Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2014;61(4):196---204 Revista Española de Anestesiología y Reanimación www.elsevier.es/redar REVISIÓN Actualización del protocolo de tratamiento de la hemorragia obstétrica夽 F. Morillas-Ramírez a,∗ , J.R. Ortiz-Gómez b , F.J. Palacio-Abizanda a , I. Fornet-Ruiz c , R. Pérez-Lucas d y L. Bermejo-Albares a a Servicio de Anestesiología, Hospital Gregorio Marañón, Madrid, España Servicio de Anestesiología, Hospital Virgen del Camino, Complejo Hospitalario de Navarra, Pamplona, Navarra, España c Servicio de Anestesiología, Hospital Puerta de Hierro, Majadahonda, Madrid, España d Servicio de Ginecología, Hospital Gregorio Marañón, Madrid, España b Recibido el 23 de julio de 2013; aceptado el 28 de noviembre de 2013 Disponible en Internet el 19 de febrero de 2014 PALABRAS CLAVE Hemorragia postparto; Hemorragia uterina; Complicaciones del embarazo; Anestesia obstétrica; Cesárea KEYWORDS Postpartum hemorrhage; Uterine hemorrhage; Pregnancy complications; Obstetrical anesthesia; Cesarean section Resumen La hemorragia obstétrica es aún hoy día una importante causa de morbimortalidad maternofetal en los países desarrollados. Se trata de un problema infraestimado, que generalmente aparece de forma impredecible. La morbimortalidad de la hemorragia obstétrica se considera evitable en una elevada proporción si el manejo es adecuado. Las guías clínicas de mayor difusión mundial recomiendan por consenso protocolizar el manejo, adaptarlo al ámbito local y mantenerlo actualizado en función de la experiencia y de las nuevas publicaciones científicas. Exponemos un protocolo actualizado conforme a las últimas recomendaciones y a nuestra propia experiencia, para que pueda ser utilizado como elemento base por aquellos anestesiólogos que así lo deseen, adaptado a su ámbito local de trabajo diario. Este último aspecto es muy importante para que sea eficaz, y es una labor que debe realizarse en cada centro conforme a la disponibilidad de medios, personal y características arquitectónicas. © 2013 Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. An update of the obstetrics hemorrhage treatment protocol Abstract Obstetric hemorrhage is still a major cause of maternal and fetal morbimortality in developed countries. This is an underestimated problem, which usually appears unpredictably. A high proportion of the morbidity of obstetric hemorrhage is considered to be preventable if adequately managed. The major international clinical guidelines recommend producing consensus management protocols, adapted to local characteristics and keep them updated in the light of experience and new scientific publications. We present a protocol updated, according to the latest recommendations, and our own experience, in order to be used as a basis for those anesthesiologists who wish to use and adapt it locally to their daily work. This last aspect is 夽 Este artículo pertenece al Programa de Formación Médica Continuada en Anestesiología y Reanimación. La evaluación de las preguntas de este artículo se podrá realizar a través de internet accediendo al apartado de formación de la siguiente página web: www.elsevier.es/redar ∗ Autor para correspondencia. Correo electrónico: EFFEMORI@telefonica.net (F. Morillas-Ramírez). 0034-9356/$ – see front matter © 2013 Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.redar.2013.11.013 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Actualización del protocolo de tratamiento de la hemorragia obstétrica 197 very important to be effective, and is a task to be performed at each center, according to the availability of resources, personnel and architectural features. © 2013 Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. La hemorragia obstétrica (HO) es un problema infraestimado que persiste actualmente debido a su aparición impredecible y a su elevada morbimortalidad: el 22,7% de las causas de muerte materna en países desarrollados1 , con una incidencia2 y mortalidad global de 3,7/1.000 y 0,39/100.000 nacidos vivos, respectivamente. La HO severa (HOS) puede derivar, además, en síndrome de distrés respiratorio del adulto, insuficiencia renal aguda, coagulopatía, shock, isquemia miocárdica, síndrome de Sheehan, anemia e, incluso, histerectomía1,3,4 . Su morbimortalidad podría evitarse en una elevada proporción si el manejo es adecuado. Por eso las guías clínicas de mayor difusión