CONOCER I. INTRODUCCIÓN En Occidente, en la antigua Grecia hacia el siglo VI a d N. E., nace la filosofía con filósofos presocráticos, tales como Tales, que se preguntan por el origen y la formación del cosmos, buscan un sentido a la vida y además imaginan formas de organización social que lleven a los ciudadanos hacia la felicidad. En este tema nos vamos a detener en la primera pregunta, tratando de ver a donde nos ha llevado, aquel salto desde la mitología hasta la experiencia puramente racional y empirista. Hay que esperar a la revolución científica del siglo XVII, para asistir al nacimiento de otra forma de conocimiento que hasta ese momento se alojaba en la filosofía. Se trata de la ciencia. Ambas, eran prácticamente una sola formando parte de un mismo cuerpo de conocimiento, es decir, compartían objetivo y método. Hasta entonces dos habían sido, a grandes rasgos, los modelos de conocimiento defendidos por filósofos y científicos: el racionalismo y el empirismo. A partir de esta revolución se inicia una progresiva separación entre ciencia y filosofía. Se toma como modelo del proceder científico el de la nueva física, (Galileo, Newton) que sobre bases empiristas pone el acento en la importancia de la experimentación, combinada con el uso de las matemáticas. (hasta entonces la física había sido cualitativa y no estaba matematizada.) En los siglos posteriores la extensión del nuevo modelo dio lugar al surgimiento de las demás ciencias naturales y sociales. A medida que se iban ampliando las disciplinas científicas, se iban reduciendo el número de preguntas que quedaban en mano de la filosofía, pero se desarrollaban más “filosofías de…”. Aquí nos vamos a detener en la Filosofía de la ciencia, encargada de reflexionar sobre los objetos y 1 métodos de cada una de las ciencias; y en la Epistemología que analiza las cuestiones vinculadas al conocimiento así como su progreso hacia el logro de la verdad. II. ¿CUAL ES EL ORDEN Y EL ORIGEN DE LA NATURALEZA? Comparemos dos explicaciones En primer lugar existió, realmente, el Caos. Luego Gea, de ancho pecho, sede siempre firme de todos los Inmortales que ocupan la cima del nevado Olimpo; [en lo más profundo de la tierra de amplios caminos, el sombrío Tártaro], y Eros, el más bello entre los dioses inmortales, desatador de miembros, que en los pechos de todos los dioses y de todos los hombres su mente y prudente decisión somete. Del Caos nacieron Érebo y la negra Noche. De la Noche, a su vez, surgieron Éter y Hémera, a los que engendró como fruto de sus amores con Érebo. Gea primeramente dio a luz al estrellado Urano, semejante a ella misma, para que la protegiera por todas partes, con el fin de ser así asiento seguro para los felices dioses. También alumbró a las grandes Montañas, agradables moradas de las Ninfas que habitan los abruptos montes. Asimismo trajo a la luz al estéril mar, de impetuosas olas, Ponto, sin el deseable amor. Después, acostándose con Urano, engendró a Océano profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe, coronada de oro, y a la amable Tetis. Después de éstos nació el más joven, el astuto Cronos, el más temible de los hijos, y se llenó de odio hacia su vigoroso padre. “Cosmogonía” Hesiodo (VIII−VII a d N. E.) En el pasado siglo XX, George Gamow ideó la hipótesis del Big Bang para explicar el comienzo del universo hace unos 13.700 millones de años con una explosión colosal en la que se crearon el espacio, el tiempo, la energía y la materia. Se considera que el Universo comenzó como un gas muy tenue que se contrajo súbitamente tras un colapso gravitatorio en un Huevo Cósmico, siendo instantáneamente seguido de la explosión que entendemos como Big Bang. Los momentos de esta gran explosión están definidos en: Tiempo de Planck (10−45), momento en que toda la masa y energía del Universo se hallaba comprimida en una masa ardiente de densidad inimaginable. Ocupaba un espacio 1.000.000.000.000.000.000.000 veces menor que un núcleo atómico. Las cuatro fuerzas básicas (gravitación, electromagnetismo y fuerzas nucleares fuerte y débil) se hallaban unificadas. A continuación comenzó la Era de la Inflación (10−35) un período caracterizado por un fantástico aumento de tamaño y por una caída drástica de la temperatura. El Universo se hinchó hasta alcanzar al menos 1050 veces sus dimensiones originales. La temperatura cayó a 1028 º K. Aquí comienza la separación de la fuerza nuclear fuerte y la electro-débil (formada por la fuerza electromagnética y la nuclear débil). 2 Sigue a ellas la Era Leptónica (10−6 ) en la que se crean las primeras partículas constitutivas de la materia: los quarks, leptones (electrones, neutrinos...), mesones (constituidos por pares de quarks) y los hadrones (protones y neutrones, constituidos por tríos de quarks). (Todo este proceso, trascurre dentro del mismo segundo) A ellas sucede la Era de la Radiación (10.000 años), caracterizada por la emisión de rayos gamma producidos durante la descomposición del Deuterio o Hidrógeno pesado y la Era del Desacoplamiento entre la materia y la radiación (después de 300.000 años). Se estima que la gravedad puede ser lo suficientemente fuerte, dependiendo de la cantidad de materia del Universo, como para desacelerar el proceso expansivo. Momento a partir del cual se impondría una contracción que llevaría al Universo a un colapso gravitatorio o Big Crunch (Gran Implosión), desapareciendo en la nada. A esta situación presumiblemente sucedería otra fase expansiva, y así indefinidamente en una interminable serie de oscilaciones La primera es una explicación mítica, cuyas características lógicas ya conocemos, la segunda pretende ser una explicación científica. La diferencia parece clara, el progreso de la humanidad salta a la vista, pero de lo que nos vamos a ocupar aquí es de analizar cómo ha sido ese avance, que pasos y mecanismos lo han promovido. Para ello tenemos que ver el método científico y las nuevas posibilidades que ha abierto al conocimiento; y por supuesto, responder a una de las grandes preguntas filosóficas ¿estamos cada vez más cerca de la verdad?, ¿es alcanzable la verdad? III. ¿QUÉ ES UNA TEORÍA CIENTÍFICA? Cuando nos cuestionamos ¿qué es la ciencia?, podemos encontrar una respuesta, si como dice Einstein, observamos lo que hacen los científicos. Los investigadores parten de los hechos, pero la ciencia no es sólo un registro de hechos. La ciencia es además un intento de conocer las leyes por las que se rigen los hechos, los fenómenos. Tiene como misión el descubrimiento de las leyes que sigue la dinámica de la naturaleza y le hemos añadido peligrosamente la de dominar el mundo. La ciencia no es algo estancado sino que está en continua evolución, así, la investigación científica comienza cuando en los hechos se descubren problemas, que ya no pueden ser explicados con los conocimientos que se poseen, o con las leyes que manejamos. Para resolver esos problemas los investigadores se lanzan a la aventura de la ciencia, a la gran tarea de dar una explicación verosímil, de construir una teoría científica. 3 Una teoría científica está compuesta por: Enunciados: básicamente hipótesis y leyes. • Una hipótesis es un enunciado, una argumentación que pretende dar una posible explicación a un problema que aparece en los hechos, o a una regularidad que nos aparece en nuestras observaciones. Hay que subrayar el rasgo de que es una simple suposición o conjetura. • Una ley es un enunciado que establece una explicación verdadera, cierta, sobre una problema aparecido en los hechos, o sobre una regularidad establecida en la naturaleza. Es la exposición de una relación constante entre hechos. Sería una hipótesis aceptada como verdadera tras algún proceso de contrastación. Términos: serían aquellos elementos que forman parte de los enunciados, masa, carga eléctrica, electrón, campo gravitatorio, campo magnético...Y entre ellos los habría observables, aquellos que hacen referencia a elementos cuantificables, magnitudes; y los habría teóricos, caracterizados porque carecen de referente en la experiencia cotidiana y porque tan sólo tienen sentido en el ámbito de una teoría científica. Modelos: serían representaciones intuitivas que nos permiten de alguna manera visualizar la teoría. Las teorías científicas poseen un contenido abstracto muy grande y para poder comprenderlas hay que recurrir a construir imágenes mentales que nos ayuden a comprenderlas. (El ordenador se ha tomado como modelo de algunas teorías que pretenden explicar la mente humana.) Métodos para construir una teoría científica Podríamos decir que una teoría científica es una construcción intelectual compleja, compuesta por un sistema de enunciados y uno o más modelos. Sin embargo nos quedaríamos cojos si no hacemos referencia al método que hemos de seguir para elaborar esos enunciados. Método significa “camino hacia” así de un modo estrictamente epistemológico podemos decir que el método es el camino que recorre la ciencia para alcanzar el conocimiento de su objeto. Estaría formado por el conjunto de procedimientos de los que dispone una ciencia para alcanzar la verdad. 4 A lo largo de la historia de la ciencia, los científicos han hecho uso de dos procedimientos: el método deductivo y el inductivo. Veámoslos. Método deductivo Reduciéndolo a lo esencial consiste en ir de lo general a lo particular. La deducción es una argumentación que nos permite derivar, inferir, sacar de una o varias proposiciones dadas, otra proposición llamada conclusión. Siempre, las premisas abarcan un conocimiento más general que la conclusión del razonamiento. En las ciencias empíricas se utiliza, sobre todo desde que fue puesto en práctica por Galileo, quien lo llamó HIPOTÉTICO DEDUCTIVO y supuso la inauguración de la ciencia moderna. Podemos sintetizarlo en los siguientes pasos: • Parte del descubrimiento de problemas dentro de una teoría científica, es decir fenómenos que no se pueden explicar, o que contradicen la teoría establecida. Lo que se conoce como hechos problemáticos. • Intentar explicar estos hechos con la invención de una hipótesis. • Deducir las consecuencias empíricas de la hipótesis, predicciones. • Contrastación de la hipótesis. Es doble: por un lado se busca la compatibilidad de la hipótesis con la teoría vigente y por otro se confrontan las consecuencias, las predicciones, con los datos sensibles. Si la contrastación es un éxito: • Viene la confirmación. La hipótesis se convierte en ley. Estamos ante un método basado en la observación rigurosa de los hechos y en la experimentación. El mayor problema que plantea es el de la contrastación. Objeciones al método hipotético deductivo Las formas de contrastación, de poner a prueba una hipótesis, consisten como ya se ha dicho en poner a prueba las predicciones empíricas que de ella se derivan. A lo largo de este siglo XX se han propuesto dos formas de contrastación, pero ninguna de ellas ha resultado satisfactoria al cien por cien. Veámoslas: ◘ Verificación Fue el planteamiento sostenido por el Círculo de Viena. Una hipótesis se considera verdadera si los hechos observados en el mundo están de acuerdo con los hechos deducidos de la hipótesis ¿Pero tal cosa es posible? Si reflexionamos un 5 momento, nos daremos cuenta de que una verificación concluyente es imposible, puesto que, la hipótesis o ley es un enunciado universal y no es posible demostrar todos los casos posibles, que son un número infinito, tan sólo es posible verificar un número finito de casos. Por ello, Carnap, redujo sus ambiciones verificacionistas y planteó que únicamente es posible una verificación provisional de la teoría, con ello, es suficiente matizaron. 