N° 165 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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ACUERDO Nº 165
septiembre
En la ciudad de Rosario, el día
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de
del año dos mil catorce, reuniéronse en Acuerdo los Jueces de la
Cámara de Apelación de Circuito doctores Eduardo Jorge Pagnacco, Ricardo Netri
y René Juan Galfré, para dictar sentencia en los caratulados “BARTOLOME
CAROLINA C/ ZAPATA MARTÍN Y OTRS. S/ COBRO DE PESOS” Expte. N° 82/14
(Expte. N° 1197/11 del Juzgado de Primera Instancia de Circuito 2a. Nominación
de Rosario).Se resolvió someter a sorteo el estudio de la causa, resultando el
siguiente orden: doctores René Juan Galfré, Eduardo Jorge Pagnacco y Ricardo
Netri.Hecho el estudio de la causa, se resuelve plantear las siguientes
cuestiones:
1º) ES NULA LA SENTENCIA RECURRIDA ?
2º) EN SU CASO, ES JUSTA ?
3º) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR ?
A la primera cuestión, el doctor Galfré dijo:
Mediante la Sentencia N° 2868/13 (fs. 133/140), a cuya relación
de la causa me remito por razones de brevedad, se resolvió lo siguiente: 1)
Rechazar las excepciones interpuestas a fs. 67/72, con costas al demandado AIR
LIQUIDE ARGENTINA S.A.; 2) Haciendo lugar a la demanda instaurada y
condenando en consecuencia a MARTÍN ALEJANDRO ZAPATA y AIR LIQUIDE
ARGENTINA S.A. a abonar a la actora la suma de pesos Treinta y cuatro mil
novecientos cincuenta ($34.950) dentro del plazo de cinco días a contar desde la
notificación de dicha sentencia, con más un interés equivalente a la tasa activa
promedio mensual sumada que percibe el Nuevo Banco de Santa Fe S.A.. Dicho
interés deberá calcularse desde la mora y hasta su efectivo pago. Costas a la
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demandada (art. 251 C.P.C.C.).Contra dicho pronunciamiento se alza la co-demandada Air
Liquide Argentina S.A., interponiendo los recursos de apelación y conjunta nulidad
(f. 141); los que fueron concedidos por el Juez A-quo a f. 144; y llegados los autos
a esta instancia expresa agravios a fs. 154 vta./161 supra; los que fueron
contestados por la actora a fs. 165/167 supra.Encontrándose consentida la providencia que llamó los autos para
dictar sentencia (fs. 169 y 172), quedan los presentes en estado de resolver.El recurso de nulidad deducido no ha sido sustentado en esta
instancia, y tampoco resulta de lo actuado que se hayan violado u omitido las
formalidades prescriptas con carácter sustancial por la ley de rito, cuyo
quebrantamiento podría autorizar la declaración oficiosa de la nulidad, por lo que
corresponde su desestimación.Por ello, voto por la negativa.A la misma cuestión, los doctores Pagnacco y Netri dijeron:
De acuerdo con lo expuesto por el Vocal preopinante, votamos en
igual sentido.A la segunda cuestión, el doctor Galfré dijo:
La recurrente, en sus agravios, argumenta que la agravia la
sentencia recurrida, por la aceptación lisa y llana, totalmente arbitraria e injusta del
A quo, cuando la condena a pagar las mismas sumas reclamadas en la demanda,
incluyendo cánones locativos y multa por ocupación indebida correspondientes a
períodos posteriores al vencimiento del contrato locativo.Dice que la actora no ha probado ni intentado acreditar en autos
deuda alguna de la recurrente. En tal sentido, niega que la recurrente mantenga
deuda alguna con la actora. Como así también argumenta la falta de legitimación
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activa de la locadora para reclamarle el pago de la deuda en cuestión.Señala que el A quo ha soslayado totalmente la consideración del
artículo 1582 bis del Código Civil, con respecto a los derechos de la fiadora Air
Liquide Argentina S.A.Argumenta que, ante lo dispuesto por el referido artículo del
Código de Fondo, resulta trascendente que el sentenciante evalúe la actitud del