mundial recomiendan por consenso protocolizar el manejo5---9 , adaptarlo al ámbito local10 y mantenerlo actualizado en función de la experiencia y de las nuevas publicaciones científicas7---9 , donde se hace hincapié en el papel relevante de la oxitocina como uterotónico de elección y en el uso de ácido tranexámico, entre otras consideraciones. Objetivos Los objetivos deseables son: coordinar los servicios implicados (Anestesiología, Ginecología, Banco de Sangre [BS], Neonatología y Radiología Intervencionista), adaptar el protocolo al ámbito local, facilitar la disponibilidad de abundantes hemoderivados de forma precoz y rápida (34 h), prevenir y tratar la HO según la evidencia disponible reduciendo la variabilidad de criterios, evitar el manejo subóptimo de las situaciones críticas11 (presente hasta en el 50-60% de las hemorragias tratadas, para controlar el riesgo de sucesos clínicos adversos; tabla 1)11 , vigilar la aparición y tratar las posibles complicaciones secundarias de la HO, y evaluar la adecuación y el impacto de la instauración del protocolo. Tabla 1 Control de riesgos Identificación de pacientes en riesgo Reconocimiento correcto y precoz de la HO Pérdidas ocultas Estimación visual Uso adecuado de uterotónicos Reanimación efectiva. Restauración de la volemia Control de la hemorragia y la coagulopatía Monitorización básica maternofetal Comunicación entre los equipos implicados Documentación cronológica de sucesos Seguimiento de protocolos y guías Claridad Divulgación Actualización Prevención de los fallos del sistema Deficiencias de organización Optimización de recursos Revisión de equipos Detección de fallos latentes Análisis de incidentes críticos Formación y entrenamiento Revisión postsuceso HO: hemorragia obstétrica. volumen sanguíneo total en menos de 12 h, o del 50% en 3 h, o sangrado mayor de 150 ml/min). La coagulopatía se manifiesta por signos clínicos (ausencia de formación de coágulos, sangrado por puntos de punción o mucosas, atonía uterina persistente [actividad uterolítica de los productos de degradación del fibrinógeno]13 ) o analíticos (disminución de plaquetas, fibrinógeno [< 1 g/l], alargamiento de aPTT e INR > 1,5 de los valores normales). Prevención Definiciones previas La volemia en la embarazada normal a término se aproxima a 100 ml/kg. La HO engloba la hemorragia antenatal (desde las 24 semanas hasta antes del nacimiento12 ) y la hemorragia posparto (HPP) (primaria, en las primeras 24 h tras el parto5 , y secundaria, entre las 24 h y las 12 semanas tras el parto5 ). La HO se clasifica, según su magnitud, en HO menor (pérdidas de 500-1.000 ml, no controladas, sin deterioro hemodinámico y con un ritmo de pérdida bajo4 ) y HO mayor (pérdidas > 1.000 ml o menores con signos clínicos de shock), que puede ser, a su vez, moderada (< 2.000 ml) o HOS (> 2.000 ml)4 . No hay un consenso para definir transfusión masiva (transfusión ≥ 10 CH en 24 h, transfusión ≥ 4 CH en una hora con hemorragia activa, reemplazo del 100% del En dos tercios de las HOS no hay factores predictivos identificables (por ejemplo, el 70% de los desprendimientos prematuros de placenta ocurren en embarazos de bajo riesgo14 ). La tabla 2 cuantifica los niveles de predicción asociados a factores prenatales e intraparto5,12,14---16 . Ninguno de ellos, a excepción de la placenta previa o acreta y la abruptio placentae, poseen suficiente odds ratio/especificidad-sensibilidad en las cuales basar estrategias para prevenir y planificar la HPP17 . Las medidas en pacientes con riesgo de HOS incluyen 5 puntos: 1. Corrección antenatal de la anemia: con hemoglobina (Hb) < 10,5 g/l hay que considerar la deficiencia de hierro y tratarla si procede con hierro oral o parenteral, ya que Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 198 Tabla 2 F. Morillas-Ramírez et al Factores de riesgo anteparto e intraparto Causas Factor desencadenante Odds ratio (IC 99%) Factores de riesgo anteparto Abruptio placentae Placenta previa conocida Embarazo múltiple Preeclampsia/hipertensión gestacional HPP previa Origen étnico asiático Obesidad IMC > 35 Anemia < 9 g/dl Trombina Tono Tono Trombina Tono Tono Tono - 13 (7,61-12,9) 12 (7,17-23) 5 (3-6,6) 4 3 2 (1,48-2,12) 2 (1,24-2,17) 2 (1,63-3,15) Factores de riesgo intraparto Cesárea urgente Cesárea electiva Inducción del trabajo de parto Retención de la placenta Episiotomía mediolateral Parto instrumentado Trabajo de parto prolongado > 12 h Feto > 4 kg Fiebre en trabajo de parto Edad (> 40 años, no multípara) Trauma Trauma Tejido Trauma Trauma Tono Tono/trauma Trombina Tono 4 (3,28-3,95) 2 (2,18-2,80) 2 (1,67-2,96) 5 (3,36-7,87) 5 2 (1,56-2,07) 2 2 (1,38-2,60) 2 1-4 (1,16-1,74) HPP: hemorragia posparto; IMC: índice de masa corporal. 