6 ◘ Falsación Es el planteamiento sugerido por K. Popper y es que una hipótesis puede ser sostenida provisionalmente mientras no resulte refutada por los hechos, de lo que se trata ahora es de buscar hechos que estén en oposición con las hipótesis. El valor de la hipótesis radica en su resistencia a ser refutada. Sin embargo, la refutación es muy difícil en el caso de algunas teorías, puesto que las consecuencias que se derivan de sus hipótesis, aún no están al alcance de la observación, y por tanto no pueden ser refutadas ni confirmadas. De ambos modelos de contrastación, se deduce que en la actualidad, no se puede hablar de ley definitiva, sino que hay que considerarla aceptable, pero provisional desde el momento en que ha sido contrastada. Método inductivo Se piensa que este es el procedimiento que realizan los científicos, sin embargo, afirmar tal cosa sería ser un poco ingenuo como veremos más adelante. El método inductivo distribuido en etapas podría ser así: • Comienza por la observación y registro de todos los hechos, (los hechos brutos, o tal y como son en la realidad) de una manera objetiva y libre de supersticiones y prejuicios. • A continuación se procedería a la clasificación y comparación de todos los hechos, y de un modo inmediato, ello nos llevaría a establecer generalizaciones, a inducir. Establecer las relaciones causales entre los fenómenos. Esas generalizaciones serían consideradas leyes, es decir, enunciados que expresan relaciones constantes entre los hechos. • Por último se deducirían las consecuencias que se derivan de las leyes alcanzadas y desde ahí podríamos hacer predicciones de cómo serían los futuros hechos. Objeciones al método inductivo ◘ ¿Observaciones significativas? Toda observación está cargada de teoría, los hechos brutos, no existen. Cuando se observan los hechos hay que reconocer que nos estamos refiriendo a los hechos significativos, es decir, relevantes desde la teoría de la que estamos observando. Fíjate sino, en los ejemplos que nos vomita la historia de la ciencia. En 1856, se 7 descubrió un cráneo diferente a los cráneos humanos habituales en el Valle de Neandertal, Alemania. Un investigador, los clasificó como anómalo, y no le dio más importancia, pensó que era el cráneo de un idiota, o de algún minusválido. Fue un dato, o un hecho irrelevante para la ciencia. Posteriormente se publicará “El origen de las especies” y se trabajará en el marco de una nueva teoría, la que pone al hombre como fruto de la evolución. Se producirá un nuevo descubrimiento, en este caso en Trinil, (Java) de un cráneo semejante. Sin embargo en este nuevo caso, las repercusiones fueron enormes, fue considerado como un antepasado del hombre. Y es que un mismo dato o hecho, puede cobrar una significación totalmente diferente, en función de la teoría científica desde la que hagamos la observación. Por eso, sólo podemos hablar de hechos significativos o relevantes, no de hechos brutos. ◘ ¿Podemos generalizar? La generalización ofrece ciertos problemas, ya que sino se documentan todos los casos, puede aparecer en un momento un fenómeno que no cumpla la generalización. Esto lo exponía B. Russel, a través de la paradoja del pavo inductivo. Por tanto, la inducción no nos permite establecer con toda certeza una ley en la naturaleza. Las leyes, como ya mostrara Hume a través de su crítica al concepto de causa, tan sólo existen en nuestra mente, tenemos esperanzas, expectativas de que las cosas sucedan tal y como han sucedido hasta ahora, pero de ello, no tenemos ninguna garantía. Sólo podemos afirmar que es probable, no necesario. IV. OTRAS CIENCIAS Ciencias formales Son ciencias formales la matemática y la lógica y ambas se caracterizan por no atender a los hechos de la experiencia, sino tan solo a la forma de argumentar y de razonar, descubriendo y generando normas de coherencia interna entre tales argumentos, que fascinantemente tienen su reflejo en la realidad extramental. Las ciencias formales pretenden construir un sistema axiomático de carácter deductivo, al modo en que lo llevaba a cabo Euclides, que partía de axiomas, verdades indemostrables pero evidentes, principios fundamentales, fecundos y productivos dentro del sistema “Dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí”, “El todo es mayor que la parte”. Desde estos axiomas, de un contenido generalizado, se podían alcanzar o deducir teoremas, enunciados no evidentes pero demostrables (teorema de 8 Pitágoras)... Era un modo de justificar el axioma. Y por último poseen reglas de trasformación de enunciados (suma, resta, multiplicación) que permiten extraer nuevos enunciados y así ampliar el sistema. La validez del sistema axiomático vendría dada porque ha de cumplir con las tres propiedades siguientes: consistencia, por la que no existe ninguna contradicción interna dentro del sistema; compleción, por la que todos sus enunciados verdaderos son deducibles desde sus axiomas; e independencia, por el que sus axiomas, son independientes, y no se deducen unos de otros. Hoy el sistema axiomático ideal, no se ha conseguido y Gödel, un destacado lógico−matemático del siglo XX plantea que es imposible. Sin embargo, el peso que tiene esta disciplina en la construcción de modelos matemáticos que se forman parte como hemos visto de las teorías científicas, es fundamental y permiten deducir consecuencias de dichas teorías, así como ampliar su alcance. Ciencias sociales La polémica entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, sobre