“La TV ha hecho un mundo mejor y más divertido” Mikel Lejarza es una de las personas mejor cualificadas para hablar del presente y futuro de los medios de comunicación. Doctor en Ciencias de la Comunicación, ha sido Director de Radio Euskadi, Director de informativos y de programación de ETB y Director General de Telecinco y Antena 3. En la actualidad es Presidente de A3 Films y profesor universitario. ¿Con su experiencia en medios audiovisuales cual le parece la mejor manera para comunicar con la audiencia? Cine, radio, televisión, prensa, son todos lenguajes para contar historias. Cada uno tiene sus propias características y hay relatos que se adaptan mejor a un medio que a otros, pero lo importante es tener una buena historia que contar, la pasión por hacerlo y la destreza para saberlo llevar a cabo. Las personas cambian y con ellas sus gustos. ¿Cuál es la diferencia fundamental respecto a sus inicios? Hay tres diferencias esenciales. La primera es que la cultura audiovisual del público ha aumentado notablemente y por tanto su exigencia. La segunda que el público se ha segmentado en la medida que la audiencia se ha fragmentado al haber crecido el número de ofertas existentes. La tercera que los más jóvenes han encontrado en internet su lenguaje preferido para ponerse en contacto, encontrarse y hablar. Por eso, el cine, la prensa, la radio y, en parte tampoco la televisión, ya no forman parte de sus agendas. ¿Qué futuro le ve a la televisión a largo plazo? Hay dos cuestiones diferentes. La creación de contenidos y su distribución. Respecto a la segunda cuestión, la distribución va a ser, y en parte ya es, toda por la red, incluida la televisión. Pero en referencia a la creación de los contenidos, mientras la televisión siga siendo la gran factoría, tendrán su vida asegurada. La clave es producir, crear, tener los mejores contenidos, las mejores historias, los grandes eventos. Y en eso la televisión sigue siendo la gran fábrica de los mejores contenidos audiovisuales. Mientras no pierda esta característica, su futuro está asegurado. El problema no es internet, el problema es aburrir. Mientras no aburra, tendrá larga vida. Como miembro de la academia internacional de televisión, ¿percibe grandes diferencias entre la televisión de nuestro entorno con la de otros países? Respecto al talento que hay detrás de programas y series, no, en absoluto. En nuestro país hay profesionales excelentes al máximo nivel. La gran diferencia es la emisión. Aquí acostumbramos a alargar los programas y las series artificialmente para ahorrar costos. Eso hace que nuestro ‘prime time’ se llene con uno o dos programas, cuando en otros países la oferta es de tres o cuatro espacios diferentes. Además, los cortes de publicidad son indiscriminados y en ocasiones abusivamente extensos. Esto hace que nuestros productos no sean exportables por no tener la duración standard, además de que los guionistas escriben a ciegas sin poder prever giros y tramas que mantengan la atención de espectador, al no saber cuándo se va a cortar su relato para emitir publicidad. El resultado es una televisión más barata y rentable, pero menos exportable. ¿Audiencia y televisión de calidad son compatibles ? Hay críticos que creen que no y, probablemente anclados en ciertas reminiscencias propias del absolutismo ilustrado, piensan que lo que gusta a muchos es malo. Yo opino lo contrario. Creo que el público es inteligente y sabio y que aquellos programas que elige ver libremente son los mejores porque han sabido ofrecer algo que sus competidores no han conseguido. Es verdad que en la vida hay buenos vinos y agua. La televisión generalista trabaja para el común denominador de la sociedad y refleja mejor que cualquier otro medio el suelo cultural común a todos nosotros. A todos nos gusta el buen vino, pero el agua la beben todos. ¿Cómo ha impactado la crisis en los medios de comunicación? Se han juntado dos cuestiones. La crisis económica global que nos afecta a todos y la propia crisis de los medios tradicionales ante los nuevos modelos de distribución que supone internet. Las dos cuestiones al mismo tiempo han actuado como una tormenta perfecta. La prensa está sufriendo muchísimo y sólo sobrevivirán las grandes cabeceras. Antes leíamos el periódico para saber qué pasaba, ahora lo sabemos mucho antes de que lleguen a los quioscos. La radio ha aguantado bien porque es un negocio pequeño, pero sólido. La televisión es la que mejor se ha adaptado. Sus contenidos reinan en la red y su capacidad sigue intacta e incluso la red ha reforzado su implantación, pero evidentemente la crisis económica ha reducido mucho los ingresos provenientes por publicidad. De ahí que se haya reducido el número de operadores. El cine ha dejado de ser una costumbre, lo que, unido a la piratería, le tiene contra las cuerdas y está ante un cambio radical en sus formas de producción y distribución. Veremos si es capaz de inventar historias que atraigan la atención del público. Respecto al futuro de la economía, sé lo que todo el mundo dice, que el 2013 va a ser muy malo. Luego sólo nos queda esperar que la cosa mejore. Soy optimista. Nuestro oficio consiste en contar historias, nuestro reto es encontrar, imaginar, soñar, las mejores historias. Y creo que o es posible y que nunca como ahora ha habido tantas maneras de hacer llegar esas historias a todo el mundo. Creo que está a punto de editar su segundo libro. Lo he escrito con Santiago Gómez Amigo, un amigo de Bilbao con el que comparto docencia en la Universidad en Madrid. Se titula "Ideas redondas, televisores Cuadrados". Es una serie de relatos sobre historias reales de la Televisión, en los que se muestra como este medio ha inventado series, programas, concursos, espacios de humor o informativos, que nos han hecho la vida mejor a todos. La televisión tiene demasiados detractores que la critican como si fuera una especie de pecado original de nuestra sociedad, que explicara todos nuestros males. Y nosotros creemos que no es así y que la televisión ha sido un medio que ha tenido ideas excelentes que han hecho un mundo mejor y más divertido. Hablando de comunicar, ¿qué le trasmite Kutxabank y el servicio de Banca Personal al que representamos? Soy cliente, modesto, de Kutxabank desde que cobré mi primera nómina en Bilbao. Cuando me trasladé a vivir a Madrid e incluso al extranjero, siempre he seguido con BBK antes y ahora con Kutxabank. Sé que puede parecer un anuncio promocional, pero es sincero. Una empresa son sus personas y las que conozco y he conocido en esta entidad son personas fiables, tranquilas y muy bien preparadas. Lo primero es el factor humano y profesional, ámbito en el que Kutxabank es inmejorable. Y en segundo lugar, porque detrás de una entidad hay siempre unos valores colectivos con los que me identifico. Hay una forma de actuar que aprendí desde pequeño, que no hay que gastar más de lo que se ingresa. Esa manera de pensar te aleja de aventuras avariciosas y riesgos innecesarios. Kutxabank trabaja así y lo hace comprometida con la sociedad que la rodea. Son años trabajando de esta forma, y a mi nunca me han fallado.