locador, dado que en el caso de autos no ha llevado a cabo diligencias oportunas
tendientes a un trámite de desalojo acelerado, como le correspondía. El locador no
exigió ni concretó diligencia alguna para la restitución del inmueble en tiempo
oportuno.Reprocha que la sentencia venida en alzada no es una derivación
razonada del derecho aplicable a las circunstancias comprobadas en la causa,
habida cuenta su manifiesta arbitrariedad, la carencia total de consideración a las
legítimas defensas propuestas por la recurrente, su ausencia de fundamentación
probatoria y la ausencia total de objetividad de la misma.Sostiene que la agravia que el A quo tenga por acreditado que el
locatario Zapata fuere debidamente intimado a desalojar, como lo expresa la
actora.Afirma que, en el presente caso, los derechos del locador para ir
contra la fiadora recurrente, cesaron automáticamente con el vencimiento del
término del contrato de locación, es decir el día 30 de Setiembre de 2008.Finalmente, solicita la revocación de la sentencia recurrida, con
costas a cargo de la actora.A fs. 165/167, la actora contesta los agravios vertidos por la
recurrente, solicitando se confirme la sentencia recurrida por constituir una justa
composición de la litis, con costas.-
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Entrando al análisis del planteo venido en el recurso articulado por
la fiadora Air Liquide Argentina S.A., el mismo resulta sumamente atendible, en
especial tratándose de un tema neurálgico como resultó de antaño y actualmente
se encuentra zanjado, cual es el de los límites temporales de la responsabilidad
del fiador de un contrato de locación.Es del caso, que el fallo recurrido adolece del análisis adecuado,
en cuanto a la conducta que inexorablemente debe observar el locador en el
momento
del
vencimiento
de
un
contrato
locativo,
para
así
delimitar
acabadamente hasta cuándo se extiende la responsabilidad de quien o quienes se
constituyeron -mediante un contrato de fianza locativa- en garantes de las
obligaciones asumidas por el locatario respecto del locador en la precitada
contratación arrendaticia.Por otra parte, el A quo efectuó un erróneo encuadre de la norma
prevista por el artículo 1582 Bis del Código Civil, que, a la sazón, es la piedra
angular del presente diferendo.Así también el Sentenciante de Grado, ha invertido la carga
diligencial que -por la norma referida- pesa sobre el locador, haciéndola recaer con
inusitado peso sobre la fiadora.Tales omisiones y errores interpretativos, llevaron al Inferior a
emitir la resolución que viene en recurso, y que, en modo alguno, -entiendo- puede
ser mantenida.En aras de efectuar un encuadre preciso de la relación traída en
crisis, en un primer análisis del tema, debo indicar que se trata de un contrato de
locación cuyo término de vigencia transcurrió entre el 01 de Octubre de 2006 y el
30 de Setiembre de 2008 (fs. 2/3 de los caratulados “Bartolome, Carolina Aleida
c/Zapata, Martín Alejandro s/Demanda de Desalojo” (Expte. N° 1514/09, que
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marcha agregado por cuerda al presente). Conforme consta en la Cláusula
Vigésima en dicho contrato, la empresa Air Liquide Argentina S.A. se constituyó en
fiadora solidaria, codeudora, lisa, llana y principal pagadora de todas y cada una
de las obligaciones emergentes del referido contrato. A su vencimiento, no se
operó la restitución inmediata del inmueble a la locadora por parte del locatario.Tal secuencia fáctica no se encuentra controvertida en la causa, y,
además, obra debidamente acreditada con las constancias agregadas a los
actuados que marchan acollarados a la misma.Pero, el meollo de la controversia venida en Alzada, radica en la
interpretación que el A quo y la locadora dan a lo dispuesto por el art. 1582 Bis del
