22 GIZARTEA Domingo, 12 de diciembre de 2010 Deia L A C U S TO D I A C O M PA RT I DA S E A B R E PA S O > Guadalupe Úcar, vecina de Lizarra, convive con sus dos hijas de 12 y 8 años por el día, mientras que las niñas cenan y duermen en la casa de su padre. FOTO: JOSE MARI MARTÍNEZ Divorciados y, sin embargo, padres Nadie dijo que fuera fácil, pero Guadalupe y Javier son buen ejemplo de que la custodia compartida, apoyada recientemente por el Parlamento Vasco y el Ayuntamiento de Bilbao, es la mejor opción ARANTZA RODRÍGUEZ BILBAO H ACE ya cuatro años que salió del domicilio familiar por el bien de sus hijas y no se arrepiente. “Al principio nadie entendía por qué era yo la que había renunciado a quedarme con la casa y con las crías. A todos les extrañó muchísimo. Incluso mi familia me dijo que por qué había cedido”. Pero a Guadalupe Úcar, que acordó con su expareja ejercer la guarda y custodia compartida de las niñas, el tiempo le ha dado la razón. “Al ver lo bien que están, la gente empieza a cambiar de opinión. Yo he visto un beneficio claro en ellas y por eso estoy en esta lucha”, afirma. Convertida en un “referente”, solo su hija de doce años tiene algo que objetar al buen entendimiento entre sus padres. “Una vez estábamos discutiendo y, como preadolescente que es, me dijo: Qué mala suerte he tenido. Podíais haberos divorciado como el resto, que se llevan fatal, y así cuando tú me castigas, papá no se enteraría. Me entró la risa. Le dije: Vaya mala suerte, hija. Podías tener un padre divorciado que sólo te viera cada quince días y te dije- “La custodia monoparental es un bombón envenenado porque te limita profesionalmente” “Si pedimos igualdad, vamos a ser iguales en la educación y crianza de nuestros hijos también” GUADALUPE ÚCAR Asesora publicitaria y madre de dos niñas ra: ¿Qué quieres, una Nintendo, una Wii, una Play Station, un viaje a Eurodisney? Pues en tu familia estas cosas no pasan”. Aunque su hija aún no alcance a entenderlo, Guadalupe batalla para que la custodia compartida se establezca como modelo preferente tras una separación o divorcio por entender que puede ser la figura más adecuada para los intereses del menor. Una propuesta que en las últimas semanas ha recibido el respaldo del Parlamento Vasco y el Ayuntamiento de Bilbao. “Ahora si hay acuerdo, puedes conseguir la custodia compartida, pero si no hay acuerdo, se queda la mujer con los hijos y se acabó. Hay que promoverla. Muchas administraciones lo están reclamando y la ley cambiará, como ha cambiado en Francia o en Italia”, confía Javier Gómez del Campo, otro padre que ejerce de tal. GUADALUPE ÚCAR > DOS HIJAS “Tienes que ceder y priorizar el bien de tus hijos al personal” Conviven con su madre en una casa de día y cenan y duermen en otra con su padre. Los fines de semana se alternan. Esta es la rutina de las hijas de Guadalupe, una asesora S O R AYA L O Z A PSICÓLOGA Y MEDIADORA FAMILIAR “El miedo a perder a los hijos lo tienen los dos” “La custodia compartida puede garantizar la relación del hijo con el padre y la madre, pero si los progenitores no establecen unas pautas de educación y unos límites claros, el chaval estará muy descentrado”, advierte esta psicóloga del Servicio de mediación familiar del Gobierno vasco A. RODRÍGUEZ BILBAO. Hay tantas formas de organizar la crianza de los hijos como familias, pero empiezan a tener un denominador común. “Los acuerdos a los que llegan los progenito- res son cada vez más de colaborar entre ellos y de participar en el día a día en la vida de los críos”, afirma la mediadora familiar Soraya Loza. carse, una actitud de flexibilidad y de revisión del funcionamiento con los hijos y una confianza mutua. ¿Qué beneficios reporta el modelo de custodia compartida? En 2007 apenas atendieron media docena de casos de guarda y custodia compartida. ¿Han aumentado? De las 184 parejas que han acudido este año a mediación, veinte han llegado a un acuerdo de guarda y custodia compartida y dos a una guardia y custodia repartida, en la que un hijo vive con un progenitor y otro hijo con el otro. “De las 184 parejas que han acudido a nosotros este año, 20 acordaron la custodia compartida” ¿Cuál es el perfil de estas parejas? “La mayoría coincide en que les supone mucho esfuerzo, pero que sus hijos están fenomenal” Son padres y madres que, cuando han vivido en pareja, han compartido las responsabilidades de los hijos, suelen trabajar los dos, tienen una buena capacidad para comuni- De las parejas que han llegado a un