LA EDUCACIÓN Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS: RECURSOS EDUCATIVOS ABIERTOS Trabajo final del curso Recursos Educativos Abiertos y Licencias Creative Commons La Educación y las políticas públicas: Recursos Educativos Abiertos by Lucía Alonso bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercialSinObraDerivada 4.0 Internacional Lucía Alonso La Educación y las políticas públicas: Recursos Educativos Abiertos En el marco del curso Recursos Educativos Abiertos y Licencias Creative Commons, nos aboca reflexionar acerca de ¿Cómo aprovechar el formato REA en el marco de las actividades de enseñanza de la UdelaR?, ¿Cuáles serían las principales dificultades y resistencias?, ¿Cómo superarlas?, ¿Cuál crees que sería la mejor estrategia/s de adopción del modelo REA en tu servicio? Éstas son muchas interrogantes interesantes sobre la temática, algunas de ellas ya las hemos tratado en las instancias previas del curso, me gustaría reflexionar, por tanto, sobre de qué manera se puede superar y mejorar la situación actual del acceso a los materiales educativos y los Recursos Educativos Abiertos en beneficio de la comunidad. A mi entender, para superar muchas de las problemáticas que se suscitan en el intento de implementar un modelo educativo que se base en la filosofía de la Educación Abierta, se deben generar políticas de estado, políticas públicas de información y de educación que estimulen y marquen directrices en la línea de la Educación Abierta. Para entender por qué considero que esto es así expondré algunos de los conceptos bases que lo justifican. La Educación, en primera instancia, puede establecerse como el proceso de socialización por excelencia en la sociedad, mediante la cual se suscita la formación de la ciudadanía. Persiguiendo que el individuo logre su desarrollo intelectual y social, apegado a la cultura, normas e idiosincrasia de la sociedad en la cual está inmerso, en orden de alcanzar la mejor convivencia posible dentro de ella. La finalidad de la Educación corresponde al desarrollo intelectual e individual del ciudadano, preparándolo para vivir en la sociedad que lo contextualiza. Y allí radica el vínculo existente entre la Educación y la sociedad, en que la Educación debe dar respuesta a las demandas que la sociedad manifiesta. En definitiva, la Educación cumple una función sustancialmente importante en el desarrollo de la sociedad, aseveración que se expresa claramente en el Artículo 26 de la Declaración Universal sobre los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (1948), el cual establece que “Toda persona tiene derecho a la educación…la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales…”. Siguiendo esta línea de razonamiento, si tomamos en cuenta que es el Estado el que tiene el deber de garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos de todos los ciudadano, es este el que debe disponer de los medios para garantizar el adecuado cumplimiento del derecho a la Educación. En el caso del Estado de la República Oriental del Uruguay, se refleja lo anterior mencionado en su Ley General de Educación, en la cual se dispone que “La educación tendrá a los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos… como elementos esenciales incorporados en todo momento y oportunidad a las propuestas, programas y acciones educativas, constituyéndose en un marco de referencia fundamental para la educación…”. En este entendido indica que “Declárase de interés general la promoción del goce y el efectivo ejercicio del derecho a la educación, como un derecho humano fundamental. El Estado garantizará y promoverá una educación de calidad para todos sus habitantes, a lo largo de toda la vida, facilitando la continuidad educativa.” (Uruguay, 2008). Establecido el concepto de Educación y su significancia para el desarrollo de la sociedad, debemos relacionarlo con el desarrollo de las políticas públicas en general, y educativas y de información en particular. De esta manera, siendo el Estado quien debe velar por el derecho a la Educación, le corresponde generar políticas públicas que permitan instrumentar un modelo educativo de tal manera que se logre la universalización del acceso a la Educación. [1] Por otro lado, las políticas públicas son herramientas que posee la sociedad para desarrollar soluciones para los problemas sociales que se entienden deben ser transformados. En esa línea Jimena García Puente (2003) establece que “la finalidad de las políticas públicas en la sociedad es dar respuestas a determinadas problemáticas sociales, es decir, modificar situaciones de exclusión, vulnerabilidad, desigualdad y pobreza, cuyos principios rectores son la equidad, la inclusión y la seguridad social.” De esta manera son las políticas públicas las que permiten moldear situaciones problemáticas de la sociedad, intentando alcanzar la igualdad, la inclusión y la seguridad social. Ahora bien, atendiendo al