Según establece la ley, los actos administrativos deben contener: el texto íntegro de la resolución; la indicación de si es o no definitivo en vía administrativa; y el recurso que proceda contra el mismo órgano ante el que ejercitarlo, y plazo para su interposición. La ausencia de esos elementos deja al administrado en una posición de absoluta indefensión, puesto que no es conocedora de la situación en la que se encuentra, ni de los medios que posee para defender sus intereses. Por tanto, esta resolución es totalmente ineficaz y esa manifestación de ineficacia se traduce, según el art. 57 de la Ley 30/1992 LRJPAC, en la imposibilidad de que la resolución pueda producir los efectos que prevé, es decir, pierde su ejecutividad. Consecuentemente, solicito la suspensión inmediata del acto pues su ejecución puede causar perjuicios de imposible o muy difícil reparación (art. 111 de la LRJPAC); y solicito su nulidad de pleno derecho, pues ésta engloba los vicios más importantes que pueden afectar a un acto administrativo y que vienen recogidos en el artículo 62 de la LRJPAC: Artículo 62. Nulidad de pleno derecho. 1. Los actos de las Administraciones públicas son nulos de pleno derecho en los casos siguientes: a. Los que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional. f. Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición. g. Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición de rango legal. 2. También serán nulas de pleno derecho las disposiciones administrativas que vulneren la Constitución, las leyes u otras disposiciones administrativas de rango superior, las que regulen materias reservadas a la Ley, y las que establezcan la retroactividad de disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales. SEGUNDO.- Este acto, además de adolecer de defectos graves de forma, vulnera los principios constitucionales básicos que rigen la gestión y la administración pública, como son el Principio de Imparcialidad y el Principio de Igualdad de los administrados. El Principio de Igualdad es impuesto a la Administración Pública por el artículo 14 de nuestra Constitución Española. Toda la actividad administrativa debe estar inspirada en la igualdad de todos ante la ley, tanto en sentido material como formal, por sus repercusiones sobre la libertad y la propiedad privada, sin la existencia de discriminaciones injustificadas. Estos principios de Imparcialidad e Igualdad que vienen recogidos en la Constitución y plasmados en toda la legislación administrativa, se traducen en una serie de garantías para los contribuyentes. En la localidad de Maluenda, en la actualidad se está reformando la Iglesia de las Santas Justa y Rufina y en el pasado, otros BIC. Es bien sabido que dichas obras y reformas fueron exentas del impuesto que el consistorio, quiere hoy, que nosotros soportemos. Todos estos inmuebles revisten de los mismos y especiales caracteres, habiendo sido declarada la Torre Albarrana de Maluenda como un BIC (Bien de Interés Cultural), según Orden del 17 de abril de 2006, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte de la DGA, por la que se aprueba la relación de castillos y su localización, considerados Bienes de Interés Cultural en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés. Por lo anterior, la resolución que se recurre deviene nula de pleno derecho por arbitraria y chocar directamente con el principio de no discriminación recogido en el artículo 14 del Texto Constitucional. Este trato desigual y arbitrario, debe ser subsanado por parte de esta Administración, dar curso a la solicitud que en su día presentamos restableciendo el orden jurídico perturbado, y evitar así ulteriores gastos y perjuicios derivados. TERCERO.- Esta parte es conocedora de que no toda discriminación entre contribuyentes tiene obligatoriamente que vulnerar siempre el principio de igualdad. Pero sí se vulnera en casos como éste, donde el criterio para establecer las distintas categorías no es razonable, ni es general, ni uniforme en la localidad de Maluenda. Asimismo, se ha acudido en reiteradas ocasiones al Excmo. Ayuntamiento solicitando la Ordenanza Municipal Núm. 7 que regula el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras, publicada en el B.O.P. núm 298 de fecha 30/12/1989, puesto que por la fecha que tiene, no es posible encontrarla en la página web del B.O.P. de Zaragoza. El consistorio, ha hecho caso omiso a dichas solicitudes, y sin embargo, podemos observar que es el instrumento jurídico en el que se basan para rechazar la solicitud de exención. Aprovechamos la ocasión también para denunciar que los obstáculos impuestos o consentidos por la Administración en cuanto al acceso a la información de los ciudadanos del consistorio, puede constituir una falta grave pues la Ley 7/1985 de 2 de abril reguladora de las Bases del Régimen Local en su artículo 70. 