Autora: Doris Fernández Carvajal Grado académico: Master Instituto de Estudios de la Mujer: Universidad Nacional, Costa Rica. Correo electrónico: doris.fernandez.carvajal@una.cr Área temática: salud, bienestar y calidad de vida. Salud y recreación en hogares pobres de comunidades rurales de Costa Rica Resumen El trabajo expone una serie de aspectos de las condiciones y prácticas de vida de grupos sociales ubicados bajo la línea de pobreza en la sociedad costarricenseespecíficamente en sociedades rurales- y de las consecuencias que las mismas tienen de manera directa o indirecta en la salud y el bienestar de esas personas. Se focalizan aspectos de la salud y recreación en la cotidianidad de estas personas, a fin de generar una serie de reflexiones sobre sus condiciones objetivas y subjetivas en el reto de la sobrevivencia. La información para la elaboración de esta ponencia es producto de una investigación que se realizó desde el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional de Costa Rica, denominada “Estrategias de sobrevivencia de hogares pobres desde la perspectiva de género”. Dicho trabajo, se propuso como objetivo, el determinar cuáles son los mecanismos que utilizan los hogares pobres para garantizarse su sobrevivencia cuando se dispone de pocos o limitados recursos económicos. El mismo, se realizó entre los años 2014 y 2015 en tres comunidades rurales costarricenses: Acosta, Isla de Chira y Palenque Margarita (comunidad indígena maleku). Estas presentan realidades diferentes en cuanto al origen y vivencia de la pobreza, pero también muestran una serie de elementos en común. Palabras clave: salud, nutrición, recreación pobreza, pobreza rural. 1 Health and Recreation in Poor Households in Costa Rican Rural Communities Abstract This study describes some aspects related to the living conditions and practices of social groups placed below the poverty line in Costa Rican society, specifically those in rural areas. It also describes the consequences these conditions have directly or indirectly- over people’s health and wellbeing. This work emphasizes on the everyday health and recreation practices of the population living in these communities, in order to generate a number of considerations on the existing objective and subjective conditions in their struggle for survival. This presentation is based on the results of a research carried out at the Women Studies Institute at the National University of Costa Rica, titled: “Survival Strategies in Poor Households from the Gender Perspective.” This research aimed to determine the mechanisms that poor households use to guarantee their survival when limited or few economic resources are available, and was conducted between 2014 and 2015 in three rural Costa Rican communities: Acosta, Chira Island and Palenque Margarita (a Maleku indigenous community). These communities live different realities in terms of their origin and the way they experience poverty but they all share a number of common elements. Key Words: health, nutrition, recreation, poverty, and rural poverty. Introducción La información para la elaboración de esta ponencia fue tomada de la investigación denominada, “Estrategias de sobrevivencia de hogares pobres desde la perspectiva de género”, la cual fue realizada desde el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional de Costa Rica durante los años 2014-2015. El trabajo, se planteó como objetivo el determinar aquellos mecanismos mediante los cuales, hogares pobres rurales, se garantizan su sobrevivencia cuando cuentan con pocos o limitados recursos económicos. Esta 2 se desarrolló en tres comunidades rurales costarricenses: Acosta: comunidad rural agrícola, ubicada en la provincia de San José, la Isla de Chira: comunidad rural costera, perteneciente a la provincia de Puntarenas y Palenque Margarita: comunidad indígena Maleku, en San Rafael de Guatuso, Alajuela. Según el Índice de Desarrollo Humano Cantonal del año 2013, los cantones de Acosta, Central de Puntarenas y Guatuso, presentaban bajo desarrollo humano, ocupando las posiciones 44, 31 y 76 a nivel de los 81 cantones del país. También muestran altos porcentajes de pobreza, del 13%, 18% y 21% respectivamente. (Castro, 2015). De acuerdo al Índice de Desarrollo Social (IDS), en una escala de 1 a 100, siendo este último el estado óptimo o deseable, esas comunidades también exhiben una baja posición, pues se ubican en el lugar 37, 39 y 23 respectivamente. (Costa Rica. Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica, 2013: 11,12). En Costa Rica, la condición de pobreza afecta a uno de cada cinco hogares, según la última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos del año 2015, el porcentaje de los hogares en condición de pobreza es del 21.7% y en pobreza extrema es de 7.2%. Por zona geográfica, históricamente la pobreza se ha concentrado mayormente en la zona rural, para ese mismo año, la pobreza rural afectaba a un 27.9% de los hogares, mientras que en las urbanas era del 19.5%. I. Aspectos metodológicos Desde las Ciencias Sociales, se considera que el estudio de la pobreza de manera cualitativa se enriquece, pues evidencia de mejor forma sus particularidades. En este sentido, fue muy importante, visitar los hogares y “penetrar” esa dimensión de la realidad, para conocer cómo se generan los recursos económicos, en qué se utilizan, quién(es) los aportan, cómo resuelven lo relativo a la alimentación, la salud, la recreación, cómo operan las relaciones de poder, qué percepciones tienen de su condición de vida y cómo vislumbran su futuro, todo esto, desde la percepción de las mujeres. Es por ello, que este trabajo combina técnicas 3 cualitativas con cuantitativas, lo que permite la comparación y complementación de los datos. (Mateo, 2002). En esta investigación, la información se recopiló a través de un cuestionario que se aplicó a cincuenta hogares, 64% era de tipo nuclear y 36% monoparental, a cargo de una mujer. El mismo contenía preguntas abiertas y cerradas, ordenado por apartados: ingresos, gastos, vivienda, educación y salud. Fue contestado por las mujeres mediante una visita que realizó la investigadora a sus casas de habitación durante el año 2014. La pobreza vista de manera multidimensional y desde la perspectiva de género fueron los dos ejes teóricos que orientaron esta investigación. El criterio para elegir a las mujeres como informantes tuvo que ver con el hecho de que generalmente son ellas las que tienen el conocimiento de lo que acontece en la dinámica del hogar. Hay que recordar, que la división sexual del trabajo ha asignado a las mujeres las tareas de compra, preparación de alimentos, limpieza de la casa, cuido de hijos(as) y otros quehaceres que las ha llevado a desarrollar una visión más integral de las necesidades de la familia. El proceso de escogencia de las viviendas, se hizo con un criterio visual, focalizando las características de estado, tamaño y material, buscando que fueran “casitas sencillas”, para decirlo en términos costarricenses. Estas por lo general se encontraban deterioradas y despintadas. El estar en una comunidad de bajo desarrollo socioeconómico, donde predomina la pobreza, la probabilidad de encontrarse familias en esta condición era alta. Definición de hogar pobre: se entenderá como hogar: a la persona o conjunto de personas, con o sin vínculo familiar que ocupan en común una vivienda principal o parte de ella y que consumen y comparten alimento con cargo a un mismo presupuesto. (Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2012). En esta ponencia se hace uso de la categoría hogar y familia como sinónimos, con la finalidad de evitar la repetición y darle más fluidez al texto. Línea de Pobreza: para la ubicación de los hogares en condición de pobreza, se tomó como criterio la Línea de Pobreza (LP) para la zona rural que elabora el 4 Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de Costa Rica. En vista de que existe una cifra mensual de esta Línea, se utilizó el dato según el momento en que se recabó la información en el campo, que fue entre los meses de marzo a setiembre del año 2014, pero para efectos de esta ponencia se elaboró un promedio para las tres comunidades en vista de que las diferencias entre uno y otro mes eran mínimas. Fue así como la Línea de Pobreza se fijó en ₵82.116 por persona ($150) y la pobreza extrema en ₵40.135 ($74). Definición de salud: la Organización Mundial de la Salud (OMS), hace uso de una definición de salud que utiliza en la implementación y difusión de políticas de prevención y promoción de la salud, “la salud es aquel estado de completo bienestar, físico, mental y social, que afecta a un individuo”. http://www.definicionabc.com/salud/saludable.php. II. Referente teórico La medición de la pobreza a partir del ingreso, es el método más utilizado tanto en Costa Rica como en otros países de América Latina. La Línea de Pobreza (LP), por lo general, incluye un conjunto de bienes y servicios que un determinado ingreso debe proveer, de esta manera el bienestar de la persona está asociado exclusivamente a su ingreso. Desde hace unos años, se han venido planteando otras alternativas para la medición la misma, como es la pobreza multidimensional. Se considera que el fenómeno de la pobreza es mucho más amplio que la sola falta de ingresos y que tanto la pobreza como las condiciones de vida que experimentan las personas y los hogares no pueden ser medidas a partir de un sólo indicador, ya que deja por fuera otros aspectos importantes que inciden en su calidad de vida. Tampoco, permite visualizar el impacto que puedan tener las políticas públicas en diversos ámbitos del bienestar de las personas. Para Sabine Alkire y James Foster, proponentes del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), el