EL PAÍS - Universidad Complutense de Madrid

Anuncio
ERG, CONTRA EL OLVIDO. Benjamin
251457 de Núremberg,
tadounidenseO.J.D.:
en los juicios
E.G.M.:
1770000escondites para
EL PAÍS: “No puede haber
Tarifa: 89680 €
a humanidad”. / álvaro garcía Página 11
Área:
2148 cm2 - 190%
edraz ve
ucional la ley
ia universal
acion aunuar
cidio
uatetivos
eforiverbierrchi-
var las causas abiertas en los
tribunales por este motivo,
vulnera tres artículos de la
Constitución. Hasta ayer, ningún magistrado se había expresado tan claramente contra una norma que dinamita
la capacidad de la justicia española para ejercer la jurisdicción universal.
Página 10
didato Miguel Arias Cañete, según dijo Hannes Swoboda, presidente de los socialistas en la
Eurocámara.
Página 16
Retrato
de la Tierra
en el año 2050
ALICIA RIVERA, Madrid
El Ártico será una masa de agua
navegable en verano. La Amazonia estará en gran parte deforestada. La temperatura habrá subido dos grados. El nivel del mar
se habrá elevado en casi todo el
mundo. Y especies como el oso
polar o la foca estarán extinguidas o a punto de desaparecer.
Así será la Tierra a mediados de
siglo, según prevé un gran número de expertos. Páginas 34 y 35
Fecha: 21/05/2014
Sección: PORTADA
Páginas: 1,34-35
34
O.J.D.:
E.G.M.:
Tarifa:
Área:
251457
1770000
89680 €
2148 cm2 - 190%
Fecha: 21/05/2014
EL PAÍS, miércoles 21 de mayo de 2014
Sección:
PORTADA
Páginas: 1,34-35
sociedad
Futuro
Un planeta muy cambiado en 2050
De los trópicos a los polos, el calentamiento global transformará la Tierra de forma
incontestable en pocas décadas P Los impactos serán económicos y humanos
ALICIA RIVERA
Madrid
La geotransformación ha comenzado. La Tierra está inmersa en
un cambio insólito, por lo acelerado que, de una manera o de otra,
con efectos diferentes aquí o allá,
llega a todos los lugares. “A mediados de siglo las evidencias del
cambio climático, en aspectos
que ahora pueden no ser visibles,
serán incontestables”, dice Manuel de Castro, catedrático de Física de la Tierra de la Universidad
de Castilla-La Mancha.
Muchos países no tendrán capacidad económica para poner
en marcha medidas de adaptación que eviten los impactos más
adversos. Los desarrollados seguramente sí, pero con coste alto.
En España, por ejemplo, solo la
subida del nivel del mar hacia
2050, en algunas provincias, puede suponer un coste equivalente
a entre el 0,5% y el 3% de su PIB,
que llegaría al 10% a finales de
siglo, según un reciente estudio
liderado por Íñigo Losada, director de Investigación del Instituto
de Hidráulica Ambiental de Can-
tabria. Las temperaturas seguirán aumentando y, hacia 2050, la
media global será entre uno y dos
grados más alta que ahora, dependiendo de cuántos gases de efecto
invernadero se emitan.
“Y eso es mucho: hay que tener en cuenta que se ha fijado el
límite de dos grados de aumento,
aproximadamente, desde la época preindustrial, como máximo a
no superar para evitar las peores
consecuencias, y a mediados de
siglo estaremos muy cerca o ya
en esos dos grados”, continúa De
Castro. Hay que tener en cuenta,
recuerda, que desde la época
preindustrial, hacia 1780, la temperatura media del planeta ha subido ya 0,8 grados y —no se cansan de repetir los científicos— no
es que la Tierra no haya sufrido
cambios climáticos en el pasado;
al contrario, han sido abundantes, pero no hay registro de ninguno tan rápido como el actual. La
gran novedad, además, es que en
esta ocasión se debe a la actividad humana. “Es Física: se refuerza el efecto invernadero por las
emisiones, sobre todo de los combustibles fósiles, y el planeta se
Antártida, el difícil
continente aislado
A. R., Madrid
Resulta problemático para los expertos anticipar el futuro climático de la Antártida. Es un continente helado y tiene poca “comunicación atmosférica” con las latitudes más bajas, señala Manuel de
Castro. En el hemisferio sur, casi
toda la superficie del planeta es
océano, con muy poca orografía,
y la circulación atmosférica es
muy cerrada en torno a ese aislado territorio meridional, con escaso intercambio de masas de aire.