Código Civil, la cual se contrapone claramente con la postura sostenida por la
fiadora recurrente en la presente apelación.La aludida norma (incorporada por la Ley N° 25.628) prescribe:
“La obligación del fiador cesa automáticamente por el vencimiento
del término de la locación salvo la que derive de la no restitución a su debido
tiempo del inmueble locado. Se exige el consentimiento expreso del fiador para
obligarse en la renovación o prórroga expresa o tácita del contrato de locación,
una vez concluido éste. Será nula toda disposición anticipada que extienda la
fianza, sea simple, solidaria como codeudor o principal pagador, del contrato de
locación original”.Conforme refiriera precedentemente, operado el vencimiento del
plazo contractual pactado (30/09/2008), el contrato quedó concluído (art. 1604,
inc. 1°, del Código Civil), surgiendo en el locatario la obligación de restituir el
inmueble al locador (art. 1556, última parte, del mismo Código), y, para el
supuesto que así no lo hiciere, generando en el locador la facultad de demandarlo
por la restitución, con las pérdidas e intereses de la demora (art. 1609 del Código
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de fondo).Sentado ello, no quedan dudas -tal como surge de la letra misma
de las normas de fondo transcriptas- que el locador se encontraba legitimado para
pedir al locatario el reintegro del inmueble locado y no restituído en término.Ante la expresa voluntad de las partes que quedó plasmada -a los
efectos del vencimiento de la relación locativa- en las cláusulas contractuales, por
elementales principios de hermenéutica resulta de aplicación estricta lo normado
por los arts. 1137 y 1197 del Código Civil y, muy especialmente, por el art. 509 del
mismo cuerpo legal, después de la reforma introducida por la ley 17.711, que en
forma expresa consagra el principio de la mora automática para las obligaciones a
plazo.Por ello, consistiendo la restitución del inmueble, en una
obligación a plazo, la mora se produce por su solo vencimiento (art. 509 Código
Civil).Pero, es del caso, que, si bien la locadora no estaba compelida
-respecto del locatario- a intimar la restitución del inmueble a los fines de dejar
expedita la iniciación del pertinente juicio de desalojo; sí lo estaba a los fines de
mantener vigente la cobertura afianzativa a la que la fiadora Air Liquide Argentina
S.A. se había sometido mediante el contrato anexo de fianza locativa, a la hora de
emprender el pertinente juicio de cobro de alquileres impagos, recargos por mora
en la restitución, impuestos, tasas, servicios, daños y perjuicios, etc., contra el
locatario y la fiadora.Es decir, el principio general en orden a los límites temporales de
la fianza, está delimitado por el artículo 1582 Bis -transcripto-, el cual lo dispone
como de operatividad automática, en el día de vencimiento del plazo locativo
acordado en el contrato afianzado. En el caso, la fianza se extinguió -en principio-
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el día 30 de Setiembre de 2008.En orden al texto de la mencionada norma, dicha extinción
obligacional automática, cede si el locatario no restituye a su debido tiempo el
inmueble locado.Y esta falta de restitución debe recaer en un decisión unilateral del
locatario, que resiste cumplimentar su obligación final devenida del contrato
suscripto. Para el caso, los efectos de la garantía fiduciaria se mantienen
incólumes hasta que el locador vea satisfecho su derecho de recupero de la
tenencia del inmueble locado.Pero, para que tal expansión de la fianza se genere, es preciso
que el locador sea diligente, oportuno y concreto en su actuar, inmediatamente
después de operado el vencimiento contractual.Y es aquí donde la intimación a restituir el inmueble sin
condiciones ni plazos de tolerancia, ponen en evidencia que la real y contundente