la unidad del método científico, parece no tener fin. Aquí tan sólo vamos a describir las características de las ciencias humanas. La primera es que el objeto de conocimiento y el sujeto cognoscente coinciden, este rasgo básico condiciona por completo su proceder y los rasgos de su metodología científica al impedir la neutralidad en la observación, es imposible, el investigador forma parte de lo investigado. La segunda es que la capacidad de predicción y de generalización es limitada, dada la libertad y la capacidad de pensamiento y reflexión, que amplía el abanico de posibles respuestas de la especie humana. Otro debate abierto se dirige a si las ciencias humanas han de proporcionar una explicación, o tan solo la comprensión. Explicar el fenómeno exige el conocimiento de las causas y mantener una postura “etic” ante él, del más puro y escrupuloso respeto y no intromisión en los hechos sociales. La comprensión del fenómeno nos empuja a captar su sentido, su significado, lo que implica un punto de vista “emic”, una implicación, un sentir, un formar parte de los fenómenos sociales que se están observando. Incluso aquí se abre otro debate ¿Se debe intervenir críticamente en la sociedades?, criticar los fenómenos para mejorarlos para emancipar a los individuos, 9 liberándolos de sojuzgamientos y distorsiones sociales ¿No nos llevaría eso hacia el pensamiento único, hacia la sociedad única? ¿Sería eso mejor? Lógicamente las estrategias de acercamiento al objeto son también diferentes; por un lado se manejan técnicas cuantitativas, como el uso de cuestionarios, inventarios, muestreos, test que nos sumerge en el mundo de la estadística que es quien únicamente proporciona la probabilidad de certeza a estas disciplinas; y las técnicas cualitativas, como entrevistas, grupos de debate, historias de vida que sirven para complementar los fríos datos estadísticos y singularizan la comprensión del fenómeno humano. V. UNA DE EPISTEMOLOGÍA Opinión, creencia y conocimiento Hemos hablado de la epistemología como una reflexión sobre el conocimiento y la primera que se nos impone, es la necesidad de definir qué sea conocer. Aquí va a ser entendido como sinónimo de saber, “conozco”, cuando “sé”. Ahora bien, tenemos que tener en cuenta que no siempre que creemos saber, sabemos en realidad, por ello vamos a distinguir tres grados de sabiduría o de conocimiento. La opinión es un estado de conocimiento muy peligroso, puesto que es ante todo una apreciación subjetiva de la que no estamos seguros y que no es posible demostrar. Nuestra única herramienta para defenderla es que surge de nuestra idiosincrasia, de nuestra ideología, parece ser coherente con el conjunto de ideas, aspiraciones, intereses y creencias que nos constituyen social e individualmente. La creencia supone una forma de conocimiento que modifica rasgos de la opinión, no quiere decir que sea más o menos peligrosa que ella. La creencia incrementa nuestro grado de seguridad, pero mantiene nuestra imposibilidad de contrastación. Colón creía que la Tierra era redonda, pero no podía demostrarlo. Hitler se creía el amo del mundo pero, por suerte, no puedo demostrarlo. Ese matiz de seguridad que añade la creencia a la simple opinión, ha movido el mundo en muy diversos sentidos ¿Es más peligrosa por ello? El conocimiento es una variante menos profética y más empírica, pues ratifica su seguridad con la posibilidad de corroboración. Se trata de una creencia de la que estamos seguros porque se ha demostrado, o porque la podemos probar. De este 10 modo se pierde la subjetividad que arrastraba la opinión, pasando a una situación de objetividad; y la coherencia con nuestra idiosincrasia sufre ahora un revés, puesto que es nuestra ideología la que ha de reacomodarse a los nuevos conocimientos. ¿Qué verdad es la cierta? Para determinar qué verdad es la veraz, la que busca la teoría científica, hay que comenzar por definir la verdad: si nos remontamos al mundo griego, en que surge la filosofía−ciencia, aparece el término “aletheia” que se traduce como desvelamiento, descubrimiento de lo que las cosas son. Se presenta como opuesta al término “pseudos”, que se traduce como encubrimiento, lo que se oculta. Este va a ser el significado de verdad que va a tratar de recuperar Heidegger. Hoy tenemos que admitir que la verdad es la acomodación del entendimiento con la realidad, algo es verdadero cuando el modo de entenderlo coincide con lo real. Si trasladamos este esquema al plano lingüístico, algo será verdadero cuando la proposición, el enunciado, los conceptos coincidan con los objetos o entes reales. Aunque a nosotros nos parezca todo tan claro, en el camino hacia la búsqueda de la verdad dentro de la epistemología, han surgido bastantes teorías tratando de eliminar falsedades que se colaban como verdades. En ese camino de depuración vamos a detenernos en las cuatro siguientes: Verdad como adecuación: Aristóteles fue quien dio forma a esta teoría de la verdad formulándola del siguiente modo: “Decir de lo que es que no es o decir de lo que no es que es, eso es falso; decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero”. Esta teoría hace hincapié entre el decir y el ser. La verdad aparece cuando se adecua lo que se dice de algo, con lo que ese algo es. Hasta aquí todo impecable, pero nos asalta una pregunta (¿Cómo no, estando den el reino cognoscitivo de la filosofía? −Ésta no, la siguiente−.): ¿Cómo sabemos que se adecua? ¿Como podemos demostrar que el concepto del sujeto corresponde al objeto de un modo objetivo? Imaginaros un daltónico, recordar el anuncio del wolkswagen polo. Verdad como coherencia: su principal defensor va a ser Hegel en el siglo XVIII−XIX. Para él “La verdad es el