Documento descargado de http://www.elsevier.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 199.957 ■ CASOS CLÍNICOS Arteria carótida aberrante. A propósito de un caso Jorge L. Merán Gil, Elisabeth Masgoret Palau, Francisco J. Avilés Jurado, Esther Domènech Vadillo, Enric Figuerola Massana, María D. Martínez Novoa y Juan C. Flores Martín Servicio de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Hospital Universitari Joan XXIII. Tarragona. España. Los autores presentan un caso clínico-quirúrgico de una mujer de 72 años de edad, remitida desde otro centro hospitalario por una otorragia grave tras una miringotomía. Mediante estudios de imagen se determinó que se trataba de un caso de arteria carótida aberrante de oído derecho. Toda masa en oído medio, especialmente las que son pulsátiles, deben ser estudiadas mediante pruebas de imagen como tomografía computarizada y, preferentemente, angiografía por resonancia magnética. Palabras clave: Otorragia. Arteria carótida aberrante. Miringotomía. INTRODUCCIÓN Los cursos aberrantes de los vasos petrosos son extremadamente raros, por lo que sólo se han descrito, a día de hoy, unos 50 casos de arteria carótida interna aberrante (ACIA) en oído medio. Marx fue el primero que describió en 1899 una arteria carótida aberrante en oído medio1. La arteria carótida interna (ACI) puede tener 4 variantes: a) situación normal pero expuesta sin cubierta ósea; b) anomalía vascular congénita secundaria a una regresión de la ACI cervical durante la embriogénesis, expuesta y con trayecto anómalo; c) aneurisma con protrusión hacia el oído medio, y d) recorrido aberrante2. La sintomatología más común de los pacientes con ACIA suele ser acufenos pulsátiles, hipoacusia conductiva y otalgia, aunque hay que destacar que muchos de estos pacientes pueden permanecer asintomáticos. La otoscopia puede mostrar una membrana timpánica normal con una masa en oído medio que puede ser pulsátil en algunos casos. En el diagnóstico, los estudios de imagen son fundamentales, es de elección la tomografía computarizada (TC) de alta re- Correspondencia: Dr. J.L. Merán Gil. Ernest Vilches, 1C, 5.°, 1.ª. 43006 Tarragona. España. Correo electrónico: orltarragona@hotmail.com Recibido el 12-3-2007. Aceptado para su publicación el 13-7-2007. 142 Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(3):142-4 Abnormal Internal Carotid Artery in the Middle Ear and Severe Otorrhagia After Myringotomy We present a clinical-surgical case of a 72-year-old woman referred from another Hospital due to presentation of otorrhagia following myringotomy. We later determined by means of imaging studies that it was a case of an aberrant internal carotid artery. All masses in the middle ear, especially pulsing masses, must be studied by imaging methods such as computerized tomography and, preferably, magnetic resonance angiography. Key words: Otorrhagia. Aberrant carotid artery. Myringotomy. solución que, en algunos casos, se puede complementar con la angiografía de flujo por resonancia magnética (RM)3. CASO CLÍNICO Presentamos el caso de una mujer de 72 años de edad remitida desde otro centro hospitalario por presentar otorragia grave tras la realización de miringotomía. Como antecedentes personales destacan hipergammaglobulinemia sin tratamiento, controlada por el servicio de hematología, arritmia cardíaca por fibrilación auricular en tratamiento con Sintrom, insuficiencia aórtica leve y rinitis alérgica. Según el informe médico remitido por el hospital del que procedía, en el contexto de una otitis media de repetición, se programa a la paciente para realizar, en quirófano, una miringotomía con sedación. El informe quirúrgico nos detalla que, al puncionar la membrana timpánica del oído derecho, se produce una otorragia grave que precisa taponamiento ótico y nasal anteroposterior con gasa de bordes e intubación. La paciente es trasladada a nuestro centro, donde ingresa en la UCI en que permanece 4 días y, tras mejorar significativamente su estado general, es dada de alta. Se realizó una TC en la que se objetivó una diferencia de calibre entre las dos ACI en su recorrido por el conducto carotídeo (fig. 1A), también se observó una masa redonda de tejido blando, que se continúa con el canal carotídeo y Documento descargado de http://www.elsevier.