Narxjsmo y urbanjsmo J.Rius-Camps el transcurso temporal al vaivén de la dialéctica entre "verdades" que evolucionan. Se podría resumir dicienAl hombre del siglo XX le resulta dificil encontrar las do: "la verdad absoluta es que ésta -la misma verdadcoordenadas, los puntos de referencia, que le sitúen en· es relativa"; algo así corno afirmar: "el círculo es cuadrado". los diferentes campos de su vivir: religioso, familiar, artístico, profesional o político. Puesto que el hombre El urbanismo, entendido corno realización, como fruimprime su "sello" en las obras que realiza, en el estuto material del funcionamiento de una determinada sociedad, nos puede dar alguna orientación acerca dela dio del mismo podemos hallar y conocer la auténtica refereneia; la que conviene a su vida, tanto material bondad o carencia en los cimientos sobre los que está fundada; tendrá su "sello" característico. Sin embargo, como del espíritu y, al mismo tiempo, saber las vías será preciso una observación, profunda, de este funcioequivocadas cuyo "sello", esclavizante, es expresión de namiento sin quedarnos en aspectos más o menos un actuar equivocado. superficiales, fácilmente cuantificables, que permiten el El fenómeno urbano, corno tal, es típico de nuestro encubrimiento de errores de fondo. siglo y refleja , muy bien, el comportamiento humano Puesto que el primer paso, práctico, del marxismo es por ser una realidad perfectamente observable cuyas huellas difícilmente se borran, si no es en varias generael socialismo-marxista, es ahí, en sus realizaciones · ciones. urbanas, donde se deberá buscar el sello característico; Por otra parte nuestra época está polarizada en dos lo mismo cabe decir de las consecuencias urbanas del extremos que frecuentemente se contraponen o se precapital. En un primer estudio, es muy probable que las sentan como las dos grandes opciones que dominarán el diferencias no sean muy importantes y a bien seguro mundo futuro bajo una única bandera: Capitalismo o que los ejemplos "desgraciados" u óptimos se puedan Marxismo. Sin embargo, la realidad no es tan rígida y el hallar en ambas corrientes, sobre todo si nos atenemos a los aspectos cuantitativos o a las cualidades de "fahombre mezcla y confunde los problemas en una variedad difícilmente enumerable y clasificable. Marxismo y chada". Será preciso ir al funcionamiento de fondo para darnos cuenta de la realidad; esta realidad nos viene capitalismo quieren ser las dos clasificaciones extremas -por lo menos así se los presenta con harta frecuenciadada por un conjunto de cualidades, cuyo número es que tienen la ventaja de la simplicidad teórica y, por muy elevado, y que expresan la riqueza de la vida social tanto, es fácil contraponer dialécticarnente y presentar inherente al hombre y, además, la mayor parte de las corno "banderín de enganche" en un enfrentamiento de mismas son difíciles e incluso imposibles de cuantificar. bandería que, para que sea tal, necesita de un mínimo La cualidad más importante, y cuyo sello debemos busde dos "bandos" y para que funcione es preciso un mácar, será la que nos dé la característica a observar si no ximo también de dos. nos querernos perder en un sinfln de enumeraciones, Sin embargo, se pueden señalar algunas diferencias cuantificaciones específicas, etc., para caer finalmente específicas entre ambas posiciones: el Capitalismo, en una inacabable dialéctica, conocida ya desde antiguo con el nombre de "discusión bizantina". ¿Cuál es entendido como comportamiento de la sociedad, no precisa de la existencia del marxismo para su planteamienesa cualidad característica del . comportamiento del t.o eórico ni para su puesta en práctica. El marxismo, en hombre? La respuesta es: la libertad; interna o "libre cambio, conlleva la necesidad de un enfrentamiento albedrío" y externa o carencia de esclavitud. dialéctico -la necesidad de dos- tanto en su esencia El sello de la libertad no se observará fácilmente en el como en su praxis. En otro aspecto, el capitalismo es un urbanismo considerado en su aspecto material, estátiinstrumento al servicio del funcionamiento de