Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje ARGENTINA

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Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
ARGENTINA
por
Martín F. Garbulsky y V. Alejandro Deregibus
Las denominaciones empleadas en este producto informativo y la forma en que aparecen
presentados los datos que contiene no implican, por parte de la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), juicio alguno sobre la condición jurídica o nivel
de desarrollo de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la
delimitación de sus fronteras o límites. La mención de empresas o productos de fabricantes en
particular, estén o no patentados, no implica que la FAO los apruebe o recomiende de preferencia
a otros de naturaleza similar que no se mencionan.
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Intercambio de Conocimientos, Investigación y Extensión, FAO, Viale delle Terme di Caracalla,
00153 Roma (Italia).
© FAO 2004
3
INDICE
1. INTRODUCCIÓN
5
Población indígena, colonización, independencia y organización nacional
5
Primeros herbívoros e introducción de ganado doméstico
7
Uso de la tierra
7
2. SUELOS Y TOPOGRAFÍA
8
Topografía
8
Principales tipos de suelos
8
3. CLIMA Y ZONAS AGROCLIMÁTICAS 10
Clima
10
Regiones ecológicas
11
4. SISTEMAS DE PRODUCCIÓN DE RUMIANTES 12
Historia
12
Razas
12
Número de animales
12
Distribución de las áreas de cría
13
Principales limitantes y problemas de la producción ganadera
14
5. EL RECURSO FORRAJERO
14
(i) Campos y selva del Espinal
14
(ii) Selva del Chaco
16
(iii) Pampas
18
(iv) Praderas semiáridas, selva seca y monte arbustivo
21
(v) Semi-desierto frío patagónico
23
(vi) Estepas pastoriles de la Puna y altos Andes
26
6. OPORTUNIDADES PARA EL MEJORAMIENTO DE LOS RECURSOS
FORRAJEROS 26
7. ORGANIZACIONES DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO Y RECURSOS
HUMANOS 28
8. REFERENCIAS 29
9. CONTACTS
30
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
5
1. INTRODUCCIÓN
El territorio argentino, en la porción austral de América del Sud, corre desde el trópico de Capricornio
hasta el extremo sur del continente (55º 58’ S); se extendiendo por 3 700 km de norte a sur y cubre
2:791 810 km2, limita con el Océano Atlántico, Uruguay y Brasil por el este, con Paraguay y Bolivia
por el norte y con Chile por el oeste (Figura 1). La población de Argentina es estimada en 36:224 000
(2001) con una tasa de incremento decenal de 11,1%. La densidad de población es de 10 habitantes/km2,
variando desde 0,8 habitantes/km2 en la provincia de Santa Cruz hasta 59 habitantes/km2 en la provincia
de Tucumán. Aproximadamente el 90% de la población es urbana, solamente el 10% vive en áreas
rurales. Casi dos tercios de la población
están en las provincias de Buenos Aires,
Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos en el
20% del área continental (Figura 2).
Población indígena, colonización,
independencia y organización
nacional
Los primeros seres humanos migraron al
territorio argentino hace doce o trece mil
años y se establecieron en pequeños grupos
de cazadores y recolectores. Hace unos
mil años la población de todo el territorio
inició cierto tipo de actividad agrícola/
hortícola, usando los fértiles márgenes de
algunos ríos luego que las inundaciones
retrocedían, regando algunos valles en el
árido oeste o quemando manchones de
la selva en el húmedo noreste (Barsky y
Gelman, 2001).
Una gran variedad de grupos humanos
y modos de vida se encontraban en
aquellos tiempos en la población
nativa, estimada por los conquistadores
españoles en medio millón de habitantes
(siglo XVI). Estos grupos eran muy
diversos en términos de cultura y
organización y muchos eran nómades.
Culturas más avanzadas se desarrollaron
en el noroeste, cerca de los Andes, en el
límite actual con Bolivia; estos grupos
indígenas estaban dominados por el
imperio Inca, el cual tenía una población
estimada en 200 000 habitantes en el
siglo XVI. Construyeron colonias
organizadas, regaban sus cultivos de
maíz y quinoa (Chenopodium quinoa)
y empleaban camélidos medianos los
cuales eran domesticados (llama, alpaca)
o cazados (guanaco). En términos de
tamaño de la población el grupo que
ocupaba el área del Chaco también era
numeroso, siendo los grupos Mocoví y
Chiriguano Chané los más importantes.
Figura 1. Mapa de la Argentina
6
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
Los Querandíes y los Charrúas
en las Pampas, los Charrúas y
Guaraníes en las provincias de
Entre Ríos, Corrientes y Misiones,
los Tehuelches y Mapuches en la
Patagonia y los Onas y Yamanas en
Tierra del Fuego eran otros grupos
numerosos de, principalmente,
cazadores-recolectores.
En el siglo XVI fueron fundadas
algunas de las actuales principales
ciudades: Santiago del Estero
(1553), Buenos Aires (1536–1580),
Mendoza (1561), Santa Fe (1573)
y Córdoba (1573). El virreinato del
Río de la Plata fue creado en 1776,
extendiéndose sobre los actuales
territorios de Argentina, Uruguay
y parte de otros países vecinos.
En 1810 una fuerte burguesía
comercial, basada en Buenos
Aires, fue la fuerza conductora del
movimiento revolucionario que
derrocó al virrey. Representantes
de las provincias proclamaron
la independencia de España en
Tucumán en 1816 y crearon las
Provincias Unidas del Río de la
Plata. El gobierno de Buenos Aires
forzó una política unitaria, tratando
de mantener el control sobre el
resto del territorio asumiendo la Figura 2. Distribución de la población en Argentina
herencia del dominio español. Los colores representan la densidad de habitantes/km por cada partido (INDEC, 2001
Esta posición se encontró con una
vigorosa oposición de parte de las otras provincias las cuales apoyaban un sistema federal de gobierno.
Fricciones entre las facciones surgieron constantemente, conduciendo a la guerra civil en 1819. Mientras
tanto el ejército nacional liderado por el General San Martín luchaba contra los realistas españoles y
contribuía decisivamente a la independencia de Chile (1818) y Perú (1821).
La paz restableció en 1820, pero la formación de un gobierno estable permaneció sin resolver. A lo
largo de la mayoría de la década siguiente un estado de anarquía prevaleció sobre las Provincias Unidas,
mezclándose posteriormente con la guerra con Brasil desde 1825 a 1827. Como consecuencia de este
conflicto, Uruguay emergió como un estado independiente. El desorden político nacional disminuyó
luego de 1829 cuando Rosas, un federal, fue electo gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Rápidamente extendió su autoridad sobre las Provincias Unidas las cuales pasaron a ser conocidas como
la Confederación Argentina y durante su mandato todos los grupos de oposición fueron aplastados o
empujados a la clandestinidad. El régimen dictatorial en Buenos Aires fue derrocado en 1852 por un
ejército federal conducido por el General Urquiza quien convocó a un congreso el cual discutió y dio
sanción a una constitución federal en 1853. El rechazo de la provincia de Buenos Aires a la nueva
constitución encendió la guerra en 1859. El ejército federal alcanzó una rápida victoria y en 1859
Buenos Aires aceptó unirse a la federación. La provincia fue, sin embargo, el centro de otra rebelión
la cual derrotó el ejército nacional en 1861. En 1862 una convención nacional eligió al General Mitre
como presidente y designó a la ciudad de Buenos Aires como capital de la nación. Con estos eventos, la
provincia de Buenos Aires alcanzó el control sobre el resto de la nación.
2
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
7
Uno de los más importantes esfuerzos del desarrollo agropecuario durante el siglo XIX fue la
consumación de la conquista de las Pampas hasta el Río Negro de manera tal que la amenaza de los
aborígenes hostiles desde esa región fue eliminada. La así llamada Guerra del Desierto (1879–1880)
abrió vastas áreas nuevas para el pastoreo y el cultivo. Luego de esta guerra la Argentina efectuó un
marcado progreso económico y social y se definieron las actuales fronteras de la nación. La red de
ferrocarril, desarrollada principalmente por compañías británicas durante las últimas décadas del siglo
XIX y comienzos del XX, jugó un papel fundamental en el desarrollo del territorio por el gobierno
central. Durante la primera década del siglo XX el país emergió como una de las naciones principales
de América del Sud debido a la exportación de productos primarios (mayormente trigo y carne). La
inmigración europea desde España e Italia transformaron las características sociales de las ciudades y el
campo. Muchas colonias agrícolas de inmigrantes fueron establecidas durante esa época, principalmente
a lo largo de las Pampas.
Actualmente la Argentina es una república federal dividida en 24 provincias. El gobierno nacional es
una democracia presidencialista desde 1853 cuando fue sancionada la constitución. Sin embargo, varios
gobiernos no democráticos apoyados por grupos militares desalojaron a los gobiernos democráticos. La
democracia fue restablecida en Argentina en 1983.
Primeros herbívoros e introducción de ganado doméstico
Las tierras de pastoreo y su fauna dominante se originaron en lo que es ahora la Patagonia hace casi
45 millones de años, como consecuencia de disturbios climáticos ocurridos durante mediados y fines de
la era terciaria (mioceno y plioceno) y comienzos de la era cuaternaria (pleistoceno). Registros fósiles en
estratos de comienzos del Eoceno (hace 60 millones de años) muestran pasturas primitivas y mamíferos
con dientes de hipsodonte, mientras que durante el oligoceno (40–25 millones de años) varios grupos
nuevos de no ungulados aparecieron en las recientemente abiertas sabanas (Coughenour, 1985). Los
pastos (Poaceae) pueden haber entrado a la región desde África durante el palaeoceno (70–60 millones
de años) o aún a comienzos del cretáceo (Stebbins, 1981). En la medida que las condiciones climáticas
continuaron alteradas, vastas áreas fueron ocupadas por tierras de pastoreo, ecosistemas dinámicos
altamente adaptados a eventos de alteración. Los cambios climáticos causaron la extinción de antiguos
herbívoros como consecuencia del período glacial al final de la era cuaternaria neolítica. Equidae y
Camelidae migraron desde el norte de América del Sud al final del plioceno (3 millones de año) o
comienzos del pleistoceno (Stebbins, 1981).
Cuando arribaron los españoles, en la mayor parte del territorio argentino no había herbívoros
de tamaño corriente ni sus predatores carnívoros. Estas estepas de pasturas se transformaron en un
nicho abierto, ideal para el ganado y los caballos introducidos desde Europa y cuya población creció
espontáneamente en enormes rebaños que deambulaban libremente a lo largo del vasto territorio. La
abundancia de grandes herbívoros cambió el paisaje, el suelo y la estructura de las tierras de pastoreo;
doseles foliares de maciega alta se transformaron en forrajes más nutritivos y blandos y se incrementó
la fertilidad de la capa superior del suelo.
