Apuntes sobre el principio ne bis in idem

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Apuntes sobre el principio ne bis in idem
Alma Beltrán y Puga
Abogada (ITAM) y Maestra en Derecho (Universidad de Columbia, NY)
Javier Couso
Abogado (PUC) y Doctor en Derecho (UC-Berkeley)
Este ensayo aborda el desarrollo jurisprudencial en México y en los
estándares internacionales de derechos humanos de un aspecto central del
principio constitucional del debido proceso, esto es, aquel que dispone que “nadie
puede ser juzgado y castigado dos veces por la misma causa”, denominado ne bis
in idem. El planteamiento que haremos abarca dos preguntas: a) ¿Cómo ha
interpretado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) los principios o
derechos constitucionales que podrían verse vulnerados cuando un mismo hecho
es sancionado dos veces por el Estado en uso de su potestad punitiva?; y b) ¿Qué
estándares internacionales de derechos humanos pueden abonar la tesis que
dicha duplicidad de sanciones atenta contra los derechos humanos garantizados
en la Constitución Mexicana y en los tratados internacionales?
I.
El principio ne bis in idem: su desarrollo en la doctrina y en la
jurisprudencia constitucional
La Constitución Política Mexicana recoge el principio ne bis in idem en el
artículo 23, al establecer que: “Ningún juicio criminal deberá tener más de tres
instancias. Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en
el juicio se le absuelva o se le condene. Queda prohibida la práctica de absolver
de la instancia.” En virtud de este precepto, la doble sanción por unos mismos
hechos representa una vulneración al debido proceso, particularmente al principio
de exclusión de la doble sanción sobre los mismos hechos (conocida en el
derecho anglosajón como ‘double jeopardy’).
Si bien la prohibición del ne bis in idem se encuentra explícitamente
consagrada en la mayoría de las constituciones latinoamericanas1, hay otras de
las cuales se puede desprender de los derechos al debido proceso y las garantías
judiciales.2 Por su parte, en el derecho internacional de los derechos humanos el
1
Veáse, Constituciones de Brasil, Artículo 5, fr. XXXVI; Colombia, Artículo 29, párrafo 3; Costa
Rica, Artículo 42; Honduras, Artículo 95; Nicaragua, Artículo 34.9; Panamá, Artículo 32; Paraguay,
Artículo 64; República Dominicana, Artículo 8.2, inciso h); y Venezuela, Artículo 60.8.
2
Por ejemplo, la Constitución de Chile establece en su artículo 19, N°3, inciso 6° que:
“Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos.” La Constitución de Cuba, en su Artículo 58, considera que:
“Nadie puede ser encausado o condenado sino por tribunal competente, en virtud de leyes
anteriores al delito y con las formalidades y garantías que estas establecen.”
1
referido principio se encuentra explícitamente reconocido en el artículo 14.7 del
Pacto de Derechos Civiles y Políticos3, en el Artículo 8.4. de la Convención
Americana de Derechos Humanos4 y en el 4.1 del Protocolo 7º de la Convención
Europea de Derechos Humanos.5
Por otra parte, cabe subrayar que este principio ha sido, desde tiempos
inmemoriales, universalmente considerado como uno de los aspectos más
importantes del debido proceso.. En efecto, ya en el año 355 A.C., Demóstenes
aseguraba en su “Discurso contra Leptines” que “las leyes prohíben que el mismo
hombre sea enjuiciado dos veces por el mismo hecho”.6 De acuerdo a la doctrina,
existen dos hipótesis en que la prohibición establecida por el principio del ne bis in
idem procede. Primero, cuando se pretende perseguir o sancionar nuevamente a
una persona que ya ha sido condenada por unos mismos hechos. Segundo,
cuando se pretende perseguir o sancionar a una persona que ya ha sido absuelta
por unos mismos hechos.
