1 LA HARMONÍA DE LAS ESFERAS Guillermo Correa∗ Resumen El autor establece, a partir de los testimonios de los pitagóricos, de los principales representantes de la filosofía griega y otras importantes evidencias de la Antigüedad tardía, la íntima conexión entre las leyes de la matemática y la música patentizada en la atrevida hipótesis de la harmonía de las esferas. Esta teoría es, en efecto, una admirable conjetura presocrática, una atrevida hipótesis acerca de la estructuración del mundo y de la naturaleza de la realidad, fundamentada tanto en las ratio numéricas y en los intervalos musicales, como en la realización de algunas observaciones astronómicas básicas y esenciales. En términos generales, el texto trata de la coherencia y conexión entre número y sonido, esto es, que los intervalos entre los planetas y la esfera de las estrellas fijas, se corresponden matemáticamente con los intervalos entre las notas de la octava y que, por ello, el sonido que producen tiene un carácter musical definido. Abstract The author establishes, based on Pythagoric’s testimonies and the most representative characters of Greek Philosophy and other important evidences of the late Antiquity, the intimate connection between the laws of mathematics and ∗ Magíster en Filología Clásica de la Universidad de Salamanca, Magíster en Filología Hispánica por el Consejo Superior de Investigaciones de Madrid (CSIC). Actualmente es docente Facultad de Filosofía y Coordinador. Artículo recibido el día 4 de febrero de 2005 y aprobado por el Comité Editorial el 20 de mayo de 2005. Dirección del Autor: guillecp@yahoo.com 2 music, made apparent in the bold hypothesis of the harmony of the spheres. This theory is, in fact, an admirable pre-Socratic conjecture, a daring hypothesis on the structure of the world and nature of reality, based in the numerical ratio and musical intervals as well as in the making of some basic and essential astronomical observations. In general terms, the text ponders on the coherence and connection between numbers and sounds, meaning that the intervals between planets and the sphere of non moving stars are mathematically correspondent with the intervals between the notes of the octave and that, being so, the sound they produce has a defined musical character. Palabras Clave Pitagóricos, matemática, música, harmonía, esferas. Key Words Pythagorics, mathematics, music, harmony, spheres. La idea de la harmonía de las esferas es quizás el ejemplo supremo del pitagorismo que explica la totalidad del vasto plan cósmico aludiendo al descubrimiento básico de su fundador: el influjo, que todo lo domina, de las leyes de la matemática y de la música, y de la íntima conexión que hay entre ellas. Sirviéndose de un poder divino, inefable y difícil de comprender, Pitágoras aplicaba sus oídos y concentraba su mente en la sublime sinfonía del universo escuchando y entendiendo, él solo, según sus manifestaciones, la universal armonía y concierto de las esferas y de los astros que se mueven en ellas. Esta armonía produce una música más plena e intensa que la terrenal por el movimiento y revolución, sumamente melodioso, bello y 3 .1 La conjunción entre astronomía y harmonía se hizo patente en esta singular teoría, descrita por Aristóteles como patrimonio de los pitagóricos y adaptada indirectamente por Platón, quien como veremos, interpretó a las sirenas de la mitología como las hacedoras de la música celeste, y la recreó en el bellísimo mito de la creación del mundo. Esta doctrina se proyectó en el tiempo e influyó notablemente en pensadores y poetas, quienes la incluyeron como parte de sus obras científicas y literarias, desde la Antigüedad tardía hasta el Renacimiento; muestra de ello es Kepler cuando inscribe en su sistema planetario los cinco cuerpos perfectos o sólidos G ra f 7 : s ó lid o s p la tó n ic o s [ K e p le r] platónicos, y por ello se convirtió en un vocero más de esta gran sinfonía mística que une la geometría, la música y la astronomía: símbolo de la unión del hombre con el cosmos.2 La harmonía de las esferas es, en efecto, una admirable conjetura presocrática, una atrevida hipótesis acerca de la estructuración del mundo y de la naturaleza de la realidad, fundamentada en observaciones tanto del ámbito científico, tales como el descubrimiento de las relaciones entre las ratio numéricas y los intervalos musicales, como de la realización de algunas observaciones astronómicas básicas y esenciales. 