04 Dom 6999 abordaje 19/9/06 15:15 Página 1 En el domicilio Abordaje diagnóstico-terapéutico de la muerte en el domicilio P. Blanco Hermoa y L. Díaz Díez-Picazob aMédico bMédico de Emergencias. Servicio de Urgencia Médica de Madrid 112 (SUMMA 112). Imsalud. Madrid. de Familia y Médico de Emergencias. Servicio de Urgencia Médica de Madrid 112 (SUMMA 112). Imsalud. Madrid. España. Descripción de la situación El fallecimiento de un individuo no es un hecho instantáneo, sino un proceso en el que paulatinamente van claudicando las distintas funciones vitales. Hasta la actualidad no se ha podido determinar el momento concreto en que se produce la muerte, aun utilizando sofisticados métodos diagnósticos, como los empleados en las unidades de cuidados intensivos. Para el médico de familia, la valoración del paciente fallecido se basa en la anamnesis y la exploración física. Los signos que se deben objetivar en dicha valoración se recogen en la tabla I. Tabla I. Signos iniciales (A) y tardíos (B) de muerte A. Signos iniciales Parada cardíaca: se reconoce por ausencia de pulso arterial y auscultación cardíaca Parada respiratoria: ausencia de movimientos torácicos. Si se duda, colocar un espejo frente a la nariz y/o la boca y comprobar que no se empaña Exploración pupilar: ambas pupilas midriáticas y no reactivas al estímulo luminoso Reflejo corneal: se encuentra ausente en el cadáver; se puede impactar una gasa sobre la córnea sin que se produzca el cierre palpebral. Este hecho es útil para el diagnóstico diferencial con cuadros de coma de origen neurológico, en los que se pierde muy raramente Algor mortis: enfriamiento progresivo (desde las extremidades hasta órganos internos) Diagnóstico diferencial Es de suma importancia confirmar el fallecimiento con seguridad. Esto se consigue aplicando de forma sistemática el método clínico, a pesar de que la situación parezca evidente. En los casos de muerte súbita, es preciso determinar con rapidez si la persona aparentemente “muerta” se encuentra en parada cardiorrespiratoria (PCR) y es susceptible de comenzar una reanimación cardiopulmonar (menos de 8-10 min de PCR sin asistencia). Para tomar esta decisión es fundamental considerar al paciente “reanimable” y descartar que se encuentre en situación terminal o que presente un perfil clínico (por edad y/o afecciones) que haga predecir un mal pronóstico evidente tras la recuperación de la PCR. Finalmente, se beberá distinguir entre las muertes violentas y las no violentas, y en ambas se intentará conocer su causa y su mecanismo. Actuación inmediata Nuestra actuación dependerá del diagnóstico diferencial previo. En el caso de considerar que estamos ante una PCR en un paciente “reanimable” comenzaremos sin demora las maniobras de soporte vital básico, según las guías clínicas vigentes en nuestro medio (European Resuscitation Council, 2005). Si las maniobras de reanimación fracasan, nos encontramos ante un fallecimiento, deberemos proceder según indicamos a continuación. Ante un fallecimiento de un paciente conocido o que podemos conocer la causa de la muerte por los informes clínicos, procederemos a cumplimentar el certificado de defunción, la acreditación legal de la muerte de una persona, editado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España. El artículo 274 del Reglamento del Registro Civil establece que Signo de Icard: al pellizcar y soltar la piel del cadáver, no vuelve a su estado previo B. Signos tardíos Rigor mortis: la rigidez cadavérica aparece a partir de la tercera a la cuarta horas. Se aprecia más en la mandíbula, los codos o las rodillas Livor mortis: las livideces son manchas rojas o violáceas que aparecen en las partes declives. Su distribución indica la posición del cuerpo al morir Córnea lechosa: a partir de la primera hora comienza la evaporación de líquidos intraoculares y se observa un hundimiento del globo ocular. Por desecación de la esclerótica aparece la mancha de Sommer-Larcher, de color negro, en el lado externo del globo ocular. Este proceso es más rápido si el cadáver queda con los ojos abiertos Mancha verde: se observa a partir de las primeras 24 h tras la muerte, generalmente en el hemiabdomen derecho, por el proceso de putrefacción abdominal “el facultativo que haya asistido al difunto en su última enfermedad o cualquier otro que reconozca el cadáver, enviará inmediatamente al registro el certificado de defunción en el que, además del nombre, apellidos, carácter y número de colegiación del que lo suscribe, constará que existen señales inequívocas de muerte, su causa y con la precisión que la inscripción requiere, la fecha, la hora y el lugar de fallecimiento”. Además del certificado de defunción hay que rellenar el último apartado (causas de defunción) del boletín estadístico de defunción, editado por el Instituto Nacional de Estadística, con fines epidemiológicos. Es preciso rellenar ambos documentos de forma exhaustiva, fidedigna y clarificadora; para ello, creemos útil tener en cuenta las observaciones de la tabla II. Por otro lado, ante un paciente desconocido en el que no podemos constatar la causa de su muerte y no objetivamos signos externos de violencia podemos intentar contactar con su médico habitual y, en caso contrario o en el que objetiveJANO 28 SEPTIEMBRE-5 OCTUBRE 2006. N.