PAG. 3-6 (FIRMA) 30/7/04 12:46 Página 3 Medicina Preventiva Firma invitada De la tercera revolución en salud a la vejez saludable: una revisión de conceptos J. Vaqué Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología. Hospital Vall d’Hebrón. Universidad Autónoma de Barcelona La tercera revolución en salud En el volumen de 2004 de la Annual Review of Public Health, el veterano profesor de salud pública americano Lester Breslow ha publicado un artículo titulado “Perspectivas: la tercera revolución en Salud”, en el que postula que con el cambio de milenio se ha iniciado una tercera era de la salud (1). Esta nueva era vendría a suceder a las dos pasadas revoluciones epidemiológicas, propiciadas por los progresos en las ciencias de la salud y asociadas a la revolución industrial y a los cambios sociales y demográficos. La noción de eras o revoluciones epidemiológicas fue introducida por Milton Terris en los años 80 (2, 3), cuando describió que a finales del siglo XIX se había iniciado una primera revolución epidemiológica al desarrollarse de forma extensa las actuaciones contra las enfermedades transmisibles, que en la primera mitad del siglo XX permitieron alcanzar un notable control sobre las mismas; luego, tras la segunda guerra mundial, tuvo lugar la segunda revolución al desarrollarse ampliamente las acciones preventivas y asistenciales frente a las enfermedades crónicas, en cuyo control también se han conseguido importantes logros, especialmente en el campo de las enfermedades cardiovasculares. Las dos revoluciones se establecieron para hacer frente a los problemas de salud predominantes y consistieron en grandes cambios en los objetivos y estrategias de salud. Ambas revoluciones consiguieron importantes hitos, aunque en la actualidad persisten muchos de los problemas abordados, si bien con unas características e intensidad muy diferentes. Según Breslow, recientemente acaba de iniciarse la era de considerar la salud como “un recurso para la vida diaria”, y no como la simple “ausencia de enfermedad o afecciones”, según la conocida definición de salud de la OMS. Esta nueva era no se basa en desarrollar acciones y programas contra enfermedades concretas, sino en la promoción de la salud para construir y mejorar la salud de cada individuo. La Declaración o Carta de Ottawa de 1986 sobre Promoción de la Salud definió la salud como “un recurso para la vida diaria”, en el sentido de Medicina Preventiva Vol. X, N.º 2, 2º Trimestre, 2004 fomentar una salud positiva, que presta gran énfasis a las capacidades físicas y otras capacidades personales y a las sociales (4); cabe destacar que una de las prioridades que recoge la Carta es el desarrollo de las habilidades personales en salud. El hombre y la mujer actuales desean no sólo hallarse libres de enfermedades, sino que su salud les permita desarrollar las actividades deseadas, que serán muy variadas, en función de las aspiraciones y proyectos de cada persona. La salud no es una meta a alcanzar al cabo de cierto plazo, ni el objetivo de la vida, sino un recurso para cada día a mantener y a mejorar. Toda persona debe poder contar con las capacidades de salud necesarias para desarrollar las actividades de la vida diaria, y también debe poder asegurar su mantenimiento en el tiempo. Esta construcción de la salud personal para realizar las actividades de cada día, en todas las etapas de la vida, es la tercera era de la salud. En esta nueva era, el papel del médico y de los sanitarios consiste en asistir a la población, de forma individual mediante la atención, valoración y consejo, y también a través de medidas generales, con objeto de mantener y mejorar las antes citadas capacidades personales y sociales. Breslow señala niveles a mantener para las capacidades físicas, mentales y sociales; por ejemplo, un índice de masa corporal entre 20 y 25, la facultad de andar confortablemente 1,6 km, resistencia a la gripe y neumonía conseguidas mediante las inmunizaciones recomendadas, y una red social de familiares y amigos. Algunos médicos miden actualmente