Perfiles de pacientes diabéticos… En los dos casos mortales con metformina-­‐rivastigmina, se ha observado como RAs malestar general, náuseas y pirexia, esta triada podría utilizarse como sintomatología que precisara sobreseguimiento. Estas tres RAs notificadas aparecen en la ficha técnica de rivastigmina (89); en el caso de metformina sólo las náuseas. Aun así, las náuseas y los vómitos son RAs frecuentes observadas con rivastigmina y con metformina, especialmente durante la fase de adaptación al tratamiento. Puede darse un efecto sinérgico por parte de ambos fármacos en la aparición de estas RAs, las cuales desencadenarían estados de deshidratación aguda, situación que puede aumentar, a su vez, el riesgo de sufrir acidosis láctica (44). Hay que indicar que en ambos casos mortales también hubo uso concomitante de fármacos derivados de dihidropiridina (bloqueantes de canales de calcio con efectos cardiovasculares) y estatinas sin especificarse el principio activo. Acenocumarol y glibenclamida. En nuestros resultados obtenemos relación entre glibenclamida –sulfonilurea-­‐ y acenocumarol -­‐antagonista de vitamina K con acción antitrombótica-­‐. La interacción con riesgo de hipoglucemia entre sulfonilureas y anticoagulantes orales es conocida (19, 20, 26), pudiendo llegar eventualmente a coma hipoglucémico, cuando se producen administraciones concomitantes de algunos antagonistas de la vitamina K -­‐dicumarol, acenocumarol, warfarina-­‐ con determinadas sulfonilureas -­‐tolbutamida/clorpropamida, clorpropamida, y glibenclamida, respectivamente-­‐ (85). En caso de tener que usarlos combinados se recomienda vigilar los parámetros de coagulación (tiempo de protrombina –TP-­‐ e International Normalized Ratio –INR-­‐). En la ficha técnica de acenocumarol se indica que este puede potenciar el efecto hipoglucemiante de los derivados sulfoniluréicos sin especificar ninguno; así como que algunas sulfonilureas -­‐como tolbutamida o clorpropamida-­‐ pueden, a su vez, potenciar el efecto anticoagulante del acenocumarol (90). Otros autores consideran que las interacciones asociadas con anticoagulantes orales son generalizables a las indicadas para warfarina (34). Entre nuestros datos hay 13 casos con tratamiento de glibenclamida y acenocumarol. Sólo hay hipoglucemia en dos casos y el acenocumarol no se considera sospechoso. En cambio, en los 3 casos donde se identifican RAs hemorrágicas tanto acenocumarol como glibenclamida son considerados sospechosos por interacción. Dado que en algunas referencias advierten de las interacciones cruzadas de determinadas sulfonilureas y anticoagulantes, mientras que en otras se hace la advertencia respecto al grupo al que pertenecen sin especificar principios activos, sería adecuado que donde se presenten sulfonilureas y acenocumarol implicados en casos con hipoglucemias, se notificase el acenocumarol como sospechoso por interacción. 307