El pico Caballera (1.563 m.) es la máxima altitud de la sierra de Caballera, próxima a la de Loarre por el Oeste y a la de Gratal hacia el Este. Extenso panorama el que brinda la cima a quien se acerca hasta esta zona poco visitada por los excursionistas, generosa hacia la Hoya de Huesca y a la de Ayerbe; y vasta y amplia hacia el Pirineo Occidental y Central. Esta ruta de ascensión lo hace por la cara Norte de la montaña, con un desnivel de 660 metros y un tiempo estimado de ida y vuelta sobre las 4 horas y media o 5. Época recomendada, invierno y comienzo de la primavera, en verano mucho calor. Saldremos de Bentué de Rasal, que es uno de esos pueblos que sin estar demasiado lejos de la civilización, parece estar en otro mundo, donde sólo se escucha el canto del gallo, el trino de los pájaros, el mugir de la vaca y el tractor que labra los campos. Aquí lo rural lo domina todo. Para llegar a Bentué hay que dirigirse a la localidad de Arguis, desvío en la vertiente sur del puerto de Monrepós, y tomar la carretera que se introduce en el valle del Garona, no el de Francia, sino el de Bentué y Rasal. La carretera es estrecha, con muchas curvas, pero sin apenas tráfico salvo el del tractor, y en general de buen firme. Por la parte baja del pueblo, pasando entre casas que aún conservan las chimeneas de piedra coronadas por el espantabrujas, junto a una valla metálica de color verde hay un poste del GR-1 a los Pozos y Bolea. No dejar de visitar la plazoleta del pueblo. La primera parte de la excursión discurre por terreno llano, caminando por una pista que a los 15 minutos cruza el barranco de la cuna por una pasarela de troncos. Cerca queda, indicado por un poste, un merendero con bancos, mesas y la fuente del Parral. La pista continúa su llaneo por el valle del Garona, entre chopos y sauces, y tras 20 o 25 minutos más se llega a una pequeña explanada donde termina la pista. Aquí comienza el sendero, que asciende dejando el barranco a la izquierda en un tramo algo angosto que más arriba se abrirá ya cerca del collado de los Pozos. La vegetación es la típica del clima Mediterraneo, con boj, enebro, carrasca y algún acebo, que apenas sombrean el camino. Cerca del collado los erizones se apodera del terreno, como tantas veces ocurre en las sierras del prepirineo oscense, con esos campos dejados de la mano de Dios y de la de inexistente ganadero ; si esto continúa así en unos cuantos años tendremos más bosques que en el Canadá. Llegados al collado de los Pozos, después de algo menos de dos horas de subida, el GR-1 prosigue su marcha en descenso hacia Bolea, postes. A mano derecha sale un ramal de la pista que llega en 10 minutos, desvío a la izquierda, a un refugio de caza poco cuidado. Desde aquí, unos mojones señalan una senda que, por detrás del refugio, sube entre los arizones de la sierra Caballera. Pasamos al lado de los restos de una antigua paridera de ganado, y sólo resta afrontar el duro repecho que tenemos al frente. Es una pista que más arriba suaviza y pasa muy cerca del vértice geodésico del Nabiella, 1517 metros, con un extenso panorama de la Hoya de Ayerbe. Para tener una mejor visión del Pirineo hay que subir un poco más por la pista. Ésta recorre toda la cresta alomada de la sierra haciendo difícil la tarea de averiguar donde está la cima. Un mojón de piedras algo grande parece indicarla, pero vaya usted a saber. Pirineos 3.000 Klaus. Ven y Verás.