perfiles de salud individual, parecidos a las conocidas escalas sobre actividades de la vida diaria usadas en Gerontología, aunque es un ámbito que sin duda experimentará un gran crecimiento científico. En la definición de los niveles a mantener son importantes las investigaciones sobre factores de riesgo, realizadas tanto mediante la clásica metodología epidemiológica, como con la moderna biología molecular. La reorientación de los servicios sanitarios hacia la promoción de la salud, de manera que entre otras misiones facilite la referida atención al fomento de los recursos individuales, es otra prioridad señalada en la Carta de Ottawa. 3 PAG. 3-6 (FIRMA) 30/7/04 12:46 Página 4 Medicina Preventiva Es previsible que la promoción de la salud individual tenga una considerable expansión en los próximos años. Cabe señalar que este cometido requiere, por un lado, la plena aplicación de la prevención y control de las enfermedades transmisibles y crónicas con objeto de proseguir la tarea de las dos primeras revoluciones y avanzar en la reducción de la carga de enfermedad que generan y, por otro lado, la existencia de un sistema de asistencia sanitaria equitativo y eficiente que resuelva con prontitud los problemas de salud de las personas. Solamente a partir de estas disponibilidades básicas, los países pueden aspirar al desarrollo de la tercera era; por ello, esta etapa por ahora no será accesible a la población de muchos países en desarrollo. Tabla I. Las seis eras de la evolución de la Salud Pública, según N. Awofeso (6) Era de la Salud Pública Período Protección de la salud Desde la antigüedad hasta el decenio de 1830 Control de miasmas Decenios 1840-1870 Control de contagios Decenios 1880-1930 Medicina Preventiva Decenios 1940-1960 La “Nueva Salud Pública” Atención primaria de salud Decenios 1970-1980 Desde inicios de los años 90 existe un acuerdo general de que la salud pública de enfoque comunitario y la promoción de la salud basados en la Carta de Ottawa, constituyen la “Nueva Salud Pública” (5, 6), la cual, por lo tanto, propugna el desarrollo completo de las cinco prioridades incluidas en la Carta: establecer una política pública saludable, crear entornos que den soporte a la salud, fortalecer la acción comunitaria para la salud, desarrollar las habilidades personales, y reorientar los servicios sanitarios hacia la salud. Con objeto de enmarcar los objetivos y características de la “Nueva Salud Pública”, la doctora Awofeso ha presentado recientemente un esquema muy didáctico y razonado de la evolución de la Salud Pública (6). Es una propuesta más detallada que la de las tres eras de Terris y Breslow, aunque ambas son concordantes. La primera etapa evolutiva sería la era de la protección de la salud, en la que desde la antigüedad hasta mediados del siglo XIX, mediante la observación y métodos empíricos, las poblaciones adquirieron conocimientos y establecieron costumbres y reglas para protegerse frente a plagas y calamidades diversas, como muy bien queda reflejado en la Biblia y en numerosas obras medievales sobre las medidas a adoptar ante las epidemias (Tabla I). La segunda etapa o era del control de miasmas fue establecida en Inglaterra merced a la obra de Edwin Chadwick, que mostró la destacada influencia de las condiciones ambientales en el estado de salud de la población, y condujo a la primeras normas legales en materia de salud pública que permitieron mejorar el entorno social. Más adelante, el advenimiento de la Bacteriología señaló que algunas asunciones de Chadwick eran incorrectas; de todas formas, sus advertencias sobre la insalubridad y las deficientes condiciones del medio tuvieron un destacado efecto, y hoy día Chadwick puede ser considerado como el promotor de la moderna protección de la salud, así como el desvelador pionero de los llamados determinantes sociales de la salud. Con los trabajos de Koch y Pasteur se inició la era del control de contagios, en la que se pusieron en marcha múltiples medidas para evitar la propagación de las infecciones, como, por ejemplo, la