Indígenas y españoles cazaban fácilmente a caballo este ganado. La posibilidad de explotar sus
cueros y salar parte de su carne (tasajo) marcaron la actividad económica y permitieron el crecimiento
de muchas colonias durante el período de colonización. Autoridades de las principales ciudades de la
región otorgaban permisos de caza y organizaban expediciones («vaquerías») a lo largo del siglo XVII,
actividades que cesaron a mediados del siglo XVIII debido al diezmado de la población de ganado salvaje.
Desde del inicio, grandes operativos fueron desarrolladas para la cría de ganado (llamados «estancias»
nombre origenado en que el gobierno español nombraba gente para «estar»). Áreas significativas eran
operadas por la congregación católica de los jesuitas la cual imprimió una fuerte impronta cultural a
muchas regiones. En el oeste y noroeste de Argentina se criaban mulas y ganado para abastecer las minas
de plata en Potosí (actualmente Bolivia), una importante actividad económica durante el siglo XVII.
Uso de la tierra
Actualmente hay en el país 332 057 establecimientos propiamente delimitados que abarcan 172 millones
de hectáreas, siendo el resto establecimientos cuyos límites no están adecuadamente definidos o tierras
fiscales cuyos ocupantes mantienen derechos de propiedad precarios. Esto resulta en un tamaño promedio
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
8
de 518 ha por propiedad, oscilando entre
74 ha en Misiones y 21 012 ha en Santa
Cruz. Unos pocos establecimientos exceden
1 000 000 de ha en la Patagonia o el oeste
árido o las 200 000 ha en la Pampa húmeda,
Campos o el Chaco. Sólo el 20% de esta
área es cultivada (33 millones de ha) con
cereales (29%-trigo, maíz, cebada, avena
y sorgo), oleaginosas (27%-soja, girasol),
cultivos industriales (2%-algodón, caña
de azúcar, lino, mandioca, tabaco, café,
té y yerba mate) o con otros cultivos
(41%-madera, frutales, pasturas).
El Cuadro 1 muestra las áreas de cultivo
en la Argentina.
Hasta hace poco era usual encontrar
mezcladas la ganadería y la agricultura en
las operaciones productivas de las Pampas;
esto significaba mantener la fertilidad
del suelo dado que tres a cinco años de
cultivos eran seguidos por un similar
período de pasturas. En la década pasada,
los incrementos en los precios de los
principales cultivos junto a la posibilidad
del mínimo laboreo de los suelos, determinó
la expulsión del ganado de las mejores
áreas de cultivo. Como en otras partes
del mundo, los productores argentinos se
especializaron como agricultores o como
ganaderos. La actividad agropecuaria
abarca el 30% del PBI de la Argentina y
el 50% de las exportaciones incluidos los
productos manufacturados (INDEC, 2001).
Cuadro 1. Área cultivada y rendimiento medio de los
principales cultivos en Argentina
Cultivo
Área
cultivada
(ha)
Rendimiento
medio (kg/ha)
Fecha
Soja
12 606 845
2 803
2002/03
Trigo
6 300 210
2 033
2002/03
Maíz
3 084 374
6 477
2002/03
Girasol
2 378 000
1 598
2002/03
Avena
1 368 400
1 666
2002/03
Algodón
410 905
-
2000/01
Sorgo
592 740
5 031
2002/03
Centeno
337 640
1 402
2002/03
Caña de azúcar
335 036
-
1997/98
Porotos
292 680
-
1997/98
Cebada
269 240
2 199
2002/03
Vid
209 000
-
Yerba mate
201 600
-
1997/98
Maní
157 326
1 412
2002/03
Arroz
135 170
5 400
2002/03
Papas
119 165
-
1997/98
Tabaco
84 454
-
1997/98
Naranjas
60 129
-
1996/97
Mijo
49 850
1 844
2002/03
Te
43 145
-
1997/98
Trigo (duro)
42 800
2 476
2002/03
Limones
38 679
-
1996/97
Tanjerinas
36 770
-
1996/97
Cebollas
23 657
-
1997/98
Cártamo
23 000
605
2002/03
Alpiste
19 095
987
2002/03
Ajo
15 801
-
1997/98
Cebada (forraje)
14 450
1 732
2002/03
Lino
13 800
815
2002/03
Pomelos
13 458
-
1996/97
Celdas vacías significan falta de estadísticas.SAGPyA, 2004
2. SUELOS Y TOPOGRAFÍA
Topografía
Aunque limitada por el oeste por las alturas de
los Andes, cuyo pico más alto es el Aconcagua
(6 959 msnm), la mayor parte de Argentina es
marcadamente plana y un 63% del área total está
por debajo de los 500 msnm (Cuadro 2, Figura 3).
Principales tipos de suelos
Los suelos de Argentina abarcan ocho órdenes de
la clasificación taxonómica de suelos (Figura 4). El
orden más abundante es el de los molisoles, donde
tienen lugar la agricultura de cultivos comerciales
y la producción intensiva pecuaria (carne y leche).
La agricultura de secano es significativa en la
Cuadro 2. Distribución topográfica del territorio
de Argentina
Altitud (metros)
0-500
501–1 000
1 001–1 500
1 501–2 000
2 001–2 500
2 501–3 000
3 001–3 500
3 501–4 000
4 001–4 500
4 501–5 000
5 001–5 550
>5 551
Area total km2
Porcentaje
1 769 392
63,6
472 956
17,0
211 821
7,6
75 728
2,7
42 876
1,5
30 172
1,1
33 939
1,2
56 996
2,0
51 575
1,9
26 854
1,0
6 636
0,2
1 455
0,1
Basado en un modelo de elevación digital (Bliss y Olsen 1996).)
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
Figura 3a. Mapa topográfico de Argentina y
áreas circundantes
Elaborado a partir de Bliss y Olsen (1996).
9
Figura 3b. Divisiones políticas e isoyetas
mostrando tendencias de humedad a lo largo del
gradiente E-O
En amarillo, isoyetas de índice hídrico (Burgos, 1963) y variación
de temperatura a lo largo del gradiente N-S. En rojo, temperatura
media anual.
Figura 4. Principales tipos de suelos de Argentina
de acuerdo con los órdenes taxonómicos de
suelos
Basado en el Atlas de suelos de la República Argentina (INTA 1990).
Otros tipos de suelos incluyen áreas urbanas, de aguas continentales
y rocosas.
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
10
mayoría de las áreas húmedas, donde
este grupo abarca la mayor parte de
los suelos fértiles de las Pampas. Los
entisoles y aridisoles son suelos no
desarrollados con baja capacidad de
retención de agua, importantes en
áreas áridas y semi-áridas. El cuarto
grupo en términos de área ocupada son
los alfisoles, localizado en las áreas
húmedas sub-tropicales del noreste
de Argentina. Estos cuatro grupos
ocupan el 80% de las tierras del país
donde pastorea la gran mayoría de la
población de rumiantes (Cuadro 3).
Cuadro 3. Área por orden de suelos en la Argentina
continental
Orden de suelos
Área total (km2)
Alfisol
205 851
Aridisol
555 686
Entisol
621 420
Histosol
872
Inceptisol
81 136
Molisol
871 569
Ultisol
737
Vertisol
15 679
No clasificada (urbana, rocosa, aguas poco profundas)
Total
427 449
2 780 400
Elaborado por INTA (1990).
3. CLIMA Y ZONAS AGROCLIMÁTICAS
Clima
Argentina tiene una amplia variedad de climas y
consecuentemente de comunidades ecológicas. Las
precipitaciones anuales oscilan entre 150 mm en las
partes más secas de la Patagonia y el oeste del territorio
a más de 2 000 mm en las selvas lluviosas frías (SO) y
subtropicales (NE). Una amplia porción de la diagonal
sudamericana árida (Figura 5) cubre el oeste y sur
del territorio argentino, determinando selvas secas en
el noroeste, estepas arbustivas en el centro-este y un
semidesierto en la Patagonia.
Los eventos de lluvia en las planicies argentinas
son determinados por una continua lucha de masas
de aire: vientos húmedos del Océano Atlántico
subtropical entran por el norte y el centro del territorio
argentino, mientras que vientos secos entran desde la
Patagonia variando en fuerza relativa de acuerdo con
las estaciones. Vientos cálidos dominantes entran libre
y profundamente por el norte y centro del territorio
argentino durante la estación cálida liberando mucha
lluvia hasta desecarse en el oeste. En la estación más
seca un vasto sector de la Argentina carece de lluvia
en la medida en que la fuerza de los vientos secos
del sur se incrementa y los eventos de lluvia ocurren
solamente en el este del territorio. Los vientos del
sur siempre dominan el territorio patagónico. Debido
a esto, las regiones noreste (Campos subtropical y
Chaco) y centro este (Pampas templadas) de Argentina
son ambientes super húmedos con lluvias anuales
de 1 200 mm distribuidas uniformemente. En el
medio-oeste la lluvia se vuelve escasa en verano y
nula en invierno, causando ambientes continentales
sub-húmedos en el Chaco subtropical central y en las
Figura 5. Indice de diferencias normalizadas
de vegetación (IDNV) obtenidas de los
satélites NOAA/AVHRR para el sur de
América del Sud 1995
Áreas con bajo IDNV (tonos marrones) muestran áreas áridas
y semi-áridas.
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
11
Figura 6. Regiones pastoriles de la
Argentina y sus principales controles
funcionales
Las áreas en tonos verdes están forestadas con
diferentes densidades de árboles. Las áreas en púrpura
son estepas arbustivas con aptitud pastoril.
Pampas centrales, con 600 mm distribuidos en el verano y con un invierno seco. Muy poca humedad
alcanza la región del lejano oeste, en la medida en que las buenas lluvias solo se encuentran en las
pendientes de las montañas del noroeste (Figura 3b).
La temperatura media anual oscila entre 5 ºC en el extremo continental sur y 25 ºC en el norte. Las
isotermas de 20 ºC y 13 ºC separan las Pampas de las regiones del Chaco y la Patagonia (Figura 3b).
En la Argentina húmeda el ambiente térmico es suave, permitiendo el crecimiento de las pasturas a lo
largo de todo el año y el pastoreo del ganado. En el medio oeste y en el sur el crecimiento de pasturas es
mínimo durante el invierno y el ganado debe ser suplementado con proteína para una mejor utilización
del forraje. Las temperaturas extremas se incrementan hacia el oeste.
