LA INFLUENCIA DE LA REFORMA LABORAL, REAL DECRETO-LEY 3/2012, EN LA SALUD LABORAL DE LA CLASE TRABAJADORA Madrid, Marzo de 2012 ÍNDICE INTRODUCCIÓN .......................................................................................... 4 1) EMPRESAS DE TRABAJO TEMPORAL (ETT) .............................................. 6 2) TRABAJO A DISTANCIA (TELETRABAJO) .................................................. 6 3) MODALIDADES DE CONTRATACIÓN ....................................................... 7 CONTRATO INDEFINIDO DE APOYO A LOS EMPRENDEDORES ..................................... 7 CONTRATO A TIEMPO PARCIAL .................................................................................... 7 CONTRATOS DE FORMACIÓN Y APRENDIZAJE ............................................................. 8 4) MOVILIDAD FUNCIONAL Y GEOGRÁFICA ................................................ 8 5) MODIFICACIÓN SUSTANCIAL DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO Y SUSPENSIÓN DEL CONTRATO / REDUCCIÓN DE LA JORNADA, POR CAUSAS ECONÓMICAS, TÉCNICAS, ORGANIZATIVAS O DE PRODUCCIÓN ................ 8 6) INCAPACIDAD TEMPORAL ...................................................................... 9 7) EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO ............................................. 11 POR FALTA DE ADAPTACIÓN DEL TRABAJADOR A LAS MODIFICACIONES TÉCNICAS OPERADAS EN SU PUESTO DE TRABAJO..................................................................... 11 EXTINCIÓN POR ABSENTISMO .................................................................................... 12 8) NEGOCIACIÓN COLECTIVA.................................................................... 12 9) MUJER Y REFORMA LABORAL............................................................... 12 10) REPERCUSIÓN DE LA REFORMA LABORAL EN TRABAJADORES/AS CON PROBLEMAS DE DROGODEPENDENCIAS .................................................. 13 CONCLUSIONES ........................................................................................ 14 3 INTRODUCCIÓN La crisis económica que atraviesa España desde 2008 no tiene precedentes. Los datos de la última Encuesta de Población Activa (diciembre de 2011), sitúan las cifras de paro en 5.273.600 personas, con un incremento de 295.300 en el cuarto trimestre de 2011 y de 577.000 respecto al cuarto trimestre de 2010. La tasa de paro sube en 1,33 puntos respecto al tercer trimestre y se sitúa en el 22,85%. Uno de cada dos jóvenes menores de 25 años, está en paro. La incertidumbre en la entrada al mercado de trabajo, los reducidos sueldos iniciales, los contratos precarios y la situación económica general, están provocando que muchos jóvenes abandonen el mercado de trabajo español y busquen oportunidades en el resto de países de la UE o más allá. El perfil del joven en paro se corresponde con el de un varón que lleva de uno a dos años buscando empleo sin conseguirlo. El desempleo de larga duración en España es también más elevado que en otros países representando a uno de cada dos desempleados en España (según cifras del INE) La duración media del desempleo en España en 2010 fue, según la OCDE, de 14,8 meses, frente a una media para los países de la OCDE de 9,6 y de 7,4 meses para los integrantes del G7. El perfil del parado español se corresponde con el de un varón, de 30 a 34 años, que lleva dos o más años en situación de desempleo. Desde que comenzó la crisis, los extranjeros en paro se han triplicado y suponen uno de cada cuatro desempleados de España. También se ha multiplicado por tres la tasa de paro de los mayores de 45 años y la de los jóvenes menores de 25. Mantenemos una tasa de temporalidad de casi el 25%, mucho más elevada que en el resto de nuestros socios europeos. La temporalidad media en la UE27 es del 14%. Una vez analizados los datos expuestos, el Gobierno, decide realizar una reforma laboral profunda que haga cambiar la situación invirtiendo la evolución de la tasa de desempleo y atrayendo por medio de beneficios fiscales a los empresarios para que reactiven la contratación de trabajadores. Sin embargo desde UGT-Madrid, vistas las modificaciones operadas por el Real Decreto-Ley creemos que la aplicación de esta reforma va a empeorar la situación previa, aumentando la brecha del desempleo sobre