Omar Ruíz Sin título, 2001 VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Violence Within the Family Mónica María García Epidemiologist Center for National Reference on Violence The array of the traditional Colombian family (based on the marital union as a permanent bond and legitimated by the prevailing law, biologic reproduction and shared custody of the children) expresses changes and transformations in its historic dimension bound to modern life and social, cultural, economic or politic changes. The implementation of new forms of autonomy and the access to power in different spheres of social order have led to re-codification of family dynamics. The current notion of family contemplates a multiplicity of couple relationships, the decrease of the leading role of the institutional figure of marriage and the transformation of the patriarchal dominative structure that rules the traditional family. This has led to structural changes in the forms of property and dependency, establishing new roles and functions for both men and women. This changes, as seen from the perspective of the slow rise of the cases of violence within the family known by the National Institute of Legal Medicine and Forensic Sciences, show, partially, the rupture of patterns that have from yore prevailed in couple and family relationships between men, women and minors. The rise indicates that violence starts to be seen as such, in light of a change in cultural patterns that reject bad treats, which shouldn’t be interpreted as an increase in violent patterns in interpersonal relationships. Introducción La familia ocupa un lugar fundamental en la historia de la humanidad, en el desarrollo de las diferentes sociedades y en la vida en general. Está ligada a imágenes idealizadas que la atrapan en un laberinto de dramáticas historias de encuentros y separaciones, de amores y desamores, de conflictos y violencia. El ordenamiento de la familia tradicional (estructurado a partir de la unión conyugal como vínculo permanente a lo largo de la vida y legitimado en la normatividad vigente, la reproducción biológica y el posterior cuidado de los hijos de la pareja) en su dimensión histórica expresa los cambios y transformaciones que están ligados a la vida moderna y a los cambios sociales, culturales, económicos y políticos. Por esta razón, las características de la familia actual, aunque muestran rezagos de sus formas clásicas, incrustados en algunas regiones y estratos sociales, han tenido a la fecha hondos procesos de cambio1. El impacto sobre la estructura tradicional de la familia se ha circunscrito a la relación entre autonomía, responsabilidad y acceso al escenario público, junto con el peso de muchos otros factores tangibles e intangibles, que han afectando los dos ejes alrededor de los cuales se organizó y prevaleció por mucho tiempo su tradicionalidad: la conyugalidad uni-local, legal y vitalicia, y la reproducción biológica y cultural de la prole2. 1 2 Palacio Velandia, MC. Castaño de Romero, LC. La realidad familiar en Manizales. Violencia intrafamiliar. Ministerio de Salud.-División de Investigaciones Especiales. Universidad de Caldas, Facultad de Desarrollo Familiar, Centro de Investigaciones. Primera edición, 1994. Rico de Alonso, Evaluación del abordaje de los procesos conciliatorios y resolución de conflictos en las comisarías de familia de Santa Fe de Bogotá. Secretaría de Gobierno. Informe Final. Bogotá, 2000. MÓNICA MARÍA GARCÍA Epidemióloga Centro de Referencia Nacional sobre Violencia En la actualidad existen múltiples formas de unión erótico-afectiva; así mismo, los vínculos de cuidado y protección a los menores no son exclusividad de los progenitores biológicos. Las formas de unión están caracterizadas por distintos arreglos de legalidad y duración del vínculo, la residencialidad, la opción homosexual o heterosexual de la pareja, así como de la finalidad misma de la constitución de la pareja: afectiva, erótica, reproductiva, económica, dentro del mismo espacio o en espacios duolocales. La reproducción, a su vez, tiene diferentes opciones: se cumple dentro de las relaciones convencionales de pareja, las cumple una de las personas sin cónyuge, se “prohijan” hijos de otras uniones, hijastros, dando lugar a una combinación bastante compleja de relaciones de parentesco y parentastro3. Lo anterior da una combinación múltiple de formas organizativas en los ejes pareja, convivencia y prole: parejas sin convivencia y sin hijos, parejas con convivencia y sin hijos, parejas con convivencia y con hijos de ambos, y/o con hijos de cada miembro de la pareja. Hay grupos familiares de los hijos con un solo progenitor, los menores a cargo de los abuelos, parejas de uniones sucesivas4. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF La familia, como un espacio social que se enmarca en la particularidad de las relaciones entre sus miembros, tiene su propia dinámica como expresión y reproducción de los procesos estructurales y coyunturales de la sociedad en su conjunto. La implementación de nuevas formas de ejercer la autonomía y la posibilidad de tener acceso al poder en las distintas esferas del orden social han conducido a la recodificación de la dinámica familiar. La actual noción de familia contempla la multiplicidad de relaciones que se establecen en pareja, la disminución del papel protagónico de la convivencia dentro de la figura institucional del matrimonio y la transformación de la estructura de dominación patriarcal imperante en la familia tradicional. Ello ha conducido a cambios estructurales en las formas de dependencia y propiedad, estableciendo nuevos roles y funciones tanto para hombres como para mujeres. Si bien es cierto que algunos elementos de la estructura tradicional sobreviven, es claro que la nueva configuración de la dinámica familiar ha generado cambios estructurales en los valores y patrones de comportamiento de los sujetos5. Otro de los cambios que se perciben en los últimos años es la visión con la que se analiza la violencia en la familia, pasando de una visión corta, imperceptible e indiferente, por pertenecer al campo de lo privado, justificada por imaginarios y prácticas sociales que legitimaron relaciones de poder, exclusión y discriminación a partir de la diferencia sexual y generacional, a ser un fenómeno social estudiado desde diferentes perspectivas históricas, sociales, culturales, epidemiológicas, etc., apoyadas por los espacios ganados en cuanto a derechos del hombre, la mujer y los niños y niñas. 3 4 5 66 Rico de Alonso, op. cit. Rico de Alonso, op. cit. Rico de Alonso , op. cit. La violencia intrafamiliar se comprende como un problema que trasciende la familia y sale de ella para manifestarse en todos los campos de acción social. También es vista como el resultado y, a su vez, la que produce conductas agresivas que conducen a formas de abandono, rechazo (gaminismo), prostitución, inducción a conductas homicidas y suicidas. La dinámica interior de la familia, en la cual hay violencia, es bastante compleja y en muchos casos difícil de erradicar, especialmente cuando corresponde a patrones profundamente arraigados en las relaciones. En general se presenta en forma de ciclos, con episodios de tranquilidad y afectuosidad, lo que dificulta su denuncia e identificación como un problema. Además, la violencia es la expresión de otra forma de establecer relaciones jerárquicas y de fuerza, así como un recurso para resolver sentimientos de frustración e ira mediante la amenaza, la agresión emocional o el abandono6. Características de las personas sindicadas de homicidio, valoradas en Pereira Katterine Chavarro B. Psiquiatra Forense Regional Occidente, Pereira. Carmenza López V. Epidemióloga Coordinadora CRRV Regional Occidente, Pereira. Además, el conflicto es negado tanto por miembros de la sociedad como de la misma familia. La negación es una forma de no reconocer la participación en los problemas y conservar la familia tradicional. La negación del conflicto y el culpar a otros hace más difícil el cambio hacia formas diferentes de relación7. Por esto, analizar la realidad familiar implica un conocimiento profundo de su accionar histórico, cultural, político, religioso, ideológico, urbano, rural, en un proceso de continuo cambio y dinamización. Dada su particularidad y especificidad, el presente capítulo pretende orientar y dar elementos para que el conocimiento sobre la problemática sea analizado con base en los contenidos de los registros médico-legales, que posibilitan caracterizar algunos factores inmersos en la violencia de las familias colombianas. 6 7 Reflexiones sobre violencia de pareja y relaciones de género. Violencia intrafamiliar. Módulo de autoformación No. 4. Política Nacional de Construcción de Paz y Convivencia Familiar. Conflicto, poder y violencia en la familia . Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano. Bogotá: Editorial Facultad de Humanidades, 1995, pág. 8. GIORGIO DE CHIRICO. EL CEREBRO DEL NIÑO, 1914. La Sección de Psiquiatría Forense del Instituto Nacional de Medicina y Ciencias Forenses de Pereira evaluó durante el año 2000 a 22 personas sindicadas de homicidios, en hechos ocurridos principalmente en los departamentos de Quindío, Risaralda y el norte del Valle. La valoración hecha por el psiquiatra forense se encaminó a establecer las condiciones mentales del sindicado en el momento de cometer el hecho. Estas condiciones mentales están determinadas en el artículo 33 del código penal. El dictamen de psiquiatría forense aporta a la autoridad las herramientas necesarias para ayudarle a decidir si el individuo es imputable o inimputable, es decir, si estaba en capacidad de conocer y autodeterminarse o si presentaba algún trastorno mental, inmadurez psicológica o procesos similares en el momento de cometer el ilícito. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Generalmente el problema deja de negarse cuando crece la escala y/o frecuencia de los actos violentos. La tolerancia y resistencia a estos actos durante un periodo prolongado (por diversas causas, entre ellas, dependencia económica, amenazas, temores a la estigmatización social, vergüenza.) hace que cuando se decide buscar ayuda institucional o denunciar, es más difícil intervenir en la resolución del conflicto, por la agudeza y severidad a la que ha llegado. 