intención del locador es la de recuperar el inmueble, y que si ello no es
cumplimentado por el locatario, evidencia
de manera inexorable que es el
locatario quien por decisión unilateral optó por no restituir dicho bien.Pero no finaliza la carga obligacional del locador, con la mera
intimación a restituir, sino que -ya sea, porque el locatario contesta negando tal
requerimiento, o, simplemente, porque mantiene silencio-, a renglón seguido el
locador “deberá” iniciar el pertinente juicio de desalojo fundado en el vencimiento
del contrato, y continuar el mismo con diligencia y regularidad, hasta obtener el
recupero del inmueble locado.No cumplimentar alguna o ambas diligencias, genera sobre el
locador la presunción de que su inacción implica que entre él y el locatario existe
un pacto verbal de continuar la relación locativa, la cual podría quedar enmarcada
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en los términos del artículo 1622 del Código Civil (continuación de la locación
concluída).En este caso, conforme reza el aludido artículo 1582 Bis, la
responsabilidad del fiador no sufre la extensión temporal, si no cuenta con el
“consentimiento expreso del fiador”.De la naturaleza jurídica del contrato de locación, surge que el
mismo es esencialmente “oneroso”, y, por tanto, no puede presumirse que, a partir
del vencimiento del plazo contractual, el locador tolera “gratuitamente” la
ocupación del inmueble por parte del locatario, sino que, en dicho caso, se
entiende que percibe los alquileres sin otorgarle recibos.Si, en cambio, tal cobro no existiera, pero el fiador es solvente,
pues se tornaría en un abuso de derecho (art. 1071 Código Civil) del locador, que
sabiéndose cubierto por la capacidad de pago del afianzante, lleva su carga
obligacional más allá de lo que el fiador tuvo como voluntad inicial hacerse
responsable.Tampoco resulta válida la extensión pactada de la fianza (cláusula
Vigésima del contrato) “hasta la restitución del inmueble completamente
desocupado de personas y/o cosas”, habida cuenta que la norma en estudio veda
dicha “disposición anticipada” con la sanción de “nulidad”.A partir de la sanción de la norma precedente, doctrina y
jurisprudencia son contestes en respetar los límites legales previstos para
responsabilizar al fiador en una locación.Highton refiere -citando a Eduardo Zannoni- que: “La fianza cubre
los daños y perjuicios ocasionados por mora en la devolución del inmueble,
siempre que el locador sea diligente y demande el desalojo en un plazo razonable,
siguiendo con presteza todas las instancias judiciales requeridas para obtener el
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lanzamiento...”. (HIGHTON, Elena, “Comentario al art. 1582 Bis”, en BUERES y
HIGHTON, “Código Civil y normas complementarias. Análisis doctrinario y
jurisprudencial”, Buenos Aires, T. 4-A, pág. 355).La norma en análisis -y de aplicación al presente iter controversiales tuitiva, con el rigor de norma de orden público, y, por consiguiente, no
transigible por las partes contratantes.Efectuado el precedente análisis técnico, me remito al caso bajo
análisis, y, de forma prioritaria, cabe verificar si el locador -al vencer el contrato en
crisis- ha cumplimentado en tiempo y forma la intimación de restitución al locatario,
a los fines de exteriorizar su voluntad recuperativa del inmueble, y de esta forma
mantener vinculada a la fiadora Air Liquide Argentina S.A.Al efecto, conforme surge de la Carta Documento N° 986303527
-que obra agregada a f. 4 de los ya referidos autos que marchan por cuerda- el
doctor
Enrique
Fernando
Sirio,
DNI
N°
14.055.519
remitió
-invocando
instrucciones del propietario- en fecha 29 de Enero de 2009 dicho instrumento al
señor Martín Alejandro Zapata (locatario), intimándole el pago de cánones
locativos desde Julio de 2008 hasta Enero de 2009, más multa por mora en el