1 JÁMBLICO. Vida Pitagórica, XV.65. Etnos, Madrid, 1991. Pág. 52–53 Los sólidos o poliedros regulares son el tetraedro, el cubo, el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro; cuatro de estos fueron dotados de significado cosmológico: el cubo = tierra; el tetraedro = fuego; el octaedro = aire; y el icosaedro = agua. Se destaca el cubo que, como primer volumen perfecto, sienta las bases de las proporciones fundamentales con sus 8 ángulos, 6 superficies y 12 aristas, porque 12:8 = 9:6 (proporción geométrica), 12:9 = 9:6 (proporción aritmética) y 12:8 = 8:6 (proporción armónica), conformando la serie (6, 8, 9, 12) = la fórmula de la harmonía cósmica, de los pesos pitagóricos, del perfectissimi corporis (cubus) natura substantiaque, de la música cósmica de los 8 cuerpos celestes... etc. 2 4 La teoría, en términos generales, trata de la coherencia y conexión entre número y sonido, esto es, que los intervalos entre los planetas y la esfera de las estrellas fijas se corresponden matemáticamente con los intervalos entre las notas de la octava y que, por ello, el sonido que producen tiene un carácter musical definido. Debemos destacar que en conjunto, dadas las condiciones epistémicas del siglo V a.C., esta teoría no pudo ser incorporada a un sistema científico elaborado en detalle. Pero esto no es razón para suponer, como sí lo hace Burkert, que la harmonía de las esferas no tenga nada que ver con las matemáticas o la teoría sobre la música. The contradictory nature of the later tradition, too, sometimes using seven, sometimes eight, and occasionally three musical notes, and even connecting the nine Muses with the sphere of the All, shows that the idea of cosmic music is not bound to any particular astronomical system. This concept has nothing to do with mathematical or musical theory...3 Esta teoría, en efecto, tiene diversas descripciones, algunas veces divergentes entre sí, dependiendo del número de cuerpos celestes y de los lugares que éstos supuestamente ocupaban en los períodos orbitales determinados por los diferentes sistemas cosmológicos. Heath y Burkert4, por su lado, se inclinan a pensar que la forma original de la teoría de la harmonía de las esferas es la asociación entre la antigua y proverbial lira de 7 cuerdas con la también muy difundida idea de un sistema 3 BurkeRT,W., Lore and Science in Ancient Pythagoreanism, Harvard University Press, 1972. Pág. 355. 4 HEATH, T., Aristarchus of Samos, The ancient Copernicus: a History of Greek astronomy to Aristarchus together with Aristarchus´s treatise on the sizes and distances of the sun and moon. Oxford 1959. Pág. 107; Brukert,W., Op. Cit. Pág. 351. 5 planetario de siete cuerpos, los cuales, debido a sus movimientos producían las notas del heptacordio.5 ARISTÓTELES Veamos, en primer lugar la exposición de Aristóteles sobre el asunto. En De Caelo 290 b12, nos hace una clara descripción de la teoría y, en 291a 8, nos dice que dicha tesis es pitagórica: Resulta patente a partir de esto que la afirmación de que se produce una armonía de los <cuerpos> en traslación, al modo como los sonidos forman un acorde, ha sido formulada de forma elegante y llamativa por los que la sostienen, pero no por ello se corresponde con la realidad. A algunos, en efecto, les parece forzoso que, al trasladarse cuerpos de semejante tamaño, se produzca algún sonido, ya que también <se produce> con los próximos a nosotros, aún no teniendo el mismo tamaño ni desplazándose con la misma velocidad comparable: que, al desplazarse el sol y la luna, además de astros tan numerosos y grandes, en una traslación de semejante velocidad, es imposible que no se produzca un sonido de inconcebible magnitud. Suponiendo esto, así como que, en función de las distancias, las velocidades guardan <entre sí> las proporciones de los acordes musicales, dicen que el sonido de los astros al trasladarse en círculo se hace armónico. Y como parece absurdo que nosotros no oigamos ese sonido, dicen que la causa de ello es que, desde que nacemos, el sonido está ya presente, de modo que no es distinguible por contraste con un silencio opuesto: pues el discernimiento del sonido y el silencio es correlativo; de modo que, al igual que los broncistas no parecen distinguir <los sonidos> por su habituación al <ruido>, otro tanto les ocurre a los hombres.6 5 Heath, por su parte, ejemplifica su afirmación con las siguientes citas: Hippol. Refut. I.2.2, (D.G. p 555), Pythagoras maintained that the universe sings and is constructed in accordance whit a harmony; and he was the first to reduce the motion of the seven heavenly bodies to rhythm and song ; Cesorinus, De die natali 13.5, Pythagoras showed that the whole of our world constitutes a harmony. Accordingly, Dorylaus wrote that the world is an instrument of God; others added that is a heptachord, because there are seven planets which have the most motion. 6 ARISTÓTELES, De Caelo 290b 12-29. Ed Gredos 1994. 