CERCANO A LA ESCLAVITUD Programas de Trabajadores Huéspedes en los Estados Unidos Un reporte del Southern Poverty Law Center Acerca Del Southern Poverty Law Center El Southern Poverty Law Center, con sede en Montgomery, Alabama, es una organización de derechos civiles sin fines de lucro con más de 250.000 miembros en los Estados Unidos. Fue fundada en 1971 para combatir la intolerancia y la discriminación a través de demandas judiciales, educación y militancia social. Su Proyecto de Justicia Inmigrante ha presentado numerosas demandas y acciones de clase en representación de trabajadores migrantes y trabajadores huéspedes en varias industrias del sur de los Estados Unidos. Mary Bauer, directora del Proyecto de Justicia Inmigrante, es la principal autora de este reporte. Sarah Reynolds, una asistente legal, fue la principal investigadora. ••• Si desea obtener más información acerca del SOUTHERN POVERTY LAW CENTER o más copias de este documento, llame al (334) 956-8200 o visite www.splcenter.org Resumen Ejecutivo En su Discurso sobre el Estado de la Nación de 2007, el presidente Bush llamó para que se legislara un “camino legal y ordenado para que los trabajadores extranjeros ingresen a nuestro país para trabajar de manera temporal”. Para conseguirlo, dijo el presidente, haría falta que “no traten de entrar a hurtadillas”. Este tipo de programa ha sido una parte central de las propuestas anteriores de reforma migratoria de Bush. De igual manera, las propuestas recientes del Congreso han incluido disposiciones que podrían hacer ingresar potencialmente a millones de trabajadores “huéspedes” a los Estados Unidos. Lo que Bush no dijo fue que Estados Unidos ya posee un programa de trabajadores huéspedes para jornaleros no especializados. Este programa ha sido ampliamente ocultado del escrutinio público porque por lo general los trabajadores están social y geográficamente aislados. Antes de expandir este sistema en nombre de la reforma migratoria, debemos analizar cuidadosamente cómo funciona. Según el sistema actual, que se denomina programa H-2, los empleadores hicieron ingresar alrededor de 121.000 trabajadores huéspedes a los Estados Unidos en el año 2005, aproximadamente 32.000 para trabajos de agricultura y otros 89.000 para trabajos forestales, procesamiento de mariscos, jardinería, construcción y otras industrias no agrícolas1. Sin embargo, estos trabajadores no son tratados como “huéspedes”, sino que se les explota y se abusa de ellos sistemáticamente. A diferencia de los ciudadanos estadounidenses, los trabajadores huéspedes no disponen de la protección más básica en un mercado de trabajo competitivo: la capacidad de cambiar de trabajo si son maltratados. En realidad, están atados a los empleadores que los “importan”. Si los trabajadores huéspedes se quejan de los abusos, enfrentan ser deportados, colocados en listas negras o sufrir otras represalias. Las leyes federales y las regulaciones del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos brindan algunas protecciones básicas a los trabajadores huéspedes H-2. Pero esas protecciones existen mayormente en papel. La capacidad del gobierno para garantizar que sus derechos se cumplan es prácticamente inexistente. Y, por lo general, los abogados independientes típicamente no aceptan representar sus causas. 1 Departamento de Estado, Visas para No Inmigrantes otorgadas, 01/10/04 — 30/09/05, disponible en http://travel.state.gov/pdf/FY2005_ NIV_Detail_Table.pdf “Este programa de trabajadores huéspedes es lo más cercano a la esclavitud que he visto”. CHARLES RANGEL, PRESIDENTE DEL COMITÉ DE MEDIOS Y ARBITRIOS DEL CONGRESO Atados a un solo empleador y sin acceso a recursos legales, los trabajadores huéspedes son: • en forma rutinaria robados de sus salarios; • obligados a hipotecar sus vienes manteniéndolos atados a trabajos huéspedes y a salarios bajos; • mantenidos virtualmente cautivos por los empleadores o agentes laborales que confiscan sus documentos; • obligados a vivir en condiciones de indigencia; y, • privados de sus beneficios médicos por lesiones ocurridas en el trabajo. Recientemente Charles Rangel, presidente del Comité de Medios y Arbitrios del Congreso, dijo lo siguiente a este respecto: “Este programa de trabajadores huéspedes es lo más cercano a la esclavitud que he visto”.2. La conclusión del congresista Rangel no es una mera hipérbole, y no es la primera vez que se hace una comparación de ese tipo. El ex funcionario del Departamento de Trabajo, Lee G. Williams describió al antiguo programa de “braceros” (el programa de trabajadores huéspedes que hizo ingresar a miles de ciudadanos mexicanos a trabajar a los Estados Unidos durante y después de la Segunda Guerra Mundial) como un sistema de “esclavitud legalizada”3.. En la práctica, no hay mucha diferencia entre el programa de braceros y el programa de trabajadores huéspedes H-2 actual. El sistema de trabajadores huéspedes H-2 también puede ser visto como un sistema moderno de servidumbre contratada. Pero, a diferencia de los antiguos sirvientes europeos contratados, los trabajadores huéspedes actuales no tienen perspectivas de convertirse en ciudadanos estadounidenses. Cuando sus visas de trabajo vencen, deben salir de los Estados Unidos. Son, de hecho, los trabajadores desechables de la economía estadounidense. Este reporte está basado en entrevistas con miles de trabajadores huéspedes, un análisis de la investigación sobre los programas de trabajadores huéspedes, fundamentos de casos legales y las experiencias de expertos en leyes de todo el país. Los abusos descritos aquí son demasiado comunes para atribuirlos a algunas “manzanas podridas” entre los empleadores. Son los resultados predecibles de un sistema que trata a los trabajadores extranjeros como mercancías que se importan según la necesidad, sin brindarles las garantías legales adecuadas o las protecciones que ofrece el mercado libre. El programa de trabajadores huéspedes H-2 es abusivo en su esencia y no debe ser expandido en nombre de la reforma migratoria. Si se permite que el programa actual continúe, éste debe ser completamente reformado. Las recomendaciones para hacerlo están al final de este reporte. 2 3 Declaraciones de Charles Rangel, congresista de los Estados Unidos, en el programa de CNN Lou Dobbs Tonight, 23 de enero de 2007 Extraído de Majka, Theo J. y Patrick H. Mooney, Farmers’ and Farm Workers Movements (Twayne Publishers 1995) 152.l 2 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos pa rt E 1 Breve Historia de los Trabajadores Huéspedes en los Estados Unidos Los trabajadores nacidos en el extranjero han contribuido significativamente a la economía estadounidense durante siglos. Desde principios del siglo XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, millones de inmigrantes europeos (irlandeses, británicos, alemanes, italianos, escandinavos, rusos, húngaros y otros) llegaron a los Estados Unidos, y su trabajo ayudó a alimentar la expansión económica y geográfica del país. Durante la mayor parte de este periodo, la Ley de Naturalización de 1790 permitió que las fronteras permanecieran abiertas y que no hubiera límites numéricos para la inmigración. El primer intento importante para regular o restringir el flujo de estos trabajadores ocurrió en 1882, cuando el Congreso aprobó la Ley de Exclusión de los Chinos para prohibir el empleo de jornaleros chinos. Durante la última mitad del siglo XIX, después de la finalización de la guerra entre México y los Estados Unidos en 1848, comenzaron a llegar decenas de miles de trabajadores migrantes desde México. A diferencia de sus pares de Europa y Asia, los mexicanos podían moverse libremente por la frontera recurriendo a trabajos huéspedes de hacienda, agricultura, minería y otras industrias, para luego en muchos casos volver a sus hogares. Sin embargo, el establecimiento de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos en 1924 hizo que el acceso a los trabajos en los Estados Unidos fuera más difícil para los trabajadores mexicanos, y por primera vez fueron considerados “extranjeros ilegales”4. Pero siguió sin haber límites numéricos para la inmigración legal desde México hasta 1965. La Primera Guerra Mundial detuvo por largo tiempo la migración desde Europa y creó una mayor demanda de mano de obra mexicana. Poco después llegó la Gran Depresión y los trabajadores mexicanos fueron vistos como una amenaza para los trabajos estadounidenses. Más de 500,000 personas, incluidos algunos ciudadanos estadounidenses, fueron deportados por la fuerza. El comienzo de la Segunda Guerra Mundial provocó otra escasez de mano de obra, y se recurrió nuevamente a los trabajadores mexicanos para llenar el vacío. 4 “Migrations: A Collection of Views on Mexican Migration to the United States”, Centro de Estudios Latinoamericanos, Universidad de California-Berkeley, disponible en http://socrates.berkeley.edu:7001/Outreach/education/migrations2003/index.html parte 1 • breve historia de los trabajadores huéspedes en los estados unidos 3 Organizadores de labor en los años 1950s expusieron extensos abusos a campesinos inmigrantes. Los Braceros En 1942, el Departamento de Estado de los Estados Unidos llegó a un acuerdo bilateral con México para crear el programa de braceros5, que más tarde fue aprobado por el Congreso. Para apaciguar las críticas, los partidarios del programa afirmaron que los mexicanos, que habían sido deportados en masa apenas unos años antes, eran fácilmente retornables6. Este programa fue inicialmente diseñado para hacer ingresar unos pocos cientos de jornaleros experimentados para cosechar remolacha azucarera en California. Pese a que comenzó como un programa pequeño, en su apogeo hizo que más de 400.000 trabajadores cruzaran la frontera por año. Un total de aproximadamente 4,5 millones de trabajos habían sido tomados por ciudadanos mexicanos al momento de la abolición del programa de braceros en 1964. Lo interesante es que el programa había contado con muchas protecciones legales significativas por escrito, brindando a los trabajadores lo que la historiadora Cindy Hahamovitch, una experta en programas de trabajadores huéspedes, denominó “el contrato de trabajo agrícola más completo en la historia de la agricultura estadounidense”7 . Bajo este programa: • Los empleadores eran requeridos a tener contratos individuales con los trabajadores bajo la supervisión del gobierno; • Los trabajadores debían contar con un alojamiento que cumpliera con los estándares mínimos; • Los trabajadores debían percibir un salario mínimo o un salario prevaleciente, según cual fuera el más alto; • Si los empleadores fallaban de pagar los salarios requeridos, el gobierno de los Estados Unidos estaría obligado a subsidiarlos; • Los empleadores debían ofrecer al menos 30 días de trabajo; y, • Los costos de transporte debían ser compartidos por los trabajadores, los cultivadores y el gobierno. Pero en la práctica el programa de braceros no era tan prometedor. A menudo, los trabajadores mexicanos, que por lo general no podían leer en inglés, no tenían conocimiento de las garantías contractuales. Y había numerosas denuncias referidas a empleadores que pagaban menos de lo debido a sus empleados, tal como sucede en el actual programa de trabajadores huéspedes H-2. A los trabajadores mexicanos, llamados braceros, también se les retenía el 10 por ciento de su salario, en teoría, para financiar un plan de jubilación similar al Seguro Social. El dinero debía ser depositado en un banco mexicano a nombre de los trabajadores. Sin embargo, esto nunca fue pagado. Se han iniciado varios litigios para recuperar lo que hoy se calcula en cientos de millones de dólares adeudados a trabajadores mexicanos. En 1956 se publicó el libro Stranger in Our Fields, del organizador laboral Ernesto Galarza, que llamaba la atención sobre las condiciones experimentadas por los braceros. El libro comienza con este alegato de un trabajador: “En este campo no tenemos nombre. Sólo nos llaman por nuestros números”. El libro llegaba a la conclusión de que a los trabajadores se les mentía, se les estafaba y se les “abandonaba vergonzosamente”. 5 La palabra “bracero” viene de la palabra española “brazo”, en el sentido de mano de obra o fuerza de trabajo agrícola disponible. Se refiere tanto al programa de trabajadores temporales vigente entre 1942 y 1944 como a los trabajadores agrícolas mexicanos legalmente contratados que participaron del programa. 6 Daniel J. Tichenor, Dividing Lines: The Politics of Immigration Control in America, (Princeton University Press 2002) p. 173 7 Cindy Hahamovitch, The Fruits of their Labor: Atlantic Coast Farmworker and the Making of Migrant Poverty, 1870-1945 (University of North Carolina Press) 168. 4 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos El funcionario del Departamento de Trabajo de los EE.UU. a cargo del programa, Lee G. Williams, lo describió como un sistema de “esclavitud legalizada”. La disponibilidad de braceros perjudicó la capacidad de que los trabajadores estadounidenses reclamen salarios más altos. Durante la década de los 50’s, los cultivadores trajeron a los braceros cuando los trabajadores estadounidenses hacían huelga o simplemente amenazaban con ello. A fines de la década de los 50’s y principios de la década de los 60’s, César Chávez organizó protestas de trabajadores agrícolas contra el programa y después afirmó que la organización del Sindicato de Trabajadores Agrícolas hubiera sido imposible sin la abolición del programa de braceros en 1964. De hecho, la huelga de la uva que dio lugar al nacimiento del sindicato comenzó al año siguiente8 . Actualmente, la creencia generalizada es que el programa de braceros ha contribuido en gran medida a los patrones de inmigración no autorizada de México a los Estados Unidos. Después del desmantelamiento del programa de braceros en 1964, aún se podía importar trabajadores extranjeros para trabajos de agricultura según los capítulos H-2 de El Acta de Inmigración y Nacionalidad. El programa H-2 había sido creado en 1943, cuando la industria de la caña de azúcar de Florida obtuvo permiso para contratar a trabajadores del Caribe con visas huéspedes para cortar caña de azúcar. Las horrorosas condiciones experimentadas por los cortadores de caña de azúcar han sido bien documentadas9. En un incidente muy conocido ocurrido el 21 de noviembre de 1986, los cortadores de caña de azúcar H-2 del Caribe dejaron de trabajar en una gran plantación de azúcar en el sur de Florida debido a que se oponían a las condiciones de trabajo. Los trabajadores denunciaron que la empresa había intentado pagarles un salario menor a lo prometido en el contrato de trabajo, y el resultado fue que más de 300 trabajadores se rehusaron a trabajar. La empresa llamó a la policía, que utilizó armas y perros para obligar a que los trabajadores suban a los autobuses en los cuales fueron retirados del campo y deportados. El incidente fue conocido como la “guerra de los perros”10. Se ha convertido en un símbolo para muchas personas de la capacidad de abuso extremo en los programas de trabajadores huéspedes, que permite a los empleadores controlar el derecho de los trabajadores a permanecer en los Estados Unidos. Mas de 4.5 millones de trabajos fueron ocupados por braceros Mexinanos entre 1942 y 1964. Un oficial del departamento de labor encargado del programa Lo llamó un sistema de “Esclavitud Legalizada”. El programa H-2 fue reformado en 1986 como parte de la Ley de Control y Reforma Migratoria, que lo dividió en el programa agrícola H-2A y en el programa no agrícola H-2B. No hay límite numérico anual para las visas H-2A. El límite anual para las visas H-2B fue de 66.000 hasta el año 2005, cuando se incrementó significativamente al no incluir a ese límite a los trabajadores que regresan repetidamente. En 2005, el último año que hay datos disponibles, Estados Unidos otorgó alrededor de 89.000 visas H-2B11 y alrededor de 32.000 visas H-2A. Los países que más trabajadores aportaron a los Estados Unidos según estos programas fueron México, Jamaica y Guatemala. Alrededor de tres cuartos del total de trabajadores son mexicanos12 . Como se demostrará en este reporte, el sistema de trabajadores huéspedes actual padece algunos de los mismos problemas que el desacreditado programa de braceros. • 8 David Bacon, Fast Track to the Past: Is a New Bracero Program in Our Future? (and what was life like under the old one), publicado en http:// dbacon.igc.org/Imgrants/17FastPast.htm (2002) 9 Alex Wilkenson, Big Sugar: Seasons in the Cane Fields of Florida (Alfred A. Knopf) (1989) 10 David Bacon, “Be Our Guests”, The Nation, 27 de septiembre de 2004 11 Esto incluye las visas H-2B y H-2R (trabajador reincidente). 