Voces: UNIFICACION CIVIL Y COMERCIAL ~ CODIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION ~ SOCIEDAD CIVIL ~ SOCIEDAD COMERCIAL ~ LEY GENERAL DE SOCIEDADES ~ SOCIEDAD UNIPERSONAL ~ TIPO SOCIAL ~ PATRIMONIO ~ SOCIO ~ ASOCIACION CIVIL ~ SOCIEDAD ANONIMA ~ SOCIEDAD COLECTIVA ~ SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA ~ DENOMINACION SOCIAL ~ CAPITAL SOCIAL Título: Sociedades anónimas unipersonales Autor: Molina Sandoval, Carlos A. Publicado en: LA LEY 09/12/2014, 09/12/2014, 1 - LA LEY2014-F, 1209 - Enfoques 2015 (febrero), 23/02/2015, 109 Cita Online: AR/DOC/4408/2014 Sumario: I. Introducción.— II. Nociones generales.— III. Tipo societario para la sociedad unipersonal.— IV. Unipersonalidad originaria.— V. Unipersonalidad de sociedades innominadas.— VI. Asociación civil unipersonal.— VII. Unipersonalidad derivada.— VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y de responsabilidad limitada.— IX. Transformación de pleno derecho.— X. Aplicación "automática".— XI. Requisitos de la transformación.— XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad unipersonal.— XIII. Participación indirecta.— XIV. Consolidación de balances. — XV. Variantes en el funcionamiento orgánico.— XVI. Denominación social.— XVII. Capital social.— XVIII. Fiscalización estatal permanente y estructura orgánica.— XIX. No cumplimiento de órganos plurales.— XX. Colofón. Abstract: Se trata de una sociedad con un órgano de gobierno singular, pero con órganos de administración y fiscalización pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que la unipersonalidad está en el directorio, pero no en la asamblea (más allá de que muchas veces la pluripersonalidad es simbólica). A la inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el directorio y en la sindicatura, pero no en la asamblea. I. Introducción El tema de la sociedad ha concitado una gran atención (1). La relación entre la limitación de la personalidad y la posibilidad de una "sociedad de un solo socio" ha llevado a profundizar la fragmentación del patrimonio (2) (y los patrimonios de afectación (3)) en la planificación de negocios (4). La posibilidad de que una sola persona (física o jurídica) pueda desarrollar actividades a través de una estructura jurídica que no involucre su patrimonio personal ha sido uno de los temas societarios profundos más relevantes de los últimos veinte años (5) . Dicha cuestión se vio acrecentada con proyectos legislativos que trataron el tema (6), la experiencia en derecho comparado (7) y con la existencia de precedentes judiciales (8) y administrativos (9) que pusieron el tema de la unipersonalidad en la escena académica, pero fundamentalmente en el asesoramiento profesional en cuestiones de constitución de sociedades de capital. La pluralidad societaria era un requisito indispensable para la constitución de la sociedad. Se requería necesariamente de dos personas para que la sociedad sea válidamente constituida. En la práctica era impensado constituir inicialmente una sociedad sin dos socios; el problema era determinar cuál era el porcentaje mínimo (simulación lícita (10)) que debía tener el otro socio (muchas veces cónyuge o familiar del socio principal, en una empresa justamente familiar (11)). El tema no es menor y, de algún modo, podría pensarse que se mantiene en la actualidad, no tanto para la posibilidad conceptual de constituir una sociedad (ya que puede haber sociedades de un solo socio y son plenamente |válidas) sino para determinar si la sociedad debe ser considerada "plurisubjetiva" (y "no unipersonal") y por ello escapar al pesado régimen de fiscalización estatal permanente. Si bien existieron en nuestro país varios intentos legislativos previos de incorporar las sociedades unipersonales (12) y en algún punto ha sido auspiciosa su inclusión con la misma ley que estableció el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante, Cód. Civ.), pensamos que ha sido una reforma que —pese a su simplicidad— genera una grieta profunda en los análisis típicos societarios y requiere de interpretaciones realistas que procuren una adecuada aplicación de esta figura. No es la idea de este estudio inicial realizar una crítica a la metodología legal de la incorporación de la reforma sino procurar desarrollar algunos interrogantes necesarios para poder cubrir una adecuada aplicación práctica de la figura. La ley y su aplicación, como toda obra humana, no pueden prever todas las posibilidades fácticas que se presentan en la realidad. Y por ello, es perfectible. El objeto de este análisis es procurar un desarrollo de algunas cuestiones que pueden generarse en la práctica cotidiana de las sociedades unipersonales. II. Nociones generales El art. 1, de la ahora llamada Ley General de Sociedades (LGS), no define la sociedad unipersonal sino que se limita a aceptarlas como posibles en la misma definición de la sociedad, cuando señala que habrá sociedad "cuando una o más personas" en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos por la ley se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción de bienes o servicios (13). De todas formas, lo significativo no es la aceptación conceptual sino determinar la regulación y sus efectos. © Thomson La Ley 1 Antes de la vigencia de la reforma (14), si bien el art. 1 exigía pluripersonalidad ello no impedía la validez legal de sociedades unipersonales. La ausencia de plurisubjetividad no era incompatible con la personalidad societaria (art. 2, LSC) (15), como lo demuestran no sólo la ley 20.705 (art. 2), sino el mismo art. 94, inc. 8, LSC, que admite la subsistencia de la sociedad (y aun su personalidad) durante el lapso de tres meses; aun más, en caso de no subsanarse la unipersonalidad, la sociedad sigue siendo un centro de imputación diferenciada a esos efectos (art. 101, LSC), sin perjuicio de la responsabilidad solidaria del socio único. Cabe aclarar, sin embargo, que la pluralidad de personas (16) era un elemento esencial en cualquier sociedad (y no sólo la comercial) y que la inexistencia de pluralidad subjetiva importaba la inexistencia de la sociedad y no su nulidad (17). III. Tipo societario para la sociedad unipersonal El art. 1, LGS, establece expresamente que la sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad anónima, razón por la cual no puede existir unipersonalidad en otros tipos societarios, tales como la sociedad colectiva (art. 125, LGS), en comandita simple (art. 134, LGS), de capital e industria (art. 141, LGS) y de responsabilidad limitada (art. 146, LGS). Respecto de las sociedades en comandita por acciones, el art. 316, LGS, dice que están sujetas a las normas de la sociedad anónima, salvo disposición contraria de esta sección, lo que podría arrojar alguna duda sobre la posibilidad de que exista una sociedad en comandita por acciones unipersonal. Sin embargo, ello es un contrasentido pues no puede haber una sociedad en comandita por acciones que no tenga al menos dos