Regiones ecológicas
Alrededor del 75% de la Argentina continental es ocupada por vegetación de variada fisonomía cuyos
estratos herbáceos pueden ser pastoreados por herbívoros domésticos. Las isotermas anuales de 13 y
20 ºC son los límites de las pasturas mega-, meso- y micro-térmicas, mientras que la estimación del
cumplimiento parcial de las demandas de evaporación muestra la existencia de pasturas áridas, semiáridas, sub-húmedas y húmedas (Figura 6). Clasificadas de esta manera, es posible diferenciar cinco
grandes regiones pastoriles que muestran variadas características funcionales, productivas y forrajeras:
1. Selvas de Campos y del Espinal (mega-térmica, super- húmeda a húmeda)
2. Selvas del Chaco (mega-térmica, húmeda a semi-árida)
3. Pampas (meso-térmica, húmeda a sub-húmeda)
4. Pasturas semi-áridas, selvas secas: Arbustos del Monte y del Caldenal (meso-térmica, semi-árida).
5. Semi-desierto frío de la Patagonia (micro-térmico, árido)
6. Puna y estepas pastoriles en los altos Andes
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
12
4. SISTEMAS DE PRODUCCIÓN DE RUMIANTES
Historia
Luego de un período inicial de explotación del ganado cimarrón, con el establecimiento de las estancias
comenzó la cría comercial de ganado en forma extensiva y basada en pasturas, la cual se tornó cada vez
más importante. Los ovinos se agregaron a los vacunos y equinos durante el siglo XIX, su población se
expandió rápidamente y alcanzó un pico en las Pampas a comienzos del siglo XX. Hasta el advenimiento
de la industria frigorífica, los principales productos animales comercializados eran cueros, grasas, lana
y carne salada (tasajo para los esclavos en Brasil). En esta época, capitales británicos desarrollaron una
moderna industria cárnica para abastecer a sus ciudadanos en las Islas Británicas y algunas colonias. Tal
interés económico provocó una campaña del ejército en contra de los indígenas para liberar más tierra,
permitiendo un constante incremento en la ocupación de tierras y en el número de ganado.
Aunque ciertos camélidos nativos son explotados comercialmente para pequeñas cantidades de pelo y
lana y para tiro y el ganado «criollo» aún se encuentra en muchas áreas, casi la totalidad de los rumiantes
utilizados con propósitos comerciales fueron cruzados con razas extranjeras. Un importante trabajo
de selección y mejoramiento dentro de cada raza tuvo lugar en el país y fueron creadas nuevas razas.
Existen asociaciones de criadores que promueven cada raza, implementando todos los años concursos
nacionales y locales para mostrar y vender animales de pedigrí. Los ganaderos participan en estos
eventos en gran número debido a su interés en el mejoramiento genético de su ganado.
A continuación se describen los parámetros poblacionales y productivos ganaderos para las cinco
regiones que parcialmente ajustan a las regiones pastoriles (Figura 6, Cuadro 4). Las regiones difieren
no solamente en su dotación total de animales sino también en su perfil productivo. Las Pampas tienen
alrededor del 62% del rodeo vacuno nacional. La Patagonia tiene menos del 2% de los vacunos del país
pero cuenta con 59% de la dotación nacional de ovinos. La mayor proporción de vacas se encuentra en
Campos y en el este del Chaco, mostrando la importancia de las actividades de cría en esa área. El 14%
remanente del ganado se encuentra en regiones semi-áridas del país. La faena para consumo humano es
mayormente de novillos (Cuadro 4).
Razas
Las pasturas de la zona templada de Argentina están pobladas por ganado de carne de razas británicas
(Aberdeen Angus y Hereford) u otras de Europa continental (Holstein y Charolais). Razas índicas,
derivadas del ganado de carne Bos indicus (Brahman, Brangus, Braford) son usadas en áreas cálidas
subtropicales por su mejor adaptación al calor y a las pestes que el ganado de origen europeo. El ganado
lechero es de origen Holstein, con un pequeño número de Jersey. Los ovinos son mayormente Corriedale,
Merino, y Romney Marsh. La raza ovina Pampinta fue desarrollada localmente en 1990 para la explotación
extensiva de carne y leche, cruzando
las razas Corriedale (25%) y East Cuadro 4. Parámetros de la industria ganadera para cada
Friesan (75%). Actualmente, más de región argentina y para todo el país
Dotación
Vacas Faenadas Extracción
20 000 ejemplares de Pampinta están Región
(1000
(%)
(1000
(%)
distribuidos en 40 establecimientos
cabezas)
cabezas)
lecheros en toda la Argentina.
I. Pampas (cultivable e
34 200
35
10 600
31
inundación)
Solamente ciertos camélidos
II. Campos & E Chaco
12 500
45
1 220
10
nativos continúan siendo usados.
(Espinal y Chaco
Cada raza es usada dependiendo de
húmedo)
las condiciones ambientales y de los
III. O Chaco (Chaco
4 090
40
680
16
seco y Puna)
objetivos productivos de las explotaIV. Semi-árido central
3 600
43
700
19
ciones comerciales. Varias organiza(monte de arbustos)
ciones no gubernamentales son las
V. Patagonia (estepas
760
44
190
25
responsables locales de cada raza.
arbustivas, oasis
Número de animales
En el 2001 la dotación del país
estaba compuesta por alrededor de
irrigados y bosques de
zona templada)
Total
55 150
39
13 390
24
Recalculado de Rearte (1996). La extracción representa el porcentaje de animales de
la dotación total faenados cada año.
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
13
Figura 7. Población nacional de ganado (miles de cabezas)
Fuente: INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas), 2001.
Cuadro 5. Argentina: Estadísticas para cabezas de ganado, producción de carne y leche,
exportaciones de reses y ganado en pie para el periodo 1992-2003
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Bovinos (cabezas)
1 000 000
53,0
52,7
53,2
52,7
50,8
50,1
48,1
49,1
48,7
48,9
48,1
50,9
Ovinos (cabezas)
1 000 000
25,7
18,4
16,9
15,2
14,3
13,2
13,5
13,7
13,6
13,5
12,4
12,5
Cabras (cabezas)
1 000 000
3,5
3,7
4,0
3,6
3,4
3,4
3,4
3,4
3,5
3,4
4,0
4,2
Equinos (cabezas)
1 000 000
3,3
3,3
3,3
3,3
3,3
3,3
3,3
3,6
3,6
3,6
3,7
3,7
Prod. de carne
vacuna (TM) 1 000 000
2,8
2,8
2,8
2,7
2,7
2,7
2,5
2,7
2,7
2,5
2,7
2,8
Prod. de leche (TM) 1 000 000
6,8
7,2
8,0
8,8
9,1
9,4
9,8
10,7
10,1
9,9
8,2
7,7
Prod. de carne
ovina (TM) 1 000
65,8
64,9
84,6
81,0
64,0
58,0
48,0
45,0
50,0
50,0
50,3
51,7
Exportación de
reses (TM) 1 000
163,7
163,7
243,8
343,8
256,6
297,0
192,6
230,8
232,5
103,3
227,0
n.d.
Exportación de
ganado en pie
(cabezas) 1 000
9,5
11,6
371,4
376,4
127,9
121,3
10,2
21,0
14,0
0,08
n.d.
n.d.
n.d. = no disponible
(según FAOSTAT).
48 millones de bovinos, 13,5 millones de ovinos y 1,5 millones de equinos (Figura 7). En décadas
recientes el número de ovinos decreció sensiblemente, principalmente debido a los bajos precio de la
lana. En el Cuadro 5 se presentan datos de FAOSTAT para cabezas de ganado, producción de carne y
lana y exportaciones de reses y ganado en pie, donde se puede notar que ciertas cifras (por ejemplo
número de equinos) difieren de las antes mencionadas.
En el 2001, la mayoría de la carne vacuna (2,7 millones toneladas/año), cordero (35 000 toneladas/
año, si bien las cifras de FAOSTAT son más altas) y leche (10 000 millones litros/año) fueron consumidas
internamente, debido a que la exportación a muchos países no está permitida por razones sanitarias
(aftosa). La carne y las industrias lácteas suman solamente el 6% de las exportaciones (INDEC, 2001).
Distribución de las áreas de cría
La producción ganadera argentina tiene dos sectores. El sector productor comercial está bien
desarrollado, es intensivo en capital y está orientado a la exportación. El sector productor de subsistencia
en las áreas comunales está basado en el pastoreo o en una mezcla de este con agricultura; la mayoría
de los establecimientos de subsistencia hacen un uso intensivo de mano de obra, con limitado uso de
14
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
tecnología e insumos externos. Los resultados y objetivos de los ganaderos son más diversos que en la
producción ganadera comercial e incluyen fuerza de tracción, leche, estiércol, carne, ingreso de dinero
en efectivo y reserva de capital así como factores socio-culturales.
La gran amplitud de zonas agroecológicas ha llevado al desarrollo de muchos sistemas de producción
ganadera adaptados a las condiciones ecológicas y económicas de cada zona. Estos sistemas fueron
descriptos en la sección 5 junto con detalles de los recursos forrajeros, de manera de simplificar la lectura
y evitar la repetición.
Los establecimientos ganaderos están establecidos en la periferia de la región pampeana, en la pampa
inundable o en cualquier otro lugar donde la agricultura no es posible. Razones ambientales, históricas
y económicas han determinado esta heterogénea distribución del ganado a lo largo del país. Los ovinos
son más importantes en la Patagonia y la mayoría de los productores de subsistencia de ovinos están en
el noroeste de la Patagonia, la Puna y en las estepas andinas. La lechería y el engorde de vacunos han
estado tradicionalmente asociados con las pampas, a menudo en rotación con cultivos; los altos precios
de los cultivos y la nueva tecnología han llevado a incrementar la especialización en la producción de
cultivos, mientras que el ganado (mayormente bovino) está actualmente siendo forzado fuera de las áreas
agrícolas.
La comercialización de los productos pecuarios ha cambiado fuertemente durante las últimas
décadas. Los mercados centrales de ganado en pie solían concentrar la mayor parte de las transacciones
(por ejemplo, el Mercado de Liniers en Buenos Aires). Hoy en día, el trato directo entre productores
y compradores (p. ej., supermercados, carniceros mayoristas) abarca la mayor parte del mercado. Sin
embargo, los mercados en pie aún determinan los precios de varios tipos de animales. En el mercado
lácteo los establecimientos venden la leche directamente a las fábricas. Tres compañías principales
concentran el 70% de la leche producida en el país. Hay muchas fábricas medianas y pequeñas,
principalmente en la zona de las pampas.
Principales limitantes y problemas de la producción ganadera
Las principales limitantes de la producción de pasturas y forrajes, así como los intentos de mejoramiento,
son los siguientes:
• Problemas en la exportación (aftosa y otros)
• Baja estabilidad económica nacional y alta aversión al riesgo
• Degradación ambiental: erosión del suelo, invasión de bosques
• Dificultades crediticias
5. EL RECURSO FORRAJERO
(i) Campos y selva del Espinal
El territorio húmedo a superhúmedo del noreste del territorio de Argentina muestra, hacia el norte,
pantanos o pasturas creciendo sobre suelos arenosos ácidos (profundos) o pedregosos (superficiales) y,
hacia el sur, una sabana (conocida como selva del Espinal) creciendo sobre suelos fuertemente arcillosos.