pago, intereses y gastos, en los términos del artículo 5 de la Ley 23.091.Tal intimación no se ajusta a la que efectivamente debía realizar la
locadora en el presente diferendo, a saber: 1) El doctor Sirio no contaba a la fecha
de remisión de tal Carta Documento con mandato de la locadora Carolina Aleida
Bartolome, para efectuar tal requerimiento e intimación de accionar por falta de
pago. Ello queda evidenciado, con el Poder Especial de f.1 de los encordados
referidos, que recién fue extendido en fecha 12 de Marzo de 2009 (es decir, casi
un mes y medio después); 2) Aun si dicho instrumento hubiere sido remitido por un
apoderado en legal forma, el mismo no resulta eficáz para el caso en crisis, habida
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cuenta de que tal misiva está cumplimentando un requerimiento previo,
para
eventualmente iniciar un juicio de desalojo por falta de pago, y no por vencimiento
de contrato, cuando ya se había operado largamente el vencimiento del contrato
locativo; 3) En dicho reclamo formulado, se pretende el cobro de alquileres que
corresponden a cuatro meses posteriores al vencimiento contractual (Octubre,
Noviembre y Diciembre de 2008 y Enero de 2009), lo cual evidencia que la
locadora pretendía seguir manteniendo al locatario aunque el contrato estuviere
vencido, si éste se avenía a pagarle los arriendos.Concretamente, no hubo intimación inmediata de la locadora al
locatario, tendiente a requerirle la restitución del inmueble locado.Remitido a la iniciación del juicio de desalojo por parte de la
locadora Bartolome, ésta tampoco inició dicha causa en forma inmediata, sino que
-conforme obra a f. 0 de los encordados- recien interpuso la demanda respectiva
en fecha 22 de Abril de 2009.- Es decir, casi siete meses posteriores al
vencimiento del contrato, operado el día 30 de Setiembre de 2008.Tan prolongado tiempo de inacción por parte de la locadora, dista
mucho de ser un término razonable para accionar, y, por otra parte, se torna en
una clara injusticia para la fiadora, si se la obliga a permanecer inerme frente a la
desidia de la locadora.Por otra parte, resulta sumamente irregular admitir -como lo hizo el
A quo- la iniciación del juicio de desalojo por parte de la fiadora.Tal “legitimación” que obedeció a un circunstancial fallo pretérito
de esta Cámara -con otra integración-, no resiste el menor análisis. Y este Tribunal
-en su actual integración- es unánime en su postura de no admisión del fiador en
una causa de desalojo.Si bien, en materia locativa, razones de practicidad sentaron el
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hábito de incluir -como si fuere una cláusula del contrato de locación- el
compromiso afianzatorio de una tercera o de varias personas, ello en nada
desvirtúa tales relaciones, las cuales siguen manteniendo la calidad de contrato
principal y contrato accesorio.Aunque el fiador suscriba un mismo instrumento, en modo alguno
se convierte en parte del contrato de locación, sino que su condición es la de parte
obligada en un contrato accesorio de fianza -en este caso, con las
particularidades, de una fianza locativa-.Mientras que en la relación locativa, las partes suscribientes
-locador y locatario- asumen las obligaciones de entregar la tenencia en uso y
goce de un inmueble, y la otra de pagar un canon locativo por tal uso y goce,
respectivamente; en el contrato accesorio de fianza locativa, el fiador se obliga a
pagar todas las sumas que emanen obligacionalmente del contrato de locación, y
que el locatario no llegue a satisfacer al locador.Por tanto, si el fiador no constituye una parte en el contrato de
locación, y, consiguientemente, no fue él quien entregó al locatario la tenencia en
uso y goce del inmueble locado-, mal puede admitirse que esté investido de