67 Metodología del análisis En este capítulo se presenta un análisis estadístico de los registros de lesiones ocasionadas por violencia intrafamiliar conocidos por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses a nivel nacional en el año 2000. Con el objeto de lograr una mejor comprensión del fenómeno, se dividirá el presente capítulo en: violencia de pareja, maltrato a menores de edad y maltrato entre otros miembros del grupo familiar. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Para su análisis se definieron las variables de persona, entre las que se incluye edad, sexo, relación con el agresor y elemento con el cual fue lesionada; variables de tiempo, que comprende el análisis de la distribución de casos a lo largo del año; y las variables de lugar, relacionadas con la ubicación geográfica por municipio y departamento, en cada caso. 68 El cálculo de las tasas (número de eventos relacionados con la densidad poblacional) se realizó tanto a nivel nacional como para los municipios y departamentos en donde el Instituto hace presencia. Debe tenerse en cuenta que el Instituto cuenta con 123 puntos de atención para el cubrimiento nacional. Además de esto, se cuenta con el reporte de personas lesionadas o fallecidas violentamente que realizan los médicos rurales presentes en lugares donde el Instituto no tiene representación. Por esta razón debe tenerse cuidado al interpretar y utilizar las tasas de ocurrencia de estos eventos en los municipios y departamentos. En el análisis de la edad se conformaron grupos etáreos en los cuales se ubica cada persona lesionada. Es importante tener en cuenta que la violencia intrafamiliar involucra todas las edades, por lo que para el cálculo de las tasas en cada evento se particularizó así: Para calcular las tasas de maltrato a menores de edad se tomó la población menor de 18 años. Para los eventos registrados como violencia de pareja o conyugal se calculó la tasa con la población entre 14 y más años, debido a que se atienden casos de relaciones de pareja en el que la persona lesionada se ubica en este rango de edad. Para los casos de violencia entre otros familiares se tomó la población mayor de edad, es decir, de 18 y más años. Hablar de violencia en la familia requiere de distintas aproximaciones desde muchos saberes. En este capítulo sólo se analizará a partir de su manifestación en lesiones de causa externa. Las lesiones son un indicador que permite conocer sus tendencias, las cifras de denuncia, y demás características. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses evaluó 68.585 lesionados por violencia intrafamiliar, lo que significó un aumento de 10% frente al número de casos atendidos el año anterior (diferencia no significativa estadísticamente, p > 0,05). Durante el periodo comprendido entre 1996 y 2000, el aumento en el número de casos ha sido importante, pasando de 51.451 en 1996 a 68.585 en 2000, es decir, 17.134 casos más. De igual forma, la tasa ha presentado un incremento estadísticamente significativo (p<0,05): de 130 personas lesionadas por 100.000 habitantes en 1996, pasó a 162 víctimas por 100.000 habitantes en el 2000. Probablemente sea más acertado decir que sobre la población en la que el Instituto tiene cubrimiento la tasa por 100.000 habitantes es de 257.8 La distribución según el tipo de maltrato se comportó de forma similar que en años anteriores, así: el mayor porcentaje correspondió a casos de violencia conyugal y de pareja (63%), seguido por violencia entre otros familiares (21%), y maltrato a menores de edad (16%). Figura 1. Violencia intrafamiliar. Colombia, 1996-2000 9 Para el cálculo de la tasa, la población que cubre el Instituto en sus puntos de atención corresponde a 26’689.950. Hasta el momento, la información analizada y publicada por la Institución corresponde a la víctima. El Centro de Referencia sobre la Violencia de la Regional Occidente quiso utilizar los datos producidas en la Sección de Psiquiatría Forense sobre los victimarios y sus conductas para obtener un abordaje diferente en torno al homicidio. El promedio de edad de las personas sindicadas de homicidios fue de 33 años, dato que comparado con el de sus víctimas es muy similar (32 años), las edades oscilaron entre 19 y 49 años, con una mayor proporción en el grupo de personas entre 35 y 45 años (36,4%), seguido del grupo entre 25 y 35 años (31,8%). 95% (21) de los sindicados valorados pertenecían al género masculino; 54,5% (12) eran personas casadas y 72,7% (16) pertenecían al grupo de trabajadores no calificados, especialmente dedicados a los trabajos del campo. El grado de escolaridad en su mayoría no excedía la formación básica (63,6%) y correspondían a un nivel socioeconómico deprimido (pobreza absoluta) en 85% (17) de los casos. Frente a los móviles para cometer el hecho, destacan los casos por discusiones poco importantes (47,6%), seguidos de los conflictos de pareja (23,8%). Se concluye que la mayor parte de los casos ocurren entre personas conocidas (47,6%) y que los sindicados cometieron los hechos en estado de embriaguez (66,7%, 14 casos). Las discusiones sin importancia en estos casos fueron trascendentes y los individuos involucrados amplificaron la respuesta comportamental ocasionando resultados desproporcionados con respecto al origen de la discusión. Esta respuesta se relaciona frecuentemente con la desinhibición generada por el consumo de alcohol. Llama la atención en los casos Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Lesiones no fatales 69 Distribución según edad y género De las víctimas atendidas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses por violencia intrafamiliar, 79% correspondió a niñas o mujeres. La distribución por género según el tipo de violencia intrafamiliar mostró que el más afectado fue el femenino, así: del total de casos de violencia conyugal (43.210) 91% eran mujeres; de los registrados como violencia entre familiares (14.475), 61% de las personas lesionadas pertenecían al género femenino; y de los casos de maltrato a menores de edad (10.900), 55% pertenecían a este género. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 2. Violencia intrafamiliar según género. Colombia, 1996-2000 70 Llama la atención el aumento en el número de casos de violencia intrafamiliar registrados dentro del género masculino y reportados en los últimos cinco años, pues ha sido superior al registrado para el género femenino. A pesar de esto, se mantiene la razón de masculinidad de un hombre lesionado por cada cuatro mujeres, razón igual a la registrada desde 1996. Las lesiones producto de la violencia en la familia no siempre son única y exclusivamente ocasionadas con elementos físicos. Con frecuencia la violencia se inicia con expresiones verbales despectivas, humillantes, con actitudes de desprecio, y limitando las relaciones con otros 9. Estas conductas, que son expresiones de dominación y poder, son frecuentes en relaciones violentas, que pueden presentarse antes de iniciarse la convivencia, y son el preámbulo para actitudes mucho más agresivas, como los golpes y lesiones con armas y objetos. Este tipo de relaciones se alimenta de la sumisión, dependencia afectiva y económica por parte de la víctima, y por parte del agresor(a) por las ansias de mantener el control sobre el ser “amado” mediante expresiones que combinan la agresividad y la afectuosidad. Esta última expresión es frecuente después de recurrir a la violencia, y en ocasiones se emplea para culpabilizar a la víctima por lo sucedido (¡No vuelvas a comportarte mal porque no quiero volver a golpearte!). Algunos de los efectos de estas formas violentas “lesionan” la esfera mental produciendo depresión, autocompasión y baja autoestima, lo que genera en la víctima la certeza de que se merece el maltrato y que este no es una condición grave para denunciar. Pero lo cierto es que la lesión más severa ya se produjo, a nivel psicológico. A continuación se describen algunos de los elementos que con frecuencia se utilizan en situaciones de violencia en la familia, y que ocasionan lesiones físicas. Sin embargo, no todos los casos de violencia intrafamiliar registrados por el Instituto presentaron huellas o patrones de lesión ocasionadas con elementos físicos o armas. Del total de casos de violencia intrafamiliar conocidos (68.585), al 64% se le describió algún tipo de elemento causal de la lesión, teniendo la mayor proporción los mecanismos contundentes (86%); en proporciones menores se presentaron heridas con elementos cortocontundentes, cortopunzantes10 y arma de fuego, entre otros. (Cuadro1) de homicidios por violencia intrafamiliar que la víctima mantiene una relación afectiva intensa con el victimario; en los demás casos, la relación entre víctima y victimario es bastante distante aunque haya conocimiento previo. La mayoría de los victimarios cometen los hechos cuando se encuentran en estados de embriaguez I y II. Son excepcionales los estados de embriaguez pa1 tológica , pero sí es especialmente importante que la mayoría de los sindicados evaluados han tenido el primer contacto con el consumo de alcohol desde edades muy tempranas (8 a 10 años) y como diagnóstico clínico cuadros de abuso o dependencia alcohólica. Para realizar el diagnóstico clínico de los victimarios se tuvo en cuenta el Manual de diagnostico y estadística de las enfermedades mentales DSM IV (Global 2 Assement Mental, GAF)2 . De acuerdo con esta clasificación, 54,5% (12) de los sindicados se registraron con un funcionamiento laboral, social y afectivo de acuerdo con sus condiciones socioculturales normales; seguidos de personas con rasgos de personalidad psicopática o sociopática (9,1%). Del total de personas estudiadas, registraron adicciones 63,6% (11 casos al alcohol, 1 a sustancias psicoactivas y 2 a ambos). Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Distribución según elemento causal En los menores de edad maltratados se encuentran estigmas de otro tipo de lesiones, diferentes a las ocasionadas por golpes o elemento contundente. Estas se refieren al sarandeo, halones de orejas, cabello y 9 10 La limitación hace referencia a aquellos casos en los que a la víctima se le impide salir y relacionarse con otras personas e, incluso, con sus familiares; se le impide trabajar, se le restringe el dinero, la ropa, etc. Mecanismo contundente hace referencia a golpes con puños, patadas y otros elementos que ocasionan hematomas y/o edema (morados e hinchazón) sin generar una herida externa. Elementos cortocontundentes son aquellos que combinan filo y masa, producen heridas de bordes nítidos y regulares con edema y equimosis alrededor de la piel. Elemento cortopunzante es el que tiene punta y filo. RENÉ MAGRITTE. L’ INTELLIGENCE,1946. 