Influencia del sexo y la edad en diversos biomarcadores hepáticos de visón americano (Neovison vison): actividades EROD y GST. C.M. Neila Ibáñez1, I. de la Casa-Resino1, D. Hernández-Moreno1, A. López-Beceiro2, L.E. Fidalgo2, M.P. Míguez1*, F. Soler1, M. Pérez-López1 1 Unidad de Toxicología. Facultad de Veterinaria de Cáceres (UEX). Avda. de la Universidad s/n. 10071 Cáceres (España). *E-mail: prado.miguez@gmail.com 2 Dpto. de Ciencias Clínicas Veterinarias. Facultad de Veterinaria de Lugo (USC). Avda. Carbalho Calero s/n. 27002 Lugo (España). Todos los seres vivos se encuentran sometidos constantemente a agresiones procedentes del medio en el que desarrollan su existencia, y que tienen su origen tanto en acciones derivadas de la actividad humana como también en la propia naturaleza. Cuando un contaminante químico interacciona con el componente biótico de un ecosistema, provoca una serie de cambios o daños en diferentes niveles de complejidad estructural. En este sentido, los biomarcadores pueden potencialmente reflejar los niveles de exposición o los efectos tóxicos de los contaminantes en poblaciones de animales salvajes y, por tanto, pueden ser utilizados para evaluar el impacto de la contaminación total sin tener que realizar complejos análisis químicos. En concreto, las enzimas de biotransformación participan en la destoxificación de xenobióticos, por lo que en presencia de ellos potencialmente pueden verse alteradas. Estas enzimas, tanto de fase I (como el sistema citocromo P450, medido mediante la actividad EROD) como de fase II (tales como las glutatión S-transferasas, GST) pueden ser, por consiguiente, postuladas como adecuados biomarcadores ambientales. El objetivo del presente trabajo fue determinar la actividad del citocromo P450 así como de las enzimas GST en el hígado de visones americanos que, tras su liberación al medio ambiente, se mantuvieron en este hasta el momento de su captura. En el muestreo se puso especial atención en recoger individuos de ambos sexos (machos y hembras), así como de dos grupos de edad (jóvenes y adultos). Los resultados servirán para validar el uso de estas actividades como biomarcadores, pero determinando si los dos parámetros estudiados (edad y sexo) han de ser tenidos en consideración en futuros estudios de biomonitorización. Tras la obtención de la fracción post-mitocondrial, la actividad EROD se midió siguiendo la metodología general descrita por Solé et al. (2000), y de manera similar la actividad GST se determinó de acuerdo con Habig et al. (1974). Los resultados obtenidos muestran que no existen diferencias estadísticamente significativas (considerando un nivel de significación de p<0,05) en los biomarcadores propuestos en función de ninguno de las dos variables estudiadas, ni la edad ni el sexo. Por el contrario, sí que la zona geográfica genera diferencias enzimáticas, incrementándose los valores de ambas enzimas en las zonas más antropogenizadas del estudio. Este dato es relevante, pues permite establecer la idoneidad de estos biomarcadores hepáticos en futuros estudios de biomonitorización ambiental, pero pudiendo descartarse la influencia de los dos factores internos estudiados. Irene de la Casa-Resino es becaria de la Consejería de Empleo, Empresa e Innovación (Gobierno de Extremadura) PRE09001.