todo en colectivos de especial sensibilidad, y empeorando las condiciones laborales y de seguridad y salud de los trabajadores que mantengan su puesto de trabajo. El Gobierno del PP ha aprobado una Reforma laboral que ha modificado sustancialmente el marco de las Relaciones Laborales como lo entendíamos hasta el momento. Desde su entrada en vigor el 11 de febrero de 2012, el trabajador ha pasado de ser sujeto protegido por la Ley, a recibir un trato de indefensión jurídica no concebida en la democracia. Los trabajadores se han convertido en sujetos sospechosos y por lo tanto han de ser controlados y supervisados de forma rigurosa por el empresario. 4 El objeto del presente informe es evaluar las consecuencias que en el ámbito de la salud laboral tiene esta reforma para los trabajadores. El Real Decreto-Ley 3/2012, de 10 de febrero incluye una serie de medidas urgentes que persiguen el objetivo de reformar el actual mercado laboral español. Para ello, se sirve de nuevas estrategias y herramientas para que las empresas logren sus objetivos, aunque ello conlleve que los derechos de los trabajadores se vean gravemente afectados. Dichas herramientas, como por ejemplo, facilitar y abaratar el despido (existencia del nuevo contrato con despido libre), el ilimitado poder de decisión de los empresarios en detrimento de la participación activa de representantes legales de los trabajadores y de los propios trabajadores, restricción de los derechos colectivos, todo ello afectando directamente a las condiciones laborales y por ende a la organización del trabajo, que a su vez repercute irremediablemente en los riesgos laborales. Todos los elementos de la actual reforma laboral, provocan situaciones que además de desfavorecer notablemente al trabajador en relación con el empresario, le hacen vivir situaciones que escapan de su control, provocando la afloración de riesgos laborales en su puesto de trabajo si en su empresa o centro de trabajo, se da una situación en que el empresario aplique la reforma laboral como solución de flexibilización debido a la actual crisis. La actual reforma laboral influye también en los trabajadores desempleados, ya que dificulta el acceso real a un puesto de trabajo, en este sentido el paro produce también enfermedad, concretamente nos referimos a pérdida de autoestima, depresión, insomnio y aumento de la agresividad. La Reforma Laboral afecta al conjunto de la población empleada y desempleada, porque todos, en algún momento, podemos pasar o tener una circunstancia que haga que el empresario nos considere mano de obra incómoda y por lo tanto prescindible. En este informe pretendemos desgranar desde el punto de vista de la salud laboral y las drogodependencias en el trabajo, las repercusiones que se van a derivar de la aplicación masiva por parte del empresariado, de las medidas establecidas en esta reforma laboral en sus apartados más relevantes. 5 1) EMPRESAS DE TRABAJO TEMPORAL (ETT) La nueva reforma laboral da preponderancia a las ETT debido al fracaso del Servicio Público de Empleo pero la experiencia que tenemos del funcionamiento de estas empresas es: - - - Los trabajadores se incorporan directamente al puesto con una formación/información en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) básica, en el caso de que la reciban. La formación en PRL específica del puesto de trabajo se produce en el momento de la incorporación y con una baja supervisión por parte de los responsables. La vinculación de los trabajadores con la empresa es muy baja por no pertenecer a ella; debido también a la duración limitada del contrato y a las nulas posibilidades de promoción, ya que simplemente están cedidos. Estos tres indicadores potencian la posibilidad de que ocurran accidentes de trabajo en este colectivo. 