ingreso, no es el único indicador de bienestar, sino que debe ser complementado por otros indicadores tales como la salud, la educación y el nivel de vida. El primero incluye la mortalidad infantil y la nutrición, el segundo, 5 años de estudio y la escolarización de niños(as), y el tercero, que es el más amplio, considera el acceso a electricidad, agua potable, saneamiento, servicio sanitario, energía para cocinar, tipo de piso de la vivienda y tenencia de bienes como televisión, radio, y otros enseres. (Alkire and Santos, 2010:7). La pobreza vista de manera multidimensional está inspirada en el economista Amartya Sen, que la define, “como una privación inaceptable de libertades sustantivas de los individuos o como una condición de vida que limita las capacidades de los individuos para vivir la clase de vida que valoran”. (Sen, 1999:113). El autor, cuestiona la medición de pobreza basada solamente en los recursos, dado que la disponibilidad de recursos no brinda información sobre las cosas que las personas pueden hacer, o hacen efectivamente, con esos medios. De este modo, las capacidades indicarían las posibilidades o los grados de libertad que las personas tienen para alcanzar determinados funcionamientos, como estar bien nutrido, obtener empleo y educación, o vivir sin sentimientos de humillación ni vergüenza. En esta lógica, la pobreza es la incapacidad de lograr ciertos funcionamientos básicos. (Cepal, 2013: 4). La realización de este trabajo de investigación no solo tomó como base lo propuesto por la pobreza multidimensional, sino que además incorpora los planteamientos que indican que la pobreza se vive de manera diferente de acuerdo al género, y se opone a una definición de pobreza basada exclusivamente en el ingreso señalando que, la pobreza no sólo tiene que ver con aspectos “materiales” sino que también tienen que ver con otras variables como la edad, la etnia, la cultura, la orientación sexual y el género. La división sexual del trabajo, es uno de los factores que impacta negativamente en la condición de pobreza de las mujeres. Esta división, que asigna a la mujer la realización exclusiva del trabajo doméstico, produce desigualdad de oportunidades para acceder a recursos materiales y sociales, dado su acceso restringido al trabajo remunerado a procesos de educación y capacitación, así como a la participación en espacios donde se toman las principales decisiones políticas 6 económicas y sociales. Según Clert (1998) señala que “la lectura de la realidad social en términos de género apunta al reconocimiento de la heterogeneidad de la pobreza. Al desagregar categorías tales como comunidad, el hogar, o los pobres, sobre la base del género, se hace resaltar que el hombre y la mujer tienen atributos, responsabilidades, experiencias de vida diferentes y de hecho, intereses y necesidades diferentes”. (Clert, 1998: 43). III. Algunas características sociodemográficas y socioeconómicas de los hogares Edad de mujeres y hombres: las primeras, presentan una edad promedio que, en Acosta es de 50 años, Isla de Chira 38 y Palenque Margarita de 35 años. Para los hombres, guardando en mismo orden es de 55, 45 y 38 años. Ocupación de mujeres y hombres: existe una división sexual del trabajo de tipo tradicional, las mujeres dedicadas principalmente a oficios domésticos y al cuidado de los hijos(as), mientras que los hombres son los principales proveedores del sustento del hogar, a través de sus trabajos como peones de finca, pescadores, constructores, artesanos y policías. Escolaridad de mujeres y hombres: predomina una baja escolaridad tanto en las mujeres como en los hombres. En las primeras, un 69% logró concluir la primaria y un 26% con primaria incompleta y analfabetismo. En los hombres, un 73% con primaria completa y 26% con primaria incompleta y analfabetismo. En cuanto a los años de estudio, el promedio de las mujeres, llega a seis años, mientras que en los hombres es de cinco. Promedio de hijos(as) por hogar: en las comunidades de Acosta y Palenque Margarita los hogares tienen tres hijos(as) en promedio, mientras que en Isla de Chira llega a cuatro. Un 77% de los hijos e hijas son menores de dieciocho años, esto es indicativo, del alto nivel de dependencia que estos(as) tienen con respecto al cuidado, alimentación, educación y salud por parte de sus padres y madres. 