INFORME SOBRE CARGA DE TRABAJO Desde la elaboración del Libro Blanco se ha venido desarrollando la idea de la necesidad de medir la carga de trabajo, que debe asumir cada órgano jurisdiccional y cada titular, juez o magistrado en el desempeño de la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Para el Libro Blanco el objetivo de esta medición era conocer la planta judicial constatando que gran numero de órganos superaban el modulo de entrada de asuntos, así como la medición de la actividad de jueces y magistrados. La ley de Retribuciones completó la idea de la medición de carga de trabajo, en relación a la retribución variable que cada titular podía percibir por asumir mayor volumen de trabajo que el establecido para el órgano, en el que ejercía sus funciones. Los módulos aprobados por el CGPJ en mayo del 2001 no gozaron de un amplio consenso y con algunas modificaciones fueron utilizados para el calculo de las retribuciones variables de jueces y magistrados, actividad inspectora y sancionadora y otorgar o denegar compatibilidades, siendo de obligado cumplimiento la autodeclaración de los titulares de los órganos, hasta la Sentencia del TS , que los anuló momento a partir del cual la declaración pasó a ser voluntaria mediante diversos acuerdos del CGPJ, hasta el año 2007 incluido . El anterior CGPJ pretendió, a lo largo de su no mas largo mandato, elaborar una nueva medición de carga de trabajo mediante la denominada Valoración del desempeño de la función Jurisdiccional (en la practica una nueva medición de la carga de trabajo), que no tuvo ningún efecto al no ser finalmente aprobada. La cuestión de medición de carga de trabajo razonable para la función jurisdiccional de jueces y magistrados, ha estado siempre rodeada de una gran polémica habida cuenta de la dificultad de medición objetiva de nuestra función, de los resultados contradictorios y no queridos que producía esta medición y de su vinculación a las retribuciones variables. A fecha de hoy existe un amplio consenso en la desvinculación de la medición de carga de trabajo de los efectos retributivos variables y en la necesidad de la elaboración de unos métodos de medición de carga de trabajo, vinculados a la carga asumible para llevar a cabo la función jurisdiccional, a la medición de entrada de asuntos por órgano judicial, por titular de órgano y por carga razonable de resolución de asuntos, con el fin de tener un conocimiento objetivo de la carga de trabajo exigible y de la necesidad de creación de órganos judiciales o plazas de juez y/o magistrado en función de la entrada de asuntos . Se trata por tanto y como principal objetivo de adecuar la planta judicial a la carga de trabajo y al número de jueces y magistrados necesarios para asumir la función jurisdiccional, con respeto de las garantías de los ciudadanos y del derecho constitucional a la tutela judicial efectiva. Para la elaboración de nuevos parámetros sobre la carga de trabajo a fecha de hoy, parece, que según los acuerdos de la primera reunión de la Comisión Nacional de Estadística Judicial, instrumento de coordinación de los sistemas estadísticos creado el pasado año y en el que participan, además del Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la Fiscalía General del Estado, las Comunidades Autónomas -representadas por País Vasco, Cataluña, Canarias y Madrid- y el Instituto Nacional de Estadística, para elaborar un nuevo sistema de medición, hay que introducir no solo datos puramente numéricos, sino otros relativos a la complejidad de los asuntos, la penosidad y otras circunstancias de los que hoy no se dispone y que son necesarios para determinar la planta judicial y para prever las necesidades del propio sistema judicial. La comisión mixta CGPJ-Ministerio de Justicia encomendó a la Comisión Nacional de Estadística el diseño de este nuevo modelo de medición, y pretende estandarizar las aportaciones que jueces y secretarios judiciales hacen a la elaboración de los datos estadísticos. Se trata de conocer en tiempo real cuál es la situación de todos los órganos jurisdiccionales, ya que hoy se carecen de datos para saber de forma automática cuál es la carga de trabajo, pendencia y el tiempo de respuesta de un determinado órgano jurisdiccional. Se pretende que a través de la integración de los sistemas estadísticos que se esté en condiciones de adoptar de forma inmediata cualquier tipo de medidas de refuerzo o reaccionar ante cualquier disfunción y se pretende la interconexión de los sistemas informáticos de las Comunidades Autónomas, Ministerio y CGPJ para que a finales de 2009 “toda la Administración de Justicia en España esté en red, de tal