2) TRABAJO A DISTANCIA (TELETRABAJO) Con la reforma se potencia el teletrabajo, siendo ésta una fórmula laboral que plantea muchas dudas desde el punto de vista de la salud laboral de los trabajadores que no están resueltas. El teletrabajo implica cambios en la organización del trabajo que conllevan nuevas necesidades y demandas, así como riesgos específicos para la salud, compartidos o no, con el resto de los trabajadores. Podemos resumir los riegos asociados al teletrabajo en: Percepción de soledad, percepción de estancamiento profesional, dificultad para compaginar lo laboral con lo familiar, escasa regulación legal e institucional, problemas relacionados con los nuevos tipos de interacciones laborales empleados-empleados y empleados-superiores, y por último desajustes entre las características idóneas para el desempeño del trabajo y las características personales del individuo. Las principales desventajas en materia de prevención de riesgos laborales son: - - Dificultad de realizar la evaluación de riesgos del puesto de trabajo y medidas de emergencia y evacuación debido a que el centro de trabajo es una vivienda particular. Dificultad de acceso y dispersión de los trabajadores en esta modalidad. Se dificultan las labores de vigilancia y control de los delegados de prevención sobre las condiciones de seguridad y salud de estos trabajadores. 6 3) MODALIDADES DE CONTRATACIÓN CONTRATO INDEFINIDO DE APOYO A LOS EMPRENDEDORES La inclusión de este tipo de contrato con la modificación del periodo de prueba de un año tiene las siguientes consecuencias: Los trabajadores contratados bajo esta modalidad tienen un aumento del riesgo por carga mental y la presión de desempeñar con eficiencia su trabajo debido a que durante el periodo de prueba, el empresario puede rescindir la relación laboral sin ninguna contraprestación ni derechos, lo que genera una precariedad en el empleo muy alta. - Debido a los beneficios fiscales que ofrece esta modalidad de contrato, los parados sin prestación por desempleo quedan excluidos de esta modalidad con todo lo que ello supone respecto a posibilidades de encontrar un empleo. Dicha inestabilidad se traduce en miedo a perder el puesto de trabajo, falta de autoestima, depresión, sensación de aislamiento al perder la posición social que otorga un puesto de trabajo y todo ello significa enfermedad. Unas personas pueden sufrir desestabilización emocional, pérdida de confianza personal, aparición de sentimientos de inferioridad; en otras personas, si la situación se prolonga, puede aparecer pesimismo que conlleva una percepción distorsionada de la realidad percibiendo con gran negativismo cualquier situación. Al mismo tiempo, la prolongación de todo este tipo de situaciones aumenta el riesgo de aparición de los trastornos ansioso-depresivos. Además, la salud empeora notablemente a medida que aumenta la precariedad. - CONTRATO A TIEMPO PARCIAL La posibilidad de realizar horas extraordinarias, supone que aunque esté limitado el número de horas extraordinarias legalmente, este límite puede ser incumplido por el empresario provocando una sobrecarga de trabajo por dos vías: 1) El trabajador tiene una sensación de insatisfacción, ya que al realizar horas extraordinarias, se le está negando la posibilidad de tener un contrato a tiempo completo en el que esas horas serían ordinarias. 2) El trabajador recibe una fuerte presión ya que no se puede negar a la realización de las horas extraordinarias fuera de las ordinarias, debido a la posibilidad de verse despedido. 3) La contraprestación de estas horas extraordinarias con descansos, traslada la carga de trabajo al resto de la plantilla. 7 CONTRATOS DE FORMACIÓN Y APRENDIZAJE La ampliación a trabajadores de hasta 30 años en esta modalidad de contratos, se traduce en una forma de contratación barata para trabajadores que con esa edad ya deberían tener una experiencia acumulada en su sector de actividad. Esto puede producir a los trabajadores insatisfacción en su puesto de trabajo, ya que estar en una modalidad de contrato precaria en vez de en una más estable, les produce incertidumbre sobre su futuro en la empresa, pues al llegar a la finalización de este contrato, no está claro si el empresario va a contar con ellos renovándoles el contrato por otra modalidad más estable, o va a prescindir de ellos cambiándoles por otros trabajadores mas jóvenes a los que pueden contratar por esta misma modalidad. 