filtración y desinfección del agua, que condujo a una notable reducción de la morbilidad y mortalidad debidas a infecciones intestinales. Los métodos actuales de control de epidemias y la moderna vacunología se basan en las sólidas bases fijadas en aquellas décadas. Esta era equivale a la primera revolución epidemiológica señalada por Terris. Promoción de la salud Desde 1990 hasta la actualidad 4 El estudio de las enfermedades crónicas comportó la detección de factores no microbiológicos que propiciaban el desarrollo de enfermedades en las personas que los presentaban. En seguida se vio que la panoplia de factores era muy extensa y que abarcaba todas las etapas de la vida. Con ello se inició la era de la medicina preventiva orientada a reducir la carga de los factores, a la detección precoz de las enfermedades y a la definición y aplicación de intervenciones para impedir el avance de las lesiones. La segunda revolución epidemiológica de Terris sobre las actuaciones contra las enfermedades crónicas cubre un espacio temporal más extenso que la presente cuarta era de Awofeso; la década de inicio sería la misma para ambos autores, sin embargo, para Awofeso dicha era concluyó a finales de los 60, mientras que para Terris todavía nos hallaríamos en ella. Más adelante, en 1978, la Declaración de Alma-Ata fijó los elementos esenciales de la atención primaria de salud (APS), en los que quedó establecido que la APS constituye un fundamento esencial de las estrategias nacionales de salud, y sin el cual no es posible abordar la equidad en salud (7). Según Awofeso, los decenios 1970-1980 constituyen la era de la atención primaria de salud. Posteriormente, la Carta de Ottawa sentó las bases de la promoción de la salud como proceso personal y social que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla. A partir de la Carta, la moderna promoción de la salud contempla acciones dirigidas directamente a fortalecer las capacidades de los individuos, y otras dirigidas a modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas, con objeto de mitigar su impacto sobre la salud individual y pública. Desde 1990 nos hallaríamos en la era de la promoción de la salud. El concepto comentado de Breslow de la nueva era deriva de la Carta de Ottawa, aunque concede más atención al desarrollo de las dos últimas prioridades de la misma que a las restantes; por otro lado, hace más hincapié en mejorar las capacidades físicas y personales que en las sociales, y se centra más en las actividades médicas que en una multidisciplinaridad de participaciones, por ello puede decirse que desarrolla sólo una parte de la “Nueva Salud Pública”, aunque puede incluirse perfectamente dentro de su ámbito de acción. Medicina Preventiva Vol. X, N.º 2, 2º Trimestre, 2004 PAG. 3-6 (FIRMA) 30/7/04 12:46 Página 5 Medicina Preventiva Capacidad funcional Ancianidad Edad adulta Infancia y juventud Cambio hacia el envejecimiento saludable Umbral de discapacidad 0 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 Edad (años) Curva de la máxima capacidad funcional: desarrollo y declive adecuados (envejecimiento saludable) Curva con declive acelerado que alcanza el umbral de discapacidad (envejecimiento con dependencias) Figura 1. Intervenciones de promoción de la salud en las diversas edades de la vida con objeto de conseguir el envejecimiento saludable (modificado de 11) La compresión de la morbilidad El envejecimiento saludable En un conocido trabajo de 1980 (8), Fries indicó que frente al criterio común de que el progresivo envejecimiento de la población se acompaña de mucha morbilidad y discapacidades, en un próximo futuro la mayor parte de los sujetos podrán permanecer en buenas condiciones de salud, libres de morbilidad y discapacidades hasta una edad avanzada. Ello será posible, debido a que, merced a los avances científicos y a la evolución demográfica y social, se producirá una progresiva compresión de la morbilidad hacia las etapas finales de la vida (9). La nueva era de Breslow constituye una apelación a la concienciación y participación