3 establece: Todos los ciudadanos tienen derecho a obtener copias y certificaciones acreditativas de los acuerdos de las corporaciones locales y sus antecedentes, así como a consultar los archivos y registros en los términos que disponga la legislación de desarrollo del artículo 105, párrafo b, de la Constitución. La denegación o limitación de este derecho, en todo cuanto afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos o la intimidad de las personas, deberá verificarse mediante resolución motivada. Por tanto, las razones que se mantienen para rechazar mi solicitud se basan en dicha Ordenanza, que esta parte desconoce su contenido, y en las consideraciones jurídicas del informe jurídico que realiza el arquitecto asesor de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Jiloca, puesto que, aunque se quiera revestir de Informe Urbanístico, al leerlo se puede observar que es la simple opinión del arquitecto sobre una legislación de la que obviamente no es experto. El Sr. Alcalde debe conocer, dicho sea con los debidos respetos, que este informe no es vinculante y como el arquitecto que lo suscribe es inexperto en ciencia jurídica, parte de premisas irrelevantes y absurdas como que “no podemos obviar que se pretende su recuperación para uso y beneficio de la propia empresa, donde pretende ubicar sus oficinas”, llegando por tanto a conclusiones erróneas. Informamos para su conocimiento que, el hecho imponible del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras, según reza el Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, está constituido por la realización, dentro del término municipal, de cualquier construcción, instalación u obra para la que se exija la obtención de la correspondiente licencia urbanística, y absolutamente nada tiene que ver el uso que se le pretenda dar a ésta. Pero es que a mayor abundamiento, ni siquiera esta parte tiene decidido el uso que se le pretende dar a la Torre tras su rehabilitación. Esta parte no entiende las trabas que se le están poniendo para rehabilitar un BIC dentro de la localidad de Maluenda, de la que es vecino, y que, sin ninguna duda, enriquece culturalmente al municipio dando un gran valor histórico y patrimonial. Manifestar, finalmente, que estamos abiertos a cualquier reunión o contacto, con o sin asesores, a fin de zanjar cualquier discrepancia al respecto. Por todo lo expuesto; SOLICITO al Excmo. Ayuntamiento: tenga por presentado este escrito, con sus copias que se acompañan, se sirva admitirlo y en su virtud se tenga por realizadas las Alegaciones precedentes o formulado Recurso de Reposición contra la Resolución sobre el Asunto: Obras rehabilitación Torre Albarrama – El Palomar, de fecha 21 de octubre de 2010, notificada a esta parte; por la que, al parecer, se me informa de la no procedencia de la exención del impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras que se pretenden realizar en dicha Torre; y tras los trámites oportunos resuelva estimando el presente recurso de reposición declarando que procede la exención de dicho impuesto por ser éste un BIC (Bien de Interés Cultural), según Orden del 17 de abril de 2006, respetando con ello el principio de igualdad de los administrados en supuestos análogos con la aplicación de este impuesto. OTROSÍ DIGO: Que conforme al art.111.2.b) de la ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en relación con el artículo 62.1 de la misma Ley, se declare la SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN DEL ACTO administrativo, ya que la Resolución puede causar perjuicios de difícil reparación. Al mismo tiempo se solicita la NULIDAD de pleno derecho del acto administrativo que se impugna, pues éste engloba los vicios más importantes que pueden afectar a un acto administrativo y que vienen recogidos en el artículo 62 de la LRJPAC; correspondiendo al Pleno de la Corporación la declaración de nulidad de pleno derecho y la revisión de los actos dictados en vía de gestión tributaria al amparo del Artículo 110 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local En su virtud; SOLICITO Que por presentado este escrito, se sirva admitirlo y tener por realizadas las precedentes ALEGACIONES o por interpuesto RECURSO POTESTATIVO DE REPOSICIÓN y, previos los trámites oportunos, se dicte resolución estimando la presente reclamación en todos sus términos. En Maluenda a 23 de noviembre de 2010 Fdo: Salomón Montesinos Aranda