Estas pasturas megatérmicas están dominadas por gramíneas estivales (C4), reduciendo progresivamente
la densidad de las gramíneas invernales (C3) o de las leguminosas. Debido a que el ganado no puede
pastorear la biomasa forrajera de baja calidad (60% de digestibilidad o menos) producida durante la
larga estación estival, una gran cantidad de biomasa se acumula y envejece durante el otoño (abril), sigue
perdiendo calidad (hasta 3% de proteína) en invierno (julio) y tiene que ser quemada antes del inicio
de la próxima estación de crecimiento (septiembre). La acumulación de biomasa en el otoño sombrea
el crecimiento inicial de las gramíneas invernales causando escasa producción de forraje durante el
invierno cuando es intensa y continuamente pastoreada. Debido a que la baja calidad forrajera en la
estación fría afecta la nutrición del ganado, las dotaciones son bajas (Pizzio et al. 2000).
Las gramíneas de las tribus Panicoideae, Chlorideae, Andropogoneae y Oryzeae dominan las pasturas
que crecen en estos suelos superficiales y deficientes en fósforo (menos de 3 ppm; las leguminosas
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
15
presentes son Adesmia sp., Desmodium sp. y Rhynchosia
sp., mientras que unas pocas gramíneas C3 de las tribus
Agrosteae y Stipeae prosperan por unos pocos meses.
Varios tipos de pasturas se encuentran en Campos y
selva del Espinal, clasificados de acuerdo a las especies
dominantes y la fisonomía.
Pasturas altas: es la típica vegetación de Campos
ocupando áreas húmedas a super-húmedas. Andropogon
lateralis, la especie dominante, no es pastoreable
cuando el dosel foliar está dominado por sus fuertes
tallos floríferos rojos. Cuando está bien pastoreado,
este pasto tiene una apariencia foliosa asociado con
pastos medianos y bajos de aceptable calidad forrajera
como pasto Jesuita (Axonopus compressus), pasto Bahía
(Paspalum notatum), pasto miel (Paspalum dilatatum)
y otros Paspalum spp. (P. almum, P. plicatulum),
Bothriochloa laguroides o Rottboellia selloana. Cuando
Andropogon es dominante y ligeramente pastoreado, la
producción de biomasa puede exceder las 7 toneladas ha-1
año-1. Otros pastos altos dominan las áreas occidentales
de la región de Campos y el Chaco Húmedo, tales
como Elionurus muticus (sobre suelos bien drenados),
Sorghastrum agrostoides y Paspalum intermedium.
Pastoreo de Andropogon lateralis
vista en primavera
Sotobosque de pastos invernales,
fin del invierno
Pasturas medias: en los Campos abiertos o entre
el dosel foliar disperso de árboles de Prosopis spp.
y Acacia spp. en la selva de Espinal, crece una
capa de hierbas capaz de producir 4–5 toneladas/
ha/año. Pastos blandos como Axonopus argentinus,
A. compressus, Bothriochloa laguroides, Paspalum
notatum, P. dilatatum y Panicum miliodes cubren el
suelo densamente y ofrecen forraje de calidad durante
la estación cálida. Esta pastura tiene una gran capacidad
de recuperar su condición cuando es moderadamente Majada en El Espinal
pastoreada y cuando se le permite descanso aparecen
algunos pastos invernales (Stipa neesiana, Briza subaristata) y leguminosas (Adesmia punctata,
Desmodium incanum, Rhynchosia senna, Medicago polymorpha y Trifolium polymorphum). Cuando
esto ocurre, estas pasturas muestran cierto crecimiento forrajero durante la estación fresca, determinando
incrementos en la productividad secundaria.
Pasturas cortas: pastos ordinarios como Aristida jubata y Bouteloua megapotamica producen una
cubierta de baja densidad en suelos infértiles y alcalinos; su productividad forrajera es baja (1 toneladas/
MS/ha/año). Estas pasturas son pastoreadas por ovinos.
Pasturas de bañado: Gramíneas y ciperáceas con aerénquima cubren áreas con 20–30 cm de agua
estancada. Especies como Echinochloa helodes, Eriochloa punctata, Paspalidium paludivagum, Leesia
exandra, Luziola peruviana dominan el dosel foliar denso. Estas pasturas tienen una buena producción
de forraje (6 toneladas/MS ha año) permitiendo altas dotaciones y rápidas ganancias de peso del ganado
durante la mitad cálida del año.
Pasturas cultivadas: un área mínima (200 000 ha) de pasturas nativas ha sido reemplazada con
Setaria anceps, Digitaria decumbens (pasto Pangola), Brachiaria spp., y otras forrajeras mejoradas.
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
16
Ni leguminosas ni pastos de estación fresca crecen
exitosamente, lo que constituye una gran limitante ya
que hay necesidad de mejorar la calidad forrajera y la
producción invernal.
En esta región se observan procesos extendidos de
degradación de suelo y de vegetación. Diferentes factores
se combinan para causar esta degradación: terreno
ondulado, suelos arenosos o arcillosos, lluvias intensas,
sobrepastoreo, deforestación y fuegos no autorizados.
Casi el 10% del área de esta región (840 000 ha) ha sido
clasificada como severamente erosionada y otros tres
millones de hectáreas se están degradando.
Un rebaño Hereford con terneros
Población ganadera y producción
secundaria:
La existencia de ocho millones de vacunos hace a la
región de Campos la segunda luego de las Pampas
respecto al número de animales. La cría de terneros
es la actividad exclusiva de la mayoría de los
grandes establecimientos («estancias»). Los terneros
destetados (160–180 kg) son transportados a las
Pampas para pastorear avena, festuca o alfalfa o para
ser engordados en pradera. Los Campos también
producen corderos y lana a partir de una gran
población de ovinos (1,5 millones), en las sabanas Bosques de pastoreo en N.E. Chaco, vista en
del sur. Las dotaciones en estas pasturas varían a lo verano
largo del año de acuerdo con el tipo de pasturas y la
productividad invernal, 1,5–3 ha por unidad animal (450 kg) sobre campo natural hasta 0,5 ha por unidad
animal en pasturas sembradas. La deficiencia de fósforo es la mayor causa de la baja tasa de procreo
(40-60%), promediando una productividad secundaria de 30–40 kg/ha/año; los establecimientos más
eficientes producen 100–120 kg /ha/año.
(ii) Selva del Chaco
[Vede el artículo sobre El gran Chaco de Fernando Rivero http://www.fao.org/ag/AGP/AGPC/doc/
Counprof/Argentina/granchaco/GranChaco.htm]
Esta sabana subtropical ocupa el territorio central norte de Argentina y continúa hacia el norte a
través de Paraguay y Bolivia, abarcando conjuntamente 80 millones de hectáreas. Su límite sur es
aproximadamente la isoterma de 20 ºC o 30º 30’ latitud sur (Figuras 3 b y 6). En la topografía plana de esta
región (desde 100 a 200 msnm, ver Figura 3a), manchones de monte se alternan con extendidas pasturas.
Su fisonomía, densidad de plantas y cubierta de especies varía según el gradiente de precipitación, lo
cual permite la división del Chaco en: Chaco húmedo
(Este 1 000–1 250 mm), Chaco sub-húmedo (Central
700-1 000 mm) y Chaco semi-árido (Oeste 450–
600 mm). Otras divisiones adicionales del Chaco son
usualmente consideradas (oriental u occidental, árido,
aluvial, ondulado, inundable).
Tipo de Sabana en S.E. Chaco, vista en
invierno
Sabanas del Chaco húmedo:
Manchones de monte ocupan los suelos altos, más
fértiles y mejor drenados. La actividad humana ha
reducido severamente la mayoría de las especies
madereras valiosas y ha causado la invasión
de arbustos que impiden el acceso del ganado.
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
17
Caracterizado por el quebracho colorado de médula con tanino (Schinopsis balansae), en esta selva
pueden encontrase otros árboles majestuosos tales como Aspidosperma quebracho-blanco, Tabebuia
ipe, Astronium balansae, Syagrus romansoffianum. Árboles de doseles foliares más bajos que rodean
estos manchones de monte, comprenden Prosopis alba, P. Nigra, P. algarrobilla, Geoffroea decorticans,
Acacia praecox y otros.
El paisaje es completado por vastas tierras de pastoreo que forman una red superficial y drenan los
excesos de agua hacia el este, extendiéndose sobre casi tres millones de hectáreas. En las pendientes
intermedias se pueden ver palmas (Copernicia alba) y un estrato herbáceo dominado por pastos altos
tales como Elionurus muticus (en suelos arenosos bien drenados), Sorghastrum agrostoides (en suelos
periódicamente inundados) y Paspalum intermedium (en suelos frecuentemente inundados). La calidad
forrajera de estas pasturas depende de la densidad de los pastos acompañantes de calidad regular y
tamaño medio tales como Chloris ciliata, Setaria geniculata, Sporobolus indicus. Dentro de los drenajes
(los cuales están continuamente inundados) crecen pastos de bañado tales como Leersia hexandra,
Luziola peruviana, Paspalidium paludivagum, Eriochloa punctata, Echinochloa helodes los cuales,
cuando son foliosos, forman densos tapices de buen forraje. Finalmente, los bañados de aguas profundas
están dominados por Panicum prionitis, pasto alto no pastoreable.
Un rasgo distintivo de esta región es su flora herbácea de leguminosas la cual varía de acuerdo al
nivel de fósforo del suelo, oscilando desde muy rico en suelos forestados hasta pobre en suelos salinos
bordeando los drenajes. Especies tales como Adesmia muricata, Aeschynomene rudis, Discolobium
leptophyllum, Desmanthus virgatus, Desmodium canum, Dolichopsis paraguariensis, Indigofera
parodiana, Lathyrus nigrivalvis, Neptunia sp., Phaseolus athyroides, Vicia graminea, Vigna luteola
y otras mejoran la calidad forrajera y activan la circulación de nitrógeno en esta pasturas. Donde es
fijado el nitrógeno crecen pastos de estación fresca tales como Bromus inermis, Agropyron scabrifolium
y Phalaris angusta, mejorando además la calidad forrajera. Lamentablemente, el pastoreo continuo y
frecuentes fuegos han reducido fuertemente la población de estas especies y actualmente se encuentran
solamente en pasturas de excelente condición, la mayoría sobrevivientes. El área sur de esta sub-región
húmeda es una vasta cuenca de casi un millón de hectáreas, caracterizada por frecuentes inundaciones,
suelos salinos y bañados dominados por Spartina argentiniensis.
Pasturas del Chaco sub-húmedo y semi-árido
Los montes xerofíticos de esta sub-región, caracterizados por tener hojas duras y pequeñas, decrecen
en altura y densidad de este a oeste. Los árboles altos como Aspidosperma quebracho-blanco, Prosopis
nigra, Ziziphus mistol, Caesalpinia paraguariensis, Prosopis kuntzei están en general esquilmados.