6 Pues el hecho problemático que hace decir a los pitagóricos que se produce un acorde por efecto de las traslaciones <de los astros> es un testimonio a nuestro favor.7 Alejandro de Afrodisias, por su parte, nos da su versión acerca de la doctrina pitagórica de los planetas. Dicha exposición la toma del libro especial de Aristóteles titulado Sobre los pitagóricos8. Allí nos comenta que, según los pitagóricos, las distancias entre los planetas, sus velocidades y los tonos que emiten están de acuerdo con las ratio armónicas; aquellos que se mueven más lentamente y que a su vez recorren una distancia más corta producen el sonido más bajo; y los que se mueven con mayor rapidez recorren una distancia mayor y producen una nota más alta: They also said that the whole celestial system (ouranos) is composed according to a kind of musical scale, because it is [made up] of numbers both numerically and musically. For the bodies moving around the centre have the intervals in a [mathematical] proportion, and some of them move more rapidly, others more slowly, and in their motion they produce a sound –the slower bodies a deep note, the faster bodies a high note. Because these notes are in proportion to the intervals separating the bodies, they make the sound resulting from them harmonious; and since [the Pythagoreans] said that number is the principle of this harmony, they naturally made number the principle both of the heavens and of the universe. ...and that the bodies travelling the greatest distance move most rapidly9 Ni Aristóteles, en su exposición sobre la harmonía de las esferas, ni Alejandro en su comentario, hacen referencia a un esquema pitagórico en el cual los intervalos musicales estén ligados a un sistema astronómico en una forma sistemática. Aristóteles nos dice que, para los pitagóricos, las velocidades de 7 Ibid., 291a 8. Es útil recordar que, aunque la traducción del pasaje diga acorde, no se refiere a lo que contemporáneamente designamos como una simultaneidad sonora de varios sonidos, sino a su distribución melódica. 8 Aristóteles dedicó dos libros, (hoy perdidos), a la exposición y crítica de las doctrinas pitagóricas. Plutarco, Alejandro de Afrodisias, Eliano, y especialmente Iámblico, han preservado material importante de estos libros. Para más información acerca de éstos ver: BURKERT, W., Lore and Science, Pág. 29. n 5. 9 ALEJANDRO., Met. 39.23 ss. La traducción es de Guthrie, W. 7 los cuerpos celestes, juzgadas en función de las distancias (al centro), guardan entre sí las ratio de las consonancias musicales; pero no da ejemplos en los que diga cuáles son esas distancias o las velocidades, o cómo estaban relacionadas con los planetas. El punto clave del pasaje es que los cuerpos celestes producen música por sus movimientos, y que dicho sonido conforma una harmonía o escala musical. De este modo los pitagóricos dijeron haber asumido que las velocidades de los cuerpos celestes, juzgados por sus distancias, estaban en las ratio de los intervalos musicales concordantes. Debemos notar que Aristóteles no dice que los pitagóricos argumentan que las velocidades están en proporción con los intervalos, sino que asumían esto Los pitagóricos no tenían forma de obtener medidas suficientes para demostrarlo. Esta afirmación, por ello, que las velocidades tienen ratio idénticas, es otra arriesgada conjetura producto de su admiración e interés por responder preguntas fundamentales como la estructura y configuración del Universo. Notemos también que ni Aristóteles ni Alejandro, en los pasajes anteriores, discuten en detalle el orden de los cuerpos celestes, y dejan la duda sobre cuál es el sistema astronómico con el que relacionan la teoría; sin embargo, como lo confirma Huffman, Aristóteles y Alejandro únicamente mencionan en otros pasajes el sistema astronómico de Filolao, e incluso Alejandro, en su comentario sobre la Metafísica 41.2 ss., relaciona explícitamente la doctrina de la harmonía de las esferas con un sistema astronómico de diez cuerpos. ...they made the arrangement of the celestial bodies harmonious by supposing that the ten moving bodies which make up the universe are separated from each other by concordant intervals, and that they move [at a velocity] proportionate to the distances separating them, some of them more rapidly, others more slowly.10 10 ALEJANDRO DE AFRODISIAS, On Aristotle Metaphysics 41.2 ss .Translated by William E. Dooley. London 1989. 8 EL COSMOS DE FILOLAO Como punto de referencia para comparar diferentes versiones sobre la harmonía de las esferas, puede ser conveniente una breve ilustración acerca del sistema astronómico de Filolao con algunos textos que, a su vez, están estrechamente ligados con los conceptos a que nos referimos y los recrean de una forma conjunta. Dice Huffman11 que este sistema es claramente un producto de la tradición del pensamiento presocrático sobre el cosmos que puede dar cuenta de los fenómenos astronómicos de la misma forma que lo hacía el sistema de Anaxágoras, Empédocles y Demócrito, y que aún es más sofisticado, puesto que reconoce cinco planetas canónicos y no un número infinito de éstos; asunto este, considerado como un ejemplo notable de astronomía especulativa, que lo ubica como un importante precursor de Platón. Los detalles sobre su sistema astronómico nos los relata, por un lado, Aristóteles12 y sus comentaristas,13 quienes tuvieron acceso al tratado especial sobre los pitagóricos; y por otro, la tradición doxográfica presentada por Aecio14, el cual en última instancia se remonta al discípulo de Aristóteles llamado Teofrasto. Veamos: Sobre la discusión sobre la posición de la Tierra en el sistema astronómico dice: Quienes afirman que el cielo es limitado dicen que se halla en el centro, pero los llamados pitagóricos de Italia, se manifiestan en contra: en efecto afirman que en el centro hay un fuego, y que la tierra, que es uno de los astros, al desplazarse en círculo alrededor del centro, produce la noche y el día. Además postulan otra tierra 11 HUFFMAN, C. A., Philolaus of Croton, Pythagorean and Presocratic. Cambridge 1993, Pág. 241. 