12 Departamento de Estado, Visas para No Inmigrantes otorgadas, 01/10/04 — 30/09/05, disponible en http://travel.state.gov/pdf/FY2005_ NIV_Detail_Table.pdf parte 1 • breve historia de los trabajadores huéspedes en los estados unidos 5 pa rt E 2 Cómo Operan estos Programas de Trabajadores Huéspedes Actualmente, los Estados Unidos posee dos programas de trabajadores huéspedes bajo los cuales los empleadores pueden importar mano de obra no especializada para trabajos huéspedes o temporales que duren menos de un año: el programa H-2A para trabajos agrícolas y el programa H-2B para trabajos no agrícolas13. A pesar de que los programas H-2A y H-2B ofrecen diferentes términos y beneficios, son similares en un punto importante: ambos permiten que el trabajador temporal trabaje sólo para el empleador que solicitó sus servicios ante el Departamento de Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés). Si la situación de trabajo es abusiva o no corresponde con lo prometido, el trabajador casi no tiene otra alternativa, excepto regresar a su país. Esto coloca al trabajador en una desventaja distintiva en términos de sus oportunidades futuras en los Estados Unidos, ya que su capacidad de regresar en cualquiera de las temporadas siguientes depende completamente de la voluntad de un empleador para efectuar una solicitud al gobierno estadounidense. En la práctica, significa que es mucho menos probable que un empleado presente una queja acerca de la seguridad de su lugar de trabajo o sobre temas salariales. Bajo la ley federal, los empleadores deben obtener aprobación previa por parte del DOL para hacer ingresar trabajadores huéspedes a los Estados Unidos. Para conseguirla, los empleadores deben certificar que: • no existen suficientes trabajadores estadounidenses capaces, dispuestos, calificados y disponibles para trabajar en el lugar y momento requeridos; y, • los salarios y condiciones de trabajo de los trabajadores en los Estados Unidos con un empleo similar no se verán “adversamente afectados” por la importación de trabajadores huéspedes14 . Las visas H-2 utilizadas por los trabajadores huéspedes son sólo para individuos, y por lo general no les permiten hacer ingresar a sus familias a los Estados Unidos. Esto significa que los trabajadores huéspedes son separados de sus familias, incluidos sus hijos menores, por períodos que a menudo duran casi un año. 13 Hay otros programas de trabajadores temporales (como el programa H-1B para trabajadores más especializados), pero este reporte hace hincapié solamente en los trabajadores H-2 debido a que los proyectos del Congreso actuales en pos de una expansión a gran escala de los trabajadores temporales están más estrechamente orientados a emular las experiencias del programa H-2. 14 Código de los Estados Unidos (U.S.C., por sus siglas en inglés) 8 §1188(a)(1); 1101(a)(15)(H)(ii); Código de Regulaciones Federales (C.F.R., por sus siglas en inglés) 20, Parte 655 6 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Las protecciones legales fundamentales ofrecidas a los trabajadores H-2A no se aplican a los trabajadores huéspedes incluidos en el programa H-2B. EL PROGRAMA H-2A El programa H-2A brinda protecciones legales significativas a los trabajadores agrícolas extranjeros. Muchas de estas garantías son similares a las que existieron en el ampliamente desacreditado programa de braceros, vigente desde 1942 hasta que fue descontinuado en medio de abusos a los derechos humanos en 1964. Desafortunadamente, demasiadas de las protecciones—como el programa de braceros—existen solo en papel. Las leyes federales y las regulaciones del DOL contienen varias disposiciones cuyo objetivo es proteger a los trabajadores H-2A de la explotación, y al mismo tiempo asegurar que los trabajadores estadounidenses estén a salvo de los potenciales impactos adversos, por ejemplo, la tendencia a la baja de los salarios relacionada con la contratación de trabajadores huéspedes extranjeros. Los trabajadores H-2A deben percibir el más alto de los siguientes salarios: (a) el “salario prevaleciente” del mercado laboral local para una cosecha determinada, según lo determine el DOL y las agencias estatales; (b) el salario mínimo estatal o federal; o (c) el “salario por efectos adversos”15. Bajo la ley, los trabajadores H-2A también tienen derecho a: • Trabajar al menos tres cuartas partes del total de horas prometidas en el contrato, en el cual debe incluirse el período de empleo prometido. (Esto se denomina “garantía de las tres cuartas partes”). • Recibir alojamiento gratuito en buenas condiciones durante el período del contrato. • Percibir beneficios compensatorios del trabajador por costos médicos y pagos por el tiempo perdido no trabajado y por toda lesión permanente. • Un reembolso por el costo del viaje desde el hogar del trabajador hasta el lugar de trabajo en el momento en que el trabajador complete el 50 por ciento del período del contrato. Los gastos incluyen el costo de un pasaje de avión o autobús y de los alimentos consumidos durante el viaje. Si el trabajador temporal permanece en el trabajo hasta la finalización del contrato, el empleador debe pagar el transporte de regreso a su hogar. • Estar protegido por las mismas disposiciones de salud y seguridad que el resto de los trabajadores. • Ser elegible para servicios legales con financiamiento federal respecto a los asuntos relacionados con su empleo como trabajadores H-2A16. Para proteger a los trabajadores estadounidenses que compiten con los trabajadores H-2A, los empleadores deben cumplir con lo que se denomina “regla del cincuenta por ciento”. Esta regla establece que un empleador H-2A debe contratar a todo trabajador estadounidense calificado que se postule para un trabajo antes del comienzo de la segunda mitad de la temporada para la cual se contrataron trabajadores extranjeros. 15 16 C.F.R. 20 § 655.102(b)(9) C.F.R. 45 § 1626.11 parte 2 • cómo operan estos programas de trabajadores 7 EL PROGRAMA H-2B Las protecciones legales fundamentales ofrecidas a los trabajadores H-2A no se aplican a los trabajadores huéspedes incluidos en el programa H-2B. A pesar de que el programa H-2B fue creado hace dos décadas por la Ley de Control y Reforma Migratoria (IRCA, por sus siglas en inglés) de 1986, el DOL nunca ha promulgado regulaciones que pongan en vigencia sustanciales protecciones laborales para estos trabajadores17. De hecho, la IRCA no solicita de forma explícita estas garantías reguladoras, disponiendo sólo que la importación de trabajadores H-2B no debe afectar adversamente los salarios ni las condiciones de trabajo de los trabajadores estadounidenses. Y, a diferencia del programa H-2A, los procedimientos que regulan la certificación para una visa H-2B no fueron establecidos por regulación sino por memorandos internos del DOL (Carta General Administrativa 1-95), y por lo tanto no se sometieron a comentarios del público ni al proceso de revisión requerido cuando se adoptan nuevas regulaciones federales. Un empleador sólo debe declarar la naturaleza, el salario y las condiciones laborales del trabajo y asegurarle al DOL que el salario y el resto de los términos cumplen con las condiciones predominantes en la industria18. Debido a que el requerimiento salarial H-2B es establecido por directivas administrativas y no por regulación, el DOL afirma que le falta la autoridad legal para garantizar el cumplimiento del salario prevaleciente H-2B. Si bien el empleador está obligado a ofrecer empleos de tiempo completo con un salario que al menos respete el salario prevaleciente, ninguna de las otras protecciones reguladoras sustanciales del programa H-2A se aplican a los trabajadores H-2B. No hay alojamiento gratuito. No hay acceso a servicios legales. No hay “garantía de las tres cuartas partes”. Y las regulaciones H-2B no obligan a que un empleador pague el transporte del trabajador hasta los Estados Unidos.• Los trabajadores huéspedes H-2B quienes trabajan en industrias que no son de agricultura como forestales, procesadoras de mariscos y turismo no tienen las mismas protecciones legales fundamentales que los trabajadores agrícolas H-2A. Selected Differences in regulatory safeguards for H-2A workers and H-2B workers h2a h2b 50% Rule yes no 3/4 Guarantee yes no Free Housing yes no Social Security Tax Exemption yes no Eligible for Lsc-Funded Legal Services yes no 17 18 Véase Martinez v. Reich, F. 934 Sup. 232 (D. Tex. 1996) Carta General Administrativa Nº 1-95 (IV)(D) (H-2B); Véase Formulario ETA 750 del DOL 8 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos pa rt E 3 La Contratación: La Explotación Comienza en Casa La explotación de los trabajadores huéspedes H-2A y H-2B comienza mucho antes de que ingresen en los Estados Unidos. De hecho, comienza con la contratación inicial en su país natal, un proceso que a menudo los deja en un estado económico precario y en consecuencia extremadamente vulnerable al abuso de empleadores inescrupulosos en este país. Casi de manera universal, los empleadores estadounidenses dependen de agencias privadas para encontrar y contratar a trabajadores huéspedes en sus países natales, en la mayor parte de los casos México y Centroamérica. Por lo general, estos contratistas laborales cobran honorarios al trabajador—a veces miles de dólares— para cubrir gastos de transporte, visa y otros, incluida la ganancia de los contratistas. Los trabajadores, que en su mayoría viven en la pobreza, frecuentemente deben obtener a préstamos con un alto interés para reunir el dinero para pagar los honorarios. Además, en ocasiones los contratistas les solicitan que dejen una garantía tal y como la escritura de su casa o el título de su auto, para asegurarse de que cumplan con los términos de su contrato de trabajo individual. El entero negocio—no regulado—de contratación, puede ser bastante lucrativo. Con más de 121,000 trabajadores contratados de esta forma sólo en el 2005, están en juego decenas de millones de dólares en honorarios de contratación. Esta bonanza económica proporciona un incentivo poderoso para que los contratistas y las agencias importen la mayor cantidad de trabajadores posible, con poco o ninguna consideración por el impacto que esto pueda tener sobre los trabajadores y sus familias. LOS TRABAJADORES COMIENZAN CON UNA DEUDA CONSIDERABLE Por lo general, los trabajadores huéspedes que ingresan en los Estados Unidos poseen una deuda relacionada con honorarios que varía entre US$500 y bastante más de US$10,000. Muchos pagan tasas de interés exorbitantes por esa deuda. Cuando eso sucede, prácticamente no tienen posibilidades de pagar la deuda realizando el trabajo ofrecido por el empleador durante el término del contrato. Las deudas agobiantes son un problema crónico para los trabajadores huéspedes. A pesar de que las leyes estadounidenses contemplan algunas obligaciones en cuanto al reembolso por parte de los empleadores de los costos de transporte y visa de los trabajadores19, en la práctica no es común que los trabajadores reciban un reembolso completo. La mayoría lucha para pagar su deuda mientras los 19 Véase Arriaga v. Florida Pacific Farms, F. 305 3d 1228, 1237 (11th Cir. 2002); C.F.R. 20 § 655.102(b)(5)(i) parte 3 • la contratación: la explotación comienza en casa 9 La industrria forestal de los Estados Unidos recluta a los trabajadores huespedes de Huehuetenango, Guatemala donde mucha gente indigena vive en extrema pobreza con muy pocas oportunidades de ganar dinero. intereses se acumulan. Estos obstáculos se combinan cuando los empleadores no ofrecen la cantidad de horas de trabajo prometidas, algo que ocurre con frecuencia. Los trabajadores huéspedes guatemaltecos, representados por el Southern Poverty Law Center pagaron un promedio de US$ 2,000 en honorarios de transporte, visa y empleo para obtener trabajos forestales en los Estados Unidos. Los guatemaltecos son contratados en su mayor parte de Huehuetenango, una región extremadamente pobre donde viven muchos indígenas. A menudo analfabetos, muchos hablan español como segundo idioma y con un nivel de competencia variable. Por lo general, trabajan como La Bonanza del Reclutamiento El reclutamiento de trabajadores huéspedes es un negocio lucrativo para las empresas que ayudan a que los negocios de los Estados Unidos consigan mano de obra extranjera barata. Una declaración en una demanda presentada por el Southern Poverty Law Center sirve para dar un vistazo a este mundo, en la que los trabajadores pagan miles de dólares a los contratistas en sus países por el derecho a acceder a trabajos de bajos salarios en los Estados Unidos1 . La demanda, presentada en 2006, sostiene que Decatur Hotels y su presidente, F. Patrick Quinn III, violaron la Ley de Normas Razonables de Trabajo al no reembolsar a los trabajadores huéspedes por los exorbitantes honorarios pagados a los agresivos contratistas laborales que trabajaban como agentes de la cadena de hoteles. Cuando Decatur Hotels, que posee 15 hoteles de lujo en Nueva Orleáns, decidió importar hasta 290 trabajadores huéspedes para cubrir posiciones en sus hoteles que quedaron vacantes por los evacuados del Huracán Katrina, contrató a una empresa con sede en Baton Rouge llamada Accent Personnel Services Inc. Accent anuncia en su sitio web que ayuda a que los negocios obtengan aprobación gubernamental para emplear trabajadores huéspedes y también los recluta. Virginia Pickering, presidenta y dueña de la empresa, testificó en una declaración que Accent ganó US$ 1.200 por cada persona 1 Castellanos-Contreras v. Decatur Hotels, LLC, E.D. Louisiana, Caso Nº 06-4340, reclutada para trabajar en Decatur Hotels, US$ 300 por cada una por parte de Decatur Hotels y otros US$ 900 por cada una por parte de contratistas que trabajaban en Perú, Bolivia y República Dominicana. Eso significa que si Decatur importó los 290 trabajadores para los que se certificó en el Departamento de Trabajo, Accent habría ganado casi US$ 350.000. Accent no tuvo que descontar los costos de transporte o visa de esos honorarios. Cada uno de los trabajadores pagó entre US$ 3.500 y US$ 5.000 para cubrir los honorarios de reclutamiento, transporte y la visa. Como muchos otros trabajadores huéspedes, hundieron a sus familias en deudas para juntar este dinero. Para la mayoría de los trabajadores, ese monto equivalió a más de un año de salario. Los trabajadores huéspedes pronto se dieron cuenta de que no podían juntar suficiente dinero para llegar a fin de mes, mucho menos para pagar sus deudas. Los contratistas les habían prometido un mínimo de 40 horas de trabajo por semana y muchas horas extras. Pero la realidad fue que se encontraron trabajando casi 25 horas por semana, y a veces mucho menos. A pesar de estar desesperados por un salario, a estos trabajadores se les prohíbe por ley buscar otro empleo. “Es la esclavitud de los tiempos modernos”, afirmó Daniel Castellanos Contrera de Perú. Otro trabajador, que no quiso ser identificado debido a que temía que su nombre apareciera en una lista negra, dijo: “Las personas vinieron con deudas e hijos que mantener y la ilusión de que esto ayudaría a su futuro. Pero al final, sólo tenemos problemas más graves y deudas más grandes”. presentado en agosto de 2006 10 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos agricultores de subsistencia y prácticamente no tienen oportunidades de percibir salarios en las zonas rurales de Guatemala. En consecuencia, la única alternativa realista para conseguir los fondos necesarios para asegurarse trabajos H-2B en los Estados Unidos es visitar a un usurero, que probablemente cobre tasas de interés exorbitantes. Muchos de estos trabajadores informan que les han cobrado un 20 por ciento de interés al mes. Dado que la temporada de plantación de pinos dura tres meses y los trabajadores a menudo ganan menos de US$ 1,000 por mes, tienen pocas esperanzas de pagar la deuda realizando el trabajo para el que fueron contratados. Los honorarios pagados por estos trabajadores guatemaltecos son mucho mayores que el costo real del transporte y la visa. Un pasaje de avión de ida y vuelta puede conseguirse por US$500 ó US$600, por lo general una visa cuesta US$100 y algunos honorarios diversos pueden agregar varios cientos de dólares al monto total. La cantidad restante es embolsada por el contratante o la agencia para la que trabaja. Además, a la mayoría de los trabajadores forestales guatemaltecos entrevistados por el Southern Poverty Law Center se les solicitaba que le dejen algún tipo de garantía—generalmente la escritura de una propiedad—a un agente en Guatemala para asegurar que el trabajador “cumpla” con los términos de su contrato. Si un trabajador viola el contrato—como lo determino el contratista—ese trabajador será multado. A algunos trabajadores se les ha solicitado que paguen hasta US$1,000 para asegurar el recuperar su escritura. Esta táctica es enormemente efectiva para acallar quejas sobre el salario, las condiciones laborales o el alojamiento. Las empresas con sede en los Estados Unidos niegan tener conocimiento de los abusos, pero hay pocas dudas de que perciben beneficios sustanciales como consecuencia del accionar de sus agentes. Es casi inconcebible que un trabajador se queje de forma sustancial si un agente de la empresa para la que trabaja posee la escritura de la casa donde residen su esposa e hijos. Leonel HernándezLópez de Guatemala, como muchos otros trabajodores huéspedes fue requerido a dejar las escrituras de su casa con los contratistas como colateral. La historia relatada por Álvaro Hernández-López es típica entre los trabajadores inmigrantes contratados en Guatemala. En el 2001, a los 45 años, vino a los Estados Unidos para trabajar para Express Forestry Inc. en el