Programa de sensibilización e implementación de alcoholímetro en

Seguridad Pública y Justicia: acceso, procuración y métodos alternos de solución de
controversias
“PROGRAMA DE SENSIBILIZACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DE ALCOHOLÍMETRO EN
BARES.”
Cada año, alrededor de 1.2 millones de personas mueren y muchos millones más resultan heridos
o discapacitados como resultado de los accidentes de tráfico. Además de generar enormes
costos sociales para los individuos, familias y comunidades, los resultados provenientes
de accidentes de viales representan una importante carga para los servicios de salud y las
economías.
Ante este panorama, es necesario que se actúe urgentemente de forma adecuada y específica, por
lo que, la introducción de establecer límites de velocidad, la creación de infraestructuras
más seguras, la aplicación de leyes sobra la concentración de alcohol en sangre durante la
conducción y las mejoras en seguridad de los vehículos son intervenciones que han sido
comprobadas y que demuestran repetidamente ser efectivas. (Escamilla Castañeda, s.f
COEPRA
Actividades
2010-2013,
http://om.bajacalifornia.gob.mx/uct/transparencia
bc/040_inforelevante/prevencion_accidentes.pdf)
La implementación de los Operativos de Alcoholemia a Conductores de Vehículo de Motor a
partir de 2011, en tres municipios prioritarios del Estado de Baja California (Tijuana, Mexicali,
Ensenada) por parte del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes de Baja California en
conjunto con la Secretaria de Salud y las Corporaciones Policiacas Municipales de cada ciudad
han significado un gran avance en materia de seguridad pública y prevención de accidentes,
reduciendo los índices de homicidios y lesiones a causa de accidentes de tránsito ocasionados por
conductores en estado de ebriedad.
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Sin embargo, a pesar del gran avance logrado en estadísticas, parte de la población del estado de
Baja California que ingiere bebidas alcohólicas y maneja un vehículo automotor aún se muestra
temerosa, desconfiada e inconforme con la operación de los programas de alcoholemia instalados
aleatoriamente en distintos puntos de los municipios. En primer lugar por la pobre imagen de
efectividad y confianza que proyectan los agentes municipales, a quienes en más de una ocasión
se les ha calificado de arbitrarios y corruptos. En segunda instancia, porque se desconoce el
protocolo correcto de actuación desde la detención y detección hasta la sanción de conductores
alcoholizados. Y el tercer motivo, el ciudadano desconoce si el aparato tecnológico empleado en
la detección esta calibrado de forma correcta y siendo así, si la persona que lo emplea y lleva a
cabo el examen está calificada para ello. Aunado a esto, la culminación de todos los temores
anteriores, las elevadísimas multas y el secuestro del vehículo, que al resultar impagables
finalizan en el detrimento patrimonial del bajacaliforniano.
Según cifras del COEPRA a partir de la mayoría de edad la mayor parte del consumo de alcohol
se da en la población que se encuentra entre los 18 y los 29 años y en menor nivel pero aún
significativo hasta los 45 años, que coincide con la edad de la población económicamente activa
en la región, para la industria del alcohol y todos los giros comerciales que dependen de ella, en
especial los espacios dedicados a la venta y consumo público representa su principal mercado;
mientras que para los ayuntamientos se traduce en derrama económica.
Las medidas pertinentes para convencer de la efectividad del Alcoholímetro a la mayoría de los
sectores sociales ya fueron tomadas por el COEPRA, desde foros de discusión, mesas redondas,
conferencias, entregas de panfletos, campañas de concientización en centros escolares, sedes
gubernamentales y espacios públicos, no obstante, se relegó por completo de esta estrategia de
sensibilización a la parte más importante de la población en su lugar de concentración, la que
ingiere bebidas alcohólicas en bares y centros nocturnos.
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El motivo y razón de ser del presente ensayo es llevar la conciencia y cultura de la prevención a
los lugares de reunión de las personas que suelen ingerir bebidas embriagantes para demostrar el
funcionamiento y efectividad del Programa Alcoholímetro, así como la implementación de un
plan consistente en tres grandes ejes para su correcto aprovechamiento como una herramienta de
enorme utilidad en la prevención de accidentes.
Desarrollo
La estrategia que se propone para lograr el fin ya antes mencionado consiste en un programa de
trifásico que conducirá gradualmente a la familiarización, aceptación y correcta utilización del
Programa de Medición de Alcoholemia hasta lograr introducirlo en los centros nocturnos,
beneficiando de forma directa a la población que ingiere bebidas alcohólicas en establecimientos
comerciales, y de forma indirecta al resto de la población. Las fases son las siguientes:
1. Brigadas de sensibilización.
2. Alcoholímetro amigable en bares.
3. Implementación de medidor de alcoholemia en establecimientos como requisito para la
operación de permisionarios.
Tres pasos de enorme trascendencia que colocaran a la ciudadanía entera un paso más cerca de la
consolidación de un medio ambiente seguro que propicie el desarrollo integral de los individuos y