todo”. Viene a defender una visión de la verdad histórica y contextual. Una proposición, un enunciado, una afirmación no será verdadero a menos que sea coherente con el conjunto de proposiciones que ya 11 tenemos como verdaderas. Una afirmación aislada no puede ser discriminada como verdadera o como falsa, necesita de un marco contextual que le de coherencia. De ahí que la verdad, tan solo se pueda establecer de un modo histórico, como final de un proceso temporal. Verdad como útil: Defendida desde el pragmatismo de William James a finales del XIX, la verdad se convierte en sinónimo de útil, y si algo es útil, pasa a ser verdad. Aquí la verdad no es adecuación como en la primera teoría, sino adaptación. Una proposición es verdadera si se presenta como útil para enfrentarse a la realidad. La verdad pragmática adquiere así un matiz cambiante, devenible, no se defiende la existencia de una verdad absoluta, sino que la verdad ha de estar siempre verificándose en la realidad, en el momento en que no demuestra su eficacia o su utilidad deja de ser verdad. Dice James “Cuando los pragmatistas hablan de verdad, se refieren exclusivamente a algo acerca de las ideas, es decir a su practicabilidad o posibilidad de funcionamiento” Verdad como consenso: Es la posición de la Escuela de Francfourt, que parece recuperar la posición socrático−platónica de veneración al diálogo. Para Apel o Habermas la verdad de las proposiciones hay que descubrirla en el marco del diálogo llevado a cabo en lo que ellos llamaron la situación ideal del habla caracterizada por: 1. que participan todos los afectados en pie de igualdad, 2. que lo hacen libremente y sin coacciones, 3. que se impone la postura de aquellos que convencen mediante la razón y no mediante la fuerza. Como se puede ver, no es tan fácil decir qué verdad es la cierta, y todas las verdades son y han de ser revisables. VI. PROGRESO Y LÍMITES DE LA CIENCIA Progreso de la ciencia La ciencia avanza que es una barbaridad, pero: ¿cómo?, ¿hacia dónde?, ¿está la ciencia cada vez más cerca de la verdad? A estas preguntas podemos encontrar diferentes respuestas. Quienes primero nos responden serán Bacon Y Galileo. Para ellos, la ciencia sufre un progreso acumulativo. Cada vez aumentan el número de experimentos y de observaciones sobre el mundo. De esta manera, cada vez sabemos 12 más, acumulamos nuevos conocimientos sobre los que ya tenemos. Para ellos, la ciencia sería como un edificio al que cada año se le incorporan nuevas plantas. Actualmente se concibe el progreso como un proceso de reducción de teorías. Las teorías son cada vez más amplias y asumen a otras teorías, a unas porque tenían campos de aplicación pequeños y a otras porque se van quedando obsoletas. De esta manera, cada vez tenemos menos teorías pero más amplias en cuanto a su campo de explicación. Sería esta concepción actual del progreso como una pirámide que va creciendo en su base y estrechándose en su cima. Thomas S. Kuhn, un historiador de la ciencia, en su obra “La estructura de las revoluciones científicas” nos dice que habitualmente, la comunidad científica trabaja con un paradigma común, por paradigma podríamos entender un conjunto de teorías científicas, que habitualmente sirve de marco para llevar a cabo las investigaciones, esto sucede dentro de lo que él llama la ciencia normal, aquella en la que los hechos no contradicen a las teorías. Sin embargo, cuando las leyes dejan de servir para explicar los hechos que aparecen y entramos en un tiempo de crisis, crisis del paradigma. Y es en este momento cuando aparece uno o más paradigmas rivales que sí sirven para explicar los hechos problemáticos aparecidos. Es el momento de cambiar de paradigma, y los motivos que mueven a elegir uno u otro son, según Kuhn, irracionales, sicológicos y sociológicos. Cuando al final se toma una decisión y se trabaja con otro paradigma ha acontecido una revolución científica. Este es el modo en el que avanza la ciencia a través de revoluciones, sustituyendo unos paradigmas por otros más eficaces. Feyerabend sostiene que el crecimiento del conocimiento no sigue normas predefinidas, sino que es siempre peculiar y diferente, no sigue nunca un camino determinado. Defiende el valor de la anarquía en la ciencia, que es la que ha proporcionado a la ciencia todas sus características positivas. Los científicos avanzan mediante una combinación de crítica y tolerancia hacia las incongruencias y anomalías entre la teoría científica y los hechos, a la vez que trabajando con absoluta libertad. Estos son los mejores ingredientes de una ciencia productiva y creativa. Para apoyar estos planteamientos quizá sirvan las ideas de Einstein cuando afirmaba que en ciencia “La imaginación es más importante que el conocimiento”. 13 ¿Está la ciencia cada vez más cerca de la verdad? A lo largo de la historia han existido distintas actitudes sobre la posibilidad de alcanzar la verdad. Probablemente los primeros tiempos de la filosofía, el siglo V a. d. N. E. asistió al primer gran debate sobre el tema. Dogmáticos frente a relativistas se enfrentaban en los campos de batalla filosóficos de Atenas. De un lado el dogmatismo de Platón, que después será encumbrado por los racionalistas del XVII y algunos del XVIII, sostenía que podemos alcanzar un conocimiento seguro y universal, alcanzar la certeza absoluta. Además nuestros conocimientos se pueden ampliar progresiva e ininterrumpidamente. Se trata, es innegable, de una visión quizá excesivamente optimista de las posibilidades humanas. Pero del otro lado, frente a ellos, está el relativismo, defendido en aquellos tiempos por los sofistas, enemigos filosóficos de Platón y Sócrates. Su planteamiento es rotundo, no existe una