12 ARISTÓTELES, Acerca del cielo 293 a 18; Metafísica 986 a2 y Aecio 2.29.4 (=DK 58b36) 13 ALEJANDRO, A., Op. Cit., 38.20 y Simplicio., De Caelo 5 II.25 14 Ver también, AECIO 3.11.3 (=DK A17); 3.13.2 (= DK A21) 9 opuesta a esta, que designan con el nombre de antitierra, no buscando argumentos y causas conforme a las apariencias, sino forzando las apariencias e intentando compaginarlas con ciertos argumentos y opiniones suyos. ...otros para no designar a la tierra el centro extraen sus convicciones no de las apariencias, sino más bien de los argumentos. Creen que conviene que la región más noble esté a disposición de lo más noble, que el fuego es más noble que la tierra, y el límite, más que lo que esté dentro...15 La siguiente cita ha sido ampliamente tratada en la fundamentación de la filosofía del número en Pitágoras. A propósito de esto, nos dice Guthrie16 que, sin duda, los pitagóricos fueron responsables de importantes avances en la ciencia de las matemáticas, y que sin embargo, su actitud respecto a ella era completamente diferente a la de un matemático de hoy. Para ellos, los números tenían y conservaban un significado místico, una realidad independiente. Los fenómenos, aunque afirmaban explicarlos, eran secundarios, porque la única cosa significativa respecto a los fenómenos era el modo en que reflejaban el número. El número era el responsable de su harmonía, el principio divino que gobernaba la estructura de la totalidad del mundo. Los pitagóricos...supusieron que los elementos de los números son elementos de todas las cosas que son, y que el firmamento entero es armonía y número. Y cuantas correspondencias encontraban entre los números y las armonías, de una parte, y las peculiaridades, y las partes del firmamento y la ordenación del universo, de otra, las relacionaban entre sí sistemáticamente. Incluso, si echaban en falta algo, deseaban ardientemente <añadirlo>, de modo que toda su doctrina resultara bien trabada; quiero decir, por ejemplo, que basándose en que el número diez parece ser perfecto y abarcar la naturaleza toda de los números, afirman también que son diez los cuerpos que se mueven en el firmamento, y puesto que son visibles solamente nueve, hacen de la antitierra el décimo.17 Philolaus [says] that there is fire in the middle around the centre which he calls the hearth of the whole and house of Zeus... And again another fire at the uppermost place, surrounding [the whole]. [He says] that the middle is first 15 ARISTÓTELES., Acerca del cielo 293 a 18 ss. GUTHRIE. W., Historia de la Filosofía Griega Vol I. Los primeros presocráticos y los pitagóricos . Madrid: Gredos, 1986. Pág.207. 17 ARISTÓTELES., Metafísica 986a 2. 16 10 by nature, and around this ten divine bodies dance: heaven, planets, after them the sun, under it the moon, under it the earth, under it the counter-earth, after all of which the fire which has the position of a hearth about the centre.18 El rasgo más importante de esta cosmología filolaico-pitagórica es el significativo hecho de haber quitado a la Tierra del puesto tradicional en el centro del cosmos y de haberla puesto a girar en órbitas circulares como los demás planetas. Este acontecimiento es considerado un audaz salto de la imaginación científica, caracterizado por su relevancia en la astronomía antigua. En el sistema descrito, vemos también que el centro del cosmos no es el Sol, sino un misterioso fuego central,19 alrededor del cual giran los otros cuerpos celestes. Como lo muestra la imagen (Gráf : 8), empezando desde afuera, tenemos entonces en el límite exterior la esfera de las estrellas fijas, seguido por los cinco planetas, el Sol, la Luna, la Tierra, la antitierra y el fuego central. La antitierra acompaña a la Tierra y gira en una órbita más pequeña, y no es vista por nosotros porque el lado de la tierra en que vivimos está apartado de ella. Este sistema experimentó posteriormente una considerable variedad de interpretaciones y fue también modificado por otros sistemas en la tradición tardía. Es también opinión común entre los especialistas que el área que explica los fenómenos particulares astronómicos es uno de los ámbitos en que el pensamiento pitagórico muestra divergencias considerables, y allí precisamente es posible hallar una clara evidencia de división entre ellos.20 De todas maneras, a pesar de las inferencias que podemos hacer a partir de los testimonios y fragmentos de Filolao, podemos estar de acuerdo con 18 AECIO 2.7.7 (= DK A16) En otro pasaje en De Caelo 512.9 Simplicio refiriéndose a este mismo asunto lo denomina así: ...por ello, algunos llaman al fuego Torre de Zeus, como dice Aristóteles en su obra sobre los pitagóricos, otros lo llaman Cuarto de Guardia