Historia de la conquista de México, población y progreso de la América Septentrional conocida con el nombre de Nueva España (Madrid, 1684), de quien dice con criterio no diferente al de l a historiografía actual: c o n los v i v o s c o l o r i d o s de sus e x p r e s i o n e s ; castizo, elegante, flui- d o estilo, d e m o d o q u e es s i n g u l a r p i e z a de n u e s t r o C a s t e l l a n o ; m a s p o r s u t a n sobresaliente e l a d o r n o , t a n l i m a d a s las p a l a bras, t a n discretos l o s discursos, q u e p o n e e n b o c a de los I n d i o s , q u e d a u n r e c e l o e n q u i e n les trata, de a l g ú n exceso d e exageración, n o p o r e l A u t o r , sino p o r l a materia; n o p o r falta de v e r d a d e n l a substancia, sino p o r l a viveza de l a p i n t u r a ; n o p o r artificio engañoso, cubre e n l o n a t u r a l . s i n o p o r c i e r t a d e c a d e n c i a q u e se des- 3 4 y efectivamente, no le merecía confianza l a obra de Solís, y nos lo prueba el que de los autores clásicos de l a historia indiana es al que menos recurre; padre Joseph Acosta, Historia natural y moral de las Indias (Sevilla, 1590); Antonio de Herrera, Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar océano (Madrid, 1601-1615, aunque es posible que Lorenzana se sirviera de l a edición contemporánea a él, 1726-1730, que dirigió Antonio González Barcia), y Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España (Madrid, 1632). Utiliza a otros autores menores para ciertas citas, como el carmelita 34 prólogo, p p . I I I y I V sobre el valor de l a obra de Solís puede verse Francisco E S T E V E B A R B A , Historiografía Indiana. Madrid, 1964, pp. 125-129. 454 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ fray Antonio de la Ascensión "Relación del descubrimiento del Capitán [Sebastián] V i z c a í n o " y al jesuíta Miguel Venegas, Noticias de la California y de su conquista temporal y espiritual hasta el tiempo presente (Madrid, 1757). Para el aspecto "de las plantas y yerbas, licores y cosas medicinales" su fuente es "el D r . Francisco Hernández, cuya obra se hizo de orden del rey, pintando al natural todas las plantas, que pasan de m i l doscientas". E n l a "serie del gobierno político cristiano" toma como punto de partida la obra del franciscano fray Agustín de Betancur, Teatro mexicano; descripción breve de los sucesos exemplares históricos, políticos y religiosos del nuevo mundo occidental de las Indias (México, 1698), "corregido [lo que Betancur escribió], y aumentado por documentos, y originales dignos de fe". Ahora bien, la obra que más utiliza para aclarar una serie de conceptos de las Cartas de Cortés en lo que se refiere al indígena, su vida y su pasado, es la de 35 36 37 e l c a b a l l e r o D. L o r e n z o B o t u r i n i y B e n a d u c i , i t a l i a n o , hace p o c o q u e v i n o a estos reynos, y e n e l l o s t r a b a j ó c o n t a n t o desvelo, p a r a i n t e r n a r s e e n e l c o n o c i m i e n t o de los i d i o m a s de los I n d i o s , e n l a h i s t o r i a de su g e n t i l i s m o , y c o s t u m b r e s . . . 35 Conocido el manuscrito o u n a copia ya que no había sido p u b l i cada. E l título completo es Relación breve en que se da noticia del descubrimiento que se hizo en la Nueva España en la Mar del Sur desde el puerto de Acapulco hasta más adelante del Cabo Mendocino: en que se da quenta de las riquezas y buen Temple y Comodidades del Reino de las Californias: y de como podría Su Magd., a poca costa pacificarle y encorporarle a su corona y hazer que en él se predique el Santo Evangelio [1620]. 36 L a obra fue publicada p o r su compañero de O r d e n el famoso P . Andrés M a r c o B u r r i e l a l que conoció personalmente Lorenzana, en su época de canónigo de T o l e d o . 