7. Educación Infantil

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Indice Capítulo 7
7. EDUCACIÓN INFANTIL ................................................ 2
7.1. ORDENACIÓN DE LA EDUCACIÓN INFANTIL ...................................................... 2
7.1.1. Características generales ............................................................................................... 2
7.1.2. Centros.............................................................................................................................. 4
7.1.3. Profesorado ...................................................................................................................... 4
7.2. CARACTERÍSTICAS ADICIONALES DE LA EDUCACIÓN INFANTIL. ATENCIÓN
A LOS ALUMNOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES ................... 5
7.3. DATOS ESTADÍSTICOS .......................................................................................... 5
7.3.1. Alumnos ............................................................................................................................ 5
7.3.2. Profesorado ...................................................................................................................... 5
7.3.3. Centros.............................................................................................................................. 5
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7. EDUCACIÓN INFANTIL
A pesar de que las primeras referencias legales a la educación infantil aparecieron en el siglo XIX,
administrativamente la educación preescolar no se establece como un nivel del sistema educativo hasta la
Ley General de Educación, en 1970. No obstante la mejora que supuso esta ley, la necesidad de
perfeccionar la estructura y la orientación pedagógica en el nivel previo a la escolarización obligatoria
motivaron el inicio de un programa experimental de educación infantil en 1985. El mencionado proceso ha
dado lugar a la actual educación infantil, regulada por la LOGSE, cuya ordenación, características generales
y datos estadísticos más importantes se exponen en el presente capítulo.
7.1. ORDENACIÓN DE LA EDUCACIÓN INFANTIL
7.1.1. Características generales
La LOGSE establece la educación infantil como el primer nivel del sistema educativo. Aunque es una
etapa voluntaria, se resalta su carácter educativo como mediador y facilitador de posteriores aprendizajes,
en contraposición a la función de guarda que tradicionalmente ha desempeñado, a la vez que se reconoce
su marcado carácter preventivo, ya que ayuda a compensar posibles carencias relacionadas con el entorno
social, cultural o económico. La educación infantil debe contribuir al desarrollo afectivo, físico, intelectual,
social y moral del niño.
Dada la importancia de esta etapa, la administración pública garantiza una oferta suficiente de plazas.
Este nivel comprende hasta los 6 años de edad, distinguiéndose en él dos ciclos: el primero hasta los 3 años
y el segundo hasta los 6. Esta configuración cíclica atiende a razones de tipo social, estructural y
metodológico, así como de organización de los centros, principalmente en lo referido a la mejor distribución
y optimización de recursos materiales y humanos.
En el primer ciclo se acentúan el desarrollo del movimiento, el control corporal, las primeras
manifestaciones de la comunicación y del lenguaje, el descubrimiento de la identidad personal y pautas
elementales de convivencia y relación. En el segundo ciclo se atiende al desarrollo del lenguaje como
instrumento de conocimiento e inserción en el medio en que el niño vive, elaborando una imagen positiva
y equilibrada de sí mismo. De igual manera, se pretende que se adquieran los hábitos de convivencia
encaminados a la consecución de la autonomía personal y una progresiva ampliación de la relación con sus
iguales.
La Ley establece que la educación infantil debe contribuir a desarrollar en los niños las siguientes
capacidades:
«a) Conocer su propio cuerpo y sus posibilidades de acción.
b) Relacionarse con los demás a través de las distintas formas de expresión y de comunicación.
c) Observar y explorar su entorno natural, familiar y social.
d) Adquirir progresivamente una autonomía en sus actividades habituales.»
Los aspectos básicos del currículo de educación infantil concretan los elementos comunes relativos
a objetivos, áreas y procedimientos de evaluación que todas las administraciones educativas deben
respetar a la hora de establecer su propio currículo para esta etapa [L078] y garantizan una formación común
para todos los alumnos. A partir de este marco, las administraciones educativas que ejercen competencias
plenas en educación completan el currículo para su área de gestión concreta [L079] [L088] [L107] [L113]
[L117] [L121]. Sin embargo, las diferencias entre estos currículos son escasas. En ellos se desarrollan
también los principios metodológicos y la evaluación.
