30 años, fecundos en el amor Cartilla N° 311 Diciembre de 2011 La Encarnación, proyectada en el tiempo, se hace carisma. “La Palabra se hizo carne y habita entre nosotros” (Cfr. Jn 1,14) P. Ricardo Facci Cada Navidad es una linda oportunidad para que la familia pueda contemplar el misterio de nuestra salvación, que implica el hecho de que Dios se hace hombre. “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. El misterio de la Encarnación contiene en sí mismo una riqueza insondable. Desborda toda nuestra posibilidad de captación por su inmensidad, Dios que siendo tanto se hizo poco: hombre. Se hizo carne para que pudiéramos hacernos Dios. Se hace tiempo para que nosotros podamos ser eternidad. Al resucitar Jesucristo, todos los misterios de su vida han sido eternizados. Por ende, la Encarnación. Ésta se hace actualidad en el hoy de la Iglesia. Ella continúa en su humanidad para que Dios actualice constantemente el hacerse carne, por el Espíritu. Para que podamos decir: “La Palabra se hizo carne y habita entre nosotros”. Habita, con todo el peso que implica el presente. Actualidad concreta del misterio de la Encarnación. Hoy nace Jesús, hoy se manifiesta el Hijo de Dios. El regalo de Navidad no tiene un sentido meramente comercial, sino el actuar como los magos del oriente que llevaron obsequios al niño. Hoy se ve a Jesús en el rostro del hijo, de la hija, del papá, de la mamá, del esposo, de la esposa, por esto el regalo. La encarnación tiene múltiples formas de mostrarse en el aquí y ahora. Uno muy concreto, es en la Iglesia que se manifiesta de mil modos a través de los diferentes carismas, regalos útiles para los seres humanos, para los cristianos. El carisma es un don de Dios a una persona, quien asumiéndolo lo comparte con aquellos que conformarán una comunidad, en la vivencia del carisma, para servir a la Iglesia. Así, han surgido carismas de servicio a los enfermos, a los niños, a los pobres, a la educación, a la familia, y tantos otros. Dios, en su Espíritu, se encarna actualmente en diferentes carismas. ¡Qué riqueza poder contemplar los innumerables carismas que sirven en la Iglesia! Esto exige apertura de mente y de corazón para descubrir la Iglesia madre que se brinda a sus hijos, en los múltiples modos en que la Encarnación de Dios se manifiesta hoy. Un carisma es el contacto último de la Encarnación, manifestación del Hijo de Dios hecho hombre, que toca de modo especial a uno, y desde esa persona, se genera comunidad sumando a otros, que se benefician con el mismo carisma. La gran variedad y riquezas de los carismas, hace que la Iglesia sea un evangelio encarnado. Un modo concreto de leer el evangelio en la actualidad, es contemplar la maravillosa riqueza de los movimientos que se han generado en las últimas décadas. Los movimientos nos dan la oportunidad de realizar un itinerario de fe, que indefectiblemente conduce a un compromiso apostólico que hace útil aquel don del Espíritu que llamamos carisma. En definitiva, todo carisma es la prolongación de la Encarnación en todo ser humano y en toda comunidad cristiana. Sólo en la Encarnación, Dios que se hace hombre, presencia concreta en medio de nosotros, el ser humano puede llegar a ser hombre de modo más verdadero y la humanidad, descubriendo la encarnación en el seno de la Iglesia, puede ser realmente más humana. Desde esta perspectiva es posible que brote la pasión, el esfuerzo que implica realizar la misión de salvación, la evangelización de los hombres y sus familias. En nuestro caso, el carisma genera un compromiso apostólico y social no a raíz de un proyecto meramente humano, sino como fruto de un Movimiento conformado por personas convertidas y cambiadas por un Encuentro que conduce a una experiencia de Cristo, de este modo se trabajará comprometidamente para hacer más feliz cada familia, y desde allí, hacer un mundo mejor y más humano. El carisma no se puede vivenciar desde un éxito programado, sino desde el servicio del testimonio y la palabra, convencido de que la presencia de Cristo vivida tiende inevitablemente a generar una transformación de la familia y de la sociedad. Navidad es la oportunidad de contemplar el misterio de la Encarnación, el Hijo de Dios que se hace hombre. Es, también, la posibilidad de descubrir el sinnúmero de formas en las que Cristo vuelve a encarnarse en la vida de la Iglesia. Es la hora de asumir el carisma de amor por las familias como un nuevo hacerse carne, en los miembros de Hogares Nuevos, el Dios amor que se manifiesta amando a cada hogar, a todas las familias. Nuestro compromiso debe ser la disposición a ser utilizados como instrumentos para que Dios vuelva a hacerse visible, palpable, presentable en cada familia que lo busca y aún no lo encuentra. Oración María Reina de las Familias, Señora de la Encarnación, de la Navidad, de la noche que se hace Buena Nueva, deseamos que intercedas por nosotros, para responder a lo que nos pida el Padre, especialmente, en orden a facilitar la encarnación del Hijo, que anhela ser amado en el hoy de muchas familias, por Cristo. Te pedimos, María, tener la disponibilidad de tu corazón, para que ante el compromiso sepamos como Tú, responder con prontitud y docilidad, al pedido del Padre Dios, para que Tú seas instrumento de la Encarnación del Hijo. Ayúdanos a ser como tu vientre, para que podamos ofrecer a Cristo a cada familia. Amén. Trabajo Alianza 1.- En nuestra familia: ¿es Navidad una mera fiesta o una oportunidad de contemplación del misterio de la Encarnación? 2.- ¿Experimentamos que Dios nos ha regalado el carisma de la Obra Hogares Nuevos también en nuestra familia? 3.- ¿Estamos dispuestos a que Dios nos utilice como instrumentos, para dar la oportunidad de que el amor de Dios vuelva a manifestarse? Trabajo Bastón 1.- Como comunidad, ¿mostramos con nuestro testimonio la presencia de Cristo amando a las familias? 2.- Si la Iglesia es un evangelio encarnado, y nosotros somos Iglesia, ¿pueden los demás leer el evangelio en nuestros rostros? 3.- ¿Qué compromiso realizamos para que brille nuestro carisma como ámbito en el que Dios ama a las familias? IMPORTANTE: 2012 y 2013 años declarados de celebración de los 30 años de la Obra Hogares Nuevos. Actividades celebrativas: 2 1) Participación en el Encuentro Mundial de Familias con el Santo Padre en Milán (Italia). Informes macgia@acoanet.com (Griselda y Miguel Cabrera) 30 de mayo al 3 de junio 2012. 2) VI Congreso Internