tales como el tipo de sustrato, la inclinación y exposición, la orografía, etc., pueden mediatizar notablemente las condiciones generales del clima. Es por ello por lo que para poder entender la vegetación de una región en particular se hace necesario conocer cuáles son las características climáticas y cuáles sus microvariaciones, fundamentalmente en lo concerniente a la temperatura y la precipitación, variables que muchos autores han utilizado para discriminar pisos bioclímáticos a los cuales corresponden distintos tipos de vegetación. Temperatura La temperatura media en el Globo está determinada por numerosos factores, entre los que se cuentan sobre todo la cantidad de radiación recibida del sol y las propiedades absorbentes de la tierra (en función del balance tierras/océanos, la presencia de desiertos, el tapiz vegetal, etc.) y la atmósfera, ésta última notablemente mediatizada por el aumento de gases como el metano, los clorofluorocarbonos (CFCs) y el anhídrido carbónico, gas este último particularmente responsable del efecto invernadero y cuyo aumento hace presagiar un ascenso de 1,5-4,5 °C en la temperatura media de la Tierra para mediados del próximo siglo. Consecuentemente, la mayor o menor claridad de la atmósfera en una región se erige en determinante de la cantidad de radiación que llega a la superficie, y si aquella se mide en horas de sol o insolación podremos tener una idea del calentamiento a lo largo del año y una explicación indirecta para los valores de temperatura. Desde esta perspectiva hay que resaltar que Extremadura recibe anualmente entre 2.600 y 2.750 horas de sol, número que si bien no alcanza al de las zonas más soleadas del suroeste de España (más de 3.250 horas de sol en el Golfo de Cádiz) sí puede decirse que es elevado si se compara con el de otras regiones peninsulares. No obstante, a la cantidad de radiación que alcanza el suelo se suman además factores de tipo regional que condicionan sin duda la temperatura, como son la altitud y el grado de alejamiento al mar o continentalidad. Así, teniendo en cuenta que las altitudes medias en el territorio se encuentran comprendidas entre los 200 y 400 m.s.m., las temperaturas medias predominantes son elevadas si se comparan con las de buena parte del territorio peninsular (donde oscilan entre 13 y 19 °C, exceptuando las de los sistemas montañosos). Puede observarse un gradiente en las isotermas desde los 13 °C del extremo norte hasta los 17 °C de La Serena, Tierra de Barros y cuenca media del río Guadiana, constatándose un lógico descenso de ésta en coincidencia con la ubicación de las principales áreas montañosas (Figura II. 1 y Anexo I). Los valores de la temperatura media anual registrados en el territorio extremeño para el período 1931-1970 (véase Anexo I) oscilan entre los 11,5 °C de la estación meteorológica de Piornal (1.179 m.s.m.) y los 18,5 °C de la Presa de Montijo (205 m.s.m.); la primera es la estación situada a mayor altitud (y dentro del grupo de las de mayor latitud) y la segunda se incluye entre las de menor altitud y con una situación latitudinal intermedia. Al comparar las temperaturas medias de los meses más fríos y más calurosos (en general enero y julio, respectivamente) se aprecia una estacionalidad manifiesta; la amplitud térmica anual oscila entre 16 y 19 °C, lo que refleja una