sudeste. Continuó viniendo durante dos temporadas más de plantación. “Lo que gané plantando árboles en los Estados Unidos apenas me alcanzó para pagar mi deuda”, afirmó. “Fue realmente duro para nosotros luchar para entrar a los Estados Unidos de forma legal y luego no ganar nada de dinero. Nos dijeron que debíamos entregar nuestras escrituras para obtener el trabajo. Debíamos firmar con nuestro nombre en un papel en blanco y ceder las escrituras. Dijeron que si no firmábamos este papel, no nos llevarían a los Estados Unidos para trabajar”. El trabajador forestal Nelson Ramírez, también de Guatemala, describe una experiencia similar al emplearse con Eller and Sons Trees Inc. en 2001. Un contratista laboral le solicitó a su esposa que firme un papel asumiendo la responsabilidad si él no cumplía con su contrato. “No entendí exactamente qué significaba esta amenaza, pero sabía que mi esposa debía firmar para que yo pudiera obtener la visa”, afirmó Ramírez. “El trabajo era muy duro, pero me preocupaba irme porque mi esposa había firmado este formulario para que yo pudiera conseguir el trabajo y estaba preocupado por ella”. Estas tácticas no se limitan a ninguna industria o país en particular. En algunas partes del mundo, se solicita que los reclutados paguen sumas de dinero incluso mayores para obtener visas de trabajadores huéspedes. Algunos trabajadores tailandeses e indonesios importados a Carolina del Norte con visas parte 3 • la contratación: la explotación comienza en casa 11 Trabajadores Huéspedes de Bolivia, Perú y República Dominicana pagaron cada uno entre $3,500 y $5,000 dólares para obtener trabajos temporales de bajo ingreso en hoteles de Nueva Orléans después del Huracán Katrina. El dueño del hotel certificó al gobierno de los Estados Unidos que no habia trabajado— res Americanos disponibles. H-2A, por ejemplo, pagaron cada uno de US$5,000 a US$10,000 o más por el derecho a ser empleados en trabajos de agricultura de corto plazo con remuneraciones de menos de US$10 la hora. En la práctica, ni siquiera llegaban a percibir esa suma. LOS TRABAJADORES PAGAN HASTA US$5,000 POR TRABAJOS EN HOTELERÍA DESPUÉS DE KATRINA Después del Huracán Katrina, una gran empresa hotelera de Nueva Orleans llamada Decatur Hotels LLC decidió que trabajadores huéspedes H-2B cubrieran las vacantes en trabajos de hotelería generadas por los empleados que aparentemente habían sido expulsados de la ciudad por la destrucción a gran escala. En su solicitud al Departamento de Trabajo para obtener el permiso de contratación de hasta 290 trabajadores huéspedes, la empresa afirmó que “había ofrecido trabajo a los evacuados por el huracán “pero “nadie aplico”20. Sin embargo, los agentes de la empresa encontraron una buena cantidad de trabajadores dispuestos en Perú, Bolivia y República Dominicana. Cada contratado pagó entre US$3,500 y US$5,000 para entrar a los Estados Unidos y conseguir trabajos de hotelería—mantenimiento, tareas domésticas, servicios al cliente, etc.—cuya duración estaba estipulada a sólo nueve meses. Según los términos del contrato escrito, cada trabajador tenía que trabajar tiempo completo por tres o cuatro meses sólo para recuperar los honorarios de contratación, sin contar el interés de los préstamos a los que pudieran haber recurrido. Cuando llegaron, descubrieron que ni siquiera les permitían trabajar tiempo completo en los hoteles, haciendo sus situaciones aún más desesperantes. “Cada uno de nosotros tuvo que vender cosas para obtener el dinero para venir aquí”, afirmó Francisco Sotelo Aparicio, que vino de Perú a trabajar para Decatur Hotels. “Vendí parte de mis tierras, mis pertenencias, y dejamos a nuestras familias para tratar de salir adelante. … Queremos seguir trabajando legalmente, pero es muy difícil hacerlo cuando ganamos tan poco dinero y tenemos tantas deudas. Nos desesperamos”. En muchos casos, la única manera que tienen los trabajadores huéspedes de conseguir el dinero suficiente para pagar su deuda es buscar empleos adicionales. Pero eso es ilegal. El sistema de trabajadores huéspedes les permite trabajar sólo para el empleador que hizo arreglos con el Departamento de Trabajo para importarlos. Muchos de los trabajadores entrevistados por el Southern Poverty Law Center tienen plena conciencia de que no serán capaces de pagar su deuda de contratación debido a que su salario es muy bajo y los trabajos son estacionales o temporales. Ante este panorama, surge la siguiente pregunta: ¿por qué los trabajadores deciden venir a los Estados Unidos bajo estos términos? La simple realidad es que los trabajadores de México, Guatemala y muchos otros países a menudo tienen muy pocas oportunidades económicas. En los últimos años, los mexicanos que viven en el campo han tenido dificultades se han incrementado para ganarse la vida mediante la agricultura de subsistencia, y en algunas regiones prácticamente no hay trabajos con contraprestación salarial. Donde existe ese tipo de trabajos, el salario es extremadamente bajo. Los jornaleros no especializados 20 Castellanos-Contreras v. Decatur Hotels, LLC, E.D. Louisiana, Caso Nº 06-4340, presentado en agosto de 2006 12 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Irla En diciembre de 2000, el esposo de Irla dejó su pequeña ciudad en Guatemala por primera vez para trabajar en los Estados Unidos. Con una visa H-2B en su mano y un trabajo para plantar pinos en los bosques del sur, esperaba reunir suficiente dinero para brindarle una vida mejor a su familia. pueden ganar hasta 10 veces o más en los Estados Unidos haciendo el mismo trabajo que en sus países natales. Por eso, a pesar del riesgo de ser estafados, muchos trabajadores están dispuestos a arriesgarse. La mayoría de ellos piensa que los programas de trabajadores huéspedes son su mejor oportunidad para ingresar a los Estados Unidos y conseguir un mejor nivel de vida para sus familias. Estos trabajadores desesperados son fácilmente engañados por los contratistas. En unos pocos casos, según relataron los trabajadores huéspedes al Southern Poverty Law Center, los empleadores directamente proporcionaron una vía de acceso alternativa para que los trabajadores migrantes ingresen a los Estados Unidos. Una vez en el país, los trabajadores exceden el tiempo de estadía estipulado por sus visas y se convierten en trabajadores no autorizados, o “saltan” el contrato y se van a trabajar a otro lado. A pesar de ser considerable, el costo del trabajador es generalmente menor al que implicaría ingresar a los Estados Unidos de forma ilegal. Ciertamente es menos peligroso ingresar con una visa H-2 que intentar cruzar la frontera desafiando la ley. Algunos empleadores buscan períodos de visa largos, aduciendo por ejemplo que tienen 8 ó 10 meses de trabajo, cuando en realidad sólo tienen para ofrecer dos o tres. El periodo luego del cual el empleador no tiene trabajo para ofrecer, pero la visa sigue siendo válida es denominado “tiempo libre” por muchos trabajadores. Numerosos trabajadores le han relatado al Southern Poverty Law Center que sus empleadores les dijeron explícitamente que tenían la libertad de buscar trabajo en otro lugar durante este período. A pesar de que esto viola claramente la ley inmigratoria, los trabajadores a menudo piensan que lo que hacen es legal porque su visa es válida y su empleador les dio Contrajo deudas para pagar de aproximadamente US$ 1,000 en honorarios a un reclutador y le pidieron que deje la escritura de su casa a un abogado en la ciudad para garantizar su regreso después del vencimiento de la visa de siete meses. No ganó mucho dinero plantando pinos. Sin embargo, después de tres meses, la temporada de plantación de pinos terminó y encontró otros trabajos. Trabajó en una fábrica, cosechó uvas y trabajó en campos de tomate y tabaco. No fue hasta ese momento que pudo enviar más dinero a su casa. Para algunos trabajadores huéspedes, esto se conoce como el periodo de “visa libre”, y en ocasiones los contratistas prometen este tipo de oportunidades aunque este arreglo infringe las reglas del sistema de trabajadores huéspedes. “Todos sabíamos que los hombres no ganarían mucho en lo que era la actual temporada de plantación”, afirmó Irla. “Mi esposo y los otros trabajarían sus tres meses con la empresa de la plantación y después buscarían otros trabajos. Mi esposo no pudo enviarnos dinero o pagar su deuda hasta que consiguió otro trabajo”. El esposo de Irla continuó viajando a los Estados Unidos cada temporada durante los cuatro años siguientes. La escritura de su casa siguió en manos del abogado en Guatemala. Había muchas otras mujeres en la misma situación en la comunidad de Irla. Se quedaron en su casa para cuidar de sus hijos, esperando pacientemente un dinero que pocas veces llegaba. “Lo hacemos por nuestros hijos”, afirmó Irla. “Tenemos que trabajar para poder comer y no es lo mismo cuando nuestros esposos no están aquí”. Después de completar su quinta temporada de plantación de tres meses en los Estados Unidos, el esposo de Irla volvió a encontrar otro trabajo. Camino a su trabajo murió en un accidente de autos. A los 32 años, dejó sin padre a sus cinco hijos. La última vez que Irla lo vio fue en noviembre de 2004. Incluso luego de cinco años, todavía debía alrededor de US$ 700. “Debería haber ganado mucho dinero en todo el tiempo que estuvo en los Estados Unidos”, afirmó Irla. “Pero no nos quedó ninguna ganancia. Ahora estoy trabajando sin él para nuestros cinco hijos. Creo que me llevará alrededor de tres años pagar esta deuda. Soy la única que trae comida a la casa”. parte 3 • la contratación: la explotación comienza en casa 13 Junto al nombre de un trabajador, se leía: “sólo quiere la visa para viajar a Florida. Debe dejar un depósito de US$5000”. Claramente, estas visas estaban disponibles para la venta. permiso. Para algunos empleadores, es la única manera de seguir atrayendo una fuerza de trabajo año tras año, debido a que los salarios son muy bajos y los costos de reclutamiento muy altos. Un empleador demandado por el Southern Poverty Law Center tenía gran cantidad de anotaciones que reflejaban los depósitos dejados por los trabajadores para asegurar su trabajo. A continuación del nombre de un trabajador, se leía: “sólo quiere la visa para viajar a Florida. Debe dejar un depósito de 5000”. Claramente, estas visas estaban a la venta. Mientras el sistema de trabajadores huéspedes dependa de una serie de contratistas extranjeros no regulados, estará sujeto a este tipo de venta indiscriminada de visas. Si los honorarios que se cobran a los trabajadores en concepto de contratación o transporte estuvieran prohibidos, se ayudaría a anular el incentivo económico que posee la industria de la contratación en México y otros lugares para enviar más trabajadores de los necesarios. Presumiblemente, si no se pudieran cobrar estos montos a los trabajadores, los empleadores pagarían por la contratación y reclutarían solo al número de trabajadores que se necesiten. Lamentablemente, es difícil imaginar cómo se garantizaría el cumplimiento de una ley de este tipo. Por ejemplo, hasta hace poco una embajada estadounidense en América Latina le preguntaba de forma rutinaria a los potenciales trabajadores H-2 cuánto habían pagado en concepto de honorarios de contratación, aparentemente debido a la preocupación respecto de que un alto nivel de endeudamiento causaría que los trabajadores excedieran el tiempo de estadía permitido por sus visas para poder pagar su deuda. Los contratistas les decían a los trabajadores cuál era la respuesta “correcta” (es decir, falsa) que debían dar, y los trabajadores obedientemente declaraban un valor más bajo que el de los honorarios pagados. Un problema fundamental del sistema de trabajadores huéspedes es que el permiso para que un trabajador pueda viajar a los Estados Unidos con una visa H-2 es otorgado sólo después de una oferta de trabajo por parte de un empleador estadounidense. Colocar este poder en las manos de representantes de empleadores que trabajan en otros países es una receta perfecta para el abuso a los trabajadores.• Trabajadores huéspedes H-2 vienen a los Estados Unidos de todo el mundo, pero como tres cuartos son de México, y como países de 9 de 10 son de America Latina. MEXICO GUATEMALA EUROPE H-2A 28,563 87 323 H-2B 60,258 3,681 4,919 14 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos pa rt E 4 En poder de la “carta de la deportación” El problema más grande de los programas de trabajadores huéspedes, tanto desde una perspectiva histórica como actual, es que el empleador y no el trabajador es quien decide si un trabajador puede ingresar y permanecer en los Estados Unidos. Debido a esta situación, el equilibrio de poder entre el empleador y el trabajador es tan asimétrico y desproporcionado a favor del empleador que, por todos los propósitos prácticos, los derechos del trabajador son nulos. El empleador puede despedir al trabajador, llamar al gobierno y declararlo “ilegal” en cualquier momento. Otto Rafael Botón-González, un trabajador forestal H-2B de Guatemala, ha padecido esto en carne propia. “Cuando el supervisor veía que una persona estaba lista para dejar el trabajo debido al bajo salario, nos quitaba los papeles. Rompía nuestra visa y nos decía: ‘¿No quieren trabajar? Entonces, váyanse ¿No quieren trabajar? Llamaré a inmigración ahora mismo para que tome sus papeles y los deporte’”. Muchos abusos, quizá la mayoría de los padecidos por los trabajadores huéspedes, surgen del hecho de que el empleador tiene literalmente en sus manos la carta de la deportación. Uno de los abusos crónicos más denunciados por los trabajadores huéspedes se refiere a la confiscación de documentos de identidad, en particular pasaportes y tarjetas de Seguro Social21. En muchos casos, a los trabajadores se les dice que los documentos se les quitan para asegurarse de que no dejen de trabajar en medio de su contrato. El Southern Poverty Law Center ha recibido docenas de informes de esta práctica, en el curso de su representación legal a los trabajadores se ha confirmado que esto es una rutina. A pesar de que algunos empleadores afirman que retienen los documentos para “cuidarlos”, muchos han sido muy francos al admitir que hay un gran riesgo de que los trabajadores se escapen si no se confiscan los documentos. Una empleadora demandada por el Southern Poverty Law Center afirmó en su declaración que la empresa retenía las tarjetas del Seguro Social de los trabajadores en sus oficinas porque “si ellos tienen sus tarjetas de Seguro Social, se irán”22. Juan, un trabajador forestal, afirmó: “El jefe nos quitó nuestros pasaportes y los retuvo. Nos los quitó cuando apenas llegamos desde México. Se los pedíamos y siempre nos decía que no. Cuando nos pagaron, queríamos ir a cobrar nuestros cheques. El jefe decía: ‘Hablen con el chofer 21 A diferencia de los trabajadores H-2A, quienes tienen visas H-2B deben pagar impuestos por el Seguro Social y por Medicare, pero no tienen perspectivas de recibir los beneficios de estos programas. También están sujetos a las retenciones del impuesto a la renta federal. 