La proteccion de los derechos ambientales del nino

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Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos
ambientales del niño
terre des hommes Apoyo a la Niñez
Pie de imprenta
Contenido
terre des hommes
Apoyo a la Niñez
Prólogo
1
Oficina central
Ruppenkampstraße 11a
49084 Osnabrück
Alemania
2
Teléfono +49 (0)5 41/71 01-0
Telefax +49 (0)5 41/70 72 33
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GENODEF1OCV
IBAN
DE20 2659 0025 0700 8007 00
Autor
Jonas Schubert
Redacción
Wolf-Christian Ramm (responsable),
Urte Tegtmeyer
Asistente
Cornelia Dernbach
Fotos
Título, pg. 9, 27: Florian Kopp pg. 3: Cristina Cardozo / terre des hommes
pg. 6, 10, 1 1, 13, 17, 28:
C. Kovermann / terre des hommes
pg. 7: C. Ramm / terre des hommes
pg. 12: H. Book / terre des hommes
pg. 16: Meike Wunderlich
pg. 19: B. Rasing / terre des hommes
pg. 26: Caroline Kaminju
Diseño
sec GmbH, Osnabrück
Traducción
M. Alejandra Morena
Introducción
1. Dos caminos, ¿un mismo objetivo?
La evolución de la protección del medio
ambiente y los derechos humanos
4
2. Los derechos del niño relacionados con el
medio ambiente en la Convención sobre los
Derechos del Niño
2.1 El derecho del niño a la vida, la supervivencia
y el desarrollo
2.2 El derecho del niño a la salud
2.3 El derecho del niño a la alimentación
2.4 El derecho del niño al agua y al saneamiento
2.5 El derecho del niño a la vivienda
2.6 Perspectivas de futuro:
El derecho del niño a un medio ambiente sano
7
3. El fortalecimiento de la rendición de cuentas
respecto a los derechos ambientales del niño
3.1 La justiciabilidad de los derechos ambientales
del niño
3.2 Mecanismos internacionales de monitoreo
7
8
11
12
16
19
23
24
26
4. La aplicación de un enfoque de derechos del
niño en la protección del medio ambiente y
el desarrollo sostenible
29
5. Acciones recomendadas
para mejorar la protección de los derechos
ambientales del niño
31
33
Fuentes adicionales y Enlaces
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
¡Los niños tienen el derecho a un medio ambiente sano!
Prólogo de los editores
En las últimas décadas se ha observado un
aumento en la conciencia pública sobre las causas
y los efectos de la degradación del medio ambiente
provocada por las actividades humanas. A nivel
mundial, las personas están sufriendo el impacto
negativo de la escasez de agua y alimentos, de la
contaminación del suelo, el aire y el agua, y de los
desastres naturales. La contaminación del medio
ambiente frecuentemente trasciende las fronteras y
es percibida así a nivel global, como en el caso del
cambio climático. En este contexto, quienes pagan
el precio más alto son precisamente aquellos que
menos pueden protegerse a sí mismos: los niños y
niñas del presente y del futuro.
Un gran número de niños y niñas, en especial
en países en desarrollo, ya no tienen la posibilidad
de crecer en un medio ambiente sano: cada año,
tres millones de menores de cinco años mueren a
raíz de enfermedades relacionadas con el medio
ambiente; esto equivale a un tercio de las muertes
de este sector de la población. Al mismo tiempo,
la brutal explotación de los recursos naturales, la
­pérdida de la biodiversidad y otros daños ecológicos irreparables ensombrecen las perspectivas
de futuro de los niños y niñas. Los jóvenes son
castigados por partida doble ya que tendrán que
lidiar con las consecuencias de la degradación
del medio ambiente tanto actualmente como en
su vida adulta. Es sin duda sorprendente que, a
pesar de que las generaciones futuras son quienes
­tendrán que pagar por el manejo inescrupuloso de
la n
­ aturaleza, sus intereses, derechos y voces son
en general completamente ignorados en la esfera
­política y empresarial. terre des hommes pretende
cambiar esta situación, y considera a los niños y
niñas agentes centrales en el proceso orientado
a transformar la conciencia medioambiental y
adoptar un estilo de vida respetuoso con el medio
ambiente.
Los derechos del niño dirigen el enfoque
de las políticas ambientales y de sostenibilidad
hacia las relaciones desiguales de poder que
­prevalecen entre niños y adultos, entre países
­industrializados y países en desarrollo, entre
ricos y pobres. Sin embargo, en numerosas
áreas aún no existen las condiciones jurídicas
e ­institucionales necesarias para poder afrontar los retos en materia de derechos humanos
provo­cados por el daño ecológico en el siglo
XXI.
terre des hommes desea contribuir a la adopción de un cambio de perspectiva, al prestar
mayor atención a la interdependencia entre la
protección del medio ambiente y los derechos
del niño. Por este motivo, en 2011 lanzamos una
campaña sobre los »derechos ecológicos del
niño«. El presente estudio demuestra cómo los
derechos anclados en instrumentos de derechos
humanos vigentes, sobre todo en la Convención
sobre los Derechos del Niño (en lo sucesivo,
CDN o la Convención), pueden contribuir a una
protección eficaz del medio ambiente. Asimismo,
pone claramente de manifiesto que no podremos
responder a los retos ambientales a los que nos
enfrentamos actualmente sin fortalecer las bases
normativas e institucionales para la protección
de los derechos del niño. La amenaza causada
por la degradación del medio ambiente a los
derechos del niño ha adquirido tales dimensiones que representa ahora un sólido argumento
en favor del reconocimiento de un derecho
­universal a un medio ambiente sano.
Danuta Sacher
Presidenta del Consejo Ejecutivo
terre des hommes – Alemania
1
2
La protección de los derechos ambientales del niño
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La relevancia de los derechos ambientales del niño
Introducción
1 Ver Ökologische
Kinderrechte:
Das Recht des
Kindes auf
best­mögliche
Gesundheit und
Entwicklung (Die
UN-Konvention
umsetzen –
Band IV), Bonn
(disponible en
alemán).
2 Observación
General Nº 5
(2003) sobre
medidas generales
de aplicación de la
Convención sobre
los Derechos
del Niño, § 12.
Todo niño tiene el derecho a crecer en un entorno
seguro, a llevar una vida saludable y a desarrollar
perspectivas de futuro positivas. Esta definición de
derechos »ecológicos« del niño fue introducida en
1999 por la Coalición Nacional para la Implemen­
tación de los Derechos del Niño en Alemania,1 cuyo
objetivo era llamar la atención sobre la relación
entre los derechos humanos y el medio ambiente.
Dicha definición hace referencia a la función que
subyace a todos los derechos del niño: garantizar
que los niños y niñas puedan crecer saludables y
desarrollarse. Un medio ambiente sano es una condición fundamental para poder asegurar su salud
física y mental; en su ausencia, no podrán crecer y
convertirse en miembros saludables de la sociedad.
Asimismo, cabe destacar que los niños son curiosos
y desean explorar su entorno natural; al hacerlo,
adquieren una percepción y comprensión de sí
­mismos y de su entorno vital.
Lamentablemente, hoy en día este derecho
­fundamental de los niños a un medio ambiente sano
está siendo violado de manera masiva y constante:
debido a la degradación del medio ambiente y la
explotación de la naturaleza, un ingente número
de niños y niñas no tienen acceso a agua limpia y
­alimentos seguros. Numerosos niños y niñas viven
en condiciones medioambientales inaceptables
y están continuamente expuestos a fuentes de
­contaminación que perjudican su salud.
En este contexto, es evidente que las oportunidades de crecer en un medio ambiente sano, seguro y
equilibrado están distribuidas de una manera extremadamente injusta: existe una gran brecha entre
Norte y Sur, ricos y pobres. Se puede afirmar, por
tanto, que no se producirá un cambio fundamental
de la situación si no se lleva a cabo un reajuste de
las condiciones políticas, jurídicas y económicas.
No obstante, está sucediendo precisamente lo
contrario: debido a la creciente explotación de los
recursos naturales y la degradación y destrucción de
los ecosistemas, la posibilidad de vivir en un medio
ambiente sano se convertirá en un bien cada vez
más escaso, del que muy pocos niños y niñas en el
mundo podrán disfrutar en el futuro.
En consecuencia, es absolutamente necesario
prestar más atención a las dimensiones ecológicas
de los derechos del niño legalmente protegidos y, al
mismo tiempo, fortalecer el papel que desempeñan
estos derechos en las políticas en materia de medio
ambiente, sostenibilidad y otras áreas relevantes.
Se deben identificar las amenazas ambientales
a los derechos del niño, teniendo en cuenta sus
necesidades y factores de vulnerabilidad específicos, y su situación de dependencia y marginalización. Asimismo, las obligaciones de los Estados
y las violaciones de derechos deben hacerse más
visibles al público. Los aspectos medioambientales
de los derechos del niño deben ser fortalecidos en
todos los lugares donde los niveles de protección
sean inadecuados.
La Convención sobre los Derechos del Niño,
con su enfoque integral del desarrollo, proporciona numerosos puntos de partida para fortalecer
los derechos ambientales del niño.2 Los artículos
24 y 29 contienen referencias explícitas al medio
ambiente, mientras que muchos otros derechos
del niño, sobre todos los derechos sociales, poseen
dimensiones ambientales o pueden ser reinterpretados desde una perspectiva ecológica. De hecho,
se puede afirmar que la reivindicación de los derechos ambientales del niño ya está arraigada en la
Convención, puesto que sin el derecho a un medio
ambiente sano es imposible realizar los derechos
a la alimentación, al agua, a la salud y otros derechos, tanto en el presente como en el futuro.
Los derechos de participación amparados
por la Convención también pueden desempeñar
un papel destacado en la protección del medio
ambiente. Es fundamental garantizar que las voces
de los niños y niñas sean escuchadas, dado que
la formulación de políticas sobre el clima y la
biodiversidad incumbe directamente a su futuro.
Asimismo, son ellos quienes »heredarán la responsabilidad de cuidar la Tierra« y, en el peor de los
casos, se encontrarán con un medio ambiente que
les ofrecerá oportunidades muy limitadas para su
vida y desarrollo.
En este sentido, los niños y niñas se encuentran
en una posición muy similar a la de las generaciones futuras que están aún por nacer: al carecer
de medios de control eficaces, tendrán que »arreglárselas« con la tierra que les hemos dejado. Por
estos motivos, al adoptar medidas normativas e
institucionales de protección, los responsables de
la toma de decisiones deben dar consideración
prioritaria al grado en que las generaciones futuras
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
Niños aprenden,
que tener un sano
medio ambiente es
importante para su
desarrollo. Por eso,
deben ellos contribuir
y ayudar para proteger
su medio ambiente
por ejemplo con
sus huertas en los
colegios como aqui
en Bolivia.
dependerán de las decisiones de las generaciones
presentes. Los derechos ambientales del niño y los
derechos de las generaciones futuras comparten el
mismo objetivo: crear un espacio que haga posible
el desarrollo y la libre determinación; en otras
palabras, contribuir a unas perspectivas de futuro
prometedoras.
El objetivo del presente estudio es fomentar y
ofrecer orientación sobre modos de fortalecer los
derechos ambientales del niño. El Capítulo 1 ofrece
una breve reseña histórica de la evolución de los
derechos humanos y de la protección del medio
ambiente, las cuales se desarrollaron en paralelo
durante un largo período de tiempo. En el Capítulo 2 se exponen los aspectos ambientales de los
derechos del niño y se concluye con la propuesta
de fomentar el reconocimiento internacional de un
derecho universal a un medio ambiente sano como
un medio para fortalecer los derechos del niño a
largo plazo. A continuación, en el Capítulo 3 se
destacan los mecanismos de rendición de cuentas
fundamentales para garantizar que los derechos
ambientales del niño sean puestos en práctica de
manera efectiva. El Capítulo 4 sostiene que los
derechos del niño deben recibir un mayor reconocimiento en la política ambiental y de sostenibilidad, ya que hasta el momento, debido al enfoque
político predominante que se basa en pilares determinados en lugar de incorporar una perspectiva
integral, las consideraciones relativas a los derechos han tenido un papel secundario. El estudio
concluye con una serie de recomendaciones sobre
medidas necesarias para mejorar la protección de
los derechos ambientales del niño.
3
4
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
1. Dos caminos, ¿un mismo objetivo?
3 Declaración de la
Conferencia de las
Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente
Humano (Declaración
de Estocolmo).
4 Ver, entre otros, el
artículo 1 del »Resumen
de los principios legales
para la protección del
medio ambiente y el
desarrollo sostenible«
en el Anexo 1 del
Informe de la Comisión
Mundial sobre el
Medio Ambiente y
el Desarrollo (1987)
y la Resolución de
la Asamblea de las
Naciones Unidas 45/94
(www.un.org/ga/search/
view_doc.asp?symbol=
A/RES/45/94&referer
=www.un.org/Depts/
dhl/resguide/r45.
htm&Lang=S).
5 En lo sucesivo se
hará referencia a la
Convención sobre
los Derechos del
Niño como CDN
o ›la Convención‹.
6 En total, el derecho
a un medio ambiente
sano es reconocido
en 100 constituciones
nacionales, mientras
que un total de 140
incluyen referencias
explícitas a derechos
ambientales. Ver,
entre otros, Shelton
(2009), p. 21, y »Estudio
analítico de la relación
entre los derechos
humanos y el medio
ambiente«, Oficina del
Alto Comisionado de
las Naciones Unidas
para los Derechos
Humanos (2011), § 30.
La evolución de la protección del medio ambiente y los derechos humanos
instrumentos de derechos humanos están relacionadas con el derecho a un nivel de salud adecuado. La
Convención sobre los Derechos del Niño5 de 1989
plantea los retos ambientales en el contexto específico de la salud y educación infantil (artículos 24 y 29
de la CDN).
El Comité de los Derechos del Niño y los otros
órganos que supervisan la implementación de los
tratados de derechos humanos procuran compensar
El hombre tiene el derecho fundamental a la liberen cierta medida por la falta de derechos ambientad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida tales sustantivos poniendo de relieve la relación de
adecuadas en un medio de calidad tal que le perdependencia entre la realización de los derechos
mita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y
amparados legamente, en particular de los derechos
tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el
económicos, sociales y culturales, y la preservación
medio para las generaciones presentes y futuras.3
de un medio ambiente sano.
A diferencia de lo que se observa en el ámbito de
Tras este primer reconocimiento explícito de la estre- los acuerdos internacionales, los gobiernos generalcha relación que existe entre la protección del medio mente muestran más disposición a incluir los derechos ambientales en las constituciones nacionales o
ambiente, el desarrollo y los derechos humanos, la
importancia de los derechos humanos para la preser- en instrumentos regionales de derechos humanos.
vación de un medio ambiente sano ha sido reiterada Tanto la Carta Africana de Derechos Humanos y de
los Pueblos (1981) como el Protocolo Adicional a la
con gran frecuencia en importantes documentos,
Convención Americana sobre Derechos Humanos
informes y resoluciones de la Organización de las
en Materia de Derechos Económicos, Sociales y CulNaciones Unidas (ONU).4 Sin embargo, aún no
existe la voluntad política adecuada para finalmente turales (1988) reconocen explícitamente el derecho a
un medio ambiente sano. Este derecho también está
poder conferir la sustancia y autoridad jurídicas
consagrado en la mayoría de las constituciones apronecesarias a estos compromisos internacionales.
badas desde la década de 1990.6
La protección del medio ambiente en la ConvenLos derechos ambientales sustantivos incluidos
ción sobre los Derechos del Niño y otros instruen los tratados regionales de derechos humanos y en
mentos de derechos humanos
las constituciones nacionales permiten a las personas
Muy pocos de los instrumentos internacionales de
afectadas por daños ecológicos exigir medidas de
derechos humanos contienen disposiciones explíciprotección de mayor alcance y más integrales para
tas sobre el medio ambiente. Esto se debe en parte
mejorar la calidad del medio ambiente. La experienal hecho de que la Carta Internacional de Derechos
cia demuestra que el derecho a un medio ambiente
Humanos (que comprende la Declaración Universal sano puede ser una herramienta correctiva útil en
de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
contexto de la interacción de intereses sociales conDerechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional trapuestos.
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) ya
En 1994, la entonces Relatora Especial sobre
había sido redactada cuando el derecho internaciolos Derechos Humanos y el Medio Ambiente,
nal del medio ambiente comenzó a desarrollarse.
Fatma Zohra Ksentini, llevó a cabo una tentativa
En este contexto, la mayoría de las disposiciones
importante para fortalecer los derechos humanos
relativas al medio ambiente que se encuentran en los ambientales en el ámbito de las Naciones Unidas al
Que la protección del medio ambiente está estrechamente vinculada con los derechos humanos y los
derechos de las generaciones futuras, sin duda, no es
una idea nueva. Esta relación ya fue articulada en un
lugar destacado, concretamente en el Principio 1, de
la Declaración Final de la primera gran conferencia
internacional de las Naciones Unidas sobre el medio
ambiente, celebrada en Estocolmo en 1972:
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) de las Naciones Unidas
Art. 24 (2) de la CDN: »Los Estados Partes asegurarán la
plena aplicación [del derecho a la salud] y, en particular,
adoptarán las medidas apropiadas para: […] (c) Combatir
las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud mediante, entre otras cosas, […]
el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua
potable salubre, teniendo en cuenta los peligros y riesgos
de contaminación del medio ambiente…«
Art. 29 (1) de la CDN: »Los Estados Partes convienen en
que la educación del niño deberá estar encaminada a: […]
(e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.«
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
5
El derecho a un medio ambiente sano en instrumentos regionales de derechos
humanos y constituciones nacionales
Carta Africana de Derechos Humanos y de
los Pueblos (1981)
Art. 24: »Todos los pueblos tendrán derecho a
un entorno general satisfactorio favorable a su
desarrollo.«
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos E
­ conómicos, Sociales y Culturales
(1988)
Art. 11 (Derecho a un Medio Ambiente Sano):
»(1)Toda persona tiene derecho a vivir en un
medio ambiente sano y a contar con servicios públicos b
­ ásicos.
