Número de registro: 17119 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 227/2002.
Número de registro: 17119
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XVI, Julio de 2002
Página: 1141
AMPARO DIRECTO 227/2002. MIGUEL ROSALES DELGADO.
CONSIDERANDO:
SEXTO. Los argumentos de inconformidad constitucional contenidos en el capítulo de
conceptos de violación, cuyo estudio por razones de orden y método se realizará en un orden
diverso al propuesto, son infundados en una parte e inoperantes en otra, por las razones que a
continuación se expresarán.
Previo al examen de los aludidos argumentos de disenso, es menester señalar algunos
antecedentes de la litis natural que permitirán una mejor comprensión del asunto.
En fecha cuatro de enero de mil novecientos noventa y seis, mediante escrito presentado en la
Oficialía de Partes Común de los Juzgados Civiles de Texcoco, México, y enviado ese mismo
día por razón de turno al Juez Cuarto de lo Civil del Distrito Judicial mencionado, con
residencia en Nezahualcóyotl, México, Florencio Lucero Estrada, por su propio derecho y en
su carácter de apoderado de Domiciano Cruz Vigueras, demandó en la vía ordinaria civil de
Miguel Rosales Delgado, Vicente Sandoval Rodales, del Notario Público Número Veintisiete
de Naucalpan de Juárez, México, Horacio Arrieta Jiménez y del registrador público de la
Propiedad y del Comercio de Ciudad Nezahualcóyotl, México, lo siguiente:
"A) Del señor Miguel Rosales Delgado, demando la nulidad absoluta del juicio ordinario
civil sobre usucapión, marcado con el expediente número 528/88, del Juzgado Primero de lo
Familiar, con residencia en esta ciudad (anteriormente Juzgado Cuarto de lo Civil), de un
predio con casa mismos que más adelante se precisarán, promovido en forma fraudulenta y
de mala fe por el demandado antes citado, con el único propósito de despojar a mi poderdante
del lote número 31, de la manzana 158, de la colonia Tamaulipas, sección El Palmar, en
Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México. B) Del señor Vicente Sandoval Rodales,
demando la nulidad del contrato de compraventa, que celebraron el señor Miguel Rosales
Delgado, como vendedor y el señor Vicente Sandoval Rodales, como comprador, en fecha 26
de marzo de 1990, ante el Notario Público Número 27, licenciado Horacio Arrieta Jiménez,
de Naucalpan, México, y que fue inscrita en el Registro Público de la Propiedad y del
Comercio, bajo el asiento número 327, volumen 201, libro primero, sección primera de fecha
31 de julio de 1990. C) Del licenciado Horacio Arrieta Jiménez, Notario Número 27, de
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Naucalpan, México, solicito se le notifique y emplace la presente demanda para que le pare
perjuicios la sentencia que se dicte en el presente juicio. D) Del C. Registrador Público de la
Propiedad y del Comercio de esta ciudad, demando la cancelación de la trascripción de la
inscripción del antecedente de propiedad que aparece a favor del demandado Miguel Rosales
Delgado, bajo la partida 211, volumen 197, libro primero, sección primera, de fecha 10 de
noviembre de 1989; también demando la cancelación de la inscripción del antecedente de
propiedad que aparece a favor del señor Vicente Sandoval Rodales, bajo el asiento 327,
volumen 201, libro primero, sección primera, de fecha 31 de julio de 1990. E) Como
consecuencia de lo anterior, solicito se haga la desocupación y entrega del bien inmueble por
parte de los demandados al suscrito y/o a mi poderdante. F) Asimismo, como consecuencia
de lo anterior, solicito queden vigentes los antecedentes de propiedad que aparecen a favor de
mi poderdante en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio."
Tales prestaciones la parte demandante las basó esencialmente en que, según lo acreditaba
con las copias certificadas de la sentencia definitiva dictada en el expediente 1345/80 del
índice del Juzgado Quinto de lo Civil del Distrito Judicial de Texcoco, con residencia en
Ciudad Nezahualcóyotl, México, Domiciano Cruz Vigueras era propietario del lote de terreno
marcado con el número 31, manzana 158, de la colonia Tamaulipas, sección El Palmar,
Nezahualcóyotl, México; que en el mes de agosto de mil novecientos ochenta y cinco, el
antes referido se tuvo que ausentar del inmueble relacionado, hasta el mes de julio de mil
novecientos ochenta y seis, en que regresó y se percató que dicho bien se encontraba ocupado
por Miguel Rosales Delgado, quien al ser cuestionado sobre su posesión, le expresó que era
el propietario del predio, razón por la cual acudió al Registro Público de la Propiedad y se
percató que Miguel Rosales Delgado promovió un juicio de usucapión, marcado con el
número 528/88, tramitado ante el Juez Cuarto de lo Civil de Nezahualcóyotl, México, ahora
Juez Primero de lo Familiar, en contra de Domiciano Ortiz Vigueras, persona distinta al actor
y de quien se encontraba inscrito en el Registro Público de la Propiedad, por lo que a su
consideración, dicho juicio de prescripción es nulo de manera absoluta, pues se siguió en
contra de una persona diferente al titular del bien y, por consiguiente, no se debió cancelar la
inscripción del inmueble; asimismo, el demandado Miguel Rosales Delgado, actuando con
dolo y mala fe realizó una operación de compraventa con fecha veintiséis de marzo de mil
novecientos noventa ante el Notario Público Número Veintisiete, licenciado Horacio Arrieta
Jiménez, en el que vendió a Vicente Sandoval Rodales, mediante escritura número 17,459,
volumen 359, pero en dicha escritura se refiere al lote treinta y uno, manzana cincuenta y
ocho, no a la real manzana ciento cincuenta y ocho, y que por esas razones acudieron ante la
autoridad jurisdiccional a demandar lo ya precisado.
Una vez que fue admitida la demanda de mérito, se emplazó a los demandados Vicente
Sandoval Rodales, Miguel Rosales Delgado, Notario Número Veintisiete de Naucalpan de
Juárez, México, licenciado Horacio Arrieta Jiménez y registrador público de la Propiedad y
del Comercio de Ciudad Nezahualcóyotl, México, a quienes mediante proveídos de fechas
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catorce de junio, seis de diciembre, diecinueve de septiembre y uno de noviembre, todos de
mil novecientos noventa y seis, respectivamente, se les tuvo por no contestada la demanda y
por acusada su rebeldía.
Seguido el procedimiento, con fecha quince de abril de mil novecientos noventa y siete, el
Juez instructor resolvió:
"PRIMERO. La parte actora probó su acción y los demandados no contestaron la demanda,
no se excepcionaron ni ofrecieron pruebas, en consecuencia. SEGUNDO. Se declara la
nulidad del procedimiento y de la sentencia definitiva dictada en el juicio ordinario civil de
usucapión, expediente número 528/88 del Juzgado Primero de lo Familiar de este Distrito
Judicial, con residencia en esta ciudad (antes Juzgado Cuarto Civil), seguido por Miguel
Rosales Delgado en contra de Domiciano Ortiz Vigueras y registrador público de la
Propiedad y del Comercio de esta localidad, del inmueble objeto del mismo. TERCERO.
Asimismo se decreta y condena a la nulidad de la inscripción de la sentencia definitiva en
cuestión, ordenándose su tildación y cancelación al ciudadano registrador de la propiedad y
del comercio, de la partida número doscientos once, del volumen ciento noventa y siete, del
libro primero, de la sección primera, de fecha diez de noviembre de mil novecientos ochenta
y nueve, así como a la cancelación de la inscripción del antecedente de propiedad que
aparece a favor del señor Vicente Sandoval Rodales, bajo el asiento trescientos veintisiete,
del volumen doscientos uno, del libro primero, de la sección primera, de fecha treinta y uno
de julio de mil novecientos noventa. CUARTO. Se condena a la enjuiciada a la desocupación
y entrega del inmueble ubicado en el lote número treinta y uno, de la manzana ciento
cincuenta y ocho, de la colonia Tamaulipas, sección El Palmar, de Ciudad Nezahualcoyotl,
Estado de México, lo que deberán efectuar dentro del término de ocho días, contados a partir
del día siguiente en que cause ejecutoria esta sentencia. QUINTO. No se hace condenación al
pago de gastos y costas. SEXTO. Notifíquese personalmente."
Anterior determinación que mediante proveído de seis de mayo de mil novecientos noventa y
siete, se declaró que había causado ejecutoria.
Posteriormente, el diez de febrero del año dos mil, el Juez de los autos dictó un auto que en lo
conducente dice:
"Auto. En Ciudad Nezahualcoyotl, México, diez de febrero del año dos mil. Atento la cuenta
que antecede y en cumplimiento a la sentencia de fecha trece de abril de mil novecientos
noventa y nueve, que concedió el amparo y protección de la Justicia Federal al quejoso
Miguel Rosales Delgado, se deja sin efecto legal alguno todo lo actuado en el expediente
11/96, únicamente por lo que hace a Miguel Rosales Delgado, a partir del proveído de fecha
cinco de enero de mil novecientos noventa y seis que ordenó el emplazamiento al ahora
quejoso, hasta el auto de fecha veintidós de septiembre de mil novecientos noventa y siete ..."