la socieco; ahí los engaños y confusiones pueden proliferar; es dad, y corno tal necesario - en la práctica- tanto al necesario acudir al aspecto dinámico del urbanismo, marxismo como al capitalismo (entendido comofunciopuesto que la libertad hace referencia directa a la namiento obligatorio, no como instrumento)~E1 Marxisacción, determinada en una u otra dirección según la mo no tiene, ni quiere tener por principio, esta faceta elección libre del "libre albedrío". instrumental. Las teorías y conclusiones marxistas preEn una sociedad capitalista, entendida .como t.enden ser la regla única y absoluta del comportamiento explotación del hombre por el hombre, esta libertad no humano, a través de un inacabable proceso dialéctico, existe si esta explotación llega a ser absoluta; en el que se impone de manera axiomática. Es un sistema socialismo-marxista se llega a los miSII?-OS resultados que se erige en principio absoluto sin más justificación por un camino distinto: es un capitalismo en manos del que la orto-praxis que se derivará de su implantación. Estado que se erige no en instrumento, sino en sistema El enfrentamiento directo, por vía filosófico-teológica, rector obligatorio no sólo en la praxis sino como ideología que se impone a modo de axioma. En esta comparasólo convence a los que ya están convencidos y son capaces de soportar y entender la especulación sobre el ción los resultados son parecidos con la agravante de tema; pues abrazar la doctrina de Marx significa, en úlque el "capitalismo particular", unido a personas contima instancia, creer en la no existencia de la Verdad: cretas que lo manejan, puede "tener entrañas", mienfundamento de la metafísica. Para Marx la verdad es, a tras que el "capitalismo de Estado" - por ser impersolo sumo, "un argumento de plausibilidad", variable con nal- no las tiene por carecer de sentimientos. Introducción 86 REVISTA DE MEDICI~~ DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA El capitalismo, entendido como instrumento, es un sistema de intercambio, necesario y útil en cualquier organización de la sociedad; en este sentido no lesiona los derechos inherentes a la libertad; podrá hacerlo si se instaura como sistema rector que reflejará la bondad o maldad de quienes lo manejen y -en el mejor de los casos- se convertirá en un inneccesario y deshumanizante "paternalismo". Por otra parte, la sociedad es la expresión del comportamiento de los individuos, pero ese comportamiento no es el sistema que los rige sino que es consecuencia de la libertad personal; si se hace mal uso de ella el comportamiento puede ser radicalmente distinto. En una ciudad de gangsters se tendría el "horno homini lupus" de Hobbes; en el mundo socialista-marxista el sistema que rige es el trabajo, la productividad: "a cada uno según su trabajo, a cada uno según su capacidad" 1 ; el trabajo es lo que rige, ha perdido su carácter de instrumento al servicio del hombre; ya no tiene la omnímoda libertad del "ut operaretur" -para que trabajaradada por Dios. Para poner en práctica este principio del socialismo es necesario un control que lo haga obligatorio: "eso exige, en interés de toda la sociedad, un control severo de la medida del trabajo y del consumo, soporte del interés material de cada uno por los resultados de su trabajo, por intermedio de una reglamentación jurídica de las normas de trabajo y de consumo" 2 ; que es lo mismo expresado anteriormente por Lenin: "hasta que la última fase del Comunismo sea alcanzada, los socialistas exigen el control más estricto, por parte de la sociedad y del Estado, sobre la medida del trabajo y del consumo". Socialismo y Capitalismo El socialismo, y su último eslabón el comunismo, es un intento de construir y establecer un sistema de comportamiento humano, dogmático y obligatorio, que incluya al mismo hombre que lo ha inventado que pasa a ser un mero engranaje de la máquina diseñad por él. Frecuentemente, como se ha afirmado antes, se suelen contraponer socialismo marxista y capitalismo como sistemas igualmente nocivos. La comparación no es exacta, pues sería lo mismo que contraponer