(2) Los Estados partes promoverán la protección, p
­ reservación y mejoramiento del medio
ambiente.«
presentar un Proyecto de Declaración7 en el que
sintetiza los vínculos que unen a los derechos humanos y el medio ambiente, y proclama el derecho a
un »medio ambiente seguro, sano y ambientalmente
razonable.« Desafortunadamente, el Proyecto de
Declaración no fue aprobado por la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU (sustituida más tarde
por el Consejo de Derechos Humanos). Debido al
aumento de la conciencia sobre las repercusiones del
cambio climático, no obstante, se ha reactivado el
interés a nivel internacional por comprender mejor la
relación entre los derechos humanos y la protección
del medio ambiente. Desde 2005, las instituciones de
las Naciones Unidas han abordado el impacto de la
degradación del medio ambiente sobre los derechos
humanos en varios informes y resoluciones.8
En un estudio analítico sobre los derechos humanos y el medio ambiente presentado al Consejo
de Derechos Humanos de la ONU antes de su 19º
período de sesiones (2012), la Alta Comisionada de
las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
recomendó al mismo prestar más atención al daño
medioambiental global, ya que éste representa uno
de los »apremiantes desafíos de derechos humanos
que enfrenta la humanidad en el siglo XXI...«9 El
Consejo de Derechos Humanos ha establecido el
mandato de un Experto independiente sobre derechos humanos y medio ambiente, cuyo cometido
consiste, entre otras cosas en estudiar las »obligaciones en materia de derechos humanos relacionadas
con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos,
limpio, saludable y sostenible.«10
Constitución de Sudáfrica (1996)
Art. 24: »Todos tienen el derecho
(a)a un entorno que no cause daño a su salud
y su ­bienestar, y;
(bde tener un entorno protegido para el
­beneficio de las generaciones actuales y
­futuras a través de leyes ­razonables y otras
de manera tal de
(i)de tener un entorno protegido para el
beneficio de las generaciones actuales
y futuras a través de leyes razonables y
otras de manera tal de
(ii)promover la conservación del entorno; y
(iii)asegurar el desarrollo ecológico sostenible
y el uso de los recursos naturales mientras
que a la misma vez, fomentar el desarrollo
económico y social en forma justificable.«
Los derechos humanos en la política ambiental y
de sostenibilidad
Del mismo modo que en el derecho de los derechos
humanos, la degradación del medio ambiente y las
violaciones de derechos humanos fueron tratadas
durante mucho tiempo como temas no relacionados
en el ámbito de la política ambiental y de sostenibilidad internacional. De hecho, frecuentemente los
acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente
siguen centrándose en problemas »técnicos« en
lugar de prestar atención a las consecuencias negativas de los daños medioambientales para las personas
afectadas y sus derechos. En otras palabras, en vez
de proporcionar recursos para las víctimas, dichos
acuerdos suelen dar preferencia a procedimientos
intergubernamentales.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo (también conocida como
›Cumbre para la Tierra‹ o CNUMAD) celebrada
en Río de Janeiro en 1992 marcó un hito respecto al
reconocimiento del vínculo intrínseco entre la protección del medio ambiente y los derechos humanos.
Por primera vez, los gobiernos reconocieron que
»el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos
interesados.« El Principio 10 de la Declaración de
Río garantiza el acceso a la información, la oportunidad de participar en los procesos de adopción
de decisiones y el acceso a la justicia por cuestiones ­ambientales.11 Además, el papel especial de los
niños y niñas como agentes del cambio en materia
7 También denominado
»Proyecto de principios
sobre los derechos
humanos y el medio
ambiente.« La Declara­
ción fue incluida
como un anexo en
el Informe Final de
la Relatora Especial
a la Subcomisión
de Prevención de
Discriminaciones
y Protección a las
Minorías (www.
unhchr.ch/Huridocda/
Huridoca.nsf/TestFram
e/36d70bfebd64687d8
025675f003637ef?Open
document).
8 Ver, entre otros, el
informe del Secretario
General de las
Naciones Unidas sobre
los »Los derechos
humanos y el medio
ambiente como
parte del desarrollo
sostenible« (2005).
9 Ver nota 6, § 79. De
conformidad con la
Resolución 16/11 del
Consejo de Derechos.
10 Resolución A/HRC/19/
L.8/Rev.1 del Consejo
de Derechos Humanos:
http://ap.ohchr.org/
documents/S/HRC/
d_res_dec/A_HRC_19_
L8Rev1.pdf, consultado
el 14 de abril de 2012.
11 Declaración de
Río sobre el Medio
Ambiente y el
Desarrollo.
6
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
Campaña de terre des
hommes sobre los
derechos ambientales
del niño: Un grupo de
niños y niñas hacen
un llamamiento por un
medio ambiente sano
12 El Programa 21
es el programa de
acción adoptado
en la ›Cumbre
para la Tierra‹.
13 Ver Declaración
de Johannesburgo
sobre el Desarrollo
Sostenible (2002).
14 Ver www.uncsd2012.
org/thefuturewewant.
html (disponible en
inglés y portugués,
consultado el 14 de
agosto de 2012).
de sostenibilidad fue resaltado en el Principio 21 de
la Declaración de Río y luego en el capítulo 25 del
Programa 21.12
Numerosos acuerdos ambientales que han sido
concluidos desde entonces han incorporado los
derechos procesales reconocidos en la Declaración
de Río. Sin embargo, desde la perspectiva de la protección de los derechos humanos, las disposiciones
pertinentes deben ser consideradas insuficientes, ya
que rara vez van más allá de los términos generales,
o sólo permiten un grado de participación limitado,
como el acceso a la información. La política ambiental y de sostenibilidad internacional aún carece de
una base sólida de derechos humanos.
Sin duda, como se mencionó anteriormente, la
histórica ›Cumbre para la Tierra‹ de 1992 fue clave
en cuanto al reconocimiento de la relación entre
la protección del medio ambiente, y los derechos
humanos. La Declaración de Río, no obstante, refleja
al mismo tiempo la reticencia de los gobiernos de ir
más allá de involucrar al público interesado y garan-
tizar derechos ambientales sustantivos o el derecho
a un medio ambiente sano. Tal reticencia persiste a
nivel mundial hasta el día de hoy, y la situación no
ha cambiado significativamente tras Río+10, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible celebrada
en Johannesburgo,13 ni tras Río+20, la conferencia
más reciente sobre este tema. Si bien el documento
final de Río+20 contiene referencias a una serie de
derechos relacionados con el medio ambiente, como
el derecho a la salud, al agua, a la alimentación, al
desarrollo y a un nivel de vida adecuado, aún carece
de un fuerte compromiso con los derechos humanos
como el marco normativo universalmente reconocido para el desarrollo sostenible.14
El impacto global del cambio climático muestra
cuán urgente es el reconocimiento internacional y la
codificación jurídica de la relación entre los derechos
humanos y el medio ambiente. No hay más tiempo
que perder: debemos promover la integración de la
protección del medio ambiente y de los derechos
humanos en el marco del desarrollo sostenible.
Declaración de Río de 1992 y Programa 21
Declaración de Río
Debería movilizarse la creatividad, los ideales y el valor
de los jóvenes del mundo para forjar una alianza mundial
orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar un
mejor futuro para todos (Principio 21).
Programa 21
Los niños no sólo heredarán la responsabilidad de cuidar
la Tierra, sino que, en muchos países en desarrollo, constituyen casi la mitad de la población. Además, los niños de
los países en desarrollo y de los países industrializados son
igualmente vulnerables en grado sumo a los efectos de la
degradación del medio ambiente. También son partidarios
muy conscientes de la idea de cuidar el medio ambiente.
Es menester que se tengan plenamente en cuenta los
intereses concretos de la infancia en el proceso de participación relacionado con el medio ambiente y el desarrollo, a fin de salvaguardar la continuidad en el futuro de
cualesquiera medidas que se tomen para mejorar el medio
ambiente (Capítulo 25.12).
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
2. Los derechos del niño relacionados con el medio ambiente
en la Convención sobre los Derechos del Niño
Interés superior del niño
En el art. 3(1) de la CDN se afirma lo siguiente: »En todas
las medidas concernientes a los niños (…), una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior
del niño.« Esto incluye medidas que repercutan indirectamente a los niños, como por ejemplo en relación con el
medio ambiente, como afirma el Comité de los Derechos
del Niño de las Naciones Unidas en su observación general
»Si bien los tratados universales de derechos
humanos no se refieren a un derecho específico a
un medio seguro y saludable, todos los órganos
de tratados de derechos humanos de las Naciones
Unidas reconocen el vínculo intrínseco entre el
medio ambiente y la realización de una serie de
derechos humanos, como el derecho a la vida, a la
salud, a la alimentación, al agua y a la vivienda.«15
Aunque los retos ambientales tienen un papel
secundario en la Convención sobre los Derechos
del Niño (CDN o la Convención), ya que no contiene derechos ambientales explícitos, en la actualidad se acepta ampliamente que un medio ambiente
sano es un requisito fundamental para el disfrute de
una serie de derechos del niño reconocidos legalmente, incluyendo el propio derecho a la vida (artículo 6 de la CDN). Dado que muchos de los derechos del niño relacionados con el medio ambiente
dependen de otros derechos para poder ser disfrutados, los casos graves de degradación del medio
ambiente generalmente tienen consecuencias de
gran alcance para la realización de los derechos del
niño en su totalidad. Por lo tanto, todos los Estados
poseen el deber fundamental de proteger el entorno
natural para asegurar que todos los niños y niñas
puedan disfrutar plenamente de todos sus derechos. No cabe duda: ¡proteger el medio ambiente
significa proteger los derechos del niño! En las secciones siguientes se presentan de manera concisa
los derechos del niño que están estrechamente vinculados con el medio ambiente, y se destacan sus
respectivas dimensiones ecológicas.4
Un refugio para niñas y niños pequeños: ›Mobile Creches‹,
organización india asociada con terre des hommes –
Alemania, cuida a niños para que puedan crecer sanos
sobre la realización de los derechos del niño en la primera infancia.1 Al determinar el grado de protección del
medio ambiente, los Estados deben emplear el interés
superior del niño como un principio rector para la toma
de decisiones.
1 Observación General Nº 7 (2005) sobre la realización de
los derechos del niño en la primera infancia, § 13 b.
2.1 El derecho del niño a la vida, la
supervivencia y el desarrollo
15 Informe de la
Oficina del Alto
Comisionado de las
Naciones Unidas
Cada año, quatro millones de niños y niñas mueren
para los Derechos
a raíz de enfermedades relacionadas con el medio
Humanos sobre la
ambiente.
relación entre el
cambio climático y
los derechos humanos
El derecho de todo niño a la vida, la supervivencia
(2009), § 18.
y el desarrollo (art. 6 de la CDN) es tan importante
16 Junto con los
y fundamental para el disfrute de todos los demás
principios de no
derechos que el Comité de los Derechos del Niño lo
discriminación,
la consideración
ha identificado como uno de los cuatro principios
primordial del interés
generales de la Convención.16 Al mismo tiempo,
superior del niño
»el derecho a la supervivencia y el desarrollo sólo
y el derecho a ser
pueden realizarse de una forma integral, mediante
escuchado.
la observancia de todas las demás disposiciones de 17 Observación General
la Convención, incluidos los derechos a la salud,
Nº 7 (2005) sobre la
realización de los
la nutrición adecuada, la seguridad social, un nivel
derechos del niño en
adecuado de vida, un entorno saludable y seguro, la
la primera infancia,
educación y el juego (arts. 24, 27, 28, 29 y 31) […].«17
§ 10. Énfasis añadido
por el autor.
7
8
La protección de los derechos ambientales del niño
18 Ver, por ejemplo, la
jurisprudencia sobre
el derecho del niño
a la vida de la Corte
Interamericana de
Derechos Humanos
en el Caso de los
»Niños de la Calle«
(Villagrán Morales y
otros): www.corteidh.
or.cr/docs/casos/
articulos/seriec_32_esp.
pdf (consultado el 28
de mayo de 2012).
19 Es preciso llevar
a cabo un estudio
más profundo para
aclarar el contenido
del artículo 6 de la
CDN, en el que se
debe tomar también
en cuenta los vínculos
entre el derecho a la
vida, la supervivencia
y el desarrollo, y el
medio ambiente.
20 Observación General
Nº 14 (2000) sobre el
derecho a la salud, § 22
(Comité de Derechos
Económicos, Sociales
y Culturales).
21 Ibíd. §§ 4 y 11.
En consecuencia, el derecho de todo niño a la
vida, la supervivencia y el desarrollo requiere la
regulación o prohibición de aquellas actividades
(por ejemplo, actividades industriales) que causen
condiciones ambientales de tal precariedad que
representen un peligro inminente para la vida y
el desarrollo de los niños y niñas. El artículo 6 de
la Convención, por otro lado, no pretende solamente garantizar las necesidades físicas básicas de
los niños, sino también asegurar las condiciones
necesarias para una vida y un desarrollo decentes y
dignos en un ambiente seguro.18 De esta manera, el
derecho en cuestión también abarca la calidad de
vida, al obligar a los Estados Partes de la Convención a garantizar, en la máxima medida posible, la
supervivencia y el desarrollo de los niños y niñas.
No obstante, éste no es el caso cuando, por
ejemplo, niños y niñas se ven afectados por impedimentos duraderos de su capacidad de aprendizaje o trastornos del crecimiento causados por los
efectos de pesticidas nocivos o metales pesados
tóxicos presentes en el ambiente. Además, como
consecuencia del rápido proceso de urbanización,
la degradación del medio ambiente y otros factores,
cada vez menos niños y niñas tienen la oportunidad de explorar y disfrutar de su entorno natural
de manera segura, careciendo así de uno de los elementos básicos de un desarrollo saludable.
El artículo 6 de la Convención ofrece una protección especial contra los daños ambientales que
representan una amenaza general e inmediata para
la vida y el desarrollo de los niños.19 Sin embargo,
otros derechos del niño reconocidos pueden orientar y fortalecer de una manera más concreta la formulación de políticas en el ámbito de la protección
del medio ambiente.
Breve reseña de las obligaciones de los Estados
con respecto a los aspectos medioambientales del
derecho del niño a la vida, la supervivencia y el
desarrollo
Los Estados Partes de la Convención sobre los
Derechos del Niño tienen la obligación de dar
efecto a las dimensiones medioambientales del
derecho del niño a la vida, la supervivencia y el
desarrollo. Las obligaciones de los Estados pueden
clasificarse según tres categorías:
Obligación de respetar
Los Estados deben abstenerse de interferir con el
derecho del niño a existir, por ejemplo mediante
actividades que creen condiciones ambientales tan
precarias que representen un peligro inminente
para su vida (tales como la radiación nuclear).
terre des hommes Apoyo a la Niñez
Obligación de proteger
Los Estados deben evitar que agentes no estatales interfieran con el derecho del niño a la vida,
la supervivencia y el desarrollo. Por ejemplo, los
Estados deben adoptar leyes y otras medidas para
asegurar que el uso de sustancias tóxicas (p. ej. la
utilización de pesticidas nocivos en los procesos
agrícolas) no tenga repercusiones graves en el
desarrollo a largo plazo de los niños y niñas.
Obligación de realizar
Los Estados tienen la obligación de adoptar todas
las medidas necesarias para realizar plenamente
el derecho del niño a la vida, la supervivencia y el
desarrollo. Por ejemplo, los Estados deben establecer las condiciones ambientales necesarias para
que los niños y niñas puedan disfrutar de una vida
decente y digna.
2.2 El derecho del niño a la salud
Cada año, aproximadamente 1,5 millones de niños
y niñas son víctimas de enfermedades diarreicas,
en su mayoría causadas por las consecuencias del
uso y contacto con agua impura.
La salud de los niños y niñas depende en gran
medida de un medio ambiente sano, que incluye el
acceso a agua potable salubre, saneamiento, y una
alimentación y vivienda adecuadas. En consecuencia, en lo que se refiere a los problemas ambientales, el derecho a la salud constituye el principal
punto de referencia en el marco de la Convención
sobre los Derechos del Niño. El artículo 24 (2c)
obliga explícitamente a los Estados a tener en
cuenta »los peligros y riesgos de contaminación
del medio ambiente« al combatir enfermedades,
la desnutrición y la malnutrición. La aplicación
del principio de no discriminación requiere que
todos los niños y niñas tengan igual acceso a »un
entorno seguro«, como destaca el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC
o CESCR por su sigla en inglés) en su observación
general sobre el derecho a la salud.20
El derecho a la salud es a menudo equiparado con el derecho a la atención médica. Por lo
tanto, es importante recordar a los Estados que,
al cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos, también deben tener en cuenta los
determinantes subyacentes de la salud, como por
ejemplo la existencia y preservación de un medio
ambiente sano.21
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
Breve reseña de las obligaciones de los Estados
con respecto a los aspectos medioambientales del
derecho del niño a la salud
9
22 Observación General
Nº 14 sobre el
derecho a la salud,
§ 34 (CDESC). Para
mayor información
Obligación de respetar
sobre normas relativas
Los Estados deben abstenerse de contaminar ilegala la salud, ver las
diferentes directrices
mente la atmósfera, el agua y la tierra, por ejemplo
elaboradas por la
mediante los desechos industriales de las instalaOMS: www.who.int/
ciones propiedad del Estado, y de interferir de esta
es/index.html
manera con los determinantes subyacentes de la
(consultado el 28
salud de niños y niñas.22
de mayo de 2012).