37 L a edición que utilizó fue, como el p r o p i o Lorenzana i n d i c a , el extracto de " e l D r . N a r d o A n t o n i o [Reccho] médico italiano; y es razón que los españoles hagan el debido aprecio de ella, cuando h a dado luz a los e s t r a g e r o s . . . " (loe. cit., p. 333). Sobre Hernández y su obra, véase Germán S O M O L I N O S , " V i d a y obra de Francisco Hernández", en Obras Completas [de este médico toledano]. V o l . I. México, D . F., 1960, p p . 409-417. LA OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A 455 Sentía Lorenzana gran admiración por él y por su método de trabajo, pues luego añade: . . . se m e t í a e n sus casas y jacales, y allí d o r m í a c o n i n c o m o d i d a d ú n i c a m e n t e p o r a d q u i r i r m o n u m e n t o s d i g n o s de l a a n t i g ü e d a d : en efecto r e c o g i ó m u c h o s , q u e p a r a n e n u n o d e los o f i c i o s d e l S u p e r i o r G o b i e r n o d e este V i r r e y n a t o . . . E l l o permitió a Lorenzana consultar l a documentación que a Boturini se le había recogido al ser expulsado de la Nueva España en 1744 (por extranjero que había pasado sin licencia real) y así nos lo indica con sus propias palabras: . , . y e n e l o g i o de este C a b a l l e r o , d e b o d e c i r , q u e p o r sus p a p e les h e a p r e n d i d o m u c h o , q u e n o h a b í a encontrado e n otros Autores... y termina su elogio y, de hecho, en defensa de Boturini, afirmando: f u e d e s g r a c i a d o p o r causas, q u e p o r entonces p a r e c i e r o n justas, m á s l a p o b r e z a c o n q u e m u r i ó , y e l l i b r o q u e e n M a d r i d dio a luz s o n p r u e b a s de sus fines, f i d e l i d a d y desinterés. L a obra de B o t u r i n i a que se refiere Lorenzana, y que éste sin duda utilizó, lleva el barroco título, tan propio de la época, Idea de una nueva historia general de la América Septentrional, fundada sobre material copioso de figuras, symbolos, caracteres y geroglificos, cantares y manuscritos de autores indios, últimamente descubiertos (Madrid, 1746). 3 8 38 Sobre B o t u r i n i , personaje de gran interés, puede verse: Eugenio S A R R A B L O A G U A R E L E S , El conde de Fuenclara, embajador y virrey de Nueva España (1687-1752), v o l . I I . Sevilla, 1966, p p . 73-99; y sobre l a documentación que reunió M a n u e l BALLESTEROS GAIBROIS, " L O S papeles de d o n Lorenzo B o t u r i n i B e r n a d u c i " , en Documentos inéditos para la historia general de la América Septentrional, t. V I , p p . X I - X V I I 1 . V e r también Víctor R i c o G O N Z Á L E Z , Historiadores mexicanos del siglo XV111. México, D . F . , 1949. 456 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ E l examen de los escritos de Lorenzana revelan el enorme influjo de Boturini, pues tal vez sin conocer sus papeles no hubiera dado tanta importancia a la parte indígena que intercala, n i hubiera ordenado preparar las láminas, que d i bujó Villavicencio, con motivos prehispánicos, pues aunque en la segunda mitad del x v i u , cuando Lorenzana regía la sede novohispana, ya se había despertado el interés histórico y arqueológico por el mundo anterior a la conquista, las publicaciones sobre este tema son todas posteriores. N o cabe la menor duda de que Lorenzana no hubiera podido preparar esta obra (sólo llevaba en México poco más de tres años) sin l a ayuda de sus colaboradores —que no sabemos quiénes fueron, pero que podríamos adivinar— tales como José Antonio Álzate, que le prepara el mapa que figura en la obra, y por tanto le debió auxiliar en gran número de las notas geográficas contenidas en la misma. E n cuanto a los textos que utilizó de las Cartas suponemos que fueron los de don Andrés González Barcia (Madrid, 1749), ya que las ediciones originales eran sumamente raras y Barcia nos dice que para "repetirlas en su obra las consiguió después de mucha diligencia, del consejero de órdenes don Miguel Núñez de Rojas q u e j a s tenía en su librería". 3 9 40 39 E n e l ' t o m o primero de l a colección de Historiadores primitivos de las Indias Occidentales. L a s impresiones originales de las cartas fueron: segunda, Sevilla, p o r J u a n Cromberger, 1522; tercera, por el mismo C r o m berger en Sevilla, 1523; y l a cuarta, en T o l e d o , por Gaspar de Ávila, 1525. 