verdad absoluta, válida en todo momento y en todo lugar, el conocimiento objetivo y universal es inviable y tan solo existen opiniones cambiantes, válidas cada una de ellas en determinados contextos humanos. Pirrón de Elis, a caballo entre el siglo IV y III a. d. N. E., es considerado el primero de los escépticos. Su postura es la de la duda ante la posibilidad de lograr un conocimiento firme y seguro; por ello, nuestro estado natural es el de la duda, debemos dudar siempre ante el conocimiento que tenemos de la realidad. El fundamento del escepticismo está en que el principio de todo conocimiento son las sensaciones y estas son siempre cambiantes, por lo que no nos pueden proporcionar un conocimiento firme y seguro de la realidad. En el siglo XVIII, Kant, aquel del que decíamos que no tenía ni vida ni historia, cree haber descubierto el modo de superar el escepticismo con su criticismo, una posición que sostiene que el conocimiento es posible, pero lo que desde luego no es, es incuestionable absoluto, universal, todo conocimiento ha de ser revisado y criticado continuamente para depurarlo de posibles errores o tergiversaciones. Ortega y Gasset nos ofrece una visión novedosa, el perspectivismo, sostiene la realidad del punto de vista, conocemos la realidad desde nuestra posición en el cosmos, eso es algo inevitable, pero ello no convierte en falso nuestro conocimiento de la realidad, al contrario, lo llena de sentido lo dota de significado, porque detrás de toda perspectiva, hay una vida, un proyecto vital al que de nada serviría un 14 conocimiento objetivo y vacío de la realidad. La verdad absoluta sería la suma de todas las perspectivas posibles, si eso es posible. Si nos paramos a pensar, después de este recorrido histórico aún no hemos respondido a la que pregunta que nos hicimos, para ello quizá tengamos que recurrir a K. Popper, quien sostiene que el verdadero progreso de la ciencia se reconoce en que las nuevas teorías permiten explicar mejor un mayor número de problemas. Así podemos decir que las nuevas teorías son más verosímiles que las antiguas, cada vez estamos más cerca de la verdad. Popper sostiene que “la historia de la ciencia es un proceso racional de aproximación a la verdad”. Sin embargo la verdad es considerada como un límite inalcanzable. VII. CIENCIA; ¿ÚNICA FUENTE DE CONOCIMIENTO? ¿Es la ciencia la panacea, es decir el remedio para todos los problemas del hombre? ¿Es la ciencia la que marca el progreso de la humanidad? ¿Es la ciencia la que nos ofrece la imagen exacta del universo? (Como podéis ver a la filosofía lo que le va, es hacer preguntas, es única para ver problemas allí donde nadie los ve, un científico confiaría ciegamente en sus conocimientos y en alcanzar la verdad a través de su método, sin embargo, la filosofía, supone la actitud de mantener la razón siempre despierta ante lo que, a otros, parece evidente. Probablemente en esta actitud radique la auténtica evolución de la humanidad.) Es difícil responder a estas cuestiones, pero necesario. Una primera respuesta, la encontramos de la mano de Augusto Comte, un positivista del XIX, que sostenía el cientismo o cientifismo. Básicamente es la idea de que la ciencia es la única fuente de conocimiento. Y es el único instrumento que aportará felicidad a la humanidad poniendo fin a todos los problemas individuales y sociales que tiene el hombre. Comte defiende su cientifismo, tras mantener que la humanidad y cada individuo en particular ha pasado por tres estadios: el primero, el teológico, ha de considerarse un estado provisional y preparatorio, punto de partida del espíritu humano. Aquí el conocimiento de la naturaleza consiste en buscar las causas últimas, ocultas y sobrenaturales, que se levantan sobre el poder de la imaginación. Dentro hay una evolución que lleva al individuo desde un fetichismo inicial, consistente en atribuir a algunos entes una vida análoga a la nuestra, pero más poderosa; (la adoración de los 15 astros en la cultura egipcia) al politeismo en el que se atribuye vida a determinados seres ficticios e invisibles que controlan los fenómenos naturales y humanos; (piensa en el Olimpo griego) y por último al monoteismo, donde esos seres son reducidos a uno y donde se inicia la restricción del marco de acción de la imaginación. El segundo, el metafísico o abstracto intenta explicar la íntima naturaleza de los seres, el origen y destino de las cosas sustituyendo a los agentes sobrenaturales por abstracciones personificadas. La parte especulativa está muy exagerada, por la tendencia a argumentar en vez de observar que caracteriza a este espíritu metafísico. Comte lo sitúa en la filosofía que va desde el XV al XIX. El tercero es el estado positivo o real "Observación". Nuestra inteligencia ha llegado por fin a un estado definitivo de positividad racional en el que renuncia a las investigaciones absolutas y circunscribe sus esfuerzos al dominio de la observación, única base del conocimiento. Ya no se buscan las inaccesibles causas sino que se investigan las regularidades mediante la observación y el razonamiento. las leyes que siguen los fenómenos. La imaginación es sustituida por el saber de la razón, razón encaminada a la acción instrumental que posibilita la tecnología que de ella se desprende. Esta es la base de la nueva sociedad industrial. En el estado positivo no se busca tanto una explicación como una mera descripción de los fenómenos y sobre lo observado. La ley de los tres estados pretende demostrar cómo el estado positivo es el estado más adecuado a la naturaleza humana. El único saber válido es el saber positivo o científico, y este modo de saber ha de generalizarse y aplicarse a todos los ámbitos de la vida y de la