de Zeus como aquí, y otros, en fin, trono de Zeus. 20 Sobre estas consideraciones a BURKERT. W., Op. Cit., Pág. 337 ss; y a HUFFMAN, C., Op. Cit., Pág. 240. Y para un estudio detallado de la astronomía griega Heath, T., Op. Cit. 19 11 Burkert21en que no hay una conexión orgánica entre la harmonía de las esferas y su sistema astronómico, y en que es difícil relacionar los diez cuerpos celestes con la música. Gráf. 8: El cosmos de Filolao.22 PLATÓN En el mito de Er, Platón nos ofrece una adaptación imaginativa de la harmonía de las esferas. Describe allí ocho23 notas diferentes - que conforman una harmonía - que eran emitidas por sirenas sentadas en una órbita, las cuales representaban la esfera de las estrellas fijas y los siete planetas. ...El círculo de la tortera más grande era estrellado, el de la séptima el más brillante, el de la octava tenía su color del resplandor de la séptima; el de la segunda y el de la quinta eran semejantes entre sí y más amarillos que los otros, el tercero tenía el color más blanco, el cuarto era 21 BURKERT, W., Op. Cit., Pág. 351. Esquema que representa el sistema astronómico de Filolao. Tomado de http://www.divulgamat.net/weborriak/Historia/MateOspetsuak/pitagoras. 23 Dice Heath que este sistema se corresponde con el octacordio de la lira de ocho cuerdas, la cual fue inventada por aquél mismo tiempo. O.c.,108. 22 12 rojizo, el sexto era segundo en blancura. El huso entero giraba circularmente con el mismo movimiento, pero, dentro del conjunto que rotaba, los siete círculos interiores daban vuelta lentamente en sentido contrario al conjunto. El que de éstos marchaba más rápido era el octavo; en segundo lugar, y simultáneamente entre sí, el séptimo el sexto, y el quinto; en tercer lugar, les parecía, estaba el cuarto, que marchaba circularmente en sentido inverso; en cuarto lugar el tercero y en quinto lugar, el segundo. En cuanto al huso mismo, giraba sobre las rodillas de la Necesidad; en lo alto de cada uno de los círculos estaba una sirena que giraba junto con el círculo y emitía un solo sonido de un solo tono, de manera que todas las voces, que eran ocho, concordaban en una armonía única.24 Según Heath25, el siguiente sería, entonces, el orden de los tonos, según el sistema platónico26 y de acuerdo a la descripción anterior: Círculo de las estrellas fijas.... la nota más alta (nh/th) Saturno Júpiter Marte Mercurio Venus El Sol La luna.... 24 la nota más baja (u(pa/th) PLATÓN., República X 617 a-b Ed. Gredos 1986. HEATH, T., Op. Cit. Pág. 110 26 En el sistema platónico la tierra está quieta en el centro libre de soporte; los planetas circulan alrededor de ella a diferentes distancias. Sus aparentes movimientos irregulares los explicaba con principios matemáticos. El orden de los planetas, con la Tierra en el centro, es el siguiente: la Luna, el Sol, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno; y por último, la esfera de las estrellas fijas. Este orden es el mismo que utilizaron Eudoxo, Callipo, Aristóteles y Eratóstenes entre otros. 25 13 También Platón, en su pasaje del Timeo 35b ss 27, donde relata la creación del alma del mundo nos hace más clara esta herencia pitagórica de los números y sus propiedades cosmogónicas. En él se nos relata un mito en el que se utiliza una estructura harmónica constituida por series de progresiones aritméticas y harmónicas que, a su vez, están asentadas sobre un esquema musical. Estas proporciones que desempeñaron un papel importantísimo en las especulaciones científicas y filosóficas de aquellos tiempos, eran ya conocidas por los pitagóricos de Sicilia y fueron transmitidas a Platón quizás por Arquitas de Tarento.28 Escuchemos entonces el ritmo con que el demiurgo, teniendo en sus manos la cuarta sustancia, empieza la construcción del alma del mundo. En primer lugar separó de la mezcla total una parte. Inmediatamente tomó una segunda parte doble de aquella; luego, una tercera parte igual a una vez y media la segunda y a tres veces la primera; una cuarta porción que fuera doble de la segunda; una quinta porción que fuera el triple de la tercera; una sexta porción igual a ocho veces la primera; y una séptima porción igual a veintisiete veces la primera. Son siete partes que preludian la conformación de los siete cuerpos celestes que orquestan la harmonía de las esferas, 1, 2, 3, 4, 9, 8, 27, y que conforman además dos progresiones geométricas: una de razón =2 (1, 2, 4, 8) y otra (1, 3, 9, 27) de razón = 3. 27 El Timeo seguirá siendo un texto importantísimo para la exacta significación sobre los escritos de música. Acerca de él se escribieron muchos comentarios, como los de Plutarco (De Animae Procreatione in Timae), Calcidio y Proclo, que han llegado hasta nosotros. Se han perdido, entre otros, los de Jenócrates, Eratóstenes, Crantor, Eudoro, Clearco, Teodoro, Adrastro, y Posidonio de Apamea. Teón de Esmirna (que trabaja en Alejandría desde el 130, donde también trabaja Claudio Ptolomeo, contemporáneos ambos de Nicómaco de Gerasa) reúne en un libro todo el conocimiento matemático necesario para la comprensión de Platón. La estética musical de los números y simetrías inscrita en El Timeo tuvo una gran influencia en los tiempos posteriores en la Edad Media (es útil recordar que El Timeo fue de nuevo traducido en el siglo IV por Calcidio). 