23 Ibíd. § 51.
Obligación de proteger
Los Estados deben evitar que agentes no estatales
interfieran con las dimensiones ambientales del
derecho del niño a la salud. Esto requiere, por ejemplo, promulgar leyes o adoptar otras medidas para
impedir que las empresas contaminen el agua, el
aire y el suelo, y afecten así negativamente los determinantes subyacentes de la salud de niños y niñas.23
des hommes – Alemania apoya la prestación de atención
primaria de salud en la zona fronteriza entre Tailandia y
Myanmar; proporcionar un tratamiento adecuado de las
enfermedades es crucial para asegurar la supervivencia
de niños y niñas
Obligación de realizar
Los Estados deben adoptar todas las medidas necesarias para realizar plenamente el derecho del niño
a la salud. Por ejemplo, deben reducir y eliminar la
contaminación existente, y prevenir los problemas
ambientales a largo plazo (por ejemplo, el uso de
contaminantes persistentes).
La observación general sobre el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud
El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha adoptado una observación general sobre el derecho
del niño a la salud contenido en el artículo 24 de la CDN.
En primer lugar, este documento aclara el contenido normativo del derecho del niño al disfrute del más alto nivel
posible de salud, junto con las obligaciones de los Estados,
y enumera medidas concretas para la implementación del
artículo 24.
Contaminación del medio ambiente
49.Los Estados deben adoptar medidas para hacer frente
a los peligros y riesgos que la contaminación del medio
ambiente local plantea a la salud infantil en todos los
entornos. Para la crianza y el desarrollo del niño en
condiciones sanas son fundamentales viviendas adecuadas que incluyan instalaciones para preparar alimentos
exentas de peligro, un entorno sin humos, ventilación
apropiada, la gestión eficaz de los desechos y la eliminación
de los desperdicios de las viviendas y sus inmediaciones,
la ausencia de moho y otras sustancias tóxicas y la higiene
familiar. Los Estados han de regular y vigilar el impacto
ambiental de las actividades empresariales que puedan
poner en peligro el derecho del niño a la salud, su seguridad alimentaria y su acceso a agua potable y saneamiento.
50.El Comité pone de manifiesto la importancia del medio
ambiente para la salud del niño, más allá de la contaminación. Las intervenciones en materia de medio ambiente
deben hacer frente, entre otras cosas, al cambio climático,
que es una de las principales amenazas a la salud infantil
y empeora las disparidades en el estado de salud. En consecuencia, los Estados han de reservar a la salud infantil
un lugar central en sus estrategias de adaptación al cambio climático y mitigación de sus consecuencias. 2
2 Observación General Nº 15 (2013) sobre el derecho del niño
al disfrute del más alto nivel posible de salud, (Comité de los
Derechos del Niño).
10
La protección de los derechos ambientales del niño
terre des hommes Apoyo a la Niñez
El riesgo de la contaminación química del medio ambiente para el derecho del niño a la salud:
Las sustancias y los productos químicos forman actualmente parte de nuestra vida cotidiana en las sociedades
modernas. Por otro lado, también causan numerosas tragedias: alrededor de 47.000 personas mueren cada año por
casos de intoxicación aguda provocados por sustancias
peligrosas.3 Muchas más padecen enfermedades graves y
potencialmente mortales relacionadas con la exposición
constante a contaminación por sustancias químicas. Debido
a su disposición física, los niños y niñas se ven especialmente amenazados por las sustancias químicas tóxicas, las
cuales aumentan considerablemente su riesgo de contraer
enfermedades y pueden perjudicar enormemente su desarrollo físico y mental (por ejemplo, su capacidad de aprendizaje). Además, algunas sustancias químicas no se degradan fácilmente y permanecen en el medio ambiente por un
largo período de tiempo, por lo que la gestión irresponsable
de dichas sustancias también perjudica directamente a las
generaciones futuras.
Los niños y niñas en los países en desarrollo se ven
especialmente afectados por esta situación, ya que a
menudo están expuestos a sustancias que han sido prohibidas hace muchos años en los países desarrollados y, en
algunos casos, también a residuos tóxicos importados de
los mismos. Al mismo tiempo, suelen tener un acceso muy
limitado a la atención médica o a la justicia cuando sus
derechos son violados. Frecuentemente también se observa
una falta de información adecuada sobre las sustancias
nocivas y tóxicas; la información en las etiquetas de los productos – cuando tienen etiquetas… – generalmente no está
escrita en el idioma local ni de una manera comprensible
para los niños y niñas. Dado que los recursos económicos y
técnicos son insuficientes, es difícil implementar medidas de
protección eficaces. En tales casos, la única solución viable
es prohibir las sustancias peligrosas.
Los pesticidas, que son utilizados en varios ámbitos de
la vida y pueden ser absorbidos con los alimentos, el aire, el
agua, etc., causan una gran parte de los problemas actuales
por sustancias químicas tóxicas. En muchos países en desarrollo, se emplean pesticidas altamente peligrosos tanto en
la agricultura como para el control de plagas domésticas,
sin cumplir con normas de protección adecuadas. Los niños
y niñas no son especialmente cuidadosos con su salud ni
conscientes al tratar con pesticidas tóxicos, y también tienden a tener un contacto físico más directo con su entorno
inmediato. Además, al no saber leer y carecer de un juicio
desarrollado, a menudo ingieren pesticidas por accidente.
Por otro lado, el uso de metales pesados como
​​
el plomo
o el mercurio también continúa constituyendo un gran
riesgo para la salud de los niños y niñas. En muchos países
en desarrollo se utiliza pintura a base de plomo para pintar
escuelas y casas, así como juguetes, accesorios para juegos
infantiles u otros productos con los que los niños y niñas
entran en contacto. Incluso dosis bajas de plomo puede
acarrear graves consecuencias para la salud infantil; los
niños y niñas pequeños absorben entre cuatro y cinco veces
más plomo que los adultos y lo mantienen por más tiempo
en sus organismos.4 De forma similar, el mercurio es usado
para numerosos fines domésticos, así como también en la
extracción de oro, lo cual puede tener graves repercusiones
para los niños y niñas que trabajan en las industrias extractivas en países en desarrollo.
Si bien una serie de acuerdos ambientales multilaterales5
regulan los riesgos causados ​​por las sustancias tóxicas y
peligrosas, en éstos frecuentemente no se otorga un lugar
central a las personas afectadas y sus derechos al establecer
las responsabilidades de los Estados.
3 Según información del Relator Especial de Naciones Unidas
sobre las obligaciones de derechos humanos relacionadas con la
gestión y eliminación ecológicamente racionales de las sustancias
y los desechos peligrosos (disponible en inglés, consultado el 4 de
­septiembre de 2012).
4 Organización Mundial de la Salud (OMS) 2004: Guías para la
calidad del agua potable, p. 393
5 Ver, entre otras fuentes, el Convenio de Estocolmo sobre los
contaminantes orgánicos persistentes, el Convenio de Róterdam
sobre el procedimiento de consentimiento fundamentado previo
aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos
objeto de comercio internacional, y el Convenio de Basilea sobre
el control de los movimientos transfronterizos de los desechos
peligrosos y su eliminación.
La campaña de des hommes para los derechos ambientales de los
niños: Jovenese son invitados a pintar pancartas de gran tamaño, por
ejemplo contra el uso de pesticida peligroso en la agricultura.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
2.3 El derecho del niño a la alimentación
Cada año, alrededor de once millones de niños y
niñas mueren en los países en desarrollo. El 60%
de esas muertes son causadas por las consecuencias de la pobreza y la malnutrición, y enfermedades relacionadas con el hambre.24
El derecho del niño a la alimentación puede ser
derivado de los artículos 24 y 27 de la CDN. Este
derecho se ejerce »cuando todo [...] niño, ya sea
sólo o en común con otros, tiene acceso físico y
económico, en todo momento, a la alimentación
adecuada o a medios para obtenerla.«25 La realización del derecho a la alimentación depende
en gran medida de la preservación de un medio
ambiente sano, ya que su contenido básico
comprende la »disponibilidad de alimentos en
cantidad y calidad suficientes para satisfacer las
necesidades alimentarias de los individuos, sin
sustancias nocivas, y aceptables para una cultura
determinada«, según la definición del Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales.26
Esto requiere, entre otras medidas, la adopción de
políticas »ambientales«.27 La disponibilidad de alimentos a largo plazo
para las generaciones presentes y futuras depende
del uso sostenible de los recursos (concepto de
disponibilidad28).29 En este sentido, la importancia de adoptar una política de sostenibilidad en
el ámbito de la seguridad alimentaria es señalada
expresamente en las Directrices voluntarias sobre
el derecho a la alimentación adoptadas por la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por su sigla en
inglés) en 2004:
»Los Estados deberían estudiar políticas, instrumentos jurídicos y mecanismos de apoyo nacionales específicos para proteger la sostenibilidad
ecológica y la capacidad de carga de los ecosistemas a fin de asegurar la posibilidad de una mayor
producción sostenible de alimentos para las generaciones presentes y futuras, impedir la contaminación del agua, proteger la fertilidad del suelo y
promover la ordenación sostenible de la pesca y de
los bosques« (Directriz 8E).30
Los alimentos también deben ser de una calidad
adecuada para satisfacer las necesidades de los
niños en lo que respecta a su salud mental y física,
su crecimiento y su desarrollo (concepto de calidad); entre otras cosas, es vital que los alimentos
no contengan »sustancias nocivas«. A fin de
garantizar la inocuidad de los alimentos, se deben
La protección de los derechos ambientales del niño
11
24 http://es.wfp­.org/
hambre/datos-delhambre (Programa
Mundial de Alimentos),
consultado el 28 de
mayo de 2012.
25 Observación General
Nº 12 sobre el derecho
a una alimentación
adecuada, § 6
(CDESC).
26 Ibíd. § 8.
27 Ibíd. § 4
28 Los derechos
económicos, sociales
y culturales (del niño)
son caracterizados
generalmente por
los conceptos de
disponibilidad,
calidad, accesibilidad y
adecuación (cultural).
29 Ibíd. § 7. Otro
argumento a favor
de aspirar a la
sostenibilidad en el
ámbito de la seguridad
alimentaria es que la
escasez de alimentos
provoca una presión
adicional sobre el
CYC, organización zambiana asociada con terre des
medio ambiente,
precisamente en zonas
hommes – Alemania, administra un refugio para niñas
vulnerables desde
y niños abandonados y desatendidos, los cuales reciben
el punto de vista
tres comidas diarias
ecológico.
30 Directrices voluntarias
adoptar una gama de medidas de protección que
en apoyo de la
eviten la contaminación de los productos alimenrealización progresiva
del derecho a una
ticios debido a la mala higiene ambiental u otros
31
alimentación adecuada
factores.
en el contexto de la
Por último, el derecho a la alimentación
seguridad alimentaria
requiere garantizar que todos los niños y niñas tennacional, FAO (2005).
gan acceso fisico y económico a los alimentos, sin
31 Observación General
Nº 12 sobre el derecho
discriminación, en consonancia con sus costumbres
a la alimentación, § 10.
y cultura (concepto de accesibilidad/adecuación).
Breve reseña de las obligaciones de los Estados
con respecto a los aspectos medioambientales
del derecho del niño a la alimentación
Obligación de respetar
Los Estados no deben interferir con el acceso a los
recursos naturales si niños y niñas dependen de
éstos para obtener una fuente de alimentos segura.
Obligación de proteger
Los Estados deben impedir que agentes no estatales, tales como las empresas, cometan violaciones
del derecho del niño a la alimentación. Por ejemplo, deben adoptar medidas para asegurar que los
12
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
32 Ibíd. § 15. Ver también
las Directrices sobre el
derecho a la alimentación de la FAO.
33 Ver www.unicef.org/
media/media_21423.
html (disponible en
inglés, consultado el 28
de mayo de 2012).
34 Resolución 64/292 de
la Asamblea General
de las Naciones
Unidas: www.un.org/
ga/search/view_doc.
asp?symbol=A­/­RES/
64/292&Lang=S
(consultado el 28
de mayo de 2012).
contaminantes de procesos industriales o agrícolas,
tales como residuos de pesticidas o metales pesados, no pongan en peligro el acceso de los niños y
niñas a alimentos de calidad adecuada necesarios
para satisfacer sus necesidades físicas y de desarrollo.
Obligación de realizar
Los Estados tienen la obligación de adoptar todas
las medidas necesarias para aumentar la seguridad alimentaria de todos los niños y niñas a largo
plazo. Esto requiere, entre otras medidas, supervisar la explotación de recursos naturales y educar a
adultos y niños para utilizar los recursos disponibles de una manera sostenible.32
2.4 El derecho del niño al agua y al saneamiento
Cada día, 6.000 niños y niñas mueren por
­enfermedades causadas por agua impura y
­condiciones sanitarias insalubres.33
El agua es un recurso vital. La comunidad internacional afirmó finalmente que toda persona tiene
derecho al agua mediante la adopción de la resolución 64/292 en la Asamblea General en 2010.34 El
derecho del niño al agua puede ser derivado de los
artículos 24 y 27 de la CDN,35 y establece que todo
niño tiene derecho a »disponer de agua suficiente,
salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso
personal y doméstico«.36 La realización del dere-
Los derechos del niño en el ámbito de la educación ambiental
Art. 24 (2)e de la CDN: »Asegurar que todos los sectores de
la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan
los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños,
las ventajas de [...] la higiene y el saneamiento ambiental
[...].«
Art. 29 (1) de la CDN: »Los Estados Partes convienen en
que la educación del niño deberá estar encaminada a: [...]
(e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.«
Niños y niñas en la escuela en Vietnam: La educación
ambiental constituye un requisito muy importante para
poder comprender el impacto negativo de la contaminación
La educación desempeña un papel fundamental en la realización de los derechos del niño relacionados con el medio
ambiente. El acceso a la educación y el apoyo en el uso de
las ventajas de la higiene y el saneamiento ambiental son una
parte integral del derecho a la salud establecido en el artículo
24 de la CDN. Asimismo, la implementación de otros derechos relacionados con el medio ambiente requiere medidas
educativas, como por ejemplo la difusión de »información
adecuada acerca [… de] la protección de las fuentes de agua
y los métodos para reducir los desperdicios de agua«.6
Además, la Convención sobre los Derechos del Niño
de 1989 establece normas importantes para la promoción
de una mayor conciencia ambiental al reconocer que »el
respeto del medio ambiente natural« es un objetivo central
de la educación (artículo 29 (1)e). Un análisis comparativo
de la historia jurídica pone de manifiesto la importancia
de este aspecto en la CDN: el respeto del medio ambiente
como un objetivo educativo no está presente en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de 1966 (ver artículo 13(1)).
Las disposiciones de la CDN, por lo tanto, pueden
ser interpretadas como una importante base normativa
sobre la cual se puede fundar una transformación de la
conciencia mundial sin la cual sería imposible encarar los
desafíos ecológicos a los que se enfrenta la humanidad en
el siglo XXI. La educación ambiental no debe consistir
únicamente en transferir conocimientos sobre los cambios
del medio ambiente, sino que debe ir más allá y empoderar
a los niños y niñas para que puedan promover un cambio
hacia un modelo de vida ecológica y socialmente sostenible. Se debe resaltar que la CDN proporciona una base
legal para tal proceso.
6 Observación General Nº 15 sobre el derecho al agua, § 25.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
cho al agua depende de varias maneras de la existencia de un medio ambiente sano.