“Los modelos de proyección climática en el océano, sobre todo
en esa zona, tienen limitaciones”,
añade este experto.
Si a eso se añaden las temperaturas antárticas extremadamente
bajas, el problema del calentamiento global se complica a la hora de vislumbrar qué sucederá.
Pero los científicos han empezado a identificar mecanismos propios del cambio climático en el
continente blanco inducidos, sobre todo, por el aumento de la
temperatura del océano circundante. La semana pasada, dos
equipos de investigación anunciaban que la pérdida de los glaciares de la zona occidental del continente ya ha comenzado y es irreversible. “Este sector será uno de
los contribuyentes principales a
la subida del nivel del mar en las
Plataforma helada en el mar de Weddell (Antártida). / r.timmermann (awi)
décadas y siglos venideros”, señala el glaciólogo Eric Rignot. La fusión de todo el hielo acumulado
allí provocaría una elevación del
mar de 1,2 metros. Son, sobre todo, las aguas oceánicas más tem-
pladas las que adelgazan y socavan la porción costera de los glaciares acelerando su flujo. El proceso seguirá a un ritmo moderado y, a partir de 200 a 500 años, se
acelerará. De momento, el satéli-
calienta”, afirma taxativamente
De Castro.
La convulsión del clima tiene
múltiples manifestaciones, efectos y retroalimentaciones. “A mediados de siglo, el Ártico será un
océano libre de hielo en verano,
con importantes rutas de navegación y transporte marino, así como grandes puertos e infraestructuras asociadas”, describe Carlos
Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB). Y más sobre el
Ártico dentro de 50 años: “Muchas especies asociadas al hábitat
te europeo Cryosat ha medido pérdidas de hielo de 134.300 millones de toneladas, 3.000 millones
y 23.000 millones en Antártida
Occidental, Oriental y península
Antártida, respectivamente, entre
2010 y 2013. En dicha península
el calentamiento es ya uno de lo
más pronunciados del planeta.
“En el Ártico, el cambio climático es ya mucho más evidente e
inequívoco y, a mediados de siglo,
estará libre de hielo en verano, lo
que significa pérdida de más del
90% de la superficie helada”, recuerda De Castro. “La diferencia
entre ambas regiones polares reside en que en todo el Ártico, además de la temperatura del aire,
influye mucho la temperatura del
mar, mientras que en la Antártida, al ser un continente, esta última actúa en los hielos costeros”.
En cuanto al aire, el aislamiento
del continente dificulta las corrientes atmosféricas cálidas.
O.J.D.:
E.G.M.:
Tarifa:
Futuro
Área:
251457
1770000
89680 €
2148 cm2 - 190%
Fecha: 21/05/2014
35
Sección: PORTADA
Páginas: 1,34-35
sociedad
EL PAÍS, miércoles 21 de mayo de 2014
El calentamiento y los
cambios del uso del suelo
incrementarán el riesgo de
grandes incendios forestales
como el de la semana
pasada en California.
/ stuart palley (efe)
del hielo, como el oso polar, focas,
morsas y algas, se encontrarán en
un estado crítico de conservación
o se habrán extinguido, mientas
que muchas otras, como el bacalao, gambas, bosques de algas y
praderas submarinas se habrán
extendido creando nuevos ecosistemas con nuevas funciones y servicios a la sociedad”, añade este
oceanógrafo experto en los confines septentrionales de la Tierra.
Otra extensa parte de planeta
que habrá cambiado dentro de
unas décadas es la Amazonia, que
puede sufrir una deforestación
acelerada por el efecto combina-
do de las sequías prolongadas y
los incendios, como muestra un
trabajo publicado en Proceedings
(Academia Nacional de Ciencias,
EE UU) por Paulo Monteiro Brando (Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazonia) y sus colegas.
“Las interacciones entre el clima
y los cambios del uso de la Tierra
pueden desencadenar la extensa
degradación de las selvas amazónicas; los incendios de alta intensidad asociados a los fenómenos
meteorológicos extremos pueden
acelerar esta degradación incrementando abruptamente la mortalidad de los árboles”, explicaban hace un mes.