40 E n r i q u e V E M A , Historiadores primitivos de las Indias Occidentales (Colección d i r i g i d a e ilustrada p o r . . . ) , en Biblioteca de Autores Españoles, t. 22. M a d r i d , 1918, p . X V I . L a edición de las " C a r t a s " de L o renzana fue traducida a l francés por e l conde de Flavigni con el título de Correspondance de Fernand Cortes avec VEmpereur Charles Quint sur la conquete de Mexique, publicada en París hacia 1778. (Es u n tomo de 588 páginas, dedicado a l a marquesa de Polignac.) Contiene las tres cartas que aparecen en l a de Lorenzana pero llamándolas primera, segunda, tercera y cuarta. Sigue a Lorenzana en todas sus notas hasta el punto de repetir los elogios de éste a Cortés. Se reimprimió en Suiza en 1779. V E D Í A , op. cit., p. XVII. L a obra de Lorenzana fue reimpresa en N u e v a Y o r k en 1828 p o r LA OBRA ESCRITA DE LORENZANA 457 L a cuarta de las obras de Lorenzana que se imprimen en México es una compilación cronológica de las disposiciones que promulgó como arzobispo de México, desde su primera pastoral de 5 de octubre de 1766, cuando acababa de incorporarse a su puesto, hasta u n edicto de 28 de noviembre del año 1770 en que se publica la colección. E n total son 6 pastorales, 1 carta y 16 edictos precedidos de una introducción sobre l a "utilidad de las pastorales". La q u i n t a esencia d e l espíritu d e l o s P r e l a d o s s o n sus C a r t a s P a s t o r a l e s ; e n ellas e x p r i m e n t o d o e l j u g o d e su d o c t r i n a , m a n i - fiestan a sus subditos les s u m i n i s t r a n como e l íntimo Pastores s e n t i m i e n t o d e sus corazones, a u n o s leche a otros miel y a otros a l i m e n t o m á s sólido a c o m o d a d o a l a c o m p l e x i ó n y c a l i d a d de cada u n o . . . C o n estas palabras basadas en textos del profeta Malaquías y de San Pablo abre Lorenzana el capítulo sobre l a " U t i l i d a d de las Pastorales" en el volumen que recoge sus escritos como cabeza del Arzobispado de México. Justifica esta compilación con el ejemplo de San Gregorio el Magno, San Juan Crisòstomo, y, ya más cerca de sus días, el de Benedicto X I V ; Juan Montalbán, obispo de Guádix; Pedro Lepe Dorantes, obispo de Calahorra; Francisco Valero y Losa, arzobispo de Toledo, y el venerable Juan de Palafox, obispo de Puebla de los Ángeles, y precursor de Lorenzana, aunque con carácter temporal, en el arzobispado de l a Nueva España. A más había 4 1 4 2 d o n M a n u e l d e l M a r , q u i e n cambió l a primera parte d e l título, dándole el de l a nueva nación, Historia de México y la revisó y adaptó a l a ortografía moderna, adaptación que consiste principalmente en cambiar la " X " p o r l a " J " , lo que en algunos casos l a hace de difícil lectura. Suprimió varias láminas de l a edición o r i g i n a l y e l m a p a de l a Nueva España p o r José A n t o n i o Alzate. 41 Cartas pastorales de mura, simonia y penitencia para confesores y penitentes... Salamanca, 1720 (11 h . , 448 p p . ) . 42 Cartas pastorales... para la reformación de costumbres, destierro de abusos, exerciclos de virtudes y devoción del Culto Divino. V a l l a d o l i d , 1720 (651 p p . 2 , h . ) . 458 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ una razón que, aunque no la señala explícitamente, no cabe l a menor duda de que fue fundamental, a saber, la de que los eclesiásticos tuvieran recopiladas las normas y directrices que para el gobierno de su diócesis había dictado en los primeros años de gobierno, en los que había querido reformar la situación existente. Se extiende después sobre las condiciones y conducta de los obispos, tanto en el orden espiritual como cultural y personal, recordando la respuesta que Santa Teresa dio a u n canónigo de que "sólo es capaz para Obispo el que no tenga gana de serlo". H a b l a con detenimiento de las fundones que tiene que ejercer el que está