En primer lugar, es crucial garantizar que haya
agua disponible en cantidades adecuadas para
todos los niños y niñas, tanto para el uso personal
como doméstico (concepto de disponibilidad); esto
comprende normalmente agua para el consumo, la
colada, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica. La cantidad de agua disponible
mínima debe corresponderse con lo establecido en
las directrices pertinentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).37
Los aspectos cualitativos del derecho al agua
están relacionados intrínsecamente con el medio
ambiente (concepto de calidad). El agua disponible
debe ser salubre; no debe contener ningún tipo de
sustancias que puedan constituir una amenaza para
la salud de los niños y niñas.38 En este contexto,
cabe resaltar que la contaminación del agua es la
principal causa de enfermedades, y que los niños
y niñas son especialmente vulnerables debido a la
mayor debilidad de sus sistemas inmunológicos.39
Por lo tanto, al desarrollar normas relativas al agua
a nivel nacional y las medidas correspondientes
para implementarlas, es imperativo que los Estados
tomen en consideración y den atención prioritaria a
la alta susceptibilidad de los niños y niñas a las sustancias nocivas que se encuentran en su entorno,
tal como exige el principio del interés superior del
niño establecido en el artículo 3 de la CDN.40
La adecuación del agua en términos de disponibilidad y calidad debe ser garantizada de una
manera sostenible. Así, el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) ha afirmado en la observación general pertinente que las
medidas adoptadas con el fin de realizar el derecho
al agua deben ser diseñadas de tal manera que este
derecho pueda ser ejercido tanto por las generaciones presentes como futuras.41
Por razones culturales, el derecho del niño al
saneamiento frecuentemente es relegado o tratado
como un tema tabú. No obstante, al igual que el
derecho al agua, el derecho al saneamiento ha sido
reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas; esto sucedió en 2012. Ambos derechos
están estrechamente relacionados: el acceso a agua
limpia depende en gran medida de la existencia de
instalaciones sanitarias adecuadas. Si no se dispone
de letrinas salubres o sistemas de eliminación de
desechos, se pueden filtrar excrementos o aguas
residuales en las fuentes de agua potable, poniendo
en peligro la salud e higiene infantil. Por lo tanto,
es importante asegurar que los niños y niñas ­tengan
acceso a un número suficiente de instalaciones
­sanitarias culturalmente aceptables y seguras
La protección de los derechos ambientales del niño
Alrededor de 1,5 millones de niños y niñas mueren aún
cada año a raíz de enfermedades causadas por agua
impura. El acceso a agua potable salubre es un requisito
fundamental para poder llevar una vida sana
desde el punto de vista higiénico y técnico, sobre
todo en las escuelas.42
La realización del derecho al agua y al saneamiento requiere que todos los niños y niñas tengan
acceso a agua limpia e instalaciones sanitarias (concepto de accesibilidad), de una manera respetuosa a
sus costumbres y cultura (concepto de adecuación
cultural). Sin embargo, esto no sucede en numerosos países en desarrollo, ya que las fuentes de agua
salubre se encuentran a menudo a una gran distancia de donde viven las personas afectadas y son muy
difíciles de alcanzar. Para muchos niños, y sobre
todo niñas, el acceso a agua limpia e instalaciones
sanitarias conlleva por lo tanto grandes riesgos.
Breve reseña de las obligaciones de los Estados
con respecto a los aspectos medioambientales del
derecho del niño al agua y al saneamiento
Obligación de respetar
Los Estados deben abstenerse de interferir en el
acceso de los niños y niñas a los recursos naturales
de los que dependan para obtener agua potable.
13
35 Ver, entre otras
fuentes, Observación
General Nº 7 (Comité
de los Derechos del
Niño), § 27 a.
36 Observación General
Nº 15 sobre el derecho
al agua (CDESC), § 2.
37 Ibíd. § 12 a. Ver
también Howard,
Guy/Bartram,
Jamie (2003).
38 Ibíd. § 12 b. Esto
también incluye
sustancias químicas
o radiactivas.
39 OMS (2004), p. 1.
40 Ibíd.
41 Observación General
Nº 15 sobre el derecho
al agua (CDESC), § 11.
42 Ver Winkler, Inga
(2011): »Lebenselixier
und letztes Tabu. Die
Menschenrechte
auf Wasser und
Sanitärversorgung«,
Deutsches Institut
für Menschenrechte
(www.institut-fuermenschenrechte.
de/uploads/tx_
commerce/essay_
lebenselixier_und_
letztes_tabu_01.pdf,
(disponible en alemán,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
14
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
43 Observación General
Nº 15 sobre el derecho
al agua (CDESC),
§ 23 y 44 b.
44 Ibíd. §§ 16 b, 25 y 28.
45 Ver Guías de la OMS
para el uso seguro
de aguas residuales
y excretas en la
agricultura. Vol. 2.
pp. 55 y 73. (www.who.
int/water_sanitation_
health/wastewater/
gsuweg2/en/index.html,
disponible en inglés,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
Obligación de proteger
Los Estados deben adoptar y asegurar el cumplimiento de medidas legislativas para impedir
que terceros, por ejemplo empresas, denieguen el
acceso al agua potable en condiciones de igualdad
y contaminen o exploten en forma no equitativa
los recursos de agua, con inclusión de las fuentes
naturales.43
Obligación de realizar
Los Estados deben adoptar políticas sostenibles
para velar por que generaciones presentes y futuras
dispongan de agua suficiente y salubre. Según el
CDESC, entre éstas podrían figurar:
• reducción de la disminución de recursos
­hídricos por extracción, desvío o contención;
• reducción y eliminación de la contaminación de
las cuencas hidrográficas y de los ecosistemas
relacionados con el agua por radiación, sustancias químicas nocivas y excrementos humanos;
• vigilancia de las reservas de agua;
• seguridad de que cualquier mejora propuesta
no obstaculice el acceso al agua potable;
• examen de las repercusiones que puedan tener
ciertas medidas en la disponibilidad del agua y
en las cuencas hidrográficas de los ecosistemas
naturales, tales como los cambios climáticos, la
desertificación y la creciente salinidad del suelo,
la deforestación y la pérdida de biodiversidad;
• aumento del uso eficiente del agua por parte
de los consumidores;
• reducción del desperdicio de agua durante
su distribución;
• mecanismos de respuesta para las situaciones
de emergencia;
• suministro de agua salubre a instituciones
de enseñanza con carácter urgente;
• educación y difusión de información adecuada
acerca del uso higiénico del agua, la ­protección
de las fuentes de agua y los métodos para
­reducir los desperdicios de agua.44 El derecho al agua y al saneamiento ponen de
relieve la gran importancia de la existencia de
un medio ambiente sano para los niños y niñas.
Asimismo, el acceso a agua salubre también es
un determinante fundamental necesario para
poder garantizar la realización de otros derechos
del niño relacionados con el medio ambiente. El
Comité de los Derechos del Niño considera que el
suministro de agua potable limpia es una medida
necesaria para combatir enfermedades y la desnutrición y, en este contexto, resalta expresamente
los riesgos que plantea la contaminación ambiental (ver 2.2). El derecho a la alimentación también
depende directamente de la calidad del agua:
cuando son empleadas en la agricultura, las aguas
residuales (industriales) sin depurar pueden tener
efectos adversos considerables para la calidad de
los alimentos y, por lo tanto, para la salud infantil.
Las transferencias en la cadena alimentaria constituyen la principal vía de exposición a los contaminantes tóxicos de las aguas residuales.45
La calidad del agua potable en los países en desarrollo:
En 2009, Catarina de Albuquerque, la Relatora Especial
de Naciones Unidas sobre el derecho humano al agua
potable y al saneamiento, visitó Costa Rica para estudiar los problemas relacionados con el tratamiento y
el control de la calidad del agua a los que se enfrentan
habitualmente los países en desarrollo. En su informe,
la Relatora Especial destacó que únicamente el 20,7% de
los acueductos eran sometidas a un control sistemático
de calidad, y que dichos controles eran exclusivamente
bacteriológicos. Sin embargo, estudios demuestran
que, si bien la contaminación fecal ya no constituye un
problema grave en Costa Rica, el desarrollo industrial
y agrícola son las principales fuentes de contaminación
del agua. En el momento de la visita de la Relatora
Especial, Costa Rica aún no disponía de una reglamentación eficaz que estableciera una dosis máxima
admisible de sustancias tóxicas en el agua potable. El uso
de plaguicidas y herbicidas como Bromacil en las plantaciones de piña tropical es especialmente problemático, ya
que estos productos químicos pueden filtrarse al terreno
y contaminar las aguas subterráneas; la exposición a los
mismos durante un período dilatado se ha asociado con
graves problemas de salud y trastornos del desarrollo
en niños y niñas. Debido a la contaminación del suelo,
6.000 personas en la comunidad de Siquirres se vieron
obligadas a abastecerse de agua transportada por camiones cisterna, una situación que provocó graves conflictos
sociales en la comunidad. 7
7 Informe de la Experta independiente sobre el derecho al agua
y al saneamiento, Misión a Costa Rica (2009), §§ 43-45 (http://
www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/12session/
A­-­HRC-12-24-Add1_S.pdf, consultado el 28 de mayo de 2012).
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
La realización de los derechos ambientales de todos los niños y niñas: Las obligaciones extraterritoriales
La realización de los derechos del niño es en primera instancia una obligación de carácter doméstico. No obstante,
los Estados poseen al mismo tiempo un deber internacional
de dar efecto a los derechos del niño. Desde un punto de
vista medioambiental, este deber se fundamenta en dos
importantes motivos. En primer lugar, la degradación del
medio ambiente trasciende frecuentemente las fronteras
(como por ejemplo en el caso de la contaminación del aire
o del agua), por lo que sus consecuencias afectan a personas
en países terceros. En este contexto, el cambio climático
representa un desafío de un carácter especial: aunque es
causado principalmente por las naciones industrializadas,
y desde hace algunas décadas también por numerosas economías emergentes, sus efectos adversos golpean de manera
más dura precisamente a las personas pobres en los países
en desarrollo.
En segundo lugar, la relevancia de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos también puede
ser demostrada en otro sentido. A raíz de la globalización
económica, cada vez más empresas privadas están involucradas en actividades transnacionales, lo cual aumenta
el riesgo de que el medio ambiente de países terceros sea
contaminado por dichas empresas. Sin embargo, la globalización económica está siendo complementada sólo de una
manera gradual e insuficiente por una globalización en el
ámbito del derecho. Así, en numerosos países en d
­ esarrollo
las violaciones de derechos humanos perpetradas por empresas extranjeras no son perseguidas debido a la ausencia de
un estado de derecho sólido o la voluntad política necesaria.
En vista de esta situación, crecientes esfuerzos han sido
realizados en los últimos años para delinear con mayor
detalle las obligaciones internacionales de los Estados. En
2011 un grupo de expertos y expertas en derecho internacional y derechos humanos adoptó los Principios de Maastricht
sobre las Obligaciones Extraterritoriales de los Estados en el
Área de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los
cuales tienen especial importancia en relación con los problemas medioambientales. 8 Según este documento (que se
puede categorizar como ›soft law‹ por no ser directamente
vinculante), los Estados poseen, tanto por separado como
conjuntamente, las obligaciones de:
1. abstenerse de cualquier conducta que, de manera directa
o indirecta, anule o menoscabe el disfrute o el ejercicio
de los derechos económicos, sociales y culturales de las
personas que se encuentran fuera de su territorio (obligación de respetar);
2. asegurar que los actores no estatales, incluyendo empresas transnacionales y otras empresas comerciales »que
estén en condiciones de regular«, no anulen o menoscaben el disfrute de los derechos económicos, sociales
y culturales de las personas de manera extraterritorial
(obligación de proteger) 9;
3. cumplir los derechos económicos, sociales y culturales
de las personas en países terceros, incluyendo mediante
la cooperación internacional en cuestiones relativas a la
protección medioambiental y la cooperación al desarrollo 10 (obligación de cumplir o realizar).
Por otra parte, en 2011 el Representante Especial del
Secretario General de las Naciones Unidas, John Ruggie,
presentó sus Principios Rectores sobre las empresas y los
derechos humanos. En este documento se establece que
las empresas, independientemente de las obligaciones
de los Estados, tienen la responsabilidad de respetar
los derechos humanos, por lo que deben actuar con la
»debida diligencia«. Los Principios Rectores se aplican a
las empresas transnacionales. 11 Además, el papel especial
del sector empresarial es tratado en una observación general publicada por el Comité de los Derechos del Niño de
las Naciones Unidas en 2013. Debido al enorme impacto
que las empresas comerciales pueden tener, entre otros,
en el medio ambiente y, por tanto, el gran número de
niños y niñas que dependen de su preservación, en dicho
documento el Comité toma debida consideración de las
obligaciones (extraterritoriales) de los Estados para con las
empresas transnacionales. 12
8 Principios de Maastricht sobre las Obligaciones
Extraterritoriales de los Estados en el Área de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales: www.fian.org/recursos/
publicaciones/documentos/principios-de-maastricht-sobre-lasobligaciones-extraterritoriales-de-los-estados/pdf (consultado el
25 de mayo de 2012).
9 A fin de precisar y respaldar las obligaciones extraterritoriales
de derechos humanos también se puede recurrir a los principios
medioambientales internacionales, como por ejemplo la
obligación de los Estados de asegurar que las actividades que
se lleven a cabo dentro de su jurisdicción o bajo su control no
perjudiquen al medio ambiente de otros Estados. Este principio
de »no causar daño« (›do no harm principle‹) está anclado en el
Principio 21 de la Declaración de Estocolmo de 1972.
10 Ver por ejemplo el artículo 4 y 24 (4) de la CDN y la
Observación General Nº 5 sobre medidas generales de aplicación
de la Convención sobre los Derechos del Niño, §§ 7 y 60 ss.
11 Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos:
puesta en práctica del marco de las Naciones Unidas para
»proteger, respetar y remediar«: http://www2.ohchr.org/
english/bodies/hrcouncil/docs/17session/A.HRC.17.31_sp.pdf
(consultado el 28 de mayo de 2012).
12 Ver Observación General Nº 16 sobre las obligaciones de los
estados Partes en relación con el impacto del sector empresarial
en los derechos del niño (2013), §§ 38-46.
15
16
La protección de los derechos ambientales del niño
46 Informe sobre el
Estado Mundial de
la Infancia (2005).
47 Observación General
Nº 4 sobre el derecho a
una vivienda adecuada
(CDESC), § 7.
48 Ibíd. § 8 b.
49 Ibíd. § 8 f. A fin de
garantizar una vivienda
adecuada, el CDESC
exhorta a los Estados
Partes a aplicar los
»Principios de higiene
de la vivienda«
elaborados por la
OMS: www.bvsde.paho.
org/eswww/fulltext/
vivienda/principi/
principi.html
(consultado el 28
de mayo de 2012).
50 Las enfermedades
respiratorias
constituyen una de las
principales causas de
muerte entre los niños.
Ver Alto Comisionado
de la ONU para los
Derechos Humanos/
UN Habitat 2009,
p. 26/27.
51 La OMS ha publicado
directrices específicas
para la calidad del aire
en espacios cerrados
(2010), tomando en
cuenta la especial
susceptibilidad de
los niños y niñas:
www.euro.who.int/__
data/assets/pdf_file/00
09/128169/e94535.pdf
(disponible en inglés,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
52 Observación General
Nº 4 sobre el derecho a
una vivienda adecuada
(CDESC), § 8 f.
Barrio de chabolas
en Davao, Filipinas:
Millones de familias
viven en condiciones
insalubres y peligrosas
2.5 El derecho del niño a la vivienda
Alrededor de 640 millones de niños y niñas en
países en desarrollo – es decir, uno de cada tres –
crecen en condiciones de vida insalubres, mientras
que aproximadamente dos millones de menores
de cinco años mueren cada año de enfermedades ­respiratorias mortales contraídas a causa de
condiciones ambientales insalubres, como por
ejemplo la exposición a fuego directo y humo en
espacios cerrados.46
El derecho del niño a una vivienda adecuada
derivado del artículo 27(3) de la CDN no se debe
interpretar en un sentido estricto o restrictivo. Este
derecho garantiza más que el mero hecho de
»tener un tejado por encima de la cabeza«, ya que
comprende más que algo de un valor material y
establece que todo niño tiene el »derecho a vivir
en seguridad, paz y dignidad en alguna parte«.47
Desde un punto de vista ambiental, la adecuación para los niños de una vivienda depende de
diversos factores. En primer lugar, una vivienda
adecuada debe disponer de ciertos servicios indispensables para garantizar la salud, seguridad y bienestar de los niños y niñas (concepto de disponibilidad). Esto incluye facilidades e ­infraestructura
básicas como el acceso permanente a recursos
naturales, a agua potable, y a ­instalaciones sanitarias y de eliminación de ­desechos y drenaje.48
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La calidad de la vivienda es un elemento clave
para proteger a los niños y niñas de amenazas
ambientales para su salud (concepto de habitabilidad).49 En numerosos países en desarrollo, sin
embargo, la contaminación en el interior de las
viviendas constituye uno de los mayores riesgos
para el bienestar infantil.50 Este tipo de contaminación es provocado, por ejemplo, por el uso
de pinturas a base de plomo o materiales que
contienen asbestos. Además, también es habitual
que niños y niñas respiren aire de mala calidad en
el interior de sus viviendas debido al empleo de
hogueras y la exposición al humo, una situación
que se ve agravada por la falta de ventilación y la
mala calidad de las estufas utilizadas.51
La adecuación de una vivienda también se ve
determinada por su ubicación. No se deben construir viviendas en lugares contaminados que puedan perjudicar o amenazar la salud de los niños
y niñas, ni en la proximidad inmediata de fuentes
de contaminación tales como sitios de eliminación
de desechos inseguros o plantas industriales.52 Por
otra parte, la disponibilidad de viviendas adecuadas ciertamente no es de gran utilidad si los niños
y niñas no tienen acceso a las mismas o no gozan
de un grado mínimo de seguridad jurídica de
tenencia (concepto de acceso/seguridad jurídica
de la tenencia).
Se puede afirmar que frecuentemente es el
lugar de residencia lo que determina las posibili-
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
El derecho del niño al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su
edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes (artículo 31 de la CDN)
Es bien sabido que los niños precisan actividades culturales
y de juego, esparcimiento y recreativas para poder desarrollarse plenamente como individuos. Los Estados Partes
de la CDN reconocen estos componentes básicos de una
infancia saludable como derechos autónomos y tienen por
lo tanto la obligación de fomentar »oportunidades apropiadas,
en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artistica, recreativa y de esparcimiento« (artículo 31(2)).