Los estudiosos del clima puntualizan que las proyecciones climáticas no consisten en predecir
el tiempo meteorológico que hará
dentro de 50 años, en una semana concreta en una localidad determinada. No se trata de una predicción del tiempo a larguísimo
plazo, sino de identificar los rasgos y de calcular los cambios del
clima de la Tierra y sus posibles
manifestaciones en la medida en
que se vayan acumulando más o
menos gases de efecto invernadero en la atmósfera. “La precipitación media global dentro de 50
años aumentaría entre un 5%, en
el escenario más favorable de menor concentración de gases de
efecto invernadero, y un 15% de
incremento en el escenario más
desfavorable”, resume De Castro.
“Pero su distribución será muy desigual entre regiones. Como regla
general, las zonas húmedas recibirán más precipitaciones y las áridas, tendrán menos lluvias, con
pocas excepciones”.
Tampoco el cambio en las temperaturas será uniforme, de manera que habrá entre un 20% y
70% menos días de frío extremo
respecto a los actuales, especialmente en latitudes altas, mientras que el número de días de calor realmente alto aumentará entre un 30% y un 250%, sobre todo
en latitudes medias. Y la duración
e intensidad de las sequías es probable que aumenten en regiones
como la cuenca del Mediterráneo, Europa Central, Centroamérica, noroeste de Brasil y Suráfrica, apunta el catedrático de Castilla la Mancha. En la península Ibérica “los inviernos será un poco
más suaves y, aunque seguirá habiendo días muy fríos, serán menos frecuentes; los veranos serán
Pronósticos para todo el planeta
Los expertos de la NASA
resumen las proyecciones
climáticas para las grandes
zonas del planeta.
E Europa.
Aumenta
notablemente el riesgo de
inundaciones catastróficas en
el interior. En las costas
también habrá inundaciones
más frecuentes y la erosión se
agudizará por las tormentas y
la subida del nivel del mar, se
reducirán los glaciares en las
áreas montañosas así como la
cubierta de nieve en las
latitudes altas. La pérdida de
especies animales y vegetales
será importante y se reducirá
la productividad de las
cosechas en el sur del
continente.
E América
Latina. En general
se registrará un reemplazo
gradual de la selva tropical por
la sabana en la Amazonia
oriental, con un alto riesgo de
pérdida de biodiversidad y
extinciones de especies en
muchas áreas tropicales, y
cambios significativos en la
disponibilidad de agua dulce
para el consumo humano, la
agricultura y la generación de
energía.
El coste en algunas
provincias de
España alcanzará
el 3% del PIB
Las zonas húmedas
recibirán más lluvia
y las secas serán
más áridas
mucho más tórridos y las precipitaciones serán menos abundantes entre abril y octubre”.
Millones de personas notarán
el cambio climático directamente
en las regiones costeras que el
mar, al subir, se habrá comido literalmente o erosionado mucho. Algunas islas, como varias del Pacífico, o las Maldivas, tendrán proble-
E América
del Norte. Habrá
una disminución de las nieves
en las regiones montañosas
occidentales, un incremento
de entre el 5% y el 20% de las
precipitaciones en algunas
regiones agrícolas (lo que
tendrá un efecto favorable)
y un incremento en la
intensidad y frecuencia
de las olas de calor en lugares
que ya las sufren.
E África.
Ya a finales de esta
década habrá entre 75 y 220
millones de personas
expuestas al incremento de la
escasez de agua dulce, pueden
reducirse las cosechas que
dependen de las
precipitaciones hasta un 50%
en algunas regiones y el
acceso a la alimentación
puede estar gravemente
comprometido.
E Asia.
Especialmente en el
sur, el centro, el este y el
sureste, se reducirá la
disponibilidad de agua dulce
hacia 2050; extensas áreas
costeras están en riego por el
incremento de las
inundaciones y en algunas
regiones se esperan más y más
intensas sequías.
mas serios de pérdida de habitabilidad por áreas sumergidas o por
la salinización de acuíferos. Los
deltas de los ríos se verán afectados, además de playas y costas en
todo el mundo, con impacto enorme, por ejemplo, en el turismo.
“En España, el aumento del nivel del mar afectará a toda la costa. Será notable en el delta del
Ebro o zonas bajas como la desembocadura del Guadalquivir o
Huelva; el impacto será destacable también en puertos e infraestructuras costeras, incluso con
pérdida de operatividad en muchos casos, y se perderá gran parte de las playas encajadas en las
costas del Cantábrico y de la Costa Brava”, explica Losada. Advierte de que las grandes y dañinas
tormentas que ha sufrido este invierno la costa norte española
pueden ser más habituales dentro de pocas décadas.