el marxismo con el sistema métrico decimal, para citar un ejemplo; a nadie escapa la posibilidad de hacer mal uso de este último. Lo mismo ocurre con el capitalismo: su mal uso será incluir a los hombres como elementos del mismo, como si fueran cosas -la explotación del hombre por el hombre es la consecuencia inmediata-, pero si se evita ese uso aberrante del caJ?ital, su entidad es la que corresponde a un instrumento de trabajo que necesitan -y utilizan también- los mismos marxistas. Como tal instrumento, útil, es bueno en si; la maldad o bondad es de quienes lo utilicen. El socialismo-marxista no quiere ser instrumento sino sistema que se impone obligatoriamente; el principio: "a cada uno según su trabajo, a cada uno según su capacidad", parece benevolente 1 N. P. Farberov, professeur de l'Institut de Droit de l'Acadérnie des Sciences de l'U. R. S. S., "Dans l'Edificatión Générale du Communisme en U. R. S. S." 1962. Articulo aparecido en el torno I, p. 7, de ''!'U. R. S. S." Ed. Sirey, París, 1962. En él mismo leemos: "La repartition selon le travail, enonce la résolution du XXI Congrés du Parti Cornrnuniste de !'U. R. S. S., garantit l'intéressement matériel aux résultats de la production, stimule l'augrnentation des travailleurs, petfectionne les techniques de produc- y humanitario; eso sería relativamente exacto si se tratara de un simple instrumento de justicia social que facilitara el ejercicio de la auténtica justicia, pero es una aberración cuando se eleva a la categoría de sistema total. Presupuestos teóricos de la concepción marxista del urbanismo y sus consecuencias en la dinámica urbana Se ha señalado ya que Marx y Engels no buscan un fin benéfico-social al tratar cuestiones de urbanismo o sociología; sino un fin político, que consiste en la agitación revolucionaria como medio para la implantación del socialismo, que se transformaría después en comunismo. "Es importante observar que es a partir de la dea de revolución total como encuentra explicación el materialismo marxista, y que el nexo que une estas dos tesis es inseparable. Para que sea posible la inversión dialéctica de la miseria a la grandeza (y aquí también se ve la inexorabilidad del momento dialético) es necesario acentuar la miseria del hombre hasta el mayor grado posible. Esta acentuación significa la liberación del hombre de toda traza de lo divino y su reducción a actividad práctico-sensible. Sólo así, a través de esta concepción materialista, se realiza un historicismo integral, en el sentido de que la historia resulte el único sujeto; y sólo así sea posible el derribo de la totalidad"ª. Se menciona a continuación algunas de las principales características que los teóricos del marxismo señalan para las ciudades y viviendas socialistas: a) El Estado como único propietario del suelo y de la vivienda. El marxismo presenta la propiedad privada como una de las causas principales de los males que aquejan a la sociedad capitalista, por tanto es evidente que la supresión de la propiedad del suelo es el primer presupuesto señalado por el marxismo para la construcción de la ciudad socialista. No es necesario extenderse en este punto, pues la bibliografía al respecto es de sobra abundante; basta señalar que, a1Jarte de los motivos ideológicos, esta medida es también un arma de coacción de los ciudadanos por parte del Estado, que concede o sustrae la vivienda en función de las "simpatías" de los individuos hacia el régimen. Como ilustración se puede citar lo que ha sucedido en la GDR, en la que el Gobierno Central de la planificación y desarrollo social está totalmente en manos del Estado: "La economía de la GDR es una economía socialista planificada, basada en la propiedad socialista de los grandes medios de producción ... cerca del 95 % de los productos industriales y alrededor del 78 % de los materiales de construcción son producidos por empresas propiedad del Estado. En agricultura, el 86 % de la tierra cultivable está en manos de granjas en régimen cooperativo y el 7 % en manos del Estado ... Existen dos formas básicas de propiedad socialista en la GDR: propiedad nacional perteneciente a la sociedad como un todo, y la propiedad cooprativa perteneciente a grupos de trabajadotion; elle joue de plus un grand role éducatif, inculque aux gens la discipline socialiste et le rend obligatoire"; así se expresa el XXI Congreso del Partido Comunista. 2 Ibidem, p. 8. 3 Del Noce, A., Riestra, J. A., Karl Marx: escritos juveniles, Ed. Magisterio Español, Madrid 1975, p. 151. REVISTA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA 87 res .. . La propiedad cooperativa es predominante en agricultura. Esto se consiguió en el proceso de construcción del socialismo por la voluntaria unión de los agricultores antes independientes" 4 • Es archiconocida la tradicional resistencia del hombre de campo a cede la propiedad privada del suelo; el régimen de cooperativa es una forma solapada de propiedad estatal, que controla todos los medios de producción -coo se vio en las anteriores estadísticas- indispensables para la agricultura: maquinaria, abonos y semillas . b) Subordinación del urbanismo a la producción económica. A la vez que critican a las ciudades capitalistas por supeditar las residencias de los obreros a la producción industrial, los urbanistas socialistas no tienen inconveniente en afirmar que "la organización sobre bases cooperativistas y la colectivización de los principales sectores de los servicios sociales y culturales deben garantizar, en resumidas cuentas, la posibilidad de utilizar todas las reservas de mano de obra existentes, y especialmente el trabajo de las mujeres, liberadas de las tareas domésticas, y el trabajo de los inválidos, así como de utilizar también, de manera organizada, el trabajo desarrollado por los chicos y por los adolescentes en el ámbito del sistema de enseñanza, el cual debe estar constantemente referido a los problemas de la producción industrial y agrícola" 5 . De este modo se forman ciudades nuevas a las que se trasladan poblaciones enteras, sin respetar, evidentemente, la libertad de los individuos. Al mismo tiempo, se impide el libre movimiento de los ciudadanos en el interior del país. "El problema planteado por Marx y Lenin, de crear una nueva forma de asentamiento, nos coloca frente a la exigencia de limitar el ulterior aflujo de población hacia los centros urbanos existentes" 6 . La planificación debe ser férrea y obligatoria, como lo es la disciplina que impone el marxismo: los "Planes Quinquenales" se cumplen sin discusión ni apelación posibles: poco importa que los resultados sean en contradicción con los "Derechos" más "Humanos" de la persona porque el plan era una equivocación: no existen errores en el sistema, sino un paso más en la dialéctica del mismo. Si el plan prevee que no se construyan viviendas, no se construyen; aunque varias familias tengan que compartir una única habitación; si el plan estima que los recursos deben canalizarse a la industria de guerra se desplazan los individuos, las familias y poblaciones · enteras donde el plan prevee que son necesarias. Así en el primer plan quinquenal: "Nuestro país está comprometido en una experiencia sin precedentes de construcción de un consistente equipamiento básico, en un régimen de acumulación corriente, en un régimen de austeridad económica y partiendo del rechazo a la satisfacción de las necesidades inmediatas para poder realizar un objetivo de alcance histórico excepcional" 7 • A este respecto el escritor P a olo Ceccarelli, cuya simpatía marxista es evidente, escribeª: "El problema de las inversiones en el sector de la vivienda y en el del equipamiento de servicios correspondientes es considerado -igual que todas las demás inversiones en el sector de consumo- como marginal con respecto a urgencias más inmediatas en el marco de la reconstrucción de las estructuras económicas del país y consecuentemente es arrinconado durante toda la década de los treinta, para ser tomado en consideración sólo después de las destrucciones producidas por la invasión nazi. Si fue ésta una decisión correcta; si la extraordinaria restricción del consumo en el sector de la vivienda y de los serviciossociales ligados a