acuerdo de guarda y custodia compartida, el 100% manifiesta al de un año una gran satisfacción y la mayoría coinciden en que los hijos están fenomenal, aunque para ellos supone mucho esfuerzo. A veces son los padres los que entran y salen del hogar familiar. ¿Es este su mayor ‘sacrificio’? En ese caso tienen que acordar el funcionamiento de entrada y salida, los gastos, en qué condiciones dejan el domicilio, dónde van a vivir... Algunos acuerdan irse cada uno a una casa alquilada, otros se van con una amiga o familiares e incluso hay quienes alquilan juntos una casa, que pagan al 50%, para vivir cuando salen del domicilio. Esto les supone un gran esfuerzo. Y dialogar constantemente... Una organización de ese tipo requiere que haya una fluidez en la comunicación porque los dos están muy presentes en la vida de los niños. Si no hay una buena comunicación, esto es más difícil. A muchos les preocupa que la custodia compartida suponga cierto desorden en la vida de sus hijos. Depende de cómo se organice esa guarda y custodia. Se puede hacer de muchas maneras y aquí vemos la creatividad que tienen los padres GIZARTEA 23 Deia Igandea, 2010eko abenduaren 12 12a L A C U S TO D I A C O M PA RT I DA S E A B R E PA S O publicitaria que ahora recoge los frutos de su sacrificio. “Tienes que ceder y priorizar el bien de tus hijos al personal. Al principio fue duro porque tuve que salir de casa y buscar dónde vivir, pero luego encontré un sitio agradable y las niñas se adaptaron desde el primer día. Dijeron: Donde esté mi madre feliz, nosotras también lo estamos. El problema está más en la cabeza de los adultos que en la de los niños”. Lo mismo que comparten todos los gastos de sus hijas a partes iguales, también las decisiones. “Cuando tengo un problema, no sufro por ser una madre que está todo el día con las niñas y solo tiene un padre visitador. Lo hablamos y llegamos a un acuerdo tanto de castigos, como de recompensas”, señala. Poder contar con el apoyo de su exmarido cuando ella está fuera por motivos de trabajo también es un alivio. “Sé que están con la mejor persona que pueden estar. No creo que haya nadie en este mundo que quiera más a mis hijas que su padre. Eso me proporciona tranquilidad como mujer y como madre y me ha permitido buscar un trabajo, salir adelante como cualquier persona que tiene 40 años”, admite. Para el hombre, dice, la guardia y custodia también resulta ventajosa. “Si a un padre que quiere seguir siéndolo no le dejamos ejercer, estamos negando algo que los niños necesitan y los padres también. Vamos a ser coherentes. Si éramos buenos padres casados, ¿por qué no lo vamos a poder seguir siendo divorciados? Si pedimos igualdad, vamos a ser iguales en la educación y crianza de los hijos también”, reivindica esta vecina de Lizarra. Consciente de que hay mujeres que, con la complicidad de la actual ley, se aferran a sus hijos, Guadalupe les lanza una advertencia. “La custodia monoparental es un bombón envenenado para una mujer porque te limita profesionalmente. Si cuentas con ayuda familiar, estupendo, pero ¿y si no? ¿Tienes que reducir tu jornada laboral a cuatro horas?”. Además, les avisa, el paso del tiempo puede jugar en su contra. “Llegarás a los 52 años, tus hijos se irán a la Universidad, tu ex ya no te pasará la pensión, no has podido trabajar más que cuatro horitas y la casa en la que has vivido siempre y las madres. Algunos también son conscientes de que este modelo puede tener una temporalidad, que en otro momento las necesidades de los hijos o de ellos pueden cambiar e igual tienen que revisarlo. Hay madres que temen no estar con sus hijos el 100% del tiempo. El miedo a perder a los hijos es compartido, lo tienen los dos, pero cuando viven en pareja tampoco están el 100% del tiempo con ellos. Igual es un miedo un poco irracional, motivado por la situación. También depende de la confianza que tengan el uno en el otro y de aspectos personales. A veces las madres que han sido cuidadoras de los hijos temen que no estén tan bien atendidos como con ellas. Esto con el tiempo se percibe de otro modo porque la madre, además de ser madre, es una mujer que trabaja, que también tiene sus cosas y necesita su espacio. ¿Recomendaría la guarda y custodia compartida en todos los casos? Lo más importante es que un padre y una madre se sienten a hablar y vean cuál es la mejor manera que Javier Gómez del Campo comparte con su exmujer la custodia de su hija de 9 años. FOTO: PABLO VIÑAS hay que liquidarla. Con 52 o 55 años