¿Qué hace un Director de Responsabilidad Social Corporativa? Antonio Argandoña Diciembre de 2009 La pregunta que sirve de título a este artículo debería venir precedida de otra: ¿es necesario un Director de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en una empresa? Y esta pregunta tiene dos respuestas posibles: sí y no. No: la RSC es una tarea de la alta dirección, empezando por el Presidente y los consejeros, y siguiendo por el Director General o Consejero Delegado y los miembros del comité de dirección. Es una tarea demasiado importante como para dejarla en manos de directivos de menor nivel. La RSC no es una función, como pueden serlo producción, comercial o contabilidad. Impregna –debe impregnar- toda la estrategia, y estar presente en las operaciones de cada día. Pero también puede decirse que sí, que hace falta un Director de RSC, con este título o con otro parecido. Precisamente porque la RSC es tan importante, el máximo directivo necesita alguien a su lado que le ayude a no perder el norte en todas y cada una de sus decisiones. Y, en todo caso, ya hay muchas empresas que tienen un Director de RSC. De modo que habrá que darle algunas funciones, ¿no? Eso es lo malo: que, como han creado el cargo, han de darle un contenido. Así, por lo menos, lo han hecho en bastantes empresas. El Director General ha llamado a un directivo, procedente casi siempre de otra función, y le ha comunicado su nombramiento como Director de RSC. El interesado ha reaccionado con prudencia: ¿es esto una promoción, o un aparcamiento en un puesto secundario y sin futuro? No, le asegura el jefe: es un puesto muy importante, por eso lo hemos creado. Y, ¿qué debo hacer?, pregunta el recién promocionado. Llenar de contenido tu cargo es tu primera tarea, contesta el jefe. Hazme una propuesta. A esto se le llama empezar con mal pie: ahora sí que está seguro de que es un cargo sin futuro. Pero, claro, no va a rechazarlo. El interesado se pondrá a leer libros sobre RSC, a consultar webs, a leer memorias de responsabilidad social… llamará a sus colegas: ”Oye, ya me contarás qué haces tú. Sí hombre, o sí mujer, ven un día a verme, comemos juntos y te lo cuento…“. Las cosas hubiesen empezado mejor si el jefe le hubiese dicho: ”Quiero que seas mis ojos y mis oídos, mi conciencia crítica y mi cerebro a largo plazo. Vas a ser un verdadero director general. No vas a tener poder directo, pero vas a tener toda mi autoridad, porque te voy a respaldar en todo: y, si me fallas, te mato“. ”Necesito que tengas el punto de vista de la alta dirección: tienes que hacer frente a cada problema como lo hago yo; tienes que pasar el día sentado en mi despacho (sólo figuradamente, claro). Has de entender el negocio, la estrategia y el entorno, y adelantarte a lo que va a venir. Has de sentirte muy cómodo en las posiciones de los demás directivos. Te has de entender a la perfección con ellos: tienes que identificar lo que en cada caso preocupa al director de recursos humanos, al de fábrica y al comercial. Pero tienes que ver más lejos que ellos. Tienes que entender su preocupación por los resultados trimestrales y por el presupuesto, porque esto es lo que yo les exijo en cada decisión. Pero tienes que tener visión a largo plazo. Y visión de conjunto de la empresa, claro“. ”Cuando hables con el director de recursos humanos sobre un expediente de regulación de empleo, tienes que entender lo que a él le preocupa –la negociación con los sindicatos, el coste de la operación, el posible malestar en la planta-, pero le tienes que ayudar a entender también lo que pasará en la calle, la posible respuesta de los consumidores, el ambiente en la localidad donde está la fábrica, la reacción de los medios de comunicación y de las autoridades. Y con el director financiero tienes que hablar de morosos, claro, porque eso es lo que le preocupa a él ahora. Pero le tienes que ayudar también a entender en qué consiste ese contrato inmaterial, informal, a largo plazo, que hemos suscrito implícitamente con nuestros clientes y proveedores. Tú le puedes ayudar a ver cuáles son nuestras fortalezas ante ellos, gracias a la política de responsabilidad social que venimos practicando con ellos desde hace años. Y tú debes entender la cadena de valor mejor que ellos, para descubrir oportunidades y riesgos“. ”O sea, tienes que pasar mucho tiempo con los otros directivos. Tu tarea no es sustituirlos, sino complementarlos: ayudarles a tener la visión de conjunto de la empresa y de la estrategia, del entorno, de los stakeholders… Y las tendencias: ¿qué va a pasar con la reforma laboral, con los cambios tecnológicos, con la globalización…? Tú no vas a saber más que ellos en esos temas, pero les tienes que ayudar a estar abiertos a esos cambios que se avecinan. Porque ellos, que son los mejores preparados para entenderlos, van a estar absorbidos por el día a día“. ”Por tanto, vas a pasar muchos ratos fuera de la empresa, pulsando el entorno, adelantándote a los acontecimientos. Y, claro, debes entender cómo ven en la calle a la empresa y al sector. Y qué nos falta, y qué debemos mejorar. Y luego tendrás que llevar esos mensajes a los distintos departamentos. Porque tú no te puedes apuntar los éxitos: van a ser suyos. La humildad es una virtud muy importante en un Director de RSC“. ”Quiero que seas también la conciencia crítica de la empresa, que ayudes a cada directivo a entender cuáles van a ser las consecuencias de las acciones que va a emprender –consecuencias para la cuenta de resultado, pero también para la moral del personal, para las oportunidades futuras, para los clientes, los proveedores, la comunidad local… y para los directivos mismos: para que no se echen a perder, tomando decisiones equivocadas de las que se arrepentirán al cabo del tiempo“. ”Y debes ser, sobre todo, un crítico del business as usual, de la manera habitual de llevar nuestro negocio. Pero tú no debes ser el promotor del cambio: esa es tarea de los otros. Lo que a ti te corresponde es ayudar a que la organización desarrolle las capacidades y recursos que hagan posible y exitoso el cambio“. ”Y debes promover el diálogo. ¿Significa esto que vas a decir que sí a todo? No: una cosa es dialogar siempre y con todos y otra es hacerles caso en todo. Porque el diálogo no lo vas a llevar tú, al menos de modo directo. Es el director de personal el que se peleará con los sindicatos, y el de producción con los proveedores. Pero tú tienes que estar al tanto de ese diálogo, para crear oportunidades, abrir puertas o dejarlas abiertas cuando otros las quieran cerrar… Tampoco debes ser el defensor del cliente, del empleado o del proveedor: esas son tareas de los distintos directivos. Pero tú sí que les tienes que ayudar a reflexionar sobre lo que esos stakeholders piden o dicen“. O sea, lo que tienes que hacer es difundir en la organización, a todos los niveles, los mensajes, las capacidades y los retos de la RSC. Pero tú no te los inventarás: esa es mi misión, como máximo dirigente de la empresa. Por eso tienes que trabajar a mi lado, muy cerca de mí. Y si lo haces así, habrás cumplido como Director de RSC. ¡Bienvenido a una de las tareas más atractivas de esta empresa! (Pero, ¿de verdad le dijo todo esto su jefe, cuando le nombró para este cargo?).