Movimiento Orgánico - EL APRENDIZAJE DE LA

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Movimiento Orgánico - EL APRENDIZAJE DE LA DISTENSIÓN
Joaquín Benito Vallejo
Experto en Psicomotricidad, Movimiento Orgánico, Eutonía, Expresión Corporal
alfa – escuela de movimiento orgánico y expresión corporal
www.movimientoyexpresion.org
expresionalfa@hotmail.com
Síntesis
La distensión, unida al conjunto de reglas que determinan el movimiento correcto y natural, propicia la economía de la energía,
por la que se produce el menor desgaste del organismo, la menor fatiga y, por lo tanto, su máxima duración, eficacia y vitalidad.
El aprendizaje de la distensión significa incorporar la relajación consciente dentro de la vida diaria, de la actividad cotidiana,
solamente hay que aprender a restablecer ese principio vital del trabajo, del organismo y del movimiento.
Palabras Clave
Movimiento orgánico, gimnasia consciente, relajación, distensión, equilibrio corporal, organismo, envejecimiento, salud laboral,
Una de las leyes fundamentales del movimiento, -descritas en el libro: ”Cuerpo en
armonía”
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del autor-, consiste en establecer dentro del juego muscular, una alternancia
equilibrada entre la tensión y la distensión, la contracción y la relajación, el trabajo y el descanso
del organismo.
Ambas fases son necesarias para desarrollar la actividad. Se necesitan la una de la otra.
Son complementarias. De su acción conjunta y alternada nace el equilibrio corporal. Dicho
principio rige también, el funcionamiento de los distintos órganos del cuerpo como son el
corazón, los pulmones y las células en general, pudiéndose encontrar además en todos los
órdenes de la naturaleza, bajo las leyes de la atracción y la repulsión, del impulso y la inercia,
etc. Esta ley natural, unida al conjunto de reglas que determinan el movimiento correcto y
natural, propicia la economía de la energía, por la cual se produce el menor desgaste del
organismo, la menor fatiga y, por lo tanto, su máxima duración, eficacia y vitalidad.
El desgaste prematuro adelanta el envejecimiento, no sólo del aparato locomotor -huesos,
músculos y articulaciones-, sino del conjunto de los órganos y sus funciones, puesto que existe
una interrelación y unidad funcional en todos los organismos.
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Benito Vallejo, J. “Cuerpo en armonia –leyes fundamentales del movimiento-“ INDE Publicaciones.
Barcelona 2001
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Establecer la alternancia entre la tensión y la distensión en el transcurso del movimiento,
supone aprender a relajar el grupo de músculos activados en cada acción, significa incorporar la
relajación consciente dentro del ejercicio corporal.
Con ello no necesitaremos sesiones especiales de relajación para descargar y aliviar la
tensión que nos acompaña diariamente.
La relajación debe formar parte de la vida diaria, de la actividad cotidiana, solamente hay
que aprender a restablecer ese principio vital del trabajo, del organismo y del movimiento.
Este aprendizaje, no nos engañemos, puede no ser fácil, no existe nada que no exija una
disciplina, una práctica continuada que consiste fundamentalmente en conceder a nuestro
cuerpo una atención de la que carece, sentir y percibir sus estados, sus reacciones y sus
manifestaciones a través del movimiento.
Puede no ser fácil porque no estamos acostumbrados a percibir nuestro cuerpo, -lo más
esencial de nosotros mismos- estamos siempre en otras tareas y preocupaciones que las que
cada momento nos pide. Desconocemos a nuestro cuerpo y no le hemos dedicado la atención
necesaria, por lo que las tensiones pueden estar muy escondidas o camufladas.
Pero tampoco es imposible para nadie, si así lo queremos y comenzamos a concentrarnos
en nosotros mismos y nos dedicamos el cuidado justo y adecuado. El aprendizaje de la
distensión necesita enseñarnos a sentir, percibir y tomar consciencia de la rigidez, dureza o
consistencia muscular; cómo, cuándo y porqué aparece, crece, o permanece...; y llegar a
controlar esa tensión. Conseguir aprender a soltarla, aflojar los músculos, ablandarlos,
desbloquearlos. Una vez que la hayamos aprendido, la distensión se convertirá en una actitud
personal y no será necesario estar pendientes de ella.
Aunque para establecer el principio de tensión – distensión, no solo en las clases de
movimiento, que es por donde hay que empezar, sino, además, en la vida cotidiana, laboral,
hay que cambiar la forma de trabajar, la forma de vivir y la forma de pensar.
Dicho principio, significa en el movimiento, una fase en la que los músculos se contraen –o
se estiran-, seguida de otra en la que los músculos vuelven a su consistencia y forma original,
aflojándose, descansando de la acción anterior y recuperándose. Es similar a lo que ocurre con
el músculo cardiaco, la sístole es la fase de contracción, mientras que la diástole corresponde a
la distensión. El tiempo que dura la fase de relajación o distensión es 50 veces mayor que la
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duración de la contracción. De esta manera no solo se favorece el descanso muscular sino
también su elasticidad, su capacidad y su vitalidad. En las gimnasias habituales, no se tiene en
cuenta –y por lo tanto- no se practica este principio, con lo que se sobrecarga y esfuerza todo el
organismo hasta la extenuación, además de romper el equilibrio muscular y reducir la flexibilidad.
En la vida laboral y cotidiana ocurre lo mismo.
Estamos educados y acostumbrados a trabajar durante muchas horas sin descanso.
Fuera del trabajo todo lo hacemos también contrarreloj. Incluso el ocio o las actividades y
aficiones, hechas por elección y gusto propios, las llevamos a cabo en gran número de casos,
competitivamente, sin disfrutar de ellas, como un alimento que tragamos sin saborear,
compulsivamente. Las tomamos como una competición, como una demostración de fuerza,
resistencia y poder, ante las cuales no nos tenemos que rendir.
Es imposible mantener equilibrado y relajado el cuerpo durante una jornada
ininterrumpida de trabajo de 8 o más horas, aunque los trabajos actuales no requieran el empleo
de mucha fuerza y sean más bien sedentarios. El mantenimiento de una postura, sentados o de
pie, durante varias horas, desequilibra el conjunto del cuerpo, sobrecargando unas zonas y
dejando otras inactivas, aunque se intente mantener la postura correcta, porque el cuerpo no
está hecho tampoco para mantenerse inmóvil, sino para moverse. La alternancia entre tensión –
distensión significa, en estos casos, la alternancia de actividad y/o de postura para que el trabajo
de los grupos musculares se combine de modo que no estén durante largo tiempo haciendo lo
mismo, permaneciendo unos contraídos y forzados, otros lasos e inutilizados.
El equilibrio corporal, que supone mantener siempre la energía adecuada necesaria en
cada situación o acción, supondría, a grosso modo, alternar actividades sentadas con otras
erguidas, paseando, etc. Otro tipo de alternancia sería, combinar actividades físicas con
intelectuales, mentales con sensoriales, actividades de expresión y comunicación con otras de
recogimiento interior, actividades útiles o productivas con otras de distracción y disfrute. En estos
aspectos radica el cambio de forma de pensar y de vivir enunciado antes.
Generalmente nos encontramos demasiado agobiados por las exigencias personales,
laborales y sociales, ello provoca que el cuerpo –y la mente-, se encuentren habitualmente con
una tensión excesiva y desarrollemos las actividades sin saber distendernos.
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