“legitimación activa” para pretensionar el desalojo del inmueble y la consiguiente
restitución de la tenencia al afianzante.Por otra parte, ninguna necesidad tiene el fiador para accionar de
tal manera, tendiente a delimitar su obligación afianzadora.En tal sentido, tal como se desarrollara precedentemente
-conforme a la legislación vigente- el contrato de fianza se extingue en la misma
fecha en que fenece el contrato de locación afianzado, y, por tanto, ninguna carga
pesa sobre el fiador a cumplimentar en dicha circunstancia para hacer efectiva tal
disposición legal ni exteriorizar su voluntad de no continuar afianzando.-
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Por el contrario, es el locador quien debe extremar su diligencia
tendiente a despejar toda duda de que efectivamente pretende tempestivamente el
recupero del inmueble, y que no lo logra porque el locatario se resiste a cumplir
con dicho reintegro; dejando de esta forma extendida la responsabilidad del fiador
hasta el recupero total del inmueble, con la satisfacción de todos los créditos
locativos del locador, tal como lo dispone el ya referido artículo 1582 Bis del
Código Civil.Pero, en el sub examine, se han invertido los roles obligacionales.Se admitió la interposición de demanda de desalojo y su posterior
tramitación, por parte de la fiadora Air Liquide Argentina S.A., mientras que la
locadora Carolina Aleida Bartolome permaneció casi siete meses impávida,
reclamando el pago de alquileres por meses posteriores al vencimiento
contractual, y cuando ya se encontraba en curso de trámite el desalojo iniciado por
la fiadora, trató de disimular su pasividad, y comenzó -tímidamente- un nuevo
juicio de desalojo contra el locatario Martín Alejandro Zapata. No siendo suficiente
ello, en un breve plazo posterior solicitó la acumulación de su propio juicio al
desalojo iniciado por la fiadora, y ninguna otra labor llevó adelante en su propia
causa.Así permaneció en absoluta pasividad, expectante de que todas
las molestias y gastos los cumplimente la fiadora, que -en el caso- puso en
evidencia sobrada actividad.Tal como lo remarca la recurrente reiteradamente en la presente
causa, la locadora -cuando la sentencia de desalojo dictada en el juicio iniciado
por la fiadora, fue recurrida por el locatario Martín Alejandro Zapata-, pudiendo
afianzar -como lo hizo cuando peticionó la medida cautelar de f. 15 de los
presentes- logrando el cambio de efecto -a devolutivo- de la sentencia recurrida, y
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de tal modo obtener una inmediata desocupación del inmueble, prefirió esperar las
resultas del trámite recursivo -el cual concluyó con una declaración de caducidad
peticionada por la fiadora- haciendo más gravosa la situación de la fiadora, que,
conforme a derecho, se encontraba liberada al haber fenecido el plazo locativo.Por ello, si bien -habida cuenta que ambos contratos (locación y
fianza) se encuentran reconocidos por las partes y quedan fuera de controversiala locadora Carolina Aleida Bartolome ostenta “legitimación activa” para accionar
contra la fiadora Air Liquide Argentina S.A. por deudas incumplidas por el locatario
Martín Alejandro Zapata devenidas del contrato de locación ya concluido, ello no la
habilita a reclamar “sine fine” cualquier monto crediticio invocado, cuando la
locadora no ha dado cumplimiento a precisas cargas que “únicamente” sobre ella
pesaban.En este marco, el contrato de locación es suficiente elemento
probatorio para sustentar reclamos pactados (tales como los alquileres, y recargos
por mora en el pago), recayendo sobre los demandados -locatario y fiadora- la
prueba de que las sumas reclamadas se encuentran pagadas, para lo cual
deviene necesario su acreditación mediante los recibos de pago extendidos por la
locataria o su representante.Como
exhaustivamente
se
explicitara
precedentemente,
