Reg.: A y S t 256 p 19/22. Santa Fe, 11 de marzo del año 2.014. VISTA: La queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el demandado contra la resolución 476 de fecha 18 de diciembre de 2012 dictada por la Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de Venado Tuerto en autos “AMATO, ALICIA SUSANA C/ TOGNINELLI, ANTONIO -INCIDENTE RECURSO DE REVOCATORIA Y APELACIÓN SOBRE RESOLUCIÓN N° 1322/8 - (Expte. 259/10)” (Expte. C.S.J. CUIJ N°: 21-00508932-5); y, CONSIDERANDO: 1. Se desprende de las constancias de la causa que a través de la resolución 476 de fecha 18 de diciembre de 2012 la Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de Venado Tuerto rechazó la revocatoria y apelación en subsidio interpuestos por el accionado confirmando la resolución recurrida en todas sus partes, sin costas por tratarse de honorarios. Es contra ese pronunciamiento que el impugnante endereza su recurso de inconstitucionalidad, tachándolo de arbitrario, acusando la violación de derechos adquiridos (art. 17 C.N. y art. 3 del C.C.). Asimismo funda la admisibilidad en el inciso 1 del artículo 1 de la ley 7055 al haberse cuestionado la congruencia de la Constitución de la Provincia con el artículo 42 de la ley 12851 y haberse decidido a favor de su validez (f. 8). Para la comprensión del caso, refiere que fue condenado en costas por sentencia confirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación por la vía del artículo 280 Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (Expte. principal). Que poco después de ello y de la reforma arancelaria introducida por la ley 12851, la resolución 1322 (del 24.06.08) reguló honorarios a la doctora Marchesin en $10.000 (68 jus) más $3.000 (20,4 jus) por el incidente de perención y $146,72 (1 jus) a la doctora Pighín. Estableció un interés (tasa activa capitalizada del N.B.S.F.) a partir de 30 días de su notificación (f. 726). Comenta que contra ella interpuso revocatoria con apelación en subsidio con fundamento en: la inconstitucionalidad de la aplicación de la nueva ley 12851 para determinar el monto de honorarios íntegramente devengados con anterioridad a la reforma, afectando derechos adquiridos (violando los arts. 17 C.N. y 3 del Cód. Civil); contraviniendo el tope máximo de las costas del artículo 505, párrafo 2, del Código Civil que según afirma era de $11.630 (25% del monto de la condena: $46.520), a prorratear conforme lo propone: costas pagadas: $4.205,61, máximo total de honorarios: $6.570,25 con más 13% de aportes jubilatorios: $854,13; y subsidiariamente improcedencia de los intereses moratorios por no existir mora, ya que ella no puede producirse mientras no haya regulación firme. Afirma que la resolución 2788 del A quo (del 6.11.09, f. 19) rechazó la revocatoria y concedió la apelación, negando validez al artículo 505 del Código Civil, argumentando que sería “una intrusión en facultades no delegadas por la Provincia...”; y que en cuanto a los intereses se cumplió con la ley 12851 que obliga a fijar interés moratorio. Apunta que demostraron la validez en la Provincia del mencionado artículo 505 y que el máximo de honorarios referido ($6.570,25) lo pagaron con reserva de derechos (f. 784 ppal.); al igual que la suma regulada por el incidente de perención, mas agraviándose de la no consideración de lo postulado conforme la doctrina de la C.S.J.N. (“Francisco Costa”, Fallos:319:1915) y del dogmatismo al decidir sobre intereses moratorios. Aduce que notificado el primer decreto de trámite en la Alzada y transcurrido el término del artículo 28 de la ley arancelaria, se generaron una serie de vicisitudes procedimentales entre las partes que culminaron finalmente en el acuerdo 476 que consideró que la revocatoria había devenido abstracta por la contestación de la actora y que el trámite de la ley 6767, artículo 28 “cede” cuando “se discute la aplicación de una norma de derecho común” como lo es dicho precepto (505, C.C.), cuestión introducida por el impugnante. Alega que sorpresivamente el Oficio, al resolver la apelación, desechó la queja sobre el prealudido artículo aduciendo que el recurrente solo reparó en la condena por daño moral “con monto determinado” y accesoria a la de filiación “sin contenido económico”, de donde extrajo que la regulación “no viola en modo alguno el límite de la norma en cuestión”. Asimismo, rechazó la inaplicabilidad de la ley 12851 invocando el artículo 42 e imputó autocontradicción y descartó el agravio sobre intereses moratorios por la simple razón de que el A quo “los aplica en la medida y el modo” que la ley 12851 establece. Sobre esa base postuló las causales de arbitrariedad que inficionaron el fallo: A) No decidió cuestiones planteadas: expresó que el pronunciamiento no analizó el planteo sobre la ley 12851, limitándose a invocar el artículo 