DESARROLLO DE ESPECIES FORRAJERAS PARA EL TRÓPICO

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DESARROLLO DE ESPECIES FORRAJERAS PARA EL TRÓPICO SECO DE
QUERÉTARO
Dr. JORGE A. LOPEZ GARCIA
Las plantas forrajeras son un intermediario valioso entre los factores ambientales
(como suelos, precipitación y temperatura) y los animales, de los cuales se obtienen
productos como carne, leche, fibras, etc. o incluso fuerza para la tracción. Las plantas
capturan la energía del sol para producir compuestos ricos en fibras, que los rumiantes
pueden convertir en alimentos de alto valor nutritivo para las personas. La importancia
de la función de los forrajes es mayor en regiones con condiciones adversas para la
agricultura, donde la producción de granos u hortalizas para consumo directo de las
personas es muy restringida. Una de las razones que limitan la producción animal es la
baja disponibilidad de forraje, que se acentúa en la época de estiaje o de temperaturas
bajas. Una forma probada de mejorar la producción y productividad de los rumiantes es
que el productor cultive especies de plantas con una mayor producción de materia
seca, que continúen, hasta cierto punto, su crecimiento durante la época seca, que
posean mecanismos que le permitan evitar la sequía, o que tengan en general mejor
calidad, con relación a las plantas de las cuales los animales se alimentan
habitualmente.
Uno de los primeros programas de desarrollo de pasturas a gran escala se llevó a cabo
en Australia. La motivación para esto fue contar con especies de plantas con mayor
producción de materia seca, así como con mejor contenido de nutrientes. En general, la
fertilidad de los suelos en Australia no es alta. Por esto, la premisa inicial fue modificar
la fertilidad de estos suelos a través de la fertilización, como requisito para probar la
adaptación y crecimiento de las plantas introducidas: gramíneas de África y
leguminosas de América. Otro esfuerzo de esta índole lo constituye el programa de
forrajes del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), localizado en Colombia.
Investigadores de este Centro encontraron que una proporción importante de los suelos
en los trópicos de América eran infértiles por ser ácidos, ricos en fierro y aluminio, así
como pobres en materia orgánica. Además, diagnosticaron que la baja disponibilidad
de forraje es el factor principal que limita la ganadería bovina en los países tropicales
de nuestro continente. Su enfoque varió con respecto al primero y decidieron
seleccionar aquellas plantas que se adaptaran a esas condiciones de suelo con la
adición de pocos nutrientes. Sin embargo, el origen de las plantas colectadas e
introducidas es similar. Las enseñanzas que se pueden generalizar de estos enfoques
son las siguientes: a) la productividad de las plantas debe ser probada en las diferentes
condiciones agroecológicas donde se quiera desarrollar la ganadería; b) las plantas
deben sobrevivir y crecer con el mínimo de insumos posibles (fertilización, control de
plagas, etc.); y c) es deseable contar con especies de adaptación probada en un
dominio de recomendación amplio, a fin de mejorar la productividad animal en un área
grande.
A inicios de la década de 1980, México participó en la Red Internacional de Evaluación
de Pasturas Tropicales del Centro Internacional de Agricultura Tropical. Como fruto de
ese esfuerzo se liberaron en México pastos como el Llanero (Andropogon gayanus
Kunth.), el Insurgente (Brachiaria brizantha Stapf) y el Isleño (Brachiaria dictyoneura
Stapf); más recientemente se liberaron pastos como el Mulato y Mulato II, que son
híbridos de diferentes especies del género Brachiaria. Estos pastos tienen una amplia
adaptación a suelos del trópico del continente americano en general y de México en
específico. Sus atributos principales son una producción mayor de materia seca y una
extensión mayor de este crecimiento en la época seca del año, en comparación con
otras especies forrajeras. También se liberaron varias leguminosas, como Tehuana
(Clitoria ternatea L.), Centro (Centrosema brasilianum[L.] Benth.) o el cacahuate
forrajero (Arachis pintoi Krapovickas y Gregory), que pueden mejorar el contenido de
nutrientes en la dieta de rumiantes y, por lo tanto, su producción. Actualmente, en el
país existen varias compañías que disponen de semilla de algunas de estas especies
para establecer praderas en forma comercial.
Una característica común en las áreas tropicales de México es una época seca y/o de
temperaturas bajas, las cuales limitan el crecimiento de las plantas forrajeras y por
ende la producción de forraje. Este es uno de los factores que más limitan la
productividad de los rumiantes en estas zonas. Una de las estrategias para disminuir
ese efecto negativo consiste en usar alguna de las especies de pasturas desarrolladas
recientemente, con el propósito de incrementar la disponibilidad de alimento durante la
época de lluvias, guardar el excedente mediante la elaboración de henos o ensilados, y
usarlo junto con el crecimiento extendido de las pasturas durante parte de la época
seca.
El proyecto se desarrollará en los municipios de Arroyo Seco y Jalpan de Serra. Las
unidades de suelo principales donde se pueden desarrollar actividades agrícolas en
dichos municipios son Cambisoles, Luvisoles y Vertisoles, en orden de importancia.