7 Situación de los ingresos: los ingresos se componían de diversas fuentes: aporte de los hombres, de las mujeres, de los hijos, de pensiones alimentarias, y transferencias monetarias del Estado. El ingreso promedio por persona, contando las transferencias (becas, pensiones y subsidios) para Acosta es de ₵56.165 ($100), para la Isla de Chira era de ₵36.805 ($67) y para Palenque Margarita de ₵38.797 ($71). En la mitad de los hogares (54%) los ingresos son inestables, no solo debido al tipo de trabajo que realizan los proveedores (peones, pescadores y constructores) sino que además estos son realizados por cuenta propia. En poco más de la mitad de los hogares, (58%) solo existe un perceptor, o sea, solo una persona aporta al ingreso familiar, lo que lleva a una alta dependencia de un solo ingreso, en el resto de los hogares existen dos o más perceptores. Transferencias monetarias: un 60% de los hogares, reciben transferencias monetarias por parte del Estado a través de becas, pensiones y subsidios. El monto promedio recibido es de ₵33.000 ($60) por mes por hogar. El objetivo de estas becas es evitar la deserción escolar por motivos económicos y así contribuir a “cortar” el ciclo de la pobreza. Un 36% de los hogares, recibía subsidios del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), del Programa Manos a la Obra, que otorgaba una suma de ₡100.000 ($182) por mes y el de Seguridad Alimentaria, cuya ayuda era de ₡50.000 ($91), destinado a jefas de hogar. Las Pensiones del Régimen No Contributivo (RNC) llegaban a un 14% de los hogares, estas eran recibidas por personas adultas mayores, con alguna discapacidad o enfermedad, el monto era de ₵75.000 ($136). Todas estas transferencias contribuyen a mejorar el ingreso de las familias. De no ser así el nivel de problema sería más agudo, ya que algunos hogares pobres, mantendrían su pobreza, mientras que otros pasarían a ser pobres extremos, pero con la característica que todos devengarían menos ingresos, que en promedio se disminuye en un 28%, lo que equivale a ₵11.960 ($22). 8 Nivel de pobreza: con base en los ingresos, las comunidades presentan diferentes condiciones de pobreza, pero en promedio, un 43% de hogares son pobres y 57% en pobreza extrema. IV. Aspectos sobre salud, nutrición, recreación y bienestar Alimentación de los hogares: los bajos ingresos de las familias permiten adquirir una canasta básica que consta de: arroz, frijoles, café, azúcar, aceite o manteca, pasta o fideos, pan, galletas, huevos, artículos para aseo familiar, detergente, jabón de olor, papel higiénico y pasta dental. Este gasto por lo general consume la mitad del ingreso familiar. La mayoría de las familias (82%) estaban en capacidad de poder hacer los tres tiempos de alimentación, es decir, desayuno, almuerzo y cena o comida, y algunas (18%) “pasaban hambre”, en algunos momentos críticos, como cuando hay subempleo o desempleo. La dieta de las familias está basada en el consumo diario de arroz y frijoles y en ocasiones acompañado con “algo más”, que puede ser huevo, plátano maduro, macarrones, un picadillo de verduras. Los bajos presupuestos, limitan el consumo de proteína animal que por lo general es carne de res o pollo, que son los más apetecidos. Los embutidos se utilizan como sustitutos de la carne, ya que son una proteína más barata y de menor calidad. En el imaginario costarricense el comer solamente arroz y frijoles da la idea de estar comiendo “muy pobremente”, pero si se le agrega un pedazo de salchichón, mortadela o huevo, se tiene la percepción de que se está comiendo mejor. De manera reciente, la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre el consumo de carnes procesadas y la posibilidad de que produzcan cáncer de colon. (Rodríguez, 2015). La proteína animal es importante porque ayuda en la regeneración de tejidos y aporta vitaminas del Complejo B y otros minerales que previenen la anemia. También, hay poco consumo de verduras, legumbres y frutas, lo que hace que la dieta carezca de vitaminas y minerales, sustancias básicas que fortalecen las 9 defensas del organismo y ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Es importante mencionar que de alguna manera, esta carencia podría ser compensada con la ingesta de estos componentes incluidos en otros productos. 1 Los entornos rurales donde residen las familias facilitan la crianza de animales domésticos, como gallinas, pollos y cerdos que contribuyen a proveer proteína animal en algunos momentos. Es usual, encontrar algunas frutas de temporada como mangos, naranjas, limones, bananos, caimitos, jocotes y aguacates, que contribuyen a mejorar la dieta. Se sabe que una nutrición equilibrada es imprescindible para llevar una vida saludable. Transferencias no monetarias: los hogares reciben también un conjunto de transferencias por parte del Estado que contribuyen a mejorar la alimentación y nutrición de las familias. Por ejemplo, 72% de los hogares, recibía el beneficio del comedor escolar, destinado a estudiantes de primaria y secundaria, esta alimentación es nutricionalmente más balanceada que la que se consume en sus familias. Un 48%, recibía servicios del Centro de Educación y Nutrición y los Centros Infantiles de Atención Integral (CEN-CINAI), a través de cuido y alimentación y el 20% recibía bolsas de leche para los más pequeños(as). De la totalidad de los hogares estudiados, el 77%, recibía al menos, alguno de los anteriores