caso particular de las políticas públicas educativas y de información las cuales, a mi entender, en la actual Sociedad de la Información, en la cual los flujos de información se han incrementado y diversificado de manera exponencial, cumplen un rol activo y significante, podemos mencionar que las políticas públicas de información son “la orientación para la concepción de una estrategia y de programas destinados al desarrollo y uso de recursos, servicios y sistemas de información.” (Montviloff, 1990), mientras que las políticas públicas educativas son aquellas políticas públicas que “…aseguran una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades. Garantizando una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona a través del cumplimiento de la política educativa concebida por el Estado”. (Palacio, 2006) Así, las políticas públicas educativas y de información son aquellas que establecen la dirección sobre la cual se encaminará el Estado en materia de producción, transferencia, acceso y recuperación de la información, en orden de transformarla en conocimiento a través de los diversos procesos educativos. El objetivo de este tipo de políticas sociales es el de identificar las áreas de la sociedad con carencias de información y educación, identificando demandas y necesidades informativas y educativas, y así generar, desde el ámbito público, lineamientos para atender dichas demandas y satisfacer las necesidades insatisfechas. Objetivo íntimamente relacionado con el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos, ya citada anteriormente, en el cual se expresa que la libertad y potestad de recibir e impartir información es una necesidad y un derecho humano, y por consiguiente, las políticas públicas de información serán aquellas políticas públicas que se generan desde el Estado para direccionar a la sociedad hacia la consecución del derecho a la información y a la Educación. Tener un buen manejo de la información en lo que refiere a su acceso, uso, producción, sistematización y difusión es imprescindible para llevar adelante el proceso educativo. El proceso educativo implica la producción y generación de conocimiento propio a través de la transformación y síntesis de la información a la cual se accede, dado lo cual resulta evidente que, si la ciudadanía posee habilidades y competencias para el manejo de la información y acceso a los recursos educativos estará en mejores condiciones para transitar su proceso educativo. Sin embargo, el poseer herramientas informativas para hacer un buen manejo de la información, no es suficiente. Para que los procesos educativos sean exitosos se deben acompañar las políticas públicas educativas con políticas públicas de información que establezcan directrices claras sobre el acceso y el manejo de la información, y deben coordinarse los objetivos de ambos tipos de políticas públicas para alcanzar el ideal al cual, el Estado, se ha planteado llegar en materia de Educación y del manejo que hace la ciudadanía de la información. En conclusión, resulta evidente que debería existir una estrecha vinculación entre la Educación, las políticas públicas educativas y de información, y los Recursos Educativos Abiertos, para que, desde el Estado, puedan garantizarse los derechos humanos a la Educación y al acceso, manejo y difusión de información, así como también, en el caso de Uruguay, pueda respetarse lo manifestado en nuestra Constitución vigente, y nuestra legislatura vigente, garantizando el acceso a Educación de calidad a todos los ciudadanos, buscando disminuir las brechas sociales existentes, y perseguir, por tanto, una sociedad más justa e igualitaria. Entendiendo además que, en este contexto, es imprescindible la participación interdisciplinaria de estudiantes, docentes, funcionarios, y en particular, del profesional de la información como gestor de información por excelencia, y gestor educativo y cultural en sus diferentes roles. [2] Referencias bibliográficas GARCÍA PUENTE, Ma. Jimena (2003). La evaluación de políticas públicas y sociales. Un análisis en torno a los actores. En: Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) y la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. VI Congreso Nacional de Ciencia Política “La Política en un mundo incierto: Representación, gobernabilidad democrática e inclusión social”. Rosario: SAAP. [Consultado: 1 diciembre 2014]. Disponible en: http://www.saap.org.ar/esp/docs-congresos/congresos-saap/VI/areas/04/garcia-puente.pdf MONTVILOFF, Víctor (1990). Políticas Nacionales de Información: Manual sobre la formulación, aprobación, aplicación y funcionamiento de una Política Nacional sobre Información. Programa General de Información y UNISIST, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, París, UNESCO. ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Paris: ONU. PALACIO, Sergio (2006). 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