4) MOVILIDAD FUNCIONAL Y GEOGRÁFICA La flexibilidad tanto en la movilidad funcional como geográfica, aumenta la precariedad de los trabajadores debido a que el empresario puede cambiarle de funciones o moverle geográficamente, perjudicándole en sus condiciones de trabajo. A todo ello hay que añadir a que, en caso de no aceptar las condiciones que se le puedan ofrecer, puede ser causa de despido en la modalidad correspondiente lo que le ocasiona la expulsión del mercado laboral. La movilidad geográfica en muchas ocasiones, excede no solo del municipio habitual, pudiendo ser necesario un traslado interprovincial, lo que supone un quebranto en la estructura social y familiar del trabajador, y a veces grandes desplazamientos aumentando el riesgo de accidente in itinere, debido a la presión para conciliar el cumplimiento de los horarios y al cansancio y estrés acumulados. La obligatoriedad de aceptar trabajos ajenos a su formación genera una sensación de incertidumbre que provoca efectos negativos sobre la salud tanto física como mental. 5) MODIFICACIÓN SUSTANCIAL DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO Y SUSPENSIÓN DEL CONTRATO / REDUCCIÓN DE LA JORNADA, POR CAUSAS ECONÓMICAS, TÉCNICAS, ORGANIZATIVAS O DE PRODUCCIÓN La experiencia acumulada desde que comenzó la crisis, nos demuestra que éstas suelen ser las primeras medidas a tomar cuando una empresa tiene problemas económicos y que normalmente no solucionan el problema, lo que significa que se deben tomar más medidas de carácter más drástico (extintivas). Lo que supone para el trabajador, es que entra en una situación de incertidumbre acerca de su permanencia en la empresa y su futuro laboral, aumentando la aparición de riesgos psicosociales asociados como el estrés, ansiedad, insatisfacción, depresión, e incluso riesgo de violencia en el trabajo por conflicto con los responsables o los compañeros. 8 Tal y como marca la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en su artículo 16, el empresario está obligado a realizar la evaluación de riesgos laborales de todos los puestos de trabajo y la planificación de la actividad preventiva en los casos necesarios, y así mismo habrá que hacerlo cuando cambien o se modifiquen sustancialmente las condiciones de trabajo, obligaciones por otra parte que eluden a menudo algunos empresarios, entregando evaluaciones de riesgos desfasadas, y que nada tienen que ver con los riesgos reales de los puestos de trabajo, por lo que si los empresarios van a tener más facilidad para modificar las condiciones de trabajo, los más afectados van ser los trabajadores al ver mermados sus derechos a la protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo, por falta de actualización de las evaluaciones, entre otras causas. Los cambios drásticos y sin un motivo aparente de tareas, lugares de trabajo, etc… provocan no sólo efectos negativos en las condiciones laborales, que van en detrimento del trabajador, sino que también afectan negativamente a la salud. La incertidumbre que genera estar desarrollando un trabajo y no saber qué va a suceder en el futuro, qué tareas se deben desempeñar, a dónde les van a enviar (distancia entre trabajo y domicilio familiar) o saber a ciencia cierta, que los derechos laborales se pierden sin poder hacer nada para evitarlo, genera situaciones de angustia, depresión, ansiedad y estrés que suelen somatizarse en dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales, trastornos en la alimentación y en el sueño, aislamiento social, miedo, incertidumbre, entre otros. 6) INCAPACIDAD TEMPORAL La Reforma ha otorgado una posición ventajista a las empresas en la que la relación contractual hace que la balanza se incline de la parte patronal. Un ejemplo claro de esta situación es el hecho de que la nueva reforma laboral permite a las empresas despedir al trabajador si falta nueve días al trabajo en dos meses por problemas de salud derivados de una contingencia común, aunque estas ausencias sean justificadas. Así lo contempla el modificado artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores que excluye como faltas, las que sean bajas de más de 20 días y hayan sido acordadas por los servicios sanitarios. Es aquí donde entra la contradicción, una enfermedad corta puede ser causa de despido objetivo pero una larga no. En principio tampoco se computan los accidentes laborales ni las enfermedades derivadas de un embarazo, lactancia o riesgo de embarazo, por ejemplo. También es sorprendente el hecho de que en la reforma no vengan contempladas las enfermedades profesionales, bien porque hayan “desaparecido del panorama nacional” o bien porque al Gobierno no le parezcan