Por tal motivo, se ordenó emplazar correctamente al aludido demandado Miguel Rosales
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Delgado, quien una vez que fue llamado al juicio, mediante escrito presentado el veintinueve
de noviembre del año dos mil, dio contestación a la demanda instaurada en su contra, opuso
como excepciones y defensas la de falta de personalidad del apoderado del actor Domiciano
Cruz Vigueras; asimismo, expresó que eran improcedentes las prestaciones demandadas por
el demandante, dado que demostró de manera cabal los requisitos para poder usucapir, pues
acreditó poseer el inmueble relacionado a título de propietario, en forma pacífica, pública,
continua, de buena fe y por más de cinco años; que el actor no señaló cuál fue la forma
fraudulenta o en qué consistió la mala fe del aludido juicio de prescripción adquisitiva, por lo
que se encontraba imposibilitado para contestar al respecto; también reconvino lo siguiente:
"1. La nulidad absoluta del juicio ordinario civil sobre usucapión marcado con el expediente
número 1345/80 del Juzgado Quinto Civil de Primera Instancia de esta ciudad, relativo al
inmueble lote 31, manzana 158 de la colonia Tamaulipas, sección El Palmar de esta ciudad.
Los gastos y costas que se originen en el presente juicio."
Una vez que estuvo en estado de dictar sentencia, el Juez de los autos pronunció resolución el
diecisiete de agosto del año dos mil uno, cuyos puntos resolutivos son los siguientes:
"PRIMERO. El actor Domiciano Cruz Vigueras, a través de su apoderado, en la vía ordinaria
civil, no acreditó su acción de nulidad del juicio concluido de usucapión del expediente
528/88; en consecuencia, se absuelve al demandado Miguel Rosales Delgado de las
prestaciones reclamadas. SEGUNDO. Por no ser una consecuencia de la nulidad de juicio
concluido, se dejan a salvo los derechos de la parte actora Domiciano Cruz Vigueras, por lo
que hace a la desocupación y entrega del inmueble objeto del juicio de nulidad, para que los
haga valer en la vía y forma que corresponda. TERCERO. Al no quedar integrada la relación
jurídico procesal respecto de la acción de nulidad del juicio concluido de usucapión del
expediente 1345/80, por existir litisconsorcio pasivo necesario, se dejan a salvo los derechos
del reconventor Miguel Rosales Delgado, para que los haga valer en la vía y forma que
considere oportuna. No se hace especial condenación al pago de costas judiciales. QUINTO.
Notifíquese personalmente ..."
No conforme con esta resolución, la parte actora ahora quejosa, interpuso recurso de
apelación, del cual tocó su conocimiento a la Primera Sala Civil Regional de Texcoco del
Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, la cual, el día trece de noviembre del año
dos mil uno, resolvió:
"PRIMERO. Han resultado básicamente fundados los agravios expresados por el apelante
Domiciano Cruz Vigueras. SEGUNDO. En consecuencia se revoca la sentencia recurrida,
para que su parte resolutiva quede redactada en los siguientes términos: 'PRIMERO. Ha sido
procedente la vía ordinaria civil intentada en esta instancia. SEGUNDO. El actor Domiciano
Cruz Vigueras probó en autos la acción de nulidad de juicio concluido por fraudulento que
intentó respecto de la usucapión tramitada con el expediente número 528/88 del Juzgado
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Primero de lo Familiar (antes Cuarto de lo Civil) del Distrito Judicial de Texcoco, con
residencia en Ciudad Nezahualcóyotl, así como las demás prestaciones reclamadas en su
demanda, sin que los demandados Miguel Rosales Delgado, Vicente Sandoval Rodales, el
licenciado Horacio Arrieta Jiménez, Notario Público Número Veintisiete del Distrito Judicial
de Tlalnepantla, con residencia en Naucalpan de Juárez y el registrador público de la
Propiedad y del Comercio de Ciudad Nezahualcóyotl, hayan justificado sus excepciones y
defensas. TERCERO. Se declara la nulidad de la usucapión referida en el punto resolutivo
anterior que fue declarada mediante la sentencia de fecha dieciséis de junio de mil
novecientos ochenta y nueve, en favor de Miguel Rosales Delgado y, en consecuencia, se
ordena la cancelación de la inscripción que aparece en su favor en el Registro Público de la
Propiedad y del Comercio de Ciudad Nezahualcóyotl, bajo la partida 211, del volumen 197,
del libro primero, sección primera, de fecha diez de noviembre de mil novecientos ochenta y
nueve, para quedar subsistente la que aparecía originalmente a nombre de Domiciano Cruz
Vigueras, bajo la partida 649, volumen 171, del libro primero, sección primera, de fecha
dieciocho de abril de mil novecientos ochenta y seis, respecto del lote número treinta y uno,
de la manzana ciento cincuenta y ocho, colonia Tamaulipas, sección El Palmar, en Ciudad
Nezahualcóyotl, Estado de México. CUARTO. Se declara la nulidad del contrato de
compraventa que celebró Miguel Rosales Delgado con Vicente Sandoval Rodales
formalizado mediante la escritura pública número 17,459, de fecha veintiséis de marzo de mil
novecientos noventa, ante el Notario Público Número Veintisiete del Distrito Judicial de
Tlalnepantla, con residencia en Naucalpan de Juárez, como consecuencia de la nulificación
del título de propiedad del vendedor; por consiguiente, se ordena la cancelación de la
inscripción que aparece en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de Ciudad
Nezahualcóyotl a nombre de Vicente Sandoval Rodales, bajo la partida 327, del volumen
201, del libro primero, sección primera, de fecha treinta y uno de julio de mil novecientos
noventa, respecto del lote treinta y uno, de la manzana ciento cincuenta y ocho, colonia
Tamaulipas, sección El Palmar, en Ciudad Nezahualcóyotl, cuyas medidas y linderos se
encuentran especificados en el propio antecedente registral. QUINTO. Se condena a Vicente
Sandoval Rodales y, en su caso, a su causante Miguel Rosales Delgado, a la desocupación y
entrega del lote de terreno mencionado en el punto resolutivo anterior, en favor del actor
Domiciano Cruz Vigueras, lo cual deberán cumplir dentro del término de ocho días
siguientes al de la notificación de esta ejecutoria, bajo el apercibimiento de que en caso de no
hacerlo, se procederá a su desalojo en la vía de apremio. SEXTO. No se hace especial
condenación al pago de gastos y costas en segunda instancia (sic).'. TERCERO. No se hace
especial condenación al pago de gastos y costas en segunda instancia (sic). Notifíquese
personalmente ..."
