Responsabilidad De Elegir A Las Personas Adecuadas Walter L. López (qdDg) Ex Director Ejecutivo Movimiento Solidarista Costarricense En algunas asociaciones solidaristas el proceso de elecciones es toda una fiesta, varias papeletas, recintos electorales y música engalanan el día en que se escoge a las personas (hombres y mujeres) que dirigirán los destinos de la asociación en los próximos años. Algunos dicen, y con toda razón, “debo ser muy cuidadoso de por quien voto ya que es mi dinero el que está en juego”. En otras, faltan servidores, fenómeno que se está produciendo muy a menudo en nuestra querida Costa Rica. No queremos servir y apenas se elige a la nueva junta en vez de colaborar empezamos a criticar. Esto último es más fácil. Tomemos en consideración que cuando una persona acepta formar parte de una Junta Directiva está asumiendo una enorme responsabilidad, se decidió por servir a los demás, que por cierto es una de las cualidades del líder. Este servicio en nuestras asociaciones es “adhonorem”, lo cual no significa que no vayamos a pedir cuentas, pero es algo que tenemos que reconocer, porque obviamente estos compañeros sacrifican su tiempo libre para conducir la asociación. Tampoco es justo que los asociados se aparezcan una vez al año a exigir altos rendimientos sobre su dinero, si ni siquiera se les vio las caras en el resto del año, porque entonces en lugar de la asociación lo que tenemos es un fondo de inversiones, que por cierto no existiría si el patrono no depositara el adelanto de la cesantía mes a mes y esto gracias a que existe una Asociación Solidarista. Ahora bien, el asociado también tiene una gran responsabilidad a la hora de elegir. No se trata de poner a los más simpáticos, al que primero se ofrezca o al que más habla. Se trata más bien de elegir a las personas más idóneas para ocupar el puesto y aquí hay varios elementos que pueden facilitarnos nuestra preferencia de voto, no necesariamente en su orden: 1) Capacidad: que tanto la persona tiene la capacidad, formación o competencias para desempeñar con éxito determinado puesto. En ocasiones si esto falta es importante saber si el candidato puede aprender rápidamente con una adecuada capacitación. 2) Liderazgo: consiguen que los demás lo sigan, son aquellos llamados motivadores, logran cambios aunque al principio haya resistencia, 3) Honestidad. 4) Disposición de tiempo. 5) Trayectoria: Es recomendable que haya colaborado con la asociación -en comités por ejemplo- o que haya estado ligado al quehacer solidarista de una u otra forma. 6) Facilidad de trabajar en equipo. 7) Visionario pero realista. Esto quiere decir que concreta las cosas que se propone, 8) Paciente. 9) Preferiblemente buen comunicador. De tal forma que cuando vayamos a dar nuestro voto no lo hagamos a la ligera, pensemos en que en estos compañeros estamos depositando nuestra entera confianza para que al momento de ser elegidos manejen los recursos de todos como lo haría un buen padre de familia. También como asociados debemos participar de la Junta Directiva, nuestro sector necesita líderes, sangre nueva, gente con pasión por el servicio. Pasemos de ser observadores a protagonistas. Asumamos nuestra responsabilidad como ciudadanos y solidaristas. No olvidemos que somos parte de un gran movimiento con gente en acción. Además, ser miembro de la Junta Directiva de una asociación es un honor, aunque sabemos que no vamos a quedar bien con todo mundo y de seguro nos van a criticar, lo importante es que si trabajamos honesta y eficientemente y logramos poner a nuestra asociación en un mejor lugar, de seguro con el tiempo nuestro trabajo será reconocido. Luego, la experiencia que podemos conseguir es algo que nos enriquece como personas y trabajadores. Finalmente, no hay nada más bonito que servir cuando se hace de corazón, es cristiano, es la mejor forma de dar gracias a Dios por haber nacido en este democrático y lindo país.