Ponencias Profilaxis del sistema nervioso central en el LBDCG: a qué pacientes, cuándo y cómo J.M. Sancho Servicio de Hematología Clínica. Institut Català d’Oncologia-Hospital Germans Trias i Pujol. Institut de Recerca contra la Leucemia Josep Carreras. Badalona. Universitat Autònoma de Barcelona. Barcelona Introducción La infiltración neuromeníngea en pacientes con linfoma no hodgkiniano (LNH) es una complicación que ocurre de forma global en aproximadamente un 5% de los pacientes, generalmente en el transcurso de enfermedad progresiva más que como presentación inicial. Los LNH pueden invadir el sistema nervioso central (SNC) como infiltración meníngea o intraparenquimatosa y dicha infiltración tiende a situarse de manera preferente en la base del cráneo y alrededor del cordón medular1. El pronóstico tras la infiltración en SNC es pésimo, con un deterioro en la calidad de vida de los pacientes tanto por la propia infiltración como por la toxicidad derivada de los tratamientos dirigidos contra el SNC, tales como la irradiación craneal o craneoespinal, la quimioterapia intratecal (IT) o la quimioterapia sistémica con fármacos con capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica (BHE). Una de las circunstancias que explica la relativa baja frecuencia de recaída neuromeníngea en estos pacientes, además de las estrategias de profilaxis del SNC, es la protección que ejerce la BHE. Se han postulado diversos mecanismos de infiltración neuromeníngea en las neoplasias: a) extensión hematógena por diseminación arterial o a través del plexo venoso de Batson; b) extensión directa desde localizaciones tumorales contiguas; y c) migración centrípeta desde la afectación sistémica siguiendo los espacios perineurales o perivasculares2. También puede producirse diseminación neuromeníngea por “siembra” directa desde la sangre periférica en el líquido cefalorraquídeo (LCR) tras la realización de las punciones lumbares que se efectúan con motivo del cribado y de la profilaxis de la propia infiltración (un mecanismo más propio de las leucemias agudas). Dado el mal pronóstico de la infiltración en SNC, con una supervivencia inferior a 6 meses3-5, resulta esencial la identificación de pacientes con riesgo de recaída de cara a decidir cuándo y cómo administrar profilaxis para dicha infiltración. Dichos factores de riesgo han sido identificados a través del análisis de grandes series retrospectivas, con las limitaciones que ello implica. La histología del linfoma es el principal factor de riesgo para la infiltración neuromeníngea y permite establecer 3 grupos de riesgo: 1) alto riesgo de recaída (> 20-25% de infiltración en SNC), en el que se incluirían los subtipos histológicos de alto grado de malignidad como el linfoma linfoblástico o el de Burkitt, y por tanto con obligatoriedad de realizar sistemáticamente profilaxis de la infiltración neuromeníngea debido a su bien conocida propensión a infiltrar el SNC; 2) bajo riesgo de recaída (< 1%), constituido por los linfomas de bajo grado de malignidad o indolentes (por ejemplo, el linfoma folicular o el de la zona marginal), para los que no se recomienda, en general, profilaxis del SNC; y 3) riesgo intermedio de recaída (aproximadamente 5% de recaída en SNC), constituido por otros linfomas agresivos cuyo paradigma es el linfoma B difuso de células grandes (LBDCG), en los que no hay consenso sobre cuándo debe administrarse dicha profilaxis1,2,6. Entre las dificultades para establecer un consenso sobre la profilaxis del SNC en el LBDCG están ausencia de estudios prospectivos y aleatorizados, el hecho de que la recaída en SNC no sea un acontecimiento frecuente y la heterogeneidad en el tipo y los criterios de profilaxis considerados en los diferentes estudios, que no permiten su comparación. A ello se añade el impacto de las nuevas técnicas diagnósticas más sensibles para la detección de infiltración neuromeníngea oculta, como la citofluorometría multiparamétrica7 o la introducción del tratamiento sistémico basado en inmunoquimioterapia con rituximab. Influencia del rituximab en la infiltración neuromeníngea en LBDCG Tras la introducción de la inmunoquimioterapia, varios estudios sugieren una disminución en la frecuencia de recaída en SNC4,5,8-11 respecto a la era previa a la incorporación de rituximab, lo que probablemente es un reflejo de que el mejor control sistémico del linfoma es responsable de esta disminución. Asimismo, se ha observado I 179 I