suficientemente importantes como para tenerlas en cuenta. La nueva reforma mantiene que no se computarán como faltas de asistencia de cara a un despido objetivo, las ausencias mencionadas anteriormente, pero este hecho no es del todo cierto. El trabajador en caso de sufrir, por ejemplo, un accidente de trabajo o una enfermedad profesional, en principio podría tener el tratamiento de un despido 9 por causas objetivas (antes de la reforma estaríamos hablando de un despido improcedente cuando no, nulo de pleno derecho) y el trabajador deberá pelear en los tribunales para demostrar la improcedencia del mismo (antes se invertía la carga de la prueba y ahora es el trabajador el que debe demostrar que el despido no ha sido por causas objetivas). Con la nueva reforma un empresario puede despedir a un trabajador con faltas de asistencia al trabajo que, aunque sean justificadas, alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses. Suponiendo que la media de días hábiles al mes está entre 20 y 22, nueve faltas en dos meses, ó 23 días al año en 4 meses no consecutivos, serían suficientes para el despido. Antes, estas causas eran motivo de despido siempre y cuando el índice de absentismo de la empresa del centro de trabajo superase el 2,5% en los mismos periodos de tiempo. Es decir, siempre que se demostrase que en la plantilla existía un absentismo real en el trabajo y éste causaba un perjuicio al empresario. El resultado es que ahora el trabajador puede ser despedido por causas objetivas con 20 días de indemnización por año trabajado y con un máximo de 12 mensualidades. Un trabajador puede encadenar en un periodo de tiempo varios días de baja por enfermedad común y costarle el despido, dándose la paradoja de que en muchos sectores los días de baja no son siquiera costeadas por la empresa (ya que según la Ley General de la Seguridad Social –LGSS- los tres primeros días el trabajador no recibe ninguna percepción económica salvo pacto en contrario). También tras la reforma, se están empezando a plantear de cara a la firma de futuros convenios, el hecho de que las posibles mejoras incluidas en los convenios colectivos de la LGSS desaparezcan y a los trabajadores se les aplique exclusivamente lo establecido como prestación mínima (Baja por contingencia común, los 3 primeros días no se cobra, del 4 al 20 día el 60% de la base reguladora y del 21 en adelante el 75% de la base reguladora y en el caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional, el 75 % de la base reguladora desde el primer día). A esto además, hay que añadir que la reforma en su Disposición Adicional Cuarta, señala que el Gobierno estudiará en un plazo de seis meses, la modificación del régimen jurídico de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales para una “más eficaz gestión” de la incapacidad temporal. En realidad estamos ante el planteamiento de la gestión de las bajas por enfermedad común y accidente no laboral de los trabajadores por parte de las mutuas. Nos encontramos ante la situación en la que se les quiere dar a las Mutuas un papel fiscalizador en relación a la salud de los trabajadores. Si definitivamente se llega a dar la gestión de las mismas, podremos llegar a encontrarnos casos en los que las mutuas den altas precipitadas y existan trabajadores enfermos en sus puestos de trabajo, sin tener constancia clara de si la enfermedad es consecuencia de su situación biológica propia, o está relacionada con el trabajo, o se acentúa como consecuencia de una 10 incorporación rápida a la actividad sin haber seguido una pauta efectiva de recuperación. La situación de crisis económica, la reforma, el miedo a la pérdida del puesto de trabajo y la facilidad de despido, pueden terminar maquillando la situación real de la salud de los trabajadores. El faltar el 20% de la jornada en dos meses consecutivos aunque exista una baja médica justificada, sitúa al trabajador en una situación de indefensión tal, que puede llegar a provocar mayor morbilidad, con estilos de vida más insanos, peor calidad de vida… Vivir el empleo como elemento nuclear de la vida en torno al cual gira todo (largas jornadas laborales, necesidad de retribución económica) y ver disminuidos los derechos, genera inestabilidad personal, profesional, familiar y social. El miedo a perder el puesto hace que los trabajadores acudan menos al médico. En situación de baja médica, hay más probabilidad de perder el trabajo, por lo que el trabajador realiza el esfuerzo de mantenerse en su puesto, aunque para ello se ponga en peligro su seguridad y su salud. Este miedo adquiere especial relevancia en trastornos del estado de ánimo (como la depresión), debido a que las personas que se preocupan por la posible pérdida de su empleo, tienen peor salud y sobre todo muestran más síntomas de depresión. La actual situación de crisis económica junto con las consecuencias negativas de la reforma laboral, incide directamente en el estado de salud global de los trabajadores. De hecho, desde un punto de vista psicológico, la anticipación negativa de pérdida del empleo, genera más estrés que la propia situación en sí cuando se materializa. A esto se añade la sensación de impotencia que sufre el trabajador, sin tener el más mínimo control de la situación. 7) EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO La facilidad que la reforma otorga a las empresas en los despidos, simplificando los trámites de los expedientes de regulación de empleo, de reducción de jornada laboral o suspensión temporal del contrato, la elevada facilidad del despido, suponen una gran inseguridad, que conlleva una merma en la salud de los trabajadores al tener menos posibilidades de representación. Esto supone una mayor vulneración de sus derechos. POR FALTA DE ADAPTACIÓN DEL TRABAJADOR A LAS MODIFICACIONES TÉCNICAS OPERADAS EN SU PUESTO DE TRABAJO En este caso el trabajador tiene una carga adicional, ya que además de que se modifican sus condiciones de trabajo y aún habiendo recibido formación adecuada sobre los cambios operados, tiene un periodo de adaptación mínimo de dos meses a su nuevo puesto de trabajo, pudiendo extinguirse su contrato en caso de no adaptarse a estos cambio, según el criterio particular del empresario. 11 EXTINCIÓN POR ABSENTISMO Esta modificación que ya se ha detallado en este informe, va a provocar el miedo del trabajador a causar baja por enfermedad aunque su médico se lo aconseje. Esto supone que: - En trabajos de baja siniestralidad laboral la asistencia al trabajo en condiciones físicas y de rendimiento reducidos. En trabajos de alta siniestralidad laboral o sectores específicos como la construcción, el transporte, ámbito sanitario, o trabajos con maquinaria pesada, la asistencia al trabajo en condiciones físicas y de rendimiento reducidos, puede convertirse su trabajo en un riesgo añadido para sí mismo, para los demás trabajadores o para terceras personas. 8) NEGOCIACIÓN COLECTIVA Las modificaciones en materia de negociación colectiva, aparte de las repercusiones de las propias medidas de manera individual, afectan al ámbito de la prevención de riesgos laborales, de manera que al realizarse cambios drásticos en las condiciones de trabajo, se debería, según la LPRL, revisar el plan de prevención y todos los documentos que de él se derivan, evaluación de riesgos, planificación preventiva, medidas de emergencia… etc. Ésta es la situación teórica, pero en realidad la situación económica suele paralizar toda aplicación de la LPRL debido a los costes que supondrían. Los empresarios aún no son conscientes del valor añadido que aporta a la empresa una aplicación correcta de la LPRL, pues amparándose en la crisis, miran más la inversión o el coste inmediato que el beneficio de todos. Por todo ello, de darse una situación de riesgo en el centro de trabajo/empresa, las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores no están aseguradas. Se debilita la negociación colectiva, facilitando a las empresas la inaplicación de compromisos adquiridos previamente en los convenios colectivos, repercutiendo obviamente, en los compromisos adoptados dentro de los Comités de Seguridad y Salud, en donde se persigue la mejora paulatina de las condiciones de trabajo. Con la reforma del mercado de trabajo, los trabajadores perderán uno de los grandes pilares, que es la defensa de los derechos de todos los trabajadores en todos los ámbitos, ya que se debilitaría el poder de la representación legal de los trabajadores. 