28 ARQUITAS (430-365 a. c.) fue quien por primera vez trató oficialmente el famoso asunto de la duplicación del cubo, que es el caso particular del problema de intercalar dos medias geométricas entre dos números “sólidos” o volúmenes. 14 Enseguida, utilizando medias aritméticas y armónicas armonizó los intervalos en dos repeticiones de manera que pudiera intercalar entre cada término de la progresión dos términos medios. Debemos tener en cuenta que armonizar o llenar un intervalo entre dos términos dados consiste en este caso en encontrar la media que dé nacimiento a la proporción, es decir, hallar términos que se den en razones definidas con los términos iniciales y así proporcionar los intervalos que finalmente hagan consonar (sunfwni/a) la totalidad de la serie (a)nalogi/a) que se está generando. Este procedimiento lo hizo el demiurgo con ayuda de lo que Platón denomina meso/thj, palabra que designa una serie de tres términos que forman una progresión continua, es decir, una proporción: kai\ ta\j tw=n h(mioli/wn kai\ e)pitri/twn kai\ e)pogdo/wn meso/thtaj29...y las medidas de los intervalos de uno y un medio, de uno y un tercio y de uno y un octavo... y que literalmente significa en este contexto mediedad. Consideremos el resto del pasaje: [Timeo 36a].30 El primero excedía de ellos o era excedido por ellos en una misma fracción de cada uno de ellos. El segundo excedía de los extremos en una cantidad igual a aquella en que él mismo era excedido. Con estas relaciones nacieron en los intervalos que acabamos de señalar nuevos intervalos de uno y un medio [h(mioli/wn] , de uno y un tercio [e)pitri/twn] y de uno y un octavo [epogdo/wn].31 Los intervalos resultantes no vienen ya determinados por diferencias entre números sino por diferencias entre la representación de sonidos por proporciones musicales. Los resultados de esos nuevos intervalos que cita 29 PLATÓN., Timeo 43d Ed. Burnet 1903. ta/ te dipla/sia kai\ tripla/sia diasth/mata, moi/raj e)/ti e)kei=qen a)pote/mnwn kai\ tiqei\j ei)j to\ metacu\ tou/twn, w(/ste e)n e(ka/stw? diasth/mati du/o ei)=nai meso/thtaj, th\n me\n tau)tw=? me/rei tw=n a)/krwn au)tw=n u(pere/xousan kai\ u(perexome/nhn, th\n de\ i)/sw? me\n kat' a)riqmo\n u(pere/xousan, i)/sw? de\ u(perexome/nhn. h(mioli/wn de\ diasta/sewn kai\ e)pitri/twn kai\ e)pogdo/wn genome/nwn e)k tou/twn tw=n desmw=n e)n tai=j pro/sqen diasta/sesin, Ibid., 36a. 31 Ibid., 35b ss. Ed Aguilar, 1966. El resaltado es del autor. 30 15 Platón hace que supongamos además que cada término de la progresión inicial equivale a un tono musical definido y que entre cada uno de ellos, por estas distancias que se generan en su interior (3/2, 4/3, 9/8), se conforma el intervalo de una octava o de una escala musical propiamente dicha, es decir, de a(rmoni/a. Resulta, pues, sorprendente que estos nuevos intervalos que surgieron de los términos dados en las progresiones originales con la aplicación de dos términos medios en cada intervalo estén en la misma proporción que los intervalos fundamentales de la escala musical. Veamos: los nuevos intervalos guardan, respecto a la relación 2/1 de la serie (1, 2, 3, 4), las siguientes proporciones. 1 + 1/2 = 3/2 está en una proporción sesquiáltera. (hmioli/wn) 1+1/3 = 4/3 está en una proporción sesquitercia. (epitri/twn) 1+1/8 = 9/8 está en una proporción sesquioctava. (epogdo/wn) Y 2/1 equivale a una proporción dupla, que es la octava completa.(armoni/a) En correspondencia con las anteriores proporciones obtenemos los siguientes intervalos: El intervalo de quinta = 3/2 (diape/nte) El intervalo de cuarta = 3/4 (diatessa/rwn El tono que separa dos tetracordios = 9/8 (diesij - lei=mma) Y el intervalo de octava = 2/1, que son los términos extremos (diapasw=n). Sigue el texto: Con ayuda del intervalo de uno y un octavo, el Dios rellenó todos los intervalos de uno y un tercio, dejando subsistir de cada uno de ellos una fracción tal que el intervalo restante viniera definido por la relación entre el número doscientos 16 cincuenta y seis y el número doscientos cuarenta y tres. Y así pudo emplear toda entera la mezcla en la que había hecho estas divisiones. Sobre los números 256 y 243, podemos decir que establecen la misma relación de una fracción de un tono entre los intervalos, ya que su razón es la misma que la de 9/8, la cual, a su vez, establece la distancia de un tono completo entre dos términos de la progresión de la cual estamos tratando. De esta manera entonces, hemos obtenido hasta ahora una grandiosa progresión de escalas que estructuran musicalmente el Universo en una inmensa harmonía y acople de partes sonoras. Resta sin embargo aclarar que en otros pasajes que dan cuenta de la concepción platónica de la música se distingue entre una música que se oye y otra que no se oye, y que ésta última es, como