te encuentras en la calle. No te dé rabia cuando veas que tu ex ha rehecho su vida y se ha buscado otra mujer y tiene otra casa. Deja que tus hijos convivan con los dos, que los dos seáis responsables y los saquéis adelante”, les aconseja. Llegar a acuerdos en plena hostilidad es complicado y Guadalupe no quiere llamar a engaño. “Que no se equivoque nadie, que esto no es Los mundos de Yupi. Discutir con alguien del que te estás divorciando no es fácil, pero pensar que la custodia compartida sólo se puede dar cuando los padres se llevan bien es una estupidez. Cuando se llevan “Pasas de ser un bien no hace falta ninguna ley. A mí proveedor de dinero no me hizo falta”, zanja. y padre de fines de JAVIER GÓMEZ DEL CAMPO > UNA HIJA semana y vacaciones a “Cuando regaño a mi hija, dice: una convivencia diaria” ‘Me voy a casa de mi madre’” “Si tú decides algo, te haces responsable de ello; cuando te lo pone un juez, te rebelas” JAVIER GÓMEZ DEL CAMPO Ingeniero de caminos y padre de una niña Su hija tenía diez meses cuando Javier Gómez del Campo se separó. “Eran aquellos años en los que la custodia se daba automáticamente a la madre, a no ser que fuera una delincuente o una drogadicta. No, no es el caso, decía yo. Mi exmujer es una buena madre, una buena mujer y nada, no había forma”, recuerda. Pero no se dio por vencido. “Al de año y pico leo en internet que en otros países hay custodia compartida y digo: Esto es lo mejor para nuestra hija”. Desde entonces, no paró de luchar hasta que lo consiguió. “Al final entramos en un proceso de mediación y decidimos que estuviera una semana con cada uno. Dejó de haber una pensión de alimentos y los gastos comunes de colegio, medicinas o extraescolares los pagamos a medias”, explica. Ahora que su hija tiene ya nueve años, Javier está recuperando el tiempo perdido. “Todos estos últimos años de lo que hacía o dejaba de hacer la niña, de actividades extraescolares o de médicos, yo me enteraba de la mitad. Ahora nos juntamos y hablamos: ¿Qué te parece si va a clase de yoga o de piano?”, pone como ejemplo este madrileño de 43 años afincado en Donostia. Ingeniero de profesión, Javier también ha tenido ocasión de darse cuenta en este tiempo de lo complicado que resulta conciliar la vida familiar y laboral. “Es una locura, tienes que ir corriendo a todos los sitios”, dice, pero sarna con gusto no pica. “Pasas de ser un proveedor de dinero y padre de fines de semana y vacaciones a una convivencia diaria, donde conoces sus problemas de que ha discutido con una amiga, está nerviosa o enferma. El otro día llegué a casa y estuvimos haciendo juegos de magia. La forma de vida es completamente distinta. Es ejercer de padre, lo que estos años no he hecho”, lamenta. Convencido de que convivir con ambos progenitores es lo mejor para su hija –“es una niña feliz y el año pasado le felicitaron las profesoras porque había hecho un curso muy bueno”–, Javier reconoce que a veces la niña se aprovecha de la situación. “Cuando la regaño, me dice: Pues me voy a casa de mi madre. Te busca esas tretas”. Partidario de que la ley promueva que los padres lleguen a acuerdos con una mediación, argumenta por qué es más efectivo. “Si tú decides algo con tu exmujer te haces responsable de eso. Cuando te lo pone un juez te rebelas y no estás de acuerdo. Estar pagando un dinero y no saber en qué se usa no hace mucha gracia. Es otra mentalidad que te obliga a llegar a acuerdos”. tienen ellos de funcionar y de organizarse para continuar avanzando como familia. Depende un poco de cada situación, de las características de los padres, de los hijos, de la familia... Yo creo que no hay un modelo más o menos adecuado. Y si un juez la ordenara sin estar ambos padres de acuerdo, ¿sería contraproducente? Igual algún juez ha podido acordar puntualmente una guarda y custodia compartida en un pleito contencioso, pero si no hay una buena comunicación y unos modelos educativos con unas pautas o unos límites compartidos, aunque esto garantice la convivencia del hijo con el padre o con la madre, puede tener consecuencias negativas en el hijo. Si cada uno tiene estilos educativos y pautas diferentes, el chaval va a estar bastante descentrado. ¿Está afectando la crisis de algún modo a las rupturas de pareja? Si la ruptura de pareja se debe a una crisis económica, además de afectiva, en la actual coyuntura eso se nota mucho más y es más profundo. Soraya Loza trabaja en el Servicio de mediación familiar que se ofrece gratuitamente en Bilbao. FOTO: DEIA