forma que desde cualquier puesto se pueda acceder y solicitar información a cualquier unidad judicial". Lo cierto es que el CGPJ no dispone de método, ni de instrumento fiable de medición de la carga de trabajo razonable en cada órgano y para cada titular , y que aun, sin conocer datos exactos puede presumirse que mas del 50 % de los Jueces y Magistrados, soportan una sobrecarga de trabajo superior al numero de asuntos de entrada , en función del cual se creó un órgano judicial, que esta situación es extensible a órgano judiciales mixtos ,violencia de genero, menores, primera instancia, contencioso administrativo, penal (especialmente ejecutorias), mercantil, social, Audiencias y Salas de Social y Contencioso de los TSJ y que se ha creado un malestar profundo en la carrera judicial por las condiciones laborales de sobrecarga de trabajo en la que se desempeña nuestra función, que conllevan un sobre esfuerzo permanente y un retraso intolerable en un estado de derecho, en la resolución de conflictos, así como distorsiones en el ejercicio jurisdiccional de juzgar y de ejecutar lo juzgado, de las que se responsabiliza a los jueces y magistrados . Para ello resulta urgente el compromiso del CGPJ y del Ministerio de Justicia en llevar a cabo la ejecución integral y sin dilaciones de tres pilares básicos de la administración de justicia: 1.- La puesta en funcionamiento de la nueva Oficina Judicial en la que Jueces y Magistrados ejerzan sus funciones jurisdiccionales y se les libere de tareas que no son propias de esta función. 2.- La informatización integral de la administración de justicia que permita la interconexión de los órganos judiciales, el conocimiento puntual del número de asuntos, tramitación, estado, etc… así como la máxima agilización de los trámites procesales. 3.- El diseño y ejecución de la estadística judicial, rigurosa y fiable, que permita conocer con exactitud el número de asuntos que juzga y ejecuta cada juez o magistrado y cada órgano judicial y los plazos de tramitación y de resolución de los litigios. La estadística judicial debe permitir el conocimiento exacto de la carga de trabajo el número de asuntos de entrada, el tiempo de tramitación y resolución y el número de asuntos resueltos. Por ultimo es necesario que un grupo de expertos designados por el CGPJ diseñe, atendiendo a cada jurisdicción y a las leyes procesales, la carga de trabajo razonable para cada juez o magistrado, objetivando al máximo las circunstancias subjetivas que todo litigio contiene. Así mismo para fijar los parámetros de la carga de trabajo hay que considerar circunstancias externas a la estricta función jurisdiccional, como el desempeño de cargos gubernativos, tareas asociativas y tiempos de formación, valoradas individualmente. La carga de trabajo de cada titular de un órgano jurisdiccional deberá tener un mecanismo de revisión periódica, dados los cambios legislativos que pueden producirse, que deberán establecer para el caso de que supongan un previsible incremento de litigios, un incremento de planta judicial y de numero de jueces y suponer en el caso de superarse significativamente, en mas de un 25 %, de forma automática, la creación de la misma manera de nuevos órganos y plazas judiciales. La medición de carga de trabajo debe tener como principal objetivo el desempeño de la función jurisdiccional con pleno respeto de los derechos de los ciudadanos a una justicia de calidad, eficaz, ágil, sin dilaciones indebidas , y que haga cumplir lo juzgado, en justo equilibrio con el derecho de jueces y magistrados al desempeño de su función en condiciones laborales dignas y adecuadas, sin sobreesfuerzos personales y voluntaristas y con el deber del desempeño de esta función de acuerdo con las garantías constitucionales que nos son exigibles. No se trata de fomentar el productivismo de jueces y magistrados como instrumento para atajar el retraso en la resolución de asuntos, sino de acomodar el numero de órganos judiciales y de jueces y magistrados a la carga de trabajo, es decir al numero de litigios que en los distintos ordenes jurisdiccionales se producen, incrementando estos últimos (órganos judiciales y plazas de juez y/o magistrado) en la medida en que la carga de trabajo supere lo razonable o se incremente por factores de reformas legislativos o económico sociales, teniendo siempre presente de un lado que la función jurisdiccional debe ser desempeñada con sosiego y que los litigios deben ser estudiados con profundidad, así como que es exigible a los jueces y magistrados en el ejercicio de su potestad y de acuerdo con la LOPJ una alto grado de dedicación y responsabilidad en su desempeño.