22 Declaración de Sandy Thomas, página 77, Recinos-Recinos v. Express Forestry, E.D. Louisiana, Caso Nº 05-1355 parte 4 • en poder de la “carta de la deportación” 15 Los empleadores con Frecuencia confiscan visas y otros documentos de los trabajadores huéspedes para asegurar de que no dejen sus Trabajos. y él se los cobrará’. No nos daba nuestros pasaportes para que pudiéramos cobrar nuestros cheques. Decía que una dependencia superior de la empresa les ordenaban a hacer esto. Mi pasaporte me da permiso para estar aquí sin que nadie me moleste, porque mi estatus es legal. No puedo probar que mi situación es legal si no tengo mi pasaporte”. No existe un mecanismo realista para que los trabajadores recuperen sus documentos de identidad. Numerosos empleadores se han negado a devolver estos documentos, incluso cuando el trabajador simplemente quería volver a su país natal. El Southern Poverty Law Center también ha encontrado numerosos casos donde los empleadores destruyeron pasaportes o visas para que el estatus de los trabajadores se convierta en indocumentado. Cuando esto sucede, hay pocas probabilidades de que un trabajador pueda obtener ayuda por parte de agentes de policía locales. En muchas jurisdicciones, los abogados que representan a los trabajadores les aconsejan no llamar a la policía, porque es más probable que tomen represalias contra los trabajadores que se quejan que contra el empleador. VIVIR CON MIEDO En otros casos, los empleadores han utilizado de forma bastante explícita la amenaza de llamar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos como manera de asegurar el control sobre los trabajadores. Por ejemplo, en un caso donde los trabajadores se negaron a trabajar hasta recibir su salario, luego de no recibir pagos por varias semanas, el empleador respondió amenazando con llamar a inmigración y declarar que los trabajadores habían “abandonado” su trabajo y en consecuencia eran trabajadores “ilegales”. Ese tipo de amenaza es muy común, y la hace posible un sistema en el cual las visas son emitidas sólo para trabajar con el empleador que lo solicita. Incluso en los casos en que los empleadores no amenazan abiertamente con la deportación, los trabajadores viven con un constante miedo a que cualquier mala conducta o queja de su parte signifique que los envíen de vuelta a su casa o que no los vuelvan a contratar. El miedo a las represalias es un problema con raíces profundas en los programas de trabajadores huéspedes. En 1964, el organizador laboral y escritor mexicano-estadounidense Ernesto Galarza descubrió que, a pesar de que las violaciones a los derechos de los trabajadores eran corrientes, sólo uno de cada 4,300 braceros se quejaba23. Al examinar el programa H-2A en Carolina del Norte, Human Rights Watch descubrió un “temor generalizado y evidencias acerca de la existencia de listas negras contra los trabajadores que alzan la voz sobre las condiciones, buscan la asistencia de abogados de Servicios Legales o tienen un rol activo en [el sindicato]”24. Human Rights Watch también encontró evidencias de una “campaña de intimidación” contra los trabajadores para desalentar cualquier ejercicio de libertad de asociación por parte de los trabajadores. El Tribunal de Cuentas del Gobierno de los Estados Unidos (antes 23 Ernesto Galarza, Merchants of Labor: The Mexican Bracero Story (Rosicrucian Press, 1964) en 17; Véase también Michael Holley, Disadvantaged by Design: How the Law Inhibits Agricultural Guestworkers from Enforcing Their Rights, 18 Hofstra Lab. & Emp. L.J. 575, 585 (2001) 24 Human Rights Watch, Unfair Advantage: Workers’ Freedom of Assocation in the United States Under International Human Rights Standards (ILR Press) 2000 en 148 16 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos conocido como Oficina de Contabilidad General) informó de manera similar en 1997 que “es poco probable que [los trabajadores H-2A] se quejen de las violaciones a las protecciones para trabajadores, por ejemplo, la garantía de las tres cuartas partes, por miedo a perder sus trabajos o a no ser aceptados por el empleador o la asociación para un empleo futuro”25. La lista negra de la Asociación de Cultivadores de Carolina del Norte (NCGA, por sus siglas en inglés) ha adquirido trascendencia pública. La lista negra de 1997, denominada “Informe de la NCGA sobre trabajadores no elegibles para recontratación de 1997” [1997 NCGA Ineligible for Rehire Report] consistía en más de 1,000 nombres de ex trabajadores huéspedes indeseables26. El miedo a las represalias es una preocupación constante entre los trabajadores. Y además es una preocupación justificada. No hay duda de que muchos empleadores H-2 se aprovechan del poder que ostentan sobre los trabajadores huéspedes. Los trabajadores viven con un constante miedo a que cualquier mala conducta o queja de su parte signifique que los envíen de vuelta a su casa o que no los vuelvan a contratar. El miedo a las represalias es un problema con raíces profundas en los programas de trabajadores huéspedes. 25 26 Changes Could Improve Services to Employers and Better Protect Workers. GAO/HEHS 98-20, pp 60-61 David Bacon, “Be Our Guests”, The Nation, 27 de septiembre de 2004 parte 4 • en poder de la “carta de la deportación” 17 pa rt E 5 Abusos de Salarios y de Horarios A pesar de que las leyes federales estipulan el pago del Salario por Efectos Adversos a los trabajadores H-2A y del salario prevaleciente a los trabajadores H-2B, en la práctica muchos trabajadores huéspedes ganan bastante menos, incluso que el salario federal mínimo de US$5,15 la hora. Los abogados de Servicios Legales han representado a trabajadores H-2A en cientos de demandas contra sus empleadores. Y se han presentado más de 20 demandas a nombre de trabajadores H-2B en todo el país en los últimos años, muchas patrocinadas por el Southern Poverty Law Center. Dado que sólo unos pocos abogados brindan servicios legales gratuitos a estos trabajadores de pocos ingresos, estos números reflejan un grave problema: los empleadores que utilizan los servicios de los trabajadores huéspedes en muchas industrias violan de manera rutinaria las leyes laborales básicas. Para entender los problemas de salarios y de horarios que enfrentan los trabajadores, es útil analizar dos industrias: la forestal y la de procesamiento de mariscos. Estas dos industrias actualmente dependen de los trabajadores huéspedes para la mayor parte de su trabajo. No es coincidencia que en ambas industrias las violaciones a los salarios y a los horarios sean la norma y no la excepción. TRABAJADORES FORESTALES A pesar de que un contrato H-2B entre un empleador y un trabajador especifica un salario por hora mínimo (el salario prevaleciente, que ha variado en los últimos años de US$6 a US$10 la hora, según el año y el estado), a los plantadores de árboles a menudo se les paga según la cantidad de plántulas que plantan. Se les dice que deben plantar al menos dos bolsas de 1,000 plántulas cada una en un día de ocho horas, una tarea generalmente imposible. Los pagos varían entre US$15 y US$30 por bolsa. Un equipo de plantación a mano experimentado puede promediar 1,500 plántulas bien plantadas por persona al día. En lugares de difícil acceso, un trabajador puede promediar sólo 600 árboles al día; a campo abierto, un trabajador podría llegar a plantar hasta 2,000 al día27 . A una tasa promedio de 1,500 árboles, un trabajador puede ganar entre US$22,50 y US$45 al día, mucho menos del salario requerido por ley. El empleador está obligado por ley a compensar la diferencia entre la paga por bolsa y el salario prevaleciente. Esto casi nunca ocurre. La mayoría de los trabajadores denuncian que trabajan entre 8 y 12 horas por día. Pero rara vez o nunca perciben pago por horas extras, pese a que a menudo trabajan seis días por semana tiempo completo 27 Clark W. Lantz, et alt., A Guide to the Care and Planting of Southern Pine Seedlings, Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio Forestal Región Sur, Boletín de Administración R8-MB39, revisado en octubre de 1996, página 24. 18 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Trabajadores huéspedes en algunas industrias son sistemáticamente robados de sus salarios hasta cuando cuidadosamente documentan sus horas. y promedian bastante más de 40 horas de trabajo. Además, se les requiere de manera rutinaria que compren sus propias herramientas de trabajo e incurran en otros gastos y descuentos que afectan de manera ilegal a su salario. Prácticamente todas las empresas forestales relevadas por el Southern Poverty Law Center proporcionan a sus trabajadores recibos de pago que reflejan que han trabajado muchas menos horas de las que realmente han trabajado. Apoyándose en las más de 1.000 entrevistas con trabajadores de plantaciones de pinos, el Southern Poverty Law Center llegó a la conclusión de que esta industria paga de menos a sus trabajadores de manera sistemática. Escolástico De León-Granados, un trabajador H-2B de Guatemala, dijo que le pagaron de menos consistentemente mientras trabajó para Eller and Sons Trees Inc. “Trabajábamos hasta 12 ó 13 horas y sólo podíamos plantar 1,300 ó 1,500 plántulas”, afirmó. “Nuestra paga era de aproximadamente US$ 25 por un día de trabajo de 12 horas. Al final de la temporada, sólo había ahorrado US$500 para enviarle a mi familia”. Debido a que los funcionarios del gobierno no pueden garantizar el cumplimiento de las leyes y a la vulnerabilidad de los trabajadores huéspedes, esta explotación continúa sin ningún obstáculo hace muchos años. Simón* Simón fue contratado en México para trabajar en los campos de pimiento dulce y jalapeño de Georgia. Trabajaba muchas horas, hasta 70 por semana. Tenía un cuaderno en el que anotaba las horas del día en que empezaba y terminaba de trabajar, para poder compararlas con las de su talón de cheque al final de la semana. Descubrió que los recibos de pago no incluían todas las horas que él había trabajado. En ocasiones faltaban hasta 30 horas por semana. “Esto me preocupaba”, afirmó. “Dejé mi ciudad en México para venir a trabajar aquí porque necesitaba el dinero para mantener a mi familia, y no nos estaban pagando por nuestro trabajo. No estaban respetando el contrato”. Una noche, un empleador de Servicios Legales visitó el campo donde Simón y el resto de los trabajadores H-2A vivían y Simón se enteró de que tenía derecho a ganar el salario mínimo federal por cada hora trabajada. Pero cuando habló con su supervisor acerca de las horas faltantes, le dijeron que podía perder su trabajo si hablaba nuevamente con Servicios Legales. Siguió hablando con Servicios Legales, aunque en otra ciudad. Cuando Simón intentó regresar a los Estados Unidos al año siguiente, descubrió que había sido incluido en una lista negra. En un intento de reformar este abuso de salarios “Cuando hablé con el contratista en México, me dijo que no podía volver generalizado, el Southern Poverty Law Center ha a trabajar para la empresa. Me dijo que era porque había hablado con presentado cuatro demandas de acción de clase Servicios Legales. Tenía otros compañeros de trabajo con el mismo contra grandes contratistas forestales desde 2004. problema por haber hablado con Servicios Legales, y a ellos tampoco se A la fecha, se ha llegado a un acuerdo en dos de les incluyó en la lista para volver a trabajar”. *nombre ficticio. estas demandas, y los contratistas accedieron a volver a pagar salarios a los incluidos en la demanda y a modificar la manera en que hacen negocios28. Hay otros dos casos pendiente29. Se han producido alegatos muy similares en 28 Salinas-Rodriguez v. Alpha Services LLC, Demanda civil Nº 3:05-CV-440WHB-AGN, Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de Mississippi, División Jackson; Recinos-Recinos v. Express Forestry, Demanda civil Nº 05-1355”I”(3), Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Louisiana 29 Leon-Granados v. Eller and Sons Trees, Inc., Demanda civil Nº 1:05-CV-1473-CC, Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Norte de Georgia, División Atlanta, y Rosiles-Perez v. Superior Forestry, Demanda civil Nº 1:06-CV-0006, Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Tennessee, División Columbia parte 5 • abusos de salarios y de horarios 19 demandas presentadas por otros grupos de abogacía; en varias de estas demandas se llegó a un acuerdo de pagos o fallo judicial30. TRABAJADORES DE LA INDUSTRIA DE LOS MARISCOS En la industria de mariscos, los trabajadores en Virginia y Carolina del Norte han presentado al menos 12 demandas contra 10 empresas desde 1998. La mayoría de las demandas contienen alegatos prácticamente idénticos: que a los trabajadores se les pagaba por pieza, que no ganaban el salario mínimo, que se les hacían descuentos ilegales de su salario por las herramientas, el transporte y alojamiento inhabitable, y que no se les pagaban horas extras si trabajaban más de 40 horas semanales31. Prácticamente en todos estos casos se llegó a un acuerdo antes del juicio. A pesar de que en unos pocos se llegó a un arreglo en términos confidenciales, en una cantidad de acuerdos se requirió el pago de sumas de dinero considerables a los trabajadores. En un caso, Zamora v. Shores and Ruark Seafood, Inc., los trabajadores demandaron a un empleador que había sido citado dos veces por el DOL por no pagar el salario mínimo ni horas extras a sus trabajadores. Cada vez que la empresa era multada por el DOL, continuaba con sus prácticas ilegales. Incluso en estas condiciones, el DOL siguió aprobando las solicitudes a la empresa para importar trabajadores H-2B para procesar mariscos. En 1999, la empresa pagó más de US$103,000, sin incluir honorarios y costos de abogados, para llegar a un arreglo en una demanda presentada por 51 trabajadores32. Una segunda demanda terminó en un arreglo por reclamos de otros 10 trabajadores. Estas demandas y acciones de cumplimiento de las leyes del DOL, a pesar de tener un alcance limitado, demuestran que los abusos a los salarios y los horarios de los trabajadores huéspedes no son un problema de algunas “manzanas podridas” entre los empleadores. El problema es que cuando una industria llega a depender en gran medida de trabajadores huéspedes extraordinariamente vulnerables para la mayor parte de su trabajo, hay una carrera hacia abajo en términos de los salarios a pagar. Esto crea problemas para los trabajadores pero también para los empleadores que quieren cumplir con la ley, porque quedan en una desventaja competitiva en relación con los empleadores que estafan a sus trabajadores.• 30 Véase Perez-Perez, et alt., v. Progressive Forestry Services, Inc., et alt., Demanda Civil Nº 98-1474-KI (D. Or.); Moreno-Leon v. Franklin Stanley, Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Oeste de Arkansas, División El Dorado, Caso Nº 99-1002; Vicente Vera-Martinez v. Grano Reforestation, Inc., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Oeste de Arkansas; Caso Nº 03-6002; Gonzalez-Sanchez v. International Paper Co., 346 F.3d 1017, Martinez-Mendoza v. Champion International Corporation, 330 F.3d 1200 (11th Cir. 2003); Lizarraga-Ruiz v. Georgia-Pacific Corp., 88 Fed.Appx. 382 (Cir. 11, 2003) 31 Vèase Zamora v. Shores and Ruark Seafood, Inc., Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia C98CV:501; Maria Demesia Aboyte v. Shores and Ruark Seafood, Inc., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia; Alcaraz-Garcia v. Gloucester Seafood, Inc., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia, 4:00CV69; Soto-Lopez v. J& W Seafood of Virginia, Inc., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia; 3:98CV792; Perez-Sandoval v. International Seafood Distributors, Inc., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia, 3:99-cv-00691; Perez-Segura v. Bay Water Seafood, Inc., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia; Quiroz-Losoya v. Shores And Shores, Inc. t/a Virginia Packing, Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia, 99CV133; Rosa Isabel Miranda Garcia v. Gloucester Seafood, Inc., Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia, 4:03CV39; Beltran Benitez, et al. v. Sea Safari, et al., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Carolina del Norte, 2001; Fonseca Aguilar, et al. v. Carolina Seafood Ventures, et al., Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Carolina del Norte, August 2002; en re Stephenson, U.S. Bankruptcy Court for the Eastern District of Northern Carolina, octubre de 2002 32 Véase Lawrence Latane III, “Fifty-One Workers Will be Paid Back Wages”, Richmond Times Dispatch, 10 de julio de 1999 20 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos “Algunas veces teníamos que pasar gran parte del día desmalezando para que la tierra fuera apta para la siembra. No recibíamos ningún tipo de pago por ello. Tampoco recibíamos pago por las horas extras, a pesar de que trabajábamos mucho más de 40 horas semanales”. ARMENIO PABLO-CALMO, TRABAJADOR H-2B DE GUATEMALA. Salarios demasiado bajos Las disposiciones federales estipulan que los empleadores que contratan trabajadores H-2A paguen al menos el más alto del salario mínimo estatal o federal, el “salario prevaleciente” local para el trabajo en particular, o un “salario por efectos adversos” (AEWR, por sus siglas en inglés). El AEWR fue creado dentro del programa de braceros como una protección necesaria contra la baja de los salarios. El DOL emite un AEWR para cada estado basándose en datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). El AEWR ha sido criticado frecuentemente por grupos de abogacía entre los trabajadores agrícolas por ser demasiado bajo. Justicia Campesina [Farmworker Justice] explica por qué: “En primer lugar, la encuesta del USDA que utiliza el DOL para el AEWR mide el salario promedio. Los empleadores que tienen dificultades para encontrar trabajadores estadounidenses deben competir contra otros empleadores ofreciendo una suma mayor al salario promedio para atraer y retener trabajadores. En segundo lugar, el AEWR se basa en los salarios del año anterior y no refleja la inflación. En tercer lugar, las encuestas del USDA sobre el salario promedio incluyen al 55% o más de trabajadores agrícolas indocumentados, con lo que los salarios son menores a lo que serían si los trabajos fueran ocupados sólo por ciudadanos estadounidenses e inmigrantes autorizados. Además, los AEWR en sí mismos no evitan que los empleadores impongan estándares muy altos de productividad que serán aceptados por trabajadores extranjeros desesperados, pero que provocarán que los trabajadores estadounidenses insistan para conseguir salarios más altos”1 . A los efectos prácticos, los salarios sustanciales fijados 1 Bruce Goldstein, Guestworker Policy: H-2A Program Adverse Effect Wage Rates Are Too Low, Justicia Campesina, mayo de 2006, disponible en www. fwjustice.org/Immigration_Labor/H2abDocs/FAQAEWR.doc por los programas de visas H-2 son ilusorios, y su cumplimiento imposible de garantizar2 . Con frecuencia, los trabajadores H-2B enfrentan una situación en relación a los salarios incluso peor que la de los trabajadores H-2A. Según la ley, sólo tienen derecho al “salario prevaleciente” por su trabajo. Para estos trabajadores no existe el salario por efectos adversos. Por supuesto, a pesar de que estos trabajadores tienen derecho a percibir el salario prevaleciente y a un empleo que cumpla con los términos y condiciones mínimas requeridas según las disposiciones de las certificaciones de trabajo del empleador, la ley federal no brinda ningún recurso real cuando estos derechos han sido violados. En la industria forestal, de hecho, el salario prevaleciente ha caído en los últimos años, no sólo por el ajuste inflacionario sino en términos reales. Por ejemplo, en el 2005 el salario prevaleciente para los plantadores de árboles en todos los condados de Alabama fue de US$9,20 la hora. En el 2006, el salario prevaleciente fue de sólo US$7,29 en Dale County, Alabama. Hubo reducciones bajas similares en otros condados. Hay dos explicaciones para esta tendencia. En primer lugar, el DOL modificó recientemente su metodología de medición del salario prevaleciente de una manera extremadamente favorable para los empleadores. En segundo lugar, cuando una industria depende de los trabajadores huéspedes para cubrir la mayor parte de su mano de obra, los salarios tienden a disminuir. Los trabajadores huéspedes no tienen ningún poder para negociar mejores salarios ni mejores condiciones laborales. Con el tiempo, los salarios se reducen y los trabajos se vuelven cada vez más indeseables para los trabajadores estadounidenses, creando aún más demanda de trabajadores huéspedes. 