Las crisis son oportunidades - Instituto Internacional San Telmo

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San Telmo concluye su curso académico con la Clausura del Programa PIDE
“Las crisis son oportunidades”
MIGUEL RUS PALACIOS, PRESIDENTE Y CONSEJERO DELEGADO DEL GRUPO
RUSVEL, FUE EL INVITADO A IMPARTIR LA LECCIÓN MAGISTRAL
Mamen Gómez
cgomez@santelmo.org
Con una experiencia en torno a los
once años y una media de edad de 34
años, los 45 empresarios y directivos
que han finalizado con éxito el Programa Intensivo de Dirección de Empresas, PIDE, del Instituto Internacional
San Telmo, celebraron el pasado 17
de julio la clausura de esta XXVI Promoción del Programa.
La lección magistral del acto, que tuvo
lugar en la sede del Instituto Internacional San Telmo de Sevilla, estuvo a cargo de Miguel Rus Palacios, presidente y
consejero delegado del Grupo Rusvel.
Además, participaron en esta clausura:
Manuel Fernández de Jódar, director
de la vigésimo sexta promoción; Isabel
de Soto Prado, presidenta de la esta
promoción; Juan Paneque Macías, director de los programas de formación
del Instituto Internacional San Telmo y
Eustasio Cobreros Vime, presidente de
la Fundación San Telmo.
Siete consejos de un empresario de
éxito
El presidente y consejero delegado del
Grupo Rusvel dio, a lo largo de su intervención, algunos consejos basados
en su experiencia personal y profesional. Los dividió en siete puntos:
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vida académica
1. Ser consciente de la realidad actual: Para Miguel Rus, aún existen empresarios que piensan que no les va
a afectar la crisis, y siguen haciendo
sus planes de negocio pensando en
que pronto volverán a la situación de
hace años. En este sentido, manifestó
que los empresarios han de asumir la
situación actual, saber cómo le afecta a sus empresas o prever cómo les
puede afectar y ser capaces de adaptarse rápidamente a los vaivenes del
mercado. “Aquí las pequeñas y medianas empresas tenemos una gran
ventaja competitiva sobre las grandes,
pues podemos realizar los cambios
mucho más rápido. Para eso, hay que
adaptarse a los cambios con rapidez y
eficacia, con el objetivo de sobrevivir a
corto y ser los mejores preparados a
largo plazo”.
2. Planificar y presupuestar: “Siempre
hay que prever un plan B, y yo os diría
más, hasta un Plan C”. De esta forma,
Miguel Rus explicó que el 80% de las
pymes no tienen un presupuesto anual,
ni control de los gastos, ni previsión de
ingresos. Aconsejó para evitar esta situación no perder la serenidad, hacer
sacrificios y buscar la simplicidad.
santelmo 34 // septiembre 2009
Miguel Rus: “Si las nuevas ideas no está dotadas del suficiente tesón
y perseverancia serán
una pérdida de tiempo
y de recursos. Innovar,
sí, por supuesto, pero lo
preciso, pensando, sobre
todo, en obtener resultados a corto plazo.”
3. No refugiarse en lo seguro. En las
situaciones de crisis, Miguel Rus considera que se puede caer en la tentación de buscar el refugio en lo que
tradicionalmente ha sido un producto,
especialidad o servicio seguro. “Esto
puede ser un gran error, porque las crisis, generalmente, lo contagian todo y
no hay refugio posible. La actitud razonable sería la de investigar la nueva demanda producida por la crisis, y avanzar en esa dirección: hay que moverse,
no refugiarse”.
4. Búsqueda de motivación. El presidente del Grupo Rus cree que, independientemente de que sea oportuna
una política de contención de salarios,
uno no puede dar cobijo a la sensación
de que los empleados ganan demasiado y son el agujero negro de la empresa. “Al contrario, hay que seguir pensando en cómo podrían ganar más,
cómo pueden estar más motivados
para afrontar con más éxito la crisis,
cada uno desde sus responsabilidades
y competencias”.
5. Saber Comunicar. “Tenemos que
comunicar la situación, las expectativas
y los objetivos a conseguir para mantener nuestra empresa. Esta comunicación tiene que nacer desde dentro de
la empresa y, de ahí, salir hacia fuera.
Todo nuestro equipo tiene que saber lo
que queremos y adonde vamos”.
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Isabel de Soto, presidenta de la XXVI promoción: “Un año de CRISI, en singular, como nos dice nuestro profesor Miguel Angel Llano, pero con mayúsculas.
