Publicación mensual. Año 7, no. 1, enero de 2005 Boletín Cultural e Informativo del Centro Universitario de Integración Humanística, A. C. EL HUMANISTA Los avatares del Transcurrir • • • Dragón. Manuscrito “Harley”. Londres, British Library. • • • • • El tiempo. La cura infalible y el mejor crítico de arte Pasión por Turquía. Nostalgia por Turquía Olvido Sobre la imbecilidad Tengo Tiempo Lo que he aprendido con el tiempo Con el tiempo... Bienvenido, Mister Tsunami Poesía: León Felipe Palafox Palabras y pensamientos Sabias savias Editorial El Tiempo Ah, déjame recodarte cómo eras entonces. Cuando aún no existías. P. Neruda La reiterada preocupación de los humanos de ahora (¿o desde cuándo?) cada que termina un año y comienza otro, es por el tiempo, que percibimos ante la reflexión sobre los ciclos que se cierran, el desgaste de las fuerzas, la conciencia de los límites o el logro, si acaso, de ciertos fines. El tiempo como referencia al movimiento de los astros, fue objeto de atención desde el Neolítico (Stonehenge), pero su medición, hasta donde sabemos, se comenzó en Mesopotamia y Egipto tras una atenta y extensa observación del firmamento. Desde entonces, y percatándose de la fisiología femenina, los ciclos de la agricultura, la recurrencia de las estaciones, y tantos etcéteras, a través de la arena, de la luz solar o de la clepsidra, se buscó medir el tiempo. El transcurrir, o como dice la Real Academia de la Lengua Española, la duración de las cosas sujetas a mudanza, importan para el humano por sus efectos, que a la larga implican un destino mortal o bien la liviandad de los momentos; todo cambia y a través de la palabra se expresa la angustia por el tiempo: Carpe Diem; Tempus Fugit; Laedunt omnes, ultima necat (Todas las horas hieren, la última mata). Por este sentir -en su más profunda acepción- del paso del tiempo, durante el cristianismo la historia adquirió un sentido: los hechos del pasado que se percibe como lo ya transcurrido, no son valiosos porque hayan sido, como mero recuerdo, sino que la vida misma es ya historia en su incesante sucesión y en la medida en que es previsible, pues posibilita la elección a sabiendas del pasado. Con el advenimiento de Cristo, existe en la mente de los primeros cristianos la conciencia de la división entre el antes de Su nacimiento y los acontecimientos posteriores, hecho que proviene de la idea de un punto de partida llamado Dios, ese Ser sin tiempo que es ilimitado, infinito, contrario a la concepción de los anteriores dioses, los griegos por ejemplo, cuyos límites eran signo y síntoma de su perfección, pues el infinito era caos, anarquía, desorden. A partir del cristianismo, el tiempo se percibe como el centro de la atención de nuestras vidas, de ahí la necesidad de medir, planear, visualizar a futuro sin olvidar el pasado. Incluso Aristóteles remarca, en su memoria, atención y previsión, el papel de la historia para ver con antelación nuestros actos en el mundo. Para él, la memoria es la de mayor importancia, por ser la que nos permite elegir entre la reiteración de los actos probadamente seguros o la ventura de la aportación novedosa, aunque proclive. Así el tiempo, preocupación de todas las ramas de las ciencias humanas y exactas, es un lugar –valga la frase– que nos posibilita optar con libertad. En este nuevo año, no está de más preguntarnos por los fines y los medios de lograr ser más libres, pero sin perder de vista la conseja que reposaba en el fondo de algunos relojes antiguos: “Mortal, ¿sabes para qué sirvo? Para marcar las horas que tú pierdes.” Lic. Ana Lourdes Ross A. Tiempo... Anthony de Mello «¿Qué tiempo cree usted que vamos a tener hoy?». le preguntó un individuo a un pastor en el campo. «El tiempo que yo quiero» respondió el pastor. «¿Y cómo sabe usted que va hacer el tiempo que quiere?» «Verá usted señor: cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo. Por eso estoy seguro de que va hacer el tiempo que yo quiero.» 