126 LATERCERA Sábado 28 de noviembre de 2015 25 Sociedad Espectáculos Adele CRITICA DE DISCO Adele: vieja escuela M IENTRAS se acerca el centenario del natalicio de Frank Sinatra, Adele gobierna la música popular con planos similares a los utilizados por La Voz para dominar al mundo. El pop de mediados del siglo XX poseía una sofisticada orfebrería que más tarde privilegió el producto seriado. Compositores e intérpretes sistematizaron su labor hasta una “progresiva homogeneización”, como concluyó el Consejo superior de investigaciones científicas de España, tras analizar más de un millón de canciones. Si La Voz era capaz de moldear la soledad como sinónimo de sí mismo, la cantante británica que recién tiene 27 años, posee clara consciencia de su talento y trascendencia desde los inicios, trazados sobre “la idea de que la gente podría escuchar Marcelo Contreras Crítico de música Nuevamente cunde la sensación de estar ante una mujer mucho mayor y experimentada. mi música dentro de 50 años”. Con esa convicción, encarna el romanticismo como nadie. La británica dispone de los mismos recursos y personal de la mayoría de las grandes estrellas, pero sabe personalizar su uso. En este tercer álbum figuran los productores y compositores más exitosos, incluyendo al infalible Max Martin, Shellback, Ryan Tedder y Paul Epworth, y figuras por derecho propio como Bruno Mars. En esa instancia nada la separa de Rihanna o Katy Perry, trabajan con nóminas similares. ¿Qué marca la diferencia? El carácter, el aplomo, la decisión de no convertir su vida privada -a la manera de RiRi- en caldo de cultivo para sus letras. 25 no palidece ante el batatazo de 21 (2011), mientras ofrece señas de madurez y novedades estilísticas que la alejan de la etiqueta revivalista, sin abandonar por completo ese pivote que la singulariza. Nuevamente cunde la sensación de estar ante una mujer mucho mayor y experimentada, observante de la vida, amores y afectos con nostalgia. Cada canción recibe tratamiento de potencial single, desde que el disco arranca con la soberbia Hello, un certificado de crecimiento de su voluptuosa expresión vocal. Send my love (to your new lover) pisa un terreno nuevo, rebosante de coquetería y ritmo a través de un entramado instrumental fresco, combinación de guitarra acústica, programaciones, y un armazón melódico tejido puntillosamente por Adele. I miss you es el corte experimental si se quiere, con una percusión inventiva, trasfondo seductor y un áurea al soul de los ochentas que se extiende a Water under the bridge y River Lea. Million years ago y All I ask, reducidas a acompañamientos de guitarra y piano respectivamente, son conmovedoras, apasionadas, cortes bellísimos de una artista que se hace responsable de su talento y lo optimiza en beneficio del gran público, como una demostración tangible de que la masa también merece la mejor calidad.