de los sujetos para alcanzar la compresión de la morbilidad, primero como reducción de la carga de patologías en los propios individuos y luego como fenómeno global en la población. Las actividades de la moderna Promoción de la Salud y la Nueva Salud Pública, además de sus objetivos inmediatos de fomento de las capacidades de los individuos, aumento de la calidad de vida y diseminación de la salud, repercutirán en la deseada compresión de Fries, sin embargo, éste es un objetivo de salud de difícil consecución, que probablemente no se alcanzará hasta que la humanidad entre en nuevas eras de la salud. El envejecimiento de una función del organismo humano se inicia a partir del momento en que alcanza la capacidad máxima. La promoción de la salud se dirige a potenciar la adquisición de las capacidades funcionales máximas durante la infancia y adolescencia, y a su preservación temporal en la adultez y ancianidad, de manera que se enlentezca o posponga el progresivo declive que inevitablemente se produce con el paso del tiempo. El concepto de envejecimiento saludable es una propuesta de salud, introducida por Rowe y Khan (10), orientada a que el envejecimiento se produzca con la máxima conservación de las capacidades funcionales o recursos de salud, y transcurra siempre por encima de los umbrales de discapacidad, evitando con ello la entrada en situación de dependencia (Figura 1). Conseguir este envejecimiento implica la práctica de la promoción de la salud en todas las edades de la vida, no es un objetivo que deba plantearse cuando llega la edad adulta o la ancianidad, sino durante toda la vida (11), por ello considero que la Figura 1, que muestra la necesidad de la práctica de la promoción de la salud en todas las etapas de la vida, debería situarse en el primer capítulo de los manuales de Medicina Preventiva y Salud Pública. Medicina Preventiva Vol. X, N.º 2, 2º Trimestre, 2004 5 PAG. 3-6 (FIRMA) 30/7/04 12:46 Página 6 Medicina Preventiva El envejecimiento saludable es un objetivo de salud que concuerda con la compresión de la morbilidad, ambos vienen a indicar el mismo fenómeno de la evitación o posposición de la enfermedad hacia las etapas finales de la vida. Y tanto la nueva era de la salud de Breslow como la de promoción de la salud de Awofeso permitirán avanzar hacia la consecución de ambos objetivos. La presente revisión de conceptos puede concluirse señalando que nos hallamos en una época en que se expansionarán y adquirirán gran relevancia los cometidos de promoción de la salud, en especial los dedicados a mantener y a mejorar las capacidades para las actividades diarias de los individuos. Bibliografía 1. Breslow L. Perspectives: The third revolution in health. Ann Rev Pub Health 2004; 25: xiii-xviii. 2. Terris M. The complex tasks of the second epidemiologic revolution. J Public Health Policy 1983; 4: 8-24. 6 3. Terris M. The changing relationships of epidemiology and society. J Public Health Policy 1985; 6: 15-36. 4. WHO. Ottawa Charter for Health Promotion. Copenhague: World Health Organization, 1986. 5. Baum F. The New Public Health: An Australian perspective. Oxford: Oxford University Press, 1998. 6. Awofeso N. What’s new about the “New Public Health?”. Am J Public Health 2004; 94: 705-709. 7. WHO. From Alma-Ata to the year 2000: reflections at the midpoint. Geneva: World Health Organization, 1988. 8. Fries J. Aging, natural death and the compression of morbidity. N Engl J Med 1980; 303: 130-135. 9. Vaqué J. Epidemiología general de las enfermedades crónicas. Estrategias de prevención. En: Piédrola Gil. Medicina Preventiva y Salud Pública. Gálvez R, Sierra A, Sáenz MªC et al, eds. 10ª ed. Barcelona: Masson SA, 2001; 647-662. 10. Rowe JW, Kahn RL. Successful aging. New York: Pantheon Books, 1998. 11. Vaqué J, San José A. Envejecimiento: problemas que presenta y soluciones adoptadas. En: Piédrola Gil. Medicina Preventiva y Salud Pública. Gálvez R, Sierra A, Sáenz MªC et al, eds. 10ª ed. Barcelona: Masson SA, 2001; 867-883. Medicina Preventiva Vol. X, N.º 2, 2º Trimestre, 2004