2 Véase Michael Holley, Disadvantaged by Design: How the Law Inhibits Agricultural Guestworkers from Enforcing Their Rights, 18 Hofstra Lab. & Emp. L.J. 597-616; véase también Andrew J. Elmore, Reconciling Liberty and Sovereignty in Nonprofessional Temporary Work Visa Programs: Toward a Non-subordination Principle in U.S. Immigration Policy (2007, no publicado, archivo de los autores) parte 5 • abusos de salarios y de horarios 21 pa rt E 6 Infracciones del Contrato Un problema crónico que enfrentan los trabajadores huéspedes es que los empleadores contratan a demasiados de ellos, una situación que conduce a los trabajadores a no poder ganar tanto como se les prometió. Como los propios trabajadores, no los empleadores, absorben la mayor parte de los costos asociados con la contratación, los empleadores a menudo exageran extremadamente sus necesidades laborales cuando buscan la aprobación del Departamento de Trabajo (DOL) para importar trabajadores. Seguramente, a veces los empleadores, con meses de anticipación, en verdad no saben cuántos trabajadores van a necesitar exactamente, y pueden tener la preocupación de que algunos se retiren. En el programa H-2, los empleadores están obligados a ofrecer trabajo de tiempo completo cuando solicitan importar trabajadores extranjeros; cualquier oferta de menos no será aprobada por el DOL. Sin embargo, en la práctica no se impone realmente este requisito. Las regulaciones del DOL exigen que los trabajadores del H-2A tengan garantizado un 75 por ciento de las horas prometidas en el contrato, una disposición que se denomina la “garantía de tres cuartos”. Esto no significa que los empleadores siempre cumplan. Muchas de las condiciones de una oferta de trabajo simplemente no se respetan. En el 2004, el Inspector General del DOL detectó que la Asociación de Cultivadores de Carolina del Norte (North Carolina Growers Association) había exagerado su necesidad de trabajadores, así como también había exagerado el período de empleo, factores que posiblemente condujeron a que los trabajadores abandonaran anticipadamente sus contratos y no recibieran la transportación de regreso a la cual tenían derecho por ley33. En el programa H-2B no existe regulación en cuanto al número de horas que deben garantizarse a los trabajadores. El DOL, de hecho, afirma que no tiene autoridad para hacer cumplir las disposiciones de un contrato H-2B en la mayoría de las circunstancias. De modo que si un trabajador ingresa en los Estados Unidos con una visa H-2B y no recibe ofertas de trabajo durante varias semanas (y esto ha ocurrido muchas veces), ese trabajador prácticamente no tiene dónde recurrir. Desde el punto de vista legal, no tiene derecho a buscar trabajo en otra parte. Probablemente tenga deudas sustanciales por las que tenga que continuar pagando. Como trabajador H-2B muy probablemente está obligado a pagar alojamiento; ciertamente tiene que pagar por su comida. 33 Office of Inspector General, Evaluation of the North Carolina Growers Association , March 31, 2004 See also Leah Beth Ward Lax Regulations Trouble Critics of Labor Pipeline, Desperate Harvest, Charlotte Observer, November 1, 1999 22 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos En esas circunstancias, para el trabajador que carece de trabajo, incluso por períodos cortos de tiempo, las consecuencias son enormes. En este problema es fundamental el hecho de que el trabajador no está libre a ofrecer su mano de obra a otro empleador. En el caso de los empleadores para procesamiento de mariscos, es muy común que busquen más trabajadores de los que pueden emplear. Generalmente, solicitan trabajadores en sus plantas para períodos de tiempo más prolongados de lo que necesitan para sus temporadas, ya que no tienen seguridad exacta de cuándo comenzará y acabará su temporada. Como resultado, muchos trabajadores huéspedes no tienen trabajo durante tres o cuatro semanas al inicio o al final del plazo de su visa. Para los trabajadores de bajos salarios, agobiados por sus deudas, esto puede ser devastador. MALA CLASIFICACIÓN Existen otras violaciones al contrato que son habituales. Una de las más comunes es la de mala clasificación. Esto ocurre con mayor frecuencia cuando los trabajadores que debían catalogarse como trabajadores H-2A (porque, por ejemplo, recogen las cosechas en los campos), son clasificados como trabajadores H-2B (y, por ejemplo, catalogados como empacadores) La consecuencia de esto es que los trabajadores Angela* Ángela estaba estudiando psicología en la República Dominicana cuando decidió convertirse en trabajadora temporal en un hotel de Nueva Orleáns, en parte con el fin de ganar dinero para pagar facturas médicas de su madre enferma de cáncer. Como sucede con la mayoría de los trabajadores huéspedes, a Ángela se le prometió trabajo en abundancia. Ella lo necesitaba, porque había contraído una deuda de $4,000 para pagar los honorarios requeridos para obtener el empleo y la visa H-2B de nueve meses. “Cada uno de nosotros pidió un préstamo para venir acá,” dijo ella. “Habíamos planeado pagar nuestra deuda con nuestro empleo aquí. Nos dijeron que trabajaríamos horas extras, que se nos pagaría doble por los días festivos, que tendríamos un lugar donde vivir a un bajo costo, y todo fue una mentira”. Cuando ella llegó a Nueva Orleáns en abril de 2006, se le dio un trabajo de oficinista en un hotel, ganando $6 la hora. Trabajó tiempo completo, con algo de tiempo extra, durante el primer mes. Pero después, sus horas comenzaron a reducirse cada vez más; pronto estaba trabajando solamente de 15 a 20 horas por semana, ganando un promedio de $120 por semana. Apenas tenía suficiente dinero para tres comidas al día, después de pagar alojamiento y transporte. “Sólo comprábamos comida china porque era la más barata. Comprábamos un plato al día por unos $11 y lo compartíamos entre dos o tres personas. A veces solo comíamos pan con queso. Otras veces cocinábamos arroz”. Su visa no le permitía buscar otro empleo, ni siquiera un trabajo de medio tiempo y se endeudó aún más. Se sentía atrapada por las deudas y por la promesa que había hecho: Ella y su mamá habían firmado una garantía de que ella terminaría el contrato, o pagaría $10,000. Si no podía pagar, los empleadores tomarían las pertenencias de su madre. “Me sentía como un animal sin garras, indefensa. Es igual a la esclavitud”. “Hay gente que cree que el programa de trabajadores huéspedes es una buena idea, pero no lo es. ...Pones todos tus ahorros y esperanzas en lo que este trabajo promete y aceptas la pequeña cantidad de horas que te dan, las pobres condiciones de trabajo y el pago bajo”. * no es el verdadero nombre “Todos, nosotros pedimos un préstamo para venir aqui. Habiamos planeado pagar nuestras deudas al obtener nuestro trabajo. Ellos nos dijeron que nos darian horas extras, que nos pagarian doble en dias festivos, que tendriamos en donde vivir a un costo bajo, y todo era una mentira.” Los planes de Ángela están arruinados. “No puedo ni siquiera hablar con mi madre sobre todos los problemas que tengo porque no quiero preocuparla y hacerla sentir más enferma. Esta es la otra parte que debo aceptar. Es como estar en el infierno y estar encerrada y no saber dónde está la salida. Es terrible”. parte 6 •Infracciones del Contrato 23 Empleadores violan los contratos de trabajadores huéspedes libres de castigo, frecuentemente clasificando a los trabajadores erroneamente para evadir pagar salarios más altos. ganan sustancialmente menos de lo que por ley debe ser su tarifa salarial. Otra consecuencia es que se niega a los trabajadores las protecciones legales sustancialmente mejores que reciben los trabajadores H-2A, tales como vivienda gratuita y elegibilidad para servicios legales con fondos federales. Otra forma común de mala clasificación implica a empleadores que simplemente declaran mal el tipo de trabajo que los empleados H-2B van a realizar, de modo que se fija la tarifa salarial vigente para un tipo de trabajo, como por ejemplo, jardinería, cuando los trabajadores realmente realizarán otro trabajo que les garantiza una tarifa salarial vigente más elevada, como por ejemplo, mantenimiento de carreteras. De nuevo, no existe prácticamente ningún recurso para un trabajador bajo estas circunstancias, ya que el DOL niega que tenga autoridad alguna para imponer la ley con respecto a ese tipo de abusos, y los trabajadores H-2B no son elegibles para servicios legales con fondos federales. En la práctica, lo único que los trabajadores pueden hacer es recibir mucho menos de lo que tienen derecho a recibir bajo la ley. Los abogados de trabajadores huéspedes en Carolina del Norte reportan gran número de registros de trabajadores H-2A que fueron enviados deliberadamente por sus empleadores para trabajar en otras operaciones, propiedad de los empleadores o de sus familiares, operaciones en que se habría pagado a los trabajadores norteamericanos un monto sustancialmente mayor que la Tasa de Salario por Efectos Adversos (Adverse Effect Wage Rate). En un caso, varios obreros H-2A de árboles de Navidad fueron asignados por su empleador a trabajar en su negocio de construcción de viviendas, donde realizaban labores calificadas de carpintería con un salario mucho menor que el vigente para ello34. Esta es sencillamente una forma más en que los empleadores pueden explotar el sistema de trabajadores huéspedes para buscar ganancias, y la gran mayoría de los trabajadores no puede hacer nada al respecto. • 34 Entrevista con Mary Lee Hall, Legal Aid of North Carolina 24 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos pa rt E 7 Lesiones sin Recurso Efectivo Los trabajadores huéspedes trabajan arduamente en algunas de las ocupaciones más peligrosas en los Estados Unidos35. Las tasas de accidentes fatales dentro de la agricultura y las industrias forestales, de las cuales, ambas emplean gran número de trabajadores huéspedes, son más de 10 veces el promedio nacional36. Lamentablemente, cuando trabajadores H-2 sufren lesiones en el trabajo, con demasiada frecuencia se les niega acceso a una atención médica y a beneficios adecuados. Aquellos que sufren lesiones severas enfrentan obstáculos enormes, a menudo insuperables, para obtener beneficios de compensación a los trabajadores. En la mayoría de los casos, los trabajadores huéspedes tienen derecho a los beneficios de compensación para los trabajadores, al menos en papel. La realidad es que muchos trabajadores huéspedes lesionados no pueden obtener los beneficios a que tienen derecho bajo este sistema. Porque la compensación a los trabajadores es un proyecto estatal, con reglas que varían, algunos estados son más accesibles a trabajadores transnacionales que otros. Y los trabajadores a menudo no tienen el conocimiento necesario para negociar en el complejo sistema con el fin de que continúen los beneficios cuando ellos se van de los Estados Unidos. Sencillamente no existen reglas claras en las regulaciones H-2 que garanticen que los beneficios compensatorios para los trabajadores continúen después de que un trabajador lesionado regresa a su país de origen. De hecho, la aseguradora de una gran compañía que emplea a un número considerable de trabajadores huéspedes, tiene una política definida de cortar completamente con los trabajadores cuando éstos salen de los Estados Unidos, lo que éstos inevitablemente tienen que hacer. Esto inhibe la capacidad de los trabajadores para obtener acceso a los beneficios y proporciona un estímulo financiero a los empleadores para contar con los trabajadores huéspedes.37 35 Oficina de Estadísticas Laborales, Censo de Lesiones Laborales Mortales, a 13 (2005) (Explotación forestal, Agricultura y construcción se encuentran en el segundo puesto, sexto y décimo respectivamente, en la tasa de mortalidad). 36 Id. Ver Sarah Cleveland, Beth Lyon y Rebecca Smith, Corte Interamericana de Derechos Humanos Escrito presentado por las partes litigantes: 37 Los Estados Unidos infringen la ley Internacional cuando los recursos de la ley laboral están restringidos considerando el estado de inmigrante de los trabajadores, 1 Sea of J. of Soc. Just. 795 (2003). Ver también Cathleen Caron, Portable Justice and Global Workers, 40 Clearinghouse Review 549, XX (Enero-febrero 2007) parte 7 • lesiones sin recurso efectivo 25 Trabajadores huéspedes desempeñan los trabajos más difíciles en América, pero muchos quienes sufren accidentes se enfrentan con obstáculos insuperables para obtener tratamiento médico y prestaciones de compensación al trabajardor. Algunos estados (por ejemplo, el estado de Nueva Jersey) ordenan que los médicos examinadores estén ubicados en el estado donde ha ocurrido una lesión. Esto significa que los trabajadores lesionados tienen dificultad para obtener los beneficios cuando están en otros estados y en sus países de origen. Algunos estados exigen que los trabajadores se presenten en el estado para las audiencias. Y, la mayoría de los estados, no tienen reglas claras que permitan a los trabajadores participar por teléfono en declaraciones y audiencias ante el cuerpo de compensación laboral. Estas reglas ponen a los trabajadores huéspedes en una enorme desventaja para obtener los beneficios a que tienen derecho. En la práctica los trabajadores también pasan por una etapa extremadamente difícil para encontrar un abogado dispuesto a aceptar un caso de un trabajador temporal a quien se le exigirá regresar a su país de origen. En el 2003, un grupo de derechos civiles y varios grupos de derechos a inmigrantes, presentaron un memorial “amicus curiae” a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación al tratamiento a los inmigrantes en los Estados Unidos. Entre las diversas quejas, podemos citar: la discriminación contra los trabajadores nacidos en el extranjero en el esquema de compensación laboral estado por estado. Ese escrito expone lo siguiente: “Las leyes compensatorias laborales en muchos estados prohíben que los familiares no residentes de los trabajadores fallecidos por accidentes de trabajo reciban los beneficios completos. En esos estados, cuando el familiar reside fuera de los Estados Unidos y no es ciudadano de los Estados Unidos, los familiares no reciben la indemnización completa por su muerte. Hay varias formas por las que los estados limitan la compensación a los beneficiarios extranjeros no residentes. Algunos estados limitan la compensación comparándola a los beneficios que habría recibido un residente legal, generalmente el 50% (Arkansas, Delaware, Florida, Georgia, Iowa, Kentucky, Pennsylvania y Carolina del Sur). Algunos estados restringen los tipos de dependientes no residentes que son elegibles para recibir beneficios como beneficiarios (Arkansas, Delaware, Florida, Kentucky, Pennsylvania). Otros estados limitan la cobertura basados en lo siguiente: El período de tiempo en que un inmigrante ha sido ciudadano (Washington), o el costo de la vida en el país de origen del beneficiario extranjero residente (Oregon). Alabama niega beneficios a todos los beneficiarios extranjeros.38”(omitidas las citas internas) Tales políticas obviamente tienen un impacto desproporcionado en las familias de los trabajadores huéspedes fallecidos en el puesto de trabajo. LAS LESIONES COMUNES EN LA INDUSTRIA FORESTAL La industria forestal describe los problemas que muchos trabajadores huéspedes pueden enfrentar para lograr acceso a beneficios. Recibir lesiones en el puesto de trabajo, ya sea en el bosque o en la camioneta viajando hacia o desde el bosque, es un hecho común para los sembradores de árboles. Raramente reciben compensación por esas lesiones. En su serie investigativa del año 2005, sobre los trabajadores huéspedes de la industria forestal, periodistas del Sacramento Bee escribieron, “Los trabajadores forestales huéspedes están sometidos en forma rutinaria a condiciones que no se toleran en ningún otro lugar de los Estados Unidos. Reciben cortaduras de las motosierras, hematomas por la caída de troncos y rocas, se abusa de ellos verbalmente y son forzados a vivir en la miseria”39. 