servicios, los cuales, no solo tienen una importancia significativa en garantizar una calidad nutricional que puede ayudar al desarrollo físico y mental deseado para las personas, sino que además tiene la función -no poco relevantede disminuir la presión sobre el presupuesto familiar, principalmente en la parte de la alimentación, pudiendo destinar los escasos recursos económicos a otros usos. No hay duda, que sin la recepción de estos importantes servicios, la nutrición, la salud y el desarrollo de las personas se verían afectados, física y emocionalmente. En lo físico, por la calidad de la alimentación y en lo emocional, al eliminar la presión y angustia que eventualmente se podría generar en padres y madres de 1 En Costa Rica, algunos alimentos de la canasta básica tienen adicionado vitaminas y minerales. El arroz, está fortificado con ácido fólico, zinc, tiamina, selenio, vitamina B12 y vitamina E, el azúcar, con vitamina A y la sal con yodo y fluor. 10 familia al no poseer tener los recursos económicos necesarios para brindar una alimentación apropiada. Vivienda, servicios y equipamiento: casi todas las familias (90%) disponían de una vivienda propia para hacer sus vidas. En esto, ha contribuido de buena manera el Estado, quien a través de sus políticas sociales ha otorgado bonos de vivienda y recursos para ampliarlas o mejorarlas, así también, facilitando infraestructura básica para acceso a agua, electricidad y otros servicios primordiales. No obstante y que las familias tienen resuelto lo de su vivienda, es muy visible el mal estado de la mayoría de ellas. Pese a ello, las personas logran vivir con un nivel respetable de bienestar, pues pueden dormir con tranquilidad, privacidad y sin exponerse a la intemperie, además en el 85% de los hogares, las personas logran dormir con relativa comodidad, en tanto, que una o dos personas ocupan un mismo dormitorio. Es decir, que no se evidencia una condición de hacinamiento, tan correlacionado a las condiciones de pobreza en zonas urbanas. El disponer de vivienda, tiene varios significados para las personas que viven en hogares en condición de pobreza, por un lado, el poder vivir con la tranquilidad de saber que se tiene una casa propia, que no tienen que pensar en la búsqueda de dinero para pagar un alquiler, pero sobre todo, les permite asentarse en un lugar y construir arraigo. Por otro lado, el saberse dueña o propietaria de una vivienda genera un sentimiento que lleva a una percepción de no sentirse “pobre”, al disponer de uno de los elementos principales -según la definición de pobreza que hicieron las mujeres-y esto redunda en un buen estado de salud física y emocional. Todas las viviendas cuentan con los tres servicios básicos, que son la electricidad, el agua y el servicio sanitario. El primero, permite alumbrado y energía de manera permanente lo que facilita, la realización de tareas domésticas, el estudio, la información e interacción, todo esto significa bienestar para la familia. En relación con la disposición del agua, esta era por cañería intradomiciliar y potable. El 11 Reglamento de Calidad del Agua Potable, define la potabilidad como “toda agua que, empleada para la ingesta humana, no causa daño a la salud y cumple con las disposiciones de valores recomendables o máximos admisibles estéticos, organolépticos, físicos, químicos, biológicos y microbiológicos emitidos mediante el presente reglamento y que al ser consumida por la población no causa daño a la salud”. (Arias, 2010:7). La buena calidad del agua disminuye el riesgo de contraer enfermedades. Además hay que agregar que el no tener que acarrear el agua, no solo facilita las tareas domésticas a cargo de las mujeres, ni tampoco hay un desmejoramiento físico para sus integrantes, pues el “preciado líquido” es muy pesado, en caso de que se tuviera que trasportar. En cuanto a saneamiento, la mayoría de las viviendas, contaban con servicios sanitarios de tanque séptico, a excepción de Isla de Chira que se encontraron algunas letrinas. La disposición estos tres importantes servicios genera un buen nivel de bienestar al conjunto de las familias. Es importante mencionar que las familias, cuentan con un equipamiento básico, en las tres comunidades, este consiste en: tenencia de televisor (94%), de lavadora (80%), de refrigeradora (75%) y olla arrocera (75%). El primero, es un artefacto que simbólicamente facilita la percepción de la inclusión social, al proveer a las familias de información mediática, de lo que acontece en el país y el mundo. La televisión, también ayuda no gastar dinero en recreación, a la vez que provee entretenimiento para los niños(as), y de igual manera para los adultos, por ejemplo, los partidos de football, así como las telenovelas y otros programas. Los demás enseres, como la lavadora, posibilita un menor desgaste físico al disminuir la tarea manual de lavar, la refrigeradora