º 1.621 . www.doyma.es/jano 61 04 Dom 6999 abordaje 19/9/06 15:15 En el domicilio Página 2 Abordaje diagnóstico-terapéutico de la muerte en el domicilio P. Blanco Hermo y L. Díaz Díez-Picazo Tabla II. Cumplimentación del Certificado de Defunción Consejos prácticos No es necesario hacer constar ninguna observación en caso de incineración. El apartado de observaciones especiales está diseñado para los casos de muerte violenta Los datos de filiación del difunto han de coincidir exactamente con los que consten en su Documento Nacional de Identidad Como hora de la defunción se pondrá la del reconocimiento. No es prudente modificar la hora a petición de los familiares o terceros, dado que se puede incurrir en un delito de inhumación ilegal (art. 85 del Registro Civil) Cuando se vaya a trasladar el cadáver previamente a su inhumación a otro Registro Civil, es preciso rellenar el certificado por duplicado; no es legalmente necesario en otros casos (como incineración) Las muertes violentas o por intoxicación son judiciales, así como toda muerte súbita sin violencia aparente en la que no sea posible conocer su causa por los datos que refieren los allegados Ante enfermos con procesos terminales, conviene aconsejar a la familia que tengan siempre junto al paciente su historial médico actualizado Errores frecuentes En caso de que cumplimentemos el certificado de defunción, debemos orientar a la familia para que contacte con los servicios funerarios para la inhumación del cadáver. Finalmente, en el caso de muertes judiciales, tras entregar a las Fuerzas de Seguridad la documentación anteriormente indicada, se puede abandonar el lugar. Posteriormente, la comisión judicial (juez, secretario y/o forense) inspeccionará el lugar, levantará el cadáver y realizará la autopsia, y será el forense el encargado de realizar el certificado de defunción. Es preciso conocer (particularmente en medios rurales) que cualquier médico puede ser requerido por un juez para realizar una autopsia en caso de que no haya un forense disponible. Legalmente, no es posible negarse, si bien puede solicitar los medios materiales y la ayuda necesaria (incluyendo la de otros médicos), así como la retribución oportuna, según establece el Código Civil. J A tener en cuenta Citar el mecanismo de la muerte (parada cardiorrespiratoria) como la causa inmediata. Esto es inespecífico y no aporta ninguna información. Puede ser útil preguntarse qué ocurrió antes de la PCR (infarto agudo de miocardio, neumonía, etc.), aunque no siempre se puede responder con facilidad, en especial en ancianos pluripatológicos Confundir las causas fundamental, intermedia e inmediata Citar más de una causa fundamental o emplear síntomas y signos • El fallecimiento de un individuo es un proceso en el que paulatinamente van claudicando las distintas funciones vitales. Su diagnóstico requiere la aplicación sistemática del método clínico, a pesar de que la situación parezca evidente. Usar términos inapropiados, siglas, abreviaturas o letra ilegible No especificar el tipo histológico de un tumor, si se conoce • Si el paciente se encuentra en parada cardiorrespiratoria, se deberá comenzar inmediatamente las maniobras de soporte vital básico, avisando a los servicios de emergencia. mos signos de violencia, sea ésta accidental o consecuencia de un homicidio, hay que contactar de forma urgente con el juzgado de instrucción de la zona. En la práctica, se recomienda avisar a las Fuerzas de Seguridad competentes (Policía Nacional o Guardia Civil, según nos encontremos en medio urbano o rural) y entregarles a éstas el informe clínico de la asistencia y un escrito (“parte de defunción”) donde constan los datos del médico y del fallecido, el lugar donde ha ocurrido y el reconocimiento de los signos evidentes de muerte y las observaciones oportunas (causa de muerte desconocida o muerte violenta) dirigido al juez de guardia. • Hay que cumplimentar el certificado de defunción cuando hay constancia clínica de la causa de la muerte. • Es preciso comunicar a la autoridad judicial los casos de muerte violenta (accidental u homicida), así como los de causa no evidente. Bibliografía recomendada Criterios de derivación Ante un paciente en PCR, como se ha comentado, es preciso el inicio inmediato de maniobras de soporte vital básico y avisar, desde el primer momento, a los servicios de emergencia para la continuidad de los cuidados médicos, en el caso de que dicho soporte sea exitoso. Por otro lado, en la actualidad, ante un paciente en asistolia menor de 65 años sin enfermedad infecciosa (VIH, hepatitis B y C) al que se le ha realizado un soporte vital básico aceptable sin éxito, se le puede trasladar a un centro de referencia para plantear la donación de sus órganos, tras la autorización judicial. Por tanto, en los primeros momentos, lo básico es comenzar a realizar el soporte vital para plantear, posteriormente, la opción más adecuada, misión, en un gran número de casos, del médico de familia. 62 JANO 28 SEPTIEMBRE-5 OCTUBRE 2006. N.º 1.621 . www.doyma.es/jano Baskett PJF, Steen PA, Bossaert L. 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