Adicionalmente, existe acuerdo en que el ne bis in idem supone la
prohibición de volver a perseguir penalmente un acto cuando se da la siguiente
triple identidad: a) que se trate de esencialmente los mismos actos; b) que se trate
de los mismos sujetos involucrados y, c) que el hecho sancionado lo sea por el
mismo fundamento legal.. De acuerdo a van Bockel (2010), los valores que
subyacen al ne bis in idem incluyen: “la libertad individual; la protección de los
derechos humanos; la protección frente a abusos del estado; la justicia; la
proporcionalidad; el estado de derecho; la certeza y la seguridad jurídicas; el
debido proceso; el respeto a la cosa juzgada; la eficacia prosecutorial; y la paz y el
orden social.”7
Adicionalmente, y como lo señala Fletcher (2007), la doble persecución de
un sujeto por un mismo acto inevitablemente conlleva: “costos duplicados de
representación legal; la reiteración de medidas coercitivas contra el perseguido y
su propiedad; y la carga sicológica asociada a procesos sancionatorios
interminables y a la ausencia de un horizonte claro que ponga término al
proceso”.8 Las consideraciones de Fletcher respecto de los valores jurídicos que
3
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Artículo 14.7: “Nadie podrá ser juzgado ni
sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme de
acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país.”
4
Convención Americana de Derechos Humanos, Artículo 8.4: “El inculpado absuelto por una
sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.”
5
Convenio Europeo de Derechos Humanos, Protocolo 7, Artículo 4.1: “Nadie podrá ser perseguido
o condenado penalmente por los tribunales del mismo Estado, por una infracción por la que ya
hubiera sido absuelto o condenado en virtud de sentencia firme conforme a la ley y al
procedimiento penal de ese Estado.”
6
Citado por Bas Van Bockel, en The Ne Bis in Idem Principle EU Law, Wolters Kluwer (2010), pág.
2.
7
Ibid, pág. 4
8
Véase, M. Fletcher, “The problem of multiple criminal prosecutions: building an effective EU
response”, Yearbook of European Law, (2007) disponible en: http://eprints.gla.ac.uk/3811/
2
protege el ne bis in idem se suman a otras planteadas por la doctrina comparada,
y que resume Ingraham: “Entre las justificaciones se pueden mencionar, la
finalidad de los veredictos, consideraciones de justicia y el otorgar a los acusados
la posibilidad de dar por cerrado el proceso. Adicionalmente, el ‘double jeopardy’
protege contra la posibilidad de que los fiscales abusen de su poder (…).”9
Por otra parte, la articulación del ‘punto’ de evitar el double jeopardy se ve
reforzada por lo establecido en la jurisprudencia de la Corte Suprema de los
Estados Unidos. En efecto, hace ya medio medio siglo dicha Corte resolvió en
Fong Foo v. United States (1962) que la prohibición del double jeopardy busca
evitar: "la humillación, los gastos excesivos, la ansiedad y la inseguridad”.10
Posteriormente, la misma Corte estableció que la garantía contra el double
jeopardy busca dar “seguridad psicológica” a los acusados, así como evitar “la
humillación, los gastos y las miserias” que el enfrentar sucesivos procesos por las
mismas ofensas conlleva, y que “fuerzan a los afectados a vivir en un continuo
estado de ansiedad e inseguridad, al tiempo que aumentan la posibilidad de que
incluso un inocente sea declarado culpable.”11
Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha
considerado que el artículo 23 constitucional proscribe ser juzgado dos veces por
el mismo delito, lo que significa que “el enjuiciado no debe ser sometido a una
doble sentencia ejecutoriada, esto es, con la calidad de cosa juzgada, lo que no
ocurre cuando no se ha dictado una sentencia definitiva incontrovertible en el
proceso penal de que se trata.”12 Asimismo, de acuerdo con los criterios
jurisprudenciales de los Tribunales Colegiados, la prohibición constitucional del
“doble juicio” no implica “necesariamente que deban llevarse a cabo dos procesos
que culminen con sentencias, ya sean absolutorias o condenatorias, pues se trata
de proteger con dicha norma jurídica a los gobernados para que éstos no sean
sometidos a dos juicios o procesos por los mismo hechos delictivos, sin que deba
entenderse el término ‘procesar’ como sinónimo de ‘sentenciar’.”13
La jurisprudencia constitucional mexicana también ha refrendado que lo que
se protege a través de este principio son “las garantías de seguridad jurídica y
libertad personal del acusado, dado que impide un doble procesamiento por la
9
Ingraham, Debra, 54 Washington and Lee Law Review (1997), pág. 1198.