En contra de dicha determinación el demandado Miguel Rosales Delgado promovió el juicio
de amparo que ahora se resuelve.
En principio, por tratar una violación de naturaleza formal se realiza el examen de uno de los
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argumentos esgrimidos por el quejoso en el segundo de sus conceptos de violación,
consistente en que la Sala responsable resolvió cuestiones que no le fueron planteadas por el
apelante en sus agravios, puesto que dicho inconforme no adujo ante la autoridad que se
hubiese promovido el juicio de usucapión cuya nulidad se demandó, respecto de un inmueble
diferente, tampoco que la sentencia recaída en el mismo condenara a Domiciano Ortiz
Vigueras, por lo que a su consideración la sentencia combatida es ilegal, debido a las
incongruencias reseñadas.
Al respecto, no asiste razón jurídica al impetrante porque contrario a lo que esgrime los
argumentos relativos a que el juicio de usucapión cuya nulidad se demandó por considerarlo
fraudulento, precisamente porque el juicio de prescripción positiva se inició en contra de
Domiciano Ortiz Vigueras y no en contra de Domiciano Cruz Vigueras y por un predio
diverso al que corresponde al inmueble controvertido, porque éste se encuentra en la
manzana ciento cincuenta y ocho y no cincuenta y ocho, como se refirió en dicho juicio, sí
fueron motivo de los agravios de apelación del ahora tercero perjudicado Domiciano Cruz
Vigueras, pues en parte de los enumerados como primero y segundo de dichos agravios,
refirió que el juzgador natural de manera ilegal consideró correcto el llamamiento que se hizo
a la persona del citado Domiciano Ortiz Vigueras, por haberse establecido así en el
certificado expedido por el registrador público de la propiedad, y de manera desacertada
ordenó la cancelación de la inscripción a favor de Domiciano Cruz Vigueras, quien no fue la
persona en contra de quien se inició el juicio de usucapión, cuya nulidad era motivo de la
acción natural; asimismo, en parte del segundo agravio, el ahora tercero perjudicado adujo
que la sentencia de primera instancia recurrida le causaba perjuicio, toda vez que a su
consideración fue desacertado lo considerado por dicho resolutor en el sentido de que no
demostró que se hubiese ordenado la cancelación de derechos relacionada con la usucapión,
puesto que en el resultando primero aparece que el inmueble corresponde a la manzana
cincuenta y ocho, y no a la ciento cincuenta y ocho como debía ser en realidad; además, que
en ocho de enero de mil novecientos noventa y siete ofreció como prueba documental, la
copia certificada de la escritura pública de la compraventa que celebraron los demandados
Miguel Rosales Delgado y Vicente Sandoval Rodales ante el Notario Público Número
Veintisiete, Horacio Arrieta Jiménez, instrumento en el que se mencionan en los antecedentes
de propiedad todos los datos del juicio cuya nulidad demandó y de donde se obtiene el fraude
procesal en contra del actor natural, toda vez que tanto con dicha probanza, como con la
sentencia de dieciocho de septiembre de mil novecientos ochenta y dos, a su consideración,
se obtiene que se trata del mismo lote de terreno, aunque se hubiese hecho referencia a los
diversos números de manzana cincuenta y ocho, y ciento cincuenta y ocho.