sociedad como la religión, la política... La reforma comtiana del saber conlleva así una reforma social. Husserl en su obra “Crisis de las ciencias europeas” nos dice que la historia de la cultura occidental es la historia del olvido del mundo de la vida. Nos hemos volcado tanto del lado de la ciencia, del objetivismo, de la matematización de la realidad, que se ha impuesto una visión absolutamente idealizada de la realidad. Además de producir individuos carentes de capacidad crítica, puesto que “las meras ciencias de hechos producen meros hombres de hechos”. Husserl, nos habla de la necesidad de completar el conocimiento científico proporcionando un horizonte que dé significado al objetivismo de la ciencia, que 16 enmarque los descubrimientos científicos. La ciencia sólo tiene sentido dentro del mundo de la vida. Nietzsche se enfrenta al pensamiento científico, y se pregunta ¿Cómo podemos conocer la esencia de la vida? A través del arte, la poesía y la intuición. -nos responde- el arte y la poesía son los mejores órganos de la filosofía para interpretarla y la intuición es el mejor método para comprenderla. Pero dice más, para él, el "intelecto humano" es el recurso de los seres más infelices y sirve para conservarlos en su existencia. llega un momento en que el hombre necesitar vivir en sociedad y evitar los conflictos, por lo que se ve obligado a determina a partir de ese momento lo que va a ser "verdad" y lo que no. Así que se inventa una designación para las cosas uniformemente válida y obligatoria. Así la verdad no depende de las cosas mismas, sino del uso correcto de las convenciones del lenguaje. La "mentira" del intelecto consiste en hacer creer que a través de los conceptos se capta la vida. La verdad es sustituida por la voluntad de verdad, es decir, por el apremiante deseo de que lo que se cree o se piensa que ha de ser verdadero. A este hombre conceptual, que se maneja con el intelecto, con la racionalidad, contrapone Nietzsche el hombre intuitivo, que es capaz de comprender la vida mejor que un científico, que es capaz de configurar una cultura y establecer el dominio del arte sobre la vida. Ortega y Gasset nos habla de la necesidad del uso de una razón vital. La razón científica no agota el ámbito de lo cognoscible, el hombre no se agota en lo que científicamente podemos conocer de él. Como dice Ortega, la ciencia se ocupa de los problemas mansos, aquellos que puede resolver el hombre a través de la observación y de la investigación, que son reductibles a regla y compás. Pero, ¿y la pregunta por el sentido de la existencia, y la pregunta por la elección de las metas vitales, de las aspiraciones, por la elección de los fines de la humanidad? ¿Desde dónde respondemos esas cuestiones, si reducimos el conocimiento al meramente científico? El conocimiento ha de contribuir a afirmar la libertad humana y para ello necesita otros modos de conocimiento. De la mano de La escuela de Francfort, de Habermas, encontramos una segunda respuesta bien distinta. La ciencia está regida por una razón instrumental, que consistiría en pensar que todo puede ser manipulado, todo puede ser utilizado, 17 instrumentalizado. Y dentro de ese todo, también se incluye el ser humano. De este modo, la humanidad se convierte en un objeto al servicio de la ciencia. Y se invierten los papeles, ya no está la ciencia al servicio del hombre, sino el hombre al servicio de la ciencia. El hombre ya no es un fin en sí mismo, sino un medio al servicio del progreso de la ciencia. Por tanto, piensa Habermas que no podemos reducir la realidad a la foto que de ella nos hace la ciencia. Es necesaria una razón comunicativa, crítica que establezca un diálogo entre los descubrimientos científicos y los fines de la humanidad. La razón comunicativa, nos ha de permitir decidir qué hacer con los descubrimientos científicos. Un mismo descubrimiento científico, léase la dinamita, el conocimiento y manipulación del ADN humano se puede utilizar para esclavizar o para liberar, para curar o para…, y desde la razón científica, tal decisión es imposible. Por ello, no podemos dejarlo todo en manos de la ciencia. Desde esta otra forma de conocimiento hemos de responder a la cuestión: ¿para qué la ciencia? Los criterios desde los que ha de analizar las cuestiones esta razón comunicativa, dialógica, crítica han de ser muy próximos a los siguientes: • La ciencia tan sólo nos proporciona los medios para alcanzar los fines que nos proponemos, pero no puede decirnos cuáles son los fines que perseguimos. La ciencia no abarca el ámbito de los juicios de valor. • La ciencia debe ser utilizada para aumentar la calidad de vida, como posibilidad de vida responsable y libre. El progreso científico ha de hacer felices a los seres humanos. Esto obliga a corregir el actual desfase psicológico que sufre el hombre ante un mundo que por su alto grado de mecanización es más fuerte que él, y lo domina. • La ciencia debe de servir para que el hombre del subdesarrollo participe de la riqueza que produce la máquina, la ciencia es de la humanidad, y con esta premisa se superaría el desfase económico entre países. Para ello necesitamos de una razón crítica. 