Véase Fong Foo v. United States, 369 U.S. 141 (1962), citado en David L. Kane, “The
Applicability of the Double Jeopardy Right to Corporations”, Duke Law Journal, 1977, pág. 732.
11
Véase, Caso Benton v. Maryland, 395 U.S. 784, 796 (1969). Citado en Ingraham, ibid., pag.
1198.
12
SCJN, “AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL. SUS EFECTOS CUANDO SE CONCEDE
POR INCOMPETENCIA POR RAZÓN DE FUERO DEL JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA”, Tesis:
P. XVI/2013 [TA]; 10a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 1; Pág.
358.
13
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, “NON BIS IN IDEM. VIOLACIÓN
AL PRINCIPIO DE.” Tesis: I.3o.P.35 P, [TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo VIII,
Octubre de 1998; Pág. 1171.
10
3
comisión de un mismo delito.”14 Cabe destacar que la SCJN ha distinguido dicho
principio de la reincidencia de un delito en materia penal, considerando que no se
ejerce un doble enjuiciamiento en este caso, “ya que al actualizarse la reincidencia
no está sujetándose nuevamente al procesado a una causa por los mismos
hechos delictivos por los que anteriormente había sido sentenciado.”15 De igual
manera, la SJCN ha señalado que en el concurso real de delitos, la imposición de
las penas inherentes a cada uno de los tipos básicos integrantes del concurso,
además de sus respectivas calificativas (sean agravantes o atenuantes), no
implica una violación al derecho fundamental non bis in idem previsto en el artículo
23 de la Constitución Mexicana.16
Como se advierte de lo enunciado por la doctrina y la jurisprudencia
transcrita, los valores que subyacen al ne bis in idem (o double jeopardy) atañen a
los aspectos medulares de un estado constitucional de derecho, así como a un
sentido básico de justicia, lo que explica que –como observamos más arriba— ya
en la antigüedad clásica este principio fuera identificado como un aspecto
fundamental de todo ordenamiento jurídico.
En síntesis, el principio ne bis in idem:
a) representa un aspecto sine qua non del derecho constitucional a un debido
proceso;
b) ha sido considerado un elemento crucial de todo ordenamiento jurídico
civilizado desde tiempos inmemoriales;
c) forma parte integral del catálogo de derechos fundamentales, en virtud de lo
dispuesto por el artículo 23 de la Constitución Política de la República en relación
al 14.7 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos; y el 8.4 de la Convención
Americana de Derechos Humanos; y
14
Tesis: XXIII.3o. J/4, “VAGANCIA Y MALVIVENCIA. EL ARTÍCULO 190 DEL CÓDIGO PENAL
DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES, AL PREVER PARA LA CONFIGURACIÓN DEL CUERPO
DEL DELITO QUE EL ACTIVO TENGA MALOS ANTECEDENTES COMPROBADOS POR LOS
ARCHIVOS JUDICIALES, TRANSGREDE LAS GARANTÍAS DE SEGURIDAD JURÍDICA Y
LIBERTAD PERSONAL QUE TUTELA EL PRINCIPIO NON BIS IN IDEM, CONTENIDO EN EL
ARTÍCULO 23 CONSTITUCIONAL.” [J]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XVI, Octubre
de 2002; pág. 1301.
15
SJCN, “REINCIDENCIA. EL ARTÍCULO 33 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE
VERACRUZ QUE ESTABLECE CUÁNDO SE ACTUALIZA, NO VIOLA EL DERECHO
FUNDAMENTAL NON BIS IN IDEM.” Tesis: 1a. CXLIII/2013, [TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y
su Gaceta; Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1; pág. 573.
16
SCJN, Tesis: 1a./J. 97/2012, “CONCURSO REAL DE DELITOS CALIFICADOS. LA AUTORIDAD
JUDICIAL DEBE IMPONER LAS PENAS INHERENTES A CADA UNO DE LOS TIPOS BÁSICOS,
ADEMÁS DE SUS RESPECTIVAS CALIFICATIVAS, SIN QUE ELLO IMPLIQUE UNA VIOLACIÓN
AL DERECHO FUNDAMENTAL NON BIS IN IDEM PREVISTO EN EL ARTÍCULO 23
CONSTITUCIONAL.” [J]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVI, Enero de 2013,
Tomo 1; pág. 551.
4
d) busca proteger valores constitucionales e internacionales de la mayor
importancia, como lo son la seguridad y la certeza jurídica, la libertad personal y la
protección contra el abuso de agentes del estado.
II.
El principio ne bis in idem en los estándares internacionales de
derechos humanos
Como lo señala el Comité de Derechos Humanos, la mayoría de los
Estados establecen una clara distinción entre la reanudación de un proceso
justificada por circunstancias excepcionales y el “doble juicio”, cosa prohibida en
virtud del principio ne bis in idem contenido en el Artículo 14.7 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.17 Si bien esta disposición es similar a
la comprendida en el artículo 8.4 de la Convención de Derechos Humanos, hay
quienes sostienen que la redacción del Pacto es más comprensiva que la de la
Convención Americana, que sólo se refiere a que la persona inculpada “absuelta”
no pueda ser juzgada doblemente por los mismos hechos.18 Sin embargo, ambas
disposiciones deben interpretarse de la manera más favorable a la persona, por lo
que sería incongruente que no se aplicara la prohibición de doble juicio en casos
de personas inculpadas “condenadas”, lo cual iría en contra de las garantías
judiciales establecidas en el propio artículo 8 de la Convención Americana.
En este sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte
IDH), ha señalado que dicho principio “busca proteger los derechos de los
individuos que han sido procesados por determinados hechos para que no vuelvan
a ser enjuiciados por los mismos hechos”, confiriendo la Convención Americana
un beneficio amplio a la víctima al utilizar la expresión “los mismos hechos” y no
“el mismo delito”.19 La Corte ha reiterado que el principio ne bis in idem se
sustenta en la prohibición de un nuevo juicio sobre los mismos hechos que han
sido materia de la sentencia dotada con autoridad de cosa juzgada en su
jurisprudencia.20
La Corte IDH aplicó por primera vez el principio ne bis in idem en el Caso
Loayza Tamayo Vs. Perú (1997), considerando al Estado peruano responsable por
la violación al artículo 8.4 de la Convención, al ser juzgada la señora María Elena
Loayza Tamayo en la jurisdicción ordinaria por los mismos hechos por los que
17
Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 13, Administración de justicia (artículo
14), U.N. Doc. HRI/GEN/1/Rev.9,Vol.I, (1984) párr. 19.
18
Ver comentarios de Julio Maier al artículo 8.4 de la Convención Americana en Carolina Loayza y
Nicolás Piérola, El principio non bis in ídem y su tratamiento en el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos: el Caso de Loayza Tamayo, p. 837, disponible en:
19
Corte IDH, Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Fondo, párr.
66.
20
Véase, Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Fondo. Caso
Mohamed Vs. Argentina, Sentencia de 23 de noviembre de 2012. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas.