En esa tesitura, si la Sala responsable arribó a la conclusión de que los agravios expuestos por
el apelante fueron fundados porque de las constancias sumariales obtuvo que el juicio de
usucapión materia de la acción de nulidad se siguió a espaldas de Domiciano Cruz Vigueras
porque nunca fue emplazado; lo que derivó en la conducta fraudulenta de Miguel Rosales
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Delgado, porque el juicio se instauró en contra de Domiciano Ortiz Vigueras y no en contra
del aludido tercero perjudicado, además porque también se señaló de manera equívoca el
número de manzana, pues en la demanda de usucapión había hecho alusión al lote treinta y
uno de la manzana cincuenta y ocho, y no de la número ciento cincuenta y ocho, como era
correcto de acuerdo con los antecedentes de la propiedad del demandante natural; tales
conclusiones de la autoridad derivaron precisamente de los agravios de apelación
relacionados en el párrafo precedente, que le permitieron concluir que el aludido juicio de
prescripción materia de la acción de nulidad fue seguido en contra de una persona distinta al
titular registral, actor en el juicio de nulidad Domiciano Cruz Vigueras y con el error de la
ubicación; por ello, que se concluye en lo infundado del concepto de violación en examen,
pues se insiste, tales conclusiones la responsable tienen como origen lo propuesto por el
apelante en parte de su primer y segundo agravios de apelación ya reseñados.
En el mismo sentido, no le asiste razón jurídica al impetrante en cuanto a que el actor no
señaló la forma en que se tramitó de manera fraudulenta o de mala fe el juicio de prescripción
adquisitiva, cuya nulidad fue materia del procedimiento natural, pues como fue reseñado en
los párrafos precedentes, el ahora tercero perjudicado, Domiciano Cruz Vigueras, como parte
de los hechos de su demanda natural expresó que Miguel Rosales Delgado, al ser cuestionado
sobre su posesión, le expresó que era el propietario del predio relacionado, por lo que acudió
al Registro Público de la Propiedad y se percató de que el antes aludido promovió un juicio
de usucapión, marcado con el número 528/88, tramitado ante el Juez Cuarto de lo Civil de
Nezahualcóyotl, México, ahora Juez Primero de lo Familiar, en contra de Domiciano Ortiz
Vigueras, persona distinta al actor y de quien se encontraba inscrito en el Registro Público de
la Propiedad, por lo que a su consideración dicho juicio de prescripción es nulo de manera
absoluta, porque se siguió en contra de una persona diferente al titular del bien y, por tanto,
no se debió cancelar la inscripción del inmueble; asimismo, el demandado Miguel Rosales
Delgado, actuando con dolo y mala fe, realizó una operación de compraventa con fecha
veintiséis de marzo de mil novecientos noventa, ante el Notario Público Número Veintisiete,
licenciado Horacio Arrieta Jiménez, en el que vendió a Vicente Sandoval Rodales, mediante
escritura número 17,459, volumen 359, pero en dicha escritura se refiere al lote treinta y uno,
manzana cincuenta y ocho, no la real manzana ciento cincuenta y ocho, que por esas razones
acudió ante la autoridad jurisdiccional a demandar lo ya precisado; de ahí, que se advierte lo
infundado del punto de disenso en examen, pues como se ha reseñado, el demandante natural
sí expresó las razones por las que a su consideración estimó que el juicio de usucapión
aludido fue fraudulento, las cuales hizo consistir precisamente en que el juicio fue seguido en
contra de una persona distinta al titular registral, actor en el juicio de nulidad Domiciano
Cruz Vigueras y con el error de la ubicación relacionado con el señalamiento del número de
manzana del predio controvertido.
Ahora, en el primero de sus conceptos de violación el peticionario de garantías, en esencia,
aduce que le causa perjuicio la existencia de dos sentencias contradictorias de primera
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instancia, una que declara procedente la acción ejercitada por el demandante natural y otra
que resolvió que éste no demostró su acción de nulidad de juicio concluido, lo que estima le
causa perjuicio por la incertidumbre jurídica que se genera.