2. 3. 4. 5. existe una posible asociación entre ferropenia y atonía uterina5 . La eritropoyetina humana recombinante está indicada en la anemia de la enfermedad renal avanzada, y no produce efectos adversos maternos, fetales ni neonatales2,18 . Planificar el parto, avisando con suficiente antelación a todos los servicios implicados, incluyendo a Radiología Intervencionista, si bien la evidencia disponible sobre la embolización u oclusión profiláctica de las arterias uterinas es equívoca y requiere de posterior evaluación5,19,20 . Reservar 4-6 U cruzadas de CH (cumplimentar detalladamente la solicitud) en pacientes con alta probabilidad de presentar HOS. En caso de riesgo moderado, se solicitará grupo y escrutinio de anticuerpos irregulares (no indicar número de unidades). A toda gestante se le deben realizar, como mínimo, 2 determinaciones de grupo y escrutinio de anticuerpos irregulares a lo largo de la gestación (en la primera visita al obstetra y en la visita del tercer trimestre). Si en ambas ocasiones la determinación de anticuerpos irregulares es negativa, si surge una HO se transfundirá sangre isogrupo. Si es positiva, se cruzarán 2 CH una semana antes de la fecha probable de parto. Acetato de desmopresina (DDAVP® , Minurin® ): no hay en la actualidad revisiones basadas en la evidencia que apoyen su uso en la prevención y tratamiento de sangrados agudos en gestantes con enfermedades hematológicas congénitas21 . Se ha comprobado que el manejo activo del tercer estadio del parto con uterotónicos profilácticos y medidas mecánicas, aunque falta evidencia de calidad, reduce el riesgo de hemorragia (> 1.000 ml) (reducción del riesgo 0,34, IC 95% 0,14-0,87), las necesidades de transfusión y la utilización de uterotónicos terapéuticos en las primeras 24 h posparto, aunque a expensas de un aumento de efectos secundarios (vómitos, dolor, consumo de analgésicos, incremento de la presión arterial diastólica) y de reingresos hospitalarios22 . En partos vaginales de bajo riesgo5,17 administraremos de elección 5-10 UI/IM de oxitocina (Syntocinon® ) al desprenderse el hombro fetal anterior, seguidas de una perfusión IV de 10 UI durante 4-6 h. En caso de intolerancia a la oxitocina se administrarán 400-600 g oral/sublingual/rectal de misoprostol (Cytotec® ), menos eficaz, pero de utilidad en entornos donde no se dispone de medios5,23,24 (Royal College of Obstetricians and Gynaecologists [RCOG], evidencia clase A)5,12,18,19 o 0,2 mg IM de metilergometrina (Methergin® ) tras el alumbramiento de la placenta, en casos de alto riesgo de HPP, ligeramente más efectiva que la oxitocina, pero con más efectos secundarios, especialmente riesgo de crisis hipertensiva y vómitos17 (Society of Obstetricians and Gynaecologists of Canada [SOGC] II-1B)17 . Entre las medidas mecánicas destacan el pinzamiento y corte temprano del cordón (en prematuros < 37 semanas, retrasar el pinzamiento al menos 60 seg por haber menor incidencia de hemorragia intraventricular y necesidad de transfusión [SOGC, IA])17 , la tracción controlada del cordón (mantenida hasta obtener la placenta) y la palpación rutinaria durante las 2 primeras horas posparto (y masaje uterino o peso, si precisa). En mujeres de parto por cesárea administraremos 3 UI en bolo IV lento25 de oxitocina seguidas de perfusión continua de 10 U en 100 ml de salino en una hora en cesáreas de bajo riesgo, o de 40 UI en 500 ml de salino a 125 ml/h en mujeres de alto riesgo. Respecto a la carbetocina (Duratobal® ), no hay estudios definitivos de coste-efectividad que avalen su uso como uterotónico de rutina26---28 . Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Actualización del protocolo de tratamiento de la hemorragia obstétrica Detección precoz Debido a la adaptación fisiológica a la pérdida sanguínea durante el embarazo, la clínica del shock hemorrágico puede no aparecer hasta que no se ha perdido un 15-25% del volumen sanguíneo. Por este motivo se recomienda el uso de una escala de detección precoz de deterioro clínico (figura 1, disponible online), modificada para la paciente obstétrica. Estas escalas se basan en el reconocimiento sistemático y precoz de anormalidades fisiológicas2,11 que preceden al deterioro clínico. Tienen una sensibilidad del 89% (IC 95% 81-95), una especificidad del 79% (IC 95% 76-82), un valor predictivo positivo del 39% (IC 95% 32-46) y un valor predictivo negativo del 98% (IC 95% 96-99)29 . Además, si se cuantifica visualmente (figura 2, disponible online) se infraestiman las pérdidas de sangre reales6 hasta en un 30-50%30 , a veces porque la hemorragia puede no ser evidente (por ejemplo, el útero distendido, el peritoneo o el retroperitoneo pueden retener más de un litro de sangre). Activación del protocolo de hemorragia obstétrica severa La decisión de activar el protocolo no está sujeta a criterios estrictos y se basará en el flujo y magnitud de la hemorragia, la falta de disponibilidad de sangre cruzada, la respuesta inicial a las intervenciones médicas y quirúrgicas aplicadas y la sospecha de desarrollo de HOS con previsión de transfundir 9 CH o más31,32 . Se iniciará con un flujo de llamadas adaptado a cada centro hospitalario (figura 3, disponible online). Una vez controlada la HOS, con la paciente estable y en ausencia de coagulopatía, se procederá a la desactivación del protocolo, comunicándolo a todos los implicados en el mismo. Reanimación Hay que evaluar y tratar la HO de forma simultánea, estabilizando hemodinámicamente y monitorizando a la paciente. Los objetivos de reposición analítica son3,33 : Hb 9-10 g/dl (mejora la coagulación al facilitar la interacción entre las plaquetas y la pared del vaso e incrementar diferentes procesos metabólicos33,34 ), plaquetas > 75 × 109 /l, APTT < 1,5 control y fibrinógeno > 2,0 g/l. En caso de HO menor (500-1.000 ml), no controlada, sin deterioro hemodinámico ni signos de shock, las medidas básicas son: solicitud urgente de grupo, Rh, anticuerpos irregulares y hemograma, canular una vía venosa 14 G, infundir cristaloides según presión arterial, mantener la monitorización básica (recomendable el sondaje vesical con diuresis horaria) y evaluar de forma continuada a la paciente. Se iniciará la documentación cronológica de sucesos, anotando la hora de comienzo de la HO (t0’). En caso de HO moderada (> 1.000 ml) o HOS (> 2.000 ml), no controlada, coagulopatía clínica o atonía uterina no reactiva a tratamiento, se activará el protocolo de HOS. En caso de hemorragia antenatal hay que valorar el estado del feto y decidir el momento del parto. Hay que solicitar ayuda (posibilidad de reanimación avanzada). Se colocará a la paciente en decúbito lateral izquierdo (15-30◦ ), con oxígeno por mascarilla facial a 10-15 l/min y protección térmica (mantener normotermia). Se evitará mover el catéter epidural. Se canularán 2 vías venosas 14 G (conexión del infusor rápido), 199 la arteria radial (monitorización invasiva y muestreos sanguíneos), una vía central (preferentemente bajo control ecográfico y con baja prioridad) y se medirá la diuresis horaria (sonda vesical). Hay que transfundir sangre lo antes posible, y hasta entonces perfundir fluidos para mantener la volemia y la PAS entre 80-100 mmHg (hipotensión permisiva). Se debe administrar noradrenalina si es necesario. No hay estudios controlados comparando coloides vs. cristaloides en mujeres con HO. Las guías de la OMS6 recomiendan reemplazar preferentemente con cristaloides sobre coloides (calidad de la evidencia: baja. Fuerza de la recomendación: fuerte). El RCOG recomienda un volumen total de 3,5 l de cristaloides y coloides (hasta 2 l de lactato de Ringer y 1,5 l de hidroxietilalmidón (130/0,4)5 . Aquí debemos matizar que desde el 18-06-2013 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios recomienda, como medida de precaución, no utilizar soluciones que contengan hidroxietilalmidón en pacientes que se encuentren en estado crítico35 . Se enviarán analíticas cada 30 min (t0’, t30’, t60’, etc.): hemograma completo, coagulación con fibrinógeno, gasometría arterial/venosa, Na+ , K+ , Ca+2 (iónico), lactato. Se extraerán gasometrías para evaluar de forma inmediata en el analizador de gases del paritorio la Hb y los desequilibrios ácido-base e iónicos. Manejo de hemoderivados en la hemorragia obstétrica severa Se enviarán la petición y los tubos de pruebas cruzadas correctamente identificadas al BS lo antes posible. Si no es posible, se activa el protocolo y se envían desde el BS automáticamente