al frente de u n cargo episcopal señalando además los deberes de los subditos para relacionarlo todo con la publicación de pastorales. Las fuentes que utilizó, independientemente de las referencias a hechos u opiniones de eclesiásticos y escritores, principalmente españoles, son las Sagradas Escrituras y las obras de Santo Tomás de A q u i n o (Ética y Questiones). E n cuanto a la primera de esas fuentes recurre en particular a los profetas Malaquías y Jeremías, los Salmos y el Deuteronomio del Antiguo Testamento, y a los evangelistas San Juan y San M a teo, epístolas de San Pablo y la de Santiago del Nuevo Testamento, terminando su escrito con una cita de Palafox: 43 No e s c o n d a m o s p u e s los O b i s p o s los talentos, q u e D i o s n o s dio, p a r a c o m e r c i a r e n g a n a r A l m a s , p u e s tiene e n esto e m p e ñ a d a su c a u s a . . . A continuación se reimprimen u n total de 23 escritos que son de interés para conocer el pensamiento de Loren44 43 H a b l a n d o de los que con anterioridad habían publicado las pastorales, dice: " . . . p o r encerrar puntos m u y substanciales concernientes á el buen régimen y con d i f i c u l t a d erraré e l que hubiere leido estos preciosos d o c u m e n t o s . . . " . 44 V e r Javier M A L A G Ó N B Á R C E L O , " L o s escritos del cardenal L o r e n zana", en Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas núm. 4 . México, D . F., 1970. L A OBRA ESCRITA DE LORENZANA 459 zana en cuanto a la organización y gobierno de su arzobispado, así como sus ideas en lo que a los jesuítas se refiere, a las tareas de u n arzobispo y relaciones con las autoridades reales y su preocupación de la vida en común de las religiosas, su paternalismo con el indígena, etc. H a y temas que trata en México y a los que vuelve cuando es arzobispo de Toledo, como el de las academias morales, sobre el toque de campanas, el progreso material de las clases humildes, etc. ¿Cuál fue l a razón de que, escasamente tres años después de haber sido elevado a la silla arzobispal de México y a los 48 años de edad, le preocupara el reunir sus escritos pastorales, que además en su mayoría habían sido impresos para su distribución a los párrocos y demás sacerdotes de su diócesis? T a l vez la razón, a más de las que él nos da, estribe en su preocupación por no convertirse en u n obispo más o en su aspiración a puestos de mayor importancia o más de su agrado. Hablamos en puros supuestos, pero no faltos de cierto fundamento aparente, como nos lo prueba la felicitación que Lorenzana envía al papa Clemente X I V al ser elegido, lo que posiblemente hicieran también todos los obispos, pero Lorenzana además la imprimió y, como es lógico, la repartiría, así como otra carta dirigida al mismo Santo Padre, al enviarle las ediciones de los Concilios mexicanos, la Historia de la Nueva España y los dos volúmenes sobre el rito mozárabe, la que igualmente hizo imprimir y por lo tanto distribuir. Sea cual fuere la razón, no cabe duda de que tuvo resultado la "actividad" de Lorenzana pues le sirvió para elevarle a la silla primada de España, no sabemos si impresionó al papa, pero sí al confesor del rey, el padre Eleta, y por lo tanto a su penitente, Carlos III, a los que de seguro remitió ejemplares de sus obras. E N T R E sus PASTORALES Y EDICTOS conviene destacar, respectiva- mente, l a que figura en quinto lugar y el que aparece en el decimoquinto en la colección, publicado originalmente el 6 de octubre de 1769 y el 18 de agosto del año siguiente. Ambos escritos se refieren al aprendizaje del castellano por los indios. 