facilita la conservación de los alimentos, la olla arrocera, hace más fácil la elaboración de arroz, tarea que se hace al menos una vez al día. A estos enseres habría que agregar que en la mayoría de los hogares (92%) hay teléfonos celulares o residenciales, lo que permite un nivel de comunicación global, pues muchos de ellos tienen conexión con internet. Un aspecto que incide de manera negativa en la salud de las mujeres y posiblemente en otros integrantes, es la energía que se utiliza para cocinar los 12 alimentos. Si bien, la electricidad es la energía más utilizada combinada con el gas, hay un importante uso del fogón de leña para cocinar aquellos alimentos que requieren más tiempo de cocción como sería el frijol, pero también forma parte de una cultura, al considerar que la comida “sabe mejor” al ser cocinada de esa manera. También este es un mecanismo que se utiliza para disminuir la factura eléctrica, que es considerada en estos hogares como onerosa o cara. La exposición al humo, podría afectar las vías respiratorias, causar asma y con el tiempo puede incidir en cáncer de pulmón. (Smith, 2006). Acceso a servicios de salud y padecimientos: la mayor parte de las familias (86%) tenía acceso a seguro social, la mayoría por parte del Estado. Este garantiza el acceso a la atención en salud a aquellas personas que por condición económica no pueden cotizar para algún régimen. Esta modalidad de aseguramiento, es un mecanismo inclusivo y solidario, pues las personas tienen derecho a una atención primaria, lo mismo que a especialidad médica y hasta una intervención quirúrgica, sin costo alguno. Otro aspecto igualmente importante es lo accesible del servicio, la atención primaria es brindada por los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (EBAIS) que se encuentran ubicados en las mismas comunidades o a una distancia relativamente corta. Es importante mencionar que, las familias de Isla de Chira, la condición de isla implica una limitación en el acceso a la salud, pues muchas veces no se dispone del dinero para pagar la lancha para asistir a una cita médica. En relación con los padecimientos, la mitad de las mujeres, sobre todo, las de mayor edad, presentan padecimientos de tipo crónico como son, la hipertensión, diabetes, depresión, asma, y problemas cardiovasculares. Lo positivo, es que estaban recibiendo tratamiento médico. La otra mitad, consideró que su salud era buena, excepto, de manera ocasional cuando les afectaba algún resfriado. En cuanto a la salud reproductiva de las mujeres, habría que mencionar dos aspectos importantes, por un lado, han tenido dificultad para controlar su reproducción, aun 13 habiendo tenido acceso a anticonceptivos brindados en los EBAIS de sus comunidades. A ellas, les hubiese gustado haber tenido menos hijos(as) de los que tuvieron, (cuatro en promedio). La mayoría (94%) no tiene interés en aumentar su número de hijos(as) y para ello, se han practicado la salpingectomía (26%) y utiliza algún anticonceptivo (36%). En cuanto a la citología, un 88%, está al día con ese examen que ayuda a prevenir cáncer de cérvix. Siempre en relación con la salud, se consultó a las mujeres si estaban sufriendo algún tipo de maltrato o violencia física o psicológica por parte de su esposo, compañero o de algún otro integrante de la familia. La respuesta fue negativa en un 90% de los casos, aunque algunas reconocieron haberla vivido en el pasado. Es importante mencionar que la precariedad de ingresos impacta la salud de las mujeres, pues cuando el dinero no alcanza para atender las necesidades familiares, la intranquilidad les produce dolor de cabeza, aumento de presión arterial y del azúcar en la sangre, insomnio y deseos de llorar. Por su parte los hombres, estaban enfermos de, hipertensión, diabetes y problemas de columna vertebral. Esta última guarda relación con el trabajo que suelen realizar los hombres en estos lugares, pues el trabajo de campo implica jalar y alzar objetos pesados. Esta práctica, con los años produce dolores y molestias, como lumbagos y hernias de disco. Estos no se encontraban recibiendo tratamiento médico. Esto guarda relación con su condición genérica, en los cuales los hombres son despreocupados, se les hace difícil asumir sus enfermedades, es decir, no son proactivos con el cuidado de su salud. En las personas jóvenes y niños(as), prácticamente no se encontraron padecimientos delicados, por lo general, se ven afectados por resfriados en épocas de lluvia. En la Isla de Chira, se encontraron algunos niños(as) pequeños(as) que padecían de poco peso, desnutrición y anemia y estaban recibiendo tratamiento médico. En este aspecto, el clima tropical es más benigno, 14 pues no se está expuesto a condiciones extremas de frío y calor. (Rodríguez, 2016). Otras prácticas asociadas que afectan la salud son el consumo de alcohol, tabaco y drogas, no se encontraron problemas