los hemoderivados contemplados en el protocolo. En nuestro caso, son 5 CH 0 negativo, 4 U de PFC AB positivo y un pool de plaquetas en la primera entrega, y 4 CH 0 Rh de la paciente (si es posible) + 4 U PFC AB en la segunda entrega (30 min después de la primera). El anestesiólogo comunicará al BS el estado clínico de la paciente y comprobará la devolución de los hemoderivados no utilizados en un plazo de 3 h desde su entrega. Posteriormente, el BS actuará según sus protocolos por peticiones a demanda (idealmente, por teléfono). En este punto, salvo circunstancias especiales, ya se tendrán resultados de las pruebas pretransfusionales, por lo que se entregarán hemoderivados compatibles con la paciente. Insistimos en la importancia de la comprobación de la identidad de la paciente. Hay datos limitados en la literatura obstétrica sobre la proporción de unidades de CH/PFC a transfundir. Las guías del RCOG recomiendan 4 unidades de PFC por cada 6 de CH5 . En coagulopatías severas y difíciles de controlar, puede ser razonable extender las recomendaciones aprendidas en pacientes politraumatizados y cirugía de guerra: transfundir en una proporción 1:134,36 . Aunque faltan estudios en HOS, datos desde otras publicaciones de transfusión masiva apoyan la estrategia de la administración de plaquetas de forma precoz e independiente al recuento34 . Manejo de la coagulopatía en la hemorragia obstétrica severa La diferencia en el manejo entre la hemorragia antenatal y la HPP (tabla 3)17 radica en que en el primer caso, aparte Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 200 Tabla 3 F. Morillas-Ramírez et al Causas de hemorragia posparto (regla mnemotécnica de las 4 T) Tono: atonía uterina (80% del total) Trauma Etiología Factores de riesgo Sobredistensión uterina Gestación múltiple; macrosoma; polihidramnios; malformaciones fetales; hidrocefalia Parto prolongado o precipitado; multiparidad RPM prolongada; fiebre Miomas uterinos; placenta previa Betamiméticos, nifedipino, SO4 Mg, anestésicos Parto instrumentado; parto precipitado; episiotomía Malposición fetal; manipulación intrauterina fetal; presentación en plano de Hodge avanzado Cirugía uterina previa Placenta fúndica; tracción excesiva del cordón; paridad elevada Cirugía uterina previa; anomalías placentarias (placenta succenturiata, cotiledón accesorio) Hemofilia; von Willebrand; hipofibrinogenemia; antecedentes familiares de coagulopatía PTI; PE, HELLP; CID: desprendimiento prematuro de la placenta, preeclampsia, muerte intrauterina, infección; DPPNI; embolia líquido amniótico; tratamiento anticoagulante Agotamiento de la musculatura uterina Infección. Corioamnionitis Anomalía uterina Fármacos uterorrelajantes Laceración cervicovaginal Prolongación histerotomía en cesárea Rotura uterina Inversión uterina Tejido Trombina: alteraciones de la coagulación Retención de restos (placenta, membranas), alumbramiento incompleto Alteración de la coagulación preexistente Alteración adquirida durante la gestación CID: coagulación intravascular diseminada; DPPNI: desprendimiento prematuro de placenta normo-inserta; HELLP: síndrome HELLP (H de «hemolysis», EL de «elevated liver enzymes» y LP de «low platelet count» en inglés); PE: preeclampsia; PTI: púrpura trombocitopénica idiopática. de la necesidad de proporcionar cuidados al feto, el parto y alumbramiento controlarán generalmente la HO, permitiendo la contracción del útero y la eliminación de todos los restos placentarios, fuente de potentes activadores de la coagulación y que predisponen al desarrollo de coagulación intravascular diseminada12 . La coagulopatía puede desencadenarse de forma primaria (coagulación intravascular diseminada) por una causa obstétrica (embolia de líquido amniótico, abruptio placentae, síndrome HELLP, etc.), o secundaria a la transfusión masiva (dilucional) y al consumo local, continuo y prolongado de factores33,37 . Debido a la dificultad de monitorizar regularmente la coagulación durante una HOS (la tromboelastografía o tromboelastometría podrían resultar de utilidad si están disponibles) y a que el retraso de su corrección se asocia a un incremento significativo de la morbimortalidad, la reposición de hemoderivados no deberá retrasarse en espera de los resultados analíticos si hay sospecha clínica de coagulopatía. Es necesario evitar la tríada acidosis-hipotermia-coagulopatía, tratando la acidosis si el pH es