a Baja California a la vanguardia en materia de salubridad y seguridad pública.
1. Brigadas de sensibilización.
Las brigadas de sensibilización tienen como objetivo dar a conocer toda la información del
programa alcoholímetro desde un punto de vista científico, de una forma objetiva y veraz, con un
toque humanista e incluyente que haga sentir al público en general como parte importante del
desarrollo de la estrategia, contando para ello con un personal multidisciplinario capacitado y
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calificado que unirá los esfuerzos de la Secretaria de Salud del Estado, las Corporaciones
Policiacas de los municipios, compañías artísticas del Estado y talento local juvenil como un gran
equipo en las inmediaciones de bares, discotecas y centros nocturnos para crear conciencia y
cultura de prevención en la ciudadanía.
1A) Puestas en escena.
Con la ayuda del talento local que se dedica a hacer teatro en el Estado y la cooperación de las
autoridades municipales, se representaran tanto en banquetas como en calles cerradas aledañas a
los centros nocturnos, pequeñas obras que simulen el actuar de jóvenes adultos imprudentes y las
posibles fatales consecuencias que ocasiona el combinar la conducción de un vehículo con el
alcohol. Al finalizar con las escenas se entregaran panfletos con mensajes de prevención e
instrucciones acerca de cómo actuar en caso de un accidente automovilístico, siendo testigo o
parte del siniestro.
1B) Proyección de videos.
Con una campaña previa de publicidad que incluirá una convocatoria donde se premie a los tres
primeros lugares resultantes de la calificación de un jurado experto en la materia, se invitará al
talento local a elaborar videos de corta duración en los cuales se traten temas relaciones a las
consecuencias del mal uso y abuso del alcohol. Empleando cañones, pantallas, bocinas y sistemas
de sonidos se proyectaran en sitios públicos cercanos a los centros de vida nocturna los videos
ganadores que se serán presentados por sus creadores, quienes explicaran el mensaje que
intentaron transmitir en el cortometraje. De igual forma al finalizar las proyecciones se repartirán
panfletos con información e instrucciones de prevención y se permitirá a los artistas un espacio
para publicidad personal.
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1C) Mitos y tabúes del alcoholímetro.
En los espacios públicos cercanos a los ya mencionados lugares, personal de la secretaria de
salud y peritos en el uso del aparato indicador de niveles de alcoholemia, en una especie de foro,
explicaran el funcionamiento del aparato y estarán abiertos a contestar al finalizar la exposición,
las dudas y preguntas que ayuden a desmentir todos los mitos que existen alrededor de la
tecnología en cuestión. Culminando la fase de preguntas con la entrega de panfletos alusivos a la
información expuesta.
1D) Conferencias de Salud.
Con la ayuda de personal de la Secretaria de salud y peritos en la materia, situados en espacios
públicos abiertos, se llevaran a cabo conferencias en las que se explique las diferentes fases de la
alcoholemia, sus consecuencias en el cuerpo humano, el proceso de la metabolización del alcohol
así como las lesiones más frecuentes que se presentan en la sala de emergencia y que tienen como
raíz la conducción de un vehículo bajo los efectos del alcohol.
1E) Reglamento de Tránsito y Experiencias Policiacas.
Por su parte, los agentes municipales ubicados en stands cercanos a la vida nocturna, explicaran
lo concerniente al Reglamento de Tránsito Local, las posibles infracciones y los montos de las
multas a las que se hace acreedor el conductor que maneje en estado de ebriedad, manifestaran
útiles consejos relacionados a la prevención de accidentes y de forma gráfica expondrán cuál es
su procedimiento para detectar a los posibles infractores, así como algunas anécdotas que
permitan al público conocer el punto de vista de las autoridades, convivir con ellos, familiarizarse
con su presencia e incluso identificarse con alguna de las situaciones vividas por los agentes.
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1F) Simulación y explicación de un punto de revisión.
Se montará un simulador que emule exactamente las mismas condiciones tanto físicas como
operativas del Programa Alcoholímetro y se invitará a la ciudadanía presente a participar en la
explicación guiada que los llevará a recorrer el lugar de revisión como si ellos fuesen las personas
que se examinaran. El simulador contará con todo el personal con el que funciona normalmente
un punto de revisión y será cada uno de estos elementos quienes explicaran las actividades que
llevan a cabo dentro de la estación. El guía se encargará de explicar al público asistente de una
forma práctica y entendible el protocolo entero que tiene lugar antes, durante y después de la
detección y detención de la persona presuntamente infractora, también estará en disposición de
dar contestación a toda duda que pueda surgir a lo largo del recorrido. Lo que se persigue con
esta simulación es acercar al ciudadano al conocimiento del protocolo de actuación, en un estado
de completa relajación, sin el estrés y temor que representa ser detenido y examinado en una
situación real, de esta manera podrá observar que en realidad no hay nada que temer y
convencerse que el personal encargado se encuentra totalmente calificado para desarrollar la
tarea.
1G) Simulación de un accidente.
Auxiliados por el personal de bomberos, paramédicos, y agentes policiacos se simulará, frente a
una audiencia en una calle cerrada cercana a los centros nocturnos, el protocolo de acción que se
despliega en conjunto por las autoridades y rescatistas en caso de un accidente de tránsito, donde
los profesionales harán gala de su conocimiento y de las herramientas con las que se cuenta en
materia de emergencias y rescate.
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Es importante recalcar que todas las anteriores estrategias descritas se deberán llevar a cabo
necesariamente durante el transcurso de la noche, en horas y días de mayor afluencia cerca de las
zonas de consumo.
2. Alcoholímetro amigable en bares.
Una vez terminada la etapa de sensibilización, comenzará la segunda fase de la estrategia y con
ella dará inicio también el programa “Alcoholímetro amigable” que tiene por objetivo colocar
puntos móviles de revisión voluntaria, que no ameriten sanción de ningún tipo, dentro y fuera de
los establecimientos, donde la autoridad invitará a la ciudadanía a que se acerque confiadamente
a practicarse un examen para conocer sus niveles de alcohol al momento. De esta manera se
busca fortalecer el vínculo entre la autoridad y el gobernado, y familiarizar positivamente al
ciudadano con el uso del alcoholímetro. El funcionamiento del programa se explica a
continuación:
Se elaborará por cada municipio un mapa donde se marquen las mayores zonas de concentración
de bares y centros nocturnos, clasificándolas con colores diferentes de acuerdo al número de
negocios existentes. Serán consideradas “zonas rojas” aquellas donde se encuentre una
concentración de 10 bares o más. Se considerarán “zonas amarillas” las que concentren de 2 a 9
bares. Finalmente se denominarán “zonas naranja” aquellos bares y centros nocturnos únicos en
su circunscripción territorial más próxima, pero que concentren un gran número de asistencia por
parte de los consumidores.
Se deberá adquirir un número suficiente de aparatos medidores de alcoholemia y boquillas de
soplo desechables considerando las necesidades particulares de cada municipalidad según el
número de zonas marcadas en los mapas.
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Se creará un reglamento procedimental, de acuerdo al cual se capacitará a personal suficiente en
actuación protocolaria y correcto uso de la tecnología ya mencionada. Se les organizará en binas
para que operen un mismo dispositivo.
Se trazará un plan de acción en cada ciudad del Estado en el que se repartirán la cantidad de
negocios entre los equipos existentes, procurando que el mayor número de aparatos se coloquen
en las “zonas rojas” con el objetivo de cubrir la totalidad de áreas con el máximo de efectividad.
Los operadores del dispositivo se adentrarán con cordialidad y respeto en cada uno de los
negocios asignados de acuerdo al plan, mostrando al encargado de la negociación la orden
fundada y motivada por la autoridad responsable e identificándose como el personal que llevará a
cabo la práctica de la diligencia, apercibiéndoles que al no permitir el paso o el correcto despacho
del mandato se incurren en responsabilidad, haciéndose acreedores a una sanción administrativa.
Una vez dentro del establecimiento los operarios procederán a exhortar a los consumidores para
la práctica del examen de forma sutil y respetuosa. Se explicará al voluntario el funcionamiento
del dispositivo y se le notificará del resultado. A petición del particular la prueba puede realizarse
tanto fuera como dentro de los establecimientos.
Cuando la demanda llegué a resultar excesiva y merme la cantidad de insumos en almacén, se
podrá establecer un cobro mínimo por prueba que representará el costo por unidad al mayoreo de
la boquilla desechable únicamente, precio que será publicitado para evitar el abuso con cobros
excesivos por parte de los practicantes.
El programa “Alcoholímetro amigable” solo estará vigente temporalmente pues representa una
fase de transición a la tercera etapa de la estrategia. El horario de funcionamiento queda sujeto a
modificaciones.
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3. Implementación de medidor de alcoholemia en establecimientos como requisito para
la operación de permisionarios.
Esta fase final representa la culminación del esfuerzo conjunto de las dos etapas anteriores por
parte de las autoridades y exhorta a la iniciativa privada a sumarse como colaboradora activa en
la prevención y concientización del consumidor.
El objetivo es que todo establecimiento dedicado a la venta y consumo de alcohol dentro de sus
instalaciones cuente permanentemente con un medidor de alcoholemia al que el consumidor
pueda acudir de forma voluntaria a examinarse, el usuario recibirá un comprobante que indicará
lugar, fecha, hora y el nivel de alcohol en la sangre. A cambio del servicio prestado contribuirá
con una módica cantidad en pecunia, regulada por el Estado, que será depositada en el dispositivo
la cual significará un ingreso extra para los negocios.
Será necesario reformar los reglamentos para la venta, almacenaje y consumo público de bebidas
alcohólicas de los municipios que conforman Baja California, añadiendo como parte de las
obligaciones de los permisionarios, para la revalidar o tramitar por primera ocasión el permiso de
operación, contar con mínimo un dispositivo medidor de alcoholemia funcional, para los giros:

Bar turístico.

Bar terraza.

Billar.

Discoteca.

Café cantante.

Centro de espectáculos.
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Se añadirán de forma complementaria a los reglamentos los siguientes puntos:

Requisitos técnicos del dispositivo.

Número de dispositivos necesarios de acuerdo al tamaño del local.

Protocolo de inspección de dispositivos por parte de la autoridad.

Multas por incumplimiento.
Además de acoplarse a las necesidades particulares de cada reglamento, para así tener
fundamentado de una forma legal el total del procedimiento.
Factibilidad del proyecto.
Si bien cada una de las etapas de la estrategia representa retos distintos, estos no son imposibles
de realizar, abordarlos con seriedad y compromiso garantiza el éxito del plan.
La primera etapa requiere de personal de Policía, Rescatistas-paramédicos, y expertos en Salud.
El gobierno del estado y los municipios proveerán del personal policiaco y de salud, mientras que
a los rescatistas deberá pagárseles una remuneración.
Se solicitará la ayuda del IMJUV de cada municipio para llevar a cabo la convocatoria, organizar
la competencia y premiar a los primeros lugares en el concurso de cortometrajes.
Para las representaciones teatrales se solicitará la ayuda del Instituto de Bellas Artes del Estado
de Baja California y de algunas compañías de teatro locales dispuestas a cooperar en la campaña.
A los diferentes ayuntamientos se les solicitará el préstamo de un estuche medidor de
alcoholemia con el fin de explicar su funcionamiento en las conferencias, además de requerirles
la simulación del puesto de revisión aleatoria.
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En cuestión de gasto, se requiere papelería para folletos, stands para las diferentes exposiciones,
un coche chatarra para la simulación del accidente y sueldos de personal. Bien direccionados, los
costos del primer eje serán mínimos.
La segunda etapa de la campaña requiere de personal y capacitación en el uso adecuado del
estuche medidor de alcoholemia y correcto manejo de los reglamentos municipales.
Será necesaria la compra de estuches para pruebas de alcoholemia y boquillas. Cada municipio se
armará con diferente número de estuches, esto de acuerdo a la necesidad según las zonas de
concentración de establecimientos previstas en el plan de acción. Según cifras oficiales por parte
del Comité Estatal para la Prevención de Accidentes en su informe de actividades del 2010-2013,
el costo por estuche ronda entre los $20,000 y $23,000 pesos, con una inversión extra para
impresora de alcoholímetro y boquillas de $16,200 pesos (Véase pág. 6 del informe).
El plano municipal de concentración de establecimientos de consumo público de alcohol se
realizará en base a la información recabada en las oficinas de la Dirección de Bebidas
Alcohólicas o su equivalente en cada municipio.
La tercera etapa culmina con la modificación de los reglamentos municipales de venta de bebidas
alcohólicas, obligando al comerciante a colocar, dependiendo del giro de su establecimiento,
aparatos medidores de alcoholemia dentro de las instalaciones de sus negocios, para renovar su
permiso o para tramitarlo. Este es el punto más agresivo de toda la estrategia, sin embargo otros
estados de la República Mexicana como Jalisco, Monterrey, Estado de México y el Distrito
Federal ya emplean este sistema que gracias a las campañas de sensibilización ha sido aceptado
en enorme medida y ha impactado positivamente en la prevención de accidentes y consumo