5
había sido absuelta en la jurisdicción militar.21 La Corte IDH ha ido robusteciendo
su jurisprudencia sobre los límites y alcances de la justicia militar, reiterando que
su aplicación a civiles viola las normas del debido proceso establecidas la
Convención Americana sobre el derecho a un juez competente, independiente e
imparcial (artículo 8.1).22 Por lo tanto, en casos posteriores al de Loayza, los
alegatos referentes a la violación al principio ne bis in idem cuando una de las
sentencias es pronunciada por un juez militar, se han subsumido en violaciones al
debido proceso (artículo 8.1).23
Por otra parte, la Corte ha señalado que el principio ne bis in idem no es
absoluto, y no resulta aplicable cuando:
i) la actuación del tribunal que conoció el caso y decidió sobreseer o absolver al
responsable de una violación a los derechos humanos o al derecho internacional
obedeció al propósito de sustraer al acusado de su responsabilidad penal; ii) el
procedimiento no fue instruido independiente o imparcialmente de conformidad con
las debidas garantías procesales, o iii) no hubo la intención real de someter al
responsable a la acción de la justicia. 24
Al examinar las consideraciones del Estado de Chile en el Caso Almonacid,
la Corte IDH señaló que el Estado no podrá argumentar prescripción,
irretroactividad de la ley penal, ni el principio ne bis in idem para excusarse de su
deber de investigar y sancionar a los responsables de un crimen de lesa
humanidad.25 Por lo tanto, cuando la sentencia sea pronunciada en las
circunstancias indicadas arriba se produce una cosa juzgada “aparente” o
“fraudulenta”, siendo posible re-abrir las investigaciones si aparecen nuevos
hechos o pruebas que puedan permitir la determinación de los responsables de
violaciones a los derechos humanos. Incluso, “si existe un sentencia absolutoria
en calidad de cosa juzgada, puesto que las exigencias de la justicia, los derechos
de las víctimas y la letra y espíritu de la Convención Americana desplaza la
protección del ne bis in idem.”26
21
Caso Loayza Tamayo, op.cit., párr. 77.
Véase Corte IDH, Caso Durand y Ugarte, Vs. Perú. Sentencia de 16 de agosto de 2000. Fondo.
párr. 117; Caso Cesti Hurtado Vs. Perú. Sentencia de 26 septiembre de 1999. Fondo, párr. 151;
Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú, Sentencia de 30 de mayo de 1999. Fondo, Reparaciones y
Costas, párr. 128; Caso Fernández Ortega y Otros Vs. México. Sentencia de 30 de agosto de
2010. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
23
Véase, Corte IDH, Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Sentencia de 18 de agosto de 2000.
Fondo, párr. 140.
24
Corte IDH, Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile, Sentencia de 26 de septiembre de 2006,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, párr. 154.
25
Ibid, párr. 151. El caso se refiere a la presunta falta de investigación y sanción de los
responsables de la ejecución extrajudicial del señor Almonacid Arellano, a partir de la aplicación
del Decreto Ley No. 2.191, ley de amnistía, adoptada en 1978 en Chile.
26
Idem. La Corte IDH consideró que la causa penal fue llevada por tribunales que no guardaban la
garantía de competencia, independencia e imparcialidad. Por lo tanto, la aplicación del Decreto Ley
No. 2.191 consistió en sustraer a los presuntos responsables de la acción de la justicia y dejar el
crimen cometido en contra del señor Almonacid Arellano en la impunidad. En consecuencia, el
22
6
En casos posteriores sobre detenciones arbitrarias y desapariciones
forzadas, la Corte ha reiterado estos criterios, indicando que el Estado debe
remover todos los obstáculos, de facto y de jure, que mantienen la impunidad, e
iniciar las investigaciones que sean necesarias para determinar a las personas
responsables de las violaciones, sin que se pueda argumentar como excusa el
principio ne bis in idem.27
Si bien el ne bis in idem fue originalmente concebido para evitar sancionar
penalmente a una o más personas por unos mismos actos, tanto la doctrina como
la jurisprudencia europea han establecido categóricamente que, cuando se ha
aplicado una sanción administrativa que es seguida de una persecución penal a
las mismas personas que perpetraron los hechos que dieron lugar a la sanción
administrativa, debe considerarse que también se está violando el ne bis in idem,
puesto que debe reputarse que el ejercicio de potestades administrativosancionatorias es también expresión del poder punitivo del Estado.