38 39 Cleveland, Lyon and Smith, supra. at 819 Tom Knudson y Hector Amezcua, “Los Pioneros, Parte 1”. Sacramento, Noviembre 13, 2005. 26 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Leonel Hernández-López de Guatemala estaba trabajando como sembrador de árboles en el 2004 cuando sufrió una cortadura grave en su rodilla derecha mientras trabajaba. “Estuve muy enfermo durante 30 días, con seis puntos en mi herida”, expresó. “Nunca recibí ayuda alguna de la compañía, incluso tuve que pagar de mi bolsillo por mis propios medicamentos. Todo el tiempo tuve que pagar la renta por el cuarto del hotel donde me alojaba, a pesar de que no ganaba nada. Lo único que recibí de la compañía fue menosprecio, humillación, malos tratos y mala paga”. El obrero forestal mexicano José Luis Macías regaba herbicidas en el 2005 y sufrió una mala caída cuando pisó una rama que se partió. “Me caí de espaldas hacia abajo unos cinco metros y terminé con la pierna doblada debajo de mi cuerpo”, expresó. “El supervisor me dijo, ‘Arriba, arriba,’ para que continuara trabajando. Cuando vio que yo no quería levantarme, dijo, ‘No seas un llorón estúpido’, así es que tuve que seguir regando. Mi pierna estaba inflamada y le pedí al mayordomo que me llevara al médico. Me respondió que él no tenía tiempo para llevarme al médico. Finalmente fui a ver al médico por mi cuenta. Tengo miles de dólares en facturas médicas y nunca he recibido un centavo por el tiempo que perdí de trabajar. Eso fue hace más de un año y mi pierna todavía se hincha, duele y casi no puedo trabajar”. Enrique Napoleón Hernández -López se cortó su dedo pulgar plantando árboles pero no recibió atención médica por siete dias. El paso 14 dias en el hospital por la infección y casi pierde su dedo. La presión sobre los trabajadores para que no reporten sus lesiones, es tremenda. De nuevo, esto está relacionado al control absoluto que tiene el empleador sobre los derechos de los trabajadores huéspedes a estar presentes, trabajar y regresar a los Estados Unidos. A los trabajadores que reportan lesiones a veces se les pide que firmen formularios declarando que renuncian. Se les dice que si firman y se van a casa, se les podrá permitir regresar al año siguiente. También enfrentan la amenaza implícita y real de la lista negra. Un estudio del año 1999 de la Carnegie Endowment for International Peace informaba que “poner en la lista negra a trabajadores H-2A parece ser una práctica difundida, está muy organizada y ocurre en todas las etapas del proceso de contratación y empleo. Los trabajadores informan que el período de lista negra dura ahora tres años, cuando a inicios de la década duraba un año”40. Con frecuencia, presentar un reclamo de compensación laboral es el fin del único empleo pagado disponible para un trabajador. Los trabajadores generalmente presentan un reclamo de ese tipo cuando perciben que la gravedad de su lesión va a interferir en su capacidad para reincorporarse a trabajar. Si la lesión parece ser temporal y el trabajador cree que se va a recuperar, suele optar por no presentar un reclamo para preservar su opción de un empleo futuro.•• 40 Ver Demetrios Papademetriou y Monica Heppel, Balancing Acts: Toward a Fair Bargain on Seasonal Agricultural Workers. Programa de Política de Migración Internacional, Carnegie Endowment para la Paz Internacional (1999) p. 13. parte 7 • lesiones sin recurso efectivo 27 pa rt E 8 Falta de Ejecución del Gobierno para el Cumplimiento de las Leyes La ejecución del Gobierno para el cumplimiento de las protecciones laborales básicas ha disminuido para todos los trabajadores estadounidenses en las últimas décadas. El número de investigadores de horas y salarios en el Departamento de Trabajo (DOL) ha bajado en un 14 por ciento entre 1974 y 2004, y el número de acciones de cumplimiento completadas ha bajado en un 36 por ciento. Durante este mismo período, el número de trabajadores de EE.UU. cubiertos por la Ley de Normas Justas de Trabajo (Fair Labor Standards Act) aumentó por más de la mitad, de unos 56,6 millones a unos 87,7 millones41. El Centro Brennan para la Justicia (Center for Justice) llegó a la conclusión en 2005 de que “esas dos tendencias indican una significativa reducción en la capacidad del gobierno para asegurar que los empleadores estén cumpliendo con las leyes más básicas sobre los lugares de trabajo”.42 Esta declinación en la ejecución de la ley ha tenido consecuencias particularmente serias para los trabajadores huéspedes, quienes son mucho más vulnerables a los abusos que los trabajadores estadounidenses y tienen gran necesidad de una protección gubernamental43. En las proposiciones para expandir los programas de trabajadores huéspedes, que incluyen propuestas para crear cientos de miles, o millones, de nuevos puestos para trabajadores huéspedes, resulta notable la ausencia de cualquier discusión sobre un incremento sustancial en el presupuesto federal para el DOL y para la Administración de la Seguridad y Salud Ocupacionales (Occupational Safety & Health Administration) para asegurar que los trabajadores huéspedes estén protegidos en sus empleos. 41 Brennan Center for Justice, Tendencias en la Ejecución del Cumplimiento de Salarios y Horarios por el Departamento de Trabajo de EE.UU., 1975-2004, Economic Policy Brief, Nº. 3, Septiembre 2005 42 Id 43 Ver Mary Lee Hall, Defendiendo los Derechos de los Trabajadores Agrícolas H-2A, 27 N.C.J. Int’l L. & Com. Reg. 521, 522 (2002) 28 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Los derechos de los trabajadores huéspedes pueden hacerse cumplir de dos formas: mediante acciones que tomen las agencias gubernamentales, fundamentalmente el DOL, y a través de litigios presentados por abogados independientes, por Servicios Legales financiados con fondos federales (sólo trabajadores H-2A) o por organizaciones legales sin fines de lucro, como el Southern Poverty Law Center. Los trabajadores se enfrentan a grandes obstáculos para obtener justicia a través de cualquier método. La ejecución de la ley por parte del gobierno ha demostrado ser muy ineficaz. El DOL investiga de forma activa solamente los lugares de trabajo H-2A. En el 2004, el DOL condujo 89 investigaciones a empleadores H-2A44. Actualmente, hay unos 6,700 negocios certificados para emplear trabajadores H-2A. En la actualidad, existen aproximadamente 8,900 empleadores certificados para contratar trabajadores H-2B, pero no parece que haya datos disponibles sobre cuántas investigaciones realiza el DOL sobre estos empleadores. La evidencia indica que es un número mucho menor al de los empleadores H-2A investigados, particularmente dada la posición del DOL de que no tiene el poder de poner en vigencia el cumplimiento de los términos de un contrato de trabajador H-2B. La amplia experiencia del Southern Poverty Law Center en este campo, indica que no fueron muchas. El documentario “La Cosecha de La Verguenza” transmitida por CBS en 1960, llamó la atención de los Americanos por la manera cruel con que los gigantes agricultores estadounidenses trataban a los campesinos migrantes. Aunque las infracciones a las regulaciones federales sobre los contratos individuales son comunes, el DOL raramente promueve acciones para hacer cumplir la ley. Y cuando los empleadores infringen los derechos legales de los trabajadores, el DOL no toma acción para detenerlos de continuar importando más trabajadores. La Oficina Gubernamental de Responsabilidad (Government Accountability Office) informó en 1997 que el DOL nunca había dejado de aprobar una solicitud para importar trabajadores H-2A porque un empleador hubiera infringido los derechos legales de los trabajadores45. Los funcionarios gubernamentales han demostrado falta de voluntad para abordar, incluso los abusos más graves. Por ejemplo, un contratista forestal fue demandado en Carolina del Norte por un grupo de sembradores de árboles que estaban albergados en el cobertizo de un almacén con sólo un grifo de agua fría para compartir entre ellos. Cocinaban en hoguera y con un asador de gas durante todo el nevado invierno de Carolina del Norte. Los trabajadores declararon que cuando ellos trataron de irse, su supervisor cerró las salidas con llave y se negó a dejarlos salir hasta que devolvieran el dinero que él les había prestado para comprarse las bolsas de dormir y el combustible para el asador, y le pagaran la renta por el inodoro portátil46. La división de horas y salarios del DOL había documentado anteriormente lo que llamaba “una penosa historia de infracciones laborales”, que incluyeron condiciones de vida y trabajo inseguras, 44 Lornett Turnbull, “Nueva Importación Estatal: Trabajadores Agrícolas Tailandeses” The Seattle Times, Febrero 20, 2005. Ver también Andrew J. Elmore, Reconciliando la Libertad y la Soberanía en los Programas No-profesionales de Visado para Trabajo Temporal: Hacia un Principio de No-subordinación en la Política de Inmigración de EE.UU. (sin publicar 2007, archivado con los autores) 45 Ver General Accounting Office, Programa de Trabajadores Inmigrantes Agrícolas H-2A: Los Cambios Podrían Mejorar los Servicios a los Empleadores y Proteger Mejor a los Obreros, (Diciembre 1997) 46 Entrevista con Lori Elmer, asesor legal de Carolina del Norte parte 8 • falta de ejecución del gobierno para el cumplimiento de las leyes 29 Los trabajadores huéspedes se arriesgan a ser situados en lista negra u otras formas de represalia contra ellos o sus familias, si entablan demanda para proteger sus derechos. En una demanda, un contratista laboral amenazó con incendiar el pueblo de un trabajador en Guatemala si no se retiraba su caso. así como también abusos salariales. Aún así, el contratista forestal continuó recibiendo permiso para importar trabajadores huéspedes. Cuando la Administración de Empleo y Entrenamiento del DOL se negó a cancelar los servicios de trabajadores huéspedes a ese empleador, el defensor controlador de Carolina del Norte, un funcionario del estado que se supone hace cumplir los derechos de los trabajadores agrícolas, presentó una queja al inspector general del DOL. Un año y un día después de presentar esa queja, 14 hombres guatemaltecos empleados por esa compañía forestal fallecieron en el camino al trabajo cuando su camioneta se accidentó y cayó en un río en Maine47. En la práctica, la naturaleza del programa de trabajadores huéspedes hace que resulte poco realista que el DOL pueda hacer cumplir algunas disposiciones. Las regulaciones, por ejemplo, exigen que los empleadores proporcionen a los trabajadores H-2A un mínimo de tres cuartos de las horas especificadas en el contrato y que paguen su transporte a casa. Sin embargo, no existe actualmente un mecanismo, tal como una certificación por el empleador, que permita que el DOL controle de forma efectiva si los empleadores cumplían esos requisitos. Después de que vence el período de contrato, el trabajador tiene que salir del país y por lo tanto, no está en una buena posición para tomar acciones para proteger sus derechos. COSTOS DE TRANSPORTE Adicionalmente, hay requisitos que el DOL se niega a poner en vigencia. En el año 2001, la Corte de Apelaciones del 11º. Circuito de EE.UU., en el caso Arriaga v. Florida Pacific Farms48 declaró que efectivamente el pago por transporte y costos de visa de los trabajadores huéspedes situaba sus salarios por debajo del mínimo permitido. De modo que el empleador fue obligado a rembolsar a los trabajadores esos costos en la primera semana de trabajo, en la medida en que esos gastos efectivamente reducían el recibo por los trabajadores del salario mínimo. Esto ahora está legislado en el 11º. Circuito y otros tribunales les han seguido con regulaciones similares49. Sin embargo, incluso en los estados dentro de la jurisdicción del 11º. Circuito, Alabama, Florida y Georgia, el DOL se ha negado a poner en vigencia la regulación y ha dejado de proteger a los trabajadores cuando más lo necesitan50. El DOL también adopta la posición de que no puede hacer cumplir los derechos contractuales de los trabajadores y se ha negado a tomar acción contra los empleadores que confiscan pasaportes y visas. A causa de la falta de ejecución del gobierno para hacer cumplir las regulaciones, generalmente los propios trabajadores deben tomar acción para protegerse de los abusos. Lamentablemente, demandar a empleadores abusivos no es una opción realista en la mayoría de los casos. Incl uso cuando los trabajadores huéspedes conocen sus derechos, y la mayoría no los conocen, e incluso si los abogados independientes aceptaran sus casos, y la mayoría no los acepta, los trabajadores huéspedes se arriesgan a caer en la lista negra y en otras formas de represalia contra ellos o sus familias, si entablan demandas para proteger sus derechos. En un pleito presentado por el Southern Poverty Law Center, un contratista laboral amenazó con incendiar el pueblo de un trabajador en Guatemala si no retiraba su caso51. Mientras que los trabajadores H-2A son elegibles para ser representados por abogados de Servicios 47 Id. 48 305 F.3d 1228 (11th Cir. 2002) 49 De Luna-Guerrero et al. v. North Carolina Grower’s Ass’n., 338 F. Supp. 2d 649, 662 (E.D. N.C. 2004) (trabajadores inmigrantes H-2A); MartinezBautista v. D&S Produce, 447 F. Supp. 2d 954, 963-964 (E.D. Ark. 2006) (trabajadores inmigrantes H-2A) 50 Ver, e.g. Luna-Guerrero v. North Carolina Grower’s Association, 370 F. Supp. 2d 386, 390 (E.D.N.C. 2005) 51 Recinos-Recinos v. Express Forestry, Inc., 2006 U.S. Dist. LEXIS 2510 (D.La. 2006) 30 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Trabajadores Tabacaleros Legales financiados por fondos federales, se prohíbe a estos abogados de manejar litigios de acciones de clase. Dados los enormes temores que tienen los trabajadores respecto a la lista negra u otras represalias, cualquier sistema que dependa de que los trabajadores impongan sus propios derechos legales tiene pocas posibilidades de provocar un cambio sistémico. Tener acceso a la litigación de acción de clase permitiría al menos que se presentaran casos por uno o dos trabajadores suficientemente valientes para desafiar al sistema. Además, los trabajadores H-2A están específicamente excluidos de la legislación principal diseñada para proteger a los trabajadores agrícolas de los Estados Unidos frente al abuso y a la explotación, la Ley de Protección para los Trabajadores Agrícolas Migratorios y de Temporada (AWPA, por sus siglas en inglés). Adoptada en 1983, esta Ley remplazó a la Ley de Registro de Contratistas de Mano de Obra Agrícola de 1963, que fuera promulgada a raíz de la película de Edward R. Murrow sobre los trabajadores agrícolas, Harvest of Shame (Cosecha de Vergüenza), difundida por CBS durante el día de Acción de Gracias en 1960. Entre otras cosas, la AWPA provee a los trabajadores huéspedes de un mecanismo legal para poner en vigencia los términos de las promesas que se les hicieron y los otros términos de su acuerdo ante la corte federal. Pero las poderosas protecciones de esa ley no están disponibles para los trabajadores H-2A. Para los trabajadores H-2B la situación es quizá aún más grave. Aunque están en los EE.UU. legalmente y son financieramente elegibles, no son elegibles para los servicios legales con fondos federales a causa de su estado de visa. Como resultado, la mayoría de los trabajadores H-2B no tienen acceso en absoluto a abogados o a información sobre sus derechos legales. Como la mayoría no hablan inglés y están extremadamente aislados, tanto geográfica como socialmente, es poco realista esperar que puedan tomar acción para hacer vigentes sus propios derechos legales. Más aún, muchos de esos trabajadores tienen pocos derechos que hacer cumplir. Habitualmente los trabajadores presentan reclamos, sólo si han sufrido lesiones tan graves que no pueden seguir trabajando, o una vez que su trabajo ha terminado. Ellos evalúan muy racionalmente los costos de reportar violaciones de contrato o condiciones riesgosas de trabajo y los beneficios potenciales. Como resultado, demasiados trabajadores se dirigen a los Estados Unidos con falsas promesas, sólo para encontrar que no tienen recurso.•• En el 2005, los trabajadores agrícolas H-2A que trabajaban en Kentucky presentaron una queja al Departamento de Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés) sobre las condiciones que habían experimentado en sus puestos de trabajo. Los trabajadores alegaron que el cultivador tabacalero había transferido ilegalmente los obreros hacia otros cultivadores que no estaban autorizados a participar en el programa H-2A. Los trabajadores afirmaron además que durante un período de fuertes lluvias, el cultivador había arado más del tercio de su cosecha de tabaco. La demanda señalaba que, como ahora el cultivador necesitaba poca mano de obra, despidió a dos de sus trabajadores H-2A con el pretexto de que trabajaban deficientemente1. Los trabajadores despedidos tuvieron suficiente suerte en localizar una organización de servicios legales, que los ayudó en presentar al DOL una detallada queja de ocho páginas contra el cultivador. Los trabajadores se quejaron de haber sido ilegalmente despedidos y de no haber recibido todos los salarios y reembolsos adeudados, según el programa H-2A. Cuando el abogado de servicios legales llamaba frecuentemente al DOL para chequear el estado de la investigación, recibía respuestas inconsistentes, entre otras: que el investigador había salido a realizar una investigación inmediata y que la queja todavía no se le había asignado a un investigador. De hecho, el DOL esperó casi seis meses antes de enviar un investigador para averiguar acerca de las acusaciones. Durante ese intervalo de seis meses, las infracciones legales alegadas habían llegado a tener más de dos años de ocurrencia, y el DOL tiene una política en cuanto a que no investiga demandas con más de dos años de ocurrencia. Como resultado de la incapacidad del DOL de conducir una investigación oportuna, los derechos teóricos de los trabajadores fueron efectivamente anulados. 1 La queja de los trabajadores y la respuesta del DOL archivados por el autor. parte 8 • falta de ejecución del gobierno para el cumplimiento de las leyes 31 pa rt E 9 Agentes Laborales Muchos empleadores importantes quienes dependen cada vez más en los trabajadores huéspedes, están tratando de evadir la responsabilidad de las prácticas ilegales obteniendo a los trabajadores de forma indirecta a través de un subcontratista. Este uso de agentes laborales sitúa a los trabajadores en mayor riesgo de abuso y hace aún más difícil de lo que ya es, la ejecución para hacer cumplir sus derechos. La demanda presentada por el Southern Poverty Law Center (SPLC) contra el gigante alimentario Del Monte describe vívidamente este problema. La demanda de acción de clase se presentó en el 2006 a nombre de los trabajadores agrícolas inmigrantes que eran sistemáticamente mal pagados cuando trabajaban en el sur de Georgia para subsidiarios de Del Monte. Los demandantes son trabajadores huéspedes mexicanos, así como también trabajadores agrícolas domésticos que fueron contratados para sembrar y cosechar vegetales en las operaciones Del Monte52. A estos trabajadores se les prometió y tenían derecho a recibir el Salario por Efectos Adversos, que cada año establece el Departamento de Trabajo (DOL) para asegurar que el empleo de trabajadores extranjeros no produzca una disminución en los salarios pagados a los trabajadores de los EE.UU. Los demandantes, que son trabajadores agrícolas indigentes, abandonaron sus hogares y sus familias y gastaron considerables sumas de dinero para viajar a Georgia para trabajar para Del Monte. Se les estafó regularmente respecto a los salarios a que tenían derecho. Sin embargo, a pesar del hecho de que estos trabajaron en las granjas Del Monte y se alojaron en viviendas proporcionadas por Del Monte, la compañía afirma que ninguno de los trabajadores eran sus empleados. Del Monte, de hecho, no acepta tener responsabilidad por los trabajadores porque Del Monte no fue la compañía que solicitó los trabajadores H-2A al gobierno. El solicitante, más bien, era un mayordomo; una persona sin campos, sin cosechas, sin granja, sin viviendas y sin capital. Cada vez con mayor frecuencia, las personas que introducen trabajadores huéspedes a los Estados Unidos no son las compañías que terminan utilizando la mano de obra, a pesar de que las entidades que solicitan permiso al DOL para importar trabajadores, deben probar la carencia de trabajadores de los EE.UU. para las posiciones disponibles. Dado que los agentes laborales no tienen “empleos” 52 Hector Luna, et al. v. Del Monte Fresh Produce (Southeast) Inc., et al., U.S. District Court for the Northern District of Georgia, Atlanta Division, Caso No. 1:06-cv-02000-JEC 32 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Los hombres habían sido contratados para sembrar pinos en Carolina del Norte, pero después de que llegaron a ese estado, fueron trasladados en camioneta a Connecticut y forzados a trabajar cerca de 80 horas a la semana en campos de viveros. Sus pasaportes fueron confiscados y fueron amenazados con la deportación y prisión si se quejaban. disponibles reales, es difícil poder sondear que estén sufriendo una escasez de trabajadores. De todas maneras, el DOL está aprobando esas solicitudes. En Florida, la mayoría de las solicitudes H-2A se presentan ahora a través de tales intermediarios. Esta tendencia preocupa en gran medida a los abogados de los trabajadores huéspedes, ya que permite que las pocas protecciones que se proporcionan a esos trabajadores en la práctica estén viciadas. El tener un recurso legal contra un contratista laboral que no posee bienes no es ningún recurso. Dos litigios recientes describen cómo los agentes laborales trafican con trabajadores extranjeros vulnerables que ellos contratan para una variedad de empleadores diferentes. Estos trabajadores, que usualmente no hablan inglés y no pueden trasladarse por sí mismos, están a completa merced de esos agentes, en cuanto a vivienda, alimentación y transporte. Sin importar cuán abusiva sea la situación, incluso si no son remunerados y sus movimientos son restringidos, de todas formas lo habitual es que no tengan recurso alguno. GUATEMALTECOS EN CAUTIVERIO De acuerdo con una demanda presentada en Febrero de 2007, 12 trabajadores huéspedes guatemaltecos alegaron que habían estado cautivos por agentes de Imperial Nurseries, una de las mayores empresas mayoristas del país para plantas y arbustos. Los hombres habían sido contratados para sembrar pinos en Carolina del Norte, pero después que llegaron a ese estado, fueron trasladados en camioneta hasta Connecticut y forzados a trabajar casi 80 horas por semana en campos de viveros. Fueron alojados en un apartamento en mal estado, sin camas, y en lugar de los $7.50 por hora que se les había prometido, ganaban un monto de $3.75 la hora, antes de las deducciones por servicio telefónico y otros costos. Sus pasaportes fueron confiscados. Se les negó servicio médico de emergencia y fueron amenazados con la deportación y prisión si se quejaban. Algunos de los obreros escaparon sin sus pasaportes y pronto fueron reemplazados por personas recién contratados de Guatemala. Eventualmente, uno de los trabajadores logró explicar su situación a la congregación de una iglesia local, la cual lo ayudó a encontrar ayuda legal53. En una declaración a The New York Times, un abogado que representaba a Imperial Nurseries expresó que las acusaciones “se referían a la conducta de un contratista laboral agrícola independiente, que era responsable de compensar a sus empleados. 54” En un caso similar, los abogados de Ayuda Legal de Carolina del Norte (Legal Aid of North Carolina), representan a un grupo de trabajadores tailandeses que habían demandado redención migratoria como víctimas de tráfico. Esos trabajadores también habían presentado una demanda federal contra una compañía denominada Million Express Manpower Inc. Ellos declararon que la compañía los mantuvo cautivos, a veces vigilándolos con armas, en Carolina del Norte y en Nueva Orleáns, adonde fueron trasladados para ayudar a demoler edificios inundados después del Katrina. Estos casos son sintomáticos de un programa deficiente que incentiva el tráfico privado de trabajadores extranjeros sin siquiera una supervisión gubernamental.• 53 Nina Bernstein, “Demanda Federal para Acusar a Nursery de Bait-and-Switch con Trabajadores Guatemaltecos,” The New York Times, Feb. 8, 2007 54 Id. parte 9 • Agentes Laborales 33 pa rt E 1 0 Discriminación Sistemática La discriminación basada en origen nacional, raza, edad, discapacidad y sexo está profundamente consolidada en el sistema de trabajadores huéspedes H-2. De hecho, una Corte Federal de Apelaciones ha puesto su sello de aprobación para tal discriminación. En el caso Reyes-Gaona v. NCGA,55 la Corte de Apelaciones del 4º. Circuito de los EE.UU. declaró que la discriminación por edad, incluso explícita al contratar trabajadores H-2A, no era ilegal. En ese caso, hubo poca disputa en cuanto al contratista, Del-Al Associates, que recluta miles de trabajadores a los Estados Unidos, explicó Luis Reyes-Gaona, quién presentó su solicitud en México para ser un trabajador H-2A en Carolina del Norte, que era política de la Asociación de Cultivadores de Carolina del Norte (North Carolina Growers Association, NCGA), para quien Del Al estaba contratando, que la NCGA no aceptaría nuevos empleados mayores a 40 años. La corte consideró que, como esta selección había ocurrido fuera del territorio de los Estados Unidos, no era demandable dentro de la Ley contra Discriminación por Edad en el Empleo (Age Discrimination in Employment Act). Aunque es posible que otras cortes lleguen a una conclusión diferente sobre este asunto, queda poca duda de que semejante discriminación sea dominante. En realidad, la capacidad para escoger las características exactas del trabajador (varón, edad 25 a 40 años, mexicano, etc.) es precisamente uno de los factores que hace que el programa de trabajadores huéspedes sea atractivo para los empleadores. Marcela Olvera-Morales es una mujer mexicana que trabajó como trabajadora temporal en 1999 y 2002. En el 2002, la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (Equal Employment Opportunity Commission, EEOC) emitió una determinación que consideraba causa razonable el creer que ella estaba enfrentando discriminación ilegal por razón de sexo. Ella afirmó que un contratista, la International Labor Management Corp., que recluta a miles de trabajadores huéspedes en mercados de trabajo en los EE.UU., situaba sistemáticamente a mujeres en trabajos H-2B mientras que situaba hombres en los trabajos H-2A, que proporcionan mejor paga y beneficios. Las estadísticas mostraron que la probabilidad de que la diferencia entre genero en el otorgamiento de visas fuera casualidad era menos de una en diez mil. Este caso está pendiente en una corte federal56. De forma similar, los clientes del Southern Poverty Law Center que trabajaron para Decatur Hotels, 55 250 F.3d 861 (4th Cir. 2001). Para una discusión de este caso, ver Ruhe C. Wadud, Nota: Permitiendo a los Empleadores Discriminar en el Proceso de Contratación Bajo el Acta sobre Discriminación por Edad para el Empleo: El Caso de Reyes-Gaona, 27 N.C.J. Int’l Law & Com. Reg. 335 (2001) 56 Ver Olvera-Morales v. Sterling Onions, 322 F. Supp. 211 (N.D.N.Y. 2004) 34 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos una cadena hotelera de lujo en Nueva Orleáns, presentaron una demanda en Febrero de 2007 a la EEOC acusando por discriminación sistemática sobre la base de origen nacional. En ese caso el empleador presentó tres solicitudes separadas al DOL para buscar trabajadores. Cada clasificación laboral en las solicitudes se iba a pagar a un salario diferente, $6.02 por hora para los bolivianos, $6.09 por hora para los dominicanos y $7.79 por hora para los peruanos. La tarifa que se pagó a los trabajadores se basó únicamente en su origen nacional, independientemente del tipo de trabajo que realmente desarrollaban. ACOSO SEXUAL Las mujeres son particularmente vulnerables a la discriminación. Numerosas mujeres han reportado preocupaciones sobre acoso sexual grave en su trabajo. No se han hecho estudios que cuantifiquen este problema entre los trabajadores huéspedes. Sin embargo, en una encuesta en 1993 de las trabajadoras agrícolas en California, más del 90 por ciento informaron que el acoso sexual era un problema grave en su trabajo57. En 1995, la EEOC se reunió con trabajadores agrícolas en Fresno, California, como parte de un esfuerzo por desarrollar un programa más vigoroso para poner en vigencia las leyes de la industria agrícola. William R. Tamayo, abogado regional para EEOC en San Francisco afirmó, “Nos han dicho que cientos, si no es que miles de mujeres tienen que tener sexo con los supervisores para obtener o mantener el trabajo y/o tolerar un asedio constante de agarres, toqueteos y proposiciones de sexo por parte de los supervisores. 58”Los trabajadores agrícolas, de hecho, se referían a un campo de la compañía como el “fil (campo) de calzón,” porque tantas mujeres habían sido violadas allí por los supervisores59. Norma y otras mujeres de Hidalgo, México, tomaron trabajos huéspedes temporales cosechando tomates en Florida solo para darse cuenta que iban a ser encerradas por las noches por sus empleadores sin ser permitidas a comunicarse con otros. Dada la marcada vulnerabilidad de los trabajadores huéspedes en general, uno puede extrapolar que las trabajadoras huéspedes están particularmente indefensas ante el acoso sexual. En efecto, dado el desequilibrio de poder entre empleadores y sus trabajadores huéspedes, es difícil imaginar cómo una trabajadora temporal que enfrenta un acoso en su trabajo, puede aliviar su situación. Asumiendo que ella, como la mayoría de los trabajadores, ha contraído una deuda sustancial para obtener el empleo y dado que no se le permitiría trabajar para otro empleador que no sea el ofensor, sus opciones estarían seriamente limitadas. 57 Citado en Lecciones de los Campos: Las Trabajadoras Agrícolas y la Ley, Maria Ontiveros, 55 MELR 157, 168 (2003) (estudio por Maria Elena Lopez Trevino, Las Necesidades y Problemas que Confrontan las Mujeres Trabajadoras Agrícolas Mexicano-Americanas y Latinas: Un Tema Socioeconómico y de Derechos Humanos(1995)(sin publicar archivado con la autora); Maria Elena Lopez Trevino, Un Modelo Radial: Una Estrategia Comunal para Abordar los Problemas y Necesidades de las Trabajadoras Agrícolas Mexicano-Americanas (1989 tesis MS, Cal State University) 58 William R. Tamayo, Forjando nuestra Identidad: Resistencia Transformadora en las Áreas de Trabajo, Clase y la Ley: El Rol de la EEOC en Proteger los Derechos Civiles de los Trabajadores Agrícolas, 33 U.C. Davis L Rev. 1075, 1080. (2000) 59 Id. parte 10 • Discriminación Sistemática 35 * Nombre no verdadero Un sitio web anuncia sus contratados mexicanos como mercancías humanas, haciendo promoción de los trabajadores huéspedes mexicanos como “personas con sólida ética laboral” y “gente feliz, agradable, que nos gusta mucho”. Martina*, una trabajadora temporal de México, tiene experiencia personal con la discriminación por razón de sexo y el acoso sexual. Ella vino a los Estados Unidos con una visa H-2B para procesar cangrejos. Sabía por trabajos anteriores, que los hombres siempre procesan ostras y las mujeres siempre procesan cangrejos. Y los hombres reciben salarios más altos que las mujeres. Un año Martina fue llevada a trabajar durante la estación de las ostras. Cuando llegó al aeropuerto, fue recibida por el administrador de la planta, quien le dejó muy en claro que ella había sido contratada para ser su amante. El DOL había aprobado visas H2B para esa planta durante años60. No es coincidencia que estas formas de discriminación existan en los programas de trabajadores huéspedes; muchas de las agencias contratistas captan clientes destacando los grandes beneficios de contratar trabajadores de un país u otro. Incluso los empleadores pueden comprar trabajadores huéspedes a través de Internet en sitios web como www.get-a-worker.com, www.labormex.com, www.landscapeworker.com o www. mexican-workers.com. Un sitio web anuncia sus contratados mexicanos como mercancías humanas, haciendo promoción de los trabajadores huéspedes mexicanos como “personas con sólida ética laboral” y “gente feliz, agradable, que nos gusta mucho”. Cuando se permite a los empleadores comprar trabajadores como si estuvieran pidiendo por catálogo, la discriminación es el resultado probable, quizás inevitable. • 60 Entrevista con Carol Brooke, North Carolina Justice Center; documentos de acuerdos archivados con la autora. 