(SPP – INEGI, s.f.). De acuerdo a la Carta Estatal de Suelos publicada por ésta última
fuente de información, los litosoles ocupan un área extensa en estos municipios, pero
dada su limitada profundidad, no deben considerarse para el establecimiento de pastos
introducidos, pues la preparación de suelo puede conducir a su erosión y poca
productividad de la pradera. El clima predominante en ambos municipios es ACw
(semicálido subhúmedo con lluvias en verano). El promedio de precipitación en Jalpan
es de 832 mm anuales, de los cuales el 83% se registran entre junio y octubre. Por otra
parte, la temperatura promedio anual es de 23.8 °C (promedio de 1945 a 2007), con
menos del 2% de probabilidades de días con heladas entre noviembre y enero (INEGI
– Gobierno del Estado de Querétaro, 2008).
Las especies de pastos y algunas leguminosas propuestas en este protocolo están
adaptadas para crecer en suelos ácidos y, aunque pueden cultivarse en suelos con pH
neutro, es conveniente evaluar su crecimiento en los suelos con pH básico de los
municipios de Arroyo Seco y Jalpan de Serra.
Aunque la temperatura media y precipitación pluvial anuales están dentro de los rangos
para el cultivo de pastos tropicales, la distribución de la lluvia impondrá un ciclo de
crecimiento bimodal, con menor producción de forraje durante la época seca del año.
La persistencia del crecimiento de las pasturas dentro de la época seca del año
dependerá entonces de la capacidad de retención de humedad de los suelos, en
ausencia de temperaturas bajas. Esta característica de crecimiento arriba mencionada
indica que, parte del forraje producido durante la época de lluvias, tendrá que ser
conservado (como heno o silo) para mantener la máxima carga animal posible a través
del año.
El conocimiento previo de la productividad de estas especies forrajeras en una región
determinada y su respuesta a los factores ambientales abióticos, tales como suelo,
precipitación y temperatura, y factores bióticos (plagas y enfermedades) es importante,
ya que de ese crecimiento depende la cantidad de animales que una unidad de
superficie puede mantener. A continuación se describe un proyecto cuyo objetivo es
cuantificar la producción de materia seca y contenido de algunos nutrientes de
especies forrajeras tropicales en la sierra gorda de Querétaro y seleccionar las mejores
opciones forrajeras para la región de la Sierra Gorda de Querétaro, con alta
persistencia que facilite la sustentabilidad de las praderas.
MATERIALES Y METODOS
Localización
El área de estudio está localizada entre los 21° 11’ y 21° 35’ de latitud norte y 99° 27‘
99° 48’ de longitud oeste, a una altura aproximada de 750 y 980 msnm,
respectivamente, en los municipios de Jalpan de Serra y Arroyo Seco.
El clima predominante en la región es ACw, semicálido subhúmedo con lluvias en
verano. El promedio de precipitación en Jalpan es de 832 mm anuales, de los cuales el
83% se registran entre junio y octubre. Por otra parte, la temperatura promedio anual
es de 23.8 °C (promedio de 1945 a 2007), con menos del 2% de probabilidades de días
con heladas entre noviembre y enero (INEGI, 2008). Por otra parte, en Arroyo seco la
temperatura media anual es de 22 °C y una precipitación anual de 5490 mm (Comisión
Nacional del Agua, 2010).
Especies
Se propone evaluar las especies que han probado tener una productividad alta en el
trópico mexicano y de las cuáles se produzca semilla en forma comercial. A
continuación se mencionan las especies de gramíneas y leguminosas a establecer.
Gramíneas
Especie
Andropogon gayanus
Panicum maximum
Brachiaria brizantha
Brachiaria spp.
Pennisetum purpureum
Cultivar
Llanero
Mombaza
Tanzania
Insurgente
Mulato II
Zacate gigante enano
Leguminosas
Especie
Centrosema
Leucaena leucocephala
Cultivar
Peruana
Cuantificación del rebrote.
Se propone la metodología de los Ensayos Regionales B del CIAT, que consiste en
medir el rebrote después de un corte de uniformización. Las evaluaciones pueden
hacerse a edades del rebrote de 3, 4, 5 y 6 semanas en la época de lluvias y a 4, 5, 6 y
7 semanas en la época seca. Otras variables a considerar son la cobertura aérea, la
altura de planta y el porcentaje de daño por plagas y enfermedades.
Densidad de siembra
La cantidad de semilla a utilizar por especie de gramíneas dependerá en primer término
del valor cultural de la semilla, el cual se calcula de la siguiente manera:
𝑉𝐶 =
% 𝑑𝑒 𝑝𝑢𝑟𝑒𝑧𝑎 ∗ % 𝑑𝑒 𝑔𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑐𝑖ó𝑛
100
Dónde:
VC= valor cultural.
La cantidad de semilla ha-1 se calculará así:
𝑆𝑒𝑚𝑖𝑙𝑙𝑎 𝑘𝑔 ℎ𝑎 −1 =
180
𝑉𝐶
Dónde:
180= índice aceptable para las condiciones del trópico en México.
VC= valor cultural de la semilla.
Fertilización
La fórmula de fertilización para el establecimiento de los pastos propuestos será 60-3000 y la de mantenimiento será de 120-50-0. La fertilización de mantenimiento se hará
cuando se establezca la época de lluvias. Las leguminosas se fertilizarán con la
fórmula 00-50-00 tanto en el establecimiento como para mantenimiento; se usará
además un inoculante de Rhizobium o Bradirhizobium específico.
LITERATURA CONSULTADA
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