71 brazos, empujones o golpes contra el suelo o paredes, marcas de apretones en brazos, que se encuentran con alguna frecuencia en los casos que atiende el Instituto, pero que no son registrados estadísticamente. Llama la atención que de los casos conocidos, una alta proporción de menores entre 1 y 4 años fueron quemados con diferentes elementos. Este tipo de hechos requiere de una acción inmediata de protección, pues el estado de indefensión del menor hace que su vida peligre. También se debe resaltar que se encontraron menores entre 5 y 14 años con heridas ocasionadas con arma de fuego. (Véase cuadro 1). Lo anterior habla con claridad de una intención lesiva, pues dependiendo del elemento utilizado puede inferirse el grado de dominio y sometimiento mediante el uso de la fuerza exagerada o extrema. Cabe preguntarse aquí sobre las razones que llevan a utilizar uno u otro elemento, que hipotéticamente servirían para aparentar un accidente. Geográficamente, en todas las ciudades capitales y municipios del país se observó que la categoría de golpes o lesiones ocasionados con objetos contundentes presentó la mayor proporción. Cabe destacar el número de personas lesionadas con armas de fuego, especialmente en las ciudades de Cali, Barranquilla, Cúcuta y Medellín, urbe en donde se registraron 30, 17, 11 y 9 casos, respectivamente, frente a otras ciudades con menos de 4 o 5 casos. Lo anterior denota un alto riesgo de muerte, pues las armas de fuego tienen una alta letalidad. Adicionalmente, esto puede ser un indicador de la población armada existente en estas ciudades, ya sea de forma legal o ilegal. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 1. Violencia intrafamiliar según arma, edad y género. Colombia, 2000 72 El promedio mensual durante el año 2000 fue de 5.715 casos de violencia intrafamiliar, equivalente a 190 casos diarios, y 8 cada hora. Aunque la distribución mensual fue bastante uniforme mes tras mes, en marzo, mayo, junio y octubre se presentó la mayor proporción de casos (6% cada uno), siendo estadísticamente no significativo (p>0.05). En los años anteriores tampoco se observan picos importantes, debido a que el consolidado de los datos no permite observar estos picos; sin embargo, se observa que los casos referentes a violencia de pareja y maltrato a menores de edad se incrementan en los meses de mayo, junio, octubre, diciembre y enero. Esto coincide con los periodos de vacaciones de los escolarizados y con las festividades de navidad, día de la madre y día del niño (o día de brujas). Figura 3. Violencia intrafamiliar distribuida según mes. Colombia, 2000 Según este análisis, la mayoría de los valorados tenían un funcionamiento global esperable de acuerdo con sus condiciones socioculturales. Los rasgos de personalidad sociopática se refieren a la manera como las personas se adaptan al medio y como se comportan en lo cotidiano; estas son unas pautas de comportamiento que inician en la niñez, se establecen después de los 15 años y se caracterizan por un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, dificultad para adaptarse a las normas sociales, y no configuran un trastorno mental en términos del artículo 33 del código penal. Las adicciones se definen como patrones desadaptativos por consumo de sustancias como el alcohol y/o las sustancias psicoactivas. “La gran tragedia no es la crueldad de la gente mala sino el silencio de la gente buena” Martín Luther King. REFLEXIONES Es preocupante el hecho de que en Pereira durante el año 2000 se haya registrado una tasa de muertes por homicidios (97 por 100.000 habitantes/año) muy superior a la determinada por todo el país (61 por 100.000 habitantes/año) y a las de otras ciudades del país como Bogotá y Barranquilla. También llama la atención que la mayoría de los homicidios ocurren en hombres adolescentes y adultos jóvenes (89,3%). El presente estudio muestra que la mayoría de estos homicidas pertenecen a un estrato sociocultural deprimido, marginal o excluido, y su nivel de escolaridad no alcanza a completar la for- Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Distribución según mes 73 Distribución geográfica La referenciación geográfica de la violencia intrafamiliar ha estado tradicionalmente sujeta a los patrones culturales que identifican cada una de las regiones del país. Actualmente, la movilidad marcada de la población, las bonanzas, los esnobismos culturales extranjeros en especial en las grandes ciudades, el acceso a medios masivos de comunicación, entre muchas otras, son factores que han logrado permear los patrones familiares tradicionales y configuran nuevas formas de estructuras familiares regionales. Antes que pretender una explicación de la distribución en el número de casos a nivel nacional, es importante tener en cuenta que la cobertura del Instituto, en cuanto a puntos de atención, no está acorde con la densidad poblacional de los departamentos, es decir, mientras un departamento puede tener uno o dos puntos de atención, como es el caso de Chocó, Atlántico, Putumayo, Amazonas, Guaviare y Vichada, otros departamentos, como Antioquia por ejemplo, tienen hasta 14 (unidades locales y seccionales)11. Para el cálculo de las tasas se tomó únicamente a los departamentos con un cubrimiento mayor de la población con el recurso de Medicina Legal en sus puntos de atención y el de los médicos rurales, aun así, no son un reflejo real de lo sucedido, pero su cálculo permite tomar los casos conocidos como un indicador de la situación de violencia intrafamiliar en ellos. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Teniendo en cuenta esto, el siguiente análisis es sólo una aproximación a la expresión de violencia intrafamiliar en los niveles departamental y municipal. 74 Para observar el comportamiento geográfico del territorio nacional se tomó como referente la tasa nacional de violencia intrafamiliar, y a partir de esta se categorizó a los departamentos y municipios que, por la prevalencia de casos en relación con su población, se ubican así: 1) aquellos que superan la tasa nacional; 2) aquellos que se encuentran cerca de esta sin superarla; 3) los que registran una tasa muy inferior a la misma. 11 Por lo expuesto anteriormente, no se calcularán las tasas de violencia intrafamiliar en los departamentos de Vichada, Amazonas, Guaviare, Putumayo, Caquetá y Chocó, porque cuentan con un punto de atención para el cubrimiento de grandes áreas geográficas y poblacionales, y tampoco se llevan a cabo reportes de médicos rurales que son un importante recurso de apoyo del Instituto para el reporte de personas lesionadas o fallecidas violentamente en municipios donde no se cuenta con un punto de atención propio. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 4. Municipios que superan en dos o más veces la tasa nacional de violencia intrafamiliar. Colombia, 2000 75 En la primera categoría, es decir, departamentos que superaron la tasa nacional de 162 personas lesionadas por 100.000 habitantes, a causa de violencia intrafamiliar, se encuentran: San Andrés, Boyacá, Meta, Quindío, Cundinamarca y Santander (Cuadro 2). Cabe destacar que estos departamentos han presentado tasas altas, que han superado la nacional durante los años anteriores. La distribución de los eventos de violencia intrafamiliar en las ciudades y municipios del país presentó grandes diferencias: mientras en Leticia y Tunja se registraron las tasas más altas, 1.113 y 747 por 100.000 habitantes respectivamente, en Aguadas, Sincé y Pamplona estas fueron las más bajas, con 42, 34 y 20 por 100.000 habitantes respectivamente. También se observa que en la mayoría de ciudades capitales (65%) se presentaron tasas por encima de la nacional. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 2. Tasa de violencia intrafamiliar en departamentos. Colombia, 2000 76 En el 2000 se registró una tasa total de 162 por 100.000 habitantes en conflictos de violencia intrafamiliar (maltrato a menores de edad, maltrato entre la pareja y entre otros familiares), cifra que frente a la registrada en 1999 presentó un aumento de 9%, estadísticamente significativo (p<0,05). Introducción Las relaciones de poder en el seno del grupo familiar, al igual que en cualquier otro grupo social, suponen dominación, y pueden sostenerse por medios tan diversos como la coerción y el castigo (violencia visible) o comportamientos de subordinación entramados en la cotidianidad de los sujetos como forma “natural” de organización de la vida diaria, sobre los cuales sus propios protagonistas no tienen conciencia, o si la tienen, le otorgan consenso precisamente porque son “naturales”, y por su legitimación no son fácilmente identificables12. La familia reproduce, mediante la crianza, modelos que mantienen –por el tradicionalismo cultural– los patrones de dominación, predominando en algunos el ejercicio de la violencia; podría decirse que la mujer ha tenido cierta cuota de responsabilidad frente a esta situación, bien por su rol de socializadora, mediadora, o por su función de reproductora social de valores y normas que sustentan esta forma de organización basada en la división del trabajo para hombres y mujeres, más fuertes o arraigados en algunas zonas del país. Otro aspecto asociado a la tolerancia de violencia y maltrato por parte de la mujer es la manera como se socializa a las niñas al inculcarles, en lo más profundo de su psiquismo, la necesidad de depender de los demás, el esperar la aprobación de los otros constantemente y una incapacidad para la acción, razón por la cual existen muchas mujeres que padecen por diez o quince años episodios de violencia, antes de ser capaces de denunciar el hecho13. La cultura, a partir de unos valores determinados, fruto de la historia y de la interacción humana, determina unas normas de actuación que pueden formalizarse o no en políticas, pero que siempre están vigiladas y sancionadas. Los valores normalizados son transmitidos por medio de los procesos de socialización primaria y secundaria14 y suponen distintos modelos de comportamiento para diferentes tipos de actores en función de determinadas características de identificación estructural, personal o de relación familiar. En sistemas sociales rígidos donde el 12 13 14 Dorola, Evangelina. La naturaleza de los roles y la violencia invisible. Familia, subjetividad y poderes, p. 191. Reflexiones sobre violencia de pareja y relaciones de género. Violencia intrafamiliar. Módulo de Autoformación No. 4. Política Nacional de Construcción de Paz y Convivencia Familiar. La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. Se advierte a primera vista que la socialización primaria suele ser la más importante para el individuo, y que la estructura básica de toda socialización secundaria debe ser semejarse a la primaria. Tomado de: Berger, Luckmann. La construcción social de la realidad . Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1978, p. 166. mación básica primaria. Es común encontrar relación entre la ocurrencia del homicidio y el porte ilegal de armas. Diferentes teorías psicológicas intentan dar una explicación etiológica a la conducta que se aparta de las normas sociales, donde hay un patrón de violación y trasgresión de la ley. Estas conductas son denominadas, en términos clínicos, psicopáticas o sociopáticas. Sin embargo, para sacar el tema del contexto patológico y realzar la determinación social de este comportamiento, se propone denominarlas “conducta 3 desviada” . DIEGO RIVERA, LOS VASOS COMUNICANTES, 1938. La reflexión busca destacar que los aspectos sociohistóricos más que los individuales, son constitutivos de la definición de un acto delictivo, siguiendo la tesis según la cual en los contextos de dominación se favorece la exclusión. La exclusión provoca desgarros en el tejido social que afectan tanto al excluido como al excluyente. La desaparición de las instancias reparadoras, cuya función principal está a cargo del Estado, se suma para atenuar la percepción de riesgo y favorecer la conducta delictiva. El doctor Alfonso Rodríguez González habla en la ponencia citada acerca de la teoría de la Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF VIOLENCIA DE PAREJA 77 comportamiento normativo está determinado por códigos claramente expuestos y sistemas de sanción previsibles, es relativamente sencillo definir si un comportamiento (por ejemplo, que el marido golpee a la esposa) se adecúa o no a la norma y determinar hasta qué punto esta se cumple o no. En sociedades como las latinoamericanas y europeas, donde el empleo de la violencia en el hogar está formal y legalmente castigado, la pervivencia de la violencia en el hogar se puede atribuir a desviaciones de la norma (por problemas psicopatológicos o de otro tipo) o a elementos normativos no formales que están firmemente instalados en las actitudes de los individuos15. Pero se puede observar que existen características que pueden influir en la violencia conyugal, como las de carácter estructural (lugar de ubicación, edad, sexo, clase social) y las que derivan de las relaciones familiares. Entre los elementos de identificación estructural, la ciudad es una de las variables de identificación más importantes, pues es cada vez mayor el intercambio de valores y normas culturales, y el vínculo que se forma al pertenecer a una misma estructura social (barrio, localidad o comuna) es fundamental para entender las formas de actuación, al igual que las características que derivan de la condición socioeconómica o clase social. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Podríamos continuar enumerando factores como la edad, el estado civil, la presencia de hijos, la diferencia en la participación económica, diferencia de nivel educativo, entre muchas otras, que podrían explicar las conductas violentas en las relaciones de pareja. Pero lo que determina si la interacción con el otro tiene un carácter violento o no, independientemente de las relaciones de poder y el posible desequilibrio de este, son aquellos que tienen la intención de destruir algo de nosotros, como vehículo para conseguir el disciplinamiento a la obediencia de parte nuestra. La cultura patriarcal centrada en la dominación y el control, en la lucha y la competencia, es generadora de violencia “porque vive en un espacio relacionado inconsciente de negación del otro”16 . Se observa que los hombres son generadores de violencia en la pareja a edades jóvenes y posteriormente la mujer reacciona agresivamente a los maltratos de los que ha sido víctima durante años. 15 16 78 Moreno Martín F. La violencia en la pareja. Revista Panamericana de Salud Pública. Pan Am J Public Health 5 (4/5), 1999, pág. 245. Palabras del biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana encontrados en Violencia familiar y abuso sexual. Buenos Aires: Editorial Universidad SRL, 1998, pág. 34. Durante el año 2000 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses evaluó a 43.210 víctimas de violencia de pareja, que representa un aumento de 4% en relación con el año anterior. Con respecto a la población colombiana, por cada 100.000 habitantes fueron maltratados 146 personas, lo que representó un aumento de 2% respecto a 1999. Distribución según edad y género Del total de casos registrados en el país por violencia de pareja, 91% de las víctimas pertenecían al género femenino. Lo que equivale a decir que por cada hombre lesionado por su cónyuge se valoraron 11 mujeres por la misma causa. Anteriormente esta diferencia era mayor; por ejemplo, en 1996 se registró una relación de un hombre por 14 mujeres. Esto denota una tendencia al equilibrio debido al creciente número de hombres agredidos17. Como se observa en el cuadro 3, el número de casos de ambos sexos ha aumentado año a año. Sin embargo, este aumento ha presentado patrones distintos: en 1997 el aumento en el número de casos era desigual para ambos sexos, siendo 13% para las mujeres y 23% para los hombres, mientras que en el 2000 fue igual para ambos, siendo 4%. La tasa para ambos sexos también aumentó, aunque el aumento es más notorio en la tasa de hombres que en la de mujeres. Aún así, la tasa perteneciente al género femenino es nueve veces más alta que la del masculino. Cuadro 3. Violencia de pareja según género. Colombia, 1996-2000 17 La razón de tasas también tiende a acercarse a un nivel equilibrado, es decir, mientras en 1996 la razón de tasas hombre:mujer fue 1:13, en el 2000 esta razón es 1:9. subcultura, la cual sostiene que en una sociedad los valores y normas de la capa o clase media son los que se hacen dominantes para el resto de la comunidad. Dice también que en la capa media los procesos de socialización en la familia ofrecen las motivaciones y normas requeridas para el logro de los objetivos como el éxito y el trabajo, y por tanto, es muy factible que las expectativas se cumplan. Las capas inferiores interiorizan valores y normas de la capa media. Mediante un proceso de socialización secundaria, los valores y normas de la capa inferior se contrastan con las normas de la capa media. Allí se presentan limitaciones en las habilidades y capacidades para competir por la posición social, lo que dificulta la realización de los objetivos y favorece la frustración del individuo. Se promueven, entonces, entre los grupos insatisfechos de las capas inferiores, valores, normas y símbolos propios que constituyen una subcultura. Los problemas originados por la posición social producen dificultades de adecuación, principalmente en la población juvenil. Cuanto más se desea ascender y menos se considera la posibilidad de lograrlo, mayor es el atractivo de pertenecer a una subcultura. La teoría de la subcultura acentúa el valor de las condiciones socioestructurales y culturales como factores causales de la conducta delictiva y da carácter dinámico a su análisis. El contacto con personas cercanas del entorno orienta las motivaciones, impulsos, actitudes y en general el comportamiento del individuo. En cuanto a la conducta criminal, esta viene dada por la valoración positiva o negativa hacia el cumplimiento de las leyes, en términos del grupo de referencia del individuo. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Lesiones no fatales por violencia de pareja 79 Cuadro 4. Violencia de pareja según edad y género. Colombia, 2000 Para ambos géneros se resalta que presentaron tasas altas en edades entre 25 y 44 años. Esto puede deberse a múltiples factores, pero puede destacarse que a esa edad se desatan los patrones violentos debido a que se presentan uniones a edades mucho menores, con características como inestabilidad emocional, afectiva y económica. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Se observa que en muchas de las relaciones de pareja de carácter violento se presentan agresiones por parte de ambos miembros; lo que hace la diferencia es la manifestación de esta, mientras uno de ellos agrede verbalmente, con humillaciones, expresiones despectivas, denigrantes, etc., el otro además agrede físicamente. En muchos casos, esto se encuentra determinado por el aprendizaje social que marcó la pauta en su desarrollo, en el cual se encuentran ambientes familiares conflictivos, inestables o con marcadas pautas de inequidad entre géneros con acentuada carencia de elementos para resolver pacíficamente los conflictos. 