460 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ Este tema ya figura en la "Reglas para que los naturales de estas regiones sean felices en lo espiritual y temporal", dadas por Lorenzana el 20 de junio de 1768 en las que dice: . . . s e p a n [los i n d i o s ] l a D o c t r i n a C h r i s t i a n a n o sólo e n s u i d i o ma, sino p r i n c i p a l m e n t e e n c a s t e l l a n o . . . , y más adelante agrega Octava: ...que t e n g a n escuela de castellano, y a p r e n d a n los n i ñ o s a leer, y e s c r i b i r , pues d e este m o d o a d e l a n t a r á n , sabrán c u i d a r d e s u casa, p o d r í a n ser O f i c i a l e s d e l a R e p ú b l i c a , y explicarse c o n l o s S u p e r i o r e s , e n n o b l e c i e n d o su N a c i ó n , y dester r a n d o l a i g n o r a n c i a q u e t i e n e n , n o sólo de los M y s t e r i o s d e l a F e , s i n o t a m b i é n d e l m o d o de c u l t i v a r sus tierras, cría d e ganados y c o m e r c i o d e sus f r u t o s , a l o q u e se a ñ a d e ser jaita respeto hablar de ellos, pudiendo en su idioma hacerlo con los en Castellano, Superiores, o aunque poco. sea de delante Lorenzana pensaba como castellano y su posición era l a unificadora del poder central de la monarquía, frente a las lenguas de las otras regiones, con idioma propio, de l a península. E l problema que él había vivido en España se lo encontraba igual, aunque con características propias, en l a Nueva España. Su preocupación por este problema no sólo en el aspecto temporal, sino también espiritual, se refleja en el hecho de que transcurrido poco más de u n año publicaba u n a pastoral, "Para que todos los indios aprendan el castellano", en l a que hace u n resumen sobre la política lingüística de las naciones conquistadoras, desde el mundo antiguo, de imponer su idioma. Elogia y comprende el que al principio de la conquista los misioneros aprendan los idiomas nativos "para lograr l a conversión", pero no entiende cómo después de más de dos siglos no han adquirido "los Naturales la Instrucción Española", y más cuando hay mandato en las Leyes de Indias (1.18 tít. I. L i b . V I ) ; ahora bien el texto que él da no responde al de l a ley que cita tomada de unas reales cédulas L A OBRA ESCRITA D E L O R E N Z A N A 461 de " d o n Carlos y los Reyes de Bohemia, Gobernadores en Valladolid a 7 de junio y a 17 de j u l i o de 1550", pues olvida que la propia disposición especifica "que los Indios, se les ponga maestros, que enseñen a los que voluntariamente la quisieran aprender, como les sea menos molestia, y sin costa..." Alega las ventajas, enumeradas en diversas ocasiones, y los problemas que resolvería la unidad lingüística castellana. Su posición no era nueva, pues en el siglo x v n el obispo de Oaxaca, y en los principios del x v m los descendientes de los nobles indios, había insistido sobre la necesidad de la enseñanza del castellano. L a diferencia de posiciones está en que Lorenzana quiere la "obligatoriedad" del aprendizaje del castellano como nos lo prueba su pastoral en que termina diciendo: Así l o m a n d a m o s y o r d e n a m o s e n v i r t u d de S a n t a O b e d i e n c i a y b a j o de las más graves p e n a s a todos los Párrocos, V i c a r i o s y C l é r i g o s de este A r z o b i s p a d o . . . u s a n d o e l castellano p a r a l a e x p l i c a c i ó n de l a D o c t r i n a C h r i s t i a n a , y e n e l t r a t o c o m ú n . . . y pide y ruega a la colaboración de las justicias seculares, dueños de haciendas y demás personas, que puedan contrib u i r a f i n tan importante. L a pastoral de Lorenzana tuvo tal acogida por el virrey, marqués de Croix, que remitida al monarca, l a respuesta fue una real cédula de Carlos III, en la que ordenaba a todas las autoridades seglares y religiosas de Perú, Nueva España y Nueva Granada, lo que Lorenzana había mandado a las eclesiásticas de su arzobispado. E l texto de la real cédula, con otras palabras era el de la pastoral del arzobispo. Lorenzana, con su iniciativa había logrado, a más del f i n que perseguía, llamar la atención del gobierno de M a d r i d y del monarca, sobre su tarea como arzobispo y subdito leal a l a corona, lo que unido a otros aspectos de su obra en México, facilitaría su ascenso futuro, que le llevó a l a silla primada de España y de las Indias. Recibida l a real cédula en México, Lorenzana la publicó 462 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ ordenando su cumplimiento, por u n edicto. Debía sentirse satisfecho de reiterar lo que había iniciado haría dos años. Lugar aparte en sus publicaciones ocupa la Missa Gothica seu Mozarabica et Officiiim itidém Gothicum, primera reedición del Misal Mixto de Cisneros, así como del Breviario Gótico, que se imprime en la tipografía del Seminario Palafoxiano de Puebla de los Ángeles, diócesis de su amigo y ex cabildante de Sigüenza y Toledo, el obispo Francisco Fabián y Fuero, coautor de l a obra, y quien quizás tuvo a su cuidado l a impresión de la misma. Consta de dos volúmenes; el primero de 137 páginas, se inicia con los cuatro exámetros de la portada de la Biblia complutense y su explicación relacionándolos con el escudo de armas del cardenal Cisneros seguidos de las "Explanationes" en las que Lorenzana hace la historia del rito mozárabe desde sus orígenes hasta su impresión en el siglo x v i , y explica las características de los oficios mozárabes, y por último figura el texto de Cisneros sobre l a misa; el segundo tomo, de 198 páginas, contiene "Horae minores diurnae Breviarii Mozarabii, justa regulam Beati Isidori". Como señala el padre Germán Prado l a obra de Lorenzana no es l a simple reedición de la de Cisneros, agotada, y obra rara antes de terminado el siglo x v i , sino que sabiendo que adolecía de muchos defectos, erratas y omisiones l a compulsó con los códices toledanos dándonos "tras larga tarea las regias ediciones que ahora sirven en la capilla mozárabe toledana". E l prólogo macizo de erudición ha pasado a la Patrología Latina de M i g n e , que fue obra personal de L o 45 46 47 48 45 P a r a información más a m p l i a sobre este aspecto de l a obra de Lorenzana y sus consecuencias, véase Shirley B . H E A R T , La política del lenguaje en México: De la colonia a la nación. México, D . F . , 1972, p p . 80-86. 46 Sobre Fabián y Fuero, ver Francisco M A R T I G I L A B E R T , La Iglesia en España durante la Revolución Francesa. P a m p l o n a , 1971, p p . 331 a 367, y C a t a l i n a G A R C Í A , Biblioteca de Autores. Guadalajara. M a d r i d , 1. 47 Historia del rito mozárabe y toledano. Santo D o m i n g o de los Silos, 1928, p . 90. 48 Idem, loe. cit. L A OBRA ESCRITA DE L O R E N Z A N A 463 renzana, así como las notas, explicaciones y el elogio, si bien contó con la colaboración de Fuero, la cual debió consistir principalmente en el cotejo de los textos especialmente los escritos en griego, lengua que conocía, ya que muchas antífonas y doxologías en los códices mozarábigos están escritas en griego. ¿A qué se debió la publicación de esta obra en México? Es sin duda u n trabajo de sus años de canónigo de Toledo, pues así se desprende de los títulos que emplean tanto él como Fuero y del hecho que la dedique al "venerable Deán y Cabildo de la Santa Iglesia de Toledo, Primada de las Españas y de las Indias" y su publicación debió ser parte de la preparación del I V Concilio Provincial Mexicano, pensando asimilarlo a los Concilios Toledanos, de los cuales había nacido el rito gótico. Lorenzana no se dio por satisfecho con la edición de 1770, pues veremos que ya arzobispo de Toledo sigue trabajando sobre aquel rito publicando nuevas ediciones en Madrid y en R o m a . E n sus años en México publica otra serie de escritos, como memoriales de los niños expósitos y de los pobres mendigos. E n este último establece ya el principio de los hospicios como centro de trabajo y médico, y, por tanto, centro de formación profesional y de salud, principio que después ha de poner en práctica en la Real Casa de l a Caridad de Toledo, incluso con la tarea principal de tejer telas. E l memorial de los pobres, muy extenso y con u n gran sentido práctico, muy característico del despotismo ilustrado, es u n resumen de las ideas de Lorenzana y de su pensamiento jurídico, con numerosas citas de textos legales (Partidas, Nueva recopilación, Leyes de Indias), de tratadistas (Solórzano, Pereira, Grocio) y de 49 4 9 L a colaboración d e l obispo de P u e b l a debió de ser de gran u t i l i d a d , como consecuencia de su conocimiento d e l griego. BERISTÁIN DE S O U Z A , Biblioteca Hispano Americana Septentrional, 3? edición. México, 1947, v o l . I I , p p . 