Los centros de enseñanza, por su parte, deben adaptar este currículo a su contexto socioeconómico
y cultural, establecer unos criterios metodológicos de carácter general y adoptar las decisiones pertinentes
en cuanto al proceso de evaluación.
Los objetivos generales se organizan en torno a los cuatro núcleos señalados anteriormente. Por una
parte, se debe contribuir a que los niños descubran, conozcan y controlen su propio cuerpo, lo que les
proporcionará una imagen positiva y real de sí mismos, con el fin de que valoren sus capacidades y
limitaciones. Igualmente, se pretende que los niños actúen cada vez más autónomamente, de modo que
vayan adquiriendo una seguridad afectiva y emocional que les ayude a desarrollar capacidades de iniciativa
y autoconfianza, a ampliar las relaciones sociales y a establecer vínculos cada vez más fluidos de relación,
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tanto con adultos como con iguales. En tercer lugar, en este proceso de desarrollo el alumno ha de observar
y explorar su entorno sociocultural inmediato, desarrollando actitudes de respeto y participación en la
medida en que va descubriendo sus características y relaciones más significativas. Por último, el niño, al
finalizar esta etapa, deberá ser capaz de evocar y representar aspectos diversos de la realidad,
expresándolos mediante las posibilidades que le ofrecen el juego, la actividad artística y otras formas de
representación. En esta etapa se debe prestar especial atención al lenguaje verbal como elemento básico
de comunicación y medio de expresión de ideas, experiencias y deseos.
Los contenidos educativos en esta etapa se organizan en torno a áreas que se corresponden con
ámbitos propios de la experiencia y el desarrollo infantiles. Las tres áreas o ámbitos de experiencia de la
educación infantil son: identidad y autonomía personal, medio físico y social y comunicación y representación. Sin embargo, esta organización no pretende fragmentar la realidad, ni limitar las actividades a cada
una de las áreas, sino que debe estar siempre presente en el sentido de globalidad e interdependencia entre
ellas.
La primera de las áreas de educación infantil, identidad y autonomía personal, hace referencia al
progresivo conocimiento, valoración y control que los niños van adquiriendo de sí mismos, y a la capacidad
para utilizar los recursos personales disponibles en cada momento. Se consideran muy importantes las
interacciones del niño con el medio, el creciente control motor, la constatación de sus posibilidades y
limitaciones, el proceso de diferenciación de los otros y la progresiva independencia con respecto a los
adultos. Los contenidos de esta área se agrupan en cuatro bloques: el cuerpo y la propia imagen, juego y
movimiento, la actividad y la vida cotidiana y, por último, el cuidado de uno mismo.
La segunda área de la etapa, medio físico y social, aborda la ampliación de las experiencias del niño,
de manera que vaya conociendo el mundo que le rodea de forma cada vez más completa. Esto implica,
además de una determinada representación del mundo, que se desarrollen sentimientos de pertenencia,
respeto, interés y valoración de todos los elementos que lo integran. El objetivo de esta área es facilitar el
descubrimiento, conocimiento y comprensión de todo aquello que rodea al niño. En ella se contemplan los
contenidos siguientes: los primeros grupos sociales, la vida en sociedad, los objetos, los animales y las
plantas.
Por último, el área de la comunicación y representación debe contribuir a mejorar las relaciones entre
el individuo y el medio; el niño debe aprender a expresar y representar sus sentimientos, pensamientos,
vivencias, etc., mediante diferentes formas de comunicación. Por tanto, los contenidos se refieren al
lenguaje oral, la aproximación al lenguaje escrito, la expresión plástica, la expresión musical, la expresión
corporal y las relaciones, la medida y la representación en el espacio. Con carácter experimental, se ha
introducido la enseñanza de un idioma moderno en el segundo ciclo de educación infantil en el territorio de
gestión directa del Ministerio de Educación y Cultura.
Respecto a la metodología, la normativa que desarrolla la ley marca unos principios basados en las
teorías de aprendizaje constructivistas elaboradas a partir de las teorías de Piaget, Vigotsky y Ausubel, entre
otros, pero no establece ningún método determinado, ya que ha de ser el equipo docente de cada centro
el que decida qué estrategias y qué métodos pedagógicos son los más adecuados.