“La subida del nivel medio del
mar desde 1900 ha sido de unos
20 centímetros, y los valores proyectados para 2050 están entre
24 y 29 centímetros más”, resume
Losada. ¿Y ese crecimiento del
agua, de dónde saldrá? La mayor
parte, responde este experto, se
debe a la expansión térmica del
agua, la dilatación de un material
que se calienta, pero también de
la fusión de los glaciares y las masas de hielo en Groenlandia, Ártico y Antártida. “Por ejemplo, si se
fundiera la masa de hielo que cubre Groenlandia, lo que sería posible excediendo temperaturas globales por encima de dos o cuatro
grados respecto a la preindustrial, se estima una subida del nivel medio del mar global de hasta
siete metros”, explica Losada. Pero eso sería, en todo caso, mucho
más allá de finales del siglo XXI.
De momento, las tres evidencias
claras de cambio climático en el
océano son: subida del nivel, calentamiento del agua y acidificación de la misma, con gran impacto en prácticamente todas las especies marinas y muy especialmente en los corales.
Los trópicos se están ampliando hacia latitudes cada vez más
altas, y el proceso seguirá. No solo
la frontera con las latitudes medias, determinada por la circulación atmosférica específica de
la banda ecuatorial, se desplaza
hacia el Norte y el Sur arrastrando sus condiciones de vientos secos y desiertos. Desde 1979, el cinturón atmosférico tropical se ha
ensanchado entre 225 y 530 kilómetros, sumando el efecto en ambos hemisferios. Además, según
han anunciado dos equipos científicos hace poco, la fase más intensa de los ciclones tropicales, como huracanes y tifones, se desplaza igualmente con el ensanchamiento del trópico. Las migraciones de millones de personas huyendo de las zonas más acosadas
por la sequía serán seguramente
una realidad dentro de 500 años.
Para finales de siglo, muchos
de estos efectos del calentamiento global se habrán agudizado y
otros habrán empezado a mostrarse con toda claridad. “Lo seguro es que dentro de 50 años ya no
habrá climaescépticos”, concluye
De Castro, “puesto que hará tiempo que las evidencias del calentamiento global antropogénico habrán llegado a ser absolutamente
incontestables”.
El Ártico: menos hielo y más
intereses económicos
A. R, Madrid
El hielo del Ártico, en verano de
2012, alcanzó un mínimo histórico, equivalente al nivel de superficie helada marina que los
climatólogos, con sus modelos
de proyección, no esperaban
hasta 2080, resalta Carlos Duarte, investigador del IMEDEA.
Ese mismo año, el área de Groenlandia afectada por el deshielo
de la superficie de los glaciares
se extendió desde el 40%-50% habitual hasta el 95%. Y si esa gran
isla perdiera todo su hielo, el nivel del mar global subiría hasta
siete metros, en los próximos
300 años. “En 2010 cruzaron el
Ártico, por primera vez, buques
mercantes y de turistas, en 2014
ya lo han hecho más de 300 buques. La ruta de transporte del
Ártico se ha abierto”, añade este
oceanógrafo.
Los efectos en la región son
profundos y extensos, pero sus
consecuencias alcanzan a todo el
planeta y al mismo proceso de calentamiento global. “Este año se
ha calculado que el cambio de albedo [la radiación solar que refleja, que es mayor si la superficie
es blanca que si es oscura por el
terreno y absorbe más radiación]
asociada a la pérdida de hielo marino es responsable de un 25% del
calentamiento a escala global,
constatado durante los últimos
30 años”, continúa Duarte.
A mediados de siglo, el Ártico
habrá sufrido una profunda
transformación. “Las industrias
mineras y de petróleo y gas operarán de forma rutinaria en la
región y de allí procederá cerca
de un 25% de los recursos globales de estas materias primas. Habrá aumentado notablemente la
población en el Ártico, con impactos severos sobre la población y la cultura inuit/groenlandesa, que se encontrará al borde
de la extinción”, señala este experto y aventura, tristemente,
que tanta actividad habrá provocado accidentes contaminantes
Una osa con dos cachorros en el Círculo Polar Ártico. / dennis bromage
graves en esa zona especialmente sensible, de lenta y difícil recuperación. El histórico accidente
del petrolero Exxon Valdez fue
un ejemplo del problema. Por si
fuera poco, Duarte vaticina un
incremento de las tensiones entre los países de la región, teniendo en cuenta que ya se están ampliando sus Zonas Económicas Exclusivas “que acaparan
más del 90% del océano Ártico”.
Descargar