9) MUJER Y REFORMA LABORAL Haciendo alusión a la reciente conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un aspecto de especial relevancia es que el mercado laboral nunca ha estado a la altura de las posibilidades, talento y necesidades de la mujer y en este sentido, la reforma laboral actual es profundamente discriminatoria y no favorece la 12 igualdad efectiva entre hombres y mujeres, ya que imposibilita la conciliación laboral y familiar, (con la reforma hay que conciliar día a día, no es posible una planificación en el tiempo) matiz profundamente machista. Por otro lado, los planes de igualdad que quedan recogidos en los convenios colectivos, con esta reforma quedan completamente en estado de coma, debido a la posibilidad que otorga a la empresa para que pueda descolgarse del convenio colectivo, a esto se suma que las mujeres están en su mayoría más sometidas a contratos temporales, en sectores menos regulados y con grandes diferencias salariales con respecto al hombre aunque tengan la misma categoría laboral, imposibilitando y rompiendo el necesario equilibrio, para poder hablar de salud, entre aspectos biológicos, sociales y psicológicos. 10) REPERCUSIÓN DE LA TRABAJADORES/AS CON DROGODEPENDENCIAS REFORMA LABORAL PROBLEMAS EN DE Si hasta ahora, el trabajador con problemas de drogodependencias se encontraba en una situación de inseguridad jurídica, pues una de las causas del despido disciplinario es la embriaguez habitual o toxicomanía si repercute negativamente en el trabajo [Art. 54.2f) del Estatuto de los Trabajadores], con la Reforma Laboral la indefensión de este colectivo será aún mayor, eliminando la posibilidad de rehabilitación y de reinserción social de estos trabajadores que sufren una enfermedad, como es reconocida por la OMS. La Negociación Colectiva ha sido y es el instrumento legal para minimizar los efectos sancionadores directos sobre los trabajadores que sufren esta enfermedad. A través de la Negociación Colectiva se pueden proponer medidas preventivas, planes de asistencia, rehabilitación y deshabituación e inserción y la reserva del puesto de trabajo tras el proceso de recuperación, en consonancia con los criterios y las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, que con la reforma se van a ver restringidas. Las posibilidades de extinguir el contrato de los trabajadores con problemas de drogodependencias, aumentan enormemente al estar reconocida como causa objetiva las faltas de asistencia al trabajo, aún justificadas pero intermitentes que alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25 % en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses, situación que se puede dar con gran frecuencia entre este colectivo. Esta posibilidad de rescisión de contrato que contempla la Reforma va en contra del artículo 6 del convenio 156 de la Organización Internacional del Trabajo, suscrito por España y expone que: “la ausencia temporal del trabajo por motivo de enfermedad o lesión no deberá constituir una causa justificada de terminación de la relación de trabajo”. 13 Los trabajadores que en algún momento sufrieron algún tipo de drogodependencia, inmersos en un clima laboral inestable donde los riesgos psicosociales se potencian, son especialmente vulnerables y pueden recaer nuevamente. CONCLUSIONES Queremos hacer mayor hincapié en la prevención frente a los Riesgos Psicosociales por su especial protagonismo en la salud laboral. Las medidas adoptadas por el Gobierno en la reforma laboral ponen en juego una serie de actuaciones, ya citadas, que dificultan la protección de la Seguridad y Salud de los trabajadores y potencia la aparición además de Factores de Riesgos Psicosociales, los cuales debemos tener en consideración no sólo por el peligro inherente que conllevan sino también como fuente y origen de otros muchos accidentes de trabajo. También se presupone la buena fe en aquellos empresarios que buscando las bonificaciones, formalicen contratos con personas que por sus características son consideradas como especialmente sensibles (jóvenes, personas con discapacidad o inmigrantes) y con las que habrá que desarrollar actuaciones especiales en su formación preventiva, adaptación de su puesto de trabajo si da lugar, necesidad de volver a realizar la Evaluación de Riesgos, actualizar el Plan de Prevención, etc. La reforma otorga al empresario facilidades para el despido, da mayor flexibilidad a