Los anteriores argumentos de inconformidad deben desestimarse por inatendibles en la
presente vía constitucional, porque como también lo refiere el impetrante en el concepto de
violación en examen, tal situación se generó debido a que en un principio el juicio natural se
siguió por todas sus etapas, siendo emplazado el aquí agraviado por edictos, se dictó
sentencia condenatoria al considerar que el demandante había acreditado los extremos de su
acción de nulidad de juicio concluido por fraudulento, y con motivo del juicio de amparo
promovido por el aquí quejoso, al considerar ilegal dicho emplazamiento, le fue concedido el
amparo y protección de la Justicia Federal, se ordenó dejar sin efecto legal alguno todo lo
actuado en el juicio natural únicamente en lo tocante a Miguel Rosales Delgado, a partir del
auto de cinco de enero de mil novecientos noventa y seis, que ordenó el emplazamiento del
ahora quejoso, el cual se llevó a cabo y una vez que estuvieron los autos en estado de dictar
sentencia se resolvió que el actor natural no demostró los elementos de su acción,
determinación que recurrida en apelación fue revocada, como se ha reseñado en párrafos
precedentes, estableciendo que el actor natural demostró su acción de nulidad de juicio
concluido por fraudulento que intentó respecto de la usucapión tramitada con el número de
expediente 528/88 del índice del Juzgado Primero de lo Familiar (antes Cuarto de lo Civil),
del Distrito Judicial de Texcoco, con residencia en Ciudad Nezahualcóyotl, así como las
demás prestaciones reclamadas en su demanda; en esa tesitura, contrario a lo que esgrime el
impetrante no existen ni formal ni materialmente dos sentencias de primera instancia
contradictorias, pues como ha quedado precisado la sentencia de primera instancia que
resolvió en el sentido de que el demandante no demostró los extremos de su acción de
nulidad, en principio se dejó sin efectos respecto del ahora quejoso, en cumplimiento al
diverso amparo relacionado, pero además fue revocada y sustituida procesalmente por la
sentencia dictada por la Sala responsable en el toca número 797/2001, el trece de noviembre
último, que resolvió por demostrada la referida acción de nulidad, por lo que no es exacto que
existan dos sentencias de primera instancia contradictorias; asimismo, deben desestimarse los
referidos puntos de inconformidad del impetrante, pues en la presente vía constitucional el
acto reclamado lo constituye el aludido fallo dictado por la Primera Sala Civil Regional de
Texcoco del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México en los autos del toca
relacionado y su ejecución reclamada al Juez, secretarios de Acuerdos adscritos a la Primera
y Segunda Secretarías y ejecutores adscritos al Juzgado Segundo Civil de Primera Instancia
del Distrito Judicial de Nezahualcóyotl, México; por ello, a este órgano colegiado no le es
posible jurídicamente atender los argumentos del quejoso relacionados con la aludida
sentencia de primera instancia, precisamente por no ser los mismos materia de estudio en este
juicio de amparo directo.
Por compartirse el criterio jurídico que en ella se sostiene, es conveniente citar, en apoyo a la
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anterior conclusión, la jurisprudencia del Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, identificada con la clave I.6o.C. J/4, visible en la página 121 del Tomo III,
correspondiente al mes de enero de mil novecientos noventa y seis, del Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, que dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES, CUANDO IMPUGNAN UNA
SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA QUE YA FUE SUSTITUIDA POR OTRA DE
SEGUNDO GRADO.-Si los conceptos de violación se encuentran orientados a impugnar la
valoración que de un hecho hizo el Juez de primera instancia, en la sentencia que cesó en sus
efectos puesto que se apeló la misma y se dictó fallo de segundo grado, los conceptos
señalados resultan inoperantes, por no poderse analizar una sentencia que ya fue sustituida
por la de segunda instancia."
En otra parte del segundo concepto de violación, el peticionario de garantías esgrime que la
sentencia combatida le causa perjuicio jurídico, porque la autoridad responsable realizó una
"inexacta apreciación de las pruebas", en específico no valoró de manera acertada la
testimonial que ofreció en autos, las documentales por él aportadas, las cuales no fueron
objetadas, así como la confesión ficta de Domiciano Cruz Vigueras.
Se afirma lo deficiente de lo anterior, porque aun cuando el impetrante esgrime la inexacta
apreciación de la prueba testimonial ofrecida de su parte, la confesional ficta del actor natural
no señala de manera específica cuáles fueron las documentales que a su juicio fueron
indebidamente valoradas, menos señala su alcance demostrativo, los hechos que con cada una
de las aludidas probanzas estima quedaron acreditados, las reglas de valoración que fueron
infringidas, ni expone razonamiento alguno tendiente a hacer patente la forma en que la
indebida justipreciación esgrimida trascendió al resultado del fallo reclamado; por lo que al
no reunir el argumento de disenso en estudio con esos requisitos de técnica jurídica procesal,
se concluye en su inoperancia, pues al tratarse de un asunto de estricto derecho, en el que no
se actualiza ninguna de las hipótesis del artículo 76 bis de la Ley de Amparo y, por ende, la
constitucionalidad del acto reclamado debe realizarse a la luz de lo expuesto en los conceptos
de violación, éstos deben patentizar la violación al derecho fundamental que esgrime la
quejosa, extremos que los argumentos en examen no cumplen y, por ello, se concluye en su
deficiencia.
Por compartirse el criterio que en ella se sostiene, es conveniente citar la jurisprudencia del
entonces Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, identificada con la clave VI.2o.