inferior a 7,1, manteniendo la normotermia y reponiendo de forma equilibrada los hemoderivados. Para eso podemos administrar fibrinógeno, PFC/CH en proporción 1:1,4 a 1:1, y plaquetas para mantener cifras > 75 × 109 /l. Recientes estudios muestran que el nivel de fibrinógeno (Haemocomplettan® , Riastap® ) es el parámetro que mejor se relaciona con la severidad de la HO (valor predictivo positivo del 100% en valores inferiores a 2 g/l) y que el tratamiento sustitutivo se asocia con una disminución significativa de los requerimientos de CH, PFC y plaquetas34,37---40 . La administración precoz de 2-4 g (30-60 mg/kg) reduce la pérdida de sangre, los requerimientos transfusionales y compensa cifras bajas de plaquetas. La formación del coágulo comienza en cifras de 0,75 g/l y se incrementa marcada y proporcionalmente desde 0,75 a 3 g/l 33 . Hay que recordar también el riesgo de hipocalcemia. Cuando se transfunde a un ritmo superior a 1 CH cada 5 min, o en pacientes con bajo gasto o función hepática disminuida, puede haber hipocalcemia secundaria a toxicidad por citrato. Solo se administrará calcio (perfusión de cloruro cálcico a 1,5 mg/kg/min) si hay evidencia analítica (mantener calcio iónico > 9 mmol/l) o clínica de hipocalcemia. El papel del factor vii recombinante activado (rFVIIa) (Novosevenf® ) y el del ácido tranexámico (Amchafibrin® ) en el tratamiento de la coagulopatía están por determinar. La última revisión sistemática publicada en 2010 (272 pacientes con HPP) muestra un beneficio potencial del rFVIIa en el manejo de la HPP severa y refractaria al tratamiento estándar. Una dosis media de 81,5 mg/kg es efectiva en cesar o reducir el sangrado en el 85% de los casos41 . En julio de 2013 finalizó un estudio multicéntrico aleatorizado valorando la eficacia y seguridad del uso precoz vs. tardío en la HPP42 , del cual no disponemos aún de conclusiones. El rFVIIa no debe ser administrado para compensar una transfusión de hemoderivados o un manejo de la coagulopatía inadecuados. Antes de considerar su administración hay que realizar una reposición precoz y efectiva de CH (Hb de 9-10 g/l), PFC (TP y aPTT < 1,5 veces el límite superior del rango control), fibrinógeno (> 2 g/l), plaquetas (> 70 × 109 /l), un correcto tratamiento de la atonía uterina, la hipotermia y la acidosis, y excluir sangrado arterial susceptible de tratamiento quirúrgico o embolización33 . Una vez que todas las medidas médicas y quirúrgicas encaminadas al cese de la hemorragia y al control de la coagulopatía han fracasado, con un volumen transfundido de 10-12 CH y antes de proceder a la histerectomía, debemos considerar la administración de Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Actualización del protocolo de tratamiento de la hemorragia obstétrica rFVIIa33 . Si la paciente está estable y se planea la embolización terapéutica, se puede decidir su administración en un intento de disminuir el ritmo de sangrado durante el periodo de espera. En pacientes que no aceptan la transfusión de hemoderivados, plantearemos su administración43 . La dosis recomendada es de 90 g/kg en bolo a pasar en 3-5 min5,44 . Si después de 20 min no hay respuesta, y tras revisar y optimizar la temperatura, la acidosis, la Hb, las plaquetas, el fibrinógeno y los factores de coagulación, se administrará una segunda dosis de 90 g/kg en bolo a pasar en 3-5 min. Si el sangrado persiste después de 2 dosis y no es posible la embolización, hay que considerar la histerectomía44 . El rFVIIa podría causar un ligero incremento de la trombosis arterial34 . Hay que comenzar con medidas profilácticas físicas del tromboembolismo y heparinas de bajo peso molecular a las 12-24 h de cesar la hemorragia44 . Por último, la administración de rFVIIa es de «uso compasivo», y la responsabilidad de su empleo recae sobre el profesional que lo prescribe, siendo obligatorio cumplimentar la documentación estipulada según el protocolo del hospital. El ácido tranexámico reduce la pérdida de sangre después de la cesárea programada, y la morbilidad y la HPP en el parto vaginal33 . Aunque la evidencia es escasa, y en espera de los datos que aporte el estudio WOMAN45 actualmente en desarrollo46 , las guías de la OMS para el manejo de la HPP afirman, con un grado de evidencia baja y recomendación débil6---8 , que puede administrarse como tratamiento en la HO si la utilización previa de oxitócicos seguidos de uterotónicos