la hora de tomar decisiones con respecto a la movilidad geográfica y al cambio sustancial de las condiciones de trabajo. Cuestiones que, junto a las restricciones aplicadas a la negociación colectiva, supondrán que el trabajador se encuentre en constante desprotección frente a la eliminación/reducción de los riesgos laborales. Con la reforma laboral la presión sobre los trabajadores debido a la inestabilidad e incertidumbre laboral va a ir en aumento y en consonancia, habrá una mayor dificultad para poder exigir el cumplimiento de la Ley de Prevención de riesgos laborales, con lo que la seguridad y salud de los trabajadores se verá mermada. Con todos los cambios acaecidos con la nueva legislación, aflorarán los riesgos psicosociales, por lo que los trabajadores enfermarán más, aumentará el absentismo y con ello los despidos, entrando en un bucle cerrado donde el mayor perjudicado será como siempre el más débil, el trabajador. Tenemos que recordar que la extinción del contrato por absentismo que contempla la Reforma, va en contra del artículo 6 del Convenio 156 de la OIT suscrito por España, y donde se especifica que cuando se produce una falta al trabajo a causa de una enfermedad o lesión, no se podrá considerar como una causa justificada de terminación de la relación laboral. Las cifras nos dicen que la gestión de la Prevención de Riesgos Laborales se optimiza notablemente en las empresas donde existe estabilidad laboral, en empresas en las 14 que hay una continuidad del personal (poca rotación en la contratación) y en las que no existe precariedad en los contratos. Tal es así que los trabajadores que más se accidentan pertenecen a subcontratas, y se accidentan más los trabajadores temporales que los fijos. Así mismo donde existe representación sindical, se vigila que la normativa de prevención de riesgos laborales se aplique de manera más estricta. En definitiva, ésta es una Reforma para el despido y se traducirá en una alta precariedad en el empleo, precariedad que lleva implícita una más alta siniestralidad laboral. Por todo lo anteriormente expuesto podemos afirmar que la reforma laboral va a repercutir negativamente en la salud de los trabajadores. Las nuevas medidas de la reforma laboral junto con el crecimiento de la temporalidad laboral, el paro, las cargas familiares (hipotecas, cuidado de menores y ancianos…), el derrumbe de determinados sectores como la construcción, la caída de la contratación, entre otras, acrecientan la desazón y la pesadumbre de los trabajadores. El trabajo puede ser una gran fuente de salud, de bienestar y de desarrollo profesional y personal para los trabajadores, sin embargo, con estas nuevas medidas, se convierte en todo lo contrario, un factor que incide en la aparición de nuevas patologías. Además, un daño colateral añadido es el presenciar situaciones en las que familiares, amigos, conocidos, compañeros…son despedidos. En este caso, la persona que mantiene el empleo, percibe la situación como amenazante, viviendo, también por este motivo, un proceso psicológico de miedo a la pérdida del puesto de trabajo, área imprescindible en la vida de toda persona. En estas situaciones, suele existir una tendencia a aumentar la preparación y la formación profesional, lo que puede llegar a generar una situación de estrés en la que el trabajador intenta adaptarse desplegando todos los recursos posibles, a una situación de demanda laboral que le supera. Esto genera nuevamente importantes pérdidas en la salud de los trabajadores, y por consiguiente un deterioro significativo, además del área laboral, en el área social y otras áreas importantes de la vida de la persona. Es evidente que la inseguridad laboral tiene un impacto directo y negativo sobre la esfera laboral, ya que la sensación de que el puesto se puede perder, empeora los niveles de satisfacción en el trabajo, pero este descenso en el nivel de satisfacción se generaliza a otras áreas relevantes de la vida de una persona, como son la familiar, conyugal, social, biológica y psicológica. Por lo tanto, a mayor percepción de conflicto laboral y familiar, mayor autopercepción de síntomas de angustia y depresión, y por ende, mayor insatisfacción global. A esto se añade que en este tipo de situaciones, existe un aumento del aislamiento social. 15