2 Stonehenge, Inglaterra Directorio El Humanista. Boletín informativo del CUIH. Publicación mensual, año 7, no. 1, enero de 2005. Rectora: Lic. Ma. del Pilar G. L. P. de Cordero; Coordinación: Lic. Carmen Leticia Gámez P.; Dirección y Diseño editorial: Lic. Ana Lourdes Ross A. Colaboradores en este número: Lic. Ana Lourdes Ross A., León Felipe Palafox N., Maestra Alma Ortiz, Marisol Cubas y Maza Bejarano, Rosa E. Rojas y Lic. Ma. del Pilar G. L. P. de Cordero. Agradecemos especialmente las aportaciones de la maestra Alma Ortiz para la edición de este volumen. Poesía Cazando la vida León Felipe Palafox Novack A: ¿? Dos presas, dos cazadores. Una tigresa hambrienta, un cazador con fusil. Una familia que alimentar, una pared para adornar. Una gacela joven acabada de nacer, una madre cierva con una cría para cuidar. Se arrastran por los matorrales, un ojo alerta y pendiente de no moverse, una mira electrónica automatizada y perfecta. Sale corriendo en una carrera por la vida (¿de quién?) la bala silba en el viento, ambas presas han caído una manada se queda sin una cría, sobrevivirá. Una cría se queda sin madre ¿sobrevivirá? ¿Y quién es el animal racional? Palabras y Pensamientos Cada día, hijo mío, que se va para siempre, me deja preguntándome: si es huérfano el que pierde a un padre, si es viudo el que ha perdido la esposa, ¿cómo se llama el que pierde un hijo?, ¿cómo, el que pierde el tiempo? Y si yo mismo soy el tiempo, ¿cómo he de llamarme si me pierdo a mi mismo? Jaime Sabines Salvador Dalí, La persistencia de la memoria 3 No te deseo nada para lo porvenir. Deseo que puedas hacerte un pasado feliz. Jaime Sabines El Tiempo. La cura infalible y el mejor crítico de arte Maestra Alma Ortiz Catedrática del CUIH Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatar a tiempo, como dice el refrán: Dar tiempo al tiempo que de amor y dolor, alivia el tiempo. Renato Leduc Aquel mal rato, aquel mal de amores, aquella herida, cicatrizarán con el tiempo. “El tiempo lo cura todo”. Tal vez quede alguna pequeña cicatriz o un recuerdo triste, que también se disiparán con el tiempo. El tiempo permite olvidar, pero también revalorar. En el arte, es muy común que obras y artistas que no fueron comprendidos y valorados en su oportunidad, con el tiempo, sean apreciados y se reconozca su trabajo, la calidad y el mérito del mismo. Tal es el caso de los impresionistas y de algunos estilos, como el barroco, al que se consideraba como una degeneración, una extravagancia, exageración y mal gusto; y sólo en el siglo XX se entendió como una visión particular que originó un estilo en el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, con un lenguaje propio, formulado mediante diversas soluciones formales y estéticas. La calidad se va abriendo camino a través del tiempo, quizá el mejor crítico de arte, y la prueba máxima a la que se somete una obra artística. En la Edad Media, se empezó a identificar al tiempo con la sabiduría, y en nuestros días, nos queda muy claro que “Más sabe el Diablo por viejo que por Diablo”; por ello en muchas culturas se venera y se pide consejo a los ancianos que están en posibilidad de compartir su experiencia vital. El tiempo es representado como un viejo barbudo y alado que sostiene una guadaña y una clepsidra (reloj de origen egipcio que mide el tiempo mediante el paso regular de agua de un recipiente a otro), o como un anciano apoyado en una muleta. La iconografía del tiempo tiene su origen en la superposición medieval de dos divinidades: Crono o Saturno, para los romanos, el padre de Zeus y Cronos, el dios griego del tiempo, y alude a la derivación del nombre que es del latín medieval temps, cuya raíz significa cortar. El término indica una de las características principales del tiempo: segar las horas de la existencia terrenal. Y para medir el tiempo, las estaciones: primavera, verano, otoño, invierno; los meses; la aurora, el mediodía, el crepúsculo, la noche; las horas, la vida, la muerte. La base para las mediciones es más bien de acuerdo a lo que va marcando la propia naturaleza y a la actividad básica del cultivo de la tierra, en donde identificamos la semilla, el crecimiento, la madurez y la cosecha como etapas esenciales, asociadas a la vida del hombre mismo. Los pueblos, las culturas y los estilos continúan su marcha; cumplen sus ciclos pero dejan su huella; así, en estos tiempo modernos, con sus vanguardias y tecnología, perduran el misticismo del medioevo, el equilibrio y la armonía renacentista, la floritura del barroco, la sobriedad del neoclásico y la sensibilidad del romanticismo. 