80 La presencia de alcohol como factor constante en algunos casos es el potencializador de conductas mucho más agresivas, lo que no es un factor indispensable, pues las agresiones pueden ser de otro tipo mientras no se está bajo el influjo del alcohol. Por lo regular se mezclan sentimientos de frustración, odio, ira, etc., que con el alcohol impulsan las reacciones violentas. Otra característica de la violencia en la pareja es la poca denuncia de las personas con 60 años y más, que para el grupo de hombres puede ser explicada gracias a lo descrito anteriormente, y para las mujeres por su dependencia económica y afectiva. VIOLENCIA ENTRE OTROS MIEMBROS DE LA FAMILIA Introducción La familia es un espacio social de relaciones entre adultos/as y otras generaciones que se establece por vínculos naturales o jurídicos. En ella se encuentra una red de poderes que con frecuencia está muy jerarquizada por sexo, edad, posición, condición social, roles, funciones, poder económico y expectativas establecidas de acuerdo con patrones culturales y estereotipos de género. En toda la red social, familiar o no, se encuentran incluidos los modelos culturales de femenidad y masculinidad, que son relativamente rígidos y que determinan la configuración de la personalidad y los modos de ser hombre o ser mujer, en los que se fijan los procesos de permisividad y control social, y se estimulan y apropian los procesos de ejercicio, aceptación o rechazo de la violencia como recurso de reconocimiento social e instrumento de poder18. La violencia intrafamiliar, dada su magnitud, como veremos en las cifras que se presentan a continuación, se ha instaurado como una forma de relación y como una vía de resolución de conflictos en la vida privada que afecta la convivencia, y el bienestar e incide en los patrones de relacionamiento social en la vida pública. En este patrón influye la existencia de factores como la dependencia económica, la dependencia afectiva, y de protección, además de muchas otras. Esto es más evidente y fuerte para los menores de edad que para los adultos, quienes son los que satisfacen las necesidades económicas, afectivas, etc. 18 Londoño, Argelia. Lecciones para fortalecer las redes de atención y prevención de la violencia intrafamiliar. Módulo 5. Quehacer de las redes en la atención y prevención de la violencia intrafamiliar. Secretaría Distrital de Salud. Humanizar - Corporación para el desarrollo humano. Primera edición, 1998, p. 8. FRANCIS PICABIA. WOMAN WITH PINK GLOVES, 1925. Para el caso colombiano podría decirse que la cultura del “no pago”, del ser vivo, “de la malicia indígena”, etc. , de alguna manera promueve una actitud positiva hacia la conducta desviada, y el juicio negativo hacia el delito es considerado propio de “bobos” o “sapos” y de aquellos que no quieren “comer callados”. De otra manera, si el grupo primario es deficiente o inexistente, la función de socialización puede ser suplida por el espacio de la calle o el de la televisión, espacios que fomentan una actitud positiva frente a la conducta desviada. El estudio Nacional de Salud Mental y Sustancias Psicoactivas, realizado en 1996 por el Instituto Nacional de Salud, muestra que la población, en especial los jóvenes, se queja de la falta de confianza en las instituciones (especialmente la Policía), la falta de unión de la comunidad, discriminación y sensación de “no ser tenido en cuenta”, un “sin sentido” o desesperanza generalizada. La sociedad impone criterios de marginación, como la etnia, el sexo, la edad y los ingresos económicos. Cada vez aparecen más Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Dentro de las relaciones familiares se encuentran inmersos los diferentes simbolismos culturales de poder, orden y jerarquía, que se extienden a aquellos miembros de la familia que no pertenecen al núcleo o relación estricta entre padres e hijos. Dentro de esta se encuentran los abuelos, tíos, sobrinos, primos, cuñados, entre otros, que convivan o no en un mismo lugar de residencia. 81 Sin embargo, las relaciones familiares que se dan dentro de la concepción de dependencia, como se mencionó anteriormente, pueden cambiar y en ocasiones invertirse. Se habla aquí de los adultos mayores y sus hijos adultos. Estos últimos son ahora independientes y los adultos mayores son quienes pueden llegar a depender económicamente de sus hijos adultos. Lo anterior genera un cambio en cuanto a las relaciones de poder: los niveles jerárquicos establecidos pueden continuar, pero el poder otorgado por la posición jerárquica disminuye. La transformación de la familia obedece en parte a su inmersión en una sociedad de acelerados procesos revolucionarios que cambian la ideología y concepciones culturales. Este es un factor al que se resisten, en algunas ocasiones, quienes se encuentran en posición de ventaja dentro del grupo familiar, pretendiendo imponer las mismas “reglas” de convivencia, con el fin de mantener el orden y la autoridad. Esta imposición como respuesta a su resistencia al cambio de las transformaciones sociales y familiares, es un factor que incide profundamente en la generación de los conflictos entre sus miembros. Lesiones no fatales por violencia entre otros miembros de la familia Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Para el análisis de estos temas, se entenderán como otros miembros de la familia aquellos que tienen vínculos consanguíneos, con convivencia o no en el mismo lugar de residencia, y que no mantienen relación de pareja ni de padres-hijos, siendo, entonces, la violencia ejercida por los hijos sobre sus padres, entre hermanos y la ejercida por familiares fuera del núcleo, es decir, entre primos, tíos, sobrinos, cuñados, etc. 82 Violencia entre otros miembros de la familia { - Entre hermanos - De hijos a padres - Fuera del núcleo (primos, tíos, sobrinos, etc.) Durante el año 2000 se presentaron en Colombia 14.475 personas lesionadas por violencia entre familiares, para una tasa de 58 por 100.000 habitantes. Frente a 1999, se registró un aumento de 35% en el número de casos, e igual en la tasa ( p< 0,05). La proporción más alta correspondió a personas lesionadas por familiares fuera del núcleo (62%), seguida del grupo conformado por personas lesionadas por un hermano (26%), y de padres agredidos por sus hijos (11%). La misma distribución, en relación con la proporción de casos, se observó en los años anteriores. personas jóvenes desplazadas y excluidas, con un potencial de trabajo importante. No sorprende entonces que Pereira tenga una de las tasas más altas de homicidios en el país, pues es una ciudad con un alto índice de desempleo, con población desplazada de las regiones del Chocó, en los límites de Risaralda y Chocó, zona de conflicto armado. También influyen el crecimiento vertiginoso de Pereira en los últimos años, el desplome del cultivo del café, el narcotráfico y su problemática, las consecuencias del terremoto de enero de 1999, cuando las personas quedaron en muchas poblaciones sin referentes laborales, académicos, sociales, lo cual los despoja no sólo de su territorio sino también de su pasado y de su mundo interior. Cuadro 5. Violencia entre familiares según género y agresor. Colombia, 2000 Cuadro 6. Padres lesionados por los hijos según edad y género. Colombia, 2000 Cuadro 7. Personas lesionadas por hermanos según edad y género. Colombia, 2000 Cuadro 8. Personas lesionadas por un familiar fuera del núcleo según edad y género. Colombia, 2000 Notas 1 2 3 Embriaguez patológica o intoxicación ideosincrática: Es una reacción inesperada, desorganizada y patológica frente al consumo de una cantidad mínima de alcohol (DMS IV). Valoración que corresponde a una escala internacional validada y que los psiquiatras asumen en consenso para determinar el funcionamiento de las principales áreas de la vida de una persona (afectiva, social, laboral y académica). Término propuesto por el doctor Alfonso Rodríguez González en su Ponencia: Marginalidad, anomia y conducta desvíada. Simposio Internacional de Actualización en Psiquiatría sobre Conductas Psicopáticas. Bogotá, marzo de 2001. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Para reducir los índices de homicidio se propone como un fin a mediano plazo fortalecer políticas tendientes a revitalizar las redes sociales, crear sentidos de vida comunitarios, devolver esperanza en la acción, fomentar la empresa social y el discurso de los excluidos y, en el corto plazo, difundir pautas de cultura ciudadana que intenten controlar otras variables externas como el porte ilegal de armas y el consumo de licor. 83 Con respecto al año anterior, hubo un aumento considerable en el número de personas lesionadas por algún miembro de la familia fuera del núcleo (51%), seguido del incremento registrado en los casos de agresiones entre hermanos (16%) y de las personas lesionadas por un hijo (15%). Por la diversidad de factores involucrados en este tipo de manifestaciones violentas, a continuación se tratarán algunas causas principales observadas con mayor frecuencia, discriminadas por tipo de relación familiar, puesto que las causas son diferentes para cada uno de estos eventos. Maltrato de hijos a padres Los adultos agredidos por sus hijos generalmente lo fueron por problemas económicos de estos últimos, al reclamar su herencia, al igual que por diferencias ideológicas de su compañera (o) o cónyuge con los padres y, en ocasiones, por problemas que involucran drogadicción y alcohol de los hijos. En esta manifestación de violencia intrafamiliar se ataca por igual a padres y madres, pues finalmente lo que prima es la obtención de dinero y bienes económicos. Esta situación plantea que las relaciones entre padres e hijos se descomponen y se transforman en intereses de diferente índole en los que no se incluyen los afectuosos. Las relaciones familiares entre padres e hijos se van transformando al transcurrir el tiempo, quizás por esta causa los adultos mayores son los mas afectados. (Cuadro 6) Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Maltrato entre hermanos 84 Las relaciones entre hermanos se presentan por diferentes conflictos, y en ellas se encuentran impresos sentimientos de desigualdad en cuanto al afecto de sus padres. Esta es una de las razones por las cuales las relaciones entre hermanos se convierten en violentas, pero también priman las humillaciones y la intolerancia frente a las diferencias en los estilos de vida entre ellos. Estos problemas se hacen más complejos por dificultades económicas o por la herencia de los padres. Estos conflictos se hacen más evidentes entre jóvenes de 25 a 44 años, y con predominancia hacia las mujeres (66%), lo que significa que por cada hombre agredido dos mujeres resultaron lesionadas por algún hermano/hermana. (Cuadro 7) Agresiones entre familiares fuera del núcleo Los problemas entre otros miembros de la familia se ven favorecidos por la convivencia, es decir, que en un mismo espacio físico se encuentran conviviendo padres, hijos, y otros miembros del grupo familiar. Los problemas familiares en este tipo de relaciones se presentan con mayor frecuencia por el espacio físico que tienen que compartir, los hijos, bienes, etc. Las manifestaciones violentas entre los miembros fuera del núcleo19 presentaron la magnitud más alta de los conflictos familiares conocidos (62%), y la proporción más alta (51%). La mayoría de las víctimas pertenecían al género femenino (60%), lo que equivale a decir que por cada hombre agredido se valoró a dos mujeres, aproximadamente (razón hombre: mujer de 1:1,5). En estos casos predominaron las agresiones entre jóvenes de 18 a 24 años. (Cuadro 8) Homicidio-suicidio en Bogotá durante el año 2000: un hecho real, un evento desconocido Jorge González Psicólogo-Epidemiólogo CRNV, INML y CF Iván Jiménez Psiquiatra Forense, INML y CF Andrea Rodríguez A. Estudiante de Psicología Universidad El Bosque INTRODUCCIÓN Distribución según edad y género De la totalidad de casos reportados como violencia entre otros familiares (14.475), en 61% la agresión fue dirigida a mujeres. Lo anterior equivale a decir que por cada hombre lesionado por otro familiar fueron agredidas virtualmente 2 mujeres por la misma causa (razón hombre : mujer de 1:1,5). Es importante considerar que durante los años anteriores la razón hombre: mujer guardado la misma proporción.. La tasa nacional para el género femenino aumentó 28% y la del masculino 40%, respecto del año anterior. Esto muestra el mismo patrón que hace referencia a un aumento en el número de casos del género masculino muy superior al del femenino, probablemente debido a la incursión de la mujer en el mundo laboral, político y educativo, y a que Aunque el binomio homicidiosuicidio no es un fenómeno nuevo en el ámbito mundial y está poco documentado en la literatura, aparentemente es cada vez más frecuente en nuestro país. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Regional Bogotá, preocupado por el hallazgo de casos de esta índole en la capital y por las graves implicaciones sociales, económicas y psicológicas para la familia y la sociedad, viene realizando un análisis exploratorio, el cual permitirá caracterizar y comprender este fenómeno con el fin de aportar conocimiento a la práctica forense y brindar información a las autori1 dades de justicia y salud . 19 Los familiares fuera del núcleo son aquellos que no pertenecen a la conformación familiar nuclear de padres e hijos, es decir, tíos, primos, sobrinos, nietos, abuelos, cuñados, etc. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 9. Violencia entre otros familiares según grupos de edad y género. Colombia, 2000 FRANCIS PICABIA. COSTUME DESIGN FOR RELÂCHE, 1924. 85 reconoce sus derechos que empoderan su papel dentro de la sociedad; de igual forma, podría explicarse por la intolerancia hacia algunos patrones de conducta adoptados por los hombres con cierta frecuencia, como el embriagarse o llegar tarde. Tanto para hombres como para mujeres la mayor proporción la presentó el grupo de 25 a 34 años (28% y 31% respectivamente), aunque la tasa para ambos está en grupos distintos. (Cuadro 9) MALTRATO A MENORES DE EDAD Introducción Los diversos estudios y análisis teóricos sobre el origen del comportamiento antisocial señalan la importancia de considerar los factores de influencia en el desarrollo temprano del individuo. En este contexto, el fenómeno de la agresión y violencia hacia la población infantil, en lo que se conoce como maltrato, constituye un factor central en el proceso de determinación de las causas que predisponen a la agresión desde las primeras etapas del desarrollo. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Sólo hasta 1960 la sociedad empieza a reconocer el maltrato infantil como una forma de violencia intrafamiliar, que se extiende a otros contextos incluyendo el escolar y el social. Al revisar la historia de la psicología infantil se encuentran diferentes formas de manejo y prácticas disciplinarias de tipo coercitivo, impuestas por una sociedad que no tenía otros recursos para “guiar” a los niños y exigir comportamientos de adulto, ya que era concebido como un adulto en miniatura20. Uno de los aspectos que frecuentemente se encuentran ligados a los procesos de socialización infantil es el castigo. Este concepto está mediado por las variaciones idiosincráticas culturales de los comportamientos considerados como aceptables por cada cultura y la concepción del daño social que debe recibir el ofensor. Así, pues, el castigo puede ubicarse como parte de un suceso que aparece como respuesta a la comisión de una ofensa o de algo que se considera como una alteración 20 86 Castro de Restrepo. Maltrato infantil. Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Revista Suma Psicológica. Vol. 2, No. 2, sept. 1995. Otro aspecto que tiene un profundo efecto sobre los niños se relaciona con el ambiente en el que crecen en su hogar. Si en este se presentan manifestaciones continuas de violencia, por diversos motivos, los menores de edad sufren un abuso permanentemente, bien por presenciarla o porque son víctimas directas de esta. En Estados Unidos, según estadísticas, se estima que de 3,03 a 10 millones de niños son testigos de abuso doméstico cada año. En diversos estudios en el país y fuera de este se mencionan los efectos de presenciar el abuso o ser víctima de este. Estos efectos se pueden describir en los siguientes aspectos22: • • • • • • 21 22 Problemas de conducta: Los niños pueden tener problemas resolviendo tareas, dificultades de concentración, de pasividad o de agresividad. También pueden demostrar comportamientos dependientes o hiperactividad; algunos desarrollan una especie de insuficiencia respecto a los límites y la disciplina, e inhabilidad para comunicarse. También pueden llegar a perder autoestima y aprecio hacia la gente que los rodea. Desarrollo tardío: Muchos de estos niños tienen dificultades de crecimiento físico. Estrés relacionado con dolencias físicas: Muchos de los niños testigos de violencia o de abuso reflejan su sufrimiento quejándose de dolores de cabeza, dolor abdominal, neurosis, insomnio y estrés postraumático. Aislamiento: Los niños pueden tener miedo de llevar amigos o familiares a su casa, de jugar con ellos, o de compartir. Sentimiento de responsabilidad respecto a la agresión: Cuando el niño se siente responsable, tiende a complacer al agresor y a confortar a la víctima; cuando esto pasa, los niños asumen un rol de cuidadores, es decir, toman parte de la agresividad. Bajo rendimiento académico: No es de sorprenderse que los niños que han sido abusados no puedan tener gran rendimiento en el colegio. Los niños sufren desde estrés hasta desórdenes físicos, desarrollando retardo respecto a la habilidad para concentrarse o para retener información, lo que puede dar como resultado un bajo rendimiento en el colegio. Tabares, Ximena. El castigo a través de los ojos de los niños . Las violencias: su inclusión creciente. Centro de estudios sociales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 1999. Documentación médica estandarizada para lesiones en violencia doméstica. Curso desarrollado por “Médicos por una sociedad libre de violencia”, Hospital General de San Francisco. Building I, Room 300, San Francisco, California 94110 Edición 1.0. Septiembre 1998. El término “homicidio” se deriva de las palabras latinas homo (hombre) y caedere (matar), las que etimológicamente significan “muerte de un hombre”. Muchos países al estudiar la muerte violenta distinguen entre homicidio 2 culposo y homicidio doloso , este último caracterizado por ser una muerte premeditada o en el que media el elemento de culpabilidad. Entre las diferentes teorías expli3 cativas del suicidio expuestas por Durkheim, llama la atención el subtipo cuatro, suicidio fatalista, aquel que ocurre en presencia de estados de desesperación llevando al sujeto a descargar la ira contra sí mismo o contra otras personas. Este subtipo podría ayudarnos a comprender el evento que queremos caracterizar: el homicidio-suicidio. Un caso de homicidio-suicidio es aquel en el cual una persona se suicida hasta una semana después 4 de haber cometido un asesinato . Generalmente los agresores son hombres y las víctimas sus compañeras sexuales o los familiares. El principal mecanismo utilizado en estos casos es el arma de fuego. El hecho se realiza en dos eta5 pas : 1. homicidio(s) y 2. suicidio del sujeto agresor. Durante el año 2000 la Regional Bogotá del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses realizó 4.459 necropsias, cuyas maneras de muerte se distribuyeron así: 2.428 (54%) 6 por homicidio, 363 (8%) por suicidios, 1.014 (23%) por muerte en accidente de tránsito, 468 (10,5%) por muerte accidental y 186 (4%) por muerte donde no se 7 estableció la manera . Entre enero y diciembre del año 2000 se identificaron 11 casos de homicidio-suicidio, en los cuales fallecieron 26 personas (15 homicidios y 11 suicidios); en todos los casos fueron hombres quienes Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF del orden colectivo preestablecido. Visto así, el castigo simboliza la reprobación moral de un grupo social. Dentro de la ejecución de este se encuentran diferentes elementos que establecen distinciones en la variación e intensidad de la sanción21, y dependiendo de esto algunos pueden llegar a considerarse maltratantes. 87 En este aparte se presentan únicamente los casos de maltrato físico, que en la mayoría de las veces son perpetrados por los padres o por una persona cercana al menor de edad. Aunque en la actualidad se han reconocido otras formas de maltrato hacia los menores de edad, diferentes a las físicas y psicológicas en espacios familiares y escolares 23, vale la pena preguntarse si en nuestra interacción con los menores de edad generamos modelos inapropiados, con conductas que no reconocen sus condiciones humanas, anatómicas, fisiológicas y de desarrollo mental (en la calle, en el transporte urbano, entre otros espacios) que podrían ser consideradas agresivas o maltratantes por ellos. Lesiones no fatales por maltrato a menores de edad En el año 2000 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses valoró a 10.900 menores de edad que fueron maltratados. Respecto al año anterior se presentó un aumento de 10%, contrario a lo observado en 1999, cuando hubo una disminución de 2%. Teniendo en cuenta la persona que agredió al menor de edad, la distribución de casos presentó una mayor proporción de lesionados por el padre (41%), seguida de la madre (26%), por una persona o familiar a cargo de su cuidado (20%), y por el padrastro o la madrastra (13%). Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Destaca el aumento en el número casos por tipo de agresor, ya que se observa que en todos hubo aumento: los lesionados por el padre registraron un aumento de 9%, por la madre 11%, por el padrastro o la madrastra 12%, y por una persona encargada 10%. Según las cifras por tipo de agresor, no se observaron diferencias en el género de los menores afectados, es decir, ningún tipo de agresor se inclinó por un género en especial, pues por cada niño lesionado también se maltrató a una niña, independientemente del tipo de agresor. Cuadro 10. Maltrato a menores de edad, según género y agresor. Colombia, 2000 23 88 Como el exceso de trabajo, o empleo de los niños y niñas en pornografía y prostitución. Distribución según edad y género Figura 1. Distribución según mes de homicidios-suicidios. 