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Merán Gil JL et al. Arteria carótida aberrante Figura 1. Tomografía computarizada, corte axial. A: asimetría en el trayecto de ambas arterias carótidas. B: ausencia de parte de la pared ósea del canal carotídeo que se proyecta hacia el oído medio derecho. B A que sobresale en la parte anterior de la región inferior de la cavidad timpánica (figs. 1B y 2). A continuación, se realiza una RM que muestra material de taponamiento en el conducto auditivo externo y ocupación de características hemorrágicas en oído medio. Una audiometría practicada 10 días después de la punción revela una hipoacusia mixta bilateral de predominio derecho con un UDA de 20 dB HL (fig. 3). Ante los hallazgos radiológicos y el antecedente de la hemorragia por la miringocentesis practicada, se realizó el diagnóstico definitivo de arteria carótida interna aberrante de oído medio. Normalmente, la arteria carótida asciende en su porción vertical, que está cubierta por una pared ósea de 0,5 mm, y entra en el orificio carotídeo que es medial y anterior a la apófisis estiloides en el hueso petroso. Posteriormente se curva y la porción horizontal se dirige oblicuamente hacia delante y adentro según el eje del peñasco, pasa por debajo de la trompa de Eustaquio y la cóclea, y llega hasta el orificio endocraneal (foramen lacerum)5,6. Las hipótesis acerca del origen de una ACI aberrante son tres: DISCUSIÓN Figura 2. Reconstrucción coronal de tomografía computarizada: ocupación de oído medio por el trayecto aberrante de la carótida interna que se adentra en el hipotímpano contiguo a la cóclea. Hasta el presente, se han descrito menos de 50 casos de arteria carótida aberrante. Más del 90 % de los casos descritos en la literatura correspondían a mujeres y la mayoría afectaba al lado derecho. No se ha propuesto ninguna explicación convincente para este predominio en el sexo femenino y en el lado derecho. En 9 de estos casos, la lesión de la ACI se ha producido por miringotomía, y 5 de estos pacientes desarrollaron seudoaneurisma. De hecho, sólo se han comunicado 24 casos en el área de la pars petrosa4. Handicap, 43% Figura 3. Audiometría tonal: hipoacusia bilateral moderada mixta de predominio derecho con componente transmisivo con UDA de 20 dB. 0 0 20 20 40 60 40 60 80 80 100 100 120 Handicap, 28% –20 UDA (dB) UDA (dB) –20 120 0,125 0,25 0,5 0,75 1 1,5 2 3 4 6 8 12 Frecuencia (kHz) Weber 250 = 500 < 1.000 < 2.000 < 0,125 0,25 0,5 0,75 1 1,5 2 3 4 6 8 12 Frecuencia (kHz) A B Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(3):142-4 143 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Merán Gil JL et al. Arteria carótida aberrante 1. La ausencia de pared ósea en su porción vertical que permite un desplazamiento lateral de la arteria. 2. Los vasos arteriales presentes durante el desarrollo embrionario no desaparecen, permanecen como vestigios de la arteria estapedial, que harían tracción de la ACI llevándola a una posición anómala. 3. Hipótesis de Sinnreich, la teoría más aceptada, que propone la dehiscencia de la porción intrapetrosa de la AC y ausencia de su segmento vertical, ya sea por involución o por falta de desarrollo, lo que da por resultado una ruta vascular alterna hacia la porción horizontal de la ACI7. En el 30 % de los casos, la ACIA se asocia a una arteria estapedial aberrante. Se ha descrito la otalgia como uno de los síntomas iniciales. Entre los demás signos y síntomas se incluyen acufenos, hipoacusia de conducción, vértigo y sensación de taponamiento ótico. Los acufenos pueden deberse a transmisión mecánica directa de las pulsaciones del vaso al tímpano y a los osículos o bien al sonido audible producido por el flujo sanguíneo arterial a través del vaso anormal dentro del oído medio. La pérdida de audición puede deberse al efecto masa del vaso (amortiguación de las vibraciones del tímpano o presión o erosión sobre los osículos). Muchos pacientes permanecen asintomáticos8. Los principales hallazgos por TC son, como hemos visto en nuestro caso, una masa de tejido blando en oído medio (fig. 2), posición anormal del canal carotídeo, la visualización del trayecto anómalo en su porción lateral y posterior y la continuidad de este canal con la masa del oído medio. Estos hallazgos permiten en sí mismos el diagnóstico, haciendo innecesaria la práctica de una angiografía; así se evitarían posibles complicaciones neurológicas derivadas de este procedimiento, que se presentan en un 2,6 % de los casos, con un 0,3 % de daños permanentes3,9. La RM convencional no permite identificar con fiabilidad una ACIA; ofrece mejores resultados la RM angiográfica, que permite ver las estructuras dependientes del flujo, sin ser ésta una prueba invasiva3. Debe hacerse el diagnóstico diferencial con bulbo de la yugular alto con cubierta ósea o dehiscente, tumores glómicos (timpánicos, yugulares o ambos), malformaciones arteriovenosas, arteria estapedial persistente, angioma cavernoso y algunos casos de granuloma de colesterol que dan lugar a un “tímpano azul”. Un correcto diagnóstico evitaría complicaciones serias, como puncionar una masa de este tipo en oído medio, como sucedió en este caso. 144 Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(3):142-4 El mejor tratamiento tras el diagnóstico de ACIA es evitar la manipulación e informar al paciente de su riesgo. El tratamiento inmediato tras una punción accidental consiste en el taponamiento del conducto auditivo para controlar la hemorragia, que debe permanecer así por varias semanas para evitar recurrencias de sangrado. Pasos adicionales para controlar la hemorragia incluyen taponamiento nasal posterior, ligadura de ACI y oclusión con balón. Sin embargo, la interrupción sanguínea en ACI no suele ser necesaria10. Las anomalías vasculares del oído medio son infrecuentes; sin embargo, debido a su importancia clínica y las posibles complicaciones, son un reto diagnóstico y terapéutico. El diagnóstico correcto evitará complicaciones serias al intentar puncionar o resecar una masa de este tipo del oído medio como señalaban Lapayowker et al11 y Goodman et al12. En esto se basa la decisión de limitarse a observar la evolución con tomografías y la importancia de instruir al paciente y sus familiares sobre la naturaleza de la enfermedad, así como el riesgo potencial que tendría confundirla con ototubaritis u otitis media con derrame y realizar una punción, que puede llegar a poner en riesgo la vida del paciente. También hay que tener especial cuidado para evitar un posible traumatismo o una infección aguda o crónica del oído que pueden ocasionar una lesión de esta anomalía vascular. BIBLIOGRAFÍA 1. Biller JA, Linthicum FHJr. Aberrant carotid artery. Otology and Neurotology. 2002;23:407-8. 2. Schuknecht HF. Patology of the Ear. Philadelphia: Lea & Febiger; 1993. p. 672. 3. Hernández Valencia G, Solís Rábago L, González González L, Cano Bonilla A. Arteria carótida aberrante en oído medio. Acta de Pediatr Mex. 2004;25:262-8. 4. Figuerola E, Gómez E, Teruel J, Sánchez JM, Llano A, Rosell R. Carótida interna aberrante en oído medio. Acta Otorrinolaring Esp. 1989;40:47-50. 5. Jürgen G, Fradis M, Schipper J. Aberrant internal carotid artery in the middle ear. The Annals of Otology, Rhinology & Laryngology. 2001;Sep:110-9. 6. Phelps P, Lloyd G. Vascular masses in the middle ear. Clin Radiolog. 1986;37:359-64. 7. Selesnick SH, Lessow AS. Aberrant internal carotid artery. Am J Otology. 1999;20:403-4. 8. Hasso A, Broadwell R. Anomalías congénitas. En: Som P, Bergeron R, editores. Radiología de cabeza y cuello. Madrid: Mosby; 1993. p. 976-8. 9. Teruel J, Gómez E, Figuerola E, Castañer F, Ferrer J, Pont J, et al. Diagnóstico mediante tomografía computarizada de masas vasculares de oído medio. Radiología. 1990;32:407-11. 10. Ridder, GJ. Aberrant internal carotid artery in the middle ear. Annals of Otology, Rhinology & Laryngology. 2001;110:892-4. 11. Lapayowker MS, Liebman EP, Ronis ML, Saber JN. Presentation of the internal carotid artery as a tumor of the middle ear. Radiology. 1971;98:293-7. 12. Goodman RS, Cohen NL. Aberrant internal carotid in the middle ear. Ann Otol. 1981;90:67-9.