INFECCIONES Infecciones virales Peginterferón; un paso hacia adelante. El interferón como tratamiento de hepatitis C crónica presenta ciertos inconvenientes debido a que es ineficaz en un porcentaje relativamente elevado de pacientes y a sus efectos adversos. El peginterferón alfa, una forma modificada de este fármaco, podría presentar ventajas debido a su mejor perfil farmacocinético. Dos estudios compararon la seguridad y eficacia del peginterferón con respecto al interferón alfa, uno en pacientes con hepatitis C y el otro en pacientes con hepatitis C y cirrosis. Según ambos estudios, el peginterferón resultó ser más eficaz en ambos tipos de pacientes con un perfil similar de efectos adversos. Actualmente unos 5 millones de europeos están infectados por el virus de la hepatitis C (VHC), aunque en una gran proporción de ellos la infección no ha sido diagnosticada, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Dentro de los pacientes diagnosticados, la mayoría no es tratada debido a que la mejor terapia médica actualmente disponible es cara, compleja, relativamente ineficaz y cargada de efectos adversos. Sin una terapia altamente eficaz la condición de los pacientes con hepatitis C se deteriora hasta desarrollar cirrosis y en última instancia cáncer de hígado. El interferón es la base del tratamiento de pacientes con infección por VHC. Sin embargo, el tratamiento con interferón sólo provoca una respuesta virológica sostenida en menos del 20% de pacientes. Con el objetivo de mejorar estos resultados, se suele utilizar como terapia de elección la asociación de interferón con ribavirina durante 48 semanas lo que aumenta la tasa de respuesta virológica sostenida a un 38-43% de pacientes. La baja tasa de respuesta obtenida con el tratamiento con interferón parece deberse a su corta vida media lo que da lugar a fluctuaciones pronunciadas de las concentraciones plasmáticas del fármaco durante el periodo de tratamiento. Entre los pacientes tratados con interferón alfa tres veces por semana se puede observar un aumento intermitente en la carga viral en los días libres de tratamiento. Para vencer algunos de los inconvenientes del interferón alfa se ha desarrollado una forma modificada de este fármaco denominada peginterferón alfa-2a que consiste en la unión covalente de una cadena ramificada de polietilenglicol de 40 kd al interferón alfa-2a. Este compuesto presenta una absorción sostenida, un aclaramiento menor y una vida media más prolongada que el interferón alfa no modificado. Las concentraciones plasmáticas sostenidas y elevadas de peginterferón alfa-2a permiten la administración una vez por semana. Dos recientes estudios han comparado la seguridad y eficacia de peginterferón alfa2a e interferón en pacientes con infección por VHC. En el primer estudio se compararon los efectos clínicos de un régimen de peginterferón alfa-2a y un régimen de interferón alfa-2a en el tratamiento inicial de pacientes con hepatitis C crónica. Para ello se administraron 180 µg de peginterferón alfa-2a una vez por semana durante 48 semanas (267 pacientes) o bien 6 millones de unidades de interferón alfa-2a tres veces por semana durante 12 semanas seguido por 3 millones de unidades tres veces por semana durante otras 36 semanas (264 pacientes). A todos los pacientes se les evaluó la presencia respuesta virológica sostenida a la semana 72 definida como valores no detectables del RNA del VHC. Según los resultados de este estudio, el tratamiento con peginterferón alfa-2a se asoció con una tasa superior de respuesta virológica a la del tratamiento con interferón alfa-2a a la semana 48 (69% frente a 28%) y a la semana 72 (39% frente a 19%). Asimismo, la normalización sostenida de las concentraciones séricas de alanina aminotransferasa a la semana 72 fue también más común en el grupo de pacientes que recibió peginterferón que en el que recibió interferón (45% frente a 25%). Con respecto a la frecuencia y gravedad de los efectos adversos, los dos grupos presentaron un perfil similar. En el segundo estudio se consideró un grupo de pacientes con infección por VIH que presentaban además cirrosis o fibrosis extensiva. La condición de estos pacientes es difícil de tratar y la terapia con interferón por si solo o junto a ribavirina se utiliza con precaución ya que puede exacerbar la neutropenia y trombocitopenia de estos pacientes. Asimismo, la proporción de estos pacientes considerada en ensayos clínicos de terapias basadas en interferón ha sido pequeña. En este estudio se examinó la eficacia y seguridad de peginterferón alfa-2a en pacientes con hepatitis C y cirrosis o fibrosis extensiva relacionada en comparación con interferón alfa-2a. De los 271 pacientes considerados, 88 recibieron tratamiento con 3 millones de unidades de interferón alfa-2a, 96 con 90 µg de peginterferón alfa-2a una vez por semana y 87 con 180 µg de peginterferón alfa-2a una vez por semana durante un periodo de 48 semanas seguido por otras 24 semanas de seguimiento. La eficacia se estableció mediante medidas de RNA de VHC y alanina aminotransferasa y por evaluación de biopsias de hígado. Los resultados mostraron niveles indetectables de RNA de VHC en la semana 72 en un 8%, 15% y 30% de pacientes tratados con interferón alfa-2a y con 90 µg y 180 µg de peginterferón alfa-2a respectivamente. También en la semana 72, las concentraciones de alanina aminotransferasa estaban normalizadas en un 15%, 20% y 34% de pacientes respectivamente. Por otra parte, se observó respuesta histológica al fin del estudio en un 31%, 44% y 54% respectivamente. La tolerancia fue parecida en los tres grupos de tratamiento. Una observación esperanzadora es que ciertos pacientes que no obtuvieron respuesta bioquímica o virológica presentaron una respuesta histológica indicativa de una reducción de la inflamación en el hígado. Esto concuerda con la observación de que el desarrollo de cáncer hepatocelular puede ser menos probable en pacientes que han sido tratados con interferón incluso si continúan infectados por el virus. Las tasas de respuesta observadas con peginterferón alfa-2a en ambos estudios son equiparables a las alcanzadas con el tratamiento combinado con interferón alfa-2a y ribavirina. El próximo paso será evaluar las tasas de respuestas del tratamiento con peginterferón alfa-2a y ribavirina en el tratamiento de hepatitis C crónica. Estudios relativos a la seguridad de esta combinación han sido publicados y se están efectuando ensayos clínicos en fase III. - - Zeuzem S, Feinman V, Rasenack J, et al. Peginterferon alfa-2a in patients with chronic hepatitis C. N Engl J Med. 2000; 343:1666-72. Heathcote J, Shiffman M, Cooksley G, et al. Peginterferon alfa-2a in patients with chronic hepatitis C and cirrhosis. N Engl J Med. 2000; 343:1673-80. Schafer D, Sorrell M. Conquering hepatitis C step by step. N Engl J Med. 2000; 343:17234.