categorías de socios (comanditados y comanditarios, arts. 315, LGS). Pero además porque el propio art. 94 bis, LGS, señala que la reducción a uno en el número de socios de la sociedad en comandita por acciones impone "la transformación de pleno derecho" en sociedad anónima unipersonal, sin aclarar cuáles son los alcances de esa transformación de pleno derecho. La solución de la ley es clara: una sociedad unipersonal sólo puede ser una sociedad anónima (y no de otro tipo). El problema se suscita, más bien, respecto de las consecuencias de la unipersonalidad "originaria" o "devenida" de una sociedad no anónima. O, incluso, de una sociedad anónima que no tiene el número de directores y síndicos exigidos para las sociedades del art. 299, LGS. IV. Unipersonalidad originaria Si la unipersonalidad prohibida es originaria (v.gr., se trata de una sociedad colectiva, en comandita simple o por acciones, de responsabilidad limitada, etc.) la solución pareciera estar incorporada en el art. 17, LGS, que dice, bajo el acápite de "atipicidad" y "omisión de requisitos esenciales" que las sociedades previstas en el Capítulo II de esta ley (léase, las sociedades que acabamos de mencionar) no pueden omitir requisitos esenciales tipificantes ni comprender elementos incompatibles con el tipo legal. Si bien la "pluralidad societaria" no es un requisito esencial tipicante (18) (antes era un requisito de existencia), podría decirse que hoy la ausencia de plurisubjetividad es un "elemento incompatible son el tipo legal" (pues el único tipo legal que las acepta es el de las anónimas). Por ello, la omisión en el número mínimo de socios lleva a la directa aplicación de "atipicidad societaria", con las consecuencias de aplicar a estas sociedades el régimen de las sociedades no incluidas en las sociedades típicas (sociedad simple o residual, antes llamadas sociedades de hecho o irregulares). El tema no es menor porque según esta interpretación una sociedad de las mencionadas que sea unipersonal no será nula (o inexistente, como se decía antes), si no que en caso de infracción a estas reglas, la sociedad constituida no produce los efectos propios de su tipo y queda regida por lo dispuesto en la Sección IV del Capítulo 1 (art. 17, 2° párr., LGS). V. Unipersonalidad de sociedades innominadas Dicha consecuencia, nos lleva directamente a una conclusión que no parece ser la deseada por el propio legislador: el ordenamiento societario también admite la unipersonalidad en las sociedades innominadas (simples o residuales), pues de otro modo no hubiera establecido un régimen como el previsto en los arts. 21 y ss., LGS. En consecuencia, el contrato social (unipersonal) podría ser oponible frente a terceros que lo conocieron y puede ser oponible frente a los administradores de las sociedades innominadas (art. 22, LGS), puede fijar reglas de representación, administración y demás (art. 23, 1° párr., LGS), puede tener bienes registrables a su nombre (art. 23, 2° párr., LGS) y son esencialmente subsanables (art. 25, LGS). Dicha subsanación podría ser la de incorporar un nuevo socio (y con ello, tener pluralidad subjetiva) o de transformar el tipo societario en una sociedad anónima (art. 1, 2° párr.., LGS). Pero, mientras tanto, dicha sociedad puede operar como una sociedad unipersonal innominada, con responsabilidad solidaria (arg. art. 24, LGS). Si bien el esquema de responsabilidad societaria de las sociedades innominadas en las sociedades que limiten su responsabilidad es claramente más gravoso y se impone como una solución poco deseable para su "socio". Ello no necesariamente es así en la sociedad colectiva en la que las pautas organizativas podrían ser © Thomson La Ley 2 muy similares. Incluso si en una sociedad innominada se incorpora un nuevo socio, la responsabilidad podría ser mancomunada (y no solidaria, art. 24, LGS). Obvio que, en términos prácticos, el órgano registrador podrá imponer a la sociedad unipersonal su adaptación a las exigencias del tipo, bajo apercibimiento de no inscribir la sociedad. Pero la no inscripción de dicha sociedad unipersonal no importara la no existencia de la personalidad, sino el nacimiento pleno de la personalidad opera desde la celebración del contrato social. El art. 142, Cód. Civil, establece —como principio general para todas las sociedades y tomando la doctrina generalmente aceptada antes del Cód. Civil— que la existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución. Por ello, esta sociedad innominada, pero unipersonal, podrá lograr las autorizaciones fiscales para operar (v.gr., clave única de identificación fiscal) y podrá inscribirse en los distintos tributos sin ninguna limitación. VI. Asociación civil unipersonal Aun cuando están reguladas fuera de la LGS, parece lógico pensar que el Código Civil no admite "asociaciones civiles unipersonales". Si bien no está expresa la exigencia de dos o más asociados para que se constituya válidamente la asociación civil, si resulta implícita del texto del art. 170, Cód. Civil, cuando dice que el acto constitutivo debe contener la identificación de "los constituyentes" (en plural). También surge de otras normas que aluden a asociados en plural (v.gr., art. 170, inc. k, 175, 181, etc., Cód. Civil), pero fundamentalmente de la aplicación supletoria del art. 186, Cód. Civil, del régimen general de sociedades. La especial naturaleza (19) de las asociaciones civiles en el Código unificado (20), los principios que las gobiernan, pero fundamentalmente la dinámica de funcionamiento y su esquema regulatorio impiden pensar en una asociación civil unipersonal. En este caso, a diferencia de las sociedades reguladas en la LGS, la unipersonalidad impide su existencia como asociación civil (arg. arts. 142 y 169, Cód. Civil), ello incluso más allá de la remisión al régimen de las simples asociaciones (art. 187, Cód. Civil). VII. Unipersonalidad derivada La cuestión no es tan clara cuando la unipersonalidad no es constitutiva (o genética) sino que acaece forzosamente (v.gr., por la herencia de las participaciones societarias (21)) o de manera voluntaria (por la donación o compraventa de dichas participaciones societarias). Aquí la ley parece diferenciar en función de los distintos tipos sin ningún justificativo legal. De hecho, se trata de una norma que no es clara y cuya distinción es, en algún punto, arbitraria. Si bien el originario (22) art. 94, inc. 8, ha sido derogado como causal de disolución societaria (23) (hoy el inc. 8 reglamenta la disolución por cancelación de la autorización para funcionar), el art. 94, bis, LGS, viene a llenar dicho vacío: "La reducción a uno del número de socios no es causal de disolución, imponiendo la transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria, en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el término de tres meses". Pero, curiosamente, dicho precepto no incluye a las sociedades colectivas y a las sociedades de responsabilidad limitada (que en