Arbustos como Acacia praecox, A. furcatispina, A. aroma, Schinus faciculatus, Mimosa detinens,
Larrea divaricata crecen alrededor y entre los árboles altos, impidiendo el crecimiento de la hierba y
el acceso del ganado. El estrato bajo y herbáceo del paisaje es rico en pastos de los géneros Aristida,
Brachiaria, Bothriochloa, Chloris, Digitaria, Gouinia, Heteropogon, Neobouteloua, Pappophorum,
Setaria y Trichloris. Se originaron muchas áreas abiertas las cuales han sido mantenidas por medio de
la quema, llevando a la degradación de la pastura con dominancia de Elionurus muticus y reducción de
leguminosas de los géneros Cassia, Desmanthus, Desmodium, Galactia, Indigofera y Rhynchosia.
Forrajeras cultivadas
Forrajeras exóticas tales como Cenchrus ciliaris, Digitaria eriantha y Panicum maximum son sembradas
en áreas donde las especies dominantes de arbustos y pastos altos fueron eliminadas, produciendo una
importante variación en la industria ganadera. Aunque el problema de la falta de proteína persiste, el
uso de estas especies mejoradas permite una cosecha más eficiente de la biomasa producida, elevando
sensiblemente la capacidad de carga del área.
Potencial del Chaco y fragilidad del ecosistema
El Chaco ocupa un área significativa de América del Sud continental y tiene un gran potencial que debe
ser desarrollado. Sin embargo, sus ecosistemas son frágiles y necesitan un uso racional de sus recursos
naturales. La textura fina de sus suelos y los drenajes erráticos conducen a inundaciones, sequías,
alcalinidad, acumulación de sales en los horizontes del suelo y capas de agua freática. Son evidentes y
18
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
frecuentes severos procesos de erosión, debido a una extensiva degradación tanto de los suelos como
de la vegetación. Síntomas de desertificación se observan en áreas deforestadas y sobrepastoreadas. La
disponibilidad de agua potable para el ganado es errática.
La producción forrajera varía ampliamente a través del Chaco argentino dependiendo de la
precipitación, la duración de la estación lluviosa y la dominancia de los doseles foliares de árboles,
arbustos o pastos altos. La producción de biomasa forrajera en espacios abiertos oscila entre 5 a
1,5 toneladas por año en el este y entre 2 a 0,5 toneladas por año en el oeste, siendo casi nula en el
invierno. La calidad forrajera depende de la presencia de gramíneas estivales de tamaño mediano, de
leguminosas forrajeras y de gramíneas invernales de estación fresca. En la medida en que las pasturas
pierden su condición y son dominadas por pastos altos que sobrepasan a las mejores especies, el forraje
se acumula durante el verano perdiendo digestibilidad y contenido de proteína. La ausencia de gramíneas
invernales agrava aún más este problema en el invierno.
La población ganadera del Chaco argentino es de menos de tres millones de cabezas, siendo
necesarias 10 o más hectáreas por cabeza. Esto es solamente justificable en un área con una precipitación
de 500 a 1 000 mm, debido a que la escasez de fuentes de agua impide una adecuada distribución del
ganado, y una pobre calidad forrajera significa que millones de toneladas de forraje grueso permanecen
sin pastorear y es quemado al final de cada invierno.
(iii) Pampas
La región pampeana ocupa unos 50 millones de hectáreas, extendiéndose entre las isotermas de 2 ºC a
13 ºC (Figuras 3b y 6), disfrutando un clima templado con inviernos suaves, sin nieve (Soriano, 1991).
Las precipitaciones decrecen gradualmente desde 1 200 mm en el noreste hasta 500 mm en el cambio
ecotonal a la región de Monte. En las áreas más húmedas del este la lluvia está uniformemente distribuida
a lo largo del año, mientras que en el oeste está
apenas concentrada en la estación cálida.
Esta región se caracteriza por su falta de
árboles nativos, terreno plano, suelos fértiles,
tierras cultivables extendidas y pasturas nativas
y cultivadas. Como los suelos son fértiles y los
veranos más cortos y suaves que en el norte,
muchas especies de gramíneas C3 y de leguminosas
templadas crecen durante las estaciones más
frescas de estas tierras de pastoreo. De este modo,
ocurre una alternancia estacional de especies con
uno (C4) u otro (C3) síndrome fotosintético. Esta
combinación secuencial de especies caracteriza Vista aérea de la pampa
sus pasturas meso-térmicas.
La alternancia de especies mantiene forraje verde
todo el año y es ideal para la utilización de recursos
en un ambiente climático estacionalmente variable,
donde ligeros déficits de agua durante el verano
son mejor superados por gramíneas C4. Desde
el punto de vista forrajero, gramíneas templadas
y leguminosas de buena calidad forrajera (más
de 20% de proteína y 70-80% de digestibilidad)
permiten una utilización total durante el invierno
de la biomasa remanente de las gramíneas estivales.
Debido a esto, raramente hay acumulación de forraje
durante el invierno en estas pasturas húmedas.
Pasturas nativas húmedas cubren la Pampa
inundable, algunas partes de la provincia de
Entre Ríos y la mayoría de las riberas de ríos y
arroyos. Los componentes de la estación cálida Una pradera en colina en el sur de la pampa
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
19
de estas pasturas son gramíneas C4 eficientes en el uso del
agua y de los nutrientes y de calidad aceptable; pertenecen a
las tribus Panicoideae, Chlorideae, Adropogoneae y Oryzeae.
Alternando estacionalmente con ellas, prosperan gramíneas
C3 de las tribus Agrosteae, Aveneae, Festuceae, Phalarideae y
Stipeae. Al incrementarse la fertilidad del suelo hacia el oeste
del río Paraná y el sur del Río de la Plata, crece una miríada de
leguminosas herbáceas: Cassia sp., Crotolaria sp., Desmanthus
sp., Phaseolus sp., Vicia sp., entre otras
Pasturas de la Pampa inundable
Esta sub-región incluye las tierras bajas conocidas como la
cuenca de Laprida y la cuenca del río Salado. La muy escasa
pendiente de las planicies de esta área resulta en su bajo
potencial morfogenético y su drenaje endorreico o arreico, a
pesar del clima sub-húmedo predominante. Estas características
topográficas resultan en inundaciones extendidas y largas durante
períodos de abundantes precipitaciones (una vez por década),
causando severos daños y fuertes pérdidas donde la influencia
humana ha sido prominente. Menores inundaciones ocurren al
final del invierno y comienzos de primavera, resultando en los
rasgos más destacables de esta región.
Debido a su relieve plano y a la capa freática alta, más del
60% de los suelos de la Pampa inundable son complejos y
asociaciones halo-hidromóficas. Los suelos más comunes son
los natraquolls, asociados con natraqualfs y natrabolls. El grado
de contenido de sodio de los suelos depende de la profundidad
y la salinidad del agua subterránea, así como de la desnudez
del suelo causada por el pastoreo continuo. Los suelos en las
partes más altas (15% del área total) son más profundos y tienen
una mayor capacidad productiva, siendo comunmente usados
para cultivos comerciales o pasturas mejoradas de festuca
(Festuca arundinaceae), trébol blanco (Trifolium repens) y
Lotus corniculatus. El resto del área son pasturas naturales, con
una distribución de comunidades relacionada con los excesos
de agua y la salinidad. Las sequías estivales son frecuentes, con
halomorfismo y limitada conservación de agua en el suelo.
La típica fisonomía de la Pampa inundable es de pasturas
extendidas, sin árboles (salvo cuando los árboles son plantados)
Una pradera inundada en invierno
Una pradera dominada por
Paspalum dilatatum. Vista en
verano.
Siembra intercalada de lotus en
praderas de la pampa inundable.
Contraste de comunidades en la pampa
inundable
20
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
y su comunidad está dominada por pasto miel
(Paspalum dilatatum), Bothriochloa laguroides y Briza
subaristata. Paspalum quadrifarium y Stipa trichotoma
son pastos de maciega que dominan en la parte
suroeste de esta área. Donde el agua cubre el suelo
en los meses más frescos la comunidad de plantas es
dominada por Leersia hexandra, Luziola peruviana,
Paspalidium paludivagum, Echinochloa helodes y
Glyceria multiflora. Las comunidades sobre suelos
halomórficos muestran un aspecto de estepa baja, con
Terneros destetados en un cultivo de avena
cubierta rala; los pastos dominantes son: Distichlis forrajera en la pampa
scoparia, Sporobolus pyramidatus, Chloris berroi,
Hordeum stenostachys, Paspalum vaginatum y Diplachne uninervia.
Las pasturas no salinas producen unas 5 toneladas/MS ha/año con un claro pico en verano, un modelo
que contrasta con la pequeña variación en el verdor de los cultivos erectos. La productividad del forraje
en invierno de 5 kg/MS ha/día, siendo de 30 kg/MS ha/día en diciembre y enero (Sala et al., 1981, Paruelo
et al.,2000). La escasa producción invernal es causada por la disminución de gramíneas invernales,
causada a su vez por el sobrepastoreo del ganado, después de la instalación de molinos de viento y
alambrados hace 100 años. La dominancia de gramíneas estivales y la pérdida de fertilidad nitrogenada
previenen aun más el establecimiento de gramíneas invernales en cada otoño. La baja productividad
invernal controla la capacidad de carga y determina el sistema de producción del área: cría de terneros.
Casi 3,5 millones de cabezas pastorean los seis millones de hectáreas de la Pampa inundable, con dos
millones de terneros exportados anualmente para ser criados en pasturas o estabulados. La producción
secundaria anual puede ser estimada en
90 kg por hectárea.
La productividad invernal puede
ser significativamente incrementada
por un fuerte pastoreo temprano en el
otoño o por aplicación de herbicidas a
las gramíneas estivales, seguido de
fertilización nitrogenada. Esto promueve
el establecimiento y el crecimiento del
raigrás anual (Lolium multiflorum), un
pasto introducido de excelente calidad que
prospera bien en comunidades intermedias.
La fertilización fosfatada puede también
incrementar la producción de gramíneas
invernales al promover la densidad de las
leguminosas herbáceas (Lotus tenuifolius
y Trifolium repens) que enriquecen el
nitrógeno del suelo a través de la fijación
bacteriana. Con una mayor producción
forrajera invernal, novillos y terneros
pueden ser criados en las pasturas de esta
sub-región, incrementando tres veces la
producción secundaria anual.
Pasturas cultivadas en las praderas
de las Pampas
La Pampa más renombrada es el sector que
se extiende en un círculo alrededor de la
Pampa inundable (Figura 8). Constituye
la principal área agrícola de Argentina
Figura 8. Producción primaria de los recursos
forrajeros en las praderas de las Pampas
La productividad primaria de cada partido es derivada de Negri (2000). Las
gráficas insertadas muestran la productividad primaria en kg de materia seca
ha-1 día-1 estacionalizada de tres diferentes localidades para un cultivo de
festuca-Festuca arundinaceae-, en cuadrados abiertos y líneas negras y uno
de alfalfa-Medicago sativa -, en círculos cerrados y líneas azules. Basada en
datos de la Cámara de Comercio de Semillas.
[NB. ANPP = producción primaria neta sobre el suelo]
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
con 77% del ganado y 70% de la población humana;
aloja las principales ciudades y el desarrollo industrial.
Las praderas originales son ahora tierras agrícolas de
secano que producen, soja, maíz, trigo y girasol como
principales cultivos comerciales. Luego de varios años
de cultivos, se siembran pasturas mejoradas en una
rotación cíclica de 4–5 años diseñadas para mantener
la fertilidad del suelo. Cuando se cultivan pasturas,
la producción estacional de forraje se alterna entre
alfalfa, la cual crece en la estación cálida, y gramíneas y
tréboles que crecen en la estación fresca.
Las pasturas cultivadas son pastoreadas por novillos,
terneros y ganado lechero. Leguminosas forrajeras
como la alfalfa (Medicago sativa ), tréboles (Trifolium
repens, T. Pratense) y lotus (Lotus corniculatus) fijan
nitrógeno el cual es transferido a las gramíneas tales
como festuca (Festuca arundinacea), falaris (Phalaris
arundinacea), bromus (Bromus catharticus), pasto
ovillo (Dactylis glomerata), raigrás (Lolium perenne
y L. multiflorum) o Agropyron elongatum. La ANPP
para estas pasturas sembradas no fertilizadas, durante
su primer y segundo año, es mayor que el señalado
anteriormente (8–10 toneladas/MS ha/año), aunque la
muerte de plantas y la disminución de la disponibilidad
de nutrientes del suelo reducen significativamente esta
productividad durante los años siguientes (Oesterheld y
León, 1987). Cuando las pasturas son adecuadamente
fertilizadas (principalmente con fósforo), la producción
primaria puede alcanzar de 12 a 15 toneladas/MS ha/
año o aún más. Esta producción primaria permite una
producción de carne de 500 kg/ha/año o de grasa de
leche de 200 kg/ha/año.
Actualmente, los precios de los cultivos comerciales
y la alta rentabilidad de la agricultura han llevado a una
disminución en el número de cabezas de ganado. A esto
hay que agregar que la soja genéticamente modificada
y las modernas prácticas de labranza cero, han reducido
la necesidad de la rotación pasturas/cultivos comerciales
para mantener la fertilidad del suelo.
21
Cultivo de alfalfa en la pampa cultivada
Un rebaño Hereford en una pradera en San
Luis
Una pradera semiárida en La
Pampa
(iv) Praderas semiáridas, selva seca y monte arbustivo
Esta región se extiende a lo largo del centro oeste de Argentina entre las isotermas de 13 °C y 20 ºC.
Su clima se caracteriza por un serio déficit de agua, ya que la precipitación media anual oscila entre
200 y 550 mm. Los eventos de lluvia ocurren entre octubre y marzo (primavera y verano) y en verano
ocurren sequías severas debido a la alta evapotranspiración. Los suelos en esta región son principalmente
aridisoles y entisoles, arenosos y de bajo contenido de materia orgánica. Estos suelos tienen un muy bajo
contenido de nitrógeno aunque algunos son altos en fósforo. El clima y el suelo producen una amplia
variedad de tipos de vegetación. Se hará referencia a los tipos más importantes para la producción
ganadera:
Selvas del caldén
La selva del caldén es una región templada semi-árida que bordea la Pampa sub-húmeda por el oeste
y cubre cuatro millones de hectáreas. El ganado doméstico fue introducido a comienzos del siglo XX,
22
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
causando sobrepastoreo y previniendo incendios, cambiando consecuentemente la fisionomía desde una
selva rala de arbustos y árboles aislados con densas praderas por debajo, a tierras arbustivas con visibles
signos de erosión del suelo. Actualmente son necesarias entre 5 y 7 ha por cabeza/año (Busso 1997).
El paisaje es ondulado y la vegetación es una selva abierta dominada por el caldén, un árbol
leguminoso (Prosopis caldenia). Otras especies leñosas son el chañar (Geoffroea decorticans), la jarilla
(Larrea sp.) y el molle (Schinus fasciculatus). El estrato herbáceo es un grupo de pastos cortos con buena
calidad forrajera, como el unquillo (Poa ligularis), la flechilla negra (Piptochaetium napostaense),
flechilla fina (Stipa tenuis), gramilla cuarentona (Sporobolus cryptandrus) y pasto plateado (Digitaria
californica). Los pastos medianos de maciega de baja o muy baja calidad forrajera se incrementan
cuando la pastura se deteriora: Stipa tenuissima, S gynerioides, S. brachychaeta y Elionurus muticus. La
productividad forrajera es estimada en 1,7 toneladas/MS ha/año.
Las estepas pastoriles están dispersas dentro de la selva del caldén sobre sitios topográficamente
altos, usualmente asociadas a dunas de arena. El viento del oeste y del sur oeste ha formado la topografía
en el pasado. Hoy los vientos son principalmente del norte y son una causa importante de la erosión
de suelo. Desde agosto a noviembreque es el período más seco, ocurren incendios y tormentas de
polvo. Manchones del chañar pueden ocurrir dentro de estas estepas pastoriles. Los pastos de verano
son los más importantes (Botriochloa springfiedii y Schizachyrium plumigerum). En las áreas buenas,
Sorghastrum pellitum está todavía presente: es un pasto productivo de remarcable calidad forrajera
cuando es pastoreado. En las áreas degradas, Elionurus muticus, un pasto de baja calidad forrajera,
se hace dominante. La producción forrajera en una pastura de buena condición puede alacanzar 1,5–
2,2 toneladas/MS ha/año, mayormente en verano.
Tierra arbustivas de Monte
La provincia fitogeográfica de Monte es una faja que rodea las regiones del caldén y el Chaco semiárido
hasta la costa atlántica de la provincia de Chubut, cubriendo 50 millones de hectáreas. Su fisionomía es
dominada por un estrato de arbustos altos de Prosopis alpataco, P. flexuosa (Fabaceae), Larrea divaricata,
L. cuneifolia y L. nitida (Zygophyllaceae). Los arbustos forrajeros incluyen al género Atriplex. Hacia
el extremo norte de la provincia de Monte, Prosopis sp. es dominante en la capa de arbustos, mientras
que en el extremo sur es dominada por Larrea spp. El tapiz de pastos, que es el más importante
recurso forrajero, está compuesto por una mezcla de especies C4 y C3. Hacia el norte domina el
grupo C4 (Panicum urvilleanum, Chloris castilloniana,
Pappophorum caespitosum y P. phillippianum) y hacia
el sur el C3 (Stipa tenuis, S. Speciosa, Poa ligularis y P.
lanuginosa) incrementa su importancia. Prosopis spp.
son ampliamente ramoneados por pequeños rumiantes
como las cabras, ya que sus tallos y vainas son ricos en
proteína.
La producción forrajera es variable tanto espacialmente
como temporalmente (Figura 9). En las comunidades
de pie de monte de Larrea divaricata en Mendoza (1
500 msnm), el rendimiento total de paja varía de una Una estepa arbustiva en el Monte
a cinco toneladas/MS ha/año (Martínez Carretero y
Dalmasso 1992). El estrato herbáceo produce de 130
a 500 kg/MS ha/año de la productividad total (Braun
Wilke 1982). Debido a los bajos precios de la lana,
los ovinos fueron desplazados por los bovinos como
los principales rumiantes en esa área. Actualmente, el
número de cabezas de ganado continúa creciendo debido
a su desplazamiento desde áreas agrícolas.
Producción animal
El uso de la tierra en esta área es el pastoreo, a excepción
de 200 000 ha de cultivos regados intensivos (vid,
Un arbusto forrajero, Atriplex lampa
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
23
Figura 9. Productividad
de la producción
primaria promedio de
áreas de pastoreo en
Argentina obtenida por
teledetección de datos
del NOAA/AVHRR para
1981-1999
La selva lluviosa y las tierras
de cultivos están excluidas del
análisis. La intensidad en del
color verde muestra el incremento
en la producción primaria.
Las gráficas sobre la derecha
muestran el índice de diferencias
normalizadas de vegetación
(IDNV) estacionalizadas para seis
áreas seleccionadas con modelos
contrastantes. El IDNV reemplaza
a la productividad primaria y luego
a la dotación (Oesterheld et al.,
1998).
alfalfa, frutales y hortalizas). Solamente una pequeña parte del área regada es usada en ganadería, a
pesar de que productos de origen animal tienen que ser importados a estas populosas áreas. El sistema
de producción es principalmente de actividades extractivas. Los terneros son destetados a los 6 meses
pesando 140 kg. La dotación promedio para toda el área es de 7 a 28 ha/cabeza y la producción de carne
oscila entre 4 a 20 kg ha/año. En las áreas orientales más húmedas la vegetación natural es reemplazada
por Eragrostis curvula o Digitaria eriantha. El agua potable para el ganado es una de los problemas más
importantes: fuentes de baja calidad, acuíferos muy profundos y competencia por fuentes superficiales
son los principales problemas.
Potencial de la región semi-árida central
Hay muchos posibles caminos para mejorar la dotación y la producción de carne de esta región. Una
operación clave para determinar la dotación es frecuentemente abordada por prueba y error. El potencial
de producción de carne en la planicie de Mendoza fue estimado a partir de la eficiencia en el uso de
la lluvia (EUL). Guevara el al. (1996) sugirieron que a través de la
incorporación de la tecnología disponible, la productividad ganadera
podría estar 70% por encima de la actual productividad. El uso del EUL
dio capacidades de carga que variaron desde 16 a 100 ha por unidad
animal.
(v) Semi-desierto frío patagónico
La Patagonia argentina yace entre los 39º S y 55º S y abarca
770 000 km2. Incluye los Andes en el límite con Chile, el altiplano y
las sierras hasta el océano Atlántico. Un gradiente topográfico oesteeste desde 1 600 m en los Andes desciende hasta la costa Atlántica.
La secuencia del altiplano comienza en el norte sobre el límite entre
Mendoza y Neuquen y continúa hasta Santa Cruz en el sur. Varias
cadenas de sierras interrumpen el altiplano, como la sierra de Tecka
(1 500 msnm) y la sierra de San Bernardo en Chubut.