En la doctrina europea, esta posición ha sido defendida recientemente por
Huet, Koerin Joulin y van Bockel, ya que “no existe ninguna diferencia en la
naturaleza de sanciones administrativas y penales ya que ambas tienen la misma
finalidad represiva”.28 Asimismo, argumentan que “en muchas instancias, la única
distinción entre sanciones penales y sanciones administrativas se relaciona con la
naturaleza del órgano público o agencia que la dispone (el ministerio público, el
juez, o una agencia administrativa). Pero incluso esa distinción ‘orgánica’ no es
absoluta. En muchos estados miembros (de la Unión Europea) existen agencias
gubernamentales que tiene la facultad de imponer sanciones de naturaleza tanto
penal como administrativa.”29
El abandono de la doctrina de que la naturaleza del órgano determina el
carácter penal o administrativo de sanciones estatales que tienen la misma
finalidad represiva ha sido aceptada además por la jurisprudencia europea. En
efecto, la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) resolvió en el Caso
Zolotukhin v. Russia30 que se vulnera el debido proceso cuando un mismo acto
cometido por una misma persona es objeto de dos persecuciones sucesivas: una
de carácter administrativo-sancionatoria y otra de carácter estrictamente penal.31
Estado no puede auxiliarse en el principio de ne bis in idem, para no cumplir con lo ordenado por la
Corte.
27
Véase, Corte IDH, Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. Bolivia. Sentencia de 1 de septiembre
de 2010. Fondo, Reparaciones y Costas, párr. 237, b).
28
Véase, Van Bockel, op. cit,pág. 74.
29
Idem.
30
Véase Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH), Caso Sergey Zolotukhin v. Russia, (Grand
Chamber), Febrero 10, 2009 (Appl. No. 1493/03), párrs. 83 y ss. El resumen de este caso y análisis
del mismo puede encontrarse en el sitio web: http://www.londonmet.ac.uk/researchunits/hrsj/affiliated_centres/ehrac/ehrac-litigation/case-summaries/criminal-justice/zolotukhin-vrussia.cfm
31
El Caso Sergey Zolotukhin v. Russia vino a coronar una vasta jurisprudencia que fue
gradualmente perfilando el entendimiento que la CEDH tiene actualmente de la naturaleza y
7
En su fundamentación de su sentencia en Zolotukhin v. Russia, la CEDH
comenzó describiendo la forma en que la noción de la ‘ofensa’ es definida en
distintos instrumentos internacionales, incluyendo la Convención Europea y la
Americana de Derechos Humanos, concluyendo que la noción de una “misma
ofensa” se refiere al “mismo acto”.32 Luego, la CEDH analizó si el procedimiento
administrativo sancionador utilizado originalmente en el Caso Zolotukhin tuvo en
efecto una naturaleza asimilable a lo penal. Basado en los tres criterios
establecidos en Engel y otros v. Holanda,33 la Corte Europea de Derechos
Humanos concluyó que el afectado fue procesado en la vía penal por los mismos
actos que en el primer set de procedimientos ‘administrativos’, siendo el
procedimiento administrativo sancionador asimilable a uno de naturaleza penal,
por lo que existió una violación al artículo 4 del Protocolo 7 del Convenio Europeo
de Derechos Humanos, que consagra el ne bis in idem.
