Número de registro: 3849 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 5345/96.
Número de registro: 3849
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo IV, Octubre de 1996
Página: 436
AMPARO DIRECTO 5345/96. FORTUNA ENTEBI HARARI.
CONSIDERANDO:
SEXTO. El tercer concepto de violación expresado por la quejosa deviene infundado, ya que
la Sala responsable, al analizar y dar respuesta a los motivos de inconformidad que aquélla
hizo valer contra la sentencia definitiva de primera instancia, con toda razón los desestimó,
por infundados, habida cuenta que si la actora inconforme demandó, entre otras prestaciones,
en los incisos D) y E) de su escrito inicial de demanda, el pago de la cantidad correspondiente
a razón del nueve por ciento mensual sobre el capital mutuado "por concepto de pena después
de la presentación de la presente demanda y los que se sigan causando durante la duración del
presente procedimiento" (inciso D), así como "El pago de la cantidad de N$22,500.00
(veintidós mil quinientos nuevos pesos 00/100 M.N.) por concepto de la pena convencional
establecida en la cláusula décima quinta del contrato base de la acción" (inciso E), en la que
se estipuló por los contratantes que "Si la parte `acreedora', tuviere que promover juicio para
obtener el pago del capital mutuado y sus accesorios legales ya sean por vencimiento natural
del plazo estipulado o por vencimiento anticipado del mismo plazo, la parte `deudora' se
obliga a pagarle como pena convencional la cantidad de veintidós mil quinientos nuevos
pesos moneda nacional, como indemnización por su incumplimiento"; resulta evidente que
tales prestaciones consistentes en la imposición de una pena a cargo de los codemandados en
el juicio natural del que emanan los actos reclamados, se demandaron como consecuencia del
mismo incumplimiento (pactado en las cláusulas quinta y decimoquinta del contrato de
mutuo base de la acción), en virtud de lo cual dicha responsable confirmó la absolución
decretada por el resolutor de primer grado en relación al pago de la pena convencional
reclamada por la accionante en el inciso E) de su escrito de demanda, puesto que la condena a
su pago implicaría la transgresión a lo dispuesto por el artículo 1840 del Código Civil, el cual
prescribe que los contratantes pueden estipular cierta prestación como pena para el caso de
que la obligación no se cumpla o no se cumpla de la manera convenida, y si se hace tal
estipulación "no podrán reclamarse, además, daños y perjuicios"; de suerte que si en la
referida cláusula quinta del contrato básico se pactó que 1>los mutuatarios demandados
deberían de cubrir los intereses moratorios que se generaran, al nueve por ciento de interés
mensual sobre el capital mutuado, por la falta del pago puntual de éste o por incumplimiento
a cualesquiera de las cláusulas del contrato, a partir del momento en que se demandara
judicialmente el pago del capital y sus accesorios, resulta inconcuso que ante la condena
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impuesta a los enjuiciados al no cubrirse por éstos, dentro del plazo estipulado, el capital
mutuado, el pago demandado en relación a la pena convencional pactada en la cláusula
decimoquinta del contrato básico es improcedente, ya que de imponerse tal condena se estaría
incurriendo en duplicidad de penas, como así lo ha sostenido este Tribunal Colegiado en la
tesis publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Epoca, Tomo X,
correspondiente al mes de julio de 1992, página 392, que dice: "PENA CONVENCIONAL,
CONDENA AL PAGO DE LA. DUPLICIDAD IMPROCEDENTE. De acuerdo con lo
dispuesto por el artículo 1832 del Código Civil para el Distrito Federal, en los contratos
civiles cada uno de los contratantes se obliga en la manera y términos que aparezca que quiso
obligarse y, por ende, pueden convenir lo que estimen pertinente en relación con el
incumplimiento de una obligación o de las cláusulas del contrato; pero esa libertad
contractual encuentra su límite en la propia Ley, ya que el numeral 1840 del ordenamiento
citado establece que los contratantes pueden estipular cierta prestación como pena para el
caso de que la obligación no se cumpla o no se cumpla de la manera convenida.