4 Pasión por Turquía Nostalgia por Turquía Marisol Cubas y Maza Bejarano 8a. generación 1984 - 1989 De entre las brumas del tiempo y del misterio emerge este mágico país en el que me sumerjo y me pierdo… y vibro con los acordes de su música orfeica... Y me sensibilizo ante los fantasmas de su historia... Homero... Príamo... ¡Héctor!... La Troya de los cuentos de mi niñez toma forma y se concretiza y sus espíritus encarnan, y la historia no pasa y se detiene ahí... ¡Tantas historias como estrellas!... ¡Cuántos imperios han desfilado por tus tierras!... Desde los hatti... los hititas... asirios... frigios… aqueos... Troyanos... el imperio Bizantino... el gran Imperio Otomán!... ¡Tantos imperios que envidiosos de tu espacio te quisieron poseer! Y al bañar tantos tus costas te convirtieron en la reina de los mares... Mármara... Egeo... Bósforo... Mediterráneo... Mar Negro... Ese mar como yo, a veces en calma, desde que te conozco, atormentada... Atormentada por no vivir en ti, no estar en ti... por estar lejos de ti... ¡Pero qué digo! Mi espíritu está cau- tivo entre tus ciudades... Jirones de mí en cada lugar que me pertenece y al que pertenezco... ¡Efeso!...Y toco tus ruinas... ¡Troya!... y me mimetizo con ellas!... ¡Pérgamo!... y toco tus muros... y toco tus mezquitas... y soy una contigo... y respiro tus aromas y aspiro tu tranquilidad... tu intemporalidad... tu inmortalidad... Tus ciudades con magia diferente, protagonistas de historias de cuento y de historias sacras: Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardos, Filadelfia, Laodicea... Las siete iglesias del Apocalipsis... Y el mayor regalo de los Dioses: ¡Capadocia! ¡¿Qué la puede definir?!... Fiesta de colores, de formas, de sabores, intercambio planetario, escondite subterráneo, búsqueda de puertas escondidas... regreso al vientre materno. Y el amanecer desde las alturas... amanece lentamente... como si el sol cantara un homenaje a tus valles. Ankara... ciudad de pasiones ocultas... capital de la democracia... testigo efervescente del cambio... Y Estambul... de entre todas... ¡la reina!. Incorpórea... intangible... atemporal... me envuelves en tus redes... Y me atrapas para nunca más dejarme salir de las murallas de tus palacios... de las orillas de tus mares... del fuego de tus pasiones... de la misticidad de tus tiempos... de tu paso por el tiempo sin tiempo... Hoy, todavía hoy, vivo Turquía, respiro Turquía, siento a Turquía, escucho a Turquía... Añoro Turquía... Mi cuerpo regresó a mi país, ¡pero mi espíritu seguirá vagando en Turquía, hasta que regrese por él!... Tus colaboraciones son bienvenidas: ¿trabajos escolares excelentes? ¿temas de interés general? ¿notas periodísticas que nos ayuden a ser mejores seres humanos? ¿cultura, viajes, recuerdos que desees compartir? Contáctanos, o bien puedes enviar tus participaciones a través del correo electrónico: ana_ross@yahoo.com con el título “Aporte al Boletín”. Con tu apoyo mejoraremos esta publicación y haremos de ella una expresión de nuestra comunidad universitaria. El próximo número estará dedicado a los Valores en general. ¡Participa! 