Dado que el derecho al juego, al esparcimiento y a las
actividades recreativas sólo puede ser realizado en un ambiente
sano y seguro, el artículo 31 de la CDN se debe interpretar en el contexto del derecho a una vivienda adecuada y
otros derechos relacionados con el medio ambiente. En los
centros urbanos, en particular, los niños se ven expuestos a
condiciones de vida y vivienda caracterizadas por el hacinamiento, la contaminación, y la ausencia de espacios seguros
para jugar o recrearse. 13 Esto es particularmente preocupante: se estima que en 2050 siete de cada diez personas
vivirán en ciudades, mientras que 1,4 millones de personas
residirán en asentamientos informales o barrios marginales. 14
La existencia de un entorno adecuado es fundamental a fin de
Condiciones para un entorno óptimo
32. Los niños tienen un impulso espontáneo de jugar y
­participar en actividades recreativas, y buscarán oportunidades para hacerlo incluso en los entornos más desfavorables. Sin embargo, ciertas condiciones deben ser garantizadas, de acuerdo con la evolución de las facultades de los
niños, para que puedan disfrutar en la mayor medida posible de sus derechos consagrados en el artículo 31:
(…)
• Un entorno suficientemente libre de residuos, contaminación, tráfico y otros peligros físicos que les permita a
los niños y niñas moverse de forma libre y segura en sus
vecindarios;
• Oportunidades para interactuar con, y jugar en entornos
naturales y experimentar el mundo animal.
Desafíos a abordar en la realización del artículo 31
Falta de acceso a la naturaleza: Los niños y niñas aprenden
a comprender, valorar y cuidar el mundo natural que los
rodea al ser expuestos al mismo, a través de actividades
de juego autónomo, y al explorar el entorno con adultos
que les trasmiten su valor e importancia. Los recuerdos
de juegos y ocio infantiles en la naturaleza aumentan la
capacidad de manejar el estrés, inspiran un sentido de
admiración en las personas y estimulan un mejor cuidado
de la Tierra. Jugar en entornos naturales también contribuye
al desarrollo de una mayor agilidad, equilibro, creatividad,
­cooperación social y concentración. Asimismo, la conexión
garantizar el derecho del niño al juego, al esparcimiento y a
las actividades recreativas: Dos niños jugando en un barrio de
chabolas cerca de Maputo, la capital de Mozambique
con la naturaleza mediante actividades de jardinería,
cosecha, ceremonia y contemplación pacífica constituye
una dimensión importante de las artes y el patrimonio
de numerosas culturas. No obstante, en un mundo cada
vez más urbanizado y privatizado, se está deteriorando el
acceso de los niños y niñas a parques, jardines, bosques,
playas y otras zonas naturales. Los niños y niñas que
residen en zonas urbanas de bajos recursos son quienes
tienen más probabilidades de ­carecer de un acceso adecuado a espacios verdes. 15
13 Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2012, Resumen
Ejecutivo, p. 3 (www.unicef.org/spanish/sowc2012/index.php,
consultado el 28 de mayo de 2012).
14 Ibíd. p. 1.
15 Observación General Nº 17 (2013) sobre el derecho del niño
al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades
recreativas propias de su edad y a participar libremente en
la vida cultural y en las artes (traducción propia).
17
18
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
53 Ver Informe sobre
el Estado Mundial
de la Infancia 2012,
Resumen Ejecutivo,
p. 8 (www.unicef.org/
spanish/sowc2012/
index.php, consultado
el 28 de mayo de 2012).
54 Observación
General Nº 4, § 8 a.
55 »Los derechos
humanos y el medio
ambiente como
parte del desarrollo
sostenible«, Secretario
General de las
Naciones Unidas
(2005), § 14.
dades de los niños y niñas de tener una vivienda
adecuada. En los países en desarrollo un gran
número de niños viven en asentamientos informales o barrios marginales construidos sin ningún
tipo de planificación previa; debido a su ubicación
precaria, la baja calidad de las viviendas y la falta
de infraestructura, son especialmente vulnerables
a problemas medioambientales. Asimismo, a raíz
de la exposición a inundaciones, deslizamientos de
tierra y otros desastres naturales, los asentamientos
urbanos marginales se encuentran entre los lugares más inseguros, y los niños entre las principales
­víctimas.53 Los costes de una vivienda adecuada
son demasiado altos para muchas familias, por lo
que deben conformarse con alojamientos improvisados. Como se ha mencionado anteriormente, es
particularmente importante que los niños y niñas
tengan un grado mínimo de seguridad jurídica de
tenencia que les garantice un nivel adecuado de
protección contra reasentamientos forzosos u otro
tipo de amenazas a su derecho a la vivienda.54 Otro
problema frecuente es que a los niños y niñas que
viven en barrios marginales se les niega el acceso
a infraestructura básica como el saneamiento,
algo que sucede precisamente porque no se reconoce debidamente su situación de residencia. Esta
situación no es sólo inadecuada, sino también
contraproducente: las personas que viven en una
situación de seguridad son generalmente considerablemente más cuidadosas con su entorno natural.
Por último, todos los niños y niñas tienen el derecho a disfrutar de una vivienda compatible con sus
costumbres y cultura.
La adecuación de la vivienda desde la perspectiva ambiental es de suma importancia para los
niños, ya que no sólo puede contribuir a cuidar su
salud, sino que también constituye una condición
previa fundamental para que puedan tener éxito
en la escuela y disfrutar de un nivel adecuado de
bienestar general. Al fin y al cabo, los niños pasan
una gran parte de su tiempo en sus casas o en la
proximidad de las mismas. El antiguo Relator Especial de Naciones Unidas Miloon Kothari señaló en
repetidas ocasiones que, desde la perspectiva de
los derechos humanos, el tema de la vivienda no
se puede separar de otros aspectos del desarrollo
sostenible, como un medio ambiente sano y limpio.
Como indicó Kothari, »[...] el ejercicio del derecho
a una vivienda adecuada pierde su significado si
no se ponen en marcha procesos para que las personas y las comunidades puedan vivir en un entorno
sin contaminación del aire, del agua ni de la cadena
alimentaria.«55
Breve reseña de las obligaciones de los Estados
con respecto a los aspectos medioambientales del
derecho del niño una vivienda adecuada
Obligación de respetar
Los Estados no deben intervenir arbitrariamente en
el derecho del niño a una vivienda adecuada. Por
Los riesgos del uso de plaguicidas urbanos:
Las casas, apartamentos o chozas en las que habitan
­personas afectadas por la pobreza y el hacinamiento se
encuentran habitualmente en muy mal estado, mientras
que las instalaciones sanitarias y los sistemas de eliminación de residuos suelen ser temas aún más problemáticos.
En tales condiciones, ciertas plagas – como por ejemplo
ratas, cucarachas u otro tipo de insectos – pueden brotar
y transmitir enfermedades, contaminar los alimentos, o
picar a las personas (a menudo a los niños mientras duermen), agravando así aún más la situación de las personas
afectadas. En algunos barrios pobres, esta situación ha
dado lugar a una gran demanda y un lucrativo mercado
de los así denominados »plaguicidas urbanos«, los cuales
son altamente tóxicos y resultan en numerosos casos de
envenenamiento. Se trata principalmente de plaguicidas
permitidos para el uso en la agricultura que son embotellados en recipientes pequeños, como por ejemplo botellas de
limonada o alcohol, y luego comercializados como remedios eficaces contra las ­plagas en el ámbito doméstico.
Los vendedores ambulantes ­suelen vender los plaguicidas
pre-mezclados o preparar los productos a partir de concentrados, que luego venden directamente. Su objetivo
es ofrecer a la clientela plaguicidas que proporcionen
resultados de una manera rápida y eficaz. Un ejemplo
es el plaguicida para ratas Aldicarb, que es conocido
popularmente como »Dos Pasos« p
­ orque las ratas que lo
ingieren presuntamente sólo pueden dar dos pasos más
antes de sucumbir. Sin embargo, el problema es que los
plaguicidas son a menudo extremadamente tóxicos, sobre
todos para los niños. Con frecuencia, estos productos son
almacenados debajo de la cama o en la cocina (lo que los
hace fácilmente accesibles), y/o ingeridos por accidente al
ser confundidos con harina o leche debido a su aspecto y
consistencia.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
ejemplo, no deben negar a ciertos grupos, como los
habitantes de barrios marginales, la tenencia jurídicamente segura y por lo tanto el acceso a servicios
básicos que ofrecen un modo de protección contra
los riesgos para la salud causados por problemas
relativos al medio ambiente.
Obligación de proteger
Los Estados deben impedir que el derecho del niño
a una vivienda adecuada sea violado por agentes
no estatales (por ejemplo, propietarios de tierras
o viviendas, o empresas). Por consiguiente, deben
adoptar, entre otras cosas, medidas legislativas o de
otra índole para garantizar que terceros no lleven
a cabo actividades que conduzcan a la creación de
condiciones de vida insalubres e inadecuadas para
las personas. Al mismo tiempo, los Estados deben
garantizar que el suministro de servicios básicos por parte de empresas privadas no tenga un
impacto negativo sobre la disponibilidad, calidad
o accesibilidad de viviendas adecuadas.
La protección de los derechos ambientales del niño
Obligación de realizar
Mediante el uso de los recursos disponibles,
los Estados deben garantizar el suministro de
servicios básicos, como por ejemplo la eliminación de desechos. Al adoptar medidas orientada
a garantizar el derecho a una vivienda adecuada
es esencial dar atención prioritaria a la situación
de los niños en general, y a grupos específicos
de niños que sean particularmente vulnerables
(esto incluye, por ejemplo, los niños que viven en
barrios ­marginales).56
56 Ibíd. § 11.
2.6 Perspectivas de futuro: El derecho del
niño a un medio ambiente sano
Los derechos relacionados con el medio ambiente
amparados por la Convención sobre los Derechos
del Niño pueden proteger a los niños y niñas de
fenómenos ambientales que afectan negativamente
La deforestación a
gran escala perjudica
enormemente al
medio ambiente: los
bosques, importantes
sumideros de CO2 ,
son talados, las
fuertes lluvias causan
luego deslizamientos
de tierra … y las
nuevas tierras son
utilizadas para plantar
monocultivos
19
20
La protección de los derechos ambientales del niño
57 Ver la última
resolución del
Consejo de Derechos
Humanos (18/22)
sobre el cambio
climático y
los derechos humanos:
http://daccess-dds-ny.
un.org/doc/RESOLUT
ION/GEN/G11/167/
51/PDF/G1116751.
pdf?OpenElement
(consultado el 28
de mayo de 2012).
58 En comparación con
125 millones entre 1995
y 2005. Ver »Legacy
of Disasters – The
impact of climate
change on children,«
Save the Children,
pp. 1 y 4 (www.
savethechildren.
org.uk/resources/
online-library/
legacy-of-disastersthe-impact-of-climatechange-on-children,
disponible en inglés,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
59 Ver p. ej. resoluciones
6/27 y 16/11 del
Consejo de Derechos
Humanos de la ONU.
60Informe del Relator
Especial sobre la
Vivienda Adecuada
(2008), §§ 31-38 (www.
ohchr.org/EN/Issues/
Housing/Pages/
AnnualReports.aspx),
consultado el 28 de
mayo de 2012).
61 Ibíd. § 38. Ver
también el informe
anual de 2009 del
Relator Especial
con un enfoque en
el cambio climático,
§ 21, y los Principios
Básicos y Directrices
sobre los Desalojos
y el Desplazamiento
Generados por el
Desarrollo: www2.
ohchr.org/english/
issues/housing/docs/
guidelines_sp.pdf
(consultado el 28
de mayo de 2012).
la realización de sus necesidades fundamentales,
al exigir que se satisfagan los elementos básicos de
un medio ambiente sano. No obstante, ninguno
de los artículos sobre los derechos del niño establece el nivel de calidad del medio ambiente que
se debe asegurar, ni define la protección del medio
ambiente como un objetivo de los Estados. Esta
situación limita el estatus y alcance de los derechos del niño establecidos en la CDN como base
normativa para la protección del medio ambiente.
Lo mismo se aplica a otros tratados internacionales de derechos humanos.
Es evidente que el daño global del medio
ambiente constituye uno de los mayores retos
para la realización de los derechos humanos en
el siglo XXI. Como ha señalado en repetidas ocasiones el Consejo de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, el cambio climático es particularmente relevante en este contexto;57 se estima
que solo durante la próxima década 175 millones
de niños y niñas se verán afectados anualmente
por desastres causados por el cambio climático y
meteorológico.58 El ­cambio climático provoca un
aumento en la incidencia e intensidad de sequías,
inundaciones y otros fenómenos climáticos extremos. Asimismo, tiene importantes repercusiones
sobre la seguridad alimentaria y la salud de los
niños y niñas, su acceso al agua, la situación de
la vivienda y, por lo tanto, sobre la realización de
sus derechos.59 Los niños que viven en situación
de pobreza en los países en desarrollo se ven
especialmente perjudicados por el cambio climático dado que para asegurar su sustento suelen
depender en una mayor medida de recursos naturales, sobre los cuales el clima tiene un impacto.
Al mismo tiempo, estos niños y sus familias
carecen de las capacidades financieras y técnicas
necesarias para poder ­protegerse adecuadamente
terre des hommes Apoyo a la Niñez
de los efectos negativos del cambio climático, que
agravan así su situación de pobreza.60
Desde el punto de vista ecológico, esto puede
crear un círculo vicioso: las personas afectadas
se ven obligadas a hacer un uso excesivo de los
recursos naturales de los que disponen para poder
hacer frente a las consecuencias de las catástrofes
provocadas por las condiciones meteorológicas
adversas. El cambio climático también afecta
indirectamente la realización de los derechos del
niño. Entre otras cosas, la adopción de medidas
orientadas a la protección del clima u otras formas de prevención de desastres resultan con frecuencia en desplazamientos y desalojos forzosos;
en consecuencia, numerosas familias pierden su
acceso a los recursos naturales. Los desplazamientos tienen consecuencias especialmente graves para los niños y niñas al poner en peligro la
estabilidad de la familia, sus medios de vida, y sus
derechos a la educación y la salud.61
Una de las principales causas de los graves
­problemas medioambientales actuales – como
el cambio climático, la pérdida de la d
­ iversidad
­biológica, los contaminantes persistentes y la
explotación excesiva de los recursos – es el
modelo global de desarrollo dominante, el cual
se basa principalmente en el crecimiento económico y subordina al mismo todos los otros
intereses sociales y ambientales. Este modelo de
­desarrollo tiene consecuencias sumamente injustas, sobre todo para los niños y niñas que viven
en la pobreza y para las generaciones futuras. Por
lo tanto, en el debate sobre nuevos paradigmas
de desarrollo, el reconocimiento internacional
de un derecho (del niño) a un medio ambiente
»sano«62 representa una posible respuesta a los
­apremiantes retos de derechos humanos derivados de los daños globales al medio ambiente.
Proyecto de principios sobre los derechos humanos y el medio ambiente (1994)
Art. 2: Todas las personas tienen derecho a
un medio ambiente seguro, sano y ecológicamente racional. Este derecho y otros derechos
humanos, entre los cuales [sic] los derechos
civiles, culturales, económicos, políticos y
sociales, son universales, interdependientes e
indivisibles [...].
Art. 4: Todas las personas tienen derecho a
un medio ambiente adecuado que ­satisfaga
­equitativamente las ­necesidades de las
­generaciones actuales y no afecte los ­derechos
de las ­generaciones futuras a satisfacer
­equitativamente sus necesidades.
Art. 21: Todas las personas, en forma individual
o en ­asociación con otras, tienen el deber de proteger y ­preservar el medio ambiente.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
Ya en 1994 la antigua Relatora Especial Fatma
Zohra Ksentini presentó un proyecto de declaración sobre los derechos humanos y el medio
ambiente, en el cual hacía referencia al derecho a
un medio ambiente seguro, sano y ecológicamente
saludable, teniendo también en cuenta los intereses de las generaciones futuras. Lamentablemente,
hasta día de hoy el proyecto no ha contado con
el apoyo necesario en las Naciones Unidas. Sin
embargo, la Alta Comisionada de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos afirma en
su último estudio analítico de la relación entre
los derechos humanos y el medio ambiente (2011)
que el reconocimiento de un derecho general a
un medio ambiente sano debe por lo menos ser
tenido en cuenta en vista de los retos ambientales
que existen actualmente a nivel mundial. El derecho a un medio ambiente sano ya se encuentra
arraigado en instrumentos regionales de ­derechos
humanos y en numerosas constituciones nacionales. La experiencia demuestra que podría contribuir a proteger intereses o derechos sociales
que aún no han ­recibido la consideración jurídica
debida.
El derecho a un medio ambiente sano:
• refuerza la protección del medio ambiente ante
otros intereses sociales y, sobre todo, económicos (por ejemplo, la explotación de los recursos
naturales), al reconocer el valor fundamental
del medio ambiente como la condición necesaria para la vida. Durante muchos años, y con
demasiada insistencia, se ha equiparado el
desarrollo con el crecimiento económico.