la práctica tienen mayor aplicación y suelen constituirse con más asiduidad). La solución es la misma para la exclusión de los socios (24), ya que el art. 93, LGS, al regular la "exclusión en sociedad de dos socios" (25), señala que en las sociedades de dos socios procede la exclusión de uno de ellos cuando hubiere justa causa, con los efectos del art. 92; el socio inocente asume el activo y pasivo sociales, sin perjuicio de la aplicación del art. 94 bis. Recordemos nuevamente que el art. 94 bis, LGS, no menciona expresamente a la sociedad colectiva y a la sociedad de responsabilidad limitada. VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y de responsabilidad limitada Dicho en otros términos: según una interpretación literal del texto legal, una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada (pese a algún tenue parecido con la anónima (26)) devenida en unipersonal no entra en un proceso de disolución ni tiene, como sí lo preveía el viejo art. 94, inc. 8, un plazo de tres meses para remover la unipersonalidad (más allá de su responsabilidad solidaria como socio único). El hecho de que una sociedad no anónima devenida en unipersonal no importe una causal de disolución, en alguna forma, impide la aplicación del art. 100, LGS, que señala que las causales de disolución podrán ser removidas mediando decisión del órgano de gobierno y eliminación de la causa que le dio origen, si existe viabilidad económica y social de la subsistencia de la actividad de la sociedad. La resolución deberá adoptarse antes de cancelarse la inscripción, sin perjuicio de terceros y de las responsabilidades asumidas. Y bajo el título "norma de interpretación", señala que en caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución, se estará a favor de la subsistencia de la sociedad. El razonamiento lógico formal sería entender aplicable el art. 17, LGS, que —indirectamente— las sujeta al régimen de sociedades innominadas, en las que la responsabilidad deviene como "simplemente mancomunada" (art. 24, LGS). Por ello, una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida en unipersonal podrá subsanar su defecto mediante la aplicación del art. 25, LGS, que expresamente regula la "subsanación". Expresamente señala que en el caso de sociedades unipersonales "la omisión de requisitos esenciales, tipificantes o no © Thomson La Ley 3 tipificantes, la existencia de elementos incompatibles con el tipo elegido o la omisión de cumplimiento de requisitos formales, pueden subsanarse a iniciativa de la sociedad o de los socios en cualquier tiempo durante el plazo de la duración previsto en el contrato. A falta de acuerdo unánime de los socios, la subsanación puede ser ordenada judicialmente en procedimiento sumarísimo. En caso necesario, el juez puede suplir la falta de acuerdo, sin imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan". El problema no es muy grave, ya que no existe la posibilidad lógica de que en una sociedad unipersonal no exista acuerdo unánime de los socios. En este caso, el socio unipersonal podrá incorporar un nuevo socio (respetando el tipo social oportunamente elegido) o transformar la sociedad en anónima (y cumplir con los demás requisitos exigidos por el régimen societario). La solución parece ser similar en caso de que la sociedad devenga por una cuestión ajena a la voluntad (herencia) o cuando exista una exclusión societaria (art. 93, LGS). IX. Transformación de pleno derecho Para las demás sociedades, el art. 94 bis, LGS, impone la "transformación de pleno derecho" de las sociedades de otros tipos en una sociedad anónima unipersonal. El concepto de transformación de pleno derecho en estas sociedades se trata de un concepto nuevo y que no tiene adecuada regulación. Lo más parecido es la "subsanación" del art. 25, LGS (o la regularización del antiguo del art. 22). Si bien el art. 94 bis, LGS, otorga un plazo para buscar otra solución para la "subsanación" de la unipersonalidad en el tipo societario elegido por los socios e impone —vencido dicho plazo— una solución legal forzosa, no aclara cuáles son las soluciones previstas. La solución posible en el marco societario sería, en primer lugar, la enajenación de cualquier participación societaria a los efectos de evitar que sea una sociedad de un solo socio. Otra solución podría ser la decisión (unipersonal) de proceder a la disolución y liquidación de la sociedad (art. 101 y ss., LGS). También se podría lograr no sólo la transformación "voluntaria" de la sociedad (art. 74, LGS) sino también lograr la pluripersonalidad mediante la fusión con otra u otras sociedades (art. 82, LGS). Incluso podría ser una combinación de fusión y escisión (27) (en la que quede una —o varias— sociedades anónimas unipersonales y una u otras sociedades). Igualmente, y a diferencia del viejo art. 94, inc. 8, no establece responsabilidad solidaria del socio único (28) durante el plazo en el cual dicho socio debe proveer a la solución o hasta que se imponga de pleno derecho la confusa transformación en cuestión. Por ello, a falta de una norma expresa que imponga responsabilidad solidaria no puede aceptarse como válido que el socio único tenga responsabilidad solidaria y/o mancomunada. Durante ese plazo la responsabilidad del tipo societario originariamente elegido se mantiene, sin que pueda presumirse solidaridad u otra solución que amplíe la responsabilidad del socio único. X. Aplicación "automática" Tampoco queda claro qué significa, en el contexto de la ley, de pleno derecho y en lo puntual si el efecto concreto de esta transformación de pleno derecho importa una suerte de "aplicación" automática del régimen general de la sociedad anónima o requiere de la adaptación por el socio supérstite (unipersonal) que cumplimente con todos los requisitos de la sociedad anónima. La aplicación automática (transformación sin que sea menester el cumplimiento de las formalidades) no parece ser una solución "tan" automática, si se tiene en cuenta que dichas sociedades (sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria) pueden no cumplir con los requisitos exigidos por la LGS para la sociedad anónima (29). Hay uno que impone la misma reforma societaria y es la denominación social, que exige que "en caso de sociedad anónima unipersonal deberá contener la expresión "sociedad anónima unipersonal", su abreviatura o la sigla S.A.U." (art. 164, LGS). La sociedad unipersonal cambia, en algún punto, su denominación no en la raíz del nombre sino en la sigla. Si bien no es un tema mayor (fundamentalmente por la carencia de sanción expresa), si parece lógico requerir de una suerte de registración societaria que permita incorporar o modificar dicha denominación. Es obvio que la sociedad originaria (por imperio de la ley) debe adoptar el tipo previsto para la sociedad anónima (art. 74, LGS) y la sociedad no sólo no se disuelve sino que tampoco se alteran sus derechos y obligaciones. Es la misma sociedad devenida en unipersonal (misma persona) que modifica su ropaje societario. Esta transformación, pese a ser impuesta por la ley y hacerse de pleno derecho, no modifica la responsabilidad solidaria e ilimitada anterior de los socios (v.gr., socio capitalista o industrial, art. 141, LGS; comanditado y comentario, art. 134, LGS, etc.) "aun cuando se trate de obligaciones que deban cumplirse con posterioridad a la adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores lo consientan expresamente" (art. 75, LGS). Tampoco queda claro que, pese a ser una transformación de pleno derecho, requiere de inscripción del nuevo tipo societario (anónima unipersonal), de un balance especial, el otorgamiento del acto, publicación de edicto, inscripción del instrumento, etc.. Menos claridad existe en la posibilidad de caducidad de la © Thomson La Ley 4 transformación (si no se inscribe la transformación en un plazo de tres meses). No es claro si esta transformación (de pleno derecho) puede ser dejada sin efecto. En este punto, el art. 80, LGS, señala que el acuerdo de transformación puede ser dejado sin efectos mientras ésta no se haya inscripta. Si bien es dudosa la exigencia de la necesidad de la inscripción de un acuerdo de transformación, resulta claro que en virtud de este precepto el socio podría dejar sin efecto la transformación mediante la recuperación de la plurisubjetividad. XI. Requisitos de la transformación La no exigencia de los requisitos naturales de la transformación (pues la ley habla de "transformación de pleno derecho" y no lo condiciona a tales requisitos) impone dudas trascendentales tales como la estructura accionaria de los antiguos socios y otros temas que verdaderamente obstaculizan fuertemente una transformación automática, como parece querer el legislador. En los tipos mencionados se requiere (y se reglamentan) distintas clases de socios, lo que no existe —al menos no necesariamente— en la sociedad anónima. Entonces se unificarían, también de pleno derecho, dos clases de socios en un solo tipo de socio (accionista). Igualmente, podrían respetarse ciertos derechos particulares de ambas clases (obviamente que no hagan al tipo, v.gr. socio capitalista o industrial, comanditado y comanditario, etc.) a los fines de mantener la posibilidad de ciertas diferencias queridas originalmente. Ahora bien, aparecen temas tales como el capital mínimo, que en materia de sociedades anónimas es de cien mil pesos, no existiendo un capital mínimo para los otros tipos societarios o la exigencia elemental, por imperio de la incorporación al art. 299, LGS, de tener —al menos— tres directores titulares y tres síndicos titulares (más tres suplentes). También se advierte la transformación a una sociedad anónima que no tenga libros de registro de asistencia a asamblea ni libros de acciones (ya que estos libros no eran obligatorios e incluso posibles para los tipos societarios en cuestión). Puede ocurrir que exista una administración indistinta (entre los administradores, v.gr., art. 143, LGS, para las de capital e industria) y no que no exista, necesariamente, un presidente del directorio, razón por la cual tampoco queda claro cuál sería la estructura de representación (y si en el "mientras tanto" cualquier administrador —ahora devenido en director— podría administrar indistintamente la sociedad). XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad unipersonal El art. 1, LGS, es muy enfático respecto de la posibilidad de que una sociedad unipersonal "constituya" otra sociedad unipersonal. Textualmente señala que la "sociedad unipersonal no puede constituirse por una sociedad unipersonal". La sociedad anónima unipersonal puede ser constituida por cualquier persona humana o jurídica, sin limitación de formas o tipos societarios. La limitación del art. 30, LGS, sólo impone la limitación inversa: esto es, que la sociedad anónima, incluida la unipersonal, sólo puede formar parte de sociedades por acciones y de responsabilidad limitada. No puede integrar otros tipos societarios, sin perjuicio de que pueden ser parte de cualquier contrato asociativo. La ley menciona sólo la "constitución" (y dicho término no incluye necesariamente participación). Una interpretación literal (y simplista) podría llevar a no admitir la constitución de la sociedad anónima unipersonal por otra unipersonal, pero permitir que exista participación (posterior a la constitución y derivada de la adquisición de dichas participaciones societarias) de una unipersonal en otra unipersonal. Sin embargo, no es la exégesis adecuada de la norma y cabe traer a colación el tema de la inscripción de sociedades extranjeras para participar en sociedades locales. Si bien el art. 123, LGS, alude a constitución ("para constituir sociedad en la República" dice la norma) siempre existió suficiente consenso (30) para entender que el término "constitución" aludía, también, a "participación". Por ello, en nuestra opinión el art. 1, 2° párr., LGS, debe interpretarse que la prohibición no sólo abarca su aspecto genético ("constitución") sino también su aspecto derivado o posterior ("participación"). El verdadero sentido de la norma no apunta sólo a la constitución sino que lo que no quiere es que una sociedad unipersonal mantenga participación total en otra unipersonal. Incluso, la prohibición de la participación se mantiene no sólo cuando un accionista ha adquirido todas las acciones de la sociedad sino cuando en virtud de una reducción del capital social (o incluso amortización) la sociedad deviene en unipersonal. Ahora bien, la idea fuerte de esta prohibición legal no es que la sociedad anónima unipersonal no pueda participar de otra sociedad anónima sino que sea la "única socia" de —valga la obviedad— otra anónima unipersonal. Por ello, no existiría un óbice normativo de que una sociedad anónima unipersonal participe de otra sociedad anónima, no unipersonal. Teniendo en cuenta lo dicho, tampoco existe una prohibición (que no cabría presumir) de que una sociedad unipersonal "controle" (art. 33, LGS) a una sociedad anónima que no sea unipersonal. Por otro lado, en la sociedad unipersonal el control (total) (31) se presume por la tenencia de "todas" las participaciones societarias por el único socio. XIII. Participación indirecta El sentido más directo de la norma prohíbe que una sociedad anónima unipersonal constituya (o "participe", © Thomson La Ley 5 siendo la única socia,) de otra sociedad anónima unipersonal. Pero, la LGS no resuelve el tema de la "participación indirecta": esto es, que una sociedad unipersonal que sea "controlante" de otra sociedad anónima (o de responsabilidad limitada, conforme el art. 30, LGS), que —a la vez— sea la única socia de otra sociedad unipersonal. El tema podría quedar atrapado por el sentido que impone el art. 33, LGS, que regula el control societario (32). Esta norma no sólo lo califica en forma directa sino también "por intermedio de otra sociedad a su vez controlada" (art. 33, 