veremos, la digna de atención del filósofo. De hecho, Platón es considerado como el primero y mayor responsable de la marcada escisión que se presenta en el pensamiento musical entre la música teórica, emparentada con las matemáticas en tanto ciencia armónica, y la música práctica ejecutada con instrumentos y por músicos. ¿O no sabes que con la armonía hacen algo similar? En efecto, se pasan escuchando acordes y midiendo sonidos entre sí, con lo cual, como los astrónomos, trabajan inútilmente?. - Y de modo bien ridículo,¡por los dioses! Cuando hablan de ‘dos intervalos de un cuarto de tono cada uno’, y paran sus orejas como si trataran de captar murmullos de vecinos. Unos afirman que pueden percibir un sonido en medio de otros dos, que da así el intervalo más pequeño, mientras otros replican que ese sonido es similar a los otros; pero unos y otros anteponen los oídos a la inteligencia..... Pues éstos hacen lo mismo en la armonía que los otros en la astronomía, pues buscan números en los 17 acordes que se oyen, pero no se elevan a los problemas ni examinan cuales son los números armónicos y cuales no, y por qué en cada caso.32 Podemos inferir, entonces, que las anteriores referencias platónicas a la harmonía de las esferas nos ubican en la atmósfera pitagórica del concepto de armoni/a. Se trata de una concepción que, al envolver la harmonía del alma y la harmonía del Universo, es el símbolo idóneo de la unidad y del orden divino. Por tanto, la relación astronomía-matemáticas y música está enmarcada por este principio inmaterial que trazó el horizonte de la música teórica en la Antigüedad tardía y el Medioevo. Así pues, la música, de acuerdo con los lineamientos que hemos dibujado de este concepto, puede ser no sólo la escala, el tono, los intervalos concordantes o el sonido de los instrumentos, sino también, y con mayor razón en este contexto, el análisis y el estudio teórico de los intervalos musicales o la música producida por los astros que rotan en el cosmos siguiendo unas leyes numéricas y unas proporciones armónicas. Por otro lado, refiriéndonos de nuevo al mito, podemos decir que esta idea de intermediación proporcional generativa se extiende por analogía del ámbito músico-matemático a diversos espacios, como al de la lógica cuando sirve como consonancia que liga las diversas proporciones del raciocinio, al de la poesía cuando actúa como la metáfora que produce la implosión en el crecimiento de dos imágenes que se conjugan con el mismo ritmo prosódico, o al de la arquitectura, en la euritmia de los imponentes monumentos griegos. Son construcciones conceptuales y conjeturales que tienen por base el grandioso e invisible mundo de las matemáticas en el que están inscritos aún los gestos que tuvieron los antiguos ante ella: Tales, Heráclito, Pitágoras... Perviven aún hoy cuando pulsamos la cuerda de una guitarra, cuando nos sorprendemos ante un inmenso cielo estrellado, cuando calculamos las áreas 32 PLATÓN., República 531 a-b. Ed. Gredos. 1986 18 de los sólidos; así mismo, en la geometría, en el álgebra, en el ritmo, en la aritmética, en la poética, que en el fondo es parangonable con la música... Graf:9 El Canon y la Harmonía33 OTRAS DESCRIPCIONES Aparte de la exposición de Aristóteles y la recreación platónica, la tradición tardía recoge muchísimas descripciones. Con el fin de ilustrar las relaciones entre los intervalos musicales (en su dimensión de a(rmoni/a y a)nalogi/a), y la doctrina de la harmonía cósmica, citemos algunas de ellas: CICERÓN: 33 La imagen representa el esquema de Robert Fludd (1574-1637), quien en su obra Utriusque Cosmi Historia (Oppenheim, 1617) Vol I, construye una cosmología musical en términos de consonancias, proporciones e intervalos. 19 Esta concepción musical del Universo y sus proporciones armónicas34 y matemáticas es descrita por Cicerón cuando pone en labios de Escipión Emiliano la narración del siguiente sueño: Ve aparecérsele en sueños a su padre, Escipión Africano... le revela que el dios supremo (princeps deus) vive en la vía láctea y habita en la más elevada de las nueve esferas celestes35, cuya revolución produce una harmonía que nosotros no percibimos, por estar tan acostumbrados a ella, de igual modo que los que viven cerca de las cataratas del Nilo no oyen ya su ruido. Desde la vía láctea, Escipión mira hacia abajo, desde las estrellas hacia el globo que parece tan pequeño... y mientras contemplaba el mundo con estupefacción, oyó un sonido dulce y vigoroso que llenó sus oídos. ‘Quae cum intuerer stupens...quis est qui complet aures meas, tantus et tam dulcis sonus?’ Quae cum intuerer stupens, ut me recepi: 'Quid hic?' inquam, 'quis est, qui complet aures, tantus et tam dulcis sonus?' 