42, justamente la norma cuya inconstitucionalidad planteó; y, no abordó el tratamiento de ese agravio, del tema de los derechos adquiridos, de lo planteado respecto del artículo 505 del Código Civil y su aplicación al ámbito provincial, la improcedencia de intereses sin mora y la regulación firme. B) Contradijo inequívocas constancias de la causa: ello al reparar en que la ley 12851 ordenó fijar un interés moratorio, mas no -como lo determina el fallo- a partir de los 30 días de notificada la regulación, por lo que la resolución 1322 no había adquirido firmeza y, consecuentemente tampoco existía situación de mora. Enuncia que el Sentenciante al endilgarle contradicción al ocurrente, en verdad incurrió en contrasentido con los dichos sobre la “ley de honorarios” desde que no hizo referencia a la 12851. C) Sustentó el decisorio en afirmaciones dogmáticas: al desechar el agravio basado en el artículo 505 (C.C.) discriminó partes de la demanda y sin fundamento alguno concluyó en que no se violó el tope legal. Tampoco argumentó el rechazo del agravio de los intereses moratorios al manifestar que obró según la ley. Ante ello, postuló el impugnante que la decisión adoleció de ausencia de referencia concreta a extremos de insoslayable análisis, por lo que la motivación suficiente a que alude la norma constitucional no se satisfizo con la sola presencia de razones en el fallo. Finalmente concluyó que ninguno de los agravios fue tratado, convalidándose lo decidido con afirmaciones dogmáticas que prescindieron de las constancias de la causa, de la ley y de la lógica. Asimismo, propone que aplicó la inconstitucional ley 12851 y los intereses sin que exista mora. Que tampoco se computaron las manifestaciones de la contraparte actora -en cuanto al monto del juicio conforme lo dispuesto por el referido artículo 505- para determinar los intereses en la regulación firme. Aduce que ese trato desigual configuró una arbitrariedad y lo privó de esa instancia. Agrega que sustituyó la ley objetiva arrogándose el rol del legislador al considerar abstracta la extemporaneidad de la contestación de agravios, sustrayendo la causa del procedimiento arancelario y negando la vista a Caja Forense. Sostiene que la Cámara le privó del beneficio legal comprensivo de los “honorarios de todo tipo” devengados y más aun, todas las costas, con violación de la ley y del artículo 17 de la Constitución nacional. Aduce además, que el planteo constitucional respecto del derecho adquirido a cancelar el pago de los honorarios sin agravamientos y bajo la vigencia de la ley 6767 fue avalada por la Corte nacional en “Francisco Costa”, reiterada en “Fox c/ Siderca” (Fallos:328:2725), “Coronel c/ Villafañe” (Fallos:329:1066), entre otros, a los que el acto cuestionado no les dedica mención alguna, expidiéndose con apartamiento de la mencionada doctrina jurisprudencial. En síntesis, reitera que el A quo aplicó la ley 12851 en la parte que no correspondía (monto agravado) y desechó la que sí correspondía (el procedimiento de la ley 6767); que lo perjudicaba. Añade que aplicó interés moratorio sin resultar exigible, omitiendo considerar que el artículo 32 no autoriza el interés sin mora y el artículo 623 del Código Civil prohíbe el anatocismo. De tal forma -desde su perspectiva- la Cámara rehusó efectuar el control de constitucionalidad de las normas a aplicar en la causa y resolvió sin fundamentos suficientes, conforme lo previsto en el artículo 42 de la ley 12581 y aplicó los intereses, omitiendo toda consideración respecto de lo previsto en el artículo 505, 2do. párrafo y 623 del Código Civil. El A quo denegó la concesión del remedio extraordinario intentado (fs. 14/15) y ello motivó la presentación directa del quejoso ante esta Sede (fs. 18/22v.). 2. La postulación del recurrente cuenta -“prima facie”- con suficiente asidero en las constancias de la causa e importa articular con seriedad planteos que pueden configurar hipótesis de violación del derecho a la jurisdicción con idoneidad suficiente como para lograr la apertura de esta instancia y sin que ello implique adelantar opinión sobre la sustantiva procedencia de la impugnación (art. 11, ley 7055). Por ello la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESUELVE: Admitir la queja interpuesta y, en consecuencia, conceder el recurso de inconstitucionalidad. Ordenar la devolución del depósito efectuado. Disponer que por Presidencia se requiera la elevación de los autos principales y se imprima a los mismos el trámite que corresponda. Regístrese y hágase saber. Fdo.: GUTIÉRREZ ERBETTA GASTALDI NETRI FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA) Tribunal de origen: Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de Venado Tuerto. Tribunal que intervino con anterioridad: Juzgado de Primera Instancia de Distrito de Melincué.