ella, en beneficio de otros sectores, produjo los beneficios previstos; sifue realmente justificada, a la luz de una valoración más amplia de los problemas de la sociedad soviética, es prácticamente imposible hacerlo en estas páginas ... " La prosecución de esta política trajo consigo grandes dificultades, no precisamente pequeñas ni desdeñables, que todavía hoy -casi transcurridos cincuenta años- gravita sobre la sociedad soviética. c) La vivienda como instrumento contra la institución familiar. Marx y Engels dedicaron una buena parte de sus esfuerzos a denigrar la familia, a la que consideraban también una forma de explotación del proletariado por parte de la burguesía, calificándola frecuentemente con epítetos como "forma de prostitución de la mujer', etc. Se comprende, por tanto, que también el urbanismo marxista plantee el m odo de acabar con la familia: "La familia burguesa, naturalmente, deberá desaparecer junto con su realidad complementaria, y ambas dejarán de existir con la desaparición del capital"9 . Para lograrlo, se implanta la necesidad del trabajo femenino fuera del hogar, que es presentado, además, como una "liberación": "Los brazos que necesitamos, los encontramos liberando a la mujer del trabajo doméstico, y eso será posible solamente si hemos conseguido crear una red de servicios colectivos centralizados"1º. En China comunista: "En los campos trabajan equipos de campesinos y, sobre todo, campesinas ... · No hay propiedad privada, salvo pequeñas parcelas y · algunas cabras que son de los trabajadores ... Las casas son del Municipio .. . Los matrimonios son a menudo separados por el trabajo en ciudades lejanas. En este caso tienen derecho a quince días de vacaciones al año. Los otros no tienen vacaciones, excepto los domingos, el primero de octubre y el primero de mayo y tres días de fiesta de primavera ... Para resolver el problema de las comunicaciones entre la vivienda y el trabajo no existen, prácticamente, automóviles privados, ni medios masivos de transporte común, como el metro o el ferrocarril. Las vías férreas que terminan en Pekín no sirven de medios de transporte para los habitantes de la periferia; sólo existen líneas de trolebuses . Este problema, de importancia tan determinante, se resuelve en China de la manera siguiente: los trabajadores están alojados cerca del lugar de trabajo. La mayoría de los obreros viven en la fábrica misma, o duermen en dormitorios comunes (hombres y mujeres separados, inclusive si están casados). No vuelven a su casa salvo los domingos ... La acción general está basada sobre la integración del individuo a la masa. El control sobre cada uno se ejerce en todas partes desde el nacimiento hasta la muerte. Todas las actividades, y más especial- 4 Habitat. DDR, p. 23 y 24, publicado por: Ministerium für Bauwesen der Deutschen Demokratischen Republik, Berlín, 1976. 7 Piatiletnij plan narodnokhoziaistvennogo stroitel'stva S. S. S. R., vol. 1, p. 74, 1929. 5 Miljutin, N.A., "Sosgorod .. .", cit. p. 288 . El subrayado es nues tro. 8 P. Ceccarelli, La construcción de la ciudad soviética. p. XVIII . Ed. G. G. Barcelona, 1970. 6 Ibidem, p. 287. 9 Ibídem . 88 REVISTA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA mente la org anización del marco de vida y de la producción, están dirigidas por el Estado " 11 • También se sustr ae a los hijos de la patria potestad mediante el establecimiento de jardines de infancia, escuelas, etc., h aciendo obligator ia la asistencia desde las edades más tempranas: " Sólo al final de un largo proceso y de un intenso trabajo educativo se podrá llegar a sustituir la influencia de los padres sobre la prole por la influencia de toda la comunidad. Se trata de un problema que en ningún caso puede ser resuelto mecánicamente. El objetivo que hoy debemos perseguir, con el máximo empeño, es la creación de la base material para la educación colectiva de la infancia" 12 . El hombre ante esta máquina planificadora plenipo tente no es más que una cosa al servicio de la organización económica espacial: "En presencia de nuevas formas de población discontinua" (necesarias