36 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos pa rt E 1 1 Vivienda Cuando se trata de la vivienda, los trabajadores huéspedes no son tratados en modo alguno como “huéspedes” de los Estados Unidos. En realidad son forzados con frecuencia a vivir en la miseria. Muchos se encuentran cautivos por empleadores o agentes laborales sin escrúpulos que confiscan sus pasaportes, restringen sus movimientos, les extorsionan pagos y los amenazan con el arresto y la deportación si tratan de escapar. En virtud de las regulaciones federales, los empleadores que contratan trabajadores H-2A deben proporcionarle vivienda gratuita. La vivienda debe ser inspeccionada y certificada con anticipación, cumpliendo con las regulaciones aplicables de seguridad y salud. En la práctica, la calidad de la vivienda proporcionada a los trabajadores H-2A varía ampliamente y a menudo es de calidad muy inferior, incluso peligrosa. Los trabajadores H-2B tienen aun menos protección. No hay regulaciones federales generales que regulen las condiciones de las barracas de los trabajadores o las viviendas para los trabajadores H-2B. Las leyes estatales y locales generalmente tampoco cubren el alojamiento para los trabajadores H-2B. En la práctica esto significa que con frecuencia a los trabajadores H-2B se les proporciona un alojamiento que carece incluso de las necesidades básicas, como camas e instalaciones para cocinar. Como el Departamento de Trabajo ha dejado de promulgar regulaciones, los empleadores que escogen proporcionar alojamiento a los trabajadores H-2B (y la mayoría lo hacen, por razones de necesidad práctica) tienen permitido cobrarles la renta. La renta, a menudo exorbitante, generalmente se deduce del pago a los trabajadores. Esto suele resultar en que los trabajadores ganan muchísimo menos de lo que esperaban y a veces sustancialmente menos del salario mínimo. Adicionalmente, las viviendas para ambos tipos de trabajadores, H-2A y H-2B, suelen estar ubicadas en zonas rurales extremadamente aisladas, sometiendo a los trabajadores a otros tipos de dificultades. En la mayoría de los casos, los trabajadores carecen tanto de vehículos como de acceso al transporte público. En consecuencia, son totalmente dependientes de sus empleadores para trasladarse al trabajo y a lugares como tiendas de comestibles y bancos. Algunos empleadores les cobran tarifas exorbitantes por los viajes al mercado. Muchas de las viviendas proporcionadas a los trabajadores carecen de servicio telefónico, aislando aún más a los trabajadores. parte 11 • Vivienda 37 Historicamente los trabajadores migrantes han vivido en condiciones miserables. Aquí, usaban camiones viejos como viviendas para los trabajadores en los años 1950s. Estas condiciones no solo crean penurias cotidianas para los trabajadores huéspedes, sino que también aumentan el gran poder que los empleadores ya ejercen sobre ellos. Hernán fue uno de los seis trabajadores H-2B mexicanos que viajó a los Estados Unidos en septiembre de 2006, de acuerdo con un contrato que los solicitaba para trabajar en la industria forestal en Arkansas. Al llegar, su empleador le pidió sus pasaportes y visados para “sacarles copia”, pero nunca se los devolvió. En lugar de Arkansas, fueron trasladados a una granja de camotes en Louisiana y los dejaron allí para trabajar. Así resultó que estaban haciendo trabajo H-2A con visas H-2B y para un empleador que no había solicitado sus visas. Según la ley, los trabajadores H-2A tienen más derechos y beneficios que los trabajadores H-2B. Los mexicanos vivían en una casa de dos plantas abandonada, con bisagras sin puertas y sin vidrio en las ventanas, con excepción de unos pedazos de fragmentos rotos. SIN ELECTRICIDAD “No había electricidad cuando vivimos allí por primera vez”, contaba Hernán. “No había calefacción. Había unos pocos colchones, pero no había cobijas. Existían solamente unos pocos muebles. Por la noche los empujábamos contra los marcos de las ventanas para que no entrara el aire, porque no había vidrios. Le platicamos a la compañía que no podíamos dormir lo suficientemente bien en la noche para poder siquiera trabajar. Cuando llovía, el agua entraba en la casa. Tuvimos que encontrar rincones en la casa para ocultarnos para no mojarnos. “Estábamos sacando camotes y nos pagaban por cubeta. La primera semana no nos pagaron. La segunda semana nos pagaron $70. Habíamos estado trabajando diariamente de 5 a.m. a 5 p.m., con 30 minutos para almorzar. Teníamos que conseguir que alguien nos llevara a Wal-Mart para adquirir ropa de cama. Apenas nos alcanzaba el dinero”. Eventualmente, el contratista original regresó a Louisiana porque escuchó que los trabajadores se estaban quejando por los bajos salarios y querían que les devolvieran sus pasaportes para regresar a casa. El contratista les dijo que al que no le gustara el trabajo, podía darle $1,600 y le devolvería su pasaporte. Los trabajadores no tenían el dinero, de modo que se fueron sin decírselo al contratista, sin dinero y sin sus pasaportes. Sus esposas en México comenzaron a recibir amenazas del contratista, quien les había dejado mensajes en un teléfono de la comunidad diciendo que sus esposos debían pagarle $2,000 cada uno o él los reportaría a inmigración para que los deportaran o encarcelaran. Esos seis trabajadores ahora están tratando de encontrar una vía para que se les devuelvan sus documentos legales. Un grupo de alrededor de 20 trabajadores huéspedes de Tailandia recientemente enfrentó una situación igualmente desesperada. De acuerdo con un litigio presentado a nombre de ellos por Ayuda Legal de Carolina del Norte (Legal Aid of North Carolina) en febrero de 2007, cada uno pagó $11,000 por obtener empleos en la agricultura. Los reclutadores les dijeron, falsamente, que ellos tendrían empleo durante tres años con ganancias de $8.24 la hora.61 Cuando llegaron en agosto de 2005, uno de los hombres que actuaba como agente laboral confiscó sus pasaportes, visas y boletos de avión de regreso. 61 Muangmol Asanok, et. al. vs. Million Express Manpower Inc. et. al., presentado en Feb. 12, 2007 en la Corte Distrital de los EE.UU. para el Distrito Este de Carolina del Norte 38 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos En un principio, los alojaron en un hotel local, tres hombres en cada habitación. Luego de unas pocas semanas, el número de habitaciones se redujo, de modo que vivían cinco en un mismo cuarto. Eventualmente, los trasladaron a edificios detrás de la casa del agente laboral, donde compartían un baño. Algunos trabajadores tenían que dormir en el piso. Después de unas pocas semanas más, su empleador comenzó a reducir sus raciones de comida, dejándolos con hambre. Durante toda su estancia se les dijo a los trabajadores tailandeses que serían arrestados y deportados si escapaban. En varias ocasiones, según la demanda, el agente laboral y su hijo mostraron armas a los trabajadores. VIGILADOS POR GUARDIAS A menos de dos meses después de su llegada, algunos de los trabajadores fueron trasladados a Nueva Orleáns, donde los pusieron a trabajar demoliendo los interiores de hoteles y restaurantes arruinados por las inundaciones del huracán Katrina. Durante su estancia vivieron en varios hoteles dañados por el huracán, incluyendo uno que no tenía electricidad ni agua caliente y estaba lleno de escombros y moho. No tenía agua potable, de modo que se forzó a los trabajadores a que utilizaran agua contaminada para cocinar. Durante su estancia en Nueva Orleáns, los trabajadores estuvieron vigilados por un hombre con un arma. Tampoco se les pagó por el trabajo, de modo que no tenían dinero para comprar alimentos. Algunos eventualmente fueron devueltos a Carolina del Norte. Los hombres que se quedaron en Nueva Orleáns lograron escapar con la ayuda de personas de la localidad que conocieron su difícil situación. Los demás trabajadores también escaparon después de su viaje de regreso. Trabajadores huéspedes quienes tenian trabajos cosechando tomates en Carolina del Sur vivian en esta “casa” en 2005. En el año 2003, un grupo de mujeres de Hidalgo, México, viajó a Cocoa, Fla., con visas H-2A para cosechar tomates. No sabían que las encerrarían bajo llave. “El patrón ponía un candado en el portón donde estaba nuestro tráiler, y él o uno de su confianza eran los únicos que podían abrirla,” le relató una de las mujeres al Palm Beach Post. Otra dijo, “Pasado un tiempo, no nos dejaban comunicarnos con otras personas. Todo estaba cerrado bajo llave.62” Las mujeres de Hidalgo tuvieron bastante suerte en encontrar abogados que las ayudaran a exigir responsabilidad a su empleador mediante una demanda de acción de clase (el acuerdo de la cual es confidencial). Pero con demasiada frecuencia, los trabajadores no tienen acceso a ayuda legal y deben escoger entre continuar soportando semejantes abusos deplorables o tratar de escapar en un país extranjero sin pasaportes, dinero, contactos o boletos para regresar a casa. Estos no son casos aislados. Las personas que abogan por los trabajadores huéspedes escuchan historias como estas una y otra vez.• 62 Christine Evans, “Mujeres hechas prisioneras en Granja de Cocoa, afirma la demanda”, Palm Beach Post, diciembre 7, 2003 parte 11 • Vivienda 39 40 close to slavery: guestworker programs in the united states pa rt E 1 2 Recomendaciones Como muestra este reporte, el programa de trabajadores huéspedes H-2 es fundamentalmente defectuoso. Como los trabajadores huéspedes están atados a un solo empleador y tienen poca o ninguna capacidad para hacer valer sus derechos, son explotados de manera rutinaria. El programa de trabajadores huéspedes no debe expandirse o ser utilizado como un modelo para la reforma migratoria. Si se permite que este programa continúe, debe ser modificado radicalmente para plantear la enorme diferencia de poder que existe entre los trabajadores huéspedes y sus empleadores. Recomendaciones 41 Recomendaciones I. Las leyes y regulaciones federales que protegen del abuso a los trabajadores huéspedes deben fortalecerse: • Los trabajadores huéspedes deben poder obtener visas que no los aten a un empleador específico. La restricción actual niega a los trabajadores huéspedes la protección más esencial, un mercado laboral libre, lo que está al fondo de muchos de los abusos que enfrentan. • El Congreso debe proporcionar un proceso que permita a los trabajadores huéspedes obtener, con el paso del tiempo, la residencia permanente, con sus familias. Los programas de trabajadores huéspedes a gran escala y a largo plazo, que tratan a los trabajadores como mercancías de corto plazo, son inconsistentes con los valores esenciales de nuestra sociedad: democracia y justicia. • Debe exigirse a los empleadores que cubran todos los gastos de reclutamiento y transporte de los trabajadores huéspedes a este país. Las regulaciones federales deben ser consistentes con la decisión de la Corte de Apelaciones del 11º. Circuito de los EE.UU. en el caso Arriaga vs. Florida Pacific Farms. El exigir a los trabajadores huéspedes que paguen esas tarifas estimula la sobrecontratación de trabajadores huéspedes y los coloca en una posición de peonaje por deudas que conduce al abuso. • No debe permitirse obtener certificación del Departamento de Trabajo para traer trabajadores huéspedes a las entidades que actúan como agencias laborales para los empleadores, que son los que realmente emplean a los trabajadores huéspedes. El permitir que estos intermediarios obtengan la certificación, protege al verdadero empleador respecto de su responsabilidad por los malos tratos a los trabajadores huéspedes. 42 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos • El Congreso debe requerir al Departamento de Trabajo que promulgue regulaciones laborales para los trabajadores H-2B, que sean comparables con las regulaciones H-2A. Es intolerable que los trabajadores H-2B no dispongan ni siquiera de las protecciones mínimas disponibles para los trabajadores H-2A. • El Congreso debe exigir a los empleadores que paguen por lo menos el “salario por efectos adversos” en todos los programas de trabajadores huéspedes, para proteger contra la presión bajista sobre los salarios. Los programas de trabajadores huéspedes no deben ser un mecanismo para bajar los salarios al salario mínimo. • El Congreso debe eliminar las barreras que impiden que los trabajadores huéspedes reciban los beneficios compensatorios laborales. Actualmente los trabajadores tienen que navegar por un increíble sistema estado-por-estado que bloquea efectivamente que muchos trabajadores lesionados obtengan beneficios. • Los trabajadores huéspedes deben estar protegidos contra la discriminación en las mismas condiciones en que lo están los trabajadores contratados en los Estados Unidos. El permitir a los empleadores que “compren” trabajadores con determinadas características fuera de los Estados Unidos es ofensivo para nuestro sistema de justicia y no discriminación. Recomendaciones 43 Recomendaciones II. La ejecución del cumplimiento de las protecciones de los trabajadores huéspedes por parte de las agencias federales debe fortalecerse: • El Congreso debe requerir de todos los empleadores que éstos informen al Departamento de Trabajo a la terminación del período de empleo del trabajador temporal y bajo pena de perjurio, acerca de su cumplimiento con los términos legales y con el contrato del trabajador temporal. Actualmente, no existe ningún mecanismo que permita que el gobierno asegure que los empleadores cumplen los contratos con los trabajadores huéspedes. • Debe exigirse a los empleadores que emplean trabajadores huéspedes que sitúen un bono que sea al menos suficiente en valor para cubrir los salarios legales de los trabajadores. Debe crearse un sistema que permita a los trabajadores presentar demandas contra el bono. Los trabajadores huéspedes que deben regresar a su país cuando vence su visado, por regla general, no tienen forma de recuperar los salarios ganados y que no les han sido pagados por los empleadores. 44 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos • Debiera producirse un incremento masivo para financiar la vigilancia por parte de las agencias federales para hacer cumplir las regulaciones de protección de los trabajadores huéspedes. Los trabajadores huéspedes son los trabajadores más vulnerables en este país y, sin embargo, es escasa la imposición gubernamental para hacer valer sus derechos. • El Departamento de Trabajo debe estar autorizado para hacer cumplir todos los acuerdos respecto a los trabajadores huéspedes. El DOL adopta la posición de que no tiene autoridad legal para hacer cumplir los contratos de los trabajadores H-2B. • El Departamento de Trabajo debe elaborar un proceso racionalizado para regar las solicitudes de los trabajadores huéspedes a aquellos empleadores que han violado los derechos de trabajadores huéspedes. Los empleadores que abusan de los trabajadores huéspedes continúan recibiendo certificación del DOL para traer a nuevos trabajadores. Recomendaciones 45 Recomendaciones III. El Congreso debe proporcionar a los trabajadores huéspedes un acceso significativo a las cortes: • El Congreso debe hacer que todos los trabajadores huéspedes sean elegibles para los servicios legales con fondos federales. En la actualidad, los trabajadores H-2B no son elegibles para servicios de asistencia legal. • A causa de los desafíos extraordinarios que enfrentan los trabajadores huéspedes, debe eliminarse la restricción con respecto a servicios legales con fondos federales, que prohíbe una representación de acción clasista. • El Congreso debe proveer una causa de acción civil y sanciones criminales para los empleadores o individuos que confiscan o retienen documentos de los trabajadores huéspedes. Esta habitual táctica está diseñada para mantener a los trabajadores huéspedes como rehenes. • El Congreso debe proporcionar una causa de acción federal que permita a todos los trabajadores huéspedes hacer valer el cumplimiento de sus contratos. Estas reformas están retrasadas. Durante demasiado tiempo nuestro país se ha beneficiado de la mano de obra proporcionada por los trabajadores huéspedes, y sin embargo, ha fallado de proveer un sistema justo que respete sus derechos humanos y sostenga los valores más esenciales de nuestra democracia. Ya es hora de que el Congreso haga una revisión general de nuestro vergonzoso y abusivo sistema de trabajadores huéspedes. • 46 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Reconocimientos Southern Poverty Law Center desea expresar su agradecimiento al gran número de personas que han contribuido con este reporte, en particular a los trabajadores huéspedes que relataron sus historias. Las organizaciones que proporcionaron una valiosa ayuda incluyen: La Unidad de Trabajadores Agrícolas de Ayuda Legal de Carolina del Norte (Farmworker Unit of Legal Aid of North Carolina), el Centro de Justicia de Carolina del Norte (North Carolina Justice Center), los Servicios Legales de Florida (Florida Legal Services), el Proyecto de Justicia para los Trabajadores Agrícolas Inmigrantes (Migrant Farmworker Justice Project) y los Servicios Legales Sureños para Inmigrantes (Southern Migrant Legal Services). ••• CERCANO A LA ESCLAVITUD Los Programas de Trabajadores Huéspedes en los Estados Unidos Escrito por mary bauer editor • booth gunter investigadora • sarah reynolds director de diseño • russell estes diseñadores • valerie downes, crystal phillips traductora • gabriela maxcy recommendations 47 Creditos Fotográficos Cover Sarah Reynolds Page 2 Sarah Reynolds Page 3 Getty Images Page 4 Getty Images Page 5 Getty Images Page 6 Angeline Echeverría, Sarah Reynolds Page 9 Sarah Reynolds Page 10 Getty Images Page 11 Sarah Reynolds Page 12 Getty Images Page 15 Sarah Reynolds, staff Page 16 Sarah Reynolds Page 17 Sarah Reynolds Page 18 Getty Images, Guestworker provided Page 19 © 2006 David Bacon (dbacon.igc.org), from “Communities Without Borders” Page 21 Sarah Reynolds Page 22 David Rae Morris, Russell Estes Page 24 Sarah Reynolds Page 25 Sarah Reynolds Page 26 Sarah Reynolds Page 27 Sarah Reynolds Page 28 Getty Images, Sarah Reynolds Page 29 Getty Images Page 32 Getty Images, Sarah Reynolds Page 34 Sarah Reynolds, Natasha Cuevas Page 35 Gary Coronado/Palm Beach Post Page 37 Sarah Reynolds, Angeline Echeverría Page 38 Getty Images Page 39 Sarah Reynolds Inside back cover Sarah Reynolds 48 cercano a la esclavitud: programas de trabajadores huéspedes en los estados unidos Si desea obtener más información acerca del SOUTHERN POVERTY LAW CENTER o más copias de este documento, llame al 1-800-591-3656 al Proyecto de Justicia Inmigrante 233 Peachtree St., NE Suite 2150 Atlanta, Georgia 30303 o visite www.splcenter.org SPLC 400 washington Avenue montgomery, alabama 36104 www.splcenter.org