312-313, nos dice "haberme dado por sí mismo [Fuero] lecciones de l a lengua g r i e g a . . . " y en el " . . . Seminario de Puebla de los Ángeles f u n d o . . . cátedra de lengua griega". 464 JAVIER MALAGÓN-BARCELÓ cánones de diversos concilios españoles y extranjeros. Defiende la pobreza de la Iglesia ("la riqueza de la Iglesia, y aun el oro y l a plata de sus a d o r n o s . . . están en ella como depósito, para cuando ocurra ocasión de emplearlas útilmente en socorrer las m i s e r i a s . . . " ) . E n él se encuentran las preocupaciones de Lorenzana que a lo largo de los años, como arzobispo de Toledo, las ha de convertir en edictos, pastorales o cartas: sobre el peligro del incendio de los retablos; la necesidad del trabajo; el fomento de la agricultura; la labor de catcquesis de los párrocos; la limpieza corporal, etc. Y en el memorial, como en la mayoría de sus escritos mexicanos, la referencia obligada al venerable don Juan de Palafox. U n aspecto de gran interés de este trabajo es l a rica información que aporta para la historia de las clases bajas de México en la segunda mitad del xvin. Tenemos otros escritos de Lorenzana de este período, como el Arancel y algún otro edicto no recogido en el tomo de 1770, por ser de menor importancia, y, naturahnentje, los posteriores a la aparición de dicho volumen, pues aunque en 1779 publicó otro similar, en él recopilaba sólo sus escritos como arzobispo de Toledo. Entre aquéllos figura la interesante carta de despedida, de 7 de marzo de 1772, al regresar a la península. Contiene información autobiográfica, muy adaptada a las circunstancias; por ejemplo, habla de que se educó "tres años en el claustro de los hijos del Gran Patriarca Benito"; señala el sacrificio que fue para él dejar Plasencia "una de las mayores sillas de España" para pasar "a la metrópoli más insigne de Nueva España", " . . . s i n detenerme en duplicadas Bulas y gastos en u n año para dos Mitras, viage y peligro de mar; pues con la misma resignación con que me resolvía a la aceptación de la primera, debía agradecer la Real memoria para la segunda aunque fuera en las partes más remotas de todo el M u n d o " ; destaca el honor que representa para él el ocupar la silla primada "ilustrada con tantos Santos, Doctores y Maestros, como los Ildefonsos, Eugenios, Julianos, Eulogios y H e l a d i o s . . . " y "por Serenísimos Infantes y Personas R e a l e s . . . " E n resumen Lorenzana se da cuenta, y al mismo tiempo se atemoriza, de que está haciendo historia. L A OBRA ESCRITA DE L O R E N Z A N A 465 Sigue el modelo de Palafox, al que cita, e incluso transcribe párrafos de la pastoral que éste dirigió en circunstancias parecidas (Madrid, 8 de septiembre de 1653), especialmente en lo que atañe a los indios. Formula una serie de recomendaciones sobre los deberes y conducta de los obispos, párrocos y misioneros y pide se lleve adelante la proyectada "fundación del Flospicio de Pobres Mendigos", se atienda "a mis muy amados Niños Expósitos" y se enseñe "los dos Catecismos de el quarto Concilio Provincial Mexicano". Llegado a Toledo continuó publicando pastorales, cartas y edictos recogidos en parte en los volúmenes que aparecen en 1779 y 1786 y cuyo número no excede en mucho del total de los de México, con la diferencia de que al frente del Arzobispado Primado estuvo 28 años (25 efectivos) y en el de la Nueva España escasamente seis. Las circunstancias en uno y otro eran diversas, pues mientras en México fue arzobispo integral, gozando de buena salud y con "el ardor de la edad y confianza de la robustez", a Toledo llega como meta de su carrera eclesiástica, y ha de verse mezclado en el círculo de la corte real, de un mundo en crisis, con los consiguientes problemas, tanto en la vida civil como eclesiástica.