5 Olvido Rosa Elena Rojas Estudiante del 9o. semestre de Ciencias Humanas. Es esta una mañana soleada y sus tonos de naranja parecen sonreírme. A las diez en punto, a través de una escalera semicircular asciendo y penetro en este aposento en penumbra que recrea el viaje remoto que me trajo al mundo. Una vez dentro, el impacto de las sombras me azota y por unos instantes siento que todo gira alrededor en un caos angustiante que acelera mi pulso y me obliga a pisar más fuerte para evitar caerme. Estoy frente a La Marcha de la Humanidad, el último mural –síntesis que ocupara en su concepción las interminables horas de cárcel de un comprometido – hasta–la–muerte Siqueiros, y en su ejecución, los pasos libres, vehementes pero vacilantes a causa de la edad, de David Alfaro, unos meses antes de su partida... La Marcha de la Humanidad me echa en cara, directa e irremediablemente, hasta este confortable asiento, los siglos de miseria, llanto y penuria por los que nuestra América ha transitado. Se me desgranan en el alma los dolidos llantos del esclavo Kunta Kinte, la voz de la Cunshi bonitica y de Andrés y su huasipungo mientras un obrero salta de su escondite y agita su puño en pie de lucha... y ellos y muchos otros se me agolpan todos y cobran vida en estos muros que se elevan tantos metros, ¡demasiados! Y al mismo tiempo, en un andamio imaginario, la atronadora voz de Siqueiros me insta a seguir ¡adelante, adelante!, cobijada en la infinita esperanza de tiempos mejores. ¡Ave María, taiticu! Imposible describir el conjunto que comprende el Polyforum, imposible alcanzar un atisbo de fidelidad que represente en letras una fracción del poder de conmoción que me provoca... Y yo no quiero olvidar estos rostros. No puedo apartar la contradicción de hallarme sana y salva contemplando este cuadro desolador mientras las modulaciones de la comprometida voz que describe el último segmento del mural reverberan y me acompañan hasta la puerta de salida. El más allá de donde proviene el rostro significa en cuanto huella. El rostro está en la huella del Ausente. Del ausente. La significancia de la huella nos coloca en una relación lateral que responde a un pasado irreversible. Todo lo que constituye mi vida con su pasado y su futuro está reunido en el presente, pero es la huella del Otro, del otro, donde el rostro reluce, es la perturbación misma que se imprime, que se grava con una gravedad irrecusable. Y entonces, rememorando a Levinás en mi diestra y atenazada por Siqueiros en el otro flanco, refrendo mi compromiso. Mi compromiso contigo, lector, con el otro, con los otros. Un compromiso al que la palabra olvido le provoca un escozor irremediable. Soy contigo. Soy con el otro. Soy con los otros. ▬▬▬ El espectáculo de luz y sonido que describe el mural La Marcha de la Humanidad se presenta todos los sábados y domingos a las 10, 12 y 13:30 hrs. Polyforum Cultural Siqueiros (Insurgentes Sur #701 esquina Filadelfia, tel. 5536-4520, www.polyforumsiqueiros.com.mx) es apto para todo público, dura aproximadamente dos horas y tiene un costo de $15 para estudiantes con credencial. La oportunidad de ejercitar la reflexión no está limitada a los ciudadanos mexicanos. Autorretrato David Alfaro Siqueiros 6 Sobre la imbecilidad Fernando Savater “¿Sabes cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? Pues no ser imbéciles. La palabra <<imbécil>> es más sustanciosa de lo que parece, no te vayas a creer. Viene del latín baculus que significa <<bastón>>: el imbécil es el que necesita bastón para caminar. Que no se enfaden con nosotros los cojos ni los ancianitos, porque el bastón al que nos referimos no es el que se usa muy legítimamente para ayudar a sostenerse y dar pasitos a un cuerpo quebrantado por algún accidente o por la edad. El imbécil puede ser todo lo ágil que se quiera y dar brincos como una gacela olímpica, no se trata de eso. Si el imbécil cojea no es de los pies, sino del ánimo: es su espíritu el debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue unas volteretas de órdago. Hay imbéciles de varios modelos, a elegir: a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque. b) El que cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez. c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque sí, todo lo que hace está dictado por la opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa. d) El que sabe qué quiere y sabe lo que quiere y, más o menos, sabe por qué lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana, a ver si entonces se encuentra más entonado. e) El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo. Todos estos tipos de imbecilidad necesitan bastón, es decir, necesitan apoyarse en cosas de fuera, ajenas, que no tienen nada que ver con la libertad y la reflexión propias. Siento decirte que los imbéciles suelen acabar bastante mal, crea lo que crea la opinión vulgar. Cuando digo que <<acaban mal>> no me refiero a que terminen en la cárcel o fulminados por un rayo (eso sólo suele pasar en las películas), sino que te aviso de que suelen fastidiarse a sí mismos y nunca logran vivir la buena vida, esa que tanto nos apetece a ti y a mi. Y todavía siento más tener que informarte que síntomas de imbecilidad solemos tener casi todos; vamos, por lo menos yo me los encuentro un día sí y otro también, ojalá a ti te vaya mejor en el invento… Conclusión: ¡alerta!, ¡en guardia!, ¡la imbecilidad acecha y no perdona! Por favor, no vayas a confundir la imbecilidad de la que te hablo con lo que a menudo se llama ser <<imbécil>>, es decir, ser tonto, saber pocas cosas, no entender la trigonometría o ser incapaz de aprenderse el subjuntivo del verbo francés aimer. Uno puede ser imbécil para las matemáticas (¡mea culpa!) y no serlo para la moral, es decir, para la buena vida. Y al revés: los hay que son linces para los negocios y unos perfectos cretinos para cuestiones de ética. (…) Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia. Pero la conciencia no es algo que le toque a uno en una tómbola ni que nos caiga del cielo. Por supuesto, hay que reconocer que ciertas personas tienen desde pequeñas mejor <<oído>> ético que otras y un <<buen gusto>> moral espontáneo, pero este <<oído>> y ese <<buen gusto>> pueden afirmarse y desarrollarse con la práctica (…) Bueno, admito que para lograr tener conciencia hacen falta algunas cualidades innatas, como para apreciar la música o disfrutar con el arte. Y supongo que también serán favorables ciertos requisitos sociales y económicos, pues a quien se ha visto desde la cuna privado de lo humanamente más necesario es difícil exigirle la misma facilidad para comprender lo de la buena vida que a los que tuvieron mejor suerte. Si nadie te trata como humano, no es raro que vayas a lo bestia… Pero una vez concedido este mínimo, creo que el resto depende de la atención y esfuerzo de cada cual. ¿En qué consiste esa conciencia que nos curará de la imbecilidad moral? Fundamentalmente en los siguiente rasgos: a) Saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir y además vivir bien, humanamente bien. b) Estar dispuestos a fijarnos en si lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no. c) A base de práctica, ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugne espontáneamente hacer (por ejemplo, que le dé a uno <<asco>> mentir como nos da asco por lo general mear en la sopera de la que vamos a servirnos de inmediato…). d) Renunciar a buscar coartadas que disimulen que somos libres y por tanto razonablemente responsables de las consecuencias de nuestros actos.” Fragmento tomado de Ética para Amador, Ariel, Barcelona, 2000, págs. 93-97. 7 Tengo Tiempo Michel Quoist Todos los hombres se quejan de que no tienen tiempo para nada. Miran su vida con ojos tremendamente humanos. Jamás podrá faltarnos tiempo para hacer lo que Dios nos encargue. Pero a condición de estar bien <<presentes>> en todos y cada uno de los instantes que Él nos brinde. ** Vivid con conciencia clara de cómo vivís, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo… Por esto, no seáis insensatos, sino conocedores de cuál es la voluntad del Señor. (Ef. 5, 15-17) ** Señor, he salido a la puerta y fuera había hombres: Iban venían marchaban corrían. Las bicis corrían