En las palabras de la CEDH: “el concepto de ‘la misma ofensa’ debe ser
interpretado como una prohibición contra un segundo proceso o persecución que
está basado en hechos que son los mismos, o esencialmente los mismos, que los
del primer procedimiento. Los hechos relevantes son hechos que derivan de la
misma persona y están conectados en tiempo y en espacio”.34 La doctrina y la
jurisprudencia comentada recién analizada confirma un antiguo fallo del Tribunal
Constitucional de España que, ya en 1981, había establecido que:
El principio general del derecho conocido por ne bis in idem supone, en una de sus
más conocidas manifestaciones, que no recaiga duplicidad de sanciones administrativa y penal- en los casos en que se aprecie la identidad del sujeto,
hecho y fundamento sin existencia de una relación de supremacía especial de la
Administración -relación de funcionario, servicio público, concesionario, etc....- que
alcance del principio ne bis in idem. Entre los casos previos mencionados por Van Bockel, se
encuentran: C-397/03 Archer Daniels Midland and Archer Daniels Midland Ingredients v. Comm’n,
18 Mayo de 2006; T-64/06, FLS Plast v. Comm’n, 22 de abril de 2006; T-423/05, Olympiaki
Aeroporia Ypiresies v. Comm’n, 25 de marzo de 2006; T-39/06, Transcatab v. Comm’n, 24 de
marzo de 2006; C-289/04, Showa Denko v. Comm’n, 19 de enero de 2006; C-308/04, SGL Carbon
v. Comm’n, 19 de enero de 2006; C-328/05, SGL Carbon v. Comm’n, 12 de noviembre de 2005; T38/02, Groupe Danone v. Comm’n, 25 de octubre de 2005; C-416/02, Comm’n v. Spain, 8 de
septiembre de 2005; C-304/02, Comm’n v. Francia, 12 de julio de 2005; C-189/02 P, Dansk
Rørindustri v. Comm’n, 28 de junio de 2005; T-71/03, Tokai Carbon v. Comm’n, 15 de junio de
2005; T-11/05, Wieland-Werke y Otros v. Comm’n, 16 de abril de 2005; C-455/02, Sgaravatti
Mediterranea v. Comm’n, 29 de abril de 2004; T-236/01, Tokai Carbon v. Comm’n, 29 de abril de
2004; C-196/03, Lucaccioni v. Comm’n, 19 de marzo de 2004; T-410/03, Hoechst v. Comm’n, 6 de
marzo de 2004; T-245/03, FNSEA y Otros v. Comm’n, 21 de enero de 2004. Véase, Van Bockel,
op.cit., pág. 107.
32
Veáse Caso Sergey Zolotukhin v. Russia, op.cit., párr. 84.
33
CEDH, Caso Engel y otros v. the Netherlands (5100/71), 1976, estableciendo que para que el
principio del ne bis in idem proceda debe determinarse si: a) ambas sanciones o persecuciones
están son basadas esencialmente en los mismos hechos y, b) si ambas sanciones o persecuciones
atañen a esencialmente a las mismas personas.
34
Veáse Caso Sergey Zolotukhin v. Russia, op.cit., pág. 84.
8
justificase el ejercicio del ius puniendi por los Tribunales y a su vez de la potestad
sancionadora de la Administración.35
Más recientemente, y producto de su carácter como un principio general de
derecho, el ne bis in idem ha sido explícitamente reconocido por la Corte Europea
de Derechos Humanos como un principio fundamental del derecho europeo de la
libre competencia.36
Asimismo, la doctrina española sostiene que una adecuada interpretación
del ne is in idem debiera hacer extensivo el principio a persecuciones penales
sucesivas a sanciones administrativas aplicadas a una misma persona por unos
mismos hechos. De acuerdo con el jurista chileno Enrique Alcalde, esto último es
así por las siguientes consideraciones jurídicas:
(i) La unidad y coherencia que caracterizan el sistema jurídico impiden que una
misma situación pueda ser simultáneamente tratada por órganos estatales
distintos, lo cual, de aceptarse, implicaría un quiebre de su lógica interna; (ii) Dado
que la imposición de cualquiera sanción —administrativa o penal— supone que el
órgano público al cual se le ha encomendado su aplicación deba proceder a una
calificación jurídica de los hechos, admitir la duplicidad de sanciones que importa
el bis in idem podría traducirse en el absurdo de que ante igual sustrato fáctico, la
reacción estatal pudiera ser diversa; y (iii) Dentro de los principios generales del
Derecho, la seguridad jurídica, de un modo mediato, y la proporcionalidad como
criterio limitativo de toda intervención estatal, de manera inmediata, conllevan la
necesidad de evitar que el Estado pueda ocuparse dos o más veces de ‘lo mismo’
a pretexto de ser diversos los órganos a los cuales se atribuye competencia en tal
sentido (…).37
Como se puede advertir, tanto la doctrina como la jurisprudencia europea
contradicen frontalmente la obsoleta teoría que identifica la naturaleza jurídica de
las sanciones de acuerdo al órgano que las decreta y que, consiguientemente,
atribuye una naturaleza administrativa a las sanciones impuestas por órganos
administrativos y una naturaleza penal a las sanciones impuestas por órganos
jurisdiccionales de tipo penal. Contrastando con esta forma mecánica y
nominalista de identificar el tipo de sanción de que se trate, la jurisprudencia
mencionada en esta sección confirma que en décadas recientes se ha vuelto cada
vez más frecuente que órganos administrativos ejerzan en los hechos funciones
jurisdiccionales e impongan sanciones de carácter en efecto penal.