Los Andes determinan el clima de la Patagonia. El eje N-S de los
Andes forma una barrera orográfica para las masas de aire húmedo
Erosión del suelo en
Patagonia
24
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
que soplan desde el Océano Pacífico. El aire descarga gran parte
de su humedad sobre los Andes, generando la selva lluviosa de
Valdivia y la selva templada sub-atlántica, con una precipitación
media anual superior a 2 000 m. En el este de los Andes el clima
es seco. La temperatura media anual varía entre 15 ºC en el norte
a 5 ºC en el sur. La temperatura mínima promedio mensual está
por encima de 0 ºC para casi toda la Patagonia. La precipitación
en la mayoría de las estepas patagónicas oscila entre 125 mm
en el centro a 500 mm en el oeste y disminuye mayormente en
invierno (abril a septiembre). Vientos fuertes y secos en verano,
son la principal característica del clima patagónico.
La Patagonia extra-andina está dominada por altiplanos y
planicies compuestas por basalto, arena y arcilla. El desarrollo
de los suelos es bajo, con capacidad de retención de agua y
niveles de materia orgánica bajos. Las pasturas son pastoreadas
por ovinos, contando con la mayor población del país. Cuatro
distritos se distinguen en la Patagonia extra-andina (León et
al., 1998) a saber: a) estepas arbustivas centrales, b) estepas
arbusto-pastoriles occidentales, c) estepas pastoriles sub-andínas,
d) estepas pastoriles magallánicas. Como en la mayoría de
las regiones desérticas se forman oasis en las áreas ribereñas,
proveyendo forraje abundante, fresco y palatable durante la
primavera y temprano en el verano.
Las estepas arbustivas en el distrito central se extienden
sobre 15% de la región, desde las provincias de Río Negro hasta
Santa Cruz y desde el distrito occidental en el oeste hasta el
Océano Atlántico y el distrito del golfo de San Jorge en el este.
Esto corresponde a la zona de transición entre el semi-desierto
y la estepa arbusto-pastoril. La vegetación más representativa
es una estepa de arbustos bajos; las especies son Chuquiraga
aurea, Nassauvia glomerulosa, Nassauvia ulicina y Chuquiraga
avellanedae (quilenbai), y Acantholippia seriphioides (tomillo).
Dependiendo de la latitud y de la posición topográfica se pueden
encontrar diferentes proporciones de gramíneas, principalmente
de los géneros Stipa y Poa. La producción de forraje es estimada
en 490 kg/MS ha/año con un máximo en noviembre.
Una estepa arbustiva en la zona
occidental
Una pradera en la Patagonia, vista
invernal nevada
Una pradera ribereña (“mallín”)
pastoreada con ovejas en la
Patagonia
Las estepas arbustivas en el distrito del golfo de San Jorge
se extienden sobre la altiplanicie adyacente al golfo. En este
distrito pueden encontrarse dos tipos principales de vegetación:
la estepa de arbustos altos dominada por Colliguaja integerrima Vista invernal de “mallín”
asociada con otros arbustos tales como Senecio filaginoides, S.
Bracteolatus y gramíneas del género Stipa (S. humilis y S. speciosa). El segundo tipo de vegetación es
una estepa arbusto-pastoril dominada por Festuca pallescens y F. argentina y arbustos como Senecio
filaginoides, Nardophyllum obtusifolium, Mulinum spinosum y Adesmia campestris.
Las estepas arbusto-pastoriles del distrito occidental están ampliamente distribuidas entre el paralelo
38º en el norte y 46º30’ en el sur. El meridiano de 70º es el límite oriental. El componente arbustivo
de esta estepa es de 60–180 cm de alto mientras que los pastos de maciega son de 10–50 cm de alto,
cubriendo aproximadamente 50% del suelo. Una de las comunidades más importantes está dominada por
gramíneas del género Stipa (S. speciosa; coirón amargo, S. humilis; coirón llama) y por Poa lanuginosa
(pasto hilo). Gramíneas de buena calidad forrajera son menos frecuentes incluyendo Bromus setifolius
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
25
(cebadilla patagónica) y Hordeum comosum (cebada patagónica). La capa arbustiva está dominada por
Senecio filaginoides (charcao o mata mora), Mulinum spinosum (neneo) y Adesmia campestris (mamuel
choique). Berberis heterophylla (calafate) and Schinus polygamus (molle) son otros arbustos menos
importantes: la producción primaria media es de 560 kg/MS ha/año, oscilando de 210 a 750 kg/MS ha/
año (Fernandez et al. 1991; Jobbagy y Sala 2001). La producción primaria está en promedio igualmente
dividida entre pastos y arbustos.
Las estepas arbusto-pastoriles del distrito sub-andino ocupan una porción angosta de la pendiente
oriental de los Andes y constituyen el ecotono entre las selvas y las estepas arbusto-pastoriles de
Neuquén en el norte hasta Tierra del Fuego en el sur. Las precipitaciones anuales están por encima de
300 mm. La fisionomía es una pastura homogénea con una cubierta muy baja de arbustos, excepto en
sitios muy degradados. Festuca pallescens (coirón blanco), Rytidosperma picta y Lathyrus magallanicus
son las especies dominantes en esta área. La producción de forraje puede alcanzar a 900 kg/MS ha/año
con un máximo de producción en diciembre (Bertiller y Defosse, 1990).
Las estepas pastoriles del distrito magallánico están localizadas en el sur de Santa Cruz y norte de
Tierra del Fuego con una clima frío y oceánico. La fisionomía de la vegetación es una estepa pastoril
dominada por Festuca gracillima de 30–40 cm de alto.
Praderas, ya sea que el agua fluya de un manantial o se acumule en diferentes posiciones topográficas
(pendientes y valles), está asociada con praderas que ocupan menos del 5% de todo el territorio. Estas
están dominadas por especies de gramíneas y ciperáceas y son altamente productivas, alcanzando la
producción forrajera 7 000 kg/MS ha/año. El sobrepastoreo de estas áreas induce la denudación, la
salinización, y la formación de cárcavas por erosión hídrica y eólica.
Uso de la tierra y producción animal
La heterogeneidad ambiental y la historia determinan el tamaño de los establecimientos y de la situación
de tenencia de la tierra en la Patagonia. Se distinguen tres grupos sociales:
1. Pequeños productores, usualmente de comunidades indígenas del grupo Mapuche que tiene
derechos de pastoreo sobre tierras fiscales. Conducen sus majadas desde las pendientes de los
Andes hasta las estepas arbusto-pastoriles practicando un pastoreo estacional transhumante en el
noroeste de la Patagonia (principalmente la provincia de Neuquén). En este grupo las cabras son
tan importantes como las ovejas.
2. Grandes establecimientos de ovinos y bovinos (estancias) en las áreas más productivas, como en
los distritos sub-andino y occidental. Estos establecimientos fueron iniciados en muchos casos por
europeos (mayormente británicos) a comienzos del siglo XIX. El tamaño oscila entre 20 000 y
200 000 ha.
3. Establecimientos inferiores a 20 000 hectáreas. Por lo general no son económicamente viables;
muchos propietarios las abandonaron durante los últimos 10 años.
En la Patagonia las pasturas son pastoreadas continuamente ya que los potreros son muy grandes
y usualmente incluyen más de un lugar de pastoreo. La capacidad de carga de la Patagonia oscila
entre 0,18 oveja ha/año en las estepas arbusto-pastoriles de distrito central a 1,2 oveja ha/año en las
estepas pastoriles húmedas del distrito magallánico. La producción de lana puede alcanzar de 4,7 kg/
cabeza dependiendo del área. Hay muchas maneras de
incrementar la capacidad de carga de estas áreas con
mejoramiento tecnológico. Por ejemplo, se ha informado
acerca del uso de la suplementación con urea para
estimular la utilización de pastos de baja calidad y
mejorar su digestibilidad (Golluscio et al., 1998).
Cien años de pastoreo continuo por herbívoros
domésticos afectó la sustentabilidad ecológica de las
estepas patagónicas. Varios autores consideran que el
pastoreo tuvo un papel principal en la degradación Una majada Merino
26
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
ambiental y productiva de la Patagonia. La población
ovina ha declinado en las últimas décadas desde 20
millones en 1952 a 11 millones en 1993. El pastoreo
altamente selectivo de los ovinos ha reducido la densidad
y el vigor de las especies vegetales de mayor calidad.
(vi) Estepas pastoriles de la Puna y altos Andes
Esta región se extiende desde el norte de Neuquén
a Jujuy y continúa hasta Bolivia y Perú. El paisaje
característico es montañoso, con picos nevados, pasturas
Un cardonal en la Puna
de montaña, lagos altos, altiplanos y valles. La topografía
se caracteriza por altiplanos, colinas y valles que oscilan entre 3 000 y 4 300 metros, y los altos Andes
entre 4 300 y 6 600 metros (Figura 3a). Los suelos son arenosos y pedregosos. El clima seco varía entre
templado a frío, con una temperatura media entre <0 y 15 ºC. Las precipitaciones varían entre 250 y
500 mm por año.
La vegetación se caracteriza por estepas pastoriles y arbusto-pastoriles, estepas halofíticas y praderas
(Ruthsatz y Movia 1975; Cabrera 1976). En términos de vegetación, la Puna está estrechamente
relacionada a la Patagonia, debido a los géneros dominantes comunes. Las gramíneas pertenecen
primariamente a los géneros Calamagrostis, Agrostis y Festuca y arbustos de los géneros Fabiana,
Lepidophyllum, Chuquiraga, Nardophyllum, y Adesmia. Las formaciones características incluyen cinco
principales comunidades:
1. Estepa arbustiva dominada por Fabiana densa, Baccharis boliviensis y Adesmia horrida.
2. Cardonales, dominados por Trichocereus pasacana.
3. En las áreas más húmedas, pequeños bosques dominados por Prosopis ferox (fabaceae) o Polylepsis
tomentella (rosaceae).
4. Praderas con Scirpus atacamensis, Heleocharis atacamensis, Juncus depauperatus, Plantago
tubulosa, Hypsela oligophylla.
5. En suelos salinos y temporalmente húmedos, Festuca scirpifolia, Juncus balticus y Hordeum
halophilum.
6. OPORTUNIDADES PARA EL MEJORAMIENTO
DE LOS RECURSOS FORRAJEROS
La región pastoril en Argentina se circunscribe a las fértiles praderas de las regiones del Chaco y las
Pampas. En la faja semi-árida de 4 000 km de largo por 300 km de ancho que bordea los Andes, existe
una gran variedad de campos naturales donde pastan más de cinco millones de cabezas de ganado.
Con una adecuada infraestructura para mejorar la distribución animal, estas tierras de pastoreo pueden
soportar ocho a diez millones de cabezas de ganado. Al norte de estas praderas está la región húmeda
donde la actual dotación (10 millones) puede ser triplicada con aplica un manejo adecuado y si los suelos
son adecuadamente fertilizados con fósforo. Una alta proporción de la población animal que pasta en
pasturas cultivadas en las praderas (35 millones) será desplazada por la actividad agrícola. De este modo
la población ganadera va a ser redistribuída, permaneciendo en alrededor de 50 millones de cabezas.