Fomentar el desarrollo integral, según lo previsto por el derecho al desarrollo, es un proceso
multidimensional que abarca elementos económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales;63
La protección de los derechos ambientales del niño
21
• representa un amplio interés público (colectivo): 62 En la literatura se
utilizan una serie
la Tierra y los recursos naturales son bienes
de adjetivos para
comunes globales que deben ser protegidos en
describir la calidad
nombre de toda la sociedad. Las violaciones
del medio ambiente a
individuales de los derechos ambientales freproteger, incluyendo
cuentemente forman parte de formas de destrucun medio ambiente
›seguro‹, ›limpio‹,
ción ambiental de gran alcance social, como la
›ecológicamente
deforestación o la contaminación de los ríos y
saludable‹ y
de territorios enteros, que requieren soluciones
›ecológicamente
integrales;
equilibrado‹. En esta
• subraya la obligación de proteger los recursos
publicación usamos
el término medio
naturales de manera sostenible, y de preservar la
ambiente ›sano‹.
biodiversidad y los ecosistemas; hasta el día de
63 Ver Principio 3 de
hoy, los llamamientos por la adopción de tales
la Declaración de
medidas han hecho referencia sólo de manera
Río o el informe de
limitada a los derechos humanos;
la ONU »Climate
Change and the Right
• reafirma que, al dar contenido a la ­dimensión
to Development«
ambiental de los derechos humanos y las
por Marcos Orellana
­correspondientes obligaciones de los Estados,
(2010), § 11. (www.
se deben aplicar los acuerdos, declaraciones,
ciel.org/Publications/
­principios (p. ej. el ›principio de precaución‹),
Climate_Development_
normas (p. ej. las directrices de la OMS) y bueJan10.pdf, disponible
en inglés, consultado
nas prácticas en materia de medio ambiente;64
el 28 de mayo de 2012).
• ofrece un espacio para el reconocimiento de los
64El caso SERAC vs.
intereses y las necesidades de las generaciones
Nigeria ejemplifica este
futuras. Por ejemplo, Estados como Bolivia o
punto: la Comisión
Noruega sitúan los derechos de las generacioAfricana de Derechos
Humanos y de los
nes futuras principalmente en el contexto de
Pueblos definió las
un derecho general a un medio ambiente sano,
obligaciones del
­añadiendo así al concepto de los derechos
Estado respecto al
humanos una dimensión adicional de justicia
derecho »a un entorno
intergeneracional;65
general satisfactorio,«
• fortalece el valor intrínseco de la naturaleza,
establecido en el
artículo 24 de la Carta
al presentarla como un elemento digna de
Africana de Derechos
­protección por sí mismo. Este objetivo se
Humanos y de los
expresa en la Carta Mundial de la Naturaleza
Pueblos, haciendo
(1982) y la ­Convención sobre los Derechos
referencia al derecho
del Niño.
internacional del
medio ambiente:
www.achpr.­org/
communications/
decisions/155.96/
(disponible en inglés,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
65 Ver la Constitución de
Noruega, artículo 110b
(www.ub.uio.no/ujur/
ulovdata/lov- 1814
0517-000-spa.­pdf),
o la Constitución de
Bolivia, artículo 33
(www.oas.org/juridico/
spanish/mesicic3_blv_
constpolitica.pdf).
22
La protección de los derechos ambientales del niño
terre des hommes Apoyo a la Niñez
Justicia ambiental para todas las generaciones futuras:
Al exigir la protección de los derechos del niño en el
contexto de la degradación grave del medio ambiente, frecuentemente el interés superior de las generaciones futuras
también constituye una consideración importante; los
niños de hoy deberán vivir en el mundo de mañana. Desgraciadamente, los derechos de las generaciones futuras
desempeñan un papel muy marginal en las esferas política
y empresarial, y sus voces generalmente no son escuchadas. Sin embargo, para hacer justicia al futuro se debe dar
la debida consideración a las generaciones futuras en los
procesos de toma de decisiones de la generación actual. A
fin de preservar la equidad intergeneracional, se deben respetar los siguientes principios:
1. Cada generación debe ser compelida a conservar la base
de recursos naturales y culturales a fin de no restringir
indebidamente las opciones disponibles a las futuras
generaciones para la solución de sus problemas y para
la satisfacción de sus propios valores; cada generación
debe también tener derecho a un nivel de diversidad
comparable al disfrutado por las generaciones anteriores (principio de conservación de opciones).
2. Cada generación debe ser compelida a mantener la calidad del planeta para que sea transmitido en condiciones
no inferiores que las recibidas por la actual generación,
y debiera tener derecho a una calidad del planeta comparable a la disfrutada por las generaciones anteriores
(principio de conservación de la calidad).
3. Cada generación debe proporcionar a sus miembros
derechos equitativos de acceso al legado de las generaciones pasadas y debiera preservar ese acceso para las
futuras (conservación de acceso). 16
A lo largo de las últimas décadas, los intereses y las necesidades de las generaciones futuras han sido introducidos en
numerosos documentos en materia de derechos humanos
y medio ambiente. Son representados en la CDN a través
del principio del interés superior 17 y constituyen una parte
integral del concepto de desarrollo sostenible. La Declaración de Río (1992), en particular, contiene un importante
compromiso con el principio de justicia intergeneracional;
en el Principio 3 se establece lo siguiente:
»El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que
responda equitativamente a las necesidades de desarrollo y
ambientales de las generaciones presentes y futuras.«
En 1997 la responsabilidad de las generaciones presentes
para con las generaciones futuras fue abarcada en una
declaración de la UNESCO, la cual hace referencia a la
CDN y otros instrumentos. La declaración cubre todos
los aspectos integrales de una política justa para con las
generaciones futuras: la protección del medio ambiente, la
preservación de la diversidad biológica y cultural, la educación, el desarrollo y la paz. No obstante, la declaración ha
generado escasa acción en el plano político.
El hecho de que las generaciones futuras aún carecen
de una representación adecuada de sus intereses se debe a
la falta de autoridad jurídica de los compromisos existentes,
y también a la falta de implementación efectiva y mecanismos de rendición de cuentas. El objetivo debe ser poner
fin a la discriminación contra las generaciones futuras y
sus necesidades mediante derechos garantizados por la
ley y otras salvaguardias institucionales. Después de todo,
las generaciones futuras tienen derecho a disfrutar de un
medio ambiente sano que esté libre de daños irreversibles,
como aquellos que se observan actualmente en relación
con el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la
contaminación radiactiva o el uso de contaminantes persistentes. De lo contrario, sus posibilidades de llevar una vida
digna, autónoma y auto-determinada se reducirán drásticamente.
Declaración sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones Futuras (1997)
Artículo 4 – Preservación de la vida en la Tierra:
Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de
legar a las generaciones futuras un planeta que en un
futuro no esté irreversiblemente dañado por la actividad
del ser humano. Al recibir la Tierra en herencia temporal, cada generación debe procurar utilizar los recursos
naturales razonablemente y atender a que no se comprometa la vida con modificaciones nocivas de los ecosistemas y a que el progreso científico y técnico en todos
los ámbitos no cause perjuicios a la vida en la Tierra.
Artículo 5 – Protección del medio ambiente:
i. Para que las generaciones futuras puedan disfrutar de la
riqueza de los ecosistemas de la Tierra, las generaciones
actuales deben luchar en pro del desarrollo sostenible y
preservar las condiciones de la vida y, especialmente, la
calidad e integridad del medio ambiente.
ii. Las generaciones actuales deben cuidar de que las generaciones futuras no se expongan a una contaminación
que pueda poner en peligro su salud o su propia existencia.
iii.Las generaciones actuales han de preservar para las
generaciones futuras los recursos naturales necesarios
para el sustento y el desarrollo de la vida humana.
iv. Antes de emprender grandes proyectos, las generaciones
actuales deben tener en cuenta sus posibles consecuencias para las generaciones futuras.
…
Artículo 11 – No discriminación:
Las generaciones actuales deben abstenerse de realizar
actividades y de tomar medidas que puedan ocasionar
o perpetuar cualquier forma de discriminación para las
­generaciones futuras.
16 Estos tres principios básicos de la equidad intergeneracional
fueron propuestos por Edith Brown Weiss (1990).
17 La CDN establece que el interés superior del niño debe ser una
consideración primordial en todas las medidas concernientes a
los niños. Desde el punto de vista jurídico, sin embargo, esto se
aplica sólo a niños que ya han nacido.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
3. El fortalecimiento de la rendición de cuentas respecto a los
derechos ambientales del niño
Los derechos del niño no tienen más que un valor
simbólico si los Estados no son obligados a rendir
cuentas por su implementación. En efecto, para
que los instrumentos jurídicos cobren verdadero
sentido se debe disponer de mecanismos efectivos
para monitorear el cumplimiento de las correspondientes obligaciones nacionales e internacionales.
Los niños y niñas, por ejemplo, necesitan tener
acceso a recursos legales cuando sus derechos son
violados. Los derechos del niño también se pueden
monitorear mediante procedimientos de supervisión parlamentaria o administrativa, siempre y
cuando dichos procedimientos sean transparentes,
imparciales, accesibles y eficaces.66 En numerosos
países, instituciones nacionales independientes de
66La sociedad
derechos humanos – como por ejemplo defensocivil desempeña
rías del pueblo – asumen importantes tareas de
naturalmente un
monitoreo.
papel especial de
Numerosos tratados de derechos humanos esticontrol y monitoreo
pulan que toda persona cuyos derechos hayan sido
(›watchdog‹).
violados, incluido los niños y niñas, tiene derecho 67 Observación General
Nº 5 del Comité de los
a acceder a recursos administrativos o legales. Esta
Derechos del Niño,
exigencia también está implícitamente contenida
§ 24. Ver también
en la Convención, como ha subrayado expreObservación General
samente el Comité de los Derechos del Niño.67
Nº 9 del CDESC, § 10.
Asimismo, cabe destacar que la CDN abarca todos 68 Observación General
Nº 5 del Comité de
los derechos del niño, incluidos los derechos ecolos Derechos del
nómicos, sociales y culturales, que son particularNiño, § 25.
mente relevantes en relación con los problemas
68
ambientales.
Defensorías del Pueblo para las generaciones futuras
La protección de los derechos ambientales del niño y los
derechos de las generaciones futuras exige una visión de
futuro y soluciones sostenibles. En la política y el mundo
de los negocios, no obstante, lo único que suele contar
son los intereses y necesidades a corto plazo. Al mismo
tiempo, muchas de las instituciones políticas relevantes
actuales no están realmente a la altura de los desafíos que
plantea el fomento del desarrollo sostenible: aunque sus
repercusiones también afectan a otros campos sociales, las
decisiones económicas, sociales y ambientales son tomadas
con demasiada frecuencia de forma aislada. Además, en
caso de duda, los objetivos relativos a la política ambiental
y las consideraciones de sostenibilidad son puestos en un
segundo plano, por detrás de los objetivos económicos. Esto
se debe a que el bienestar social es equiparado con el crecimiento, mientras que la protección del medio ambiente se
asocia con costos.
A fin de contrarrestar esta mentalidad de corto plazo
predominante, algunos países han establecido Defensorías
del Pueblo para las generaciones futuras. Por ejemplo, en
2007 el Parlamento húngaro estableció un comisionado parlamentario para proteger el »derecho a un medio ambiente
sano« de las generaciones presentes y futuras. 18 El comisionado tiene el mandato de analizar las propuestas legislativas y monitorear acontecimientos políticos en diferentes
ámbitos a fin de garantizar que no se causen daños ambientales graves e irreversibles. Asimismo, su mandato incluye
proponer recomendaciones políticas y presentar declaraciones a los órganos del gobierno, recibir quejas y mediar entre
las partes, solicitar información e iniciar investigaciones, y,
en caso necesario, exigir que un acto administrativo sea detenido, o presentar casos controvertidos ante los tribunales. 19
Una serie de organizaciones de la sociedad civil, entre
ellas des hommes, propusieron la creación de Defensorías
del Pueblo para las generaciones futuras en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible
(Río+20) celebrada en junio de 2012. A pesar del fuerte
apoyo de varios sectores, algunos gobiernos fueron incapaces de superar su orientación cortoplacista en la formulación de políticas y aceptar esta propuesta. En su lugar,
el Secretario General de la ONU fue invitado a presentar
un informe sobre la cuestión de cómo tomar en cuenta las
necesidades de las generaciones futuras. 20 des hommes
apoyará este proceso y continuará fomentando la creación
de Defensorías del Pueblo para las generaciones futuras en
el plano local, nacional e internacional.
Una gran parte de las violaciones de los derechos de las
generaciones futuras han adquirido dimensiones globales
(como por ejemplo aquellas relacionadas con el cambio
climático) o están profundamente arraigadas en el sistema
internacional político o económico (como por ejemplo
la explotación de recursos); por lo tanto, sólo se pueden
encontrar soluciones en el plano internacional. Al mismo
tiempo, es importante crear Defensorías del Pueblo que
sean accesibles para los interesados, en particular para
los niños y niñas, en los lugares donde viven y tienen sus
­experiencias, es decir, a nivel nacional y local.
18 Fuente: http://jno.hu/en/ (consultado el 28 de mayo de 2012).
19 Ver World Future Council (2010): Guarding our Future – How
to include future generations in policy making, pp. 10–11
(www.worldfuturecouncil.org/fileadmin/user_upload/PDF/
brochure_guardian3.pdf, disponible en inglés, consultado el
28 de mayo).
20 Ver documento final de Río+20, »El futuro que queremos«, § 86
(http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N11/476/13/
PDF/N1147613.pdf?OpenElement).
23
24
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
69 Ibíd. § 24.
70 Ver artículo 2 del
Protocolo facultativo
de la CDN adoptado
por la Asamblea
General de la ONU
en diciembre de 2011
(http://daccess-dds-ny.
un.org/doc/UNDOC/
GEN/N11/467/13/
PDF/N1146713.
pdf?OpenElement,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
71 Para más información
sobre la relevancia
jurídica del principio
de precaución en el
desarrollo de una
política sostenible
en el ámbito del
derecho al agua
ver, por ejemplo, el
informe de la Experta
independiente sobre
el derecho al agua
y al saneamiento,
Misión a Costa Rica
(2009), § 6.
Sin embargo, debido a su situación especial y
dependiente, los niños y niñas continúan encontrando grandes dificultades para interponer
recursos por la violación de sus derechos.69 Los
tribunales rara vez examinan violaciones de los
derechos del niño y, en consecuencia, los niños y
niñas afectados no suelen obtener reparación. Es
absolutamente esencial que los Estados realicen
esfuerzos especiales para proporcionar procedimientos de denuncia y otra índole que sean accesibles para todos los niños y niñas, y tengan en
cuenta sus necesidades específicas. Principalmente,
tales esfuerzos deberían incluir el suministro de
información adaptada a las necesidades del niño y
el acceso a procedimientos de denuncia, así como
la asistencia jurídica, el asesoramiento, y la promoción, incluido el apoyo a la auto-promoción. La
creación y el diseño de vías de recurso legal deben
guiarse por el principio del interés superior del
niño, como se subraya en el Protocolo facultativo
de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a un procedimiento de comunicaciones.70
3.1 La justiciabilidad de los derechos
ambientales del niño
Los derechos económicos, sociales y culturales,
especialmente aquellos relacionados con los problemas medioambientales, fueron percibidos y tratados durante mucho tiempo más como objetivos
programáticos que como derechos justiciables.
Sin embargo, esto significaba que su protección
dependía únicamente de la voluntad política de
los responsables, dado que a las víctimas de violaciones se les negaba el acceso a recursos legales.
En las últimas décadas se han observado
importantes avances en cuanto a la definición del
contenido de los derechos económicos, sociales
y culturales, así como de las obligaciones que
conllevan. A fin de dar sentido real a sus dimensiones ambientales, los tribunales nacionales e
internacionales recurren cada vez más frecuentemente a principios reconocidos y tratados de
derecho ambiental, y a normas o buenas prácticas
ambientales. Algunos ejemplos son el principio
de precaución71 y el concepto de justicia intergeneracional, o las guías y normas de emisión de la
OMS, que se usan para determinar si los ­Estados
­cumplen con sus obligaciones de derechos
­humanos.
La medida en que los tribunales recurren al
derecho ambiental depende naturalmente de si
los derechos ambientales en cuestión están establecidos explícitamente en los correspondientes
tratados internacionales de derechos humanos o
constituciones nacionales. El carácter restrictivo
de las normas de procedimiento aún constituye
un problema persistente respecto a la justiciabilidad de los derechos ambientales del niño:
• En primer lugar, los tribunales tratan tradicionalmente violaciones de derechos individuales. Los derechos económicos, sociales y
La aplicación del principio de precaución en los tribunales
El denominado principio de precaución ha sido un concepto internacionalmente reconocido en el ámbito del
­derecho ambiental desde la Cumbre para la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992. Como ejemplifica el
fragmento de una sentencia de la Corte Constitucional de
­Sudáfrica reproducido a continuación, este principio se
aplica cada vez con mayor frecuencia en el contexto de
causas ­judiciales a nivel nacional.
Principio 15 de la Declaración de Río (1992)
Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados
deben aplicar ampliamente el criterio de precaución
­conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de
daño grave o irreversible, la falta de certeza científica
­absoluta no deber utilizarse como razón para postergar
la adopción de medidas eficaces en función de los
costos para impedir la ­degradación del medio ambiente.