para la nueva planificación industrial) se hará necesario elaborar alternativas precisas, hechas aún más urgentes por el hecho de que la densidad demográfica de la URSS, en su conjunto, es baja. ¿Es necesario desplazar los hombres, las materias primas o las mercancías? ¿Hay que despa zar de modo permanente a los hombres hacia las fuentes de materias primas y los centros industriales ya existentes, donde su productividad será más alta, con el riesgo empero de vernos obligados más tarde a gastar mucho más para reorganizar los centros urbanos que se irán desarrollando de este modo, o hay que transportar materias primas y mercancías hacia las áreas naturales de población? ¿Se atraerá hacia la cuenca del Kurzbass en vías de desarrollo, y más tarde hacia las regiones del Kazakhstan y del Baikal, a los especialistas y a los agricultores sin los cuales estas regiones no pueden desarrollarse, o por el contrario se requerirá la presencia de mano de obra especializada en los Urales para transportar el carbón del Kurzbass necesario para el desarrollo de la industria soviética" ?13 Estas preguntas, y otras muchas que se podrían formular, serían honradas y convenientes si su ejecución fuera instrumental y no sistemática: ¿"es necesario"?; si lo es, se hace; son históricas las deportaciones masivas a Siberia. ¿"Hay que desplazar", si es preciso de "modo permanente", un hombre y separarlo de su mujer y de sus hijos? ¿Cuál es el motivo para tan dura decisionsobre la libertad de un ser libre por esencia?, "la productividad": una mera cuantificación de la materia; independientemente de si es necesaria esa productividad o es totalmente inútil o marginal. La única alternativa a si se hace o no, es: "vernos obligados más tarde a gastar mucho más" . Este "vernos" equivale a plural mayestático de la máquina planificadora: el "Deus ex Machina", que dictamina y decide sobre la base del costo-beneficio puramente crematístico. La "polaridad dialectica" burguesía-proletariado, y su manifestación urbna La consideración de las ciudades occidentales como productos de la oposición clasista, constituidas por zonas "burguesas" y ghettos proletarios, puede tener el atractivo de toda simplificación que presente un fnómeno complej o de modo sencillo y apar entemente "científico", adornado además de la fácil demagogia de una liter atura de tipo panfletario orientada a excitar emocionalmente al lector. Sin embargo, se trat a de eso : de una simplificación que, además, falsifica la realidad. Basta ver cualquier ciudad actu al, en la que no existe , generalmente, esa "polaridad dialéctica espacial" entre barrios burgueses y barrios obreros. En realidad , hay toda una gama variadísima de zonas urbanas, que se funden unas con otras, de ordinario sin límites definidos. Los fenómenos urbanos muestran todo lo contrario de lo que pretende hacer creer el marxismo. Si se quiere hablar de "dirección o tendencia" de esos fenómenos , ésta es precisamente la de un progresivo aejamiento de esa supuesta polaridad: expresión urbana de la tenden cia social general de alejamiento de la polaridad burguesía-proletariado, de la que dan constancia evidente las clases medias, cada vez más extendidas y variadas entre sí; y también la progresiva y generalizada desaparición de zonas urbanas de miseria en los países desarrollados. Ya se ha recordado que el marxismo no pretende "eliminar el lado malo'', sino provocar la lucha de los opuestos: no trata de resolver el problema de la vivienda en una sociedad capitalista (en general, no socialista), sino provocar y agudizar cada vez más la lu cha intestina en esa sociedad . Hay que decir que semejante lucha no es algo natural y espontáneo : para provocarla, el marxismo se empeñará precisamente en " crear las condiciones necesarias", inculcndo en las masas una "conciencia de clase"; es decir, en hacer creer al obrero que todo aquello que, en realidad, son elementos positivos de su vida personal y social, son "alienantes" en cuanto le impiden sentirse simplemente átomo de una supuesta masa indiferenciada de explotados (el proletariado). De ahí la