30 La gran mayoría de los menores maltratados presentaban edades entre 5 y 14 años (57%), grupo que históricamente ha mostrado la proporción más alta de casos (56% en 1999, 56% en 1998, 66% en 1997 y 58% en 1996). Este grupo de edad también presentó la tasa más alta. Cuadro 11. Maltrato a menores de edad, según edad y género. Colombia, 2000 20 15 10 5 0 Ene. Feb. May. Jun. Jul. Ago. Dic. Mes cometieron homicidio y luego se suicidaron. En el momento de la muerte, 37%, eran separados, 27% casados, 18% solteros y 18% vivían en unión libre. Todos usaron arma de fuego, tanto para cometer el homicidio como para el suicidio; 62% de las muertes ocurriendo en el lugar de residencia, 11% en otra residencia, 11% en el lugar de trabajo, 11% en la vía pública y 4% en automóviles. Figura 2. Lugar del hecho de los homicidios-suicidios Automovil Vía pública Otra resid. Trabajo Residencia 0 10 20 30 40 50 60 En 64% de los casos se presentaban conflictos de pareja (entre los cuales 14% de los agresores tenían trastornos mentales), 18% tenían conflictos interpersonales y 9% problemas económicos. En promedio, las personas que cometieron el homicidio-suicidio (11) tenía 38 años de edad (1956 años). La edad promedio de las víctimas de homicidio (15) era 25 años, con un rango que oscila entre 7 y 40 años. 70 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Con relación a 1999, el aumento en el grupo de hombres fue mayor al de mujeres: hubo incrementos de 12% en el grupo de hombres y 8% en el de mujeres. Este comportamiento ha venido observándose en los últimos años, probablemente debido a la sensibilización, al conocimiento de los derechos de los niños y niñas y al avance de las políticas públicas. 25 Porcentaje Del total de casos atendidos por maltrato a menores de edad en el 2000, la mayor proporción correspondió a niñas (54%). A pesar que el género femenino ha presentado la mayor proporción de menores de edad maltratados, la relación entre ambos géneros es 1:1, es decir, por cada niño lesionado se lesiona a una niña por la misma causa. 89 LESIONES FATALES La violencia intrafamiliar tiene serias repercusiones, que influyen en las relaciones sociales entre los individuos, llevando por diversos mecanismos a la reproducción de la misma. La gama de efectos psicológicos, las discapacidades y secuelas que ocasiona son preocupantes, pero sin duda, la más severa forma de violencia intrafamiliar es la que lleva a la muerte (homicidio), que en muchos casos esta asociado a delitos sexuales. No es fácil predecir los efectos posteriores, pero se ha observado que la violencia intrafamiliar, tanto en niños (as) como en la pareja u otros familiares, deteriora paulatinamente las relaciones; se agrede cada vez con más violencia y con métodos o elementos más lesivos. Esto produce un aparente efecto de sumisión u “obediencia” de quien recibe el castigo, efecto que en épocas posteriores puede convertir a la ahora víctima del maltrato en maltratador o incluso en homicida 24. Durante el año 2000 fallecieron a consecuencia de golpes y ataques con diferentes elementos y armas 145 personas, de las cuales la mayor proporción fue por violencia de pareja o conyugal (57%), seguida de maltrato a menores de edad (21%), y en menor proporción por violencia entre otros miembros del grupo familiar (19%). Durante el año 2000 fallecieron a consecuencia de golpes y diferentes elementos y armas 145 personas, de las cuales, la mayor proporción correspondió a violencia de pareja o conyugal (57%), seguido por maltrato a menores de edad (21%) y, en menor proporción, por violencia entre otros miembros del grupo familiar (19%). Llama la atención que de los casos de menores de edad, los de 5 años fueron los más vulnerables (61%), y aquellas personas fallecidas por violencia de pareja y entre otros miembros de la familia en su mayoría fueron jóvenes entre los 18 y 34 años. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 12. Personas fallecidas por violencia intrafamiliar. Colombia, 2000 24 90 Ressler R, Burguess. Sexual Homicide , Patterns and motives. Cap 3. Preocupación con el asesinato: Respuestas con patrón; El papel de la fantasía, pp. 34 y 35. Ed Free Press Copyright 1992. En los casos de menores de edad fallecidos por maltrato, la mayoría presentó aspecto descuidado y signos de desnutrición, caracterizada por bajo peso y talla, lo que indica la negligencia y el descuido que sufrieron durante su corta existencia. Del total de las víctimas de homicidio, 60% era la compañera sentimental, y de ellas 34% eran la esposa, 33% la ex esposa, 11% la compañera en unión libre, 11% la pareja sexual y 11% la novia. 20% eran los hijos de la pareja, 13% un compañero de trabajo y el 7% restante otra persona. En algunos casos, los anteriores cambios han estado asociados al abandono de los padres, intencional o no. En ocasiones han sido dejados por largos periodos de tiempo al cuidado de otras personas que no son aptas para el cuidado de menores de edad, como ancianos, otros menores de edad, adultos en estado de embriaguez, entre otras. Lo anterior se ha observado con más frecuencia en familias uniparentales (madres/padres solteras/os) debido a la necesidad de trabajar para sostener el hogar. Aunque el presente informe contiene sólo un avance del estudio que está desarrollando el CRNV, se considera importante su divulgación para alertar a las autoridades sobre un hecho real, que es parte de nuestra realidad pero del cual poco conocemos y que, por lo tanto, tendremos que caracterizar con el fin de intervenir, pues afecta a una parte de nuestra población. Las muertes por lesiones en la cabeza fue la causa más común en los niños. Los golpes en la cabeza producen hemorragias extensas, fracturas craneanas y hematomas subdurales. Esto supone el uso de una fuerza mecánica moderada o severa, e indica que el niño/a estuvo sometido a severas lesiones: arrojado con violencia, empujado por las escaleras, sostenido de los tobillos de manera que la cabeza se golpeó contra una pared u otro objeto sólido, golpeado repetidamente en la cabeza con el puño u otro objeto o se le dejó caer al suelo. También se han observado con frecuencia en los menores de edad fallecidos las lesiones abdominales. En esta zona se puede infligir daño severo en los órganos abdominales sin mayor lesión en la piel del abdomen. Una indicación de esta condición es un abdomen bastante hinchado. El desangramiento por laceraciones severas en el hígado, bazo o meso del intestino delgado y la peritonitis por un páncreas lacerado o ruptura del duodeno son las más comunes heridas a nivel abdominal. Es común encontrar fracturas óseas en los menores de edad fallecidos a consecuencia de golpes. Las fracturas múltiples y en diferentes etapas de cicatrización indican episodios múltiples y diversos de maltrato. Las fracturas de las extremidades pueden ser ocasionadas cuando se golpea al niño, o cuando se le halan, sacuden o tuercen las extremidades. Las fracturas de huesos largos (fémur, húmero) son las más comunes, y son también frecuentes múltiples fracturas en las costillas, por lo general posteriores, adyacentes a la unión de la vértebra, típicas en el síndrome de niños golpeados que se diferencian de otros traumas por caída desde alturas o accidente automovilístico. FRANCIS PICABIA. MARDI GRAS, 1925. Notas 1 2 3 4 5 6 7 Archila C, Díaz J, Lemus J, et. al, 2000. República de Colombia. Ministerio de Justicia. Código Penal. Bobes J, González JC y Sáiz PA. Prevención de las conductas suicidas y parasuicidas. Barcelona: Masson S.A, 1997. Marzuk PM. Tardiff K, Hirsch C. The epidemiology of murder-suicide. Jama 1992. Uribe, G. Contagio en el suicidio: Medicina Legal, toxicología y psiquiatría forense. Temis. 11ª. Edición. De este total, 337 necropsias corresponden a casos ocurridos en Bogotá D.C. Base datos de necropsias por muerte violenta CRNV, Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Otro mecanismo de lesión que puede generar un hematoma subdural y hemorragia intraocular sin que se observe lesión externa en la cabeza o cuero cabelludo es el llamado síndrome del niño sacudido, que resulta de fuertes y repetidas sacudidas o zarandeos dados a un infante agarrado por los brazos o por el tórax. 91 Especialmente en los menores de 4 años es común encontrar que los perpetradores del hecho pretenden ocultar lo sucedido mencionando caídas accidentales, desobediencia extrema, o que los menores realizan actos a propósito con el fin de hacer enojar al adulto, refieren que los castigos obedecieron a hechos como mojarse en la cama o vomitar25. En la literatura se diferencian dos tipos de muerte a menores de edad: 1. Neonaticidio: muerte producida a un niño con algunas horas de nacido. 2. Filicidio: muerte a un niño con más de un día de nacido. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF El neonaticidio se encuentra asociado con inmadurez, ignorancia, ingenuidad y madres muy jóvenes, quienes con frecuencia niegan u ocultan el embarazo y escogen estar apartadas y solas cuando nace el bebé. El filicidio presenta una clasificación según la motivación del homicidio, además de las razones que impulsan la agresión. Según Scott (1973) se distinguen cinco categorías de filicidio, que son utilizadas hoy día26 : 1. Padres que eliminan un niño indeseado: en esta se incluyen padres que asesinan a su hijo por negligencia y aquellos que lo matan producto de un acto agresivo. Frecuentemente no se encuentran desórdenes mentales pero se encuentra evidencia de personalidad anormal, de carácter neurótico, e historia de violencia familiar. 2. Muertes por compasión. Esta categoría incluye las muertes altruistas y ocurren por la creencia de que la muerte es la única solución para prevenir el sufrimiento del niño producto de alguna enfermedad física, discapacidad mental o física. En algunas ocasiones los padres presentan depresión con antecedentes de suicidio. 3. Agresión atribuida a patología mental. En este grupo se describe a que los padres que sufren de enfermedades psicóticas, incluyendo aquellos que tienen antecedentes de esquizofrenia, paranoia o depresión psicótica, antes o después del nacimiento del niño. 4. Estímulos externos (ira, pérdida de estatus o pérdida de objetos queridos). En este grupo se incluyen los padres que sufren reacciones depresivas producto de cambios en sus relaciones, estatus, o creencias de que su habilidad como madre o padre se ve menoscabada por otros. Las madres para quienes su apariencia personal tiene un alto valor sienten que tienen sobrepeso y son menos atractivas, muestran por tal razón ambivalencia con respecto a su embarazo. También se describe que uno de cada nueve de este tipo de padres presentan desórdenes en la personalidad, caracterizada por comportamiento impulsivo y agresivo con intentos previos de suicidio. 