Fragmento de una sentencia de la Corte Constitucional
de Sudáfrica en relación con el derecho a un medio
ambiente sano y la obligación de las autoridades del
Estado de proteger contra la contaminación de las aguas
subterráneas (2007)
[…] »Este principio [el principio de precaución] se aplica
cuando, debido a la falta de conocimiento científico,
existe incertidumbre sobre el impacto futuro del desarrollo
­propuesto. El agua es un bien escaso; es un recurso natural
que debe ser protegido en beneficio de las generaciones
presentes y futuras.« 21
21 Fuel Retailers Association of Southern Africa v. Director-General
Environmental Management, Department of Agriculture,
Conservation and Environment, Mpumalanga Province
and others, § 98 (Case CCT 67/06 [2007] ZACC 13).
Ver: www.saflii.org/za/cases/ZACC/2007/13.pdf
(disponible en inglés, consultado el 28 de mayo de 2012).
terre des hommes Apoyo a la Niñez
culturales que son relevantes para los problemas
ambientales, no obstante, generalmente suelen
reflejar complejos problemas estructurales y
estar relacionados con violaciones colectivas de
derechos humanos. De manera similar, los derechos de las generaciones futuras sólo pueden
ser violados de manera conjunta. La necesidad
de probar que una persona es afectada individualmente o tiene un interés legítimo individual
por la situación en cuestión, junto con la falta
de mecanismos de denuncia colectiva, conduce
a que muchos niños y niñas no tengan prácticamente ningún medio para hacer valer sus
derechos relacionados con el medio ambiente.
Una posible manera de resolver esta precaria
situación es permitir la presentación de demandas colectivas o populares (por ejemplo, a través
de Defensorías del Pueblo), así como también
demandas de interés público, las cuales beneficien también a grupos de niños y niñas especialmente desfavorecidos y a las generaciones
futuras en general.15
• Muchos tribunales limitan el derecho a recurrir
únicamente a las »víctimas« de violaciones de
derechos o a las personas que puedan demostrar
la existencia de un nivel de amenaza suficiente.
Una aplicación más amplia del principio de precaución, no obstante, permitiría a los tribunales
hacer frente también a los riesgos ambientales.
En muchos casos las causas de las violaciones
de los derechos del niño relacionados con el
medio ambiente ya se conocen ampliamente,
mientras que las consecuencias sólo se observarán en el futuro, como en el caso del cambio
climático o el saqueo de recursos naturales.
• La carga de la prueba es un aspecto especialmente complejo en el contexto de las demandas
ambientales. En el caso de la contaminación
del medio ambiente es a menudo difícil probar
las causas directas del daño; además, las con-
La protección de los derechos ambientales del niño
25
72 Por ejemplo, una
secuencias no son siempre cuantificables en
petición presentada
cada caso individual, o han de ser distinguidas y
a la Comisión
separadas de aquellas causadas por otros factoInteramericana de
res. Muchos problemas de salud derivados de la
Derechos Humanos
contaminación del medio ambiente surgen desque fue admitida
en 2009 se basa en
pués de un largo período de tiempo, como por
parámetros de la OMS:
ejemplo en el caso de la exposición constante a
www.cidh.oas.org/
pesticidas. Sin embargo, las personas afectadas
annualrep/2009sp/
a menudo deben proveer una prueba clara de
Peru1473-06.sp.htm
la existencia de una violación de sus derechos o
(consultado el 28 de
mayo de 2012).
de la amenaza de tal violación durante el examen de admisibilidad de sus demandas, lo cual
en muchos casos no es posible debido a la falta
de certeza científica. Existen amplios argumentos a favor de una inversión de la carga de la
prueba, o al menos de facilitar la presentación
de pruebas en casos de violaciones graves de
derechos relacionados con el medio ambiente.
Las víctimas pueden reforzar sus casos haciendo
referencia a los niveles máximos admisibles de
contaminación en la tierra, el agua o el aire,
opiniones de expertos científicos o estudios de
campo. Si se exceden los límites »seguros« de
contaminación, esto puede indicar que el bienestar de los niños y niñas no está garantizado.
Cabe destacar que el asunto de la carga de la
prueba tiene efectos especialmente negativos
para los niños, ya que no están completamente
desarrollados y son especialmente vulnerables
a la contaminación debido a su constitución
física. Cuando se carece de normas nacionales,
o cuando éstas son manifiestamente inadecuadas (porque, por ejemplo, reflejan intereses
exclusivamente económicos), se pueden citar los
estándares y hallazgos internacionales a modo
de comparación. La OMS ha elaborado una
serie de directrices de aplicación universal para
la evaluación de los impactos ambientales, las
cuales tienen en cuenta la especial vulnerabilidad de los niños y niñas.72
Los niños apelan en nombre de las generaciones futuras
En 1992 un grupo de 43 niños apeló ante el Tribunal Cons­
titucional de Filipinas contra el gobierno por la tala de
la selva tropical, en nombre de las generaciones futuras.
Los niños hicieron un llamamiento por la conservación
de los recursos naturales, basándose en el concepto de
­justicia intergeneracional y en el derecho a una ecología
equilibrada y saludable establecido en la constitución.
El Tribunal admitió la petición al no encontrar »ninguna
dificultad en estimar que ellos [los peticionarios] pueden,
por sí mismos, en nombre de otros miembros de su generación y las generaciones venideras, presentar una demanda
­colectiva [...]« con el fin de proteger la selva tropical para
las ­generaciones presentes y futuras. 22
22 Minors Oposa v. Secretary of the Department of Environment
and Natural Resources: www.elaw.org/node/1343 (disponible
en inglés, consultado el 28 de mayo de 2012).
26
La protección de los derechos ambientales del niño
terre des hommes Apoyo a la Niñez
»Entrando en calor«
para la Cumbre de
Río+20: Jóvenes exigen
respuestas políticas
al cambio climático
durante la Conferencia
de Durban (COP 17)
en Sudáfrica
73 Ver § 97. El Comité
de los Derechos del
Niño podría, por
ejemplo, añadir los
retos ambientales
graves relevantes para
la realización de los
derechos del niño
como una subcategoría
en las directrices
armonizadas sobre
la preparación de
informes, ver:
www2.ohchr.org/
spanish/bodies/
crc/index.htm.
74 Ver resolución
2005/60 de la
Comisión de Derechos
Humanos de las
Naciones Unidas
(ahora Consejo de
Derechos Humanos):
http://ap.ohchr.org/
documents/alldocs.
aspx?doc_id=11144
(consultado el 28 de
mayo de 2012).
75 Las observaciones
generales
proporcionan la
interpretación del
Comité del contenido
de determinados
derechos y
disposiciones de
la Convención.
3.2 Mecanismos internacionales de monitoreo
Una serie de organismos y procedimientos de las
Naciones Unidas permiten monitorear los derechos
del niño relacionados con el medio ambiente. En
concreto, el órgano de monitoreo más importante
en el ámbito de los derechos del niño es el Comité
de los Derechos del Niño. Todos los Estados Partes en la CDN tienen la obligación de presentar al
Comité, cada cinco años, informes sobre las medidas que hayan adoptado para dar cumplimiento
a sus compromisos en virtud de la Convención.
Tras examinar estos informes y otras fuentes de
información, el Comité formula recomendaciones
orientadas a contribuir a la plena realización de los
derechos del niño en el Estado en cuestión.
Dado que los derechos ambientales no están
explícitamente reconocidos en la CDN, no se hace
referencia de manera sistemática a los problemas
ecológicos en los informes de los Estados o en las
observaciones finales del Comité, que están normalmente estructurados según los artículos de la
Convención. Las declaraciones y recomendaciones
relativas al medio ambiente, por lo tanto, se limitan
generalmente al derecho a la salud establecido en
el artículo 24 de la CDN. Sin embargo, el proceso
de examen de los informes presentados por los
Estados ofrece una buena oportunidad para llamar
la atención sobre problemas ambientales serios y
problemas estructurales, y sobre su impacto en los
derechos del niño.
En su informe sobre la relación entre el cambio
climático y los derechos humanos (2009), la Oficina
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos expresa explícitamente
que, entre otras cosas, es necesario realizar estudios más detallados y recopilar datos a nivel nacional a fin de evaluar con mayor claridad el impacto
del cambio climático y las medidas adoptadas
para hacer frente al mismo sobre los derechos
humanos. Por lo tanto, recomienda a los Estados
que proporcionen tal información en sus informes
presentados a los órganos de derechos humanos
competentes de las Naciones Unidas.73 Los informes paralelos elaborados por la sociedad civil ya
señalan con frecuencia la influencia negativa de la
degradación del medio ambiente sobre la realización de los derechos del niño.
En general, se debería dedicar mayor atención
a los problemas ambientales en la labor del Comité
de los Derechos del Niño a fin de aumentar el
reconocimiento de los derechos ambientales del
niño.74 Sin embargo, para que esto suceda, será
necesario ocuparse más intensamente con las
dimensiones ambientales de los derechos del niño
que ya están reconocidos. Una observación general75 del Comité podría ayudar a poner de relieve
la importancia de un medio ambiente sano para la
implementación de la Convención en su conjunto
y también como un determinante subyacente de
derechos individuales del niño, y al mismo tiempo
aclarar los vínculos entre los principios de la Convención y los principios del desarrollo sostenible.
Más concretamente, tal observación podría
abordar las obligaciones extraterritoriales de los
Estados respecto a los problemas ambientales glo-
terre des hommes Apoyo a la Niñez
bales (como por ejemplo el cambio climático), las
obligaciones de los agentes no estatales, y la aplicación y puesta en práctica de un enfoque de derechos del niño en la protección del medio ambiente
y el sostenible desarrollo (ver Capítulo 4). En todo
caso, es fundamental que los retos ambientales
sean incluidos de una manera más sistemática en
las observaciones generales pertinentes del Comité.
En diciembre de 2011 la Asamblea General de
las Naciones Unidas adoptó un nuevo protocolo
facultativo de la CDN, el cual establece un mecanismo de denuncias individuales.76 Tras la entrada
en vigor de este instrumento, los niños y niñas
finalmente tendrán la posibilidad de reivindicar
sus propios derechos a nivel internacional.77 Esto
se aplica naturalmente también a violaciones de
los aspectos ambientales de los derechos del niño
amparados por la Convención. Es vital que el
mayor número posible de Estados ratifiquen el
protocolo para que así cada niño y niña del mundo
tenga la posibilidad de hacer valer sus propios
derechos, si es necesario a nivel internacional ante
el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.
El mecanismo de denuncias del Comité también ejercerá una importante función normativa,
sobre todo en cuanto a la interpretación de las
disposiciones de la Convención. Los casos examinados por el Comité pueden ayudar a poner de
relieve y delinear con mayor claridad los aspectos
ambientales de los derechos del niño, y las correspondientes obligaciones de los Estados Partes de
la Convención. Las normas internacionales (de
implementación) establecidas de esta manera pue-
La protección de los derechos ambientales del niño
27
76 Además, el
protocolo establece
un procedimiento que
permite llevar a cabo
visitas de campo a
países seleccionados
cuando existen
indicios de violaciones
graves y sistemáticas
de los derechos del
niño, y un mecanismo
de presentación de
denuncias entre los
Estados. Ver Nota 65
o www.ohchr.org/EN/
HRBodies/HRC/WGC
RC/Pages/OpenEnded
WorkingGroupIndex.
aspx (disponible en
inglés, consultado el
28 de mayo de 2012).
77 La Convención sobre
los Derechos del Niño
(1989) no contiene
ninguna disposición
que permita la
presentación de
denuncias individuales,
a diferencia de los
otros órganos de
tratados de derechos
humanos (como por
ejemplo el Pacto
Internacional de
Derechos Civiles
y Políticos).
Los niños y niñas tienen el derecho a un medio ambiente
sano y a una alimentación adecuada y nutritiva:
fruticultura ecológica en Colombia
Los procedimientos especiales de la ONU: El Experto independiente sobre derechos humanos y medio ambiente
En 2012 el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas decidió nombrar un Experto independiente, el Profesor John Knox, a fin de aclarar la naturaleza, el alcance
y el contenido de las obligaciones de derechos humanos,
tanto sustantivas como de procedimiento, relacionadas con
el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible. El mandato del Experto independiente
comprende estudiar las normativas existentes relativas a
las obligaciones de derechos humanos en materia de medio
ambiente y destacar áreas de coherencia, fomentar prácticas óptimas orientadas a garantizar que dichas obligaciones
sean cumplidas plenamente, e identificar lagunas normativas y posibles maneras de rectificarlas. Algunas cuestiones
de interés incluyen la necesidad y el potencial de reconocer
un derecho a un medio ambiente sano; la ­situación de
grupos vulnerables, incluidos los niños y niñas; los daños
ambientales de escala transfronteriza y global, como el
cambio climático; y los derechos de las generaciones futuras. El Profesor Knox también debe formular recomendaciones que puedan contribuir al logro del Objetivo 7 de
Desarrollo del Milenio (garantizar la sostenibilidad del
medio ambiente) y aportar a la aplicación de una perspectiva de derechos humanos a los procesos de seguimiento de
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible de 2012. 23
­23 Ver www.ohchr.org/EN/Issues/Environment/IEEnvironment/
Pages/IEenvironmentIndex.aspx o
http://ieenvironment.org/.
28
La protección de los derechos ambientales del niño
78 Además de la elabora­
ción de una observación
general, quizás se
podría recomendar el
desarrollo por parte de
la ONU de directrices
sobre los derechos
ambientales del niño.
Ver, por ejemplo,
las Directrices de
las Naciones Unidas
sobre las modalidades
alternativas de cuidado
de los niños (www.un.
org/es/ga/64/resolutio
ns.shtml, consultado el
28 de mayo de 2012).
79 Éstos incluyen, por
ejemplo, los procedimientos especiales
sobre el derecho a la
alimentación, a la salud,
y a una vivienda adecuada, y sobre las obligaciones de derechos
humanos relacionadas
con la gestión y eliminación ecológicamente
racio­nales de las sustancias y los desechos
peligrosos.
80 Para más información
sobre el Examen
Periódico Universal
(EPU), ver: www.ohchr.
org/en/hrbodies/upr/
pages/uprmain.aspx
(disponible en inglés,
consultado el 28 de
mayo de 2012).
81 Por ejemplo, acuerdos
medioambientales.
82 Para más información
sobre la importancia
de los derechos
ambientales durante el
EPU, ver por ejemplo la
presentación colectiva
de organizaciones
medioambientales de
la sociedad civil durante
el examen de Haití,
del 3 al 13 de octubre
(http://ijdh.org/
archives/17938,
disponible en inglés,
consultado el
28 de mayo de 2012).
83 Para más información
sobre el procedimiento
de examen, ver www.
upr-info.org/-es-.html
(consultado el 28 de
mayo de 2012).
den luego ser reflejadas en la legislación y jurisdicción nacionales.78
La primera versión del protocolo facultativo
preveía el establecimiento de un procedimiento de
comunicaciones colectivas, junto con un procedimiento de carácter individual. Dicho procedimiento
habría permitido a las organizaciones no gubernamentales e instituciones nacionales de derechos
humanos reconocidas presentar denuncias sin tener
que señalar a víctimas individuales, ofreciéndoles la
posibilidad de resaltar deficiencias generales en las
políticas públicas relativas a los derechos del niño y
exigir la eliminación de problemas sociales estructurales. El procedimiento de comunicaciones colectivas, por lo tanto, habría sido especialmente adecuado
para reivindicar los derechos ambientales del niño
(ver 3.1). Desafortunadamente, por cuestiones políticas aún no ha sido posible obtener suficiente apoyo
en la ONU para establecer tal procedimiento. Sin
embargo, puede servir como modelo para diseñar
mecanismos de denuncia a nivel regional y nacional.
Además del Comité de los Derechos del Niño,
otras instituciones de las Naciones Unidas pueden
ejercer una función de monitoreo con respecto a los
derechos ambientales del niño. Numerosos titulares
de mandatos de los procedimientos especiales del
Consejo de Derechos Humanos – incluyendo aquellos especialmente importantes para los derechos
ambientales del niño79 – pueden recibir denuncias
individuales y llevar a cabo visitas de campo a países seleccionados para investigar casos de especial
gravedad que sean relevantes para sus mandatos.
El Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
terre des hommes Apoyo a la Niñez
constituye una forma relativamente nueva de
monitorear los derechos humanos.80 Establecido
en 2006, este procedimiento permite el monitoreo
periódico del cumplimiento de las obligaciones
en materia de derechos humanos de todos y cada
uno de los Estados miembros de la ONU, y ofrece
a los otros Estados la oportunidad de formular
recomendaciones sobre la base de los tratados de
derechos humanos y otros compromisos voluntarios81 asumidos por el Estado bajo revisión. El
procedimiento de examen se basa en información
proporcionada por el Estado en cuestión, los
órganos de derechos humanos de las Naciones
Unidas y grupos de la sociedad civil. El hecho de
que todas las obligaciones de un Estado pueden
ser tratadas en el marco del examen brinda una
oportunidad única para poner de relieve problemas ambientales que tengan una dimensión de
derechos humanos.82
El procedimiento del Examen Periódico Universal demuestra que la protección del medio
ambiente desempeña en efecto un papel en las
recomendaciones de los Estados. Sin embargo,
hasta el momento se carece de referencias claras al
medio ambiente en las recomendaciones relativas a
los derechos del niño formuladas por los Estados,
así como en la mayoría de los documentos presentados por la sociedad civil sobre este tema.83 En el
futuro se debe utilizar con más frecuencia el Examen Periódico Universal para llamar la atención
sobre las violaciones de los derechos ambientales
del niño. El amplio alcance del mandato de este
mecanismo representa una oportunidad única en
este sentido, como se ha indicado anteriormente.
Niños tienen el
derecho de obtener
agua potable limpio:
Naciones, que
han ratificado este
convenio, deben referir
a la ONU sobre el
progreso y las medidas
en la realización de
este derecho de niños.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
4. La aplicación de un enfoque de derechos del niño en la
protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible
»En el debate sobre las cuestiones centrales futuras relativas al cambio climático, la protección del
clima, la adaptación y la conservación de la biodiversidad, hasta ahora sólo unos pocos actores del
ámbito de la política de desarrollo han abogado
por considerar explícitamente los derechos de los
niños y los jóvenes en la formulación de políticas
sobre el clima y la biodiversidad orientadas a la
pobreza, y por empoderar a estos grupos para que
puedan participar de manera significativa en tales
procesos.« (Ministerio Federal alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, 2011)
En el ámbito de la política ambiental internacional,
que está dominado por argumentos científicos,
técnicos o económicos, las dimensiones sociales y
humanas de los problemas ambientales fueron tratadas durante mucho tiempo como un tema secundario. En consecuencia, los derechos del niño y los
derechos humanos fueron asignados inicialmente
sólo un papel menor en los tratados internacionales
y en las acciones llevadas a cabo para proteger el
medio ambiente.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en
Río de Janeiro en 1992 marcó un cambio de rumbo:
los derechos procesales, tales como el acceso a la
información, la participación en la toma de decisiones y el acceso a la justicia, fueron integrados por
primera vez en la política ambiental internacional.
Esta evolución fue motivada por la convicción de
que el empoderamiento y la participación de todos
los ciudadanos interesados son fundamentales para
poder hacer posible una protección eficaz del medio
ambiente y aumentar la legitimidad de las decisiones
tomadas en materia de medio ambiente. De esta
manera, el Principio 10 de la Declaración de Río
establece lo siguiente:
»El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos
interesados, en el nivel que corresponda. En el plano
nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado
a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de
decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar
la sensibilización y la participación de la población
poniendo la información a disposición de todos.
Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el
resarcimiento de daños y los recursos pertinentes.«
El derecho de los niños a ser escuchados en materia de medio ambiente y sostenibilidad
La participación efectiva constituye para los niños y niñas
la forma más directa de reivindicar sus derechos y tener una
voz en la determinación de sus propias vidas. Los niños y
niñas tienen por consiguiente el derecho a ser escuchados y
tomados debidamente en cuenta en relación con todos los
asuntos que les afecten (art. 12(2) CDN).
En su observación general sobre el artículo 12 de la CDN
el Comité de los Derechos del Niño especifica además que,
ya que la »práctica de la aplicación del artículo se refiere
a una amplia gama de asuntos, [...], que son de interés no
solamente para el niño como individuo sino también para
grupos de niños y para los niños en general«, la participación significativa requiere que los niños tengan la oportunidad de expresar sus voces como un grupo con necesidades,
conocimientos y aptitudes específicas. 24
En los asuntos relativos a la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, la participación de los niños y
niñas es necesaria y urgente. Esto se debe a varios motivos.
En primer lugar, los niños se ven especialmente afectados por la degradación del medio ambiente, dado que se
encuentran aún en el proceso de desarrollo y son por lo
tanto muy vulnerables. Otro punto fundamental es que
deberán lidiar también con las consecuencias a largo plazo
de la contaminación del medio ambiente y de la brutal
explotación de los recursos naturales. Por otro lado, al
estar en contacto y moverse constantemente en él, los
niños son »expertos« en lo concerniente a su entorno natural. El punto más importante es, sin embargo, que los niños
heredarán la responsabilidad de cuidar la Tierra.
Desde la Conferencia de Río de 1992, los niños han
podido en efecto participar cada vez más frecuentemente
en los procesos de toma de decisiones relativos a la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible. No
obstante, en muchos ámbitos se carece aún de oportunidades para una participación significativa. En parte esto se
debe a la falta de información comprensible para los niños,
el corto tiempo de intervención disponible y, en mayor
medida, su exclusión de los procesos reales de toma de
decisiones, que transcurren por lo general a puerta cerrada.
24 Ver Observación General Nº 12 del Comité de los Derechos del
Niño, §§ 73 y 87.
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terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
84 Convención Marco de
las Naciones Unidas
sobre el Cambio
Climático (CMNUCC):
http://unfccc.int/
resource/docs/convkp/
convsp.pdf (consultado
el 28 de mayo de 2012).
85 Ver Observación
General Nº 5 del
Comité de los
Derechos del Niño.
Desde entonces, los derechos procesales han
sido incorporados en numerosas leyes nacionales
y acuerdos multilaterales en materia de medio
ambiente, aunque en su mayoría en forma de declaraciones de compromiso de carácter general. El
acceso a recursos jurídicos por cuestiones medioambientales no ha sido garantizado en ningún
tratado ambiental internacional hasta la fecha. Por
ejemplo, la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
contiene una terminología de carácter predominantemente no vinculante y sólo hace referencia
al acceso a la información y a la participación en
la toma de decisiones (artículo 4/6).84 Consecuentemente, no proporciona a las víctimas del cambio
climático una oportunidad real de reivindicar sus
derechos humanos mediante la adopción de medidas legales.
Esto está muy lejos de constituir una política
ambiental y de sostenibilidad basada en los derechos humanos. Las consecuencias de esta situación
son graves, especialmente para los niños y niñas,
que son doblemente castigados: no sólo deben vivir
con las consecuencias de las acciones cortoplacistas ahora, sino que también deberán lidiar con ellas
en el futuro. Un enfoque eficaz de derechos del
niño reconoce a los niños y niñas como titulares
autónomos de derechos, y destaca su papel de víctimas de la degradación del medio ambiente y como
»pioneros« en materia de política ambiental. Asimismo, llama la atención sobre la importancia de
las relaciones de poder y denuncia la desigualdad y
la discriminación (principio de no discriminación).
Por otro lado, una política ambiental y de sostenibilidad basada en los derechos del niño se debe centrar en las necesidades básicas de los niños (principio del interés superior) y garantizar que sean
debidamente informados y escuchados (derecho de
participación) en relación con todas las cuestiones
que afectan a su medio ambiente. Las normas y los
principios de la CDN, y sobre todo los derechos del
niño con implicaciones ambientales, deben convertirse en directrices para la formulación de políticas ambientales y de sostenibilidad en el plano
nacional e internacional. De hecho, las condiciones
legales necesarias para ello ya existen; la CDN
es el tratado de derechos humanos con el mayor
número de ratificaciones y los Estados Partes están
explícitamente obligados a tomar todas las medidas
apropiadas para dar efectividad a los derechos del
niño (artículo 4 de la CDN).85 Para que esto realmente pueda suceder, no obstante, es necesario que
los derechos del niño alcancen y sean integrados de
manera efectiva en todos los ámbitos políticos que
afecten a los niños y niñas, incluyendo sobre todo
la política ambiental y de sostenibilidad.
Una política climática basada en los derechos del niño
La adopción de medidas nacionales e internacionales para
la reducción de las emisiones de CO2 y de adaptación al
­cambio climático no representa meramente una »buena obra«,
sino que forma parte de las obligaciones de los Estados
derivadas de la CDN y otros tratados de derechos humanos.
Los artículos 3 y 4 de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) exigen a los
Estados »proteger el sistema climático en beneficio de las
generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad
y de conformidad con sus responsabilidades comunes pero
diferenciadas y sus respectivas capacidades«. Lamentablemente,
la política climática internacional se esfuerza principalmente
por lograr (injustamente) la equidad entre los Estados.
Los derechos del niño dan sentido a los artículos 3 y 4
de la CMNUCC al recordar a todos los Estados que tienen
la obligación de proteger a los niños y niñas contra los
efectos del cambio climático, tanto en el plano doméstico
como global. En este contexto, los objetivos para la reducción de las emisiones nocivas de CO2 se deben establecer
de tal manera que no causen ninguna amenaza para los
derechos del niño ni hoy ni en el futuro; lo mismo se
aplica a la implementación de medidas para la protección
del clima y medidas de adaptación. Es asimismo fundamental reforzar los mecanismos de monitoreo y rendición de cuentas, y hacerlos accesibles a los niños y niñas
­afectados. 25
25 Ver Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos sobre la relación entre el
­cambio climático y los derechos humanos (2009), §§ 94 y 99.
terre des hommes Apoyo a la Niñez
La protección de los derechos ambientales del niño
5. Acciones recomendadas
para mejorar la protección de los derechos ambientales del niño
Los niños y niñas tienen el derecho a un medio
ambiente que les permita crecer sanos y les ofrezca
perspectivas de futuro positivas. La campaña
lanzada por terre des hommes en 2011 llama la
atención sobre ello y persigue el objetivo de fortalecer los derechos del niño en el plano nacional e
internacional, en vista de la destrucción masiva del
medio ambiente.
terre des hommes aboga por el fortalecimiento
del marco normativo e institucional para la protección de los derechos ambientales del niño.
El órgano de monitoreo más importante para la
implementación de los derechos del niño a nivel
mundial es el Comité de los Derechos del Niño de
las Naciones Unidas, el cual también es responsable de interpretar el contenido de las disposiciones
de la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN). El objetivo de terre des hommes es que el
Comité afirme claramente la importancia de un
medio ambiente sano para la implementación de
la Convención en su conjunto y como un determinante subyacente fundamental de los derechos
individuales del niño, y que aclare los vínculos
entre los principios de la CDN y los principios del
desarrollo sostenible.
Desde 1992 el Comité de los Derechos del Niño
celebra anualmente jornadas de debate general en
las que reúne a expertos y miembros de organizaciones de la sociedad civil con el fin de alcanzar
una comprensión más profunda del contenido de
las disposiciones de la Convención y sus implicaciones. Hasta la fecha, aún se carece de tal nivel
de comprensión en lo que se refiere a la interdependencia entre la protección de los derechos
ambientales y los derechos del niño. Por lo tanto,
la cuestión de los derechos ambientales del niño
debe ocupar un lugar prioritario en la agenda del
Comité.
La celebración de una jornada de debate podría
sentar las bases para la futura elaboración de una
observación general que debería destacar las condiciones ambientales necesarias para la realización
de los derechos consagrados en la CDN. Asimismo, en dicha observación general se deberían
abordar otros asuntos centrales relativos a las obligaciones extraterritoriales de los Estados Partes
con respecto a daños ambientales mundiales como
el cambio climático y la pérdida de la diversidad
biológica; la función y las obligaciones de los
actores privados; o la implementación y puesta en
práctica de un enfoque de derechos del niño en el
ámbito de la protección del medio ambiente y el
desarrollo sostenible.
Tras la entrada en vigor del nuevo protocolo
facultativo de la CDN, el Comité de los Derechos
del Niño podrá finalmente recibir denuncias individuales de niños y niñas. Las organizaciones de
derechos humanos pueden ayudar a los niños y
niñas a crear conciencia sobre violaciones masivas de sus derechos relacionados con el medio
ambiente y, de esta manera, poner de relieve la
importancia de los daños ambientales globales
para los derechos del niño. Las denuncias examinadas por el Comité contribuirán a poner aún más
claramente de manifiesto los aspectos ambientales
de los derechos del niño y precisar las obligaciones
correspondientes de los Estados Partes de la Convención. Junto con este nuevo procedimiento de
comunicaciones para los niños y niñas, se deben
utilizar otros mecanismos de derechos humanos
para la presentación de denuncias a nivel internacional, regional y nacional con el fin de llamar la
atención sobre los derechos ambientales del niño.
Los 43 niños y niñas que emprendieron acciones
legales contra la tala de la selva tropical ante
el Tribunal Constitucional de Filipinas en 1992
demostraron lo que es posible conseguir.
Asimismo, el Examen Periódico Universal del
Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas debe ser utilizado con una mayor intensidad en el futuro, también por parte de la sociedad
civil, para sacar a la luz violaciones de los derechos del niño relacionadas con el medio ambiente.
A pesar del amplio alcance del mandato de este
mecanismo, las recomendaciones basadas en los
derechos del niño que han sido formuladas para
los Estados bajo revisión han carecido hasta el
momento de referencias claras a problemas medioambientales.
Durante su 19° período de sesiones, el Consejo
de Derechos Humanos estableció el mandato de
un Experto independiente sobre derechos humanos y medio ambiente para estudiar, entre otras
cosas, las obligaciones de derechos humanos »relacionadas con el disfrute de un medio ambiente sin
riesgos, limpio, saludable y sostenible«. El mandato debe ser empleado para abordar amenazas
específicas para los niños y las generaciones futuras. Muchos otros procedimientos especiales del
Consejo de Derechos Humanos pueden contribuir
al fortalecimiento de los derechos ambientales del
niño, incluyendo especialmente los mandatos relativos al derecho al agua, a la salud, a la vivienda
y a la alimentación, y el mandato sobre las obligaciones de derechos humanos concernientes a la
gestión y eliminación ecológicamente racionales
de las sustancias y los desechos peligrosos.
31
32
La protección de los derechos ambientales del niño
La destrucción del medio ambiente es sin duda uno
de los principales retos de derechos humanos del
siglo XXI. En la búsqueda de respuestas adecuadas
a este fenómeno, el reconocimiento internacional
de un derecho general a un medio ambiente sano
debe por lo menos ser considerado, según lo propuesto por la Alta Comisionada para los Derechos
Humanos en su estudio sobre la relación entre los
derechos humanos y el medio ambiente (2011). El
derecho a un medio ambiente sano es necesario
sobre todo para proteger a los niños y niñas, que
son particularmente susceptibles y vulnerables a
las amenazas ambientales. El derecho a un medio
ambiente sano también tiene el potencial de prevenir la explotación inclemente de los recursos
naturales y la pérdida de la diversidad biológica, al
buscar garantizar que los niños y las futuras generaciones puedan heredar un mundo en el que valga la
pena vivir. El reconocimiento de un derecho a un
medio ambiente sano, seguro y equilibrado constituye, por consiguiente, un objetivo a largo plazo
para fortalecer los derechos ambientales del niño.
terre des hommes hace un llamamiento para
que se preste mayor atención a las normas y los
principios de la Convención sobre los Derechos
del Niño en los procesos de toma de decisiones
nacionales e internacionales en materia de medio
ambiente y sostenibilidad (aplicación de un
­enfoque de derechos del niño).
En numerosos ámbitos de la política de medio
ambiente y sostenibilidad, como por ejemplo
la política climática, se ha observado hasta el
momento la falta de un compromiso claro con los
derechos del niño, una situación que es fundamental cambiar. Los derechos del niño deben ser
integrados en la agenda de la sostenibilidad a nivel
nacional e internacional.
Asimismo, los derechos del niño relacionados
con el medio ambiente, como el derecho a la salud,
a la alimentación, y al agua, también deben ser respetados y protegidos en otros ámbitos políticos que
tienen un fuerte impacto sobre cuestiones ambientales y de sostenibilidad, tales como la economía.
terre des hommes insta a los responsables políticos
a adoptar normas vinculantes a nivel internacional
que obliguen a las empresas de todo el mundo a
dar efectividad a los derechos humanos.
terre des hommes, sobre todo, exige la participación de los niños. Los niños y niñas tienen derecho
terre des hommes Apoyo a la Niñez
a levantar sus voces sobre cuestiones que afectan
directamente su entorno y su futuro, y a ser tomados en serio al hacerlo. Se debe garantizar por
consiguiente que puedan participar en los debates y las decisiones políticas en los planos local,
­nacional e internacional. En numerosos países,
terre des hommes y sus organizaciones asociadas
llevan a cabo »inspecciones« de los derechos del
niño; niños y niñas preguntan a sus compañeros
cómo consideran que los derechos del niño son
implementados en sus entornos vitales, y luego
presentan sus hallazgos al público y a los responsables políticos. Como muestran los resultados, los
niños y niñas tienen un sentido agudo para identificar violaciones de sus derechos ambientales.
terre des hommes aboga por la creación de
­Defensorías del Pueblo para las generaciones
futuras.
Los derechos, intereses y necesidades de las generaciones futuras deben ser considerados adecuadamente en los procesos de toma de decisiones
de las generaciones actuales. Para ello, es preciso
realizar esfuerzos de cabildeo político. Las Defensorías del Pueblo para las generaciones futuras
pueden contribuir a contrarrestar la mentalidad a
corto plazo predominante, debido a su papel como
actores competentes e independientes encargados
de monitorear las decisiones relevantes en función
de sus efectos medioambientales y futuros. Las
Defensorías atienden a las preocupaciones del
público y reciben quejas, sirviendo también como
portavoces entre los interesados ​​y los políticos.
Es preciso establecer Defensorías del Pueblo
para las generaciones futuras en el plano internacional, nacional y local. Numerosas violaciones
de los derechos de las generaciones futuras han
alcanzado ya una dimensión global (por ejemplo, el cambio climático) o están arraigadas en el
sistema político o económico internacional (por
ejemplo, la sobreexplotación de los recursos), por
lo que únicamente se pueden encontrar soluciones
a nivel internacional. Al mismo tiempo, es importante crear instituciones accesibles para los niños
y niñas en los lugares donde viven y que mejor
conocen, es decir, a nivel local.
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­derechos ambientales del niño!
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La protección de los derechos ambientales del niño
Fuentes adicionales y Enlaces
Fuentes adicionales
Enlaces
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Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre ­Derechos
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www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-52.html
(Las fuentes adicionales y los enlaces fueron consultados por
­última vez el 29 de octubre de 2013)
33
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