'Hic est,' inquit, 'ille, qui intervallis disiunctus imparibus, sed tamen pro rata parte distinctis, impulsu et motu ipsorum orbium efficitur et acuta cum gravibus temperans varios aequabiliter concentus efficit; nec enim silentio tanti motus incitari possunt, et natura fert, ut extrema ex altera parte graviter, ex altera autem acute sonent. Quam ob causam summus ille caeli stellifer cursus, cuius conversio est concitatior, acuto et excitato movetur sono, gravissimo autem hic lunaris atque infimus; nam terra nona immobilis manens una sede semper haeret complexa medium mundi locum. Illi autem octo cursus, in quibus eadem vis est duorum, septem efficiunt distinctos intervallis sonos, qui numerus rerum omnium fere nodus est; quod docti homines nervis imitati atque cantibus aperuerunt sibi reditum in hunc locum, sicut alii, qui praestantibus ingeniis in vita humana divina studia coluerunt. (19) Hoc sonitu oppletae aures hominum obsurduerunt; nec est ullus hebetior sensus in vobis, sicut, ubi Nilus ad illa, quae Catadupa nominantur, praecipitat ex altissimis montibus, ea gens, quae illum locum accolit, propter magnitudinem sonitus 34 El tema general de los testimonios tardíos es la comparación del Cosmos con una lira de 7 cuerdas y el uso recurrente de los intervalos concordantes o proporciones armónicas. 35 Este arreglo astronómico concuerda con el de Platón en el mito de Er, en el cual también el círculo más exterior - el de las estrellas fijas - producía el tono más alto y la Luna la esfera más interior y el tono más bajo. 20 sensu audiendi caret. Hic vero tantus est totius incitatissima conversione sonitus, ut eum hominum capere non possint, sicut intueri adversum nequitis, eiusque radiis acies sensusque vincitur.'36 mundi aures solem vestra PLINIO: Las escalas de ocho intervalos dadas por Plinio, Censorino y Marciano Capella provienen muy probablemente de una misma fuente; según Heath37, tienen como base común la Sección Musicológica o el Libro de Música de los Disciplinarum Libri de Varrón (116-27 a.C). Dichas escalas difieren levemente unas de otras en la distribución de los tonos entre los intervalos, veamos: Sed Pythagoras interdum et musica ratione appellat quantum absit a terra luna, ab ea ad Mercurium dimidium spatii et ab eo ad Veneris, a quo ad solem sescuplum, a sole ad Martem tonum [id est quantum ad lunam a terra], ab eo ad Iovem dimidium et ab eo ad Saturni, et inde sescuplum ad signiferum; ita septem tonis effici quam dia paswn armonian hoc est universitatem concentus; in ea Saturnum Dorio moveri phthongo, Iovem Phrygio et in reliquis similia, iucunda magis quam necessaria subtilitate. 38 Así nos lo relata Plinio, según él, entre la Tierra y la Luna había un tono, entre la Luna y Mercurio 1/2 tono, entre Mercurio y Venus 1/2 tono, entre Venus y el Sol una tercera menor (1+ 1/2), entre el Sol y Marte 1 tono, entre Marte y Júpiter 1/2 tono, entre Júpiter y Saturno 1/2 tono y entre Saturno y la esfera de las estrellas fijas una tercera menor (1+ 1/2). Tierra y la Luna 36 1 tono CICERÓN., De Republica, Thesaurum Linguae Latinae, TLG. Cap 6.18-19 HEATH, T., Op. Cit., Pág 113. 38 PLINIO., Naturalis Historiae, ii, § 84. 37 21 Luna y Mercurio ½ tono Mercurio y Venus ½ tono Venus y el Sol 1+ ½ tono Sol y Marte 1 tono Marte y Júpiter ½ tono Júpiter y Saturno ½ tono Saturno y la esfera de las estrellas 1+ ½ tono 7 tonos CENSORINO El esquema de Censorino estructura los intervalos entre los planetas en dos tetracordios bien diferenciados: uno, de tres tonos y medio, desde el Sol a la Tierra y otro, de dos tonos y medio, desde el Sol hasta la última esfera. Éstos muestran claramente la identificación de la harmonía celeste con la escala musical o a(rmoni/a). Itaque solis astrum abesse a terra tonos tres et dimidium, quod vocatur, a luna autem duos et dimidium, quod est, a sole vero ad stellam Martis, cui nomen est Pyrois, tantumdem intervalii esse quantum a terra ad lunam, idque facere tonon; hinc ad Iovis stellam, quae Phaethon appellatur, dimidium eius, quod faciat hemitonion; tantundem a Iove ad Saturni stellam, cui Phaenon nomen est, id est aliud hemitonion; inde ad summum caelum, ubi signa sunt, perinde hemitonion. 5. Itaque a caelo summo ad solem diastema esse id est duorum tonorum et dimidi, ad terrae autem summitatem ab eodem caelo tonos esse sex, in quibus sit symphonia39 CAPELLA 39 CENSORINO., De Die Natali Liber ad Q. Caerellium. Traduzione e commento a cura di Carmelo A. Rapisarda. Bologna 1991. Pág. 13.3-5 . Esta escala es también sustancialmente idéntica a la que describe Teón de Esmirna en (p.p 140-41 Hiller), y a la que acabamos de describir de Plinio. 22 40 Marciano Capella , de manera similar, nos trae la siguiente distribución: Tierra y la Luna 1 tonum primum Luna y Mercurio ½ hemitonio permeato Mercurio y Venus ½ hemitonio Venus y el Sol 1+ ½ tonos ac dimidius Sol y Marte ½ hemitonio Marte y Júpiter ½ hemitonii interiecta Júpiter y Saturno ½ parili interiectione Saturno y Zodiaco 1+ ½ tono ac dimidio 6½ tonoi Terminemos este periplo con la idea boeciana sobre la harmonía celeste, a través de esta imagen que representa las ocho esferas que a su vez conforman el heptacordio (a(rmoni/a) que rubrica de nuevo la estrecha relación entre astronomía, música y número. 40 MARTIANUS CAPELLA. De nuptiis philologiae et Mercurii, ii. 169-198 23 Graf. 10: La harmonía de las esferas según Boecio