responsable de alcohol. Quedaría a juicio de las autoridades el cooperar con los permisionarios
con incentivos fiscales o reducción de costos en renovación o tramite de permisos a fin de
aligerar la carga y convertirla en un compromiso bilateral entre gobierno e iniciativa privada.
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Para probar la factibilidad del proyecto se propone un programa piloto en el que se desarrollen
únicamente las dos primeras fases de la estrategia, reservando la tercera para el momento en que
se decida su aplicación a nivel estatal, durante todos los viernes y sábados en un periodo de 4-6
meses. El lugar que se propone para este fin es el primer cuadro de la ciudad de Tijuana, es decir,
el centro de la ciudad, donde se ubica una de las mayores concentraciones de puntos de venta y
consumo de alcohol al público en todo el estado.
Conclusiones.
La presente iniciativa tiene la intención de colocar a Baja California un paso adelante en los
rubros de cultura de prevención y seguridad pública.
Cada uno de los ejes de este plan trifásico persigue un objetivo distinto en principio, pero unidos
en termino por un común denominador, la paz y la seguridad social. El primer eje se encauza por
la sensibilización de la sociedad, especialmente de los consumidores, en quienes se intenta
despertar un instinto de alerta.
El segundo pasa toda la responsabilidad del plan a las autoridades, quienes desempeñando un rol
activo, serán las encargadas de convertir la prevención es un hábito social.
El último paso enfila al particular a tomar una postura protagonista, invitando a los comerciantes
a sumarse en los esfuerzos al llevar la tecnología hasta sus establecimientos para el beneficio de
sus clientes. Reta también al ciudadano a consumir de modo inteligente y responsable, dando
para ello un uso apropiado de los dispositivos instalados y puestos a su servicio.
Este proyecto representa una oportunidad invaluable para las autoridades municipales y estatales
de acercarse a sus gobernados y fomentar para ellos un medio ambiente de desarrollo en el cual el
ciudadano de este gran estado pueda sentirse seguro bajo el cobijo de políticas responsables
discernidas y llevadas al campo de la acción por parte de sus dirigentes.
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Simboliza también la perfecta ocasión para las corporaciones policiacas del Estado para
reivindicar su imagen y su relación con la ciudadanía que juraron defender, para mostrar oficiales
honestos y humanos fieles a su profesión y vocación: “Proteger y servir”.
En aras de lograr cada uno de los propósitos por medio de una correcta marcha y despacho de las
diligencias planteadas, se necesitará la perfecta sinergia de las dependencias de los ayuntamientos
locales y del gobierno del Estado, para que una vez equilibrada la ecuación pueda sumarse a ella
la participación ciudadana, que con compromiso y conciencia sellará la terna que hará posible el
perfecto desarrollo del programa, convirtiendo al gran estado de Baja California en una entidad
federal más segura, con una ciudadanía preparada en cultura de prevención de accidentes y un
gobierno responsable.
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controversias
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Título del ensayo: Programa de Sensibilización e Implementación de Alcoholímetro en Bares.
Eje temático: Seguridad Pública y Justicia: acceso, procuración y métodos alternos de solución de
controversias.