J/102, consultable en la página 509 del Tomo V, correspondiente al mes de mayo de mil
novecientos noventa y siete, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, cuyo tenor es:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. SON INOPERANTES POR DEFICIENTES, SI OMITEN
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PRECISAR EL ALCANCE PROBATORIO DE LAS PROBANZAS CUYA
VALORACIÓN ILEGAL SE ALEGA.-Los conceptos de violación que se hacen consistir en
falta de valoración de pruebas rendidas en el juicio generador del acto reclamado deben
expresar no sólo las probanzas cuya estimación se considera ilegal, sino también deben
precisar el alcance probatorio de tales probanzas y la forma en que trascenderían éstas al fallo
en beneficio del quejoso, pues únicamente en dicha hipótesis puede analizarse si la omisión
de valoración de pruebas causó perjuicios al mismo y, por ende, determinar si es violatoria de
garantías individuales, de suerte tal que los conceptos de violación que no reúnan los
requisitos mencionados deben estimarse inoperantes por deficientes."
En el mismo sentido son inoperantes por deficientes los argumentos de disenso también
contenidos en el segundo de los conceptos de violación, mediante los cuales el peticionario
de garantías expresa que la Sala responsable de manera ilegal no concluyó que demostró las
excepciones que opuso, ya que de manera inexacta aplicó los preceptos reguladores de la
prueba.
Lo anterior, se reitera, es deficiente, porque a través de esas inconformidades el impetrante de
garantías no especifica cuáles fueron las excepciones que de manera indebida no tuvo por
demostradas la autoridad responsable, tampoco señala cuáles fueron las pruebas con las que a
su consideración quedaran demostrados los extremos de las oposiciones que hizo valer, ni la
forma en que el desacertado juicio valorativo trascendiera al resultado de la sentencia
combatida; de ahí, que ante las aludidas deficiencias, se concluye en lo inoperante de las
manifestaciones en estudio, pues la sola expresión general consistente en que la autoridad
responsable no tuvo por demostradas las excepciones del ahora quejoso, no puede patentizar
la ilegalidad que se atribuye a la sentencia reclamada, menos la vulneración de derechos
fundamentales que se esgrime.
Al respecto, es conveniente citar por el criterio jurídico que contiene y que este órgano
colegiado comparte del entonces Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, la
jurisprudencia identificada con el número 694, visible en la página 467 del Tomo VI, Materia
Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, que dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EXPUESTOS EN FORMA GENERALIZADA.-En el
juicio de garantías no se puede realizar por parte del órgano de control constitucional, un
estudio general de la controversia de origen, sino que éste debe efectuarse a la luz de los
argumentos que se esgriman como conceptos de violación, en los cuales se debe señalar, no
sólo las disposiciones, doctrinas o criterios jurisprudenciales que se omitieron analizar, sino
que también debe formularse una exposición razonada del porqué, alguna disposición legal,
doctrina o criterios jurisprudenciales pueden beneficiarle a la amparista, demostrando a través
de tales razonamientos el ataque a sus garantías constitucionales.".
Finalmente, deben desestimarse por desacertados los argumentos de disenso también
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contenidos en el segundo concepto de violación, en los que de modo sustancial se esgrime
que la autoridad responsable de manera incorrecta dejó de considerar que demostró los
elementos de la acción de prescripción adquisitiva, relativos a la posesión en forma pública,
continua, de buena fe y por más de cinco años, pues además dejó de considerar el contrato de
suministro de energía eléctrica con la Compañía de Luz y Fuerza y el acta de nacimiento de
su hija Erika Rosales Ocampo.
En efecto, los anteriores argumentos de disenso son desacertados, porque, contrario a lo que
sostiene, la Sala responsable no se encontraba obligada legalmente al examen de los
elementos de la acción de prescripción que dio origen al juicio cuya nulidad se demandó,
pues dada la naturaleza de la acción de nulidad de un juicio concluido por tratarse de un
proceso fraudulento, que constituye una excepción al principio de la cosa juzgada y deriva de
la aplicación de la regla general contenida en el artículo 8o. del Código Civil para el Estado
de México, y representa la posibilidad de que un tercero que alegue colusión de litigantes
para llevar a sus espaldas un proceso a fin de perjudicarlo o cuando quien sí fue parte alegue
que fue suplantado o que fue representado por quien no tenía facultades para hacerlo, para
instigar o inducir a la autoridad jurisdiccional a actuar en la forma que les interesa en
perjuicio de un tercero; al respecto, la autoridad responsable sólo tenía la obligación de
enfocar su examen, como lo hizo, a la ponderación de si, en el caso, el actor demostró el
hecho del que hacía depender el acto fraudulento, objeto del juicio y la existencia de la
repercusión consistente en que cause un perjuicio la resolución que se determine en tal juicio
al aludido tercero; por ello, que la Sala responsable conforme al contenido de la litis natural y
lo expuesto por el apelante en sus agravios, sólo tenía que determinar, como sucedió, si el
actor demostró el hecho en que fundó el proceso fraudulento, pero no aspectos que debieron
ser materia de examen en el juicio de usucapión cuya nulidad fue motivo de la acción natural;
de ahí lo desafortunado del argumento en examen.