de segunda línea y de prostaglandinas ha resultado ineficaz en el control de la HPP, o si el sangrado se sospecha secundario a trauma obstétrico. La dosis recomendada es de 1 g IV. Se presenta en viales de 500 mg con 5 ml de agua para la dilución, debiéndose administrar a un ritmo de 1 ml/min. Repetir en 30-60 min si la hemorragia continúa. Manejo de la atonía uterina Si el sangrado se debe a contracción insuficiente del útero se pueden aplicar 3 tipos de medidas hasta que el tono sea efectivo: mecánicas (asegurar el vaciamiento completo de la vejiga y realizar compresión uterina bimanual, con masaje del fundus para estimular la contracción mantenida), médicas (administración de uterotónicos) e intervencionistas. Respecto al tratamiento médico, las guías actuales para administración de oxitocina son confusas y empíricas, recomendando dosis en rangos de 5-40 UI (RCOG, American Congress of Obstetricians and Gynecologists, SOGC)15 . La OMS, en su guía de manejo de HPP, recomienda la perfusión continua de 3,5 UI/h 6---8 . Se puede emplear la «regla de los 3», un algoritmo de administración progresiva, basada en la evidencia25 , ya que 3 UI son suficientes para contraer el útero con o sin trabajo de parto previo47---52 . Este protocolo administra 3 UI de oxitocina IV como dosis de carga en infusión rápida de un minuto. El tono uterino se valora a los 3 min y si es inadecuado se administran 3 UI IV de rescate. Se esperan otros 3 min de nuevo y si no se contrae el útero se administran 3 UI IV de oxitocina. Si hay respuesta, se mantiene una perfusión continua de 40 UI en 500 ml de suero salino a 125 ml/h (10 UI/h)5 . Si la contracción es insuficiente cambiaremos a otros uterotónicos con diferente mecanismo de acción51 . En pacientes cardiópatas severas o con deterioro 201 hemodinámico se usarán dosis sucesivas de 0,1-0,5 UI, coadministrando fenilefrina inmediatamente antes de la dosis de oxitocina50 . También mejora su tolerancia si se administra en infusión continua en 5 min48 . Se debe continuar con la administración de 10 UI diluidos en 100 ml de SF a pasar en 1 h (100 ml/h) si la gestante es de bajo o intermedio riesgo de sangrado. Si es de alto riesgo, administrar 40 UI de oxitocina diluidos en 500 ml de SF a pasar en 4 h (125 ml/h)5,50,51 . La segunda línea de tratamiento es la metilergometrina 0,1-0,2 mg IV en bolos sucesivos cada 15 min hasta un máximo de 0,5 mg5 , y si no cede pasaremos a la tercera línea, con prostaglandinas: carboprost (Prostaglandina F2 ␣ [Hemabate® ] o misoprostol (Prostaglandina E1 [Cytotec® ]). La dosis de carboprost es de 250 g IM cada 15 min, máximo de 8 dosis (hasta 2 dosis se pueden administrar intramiometrialmente, una vía de administración no autorizada, siempre bajo responsabilidad del especialista prescriptor)5 , y la de misoprostol, de 600 g oral/sublingual o de 1.000 g rectal5,26,27 . Una reciente revisión indica que el misoprostol no parece incrementar ni reducir la morbimortalidad materna (a excepción de la hiperpirexia) cuando se usa para prevenir o tratar la HPP53 . El misoprostol se asocia con un mayor riesgo de pirexia al usar dosis superiores a 600 g, por lo que se recomienda emplear la mínima dosis eficaz. Si con medidas médicas o mecánicas no es suficiente, nos plantearemos un tratamiento intervencionista (tabla 4). Cada una de estas técnicas tiene evidentemente sus indicaciones, ventajas y contraindicaciones. La eficacia comparativa se muestra en la tabla 5 1,5,11,12,18---20,31,54---56 . El taponamiento es el método de primera elección en el tratamiento no médico de la atonía uterina. En el 87,5% de los casos cede el sangrado definitivamente, con lo que se retirará el balón a las 6-8 h (máx. 24 h), extrayendo 100 ml cada hora. Si la hemorragia continúa, el tratamiento ha de ser quirúrgico inmediato, pero si lo hace temporalmente se puede planificar la embolización o el tratamiento quirúrgico. Esto se conoce como el test de taponamiento1,5,54 . En el caso de cesáreas en mujeres con leiomiomas, algunos autores proponen la ligadura de las arterias uterinas como medio de reducir el sangrado posparto57,58 . Manejo anestésico Si existe sangrado no controlado e inestabilidad hemodinámica, la anestesia general con secuencia de inducción rápida y fármacos a dosis cardioestables es la técnica de elección. La presencia de coagulopatía e inestabilidad hemodinámica contraindican la anestesia regional. Si