la
negligencia, la inactividad y la conducta especulativa de la locadora sustentada en
la seguridad que le brinda la solvencia de la fiadora, la llevaron a enmarcarla en
una conducta abusiva que afecta el derecho de la garante, y que -entiendo- este
Tribunal no puede admitir.En tal sentido, la responsabilidad de la fiadora Air Liquide
Argentina S.A. debe darse por concluida al día 30 de Setiembre de 2008 (fecha de
finalización del contrato de locación en crisis), haciéndosela responsable
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únicamente de las deudas del locatario Martín Alejandro Zapata frente a la
locadora Carolina Aleida Bartolome, que pudieren existir hasta dicha fecha.En orden a analizar los montos pretensionados en la demanda
(vide f. 5 in fine), se reclaman alquileres impagos correspondientes a los meses de
Julio, Agosto y Setiembre de 2008, los cuales se encuentran comprendidos dentro
del plazo locativo pactado.No obrando en autos ninguna acreditación de pago ni por parte del
locatario Zapata ni de su fiadora Air Liquide Argentina S.A., debe entenderse que
los mismos de encuentran impagos, y el reclamo pretensional por tales rubros se
encuentra habilitado y exigible.Conforme surge de la Cláusula Tercera del contrato de locación de
fs. 2/3 de los encordados, el canon locativo mensual se pactó en la suma de
Pesos Cuatrocientos cincuenta ($450.-).Habida cuenta de que los meses que permanecen impagos son
tres, la deuda por tal concepto asciende a la suma de UN MIL TRESCIENTOS
CINCUENTA PESOS ($1.350.-).Todos los demás importes y/o rubros reclamados en la demanda,
son rechazados, por las razones expuestas.Ergo, los agravios de la fiadora recurrente, son parcialmente
admitidos.Por todo ello, considero que corresponde admitir parcialmente el
recurso de apelación interpuesto por la fiadora Air Liquide Argentina S.A., y, en
consecuencia, revocar parcialmente la Sentencia N° 2868/13 (fs. 133/140), en lo
referente a los montos y rubros reclamados a la fiadora, y, en su lugar, condenar a
Air Liquide Argentina S.A. a abonar a la actora únicamente la suma de UN MIL
TRESCIENTOS CINCUENTA PESOS ($1.350.-), correspondiente a alquileres
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impagos de los meses de Julio, Agosto y Setiembre de 2008.Conforme al éxito obtenido por las partes, las costas de esta
instancia deben ser repartidas conforme al éxito obtenido por las partes (art. 252
C.P.C.C.), por lo que se imponen en un Noventa por ciento (90%) a cargo de la
recurrida, y un Diez por ciento (10%) a cargo de la recurrente.En cuanto a las costas de Primera instancia, respecto de la
fiadora, se imponen en esta misma proporción (90 % a cargo de la actora y 10 % a
cargo de la fiadora codemandada) (art. 252 C.P.C.C.).Por lo expuesto, voto por la negativa.A la misma cuestión,los doctores Pagnacco y Netri dijeron:
De acuerdo a los principios y fundamentos a los que arriba el
Vocal preopinante, votamos en igual sentido.A la tercera cuestión, el doctor Galfré dijo:
Atento el resultado obtenido al votar las cuestiones precedentes,
corresponde: I) Desestimar la nulidad; II) Admitir parcialmente el recurso de
apelación interpuesto por la fiadora Air Liquide Argentina S.A., y, en consecuencia,
revocar parcialmente la Sentencia N° 2868/13 (fs. 133/140), en lo referente a los
montos y rubros reclamados a la fiadora, y, en su lugar, condenar a Air Liquide
Argentina S.A. a abonar a la actora únicamente la suma de UN MIL
TRESCIENTOS CINCUENTA PESOS ($1.350.-), correspondiente a alquileres
impagos de los meses de Julio, Agosto y Setiembre de 2008; III) Imponer las
costas de
esta
instancia, conforme
al
éxito
obtenido
por las partes,
distribuyéndolas en la proporción del Noventa por ciento (90%) a cargo de la
recurrida, y del Diez por ciento (10%) a cargo de la recurrente (art. 252 C.P.C.C.).