Esos principios metodológicos [L078] [L079] hacen referencia a una perspectiva globalizadora, para
favorecer que se produzcan aprendizajes significativos, es decir, que tengan un sentido claro para el niño,
y para que éste relacione sus experiencias previas con los nuevos aprendizajes. El principio de globalización
supone que el aprendizaje es el producto de múltiples conexiones, de relaciones entre lo nuevo y lo ya
aprendido, a fin de conseguir un acercamiento del individuo a la realidad que quiere conocer. Para ello, la
metodología se centra principalmente en las experiencias, las actividades y el juego, en un entorno
educativo rico y estimulante, con una atmósfera de afecto y confianza y en colaboración estrecha con las
familias. Por otro lado, la interacción entre los alumnos constituye tanto un objetivo educativo como un
recurso metodológico de primer orden, ya que facilita el progreso intelectual, afectivo y moral del niño. Esta
metodología, fundamentalmente activa, ha de plasmarse en la organización del ambiente, incluyendo los
espacios del centro, los recursos materiales y la distribución del tiempo, todo ello adaptado a las
necesidades cambiantes y variadas de cada niño. Por otro lado, esta etapa ha de estar en estrecha
coordinación con la de educación primaria para garantizar un tránsito adecuado a la misma. Esta
coordinación no implica la supeditación de la educacion infantil a la educación primaria, sino la necesidad
de asegurar los mecanismos de enlace, de modo que la transición tenga elementos de continuidad a la vez
que de cambio y diferenciación.
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La evaluación en la educación infantil [L084] debe ser global, continua y formativa. Global, por referirse
al conjunto de capacidades expresadas en los objetivos generales que, adecuados al contexto sociocultural
del centro y a las características propias del alumnado, deben ser el referente permanente de la evaluación;
continua, por considerarse un elemento inseparable del proceso educativo; y formativa porque proporciona
información constante para mejorar tanto los procesos como los resultados de la intervención educativa.
Los referentes básicos para la evaluación del proceso de aprendizaje son los objetivos generales de la etapa
o, en su caso, de cada ciclo, y los objetivos generales de las áreas. Corresponde al equipo docente de la
etapa adecuar estos objetivos, así como los contenidos, a las características y contexto de los alumnos.
Dado su carácter general, es el equipo docente el que debe establecer algunos indicadores o criterios de
evaluación para valorar, en términos cualitativos, el grado de adquisición de las capacidades en cada ciclo,
así como las estrategias de evaluación adecuadas. Respecto a los instrumentos que se utilizan, las
entrevistas con padres y la observación directa y sistemática constituyen las técnicas principales del
proceso de evaluación. Los resultados de la evaluación deben recoger los progresos efectuados por los
alumnos y, en su caso, las medidas de refuerzo y adaptación llevadas a cabo.
7.1.2. Centros
De acuerdo con la LOGSE, los centros de educación infantil pueden impartir el primer ciclo (0-3 años),
el segundo (3-6 años) o ambos.
Como en el resto de los niveles, los centros de educación infantil pueden ser de titularidad pública o
privada. Los primeros se denominan escuelas de educación infantil, pudiendo distinguirse entre los
dependientes del Ministerio de Educación y Cultura o las comunidades autónomas con competencias plenas
en ejercicio, que normalmente imparten exclusivamente el segundo ciclo y están incorporados a colegios
de educación primaria, y los dependientes de otras administraciones públicas, como ayuntamientos o
comunidades autónomas que no están ejerciendo sus competencias en educación.
Dentro de los centros privados se encuentran aquellos que están reconocidos por las administraciones
competentes, y deominados centros de educación infantil , y otros no autorizados como centros educativos.
Estos últimos suelen utilizar el nombre de guarderías. Dichas instituciones deben reconvertirse en centros
educativos solicitando la debida autorización de la Administración educativa competente, para lo cual han
de cumplir los requisitos que marca la ley antes del año 2000.