los coches corrían los camiones corrían la calle corría la ciudad corría. Corrían para no perder tiempo corrían en persecución del tiempo para atrapar el tiempo para ganar tiempo. Hasta luego, Señor, excúsame, no tengo tiempo. Volveré a pasar, no puedo esperar, no tengo tiempo. Termino esta carta porque no tengo tiempo. Me hubiera gustado ayudaros pero no tenía tiempo. Imposible aceptar, me falta tiempo. No puedo reflexionar, no puedo leer, me veo desbordado, no tengo tiempo. Me gustaría rezar, pero no tengo tiempo. Tú comprendes, Señor, no tienen tiempo. De niños tienen que jugar y no les sobra tiempo; luego… más tarde. De chiquillos tienen que hacer sus deberes, no tienen tiempo; luego. En el bachillerato tienen sus clases y tanto trabajo, no tienen tiempo; más tarde. De jóvenes hacen deporte, no tienen tiempo; más tarde. Ya padres de familia tienen sus críos, no tienen tiempo… más tarde. De mayores enferman y tiene que cuidarse, no tienen tiempo… más tarde. Ya están agonizando. No tienen… ¡Demasiado tarde! ¡Ya nunca tendrán tiempo! 8 Así los hombres corren persiguiendo el tiempo, Señor, pasan sobre la tierra corriendo apresurados atropellados sobrecargados enloquecidos desbordados y no llegan a nada jamás, les falta tiempo, a pesar de todos sus esfuerzos, les falta tiempo, les llega incluso a faltar un horror de tiempo. Oh, Señor, Tú has debido equivocarte en tus cálculos, hay un error general, las horas resultan demasiado cortas los días se hacen demasiado cortos las vidas son demasiado cortas. Y Tú, Señor, que estás fuera del tiempo, sonríes al vernos batallar con él. Tú sabes lo que te haces, Tú no te equivocas cuando distribuyes el tiempo a los hombres, Tú das a cada uno el tiempo justo para hacer lo que quieres que haga. Pero no conviene perder tiempo malgastar el tiempo matar el tiempo pues el tiempo es un regalo que Tú nos haces pero un regalo fugitivo que no se puede meter en una lata de conservas. Señor, sí, tengo tiempo, tengo todo el tiempo mío, todo el que Tú me das los años de mi vida los días de mis años las horas de mis días todas enteras y mías. A mí me toca llenarlas, tranquilamente, con calma pero llenarlas bien enteras, hasta los bordes para luego ofrecértelas y que de su agua desabrida Tú hagas un vino generoso como hiciste en Caná para las bodas de los hombres. Por eso esta noche, Señor, no te pido el tiempo de hacer esto y aquello y lo de más allá, te pido solamente la gracia de hacer bien a conciencia lo que Tú quieres que haga en el tiempo que Tú me das. Con el tiempo… Anónimo Con el tiempo..... aprendes la sutil diferencia entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma. Y aprendes que el amor no significa apo- Lo que he aprendido con el tiempo Ma. del Pilar Galindo de Cordero. Que la felicidad estaá basada en el amor; Y el amor en la comprensión, La comprensión en el conocimiento del otro, El conocimiento en la comunicación, Y que hay que hablar, hablar con sinceridad y prudencia. Que la palabra apoya al hecho. Y que hay que cuidar el uso de la palabra, porque deja huella Las palabras de cariño acrecientan el amor Las ofensivas lo matan. Que el diálogo es expresar tus sentimientos, deseos y dudas, que acerca, para conocer al otro y evitar conflictos yarte en alguien y que la compañía no significa seguridad. Con el tiempo..... empiezas a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas. Y aceptas tus derrotas con la cabeza en alto, con los ojos bien abiertos, con la compostura de un hombre(mujer) y no con el rostro afligido de un niño(a). Con el tiempo..... aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es He aprendido que la felicidad está basada en la fidelidad Y la fidelidad está basada en la virtud de la fortaleza Que la fortaleza de espíritu se logra con oración, meditación y ejercicio. Que la felicidad no es completa, ni llega sola, Que se lucha por ella, venciendo obstáculos. demasiado incierto para hacer planes. He aprendido que la comprensión lleva