graves en este sentido, en esto, habría que considerar que una buena parte de las personas que integran estas familias, (58%) están conformadas por niños y niñas y jóvenes menores de 18 años. En los hombres adultos estos no aparecen como problemas. Comunidades, interacción y recreación: en general las personas valoran de manera muy positiva el lugar donde viven por su paz y tranquilidad. Algunas situaciones permiten evidenciar esa armonía comunal, por ejemplo, los niños(as) van y vienen solos(as) de la escuela, pueden jugar de igual manera en la plaza del lugar y hasta en la calle. La relación entre el vecindario es amigable, pues se conocen desde tiempo atrás, se visitan por las tardes, comparten e intercambian productos de la zona y a veces hasta alimentos. El entorno natural, es otro aspecto resaltado, el aire limpio, un hábitat rodeado de árboles, fauna y mar, el sonido de pajaritos y otras aves deleitan el oído, por eso consideran que viven en una “ambiente sano” particularmente para sus hijos(as). Como se puede observar, las personas disponen de un entorno que provee condiciones saludables. A esto hay que agregar, que los(as) niños(as) y jóvenes hacen mucha vida exterior, es decir, permanecen fuera de sus casas, jugando en los patios, en las plazas de football, lo que hace el ejercicio físico esté muy presente en su cotidianidad. Se sabe que la actividad física, contribuye a mejorar el estado corporal y mental de la persona, así como a distraer y relajar. Las mujeres suelen asistir a la iglesia católica o evangélica como una actividad recreativa, a la vez que cumple la función de sostén emocional cuando se viven dificultades económicas. Al respecto, los resultados de una investigación realizada con familias pobres de Costa Rica y Estados Unidos muestran que, los costarricenses presentan estilos de vida más saludables, pues la realización de actividades físicas y ejercicio al aire libre disminuye el síndrome metabólico, lo que incide en una mayor expectativa de vida. (Rodríguez, 2016). 15 Percepción de sus condiciones de vida: la percepción que las personas tengan acerca de sus condiciones de vida, juegan de manera importante en la parte emocional y en su salud en general. En este sentido, es importante mencionar que 80% de las mujeres no consideró que su familia viviera en condición de pobreza. Para ellas, la pobreza está asociada a “la carencia de un techo o una casa y a no tener que comer”. En vista de que la mayor parte de las familias disponen de esas dos condiciones aunque con algunas carencias, no se asumen como pobres. Desde lo emocional, esto es importante, porque las personas no tienen una posición pesimista sobre su situación, lo que ayuda a sentirse mejor y contribuye a un estado de bienestar. Esto no siempre es así, pues dada la inestabilidad del trabajo y de los ingresos, las familias atraviesan momentos difíciles, cuando no hay dinero para comprar alimentos o pagar el recibo de la electricidad, es aquí cuando si se sienten pobres, pero de manera circunstancial. V. Conclusiones *La pobreza, abordada de manera multidimensional permite hacer visibles una serie de aspectos que inciden en la calidad de vida, que solamente el ingreso no lo hace posible. Las familias pobres de esta investigación son un claro ejemplo, pues en ellas se puede observar la existencia de pobreza con alimentación básica, pobreza con tenencia de vivienda, pobreza con acceso a los servicios de salud. En este sentido, el estudio de la pobreza, desde la multidimensionalidad y de manera cualitativa, es un acierto, ya que permitió hacer una valoración de la misma de manera más integral. *Es importante destacar que las familias participantes de estudio son afectadas por una situación de pobreza originada en los bajos ingresos, producto de trabajos que generan bajos e inestables ingresos. Tanto los hombres como las mujeres, presentan dificultad para obtener trabajo en los lugares donde residen. El bajo desarrollo socioeconómico de estas comunidades no favorece una solución a la 16 pobreza por la vía de la generación de empleo y hace que las familias sean muy dependientes de la ayuda o el apoyo estatal. *La presencia del Estado a través de sus diferentes políticas sociales, contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida de estas familias. Las transferencias monetarias y no monetarias ayudan a “sostener” o evitar a que familias tengan un deterioro socioeconómico mayor. Sin estos apoyos, la condición de pobreza sería más cruenta y aguda. *La baja escolaridad en mujeres y hombres, incide en la condición de pobreza de estos hogares, por un lado, los lleva a asumir trabajos de poca calificación y remuneración, y por otro, dificulta la inserción laboral, pues los empleos del presente demandan una fuerza laboral con un grado de calificación que estas personas no tienen. Esas condiciones de pocas oportunidades para el estudio