Todos los centros, ya sean públicos o privados, deben cumplir los requisitos mínimos establecidos,
referidos a instalaciones y condiciones materiales [L027]. Así, deben contar con un mínimo de tres unidades
para cada uno de los ciclos; por lo tanto, en el caso de que se impartan ambos ciclos, el centro debe tener
un mínimo de seis unidades (tres para cada ciclo). La proporción máxima de alumnos por unidad escolar
para los centros de educación infantil es la siguiente:
- Unidades para niños menores de un año: 1/8.
- Unidades para niños de uno a dos años: 1/13.
- Unidades para niños de tres años: 1/20.
- Unidades para niños de cuatro a seis años: 1/25.
Sin embargo, si el centro atiende a poblaciones con características especiales socio-demográficas o
escolares queda liberado de estas condiciones. En tales circunstancias, se pueden autorizar centros con
un número de unidades adecuadas a la población que deba cursar este nivel, teniendo en cuenta lo
dispuesto sobre la relacion máxima profesor-alumnos por unidad escolar y que pueden agrupar alumnos con
diferentes niveles o cursos en una misma unidad. Por otro lado, si se trata de unidades que integran a niños
con necesidades educativas especiales, las administraciones educativas pueden reducir el número máximo
de alumnos mencionados.
Normalmente los grupos de clase se forman por edades, en función del año de nacimiento. No
obstante, dentro de cada ciclo pueden hacerse los agrupamientos que cada centro estime oportunos.
7.1.3. Profesorado
La LOGSE ha establecido cambios profundos en relación con el profesorado de los niveles de
educación infantil. Una de las novedades importantes es la exigencia del nuevo título de «Maestro» [L005]
para el ejercicio profesional en esta etapa, a diferencia de la situación anterior, en la que se podía acceder
con cualquier título universitario de grado medio o superior. Con esta decisión se pretende garantizar una
auténtica formación pedagógica de los nuevos profesores. La formación inicial que requiere el docente
en estas etapas es la que proporciona el título de Maestro en la especialidad de educación infantil [L295].
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En el primer ciclo de educación infantil pueden participar en actividades educativas otros profesionales,
aunque no tengan el título de Maestro. Estos educadores infantiles se han formado en la especialidad
de jardín de infancia -rama de hogar de formación profesional de primer grado, o rama de servicios a
la comunidad de formación profesional de segundo grado-, o bien poseen la titulación de Técnico
Especialista en educación infantil, otorgada por el correspondiente módulo experimental de nivel 3
[L172].
7.2. CARACTERÍSTICAS ADICIONALES DE LA EDUCACIÓN INFANTIL. ATENCIÓN
A LOS ALUMNOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES
La atención a los alumnos con necesidades educativas especiales debe estar presente en todos los
niveles educativos y llevarse a cabo en un contexto lo más normalizado posible, por lo que ha de realizarse,
siempre que se pueda, en los centros ordinarios.
Los centros de educación infantil, por sus objetivos específicos y por la especial atención que se otorga
a los aspectos afectivos y sociales, son lugares idóneos para conseguir que los alumnos con necesidades
educativas especiales desarrollen al máximo sus posibilidades. Por otro lado, no todos los centros
escolarizan al mismo tipo de alumnos, ya que algunos integran exclusivamente a alumnos sordos, mientras
que otros lo hacen con alumnos con alguna discapacidad motórica, etc. Esto permite rentabilizar las ayudas
técnicas que requieren estos alumnos, a la vez que se especializa al profesorado.
Respecto a los objetivos que deben conseguir estos alumnos, son los mismos que para el resto de sus
compañeros, sin embargo, las metas han de ser más específicas y los métodos más individualizados y acordes
con el desarrollo y capacidad de cada alumno.
7.3. DATOS ESTADÍSTICOS
7.3.1. Alumnos
En el curso 1995-96, algo más de un millón de niños han estado escolarizados en la etapa de educación
infantil en todo el territorio nacional, siendo Cataluña la comunidad autónoma que ha contado con más
alumnos (18,96%), seguida de Andalucía (17,79%), Madrid (12,49%) y la Comunidad Valenciana (8,98%).