18 VIII. LA TECNOLOGÍA Evolución de la tecnología Tenemos que comenzar por distinguir su origen griego “techné”. Pero si nos atenemos a la definición de M. Bunge, tecnología es un conjunto de conocimientos y estrategias que sirve para controlar, trasformar o crear procesos naturales o sociales y que se desprenden y se controlan de una teoría científica y con una metodología científica. En la actualidad asistimos al desarrollo de la tecnología, o a lo que se ha dado en llamar “tecnociencia”, de la mano de: las ingenierías, la medicina, farmacología, sicología y siquiatría, pedagogía, arquitectura, urbanismo, sociología.... Pero para llegar al momento actual, la técnica, ha pasado por fases de no tanto esplendor como: la fase técnico-mágica, en el mundo primitivo; la fase técnico-alejandrina, que comprende también el período medieval y que busca la alianza con el viento y el agua, tan sólo consigue pequeños avances que evolucionaran a duras penas hasta el siglo XV; fase de transición, desde los siglos XV al XVIII, donde se inicia la interacción entre la ciencia y técnica. (Los inventos como la imprenta, la pólvora, la brújula, el telescopio cambiarán el estado del planeta y permitirán hacer progresos en la ciencia, que se hace experimental). Los avances técnicos tienen repercusión en el desarrollo científico. Así llegamos a la fase tecno−científica, al período en que vivimos, y que se inicia con la construcción por parte de James Watt de la máquina de vapor. Se caracteriza por un gran desarrollo de la ciencia y la tecnología. La tecnología crece tanto en importancia que en la actualidad se ha llegado a postular su dominio sobre la ciencia. La ciencia ya no es un conocimiento puro, que pretende mostrar cómo es la realidad o descubrir las leyes que regulan la naturaleza, sino que, la ciencia se ha convertido en un instrumento al servicio de la tecnología, siendo las demandas tecnológicas las que dirigen la investigación científica en uno u otro camino. De ahí que las diferencias entre la ciencia y la tecnología sean cada vez más borrosas, y habitemos en lo que se ha dado en llamar la tecnociencia. La racionalidad tecnológica. Heidegger, un filosofó del siglo XX, en un ensayo: “La pregunta por la técnica”, nos plantea lo siguiente: ¿qué pasaría si la tecnología no fuese entendida como un medio 19 para alcanzar los fines del hombre tales como la libertad, el bienestar, el goce de la vida... sino que la tecnología fuese un fin en sí mismo? Si reflexionamos sobre nuestras pautas de conducta, la humanidad puede estar actuando como si así lo fuera; hemos tomado la tecnología como un fin, no como un instrumento para lograr nuestros fines. Nuestra conducta, obedece los siguientes postulados tecnológicos: • Postulado de la neutralidad. La tecnología es neutral, no es ni buena ni mala, se puede usar para el mal o para el bien. De ese modo siempre existe una puerta abierta a su incorporación a la sociedad, “-puesto que puede utilizarse para el bien, no le pongamos ningún impedimento a su desarrollo.” Pero al final siempre acaba siendo utilizada equivocadamente. (Tecnología nuclear, Tecnología genética) • Postulado de instrumentalidad. “Todo puede ser objeto de trasformación tecnológica”. De esta manera, la tecnología puede instrumentalizarlo todo, deja de ser ella un instrumento para convertir incluso hasta el hombre, un fin en sí mismo, en un objeto, en algo que se puede manipular. La tecnología nos posibilita manipular, dominar, trasformar la naturaleza, y nosotros formamos parte de ella. • Imperativo tecnológico. “Lo que tecnológicamente se pueda hacer, hay que hacerlo.” Se extiende la idea de que la innovación siempre será provechosa, estamos en la sociedad de la innovación, cada día unos productos son sustituidos por otros, lo que ayer era nuevo, hoy es ya pieza de museo sin reparar en qué nos es más útil. • Principio de autocorrección. “Si la aplicación de una tecnología produce efectos no deseados, siempre podrá ser remediado por otra tecnología.” Esto es un freno al retroceso, imposible una marcha atrás, y a la vez imposible, o cuando menos absurdo, decir no a la tecnología nueva, puesto que, en el supuesto de que aparezcan problemas, tenemos a la tecnología para solucionarlos. • Principio de fatalidad. “…el desarrollo tecnológico no tiene límites”. Vivimos envueltos en este lema: “…la ciencia descubre, la industria aplica y el hombre se resigna”. 20 • Principio de eficacia. “La eficacia se mide en función del ahorro de tiempo y del capital invertido.” Este cálculo prescinde entre sus parámetros del hombre, de la degradación del medio, de la felicidad humana, de los fines de la humanidad. El progreso tecnológico, estamos viendo exige sacrificios humanos, y es que es una manifestación de la tecnología el pretender escapar al juicio de la ética, la tecnología se autojustifica. Comenzó por arrastrar a la ciencia y ponerla a sus pies, ya no movía al hombre el simple conocimiento de la naturaleza, sino el dominio de la misma y ahora ha terminado por arrastrar tras de sí a toda la humanidad. ¿Cuántas vidas se han destrozar más en nombre de la tecnociencia? (paro, droga, estrés). La filosofía ha de reclamar que ciencia y técnica no sobrepasen sus límites y es función de la filosofía preguntarse el para qué la ciencia y la técnica. Lo que la ciencia no puede conocer es la finalidad de su propio progreso, finalidad que debe partir de unos presupuestos éticos y contribuir a nuestra humanización. BIBLIOGRAFIA - Ferrater Mora. (2009). Diccionario de Filosofía. Barcelona: Ariel. - G Reale y D Antiseri. (1991).Historia del pensamiento filosófico y científico. Barcelona: editorial Herder. - Guthrie, W.K. (1984). Historia de la filosofía griega. Madrid: Gredos. - Gilbert Hottois. (2003). Historia de la filosofía del renacimiento a la posmodernidad. Madrid: Cátedra. - K.P Popper. (1962). La lógica de las investigación científica. Madrid: Ed Tecno. - Popper, Karl Raimund. “La sociedad abierta y sus enemigos”. Ediciones Orbis. - Heidegger M. (1994). Conferencias y artículos. Barcelona: Ediciones del Serbal. - Husserl Investigaciones Lógicas, 4 Volúmenes. (1929). Madrid: Editorial Revista de Occidente. - Friedrich Nietzsche. (2001). La Gaya ciencia”. Madrid: Alba libros. 21 22