se generaron en sus familias de origen pues había pocos recursos económicos. *La mayor parte de las familias está en condiciones de consumir una alimentación básica durante los tres tiempos. La política estatal contribuye de manera importante a garantizar esta alimentación y los entornos donde residen estas familias aportan productos de la zona. Todo eso ayuda a proveer de una alimentación que aunque básica, logra satisfacer esta necesidad vital para la mayor parte de las familias. *La tenencia de vivienda, el tamaño de la misma, la disposición de los servicios y el equipamiento, contribuyen a proveer un nivel de bienestar para los integrantes de estas familias. Pues se logra por un lado resolver una de las necesidades vitales, como el disponer de un lugar donde vivir, comer, dormir, descansar, asearse, recrearse e interactuar con otras personas. Particularmente las mujeres se ven beneficiadas al disponer de condiciones que hacen que el trabajo doméstico sea menos pesado o menos físico y desgastante, lo que permite que 17 tengan más tiempo para destinarlo al descanso, al ocio o a la recreación, que son importantes desde la perspectiva de la salud. *Las familias disponen de acceso seguro social a través del Estado, y con lugares de atención muy accesibles. Sus bajos ingresos no los excluye de atención de salud especializada y hasta una de una cirugía. Claro está, que muy posiblemente deberá esperar para poder obtener el tratamiento o el medicamento, pues su condición económica no hace posible pagar por servicios médicos privados. La Caja Costarricense del Seguro Social, tiene entre sus principales retos, acortar los tiempos de espera para que las personas puedan tener acceso a la salud de manera pronta sin riesgos para la salud. *Las personas adultas mayores presentan cuadros de enfermedades crónicas que aunque están bajo control o tratamiento médico, forman parte del cuadro de padecimientos que son la mayor causa de muerte a nivel nacional, como son las enfermedades cardiovasculares. Se encontró en las mujeres una actitud de autocuidado con su salud, pues asisten con regularidad al médico, toman sus medicinas y están día con el examen de citología. Por el contrario, los hombres que presentando algunas enfermedades similares a las de las mujeres, no estaban recibiendo tratamiento. Es importante que los climas secos y calientes, como el de Isla de Chira y de Guatuso contribuye a que las personas se enfermen menos de refriados. *La precariedad e inestabilidad de los ingresos afecta la salud de las mujeres. Ellas sufren de stress, tristeza, preocupación, dolor de cabeza, insomnio, aumento de la presión arterial, del azúcar, y llanto cuando el dinero no alcanza o no existe para hacerle frente a las necesidades de la familia. Es posible, que si estos eventos ocurren de manera reiterada puedan llegar a afectar la salud física y emocional de las mujeres. Sería interesante profundizar en un estudio para determinar de qué manera el estrés, la preocupación y la tristeza pueden afectar la 18 salud de las mujeres, sobre todo cuando esto ocurre de manera frecuente y por largos periodos de tiempo. *Elementos de tipo cultural, así como una preocupación por reducir la tarifa eléctrica y ahorrar dinero para que pueda alcanzar para otros gastos, lleva a las mujeres a cocinar en fogón de leña, lo que resulta perjudicial para su salud y la de otros integrantes de la familia, pues la exposición al humo de manera frecuente, produce problemas respiratorios y aumenta las posibilidades de padecer cáncer de pulmón. *Las personas están a gusto en los lugares donde viven, porque han construido arraigo con su vecindario, mantienen buenas relaciones con ellos(as), se visitan e intercambian productos y alimentos. Los barrios son tranquilos, seguros, fuera de los riesgos que se viven en la ciudad, como la exposición a los robos y a la delincuencia. Los niños(as) jóvenes y adultos disponen de lugares y espacios como las plazas o canchas de football, patios de las casas y hasta la calle, que favorecen la recreación, la práctica de ejercicio físico y la interacción con sus pares. Los lugares están rodeados de naturaleza, donde se respira aire limpio. Todas estas condiciones contribuyen a generar bienestar para las personas. *La pobreza suele ser una categoría, que en este caso sirve para ubicar a las personas de acuerdo a sus ingresos como pobres, pero otra cosa es como las personas desde su subjetividad perciban sus condiciones de vida. Las mujeres de estas familias no solo no se asumieron como pobres, sino que además tienen una visión de futuro positiva y optimista, que contribuye a un buen estado físico y emocional. VI. Referencias bibliográficas Alkire Sabina and Santos Maria Emma. (2010). Acute Multidimensional Poverty: A New Index for Developing Countries. OPHI Working Paper N° 38. 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