19 NAVARRO_29 CARRILLO.qxd 28/04/16 19:48 Página 19 TRIBUNA Por Pere Navarro* La tribu C uando este artículo llegue a sus manos, amable lector, ya estaremos inmersos de facto en una nueva campaña electoral. Declaraciones, culpas, responsabilidades. El ya famoso “y tú más”. Sinceramente, creo que la falta de acuerdo para formar una mayoría estable de apoyo a un nuevo Gobierno para España es imputable, en primera instancia y sin duda, a los propios partidos políticos y a sus representantes elegidos en las urnas el pasado 20 de diciembre. Aunque, a mi modo entender, mientras unos esperaban tranquilamente a que “se les apareciera la Virgen” otros han estado muy atareados intentando acercar posiciones para llegar a acuerdos en un panorama nada favorable. Dicho esto, un análisis riguroso de la actual situación política debe hacerse teniendo en cuenta que la política no es nada más ni nada menos que el espejo donde se mira la sociedad. Sus miedos, sus enfados, sus esperanzas, sus contradicciones y sus vicios más o menos ocultos. Hoy hay que recordar más que nunca que la rapidez y el acceso a todo tipo de informaciones nos sitúan en un contexto globalizado no sólo desde el punto de vista nominalista, sino también desde el punto de vista práctico. Hoy, la globalización ya no es sólo patrimonio de las élites económicas y financieras que ya hace mucho tiempo que defienden sus intereses en un ámbito planetario. Hoy, lo que pasa en las primarias para elegir presidente de Estados Unidos; la crisis de los refugiados en Grecia; la presencia y actividades del Daesh en Siria y otros países, y otros muchos fenómenos mundiales ya forman parte de nuestra vida cotidiana, nos interpelan. Por pri- EUROPA PRESS mera vez, tenemos la seguridad de que ahora mismo o en un futuro cercano van a afectar de manera clara a nuestras propias vidas y a las de nuestras familias. Resultado: miedo, incertidumbre, inseguridad. Por primera vez, tenemos la clara sensación de que nuestra actuación personal o colectiva nada puede hacer en un mundo tan grande y tan complejo pero que, al mismo tiempo, nos amenaza de una manera tan directa y tan cercana. Muchas personas de manera instintiva, casi atávica, diría yo, tienden a refugiarse en lo más próximo, en lo más conocido, en lo que les parece más manejable y protector, en definitiva, en lo equivalente a la tribu. En los últimos tiempos vemos con gran preocupación como en países europeos están triunfando fuerzas políticas que basan su relato en la reivindicación de la tribu propia y en el ataque a las tribus vecinas que se ven como agresoras. El último ejemplo lo tenemos en la primera vuelta de las elecciones en Austria en las que Norbert Hofer, el candidato del partido ultraderechista xenófobo FPÖ se situó en cabeza con un ¡35.3%! de los votos, ¡más de un tercio de los votantes! Paralelamente, el uso de las nue- Estoy convencido de que, hoy más que nunca, se hace necesario abrir la mente a lo que nos rodea, pensar en el nosotros más que en el yo. Dejar a un lado los individualismos, y actuar de acuerdo a los principios de la solidaridad y la cooperación vas tecnologías ha propiciado una sociedad “a la carta” sobre todo en lo que concierne al consumo de productos audiovisuales. De la televisión de VHF y UHF hemos pasado a poder disfrutar de infinidad de canales nacionales, internacionales, autonómicos y locales y además consideramos un derecho, no estar obligados a ver determinados programas a una hora concreta, sino que los podemos ver cuando nos parezca. Todo ello ha tenido, sin duda, un reflejo en la política. Se ha estimulado una pluralidad política “a la carta” basada muchas veces en eslóganes, titulares y caras vacíos de contenido (o disimulando el verdadero contenido). “Yo” quiero votar a “mi” partido. Yo quiero votar a “los de casa”. Estoy convencido de que, hoy más que nunca, se hace necesario abrir la mente a lo que nos rodea, ser generosos, pensar en el nosotros más que en el yo. Dejar a un lado los individualismos, los egoísmos, acabar con nuestra tendencia a mirarnos el ombligo y actuar de acuerdo a los principios de la solidaridad y la cooperación, preocupándonos de lo que pasa más allá de las cuatro paredes de nuestra casa, de la tribu. Porque la realidad es tozuda y sólo así conseguiremos superar los retos del mundo globalizado al que antes me refería. En el mundo existen desde hace mucho tiempo dos grandes modelos de sociedad, el que representa la derecha y el que representa la izquierda. Un modelo, el de la derecha, que lo fía todo al beneficio económico y a los intereses privados y otro, el de la izquierda, que cree en el crecimiento con oportunidades para todos. En España esos dos modelos se llaman PP y PSOE. Ahora nos toca elegir. Yo lo tengo claro. l *Miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE nº 1153. 2–8 de mayo de 2016 19