Un año que recordaremos siempre en el futuro, y podremos decir orgullosos
que contribuimos con nuestro esfuerzo a levantar este país”.
6. No pararse a esperar tiempos mejores. En las crisis no se puede creer que
la solución está en su final y adoptar,
mientras tanto, economías de guerra o
supervivencia. Las crisis son oportunidades y, si les hacemos frente, pueden
sacar lo mejor de nosotros mismos y
de nuestras empresas. “No es buena solución renunciar a los beneficios
mientras dure la crisis y aguardar a que
vuelvan los buenos tiempos. Hay que
vivir y hacer negocio, en el presente,
no en el futuro”.
7. Innovar con prudencia. Entender la
crisis como una oportunidad no equivale a emprender el camino de la constante innovación. De este modo, Rus
Palacios considera que las dosis de
innovación en una situación de crisis
deben ser las justas y nunca deben reemplazar las dosis de esfuerzo y constancia. “Si las nuevas ideas no están
dotadas del suficiente tesón y perseverancia serán una pérdida de tiempo y
de recursos. Innovar, sí, por supuesto,
pero lo preciso, pensando, sobre todo,
en obtener resultados a corto plazo. La
innovación a largo plazo es más propia
de momentos más saludables y horizontes más despejados”.
Compañeros para siempre
La presidenta de la promoción, Isabel
de Soto también subió al atril para pronunciar su discurso. Fue una ponencia entrañable, bien expuesta y llena
de agradecimientos. En este sentido,
nombró a familiares, profesores, secretaria, tutores, director de programa,
personal de cocina…todos aquellos
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que, de alguna u otra manera, habían
ayudado al buen funcionamiento del
programa.
Isabel de Soto manifestó estar orgullosa de representar a su promoción, por
formar un equipo especial, unido y entrañable. A este respecto, añadió que
se trataba de un grupo bastante heterogéneo, donde existía un cura, un monaguillo, un torero de casta, un amago
de torero que soportó con estoicismo
la cogida de una vaquilla..., una madre
de familia, un “cavaliere” con acento
andaluz, empresarios de segunda o
tercera generación, gerentes de sus
propias empresas, y trabajadores por
cuenta ajena “cuyas empresas pueden estar orgullosas de quienes los
han representado”, añadió.
En alusión a todo lo vivido en los doce
meses del programa, manifestó que
había sido un año muy duro, no sólo
por el esfuerzo del programa en sí, sino
por el momento económico en el que
se encontraban. “Un año de CRISI, en
singular, como nos dice nuestro profesor Miguel Angel Llano, pero con mayúsculas. Un año que recordaremos
siempre en el futuro, y podremos decir
orgullosos que contribuimos con nuestro esfuerzo a levantar este país”.
En alusión a la coyuntura económica
del momento, añadió que es ahora
cuando debían empezar a demostrar
lo aprendido: “ahora es cuando empieza la realidad; ya no levantamos la
mano para dar una opinión, ya hay que
empezar a tomar decisiones. Nos han
dado las herramientas, en nuestras
manos está el aprovecharlas y seguir
profesionalizando nuestras empresas,
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seguir demostrando lo que valéis ahí
fuera. Nuestro profesor Antonio Villafuerte nos ha enseñado a “obsesionarnos por aportar valor”.
Concluyó diciendo a sus compañeros
que los recordaría siempre y que intentaría seguir viéndolos y no perder nunca el contacto con ellos. También tuvo
tiempo para agradecerles su confianza
y apoyo, y por conseguir que ese año
hubiera sido inolvidable. “Aquí me tenéis para siempre”.
El programa PIDE
El programa clausurado está dirigido a
empresarios y ejecutivos que ocupan
puesto directivos en pequeñas y medianas empresas, con frecuencia de
origen familiar, que no necesariamente
poseen estudios superiores. Su principal bagaje de conocimientos reside
en su experiencia empresarial, que no
debe ser inferior a cinco años, acumulados a lo largo de su práctica diaria.
El PIDE tiene como objetivo ofrecer
una completa formación empresarial a
quienes aspiran a ocupar puestos de
mayor responsabilidad en la dirección
de las empresas. Se trata de un programa único, diseñado para adaptarse a los objetivos y circunstancias que
concurren en la pequeña y mediana
empresa, y a las características de sus
participantes.
De este modo, los profesionales que
ingresan en el Instituto para realizar
este programa tienen características
comunes, entre las que se encuentran
iniciativa, capacidad de esfuerzo, y deseos de asumir responsabilidades y
nuevos retos.
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