1° párr., LGS). También lo enfatiza la ley en las participaciones recíprocas, al aludir a las personas interpuestas (art. 32, 1° párr.., LSC). Por ello, teniendo en cuenta los fines que la ley procuró con dicha prohibición y que los efectos no queridos por la ley también podrían lograrse con la participación indirecta, parece razonable que en el esquema de participaciones societarias no sería aconsejable que una sociedad unipersonal participe indirectamente (a través del control de otra sociedad) en otra sociedad anónima unipersonal. No obstante ello, nada empece a que una misma sociedad anónima (no unipersonal) tenga una o varias sociedades unipersonales (33). La ley no impide que una única persona (humana o jurídica) pueda ser accionista única de varias sociedades unipersonales, siempre que cumpla con los recaudos legales. XIV. Consolidación de balances La "unipersonalidad" de la sociedad importa una presunción indiscutible de control. El accionista unipersonal es controlante (total) por definición. Por ello, los estados contables de la sociedad unipersonal deberán ser consolidados. El art. 62, 3° párr., LGS, señala que sin perjuicio de presentar los estados contables anuales, las sociedades controlantes (léase, el socio único de la unipersonal) deberá presentar como información complementaria estados contables anuales consolidados, confeccionados con arreglo a los principios de contabilidad generalmente aceptados y a las que las normas de contralor establezcan. La norma II.A.1 de la Resolución Técnica Nro. 4, CPCEE, entiende por balances consolidados a los de un grupo económico constituido, en razón de la existencia de un control común, por la sociedad controlante y las sociedades controladas por ella, dando adecuada consideración a los intereses de terceros ajenos a los propietarios de la sociedad controlante. Dicho de otro modo: la consolidación se hace teniendo en cuenta terceros ajenos a la sociedad (y no necesariamente a los mismos accionistas de la sociedad). Como dice la ley, los estados contables consolidados (o su consolidación) son una "información complementaria" de los estados contables de la sociedad y por ello tienen limitaciones en este sentido. Fowler Newton los llama "información adicional" (34) (lo que importa en esencia este sentido de complementación). Ratificando ello, la propia Exposición de Motivos de la ley 22.903 (que fue la que modificó la originaria ley 19.550 y que marca pautas interpretativas respecto de las principales innovaciones) expresamente señala, en alguna afirmación discutible, que "el balance consolidado no es objeto de aprobación por la asamblea sino que es un elemento de información para los socios" (sic). Así también han sido calificados por las normas contables profesionales como "estados complementarios" (Res. Téc. N° 8, Norma II D). Los balances consolidados dan cuenta de la realidad del grupo societario (integrado entre sociedades controlantes y controladas, unipersonales o pluripersonales) pero la LGS —y cada uno de los institutos societarios— se aplica individualmente para cada sociedad del grupo (y no para todo el grupo). Ello así porque: (i) el régimen de dividendos y de distribución de utilidades de la sociedad sólo se puede analizar en función de cada sociedad. La pérdida de las otras sociedades del grupo no le impide distribuir utilidades en la sociedad, ello incluso cuando a nivel grupal la sociedad tenga pérdidas acumuladas; (ii) la necesidad de reintegrar el capital social (o aumentarlo para evitar la disolución de la sociedad) también debe analizarse individualmente (porque el grupo —como tal— no tiene un capital social más allá que pueda tener un patrimonio neto de valor negativo); (iii) la obligatoriedad de hacer reservas legales (art. 70, LSC, hasta el 20% del capital social) también debe hacerse en función de cada sociedad individualmente considerada y no en función del grupo (pues el grupo no puede hacer reservas porque carece de personalidad societaria); y así también se pueden reeditar todas las cuestiones que ratifican que el balance es individual. Lo mismo también en la retribución de directores: el balance que debe tenerse en cuenta para fijar la retribución de los directores no es el consolidado (que es simplemente una información complementaria o adicional de la sociedad) sino el propio balance de la sociedad. Ello así porque el grupo como tal no tiene empleados en relación de dependencia (ni directores) sino que cada una de las sociedades integrantes de un grupo tiene sus propios directores y empleados. Y por ello cada una de las sociedades debe retribuir a sus directores en función de las ganancias que tenga cada sociedad (y no del resultado general que pueda obtenerse a nivel grupal). XV. Variantes en el funcionamiento orgánico El funcionamiento orgánico (y fundamentalmente asambleario) de la sociedad anónima unipersonal tiene variantes significativas en el terreno práctico (35), que se pueden traducir en reglas que devienen superfluas © Thomson La Ley 6 (clases de acciones, asambleas unánimes, edictos, quórum, mayorías, abstención de votar, etc.). De todas formas, parece razonable que el estatuto social tenga todas las previsiones para que la sociedad originariamente unipersonal pueda devenir en "pluripersonal" mediante la simple enajenación (onerosa o gratuita) de acciones o un simple aumento de capital social. Sería, entonces, aconsejable que el estatuto social de una unipersonal incluya todas las cuestiones relacionadas con sociedades anónimas pluripersonales, tales como clases de acciones, régimen de asambleas y de mayorías, incluyendo formalidades, quórum, edictos, etc. Esta reglamentación facilita una rápida mutación de una sociedad unipersonal en pluripersonal (y viceversa). XVI. Denominación social La sociedad anónima unipersonal tiene, algunas particularidades respecto de una sociedad anónima pluripersonal. Por de pronto, la denominación cambia, ya que el art. 164, LGS, expresamente señala que la denominación social puede incluir el nombre de una o más personas de existencia visible y debe contener la expresión "sociedad anónima", su abreviatura o la sigla S.A. En caso de sociedad anónima unipersonal deberá contener la expresión "sociedad anónima unipersonal", su abreviatura o la sigla S.A.U. El problema también radica en las consecuencias de la omisión. El art. 164 en su versión originaria establecía una sanción por la omisión de la denominación ("hará responsable ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad", decía la norma), que ha sido omitida por la LGS. Dicho en otros términos: no existe sanción alguna por la omisión de la utilización de sociedad anónima unipersonal o SAU, razón por la cual dicha extensión en la denominación luce como indicativa del tipo societario y se trata de una norma fundamentalmente prescriptiva. Cabría preguntarse si una sociedad anónima pluripersonal podría prever en sus estatutos que su denominación será sociedad