Consecuentemente, si en el contrato de arrendamiento base de la acción, las partes
convinieron que se debía de cubrir como pena determinada cantidad de dinero, por falta de
pago puntual o por incumplimiento de cualquiera de sus cláusulas; es incuestionable la
improcedencia de la diversa prestación contractual demandada, consistente en el pago del
diez por ciento mensual del monto total de las rentas adeudadas que constituye la suerte
principal, por cada mes o fracción transcurridos y que sigan transcurriendo sin que sean
cubiertas dichas pensiones; en virtud de constituir tal reclamación una segunda prestación
que se pretende imponer como pena al demandado por haber incumplido su fiado una
obligación o no cumplirla de la manera convenida, como es la falta de pago de rentas que
quedó adeudando el inquilino al desocupar la localidad arrendada, toda vez que la pena
convencional se pactó en el contrato en forma expresa y con antelación a esta prestación."
SEPTIMO. En cambio, resulta sustancialmente fundado lo argumentado por la peticionaria
de garantías en el primer concepto de violación.
En efecto, asiste razón a la inconforme por cuanto a que al pronunciarse la sentencia
reclamada, la Sala responsable indebidamente modificó la sentencia definitiva de primer
grado, absolviendo a los codemandados de la prestación reclamada en el inciso B) del escrito
inicial de demanda, en el que se les demandó "El pago de la cantidad por concepto de
actualización que reporte el Indice de Precios al Consumidor desde la firma del contrato base
de la acción", habida cuenta que si en la cláusula tercera de dicho contrato los colitigantes
pactaron lo siguiente: "Tercera. El capital mutuado a partir de la firma de este instrumento se
verá indexado (actualizado) mensualmente al Indice de Precios al Consumidor que marque
mes a mes el Banco de México, situación que prevalecerá durante todo el tiempo en que esté
insoluto el capital dado en mutuo. En el entendido que dicho capital dado, no podrá ser
menor en su valor al que se entrega en este acto.", es evidente que tal estipulación no
constituye una pena convencional en términos de lo establecido en el artículo 1840 del
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Código Civil, puesto que la obligación pactada en dicha cláusula no deviene como
consecuencia del incumplimiento culpable, total o parcial, de la obligación objeto de la
convención principal, sino que se trata de una condena impuesta conforme a lo expresamente
pactado por los contratantes, en términos de lo dispuesto por el artículo 1796 del Código
Civil, convención que no se regula por las disposiciones contenidas en los artículos 2108,
2109, 2110 y 2117, en relación con el artículo 1840 de dicho ordenamiento sustantivo,
porque su pago se estipuló únicamente para compensar la pérdida real de valor del capital
mutuado, a través de la figura jurídica denominada indexación, conforme a la cual se
pretende que a una determinada suma de dinero se le añada la cantidad de pesos nominal
necesaria para conservar su valor intrínseco; en tanto que el pago de los intereses moratorios
pactados en la cláusula quinta del referido contrato básico, se convino por el incumplimiento
de los deudores del pago puntual de los intereses ordinarios, así como de la falta de pago del
capital; de donde se colige que la Sala responsable, al analizar el tercer motivo de
inconformidad que expresaron los demandados y entonces apelantes, hoy terceros
perjudicados, contra la sentencia definitiva apelada, debió declararlo infundado y confirmar,
en ese punto específico, la condena al pago de la prestación reclamada en el inciso B) del
escrito inicial de demanda, que se les impuso en el punto resolutivo tercero de la resolución
apelada, y como no lo hizo, estimando en cambio fundado dicho agravio, su fallo resulta
conculcatorio de las garantías constitucionales de la quejosa, motivo por el cual procede
conceder a ésta la Protección Constitucional que solicita, para el único efecto de que el
tribunal responsable, dejando insubsistente su fallo en la parte en que absuelve a los
codemandados del pago de la prestación que se les reclamó en el inciso B) de la demanda
instaurada en su contra, determine la confirmación de la condena impuesta en ese sentido por
el resolutor de primer grado.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos 76, 77, 80 y 190 de la Ley de
Amparo, se resuelve:
UNICO. Para el efecto que se indica en la parte final del considerando séptimo de esta
ejecutoria, la Justicia de la Unión ampara y protege a FORTUNA ENTEBI HARARI, por
conducto de su apoderado MORRIS ANGRESS MANOPLA MANOPLA, contra el acto que
reclamó de la Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, precisado
en el resultando primero de esta ejecutoria.
Notifíquese. Con testimonio de esta resolución vuelvan los autos al lugar de origen y, en su
oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido.
Así, lo resolvieron por unanimidad de votos, los Magistrados del Quinto Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito: José Rojas Aja, Efraín Ochoa Ochoa y José Nabor
González Ruiz, siendo ponente el primero de los nombrados.
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