En este sentido, resulta relevante mencionar el fallo Alessandri Rodríguez
con Dirección de Impuestos Internos (1965), en el que la Corte Suprema de Chile
35
Sentencia del Tribunal Constitucional de España, Sala Primera. STC 2/1981, de 30 de enero de
1981 (BOE núm. 47, de 24 de febrero de 1981).
36
Van Bockel, op. cit., pág. 45.
37
Véase Enrique Alcalde “Non bis in idem y penas administrativas”, en El Mercurio Legal, 18 de
junio
de
2012,
disponible
en:
http://www.elmercurio.com/Legal/Noticias/AnalisisJuridico/2012/06/18/Non-bis-in-idem-y-penas-administrativas.aspx. Alcalde también menciona otro
fallo de la Corte Suprema en abono de su tesis (RDJ, t. XLVIII, Nºs 1 y 2, Secc. IV, 1951).
9
argumentó también en favor de la naturaleza penal de algunas sanciones
impuestas por órganos administrativos:“las sanciones administrativas no mudan su
naturaleza de verdaderas penas por la mera circunstancia de no haber sido
establecidas por leyes exclusivamente criminales, ni por el hecho de que su
aplicación corresponda a organismos distintos de los tribunales de justicia.”38
En virtud de lo anteriormente expuesto, las tesis jurisprudenciales de la
SCJN y de los Tribunales Colegiados de Circuito que hemos revisado se
encuentran en consonancia con los estándares de protección interamericanos, ya
que consideran al principio ne bis in idem como un elemento fundamental del
debido proceso, proscribiendo el doble enjuiciamiento. Asimismo, la interpretación
judicial que se haga en futuros casos donde se puede vulnerar este derecho debe
plegarse a las técnicas de interpretación reconocidas en la Constitución (el
principio pro persona y la interpretación conforme) así como a los principios de
derechos humanos contenidos en los tratados internacionales de los que México
es parte. En este sentido, el significado de expresiones como “los mismos hechos”
o lo que debe entenderse por “cosa juzgada” a nivel internacional, deben orientar
la interpretación judicial y la aplicación de las normas por las autoridades penales
y administrativas.
En consonancia con lo expresado por la SCJN, así como por otras cortes
nacionales, nos parece que la jurisprudencia internacional citada en relación al
alcance y naturaleza del ne bis in idem es especialmente relevante para la
interpretación de dicho principio constitucional. Asimismo, se desprende de los
estándares internacionales de derechos humanos que el ordenamiento jurídico
mexicano hace extensiva la prohibición del ne bis in idem a situaciones en que
una sanción (o absolución) decretada en un proceso administrativo sancionatorio
es seguida por una persecución (o sanción) penal.
38
Suprema Corte de Justicia de Chile, Alessandri Rodríguez con Dirección de Impuestos Internos
(1965). CS 27.12.1965 en RD 62 (1965) 2.3, págs. 114-119.
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