crítica marxista a las parroquias, a las asociaciones recreativas, a los fines de semana, etc.: se trata de eliminar todo aquello que supone o favorece el reconocimiento y expresión de la individualidad personal. Los obreros o, más en general, todos los que según el materialismo histórico formarán el proletariado en la Revolución, merecen la atención del marxismo sólo en cuanto masa , nunca en cuanto personas. Por otra parte, aun en el caso de una determinada situación urbana que constituya una grave injusticia, promover el odio es absolutamente rechazable -y no sólo desde el punto de vista moral-, mientras que l escasez material no es un mal absoluto, sino relativo, para evitar el cual -para pensar que se va a evitar- es un crimen inducir al odio, que es potencialmente un homicidio, y que destroza el principio mismo de todo ordenamiento social. Además, y es importante no olvidarlo, no toda diferencia social es injusta : los hombres son iguales en su dignidad de personas, pero no lo son por sus talentos, por sus méritos, por su sentido de responsabilidad y la importancia de su servicio a la comunidad civil, etc . Por eso, el absoluto igualitarismo social, no es que simplemente no pueda perseguirse con medios ilícitos, sino que en sí mismo es injusto. 10 Ibídem. 12 Milj utin, N. A., ·loe. cit. 11 Croizé, A., Urbanismo y arquitectura en la República Popular China. Publicad o en la r evista "Urbanisme" , n.º 98, p . 6 2-6 6. 13 Chambre, H., L'aménagement du territoire en U. R. S. S ., p. 10. Ed. Montan, P arís , 1959. REVISTA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA 89 Conclusión La ciencia urbana -expres10n física del comportamiento del hombre como hemos expuesto- tiene por objeto una riqueza tal, paralela a la de éste, que ningún modelo urbano puede abarcar; de ahí su razón de instrumento canalizador de ese comportamiento en el momento, importantísimo, de imprimir el sello del actuar del hombre sobre la limitada superficie útil de nuestro planeta. Cuando el modelo urbano se convierte en rector del comportamiento humano, entonces comienzan los errores de planificación y las dificultades. Ya hemos anotado la necesidad de una infinidad de pequeños detalles para cualificar las cosas: un modelo que los contuviera es mposible y, cuanto más intentara acercarse a esa riqueza, la máquina planificadora se volvería más lenta -infinitamente lenta- e inmanejable. Es como si intentáramos construir un modelo capaz de tener tal poder como para escribir el Quijote o la Divina Comedia; sin embargo, una úquina sencilla y corriente -el alfabetoen manos de Cervantes o de DanAlighieri, sin ruido y sin prepotencias "gigantescas" y "sin precedentes en la historia", lo hará con sencillez y naturalidad. 9Q REVISTA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA El socialismo marxista no convence porque se resiste a admitir la existencia de una finalidad trascendente en la vida humana, y no sólo porque sus resultados, la praxis, estén en desacuerdo con los objetivos planificados. Esto es lo que pasa, incluso, a sus propios ideólogos más actuales como H. Lefebvre: Y quizá (Lefebvre) no convence porque se resiste a admitir la existencia de una finalidad trascendente en la vida humana, por la endeble cautela de obviar el dogmatismo. Reconoce que "la filosofía ha buscado siempre lo total .. . El filósofo y la filosofía no pueden hacer nada por sí solos, pero, ¿qué se puede hacer sin ellos?'. Pero para no 'reconstruir. el antiguo humanismo", se queda en lo que llama "meditación metafilosófica a partir de la filosofía", punto de partida metodológico para afirmar que "hoy en día el espíritu de la filosofía permite destruir el finalismo". Justamente para no caer en el flso humanismo -que al racionalizar renuncia a toda la riqueza de la vida humana-, e impone redescubrir el finalismo que procede de la metafísica: depurándolosi se quiere, para no confundir los fines con metas definidas o realizadas de anteano. Lo cual sólo es posible cuando la libertad humana se abre al destino trascendente y se reconoce en la vida de cada persona un proyecto irrepetible.