25 26 92 Departamento de justicia de los Estados Unidos. Programa Internacional para el Adiestramiento en la Administración Criminal (ICITAP). Crímenes Violentos. Versión en español por Miranda Associates, marzo de 1991, pp. 219-220. Principles and practice of forensic psychiatry. Editado por Robert Bluglass and Paul Bowden. Foreword by Niger Walker. London: Churchill Livingstone, Primera publicación 1990, p. 525. 5. Estímulos que provienen de la víctima. En estos casos las madres son jóvenes, con frecuencia inmaduras, o no se encuentran preparadas para asumir este rol. Los esposos por lo general no tienen soporte social, son inestables y presentan antecedentes criminales. Frecuentemente están ausentes. La muerte del menor ocurre como resultado de la frustración, limitada tolerancia, ausencia de lazos familiares e ira. La madre no es capaz de suplir las demandas del menor, quien es luego lesionado y en últimas fallece. Por otra parte, en aquellas muertes de personas adultas en relaciones de pareja (uxoricidio), se involucran factores como celos, retaliaciones o reacción de extrema violencia en defensa propia. Esta última a consecuencia de maltrato recibido por largo tiempo. Como factores están presentes en ocasiones el alcohol, el temor al abandono, en especial en relaciones de excesiva dependencia afectiva o económica, y un comportamiento sadomasoquista. Según la literatura estadounidense, estos casos son más comunes en relaciones de pareja de unión libre que en las relaciones establecidas con vínculos oficiales (matrimonios por lo civil o religioso). También se menciona la existencia de diversas formas de violencia previas27. De las personas fallecidas por estos actos conocidas por el Instituto, muchas presentaban antecedentes hospitalarios y de historial médico en las que se encontraban lesiones y otras manifestaciones físicas como motivos de consulta; entre estas manifestaciones fue común encontrar cefaleas, depresiones y dolores en diferentes partes del cuerpo. Dichas manifestaciones de enfermedad probablemente han sido originadas por las agresiones de las que venían siendo víctimas al interior de sus familias y que se somatizan en otro tipo de dolencias distintas a los golpes. Es importante entender que este tipo de violencia (en relaciones de pareja) no se detiene espontáneamente, lo que se observa es que se incrementa con el paso del tiempo. 27 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Este prototipo de violencia cuando es continua y progresiva en una escala ascendente es llamado Síndrome de Maltrato (Battering Syndrome), por lo que los sistemas de atención, prevención y detección deben siempre considerar que una persona afectada tiene una alta posibilidad de sufrir lesiones más severas e incluso de morir. Bluglass, Robert; Bowden, Paul. Principles and practice of forensic psychiatry . London: Churchill Livingstone, 1990, p. 538. 93 Por el alto el riesgo de continuar siendo lesionado(a) en una escala más alta e incluso muera por el maltrato, es importante mejorar el abordaje del problema para una identificación y prevención de sus consecuencias por parte del personal de salud, tanto médico como de enfermería, odontólogos y otros especialistas como trabajadores sociales, educadores, madres sustitutas, y autoridades. Es necesario incrementar la conciencia del alto riesgo que implica el maltrato intrafamiliar, mejorar la formación de quienes pueden detectarlo y emprender la aplicación de medidas adecuadas. Esta afirmación nace del conocimiento de algunos casos, en los que a pesar de haber tenido acceso a niveles complejos de atención por parte de los servicios de salud debido al maltrato del que fueron víctimas, y estar institucionalizados antes de fallecer no fue detectado el peligro de muerte en el que se encontraban. Esto indica que se requiere desarrollar “predictores” de peligro y mecanismos efectivos de seguimiento del caso con el fin de ofrecer tratamiento a largo plazo, tanto para la víctima en concreto como para el conjunto familiar. Conclusiones Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF El rechazo de actitudes violentas en la sociedad se manifiesta de varias maneras, una de ellas es la denuncia. Podría afirmarse que la resistencia a las diferentes manifestaciones violentas de las relaciones familiares, que históricamente han estado presentes, es cada vez mayor. Uno de los indicadores para sostener esta afirmación corresponde al aumento del número de personas lesionadas que han sido valoradas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, como parte del proceso judicial posterior a la denuncia. Este aumento correspondió a 33% con respecto a los presentados en 1996, es decir, se han registrado 17.131 casos más. 94 Con lo anterior podría afirmarse que el aumento en la denuncia obedece, en parte, al rompimiento de los patrones que han prevalecido en las relaciones de pareja y familiares entre hombres, mujeres y menores de edad. Esto indica que el aumento no corresponde a un incremento de la violencia en la familia, por el contrario, lo que muestra es que esta empieza a verse como tal, a la luz de un cambio de patrones culturales que rechaza los malos tratos. Los casos de violencia intrafamiliar conocidos por el Instituto han tenido un comportamiento similar en los últimos años en el país. Estos se han caracterizado por un mayor porcentaje de violencia conyugal o de pareja (63%), seguido por violencia entre otros familiares (21%), y, en menor proporción, los casos de maltrato a menores de edad (16%). De las diferentes manifestaciones violentas en las familias, las mujeres adolescentes y adultas son grupos poblacionales que con mayor frecuencia son agredidos. Sin embargo, el notorio aumento en el registro de hombres afectados, especialmente jóvenes y en relaciones de pareja, puede considerarse otro indicador social de cambio en las relaciones familiares y sociales. Uno de los grupos poblacionales más afectados por su estado de dependencia e indefensión es el constituido por los menores de edad. Aunque el grupo de 5 a 14 años es el que concentra una proporción mayor en el número de casos observados, es importante tener en cuenta que el grupo de menores de 4 años es uno que presenta alto riesgo, debido a que a esta edad los niños son mucho más vulnerables y mantienen un número de relaciones interpersonales muy limitado, es decir, se interrelacionan con pocas personas, disminuyendo la posibilidad de que sea detectado algún tipo de maltrato en ellos. Recomendaciones Las diferentes manifestaciones de violencia en la familia requieren intervenciones adecuadas en atención, prevención y sanción por parte de la justicia, que se enmarquen en un amplio conocimiento de la problemática, y que a su vez permitan trazar lineamientos en políticas públicas en salud, educación, prevención, atención, además de otras, acordes con la realidad del problema en el país. La focalización de la problemática por parte de las instancias exige una coordinación dinámica de planes y proyectos acorde con la situación de las familias colombianas. La planeación debería realizarse con la participación de todas las instituciones que atienden la problemática, involucrando en esta a las Organizaciones No Gubernamentales, para definir acciones en común a corto, mediano y largo plazo, con el fin de lograr canalizar mejor los recursos y tener un cubrimiento mayor de la población a través de las siguientes acciones: • Reforzar los programas y proyectos que sean comunes o similares en aquellas instituciones gubernamentales y no gubernamentales Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Un gran avance fue la inclusión en la Constitución Nacional de 1991 de la promoción y defensa de los derechos humanos de mujeres y hombres en las relaciones familiares (artículo 42), pues los grandes esfuerzos y recursos económicos que se han invertido para hace una aproximación a la problemática y darle solución con políticas derivadas del cumplimiento constitucional han logrado aumentar la denuncia y caracterizarla. 95 • • • • que atienden, previenen y protegen a las víctimas y agresores de la violencia intrafamiliar. Coordinar los flujos de atención en forma armónica entre las instituciones, con una comunicación continua que permita una remisión oportuna y adecuada a los diferentes servicios de protección, atención, manejo terapéutico familiar e individual y de conciliación, además de otros. Reorientar las estrategias de promoción de servicio y de los programas institucionales con base en las necesidades de la población. Hacer una mejor ubicación estratégica de los centros de atención y denuncia, acorde con las necesidades de la población. Realizar evaluaciones periódicas de los productos y servicios prestados, de la formación otorgada o exigida a las personas que atienden, de la capacidad institucional para la atención con respecto a la población objeto, y de la efectividad de los programas y el impacto de estos en la población, entre otras. Otro punto tiene que ver con la efectividad en las acciones y recursos jurídicos disponibles para atender la problemática. Debido a la actual exigencia que se hace a quienes atienden e intervienen en los casos de violencia intrafamiliar, se requiere una formación en el uso adecuado de planteamientos éticos que permitan solucionar la problemática con herramientas sociales de convivencia pacífica. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Lo anterior requeriría una adecuación y difusión más eficaz de las guías, modelos y políticas existentes, que incluya a los gobernadores, alcaldes, universidades y a quienes dirigen las diferentes instituciones, para hacer efectivas estas propuestas y evaluar sus procesos y resultados, comprometiendo desde lo local la participación que permita reflexionar y analizar la violencia intrafamiliar como una práctica social sustentada en imaginarios, valores, derechos y creencias culturales y enriqueciendo la formación de funcionarios y funcionarias que trabajan en la atención legal y psicosocial de esta. 96 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 13. Tasa de violencia intrafamiliar por punto de atención. Colombia, 2000 97