Tal conclusión encuentra sustento en la tesis de este Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Segundo Circuito, identificada con la clave II.2o.C.129 C, consultable en la página
550 del Tomo VIII, correspondiente al mes de noviembre de mil novecientos noventa y ocho,
del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que dice:
"NULIDAD DE JUICIO CONCLUIDO, EN QUÉ CONSISTE LA ACCIÓN DE. Y DE
QUÉ DISPOSICIÓN LEGAL DERIVA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).-No
obstante que por regla general no procede la nulidad de un juicio por la tramitación de otro,
en atención al principio de cosa juzgada; sin embargo, existe una excepción a esta regla, y lo
es: cuando el primer procedimiento se haya tramitado en forma fraudulenta; a esta pretensión
se le denomina acción de nulidad de un juicio concluido por ser resultado de un proceso
fraudulento, y consiste en la falta de verdad o simulación en que incurra quien lo promueve,
sólo o con la colusión de los demandados o diversas personas, para instigar o inducir a la
autoridad jurisdiccional a actuar en la forma que les interesa, en perjuicio de un tercero. Ello
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porque la materia de este procedimiento es la violación al debido proceso legal, por lo que
quien intente la acción sólo debe acreditar: a) El hecho en que funda el acto fraudulento,
objeto del juicio; y b) Que le cause un perjuicio la resolución que se toma en tal juicio; por
tanto, aunque esta acción de nulidad absoluta no está reglamentada en forma específica en el
Estado de México, a falta de disposición expresa, deriva de la aplicación de la regla general
contenida en el artículo 8o. del Código Civil del Estado de México, que determina: 'Los actos
ejecutados contra el tenor de las leyes prohibitivas o de interés público, serán nulos, excepto
en los casos en que la ley ordene lo contrario.'."
Así como en la tesis cuyo criterio jurídico comparte este órgano colegiado del Tercer
Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito, identificada con la clave XI.3o.5 C, visible
en la página 765 del Tomo VI, correspondiente al mes de agosto de mil novecientos noventa
y siete, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que dice:
"NULIDAD DE JUICIO CONCLUIDO. HECHOS QUE DEBE PROBAR EL ACTOR.-La
jurisprudencia 295, publicada en la página 199 del Tomo Civil del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación 1917-1995, establece que la nulidad de juicio concluido procede
excepcionalmente respecto del proceso fraudulento; de ahí que el actor deba demostrar
exclusivamente el hecho en que funda dicha circunstancia, pero no aspectos que debieron ser
materia de excepción en el juicio cuya nulidad se pretende.".
En esas condiciones, ante lo infundado e inoperante de los conceptos de violación expresados
por la parte quejosa, lo procedente es negarle el amparo y protección de la Justicia Federal
que solicita; negativa que debe hacerse extensiva respecto de los actos de ejecución
reclamados al Juez, secretarios de Acuerdos adscritos a la Primera y Segunda Secretarías y
ejecutores adscritos al Juzgado Segundo Civil de Primera Instancia del Distrito Judicial de
Nezahualcóyotl, México, por no haber sido combatidos éstos por vicios propios.
Lo anterior, en acatamiento de la tesis de la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, conforme a su anterior composición, visible en la página 40, Volúmenes 217-228,
Cuarta Parte, Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, cuyo texto dice:
"AUTORIDADES ORDENADORAS, AMPARO CONTRA. LA NEGATIVA DEL MISMO
DEBE HACERSE EXTENSIVA A LAS EJECUTORAS, SI NO SE RECLAMARON SUS
ACTOS POR VICIOS PROPIOS.-Si no quedaron demostradas las violaciones aducidas en la
demanda de garantías respecto de las autoridades ordenadoras ha lugar a negar la protección
constitucional solicitada, debiéndose extender a los actos de ejecución, cuando los mismos no
se impugnaron por vicios propios, sino que su ilegalidad se hizo depender de lo atribuido a la
sentencia reclamada.".
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos 76, 77 y 78 de la Ley de
Amparo, se resuelve:
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ÚNICO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Miguel Rosales Delgado, quien por
su propio derecho compareció a la presente vía constitucional, en contra del acto que reclamó
de la Primera Sala Civil Regional de Texcoco del Tribunal Superior de Justicia del Estado de
México, consistente en la resolución dictada el trece de noviembre del año dos mil uno, en el
toca de apelación identificado con el número 797/2001 y su ejecución reclamada al Juez,
secretarios de Acuerdos adscritos a la Primera y Segunda Secretarías y ejecutores adscritos al
Juzgado Segundo Civil de Primera Instancia del Distrito Judicial de Nezahualcóyotl, México,
por las razones precisadas en el considerando que antecede.
Notifíquese; con testimonio de la presente resolución devuélvanse los autos a su lugar de
origen y, en su oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido.
Así, y por unanimidad de votos de los señores Magistrados presidente, Javier Cardoso
Chávez, Virgilio Solorio Campos y Noé Adonai Martínez Berman, lo resolvió el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, siendo ponente el primero de los
nombrados.
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