Argentina puede especializarse en proveer un producto sano (productos de animales alimentados a
pasto), producido en sistemas ecológicamente adecuados (campos naturales bien manejados). El clima
permite el pastoreo a lo largo del año y los establecimientos grandes reducen los costos de producción
de estos sistemas de producción.
Varias tecnologías pueden mejorar la capacidad de carga de los campos naturales semi-áridos, tales
como:
(i) desarrollo del agua
(ii) suplementación nitrogenada
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
27
(iii) manejo del fuego
(iv) distribución de la dotación
(v) dotación multi-específica
(vi) manejo adecuado del pastoreo
(vii) establecimiento de forrajeras mejoradas
Varias de estas tecnologías ya están siendo usadas exitosamente en muchos establecimientos y están
prontas para ser extendidas al resto de las propiedades de la región. Esto va a ocurrir rápidamente en la
medida en que la creciente especialización que está ocurriendo en las tierras agrícolas expulse al ganado,
el cual se muda junto con el manejo y el capital a los campos naturales que las rodean. Esto asegurará
la implementación de una tecnología apropiada.
La Argentina húmeda (regiones del Chaco, Espinal y Pampa) es una región climáticamente bien
dotada que alberga a 10 millones de cabezas de ganado y que puede triplicar su capacidad de carga.
La precipitación es alta y bastante bien distribuida, mientras que la temperatura es suave y sin picos,
permitiendo que el pasto esté verde todo el año cuando es bien manejado y pastoreado. No hay limitantes
climáticas que puedan afectar a los animales cuando pastorean las extensas pasturas naturales a lo
largo del año. El estrés calórico es superado a través del cruzamiento de cebú con razas británicas. El
futuro es promisorio siempre que se cumplan estas condiciones y se mejore la productividad forrajera
por medio de: (i) adecuada fertilización, (ii) establecimiento de forrajeras adaptadas y (iii) controlando
adecuadamente el pastoreo.
El mejoramiento en la producción y utilización del forraje no va a incrementar la producción de carne
del campo natural argentino, si no hay un adecuado manejo nutricional de los animales en pastoreo. La
falta de suplementación con nitrógeno y fósforo para satisfacer los requerimientos animales determina la
ineficiencia a escala nacional de la producción de carne y de los bajos porcentajes de destete (escasamente
60%). Prolongados períodos secos en el invierno reducen el contenido proteico del forraje provisto por
los campos naturales semiáridos. Pastos estivales envejecidos que sobrepasan a los invernales (e impiden
su crecimiento) determinan la necesidad de la suplementación otoñal e invernal con nitrógeno en las
praderas húmedas. Debido a que los suelos de esta región húmeda carecen de fósforo, se perjudican una
buena tasa de concepción y un rápido crecimiento animal. Las limitaciones nutricionales del fósforo
pueden ser superadas a través de un adecuado programa de suplementación y de fertilización del suelo.
Las deficiencias de energía en el
invierno son superadas fácilmente Cuadro 6. Producción e importación de semilla de pasturas
con suplementación con grano y en 2000/2001
Forrajeras
Semilla (toneladas)
cultivo de pasturas.
Producción y comercialización
de semillas de pasturas
Alrededor de 23 000 toneladas
de semilla de pasturas fueron
comercializadas durante la temporada
2000/2001. La mayor parte de la
semilla sembrada en Argentina es
producida en el país pero más de
la mitad de la semilla de alfalfa es
importada (Cuadro 6). Hay algunos
proyectos para hacer mejoramiento
en plantas nativas. El pasto nativo
C4 Paspalum dilatatum fue estudiado
para suelos con drenaje pobre. Otras
especies mejoradas en el exterior
como Plantago lanceolata están
siendo probadas para ser introducidas
en las pasturas.
TOTAL Producidas
Importadas
Vendidas
11 213
6 987
23 350
1
Bromus catharticus
(cebadilla)
3 357
0
3 300
2
Festuca arundinacea
(festuca)
1 495
2
2 100
3
Medicago sativa
(alfalfa)
1 292
4 647
7 000
4
Lolium perenne
(raigrás perenne)
1 186
85
1 500
5
Lolium multiflorum
(raigrás anual)
1 097
821
4 000
6
Dactylis glomerata
(pasto ovillo)
962
85
1 200
7
Trifolium repens
(trébol blanco)
354
228
8
Panicum maximum
230
160
sin datos
Otras
1 240
959
3 600
650
Las ocho especies nombradas en la tabla representan casi el 90% de la semilla
producida. [NB. Para semilla producida e importada solo se consideró la semilla
certificada, la semilla no certificada es una parte importante del mercado, de ahí la
discrepancia entre totales].
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
28
7. ORGANIZACIONES DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
Y RECURSOS HUMANOS
Estructura institucional La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos lidera la política
nacional en el área. Cada una de las provincias tiene su propia secretaría nacional para el área. Varias
instituciones nacionales como INTA, SENASA y las universidades (ver vínculos abajo) son importantes
para la investigación y el desarrollo locales.
Enlaces. Las organizaciones claves y sus actuales áreas de actividad/interés con relevancia en pasturas
y producción animal, son las siguientes:
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación www.sagpya.mecon.gov.ar
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria www.inta.gov.ar
Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria www.senasa.gov.ar
Centro Nacional Patagónico, Ecología de Zonas Áridas www.cenpat.edu.ar/ecozoaridas/idxingle.htm
Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas www.cricyt.edu.ar/institutos/iadiza/
defaualt.htm
Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires www.agro.uba.ar
Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional del Litoral www.fca.unl.edu.ar/
Instituto de Botánica Darwinion www.darwin.edu.ar/
Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales (CSBC) www.argenseeds.com.ar/
Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (AACREA) www.aacrea.org.ar/
Asociación Argentina de Producción Animal www.aapa.org.ar/
Laboratorio para Análisis Regional y Teledetección www.agro.uba.ar/laboratorios/lart/
Sociedad Rural Argentina (SRA) www.ruralarg.org.ar/
Federación Agraria Argentina www.faa.com.ar/
Contactos para información sobre pasturas y producción y manejo de forrajeras:
Nombre
Principal campo de interés
Institución
Email
Marcelo Cabido
Fitogeografía
Universidad Nacional de
Córdoba
mcabido@imbiv.unc.edu.ar
Rolando León
Flora y fitogeografía
FAUBA
leon@ifeva.edu.ar
Mónica Agnusdei
Pampas inundables
INTA-UNMdP
magnusdei@balcarce.inta.gov.ar Miguel Cahuepe
Pampas inundables
INTA-UNMdP
cauhepe@balcarce.inta.gov.ar
Daniel Rearte
Carne y leche Producción animal
intaba@balcarce.inta.gov.ar
Gustavo Schrauf
Genética Vegetal
FAUBA
gschrauf@agro.uba.ar
Gerardo Gagliostro
Nutrición de rumiantes
INTA-UNMdP
ggagliostro@balcarce.inta.gov.ar
Ernesto Viglizzo
Sistemas de producción
INTA La Pampa
evigliz@cpenet.com.ar
Ricardo Sager
Sanidad animal y nutrición
INTA San Luis
lsager@sanluis.inta.gov.ar
Néstor Latimori
Producción animal
INTA Marcos Juárez
nlatimori@correo.inta.gov.ar
Andrés Kloster
Producción animal
INTA Marcos Juárez
akloster@correo.inta.gov.ar
Aníbal Pordomingo
Nutrición animal Suplementación
INTA Anguil, La Pampa
Apordomingo@anguil.inta.gov.ar
Alicia Saenz
Producción forrajera
Universidad de La Pampa
saenz@agro.unlpam.edu.ar
Miguel Brizuela
Producción animal Ecología de
pasturas
INTA-UNMdP
rtbrizue@balcarce.inta.gov.ar
Adriana Andrés
Selección y mejoramiento de
especies forrajeras
INTA Pergamino
aandres@pergamino.inta.gov.ar
Martín Díaz Zorita
Fertilización de suelos
Universidad de Buenos Aires
mdzorita@speedy.com.ar
Alejandro Deregibus
Manejo del pastoreo Patagonia,
Pampas y Espinal.
FAUBA
deregibus@agro.uba.ar
Carlos Distel
Ecología de campo natural (Selva
del Caldenal & Monte)
UNS
cedistel@criba.edu.ar
Carlos Busso
Caldenal y Espinal
UNS
cebusso@criba.edu.ar
Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje
29
Juan Guevara
Monte arbustivo
IADIZA. Instituto para las
zonas áridas, Mendoza.
jguevara@lab.cricyt.edu.ar
Mónica Bertiller
Arbustos de Monte y Patagonia
CENPAT, Puerto Madryn
bertil@cenpat.edu.ar
Rodolfo Golluscio
Patagonia. Manejo de campo
natural
FAUBA
golluscio@agro.uba.ar
Gabriel Oliva
Patagonia. Campo natural
INTA Santa Cruz, Río
Gallegos.
goliva@correo.inta.gov.ar
José Paruelo
Patagonia Teledetección
FAUBA
paruelo@ifeva.edu.ar
Carlos Giraudo
Producción Ovina (Patagonia)
INTA Bariloche
cgiraudo@correo.inta.gov.ar
Carlos Frascinelli
Producción forrajera (Semi-árido
central))
INTA V. Mercedes, S. Luis
CFrasinelli@sanluis.inta.gov.ar
Rafael Pizzio
Espinal
INTA Mercedes, Corrientes
pizzio@ibera.net
Carlos Kunst
Ecología del fuego
INTA Sgo del Estero
ckunst@inta.gov.ar
Juan Lewis
Pasturas subtropicales
Universidad Nacional de
Rosario
jplewis@ciudad.com.ar
Arnaldo Fumagalli
Producción animal (Chaco semiárido))
INTA Sgo del Estero
afumagalli@correo.inta.gov.ar
FAUBA = Facultad de Agronomía. Universidad de Buenos Aires
INTA = Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
UNS = Universidad Nacional del Sur-Cerzos, Bahía Blanca.
INTA-UNMdP = INTA Balcarce – Facultad de Agronomía, Universidad Nacional de Mar del Plata
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9. CONTACTS
V. Alejandro Deregibus.
deregibus@agro.uba.ar
Martin F. Garbulsky.
garbulsky@agro.uba.ar
Cátedra de Forrajicultura. Facultad de
Agronomía. Universidad de Buenos Aires.
Av. San Martín 4453. C1417DSE. Buenos
Aires Argentina
[Este perfil fue iniciado en el 2003 y completado por los autores en enero/febrero del 2004; fue editado
en inglés por J.M. Suttie y S.G. Reynolds en febrero/marzo del 2004 y traducido y editado en español
por Cadmo Rosell y Francisco Mandl en diciembre de 2004.].
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