Sin embargo, la distribución de dichos alumnos entre los dos ciclos no es homogénea, ya que el 5,8% de
los mismos están en el ciclo de 0 a 3, mientras que el 94,15% restante lo están en el segundo, de 3 a 6 años.
Este hecho es esperable, dado que la escolarización de los niños menores de tres años es un fenómeno
relativamente nuevo, fruto de cambios de la sociedad actual como la incorporación de la mujer al mundo
del trabajo. Relacionado con este hecho está también la progresiva reducción de las familias, que da lugar
a que las relaciones de los niños con iguales sean cada vez más escasas, por lo que en muchos casos se
hace necesaria su escolarización con fines socializadores. Es decir, la educación infantil está asumiendo
funciones que en otra época fueron propias de la familia.
7.3.2. Profesorado
Dado que los datos referentes al profesorado de educación infantil y primaria se dan unidos en las
estadísticas oficiales por constituir un mismo cuerpo docente, estos se exponen en el capítulo 8.
7.3.3. Centros
Si bien los centros de educación infantil y primaria tienden a ser los mismos, se exponen en este
apartado datos sobre las unidades de educación infantil que existen en dichos centros. Hay un total de
51.171 unidades de educación infantil, de las cuales casi el 37% están en Cataluña y en Andalucía,
comunidades que, como se dijo, cuentan con la mayoría de los alumnos. Tras ellos están, como antes,
Madrid y la Comunidad Valenciana. Sin embargo, estos datos no reflejan con exactitud la realidad, ya que
también existe un número, aunque pequeño, de unidades mixtas que corresponden en su mayoría a centros
rurales donde se imparten tanto la educación infantil como la primaria.
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TABLA 7.1. DISTRIBUCIÓN DEL ALUMNADO DE EDUCACIÓN INFANTIL POR COMUNIDAD
SEXO Y TITULARIDAD DEL CENTRO. CURSO 1995-96
Nº de alumnos
Total general
Total MEC
Aragón
Asturias
Baleares
Cantabria
C.-La Mancha
C. y León
Extremadura
La Rioja
Madrid
Murcia
Ceuta y Melilla
Andalucía
Canarias
Cataluña
C.Valenciana
Galicia
Navarra
País Vasco
1.108.087
424.260
28.493
21.253
22.063
12.551
57.999
61.261
33.910
6.874
138.499
36.770
4.587
197.188
46.132
210.141
99.534
63.020
13.871
53.941
% niñas (1)
% alumnos
en c. públicos
48,77
48,85
48,90
49,19
48,97
48,51
48,71
48,95
48,67
48,61
48,87
48,78
49,06
48,85
48,64
48,53
48,78
49,28
47,97
48,47
68,05
71,15
66,52
74,15
63,51
66,33
89,37
70,50
84,02
65,44
61,09
79,45
61,26
77,60
81,25
55,38
64,09
71,63
56,84
52,88
(1) Datos referidos al curso 94-95.
Fuente: Oficina de Planificación y Estadística (MEC). Datos avance.
TABLA 7.2. DISTRIBUCIÓN DE LAS UNIDADES DE EDUCACIÓN INFANTIL POR COMUNIDAD
AUTÓNOMA Y TITULARIDAD DEL CENTRO. CURSO 1995-96
Nº unidades
Total general
Total MEC
Aragón
Asturias
Baleares
Cantabria
C.-La Mancha
C. y León
Extremadura
La Rioja
Madrid
Murcia
Ceuta y Melilla
Andalucía
Canarias
Cataluña
C. Valenciana
Galicia
Navarra
País Vasco
51.171
19.150
1.338
1.024
964
572
2.380
2.872
1.531
313
6.363
1.620
173
7.888
1.881
11.149
4.276
3.114
704
3.009
Fuente: Oficina de Planificación y Estadística (MEC). Datos avance.
%c. públicos
68,84
71,95
70,70
77,15
63,69
69,93
81,85
75,00
86,22
67,09
62,88
77,28
82,66
80,67
80,17
53,74
71,54
74,86
64,35
57,89
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