En cuanto a las costas de Primera Instancia, respecto de la fiadora, se imponen en
esta misma proporción (90 % a cargo de la actora y 10 % a cargo de la fiadora
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codemandada) (art. 252 C.P.C.C.); IV) Propongo que los honorarios de Alzada de
los doctores Susana Hercowitz y José Ignacio Tornambe, se fijen en el cincuenta
por ciento del honorario que en definitiva les corresponda a los profesionales de
cada parte por su labor desplegada en lo principal en sede inferior con noticia de
la Caja Forense; V) Conforme lo dispuesto por el art. 9 de la ley 7055 (contrario
sensu) y tal como lo ha resuelto la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de
Santa Fe (autos: “López, Eduardo J. s/ Infracción arts. 12 y 88 del Código de
Faltas”, 10-04-2003, A. y S. 188, págs. 123/127; “Capella, Hugo H. s/ Auto de
Procesamiento”, 26-12-2003, A. y S., 194, págs. 229/234) y subraya la doctrina
más prestigiosa, el eventual recurso de inconstitucionalidad que pudiera
interponerse contra la presente sentencia condenatoria no tiene efecto
suspensivo (MARTÍNEZ, Hernán, “El Recurso de Inconstitucionalidad en la
Provincia de Santa Fe. Ley 7055. Actualización”, Tomo II, pág. 83; SAGÜES,
Néstor y SERRA, María M., “Derecho Procesal Constitucional de la Provincia de
Santa Fe”, pág. 551; CHIAPPINI, Julio, “El Recurso de Inconstitucionalidad. Ley
7055”,
pág.
85;
ídem,
“El
efecto
no
suspensivo
en
el
recurso
de
inconstitucionalidad”, en Zeus 65, D-109). En consecuencia, corresponde que
notificada que fuere la presente sentencia, bajen los autos al Inferior a fin de
posibilitar su ejecución y, en caso de que se interpusiese recurso de
inconstitucionalidad por alguna de las partes, esta Cámara le requerirá fotocopias
certificadas para su sustanciación, debiendo quedar a cargo de la recurrente el
costo de las mismas.Así voto.A la misma cuestión, los doctores Pagnacco y Netri dijeron:
El pronunciamiento que corresponde dictar es el que propicia el
doctor Galfré.-
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Por todo ello, la Cámara de Apelación de Circuito; RESUELVE: I)
Desestimar la nulidad; II) Admitir parcialmente el recurso de apelación interpuesto
por la fiadora Air Liquide Argentina S.A., y, en consecuencia, revocar parcialmente
la Sentencia N° 2868/13 (fs. 133/140), en lo referente a los montos y rubros
reclamados a la fiadora, y, en su lugar, condenar a Air Liquide Argentina S.A. a
abonar a la actora únicamente la suma de UN MIL TRESCIENTOS CINCUENTA
PESOS ($1.350.-), correspondiente a alquileres impagos de los meses de Julio,
Agosto y Setiembre de 2008; III) Imponer las costas de esta instancia, conforme al
éxito obtenido por las partes, distribuyéndolas en la proporción del Noventa por
ciento (90%) a cargo de la recurrida, y del Diez por ciento (10%) a cargo de la
recurrente (art. 252 C.P.C.C.). En cuanto a las costas de Primera Instancia,
respecto de la fiadora, se imponen en esta misma proporción (90 % a cargo de la
actora y 10 % a cargo de la fiadora codemandada) (art. 252 C.P.C.C.); IV) Fíjanse
los honorarios de Alzada de los doctores Susana Hercowitz y José Ignacio
Tornambe, en el cincuenta por ciento del honorario que en definitiva les
corresponda a los profesionales de cada parte por su labor desplegada en lo
principal en sede inferior con noticia de la Caja Forense; V) Insértese, notifíquese
a las partes y bajen de inmediato a los fines expuestos en el último párrafo de la
parte considerativa. (AUTOS: “BARTOLOME CAROLINA C/ ZAPATA MARTÍN Y
OTRS. S/ COBRO DE PESOS” Expte. N° 82/14).-8-46
GALFRÉ
PAGNACCO
NETRI
MUNINI
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