se consigue estabilidad hemodinámica y se controla la coagulación se puede optar por esta, particularmente en presencia de un catéter epidural funcionante. La anestesia epidural continúa es preferible a la intradural con dosis única por el mayor control hemodinámico y duración. En cualquier caso, la técnica anestésica se debe individualizar en cada paciente, debiendo existir una estrecha comunicación entre anestesiólogo y obstetra. En pacientes diagnosticadas de placenta previa o sospecha de acreta, que van a ser sometidas a cesárea, la técnica anestésica será decidida por el anestesiólogo a cargo. No hay evidencia que soporte la elección de una técnica sobre otra19 . Considerar el uso de recuperadores Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 202 Tabla 4 Tabla 5 F. Morillas-Ramírez et al Tratamiento intervencionista de la atonía uterina Parto vaginal Cesárea Taponamiento. Balón de Bakri Embolización arterial Laparotomía con suturas de compresión; ligadura de arterias Histerectomía Taponamiento. Balón de Bakri. Suturas de compresión Ligadura de arterias; embolización arterial Histerectomía Eficacia de los tratamientos intervencionistas de la atonía uterina Técnica Nivel de evidencia Grado de recomendación Connotaciones anestésicas especificas Eficacia Taponamiento. Balón de Bakri Suturas de compresión uterinas (plicatura) III B Test de taponamiento 87,5% III B Eficacia global del 91,7% Ligadura de vasos pélvicos III B Embolización arterial55 III B Sutura de B-Lynch: requiere histerotomía incluso en caso de parto vaginal. Sutura de Hayman: no requiere histerotomía Ligadura de arterias uterinas Ligadura arterial progresiva Ligadura arterias hipogástricas/iliacas internas Precisa estabilidad hemodinámica para el traslado a Radiología Intervencionista y logística de traslado En caso de contracción uterina, usar uterorrelajantes (nitroglicerina 100 g bolo, betamiméticos, SO4 Mg o gases halogenados). Una vez reducido, usar uterotónicos (oxitocina, ergometrina), manteniendo la mano dentro del útero hasta que este se contraiga por completo Indicada si falla el tratamiento conservador, rotura uterina extensa, o en casos de placenta acreta Indicado tras histerectomía en casos de coagulopatía de consumo o en hemorragias difusas Inversión uterina Histerectomía III Taponamiento pélvico20 III B intraoperatorios de sangre es una opción válida en el manejo de la HOS. Cuidados posoperatorios Debe vigilarse la aparición de nuevo sangrado, insuficiencia renal, sobrecarga hídrica (edema agudo de pulmón), lesión pulmonar aguda ligada a la transfusión, fenómenos trombóticos, isquemia miocárdica, hemorragia digestiva, síndrome de Sheehan (infarto de la glándula hipofisaria secundario a una HPP) y/o sepsis. Se debe valorar la monitorización, la necesidad de antibioterapia de amplio espectro, el uso de heparinas de bajo peso molecular y el tratamiento de las complicaciones. 74% 90% 42-100% 90,7% Se puede realizar precozmente sin necesidad de anestesia (éxito 22-30%) o con anestesia general (100%) Consideraciones finales La creación de un protocolo de HOS no debe contemplar solo la parte clínica. Insistimos en la adaptación al medio donde se va a aplicar. Ofrecemos anexos disponible online con información ampliada sobre su organización y funcionamiento, la definición de responsabilidades (anexo online 1), los recursos disponibles (anexo online 2), y cómo establecer la forma de documentación y el registro de sucesos (anexo online 3) para posteriormente revisar los casos de HOS y evaluarlos (anexo online 4). Esto último es muy importante, ya que estos protocolos son dinámicos y se debe considerar su modificación en función de las nuevas recomendaciones basadas en la evidencia y de los propios resultados. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Actualización del protocolo de tratamiento de la hemorragia obstétrica Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Anexo. Material adicional Se puede consultar material adicional a este artículo en su versión electrónica disponible en http://dx.doi.org/10. 1016/j.redar.2013.11.013. Bibliografía 1. Cristina Rossi A, Mullin P. The etiology of maternal mortality in developed countries: A systematic review of literature. Arch Gynecol Obstet. 2012;285:1499---503. 2. Cantwell R, Clutton-Brock T, Cooper G, Dawson A, Drife J, Garrod D, et al. 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