al perdón, que el perdón es un don y un acto de humildad Que libera del rencor y del resentimiento, Y que el perdón, es el don de la paz interna. Por lo tanto..... He aprendido, que la conciencia, debe estar alerta Porque nos ayuda a distinguir entre el bien y el mal, Y que los altibajos en la vida forjan, aunque en el momento se sufra. Que los pequeños detalles y galanterías del esposo a la esposa, simbolizan su protección, Y las atenciones de la esposa al esposo, son cariño. Y aprendes que incluso los agradables rayos del sol queman, si te expones demasiado a ellos. siembra tu propio jardín y adorna tu propia alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Y así aprenderás que puedes sobrellevarlo todo, que en verdad eres fuerte, vales mucho y que con cada mañana llega un nuevo amanecer. He aprendido que el amor, aunque reside en el corazón, Es también sostenido por la inteligencia y la voluntad, Que la voluntad se puede fortalecer, He aprendido que la oración conforta y fortalece. He aprendido que vale la pena estar juntos. Gracias Señor por el amor. Gracias Señor por el Matrimonio. Gracias Señor por la Familia. Gracias Señor porque existes. 9 Bienvenido, Mister Tsunami Marta Durán de Huerta* El domingo 26 de diciembre el centro sismológico de Honolulu detectó el temblor de nueve grados en la escala de Richter que se produjo en el fondo del mar, muy cerca de Sumatra. Los científicos detectaron también el maremoto que se formó y rápidamente trataron de ponerse en contacto con las autoridades de los países del suroeste asiático, según reportaron Leonardo Cohen y La República. En Indonesia las autoridades minimizaron el mensaje, no le dieron la importancia que merecía, así que no avisaron a la población. El caso de las islas Maldivas fue diferente. Los científicos primero trataron de ponerse en contacto con el presidente de la República, el señor Gayoom, pero éste se encontraba de vacaciones. Entonces intentaron contactar al ministro de Interior, quien estaba en una junta importante, así que acudieron al ministro de Defensa, señor Shafeeu, pero también estaba en aquella reunión. Sin embargo, la secretaria del ministro tomó el mensaje y se lo hizo llegar. La nota decía: “En dos horas llegará tsunami de Indonesia”. El ministro de Defensa tomó cartas en el asunto. Formó una comitiva para que muy elegantes fueran al aeropuerto a recibir a ese visitante. Los habitantes de las Maldivas resaltan por su hospitalidad y las autoridades cultivan el protocolo con recelo especial. En la pista de aterrizaje el comité de recepción estaba atento con un enorme cartel que decía: “Bienvenido, señor Tsunami”. Pero el visitante no llegó por aire sino por mar. En las Maldivas hubo “sólo” 38 muertos. El archipiélago con las islas más limpias y paradisíacas que aún quedan, corre peligro ya que sus ínsulas son muy planas y tienen en promedio un metro de altura sobre el nivel de mar. Los países industrializados y los que están en vía de desarrollo, son responsables de la contaminación y del sobrecalentamiento del planeta, lo que significa que si se siguen derritiendo los polos a la velocidad actual, en poco las Maldivas desaparecerán bajo las aguas. ¿Acaso se necesita un maremoto en el Atlántico norte que devaste a los países ricos para que por fin reaccionen? *Tomado de La Jornada, Suplemento Masiosare, no. 369, pág. 11, del Domingo 16 de enero de 2005. Sabias savias En su último intento de conquista de Europa, los turcos quitaron Creta a los venecianos en 1669 y avanzaron al noroeste, encontrándose ya en 1683 a orillas de Viena. Los venecianos y los austriacos contraatacaron con éxito. Los turcos que defendían Atenas contra un ataque naval, almacenaron pólvora en el Partenón, de casi 2000 años de antigüedad. Cuando una bala veneciana de cañón tocó el Partenón, haciendo estallar la pólvora, toda la sección central de uno de los edificios más magníficos de todos los tiempos fue destruida. Isaac Asimov El Partenón. Atenas, Grecia