anónima (o la sigla S.A.) y que en caso de devenir en unipersonal deberá utilizar la extensión sociedad anónima unipersonal o la sigla S.A.U. Razones prácticas y la posibilidad permanente de una sociedad de mutar de "unipersonal" a "pluripersonal" varias veces aconsejarían su posibilidad inicial en el estatuto social. XVII. Capital social Una cuestión también fundamental radica en la integración del capital social, ya que el art. 186, inc. 3, LGS, exige la integración total del capital social, aun cuando el mismo sea depositado en efecto. No se puede integrar sólo una parte (con un mínimo del veinticinco por ciento) y el saldo —como dicen la mayoría de los estatutos societarios— dentro del plazo de dos años. En su faz constitutiva, el accionista único debe depositar el cien por ciento del capital social en el banco de uso oficial, conforme la establece la LGS. Distinta sería el tema cuando la unipersonalidad es derivada y acaece antes de que se haya cumplido el plazo acordado a los accionistas para que integren el saldo del capital. En efecto, una vez constituida la sociedad anónima (e integrado el veinticinco por ciento del capital social con un plazo de dos años para integrar el saldo), si un accionista se transforma en el único, ¿deberá integrar el cien por ciento del capital social pese a tener un plazo previsto en la constitución? Pese al vacío legal, parece razonable entender —en función de la finalidad de la norma— que el mero hecho de que la sociedad devenga en unipersonal hace exigible la integración del saldo al momento que se adquiera dicha unipersonal (36). Se trata de una exigencia legal que, en algún punto, lo que procura es evitar que dicho saldo en efectivo nunca sea efectivamente integrado por el socio único. En términos prácticos, parece poco probable que el director de una sociedad con un único socio le exija dicho saldo contra su voluntad (ya que cualquier intento de cobro podría terminar con la revocación de su cargo de director). XVIII. Fiscalización estatal permanente y estructura orgánica La otra cuestión, quizás la más significativa en términos prácticos, es que esta sociedad queda incluida dentro del art. 299, LGS (concretamente en el inc. 7) y por ello con fiscalización estatal permanente (37). Esta inclusión importa la obligatoriedad de contar con un directorio integrado, al menos, por tres directores titulares (art. 255, 2° párr., LGS) (38) y por una sindicatura colegiada en número impar (o sea, al menos tres síndicos e igual número de síndicos suplentes; en este caso, al menos tres síndicos suplentes), conforme lo establece el art. 284, 2° párr.., LGS. Esta exigencia (tres directores y tres síndicos, más tres suplentes) hace inviable la sociedad para pequeñas y medianas empresas y nos permite anticipar que la mayoría de las sociedades unipersonales serán empresas de cierta envergadura o filiales de grandes compañías. Es curioso: se trata de una sociedad con un órgano de gobierno singular, pero con órganos de administración y fiscalización pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que la unipersonalidad está en el directorio, pero no en la asamblea (más allá que muchas veces la pluripersonalidad es simbólica). A la inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el directorio y en la sindicatura, pero no en la © Thomson La Ley 7 asamblea. XIX. No cumplimiento de órganos plurales No dice nada la ley respecto de la situación de una sociedad unipersonal que no cuente con un directorio y sindicatura plural. En un directorio de tres miembros su funcionamiento impone, al menos, un quórum no inferior a la mayoría absoluta de sus miembros (art. 260, LGS). Algo similar ocurre con la sindicatura colegiada, más allá de la posibilidad de actuación individual del síndico disidente (art. 290, LGS). Más allá de las cuestiones administrativas (multa, ineficacia a los fines administrativos, no inscripción, etc.) en los organismos de control, la sanción no puede ser la inclusión de la sociedad en el régimen de las sociedades innominada ni la nulidad de la sociedad. Podrá haber responsabilidad del directorio por no implementar las medidas que posibiliten el debido funcionamiento orgánico de la sociedad, siempre dejando a salvo la posibilidad de que el socio único, de manera autoconvocada (39), resuelva esta cuestión in extremis. XX. Colofón Como puede verse, si bien la incorporación de las sociedades unipersonales es una verdadera novedad en el ordenamiento argentino, requiere de una integración entre el esquema clásico previsto para las sociedades pluripersonales con el nuevo régimen, guiadas por el sentido práctico y concreto. El régimen tiene algunos defectos, pero el sentido práctico del jurista y de los profesionales tiene que ser el de procurar soluciones razonables a un instituto novedoso en el sistema societario. Será la práctica y los problemas cotidianos los que irán determinado los correctos alcances de la novel figura. (1) ALEGRÍA, H., La sociedad unipersonal, RDCO, 1994, p. 4; PIAGGI DE VANOSSI, A. I., Estudios sobre la sociedad unipersonal, Bs. As., Depalma, 1997, p. 12. (2) RIVERA, J.C., Las sociedades como instrumento para el fraccionamiento del patrimonio, Suplemento especial La Ley, "Sociedades Comerciales", 2004, p. 117. (3) Ver la cuestión en el derecho uruguayo en: OLIVERA AMATO, J.M., La creación de patrimonios con destino específico en el Derecho Uruguayo. Evaluación de la ley de sociedades comerciales a los 20 años de su promulgación, FCU, 2009, p.540. (4) Ver un desarrollo de la planificación de negocios y utilización de patrimonios de afectación en: MOLINA SANDOVAL, C.A., El fideicomiso en la dinámica mercantil, 3° edic., BdeF, Bs. As.-Montevideo, 2.013, p. 559. (5) Ver el desarrollo del "análisis económico del derecho" en la limitación de la responsabilidad en: MANNING, B. y HANKS, J., Legal capital, 3ª ed., Foundation Press, New York, 1990, p. 13. (6) MOEREMANS, D.E., Recepción de la sociedad unipersonal de responsabilidad limitada en el Proyecto de Unificación Civil y Comercial en la Argentina. Protección de los acreedores, RDCO, 1990-A, p. 170. (7) ARAMOUNI, A., Empresa individual de responsabilidad limitada, RDCO, 1990-B, p. 464, refiriéndose también a la situación imperante en Francia, Italia, Alemania, España, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos de América. (8) CNCom., Sala E, "Fracchia Raymond SRL", 03.05.2005 (causa N° 72.348/04). (9) Conforme fue resuelto por IGJ en los expedientes "Vitamina Group SA", "Bosques Verdes SA" y "Jasler SA". Por todos, ver el criterio administrativo en: IGJ, "Coca Cola Femsa de Buenos Aires Sociedad Anónima", resolución N° 1632 del 15.12.2003. (10) PALMERO, J.C., Negocio jurídico indirecto. Simulación de la sociedad anónima, LL. 2005-E, p. 1032. (11) MOLINA SANDOVAL, C.A., Empresas familiares. Herramientas de planificación y profesionalización, Errerius, Bs. As., 2014, p. 23. (12) VERÓN, A.V., La empresa unipersonal de responsabilidad limitada, LA LEY 08/05/2006, p. 1. (13) Se ha dicho que "si se acepta la categoría del contrato plurilateral de organización esencialmente como un acto de creación de una estructura jurídica que, a partir de esa creación, funcionará por sí misma, dotada de personalidad y de la organización jurídica para formar y expresar su voluntad, con socios que se relacionan directamente en cuanto a sus derechos y obligaciones con esa estructura, no se ve inconveniente lógico para que se siga llamando contrato plurilateral de organización al acto jurídico de su creación, aunque haya sido celebrado por una persona única en lugar de una pluralidad de ellas" (MANÓVIL, R.M. Algunas de las Reformas al régimen societario en el Proyecto de nuevo Código Civil y Comercial, LL 2012-F, p. 1334). (14) VÍTOLO, D.R., Sociedades comerciales. Del Anteproyecto a la sanción del Senado, LA LEY 09/12/2013, p. 1. (15) MOLINA SANDOVAL, C.A., La desestimación de la personalidad jurídica societaria, Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma, Bs. As., 2.002, p. 42. © Thomson La Ley 8 (16) VÍTOLO, D.R., Pluralidad de socios en las sociedades comerciales, LA LEY, 2005-D, p. 1319. (17) HALPERÍN, I., El régimen de la nulidad de las sociedades. Un ensayo de sistematización de las normas del proyecto de ley de sociedades, RDCO; 1.970, p. 548. (18) ALEGRIA, H., Replanteo de la nulidad por atipicidad societaria, Acad.Nac. de Derecho 2008 (marzo), p. 1. (19) CROVI, L.D., Naturaleza Jurídica y finalidad de las fundaciones, Revista de Derecho Privado y Comunitario. Ed. Rubinzal Culzoni. N° 2004-3. Asociaciones y fundaciones, p. 38. (20) Ver en este punto: CROVI, L.D., El nuevo régimen legal de las personas jurídicas en el Código Civil y Comercial de la Nación, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), p. 11. (21) En orden a la incorporación de los herederos, ver: MOLINA SANDOVAL, C.A., Planificación sucesoria y patrimonial en la empresa familiar, Revista de Derecho Comercial, del Consumidor y de la Empresa, Febrero de 2014 (año 5, número 1), p. 99. (22) OTAEGUI, J.C., Accionista único, RDCO, 1968, p. 290. (23) Las históricamente y desde el mismo Cód. Com. siempre se interpretaron restrictivamente (CÁMARA, H., Disolución y Liquidación de la Sociedades Mercantiles, Tipográfica Editora Argentina, Bs. As., 1957, p. 127. (24) Más allá que en las sociedades anónimas tiene algunos matices (PARDUCCI, D.M., ¿Puede ser excluido un accionista en las sociedades anónimas?, DSyC, t. XVII, n° 216, Nov. 2005, p. 1384. (25) Sociedades en las que la práctica arroja muchas complicaciones operativas. Ver: ALEGRÍA, H., Repensando temas sobre exclusión de socios, en Rev. de Derecho Privado y Comunitario, 2003, 2, p. 95. (26) Aun cuando pueden marcarse claramente sus diferencias. Ver.MARTORELL, E.E., Sociedades de Responsabilidad Limitada, Depalma, Bs. As., 1994, p. 24. (27) SKIARSKI, E.M., Escisión de Empresas, Ad Hoc, Bs. As., 2001. (28) Se ha dicho que el legislador suprimió —por motivos que se desconocen— el segundo párrafo del art. 164 que actualmente dispone que, si se omitiere colocar esa mención ello hará responsables ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad juntamente con ésta, por los actos que celebren en esas condiciones. Queda esto —entonces— como una obligación sin sanción. Además se ha dicho que la reducción a uno del número de socios de las sociedades anónimas no conforma una causal de disolución de dichas sociedades anónimas —nuevo art. 94 bis— sino sólo deben cumplir con la exigencia de: (1) adecuar la denominación social a la exigencia del art. 164, sustituyendo las expresión "Sociedad Anónima" o la sigla "S.A." por la expresión "Sociedad Anónima Unipersonal" o "S.A.U.", respectivamente —aunque no haya sanción si no lo hacen—, y (2) cumplir con el régimen impuesto por el art. 299, de fiscalización estatal permanente —al cual quedan sometidas todas las sociedades unipersonales, debiendo contar tanto con directorio como con sindicatura plural integrada con número impar, con un mínimo de tres integrantes (arts. 255 y 284)—. Cfr. VÍTOLO, D. R., La Ley de Sociedades Comerciales reformada por la ley que sancionó el Código Civil y Comercial, LA LEY 27/10/2014 , 1 (29) EMBID IRUJO, M., Principios de tratamiento de las modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles en el derecho español, Cuadernos de Derecho y Comercio, núm. 28, abril 1999, p. 34. (30) Si bien existió cierta controversia en torno a si dicha norma es aplicable únicamente a las sociedades extranjeras que constituyen sociedades locales o si también es aplicable a las sociedades extranjeras que participan en sociedades locales, la doctrina y jurisprudencia mayoritaria se ha expedido a favor de un criterio amplio, máxime cuando las sociedades extranjeras tienen una participación significativa en las sociedades locales (ROVIRA, A.L., Reflexiones acerca del régimen de las sociedades extranjeras, LL, 155, p. 989; HALPERIN, I., Curso de Derecho Comercial, Depalma, Bs. As., t. I, p. 300; FARGOSI, H.P., Notas sobre los alcances e interpretación del artículo 123, LL, 1977-C-595; CNCom, Sala C, 5.11.76, LL, 1977-A-473; CNCom, Sala C, 21.3.78, ED, 77-475). En la causa "Inspección General de Justicia c/Biasider S.A. s/ organismos externos — Expte. 13285.06", la CNCom., Sala C, con fecha 21.11.2006, señaló que "más allá de la palabra "constituir" utilizada por el legislador, cabe dar prevalencia a la finalidad perseguida por el legislador, que es establecer un sistema de contralor de las sociedades que tengan participaciones en sociedades locales. De otro modo, las sociedades extranjeras podrían escapar fácilmente a la inscripción del art. 123, LSC, adquiriendo participaciones en una sociedad local luego de que ésta se encuentra constituida. Esta conclusión se impone cuando las sociedades extranjeras tienen facultad decisoria sobre la actividad y el desenvolvimiento social en virtud de su carácter de controlantes, como sucede en el sub lite. Tal circunstancia torna necesaria la inscripción en los términos del Art. 123, ya que admitir lo contrario implicaría afirmar que los arts. 31, 32 y 33, LS, no regirían en el caso de que la socia fuera una sociedad extranjera. Por ello, la jurisprudencia ha afirmado que resulta ajustada a derecho la resolución que deniega la inscripción de una reforma estatutaria de una sociedad constituida en la argentina, si la accionista mayoritaria, sociedad accionaria, no ha inscripto sus estatutos en el registro del país, toda vez que lo contrario importaría violar lo preceptuado por el Art. 123. El Art. 123 © Thomson La Ley 9 comprende tanto el caso de fundación como el de participación en la sociedad constituida. El término constituir utilizado por el citado artículo comprende tanto "formar parte de" como participar en sociedad existente en la república y lo cierto es que, analizando la naturaleza jurídica del contrato de sociedad en términos latos tanto constituye sociedad aquel que se asocia originariamente con otro para fundar una sociedad, como aquel que se asocia a otras personas, ya socios en sociedad existente (CNCom., "SAAB Scania Argentina SA", 20/07/1978). (31) LE PERA, S., Sociedades unipersonales y subsidiarias totalmente controladas, RDCO, 1972, p. 22. (32) Ver el excelente trabajo de: MANÓVIL, R.M., Grupos de sociedades en el Derecho Comparado, Abeledo-Perrot, 1998, Bs. As., p. 70 y el clásico de ALEGRÍA, H., Algunas reflexiones sobre los conceptos de sociedad controlante, sociedad controlada y situación de control, RDCO, 1978, p. 303. (33) Se ha señalado: "La incorporación de las sociedades unipersonales como nuevo "tipo" social, a partir de la entrada en vigencia de la ley 26.994, nos coloca en la necesidad de señalar una serie de cuestiones, que a priori, se nos presenta como vacilaciones en torno a esta nueva figura legal. 1. En primer lugar para la creación de una sociedad anónima unipersonal, es necesaria la declaración de voluntad expresa, en tal sentido, de una persona física, hábil, mayor de edad, y con un patrimonio que justifique tributariamente la afectación de parte del mismo al desarrollo de una actividad específica bajo esta forma. a. Entendemos que en este punto será necesaria una reglamentación específica de los organismos de aplicación, siendo en el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Inspección General de Justicia de la Nación. b. Destacamos la necesidad de que "todos" los organismos que funcionan a nivel provincial y nacional deban ponerse de acuerdo en la forma de reglamentar este importante y novel tipo social. 2. La sociedad anónima unipersonal, sólo puede ser integrada por una persona física, quedando vedada la constitución de este tipo societario a otras sociedades unipersonales. a. La normativa de la Ley General de Sociedades si bien solo ha vedado a las sociedades unipersonales para que puedan constituir otras sociedades unipersonales, nada dice con relación a los otros tipos societarios. b. Partiendo de la base de que lo que no está prohibido, es permitido, entendemos que, en el caso particular de una sociedad anónima unipersonal, sería aceptable que sea constituida por ejemplo, por una sociedad de responsabilidad limitada, o bien por una sociedad anónima común (integrada por dos o más socios). 3. El estatuto social, claramente será el usual, con las adaptaciones lógicas y necesarias que requiera la sociedad unipersonal. 4. En cuanto al capital social, su integración deberá ser realizada por el socio fundador en el mismo instante de su constitución, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo 11, en su inciso cuarto y concordantemente en el artículo 186, inciso tercero y 187. Nuevamente aquí el aspecto "impositivo" del socio único y fundador es un aspecto de no menor importancia a la hora de analizar esta figura legal. 5. Nada obsta a la creación de órganos sociales con más de un integrante, como por ejemplo un directorio compuesto por tres o más miembros, sindicatura o consejo de vigilancia, etc. 6. La denominación social que debe adoptar este tipo social, se encuentra prevista en el artículo 164 de la LGS, siendo obligación expresa la inclusión de la siguiente denominación: Sociedad Anónima Unipersonal (y su abreviatura S.A.U.). a. Hubiera sido preferible dejar de lado en la terminología el calificativo de "anónima", ya que no es real y no expresa adecuadamente el significado que se le pretende dar, pues en realidad el anonimato ya ha sido dejado de lado por nuestra legislación societaria, siendo que ahora se conoce claramente el nombre de los integrantes. La terminología apropiada es sociedad por acciones, cuestión ignorada por el legislador. b. En este punto señalamos que la omisión de la denominación "unipersonal", si bien se ha suprimido el segundo párrafo del artículo 164, no es óbice para que llegado el caso, el juzgador pueda dejar de lado la limitación patrimonial que importa este tipo de estructura legal, si no se cumple con sus condiciones de existencia y validez. 7. La declaración de voluntad expresa del accionista único y fundador, debe ser necesariamente realizada por instrumento público y por único acto, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo 165 de la Ley General de Sociedades. 8. Por disposición expresa del reformado artículo 299, en su inciso séptimo, se dispone que las S.A.U., deberán ser sometidas a la fiscalización estatal permanente, lo cual nos lleva a pensar que, desde el punto de vista práctico, se alejarán, por esta cuestión, de los pequeños emprendimientos pensados para cierta clase de empresarios y emprendedores, toda vez que este tipo de fiscalización trae aparejada una estructura de costos operativos claramente diferente respecto de aquellas sociedades que no se encuentran bajo la órbita del artículo 299" (GRISPO, J.D., La Ley General de Sociedades y las sociedades unipersonales, LL, ejemplar del 13.11.2014 , p. 1). (34) FOWLER NEWTON, E., Nuevas normas contables, Bs. As., 1993, p. 37. (35) MOLINA SANDOVAL, C.A., Tratado de las asambleas, Abeledo-Perrot, Bs. As., 2009. (36) Se ha dicho en este sentido que en caso de que una sociedad pluripersonal devenga en unipersonal, existiendo aportes pendientes, deben completarse los mismos aunque no se encuentren vencidos los plazos, ya que la regla debe ser que no pueden existir sociedades unipersonales con aportes pendientes de integración (ROITMAN, H., AGUIRRE, H. A. y CHIAVASSA, E. N., Las sociedades en el Código Civil y Comercial de la Nación, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), p. 265). (37) CABANELLAS, G., Concepto y estructura de la fiscalización estatal de sociedades, RDCO 1996, p. 9; ROMERO, J. I., Fiscalización o control externo de las sociedades por acciones, RDCO, 1994, p. 234.. (38) MOLINA SANDOVAL, C.A., Tratado del directorio y de la administración societaria, © Thomson La Ley 10 Abeledo-Perrot, Bs.As., 2013, t. II, p. 1230. (39) Cám. Civ. y Com. 1ª Bahía Blanca, Sala I, expte, n° 107.702, N° de orden 69, 28-4-2000. ED, 26/11/2001, p. 1 ("Cuando la asamblea cuenta con la presencia de la totalidad de los socios y las decisiones se adopten por unanimidad, no requiere del cumplimiento de las formalidades previstas estatutariamente en materia de convocatoria, y hasta puede prescindirse de la convocatoria misma (doct. Art. 237, último párrafo LS). De modo que la resolución que se adoptó el 27-12-1990 (aunque fechada el día 28) con la presencia de los dos únicos socios, tiene a mi entender el mismo valor que la posterior del 3 de septiembre del año siguiente. La falta de incorporación al libro respectivo de ese documento, que en definitiva puede equipararse a un acta, pese a que los propios firmantes lo calificaron en la reunión posterior de "acuerdo privado", no obsta a su eficacia".). Ver también la opinión de NISSEN, R.A., Ley de Sociedades Comerciales, t.II, Ábaco, Bs. As., 1983, p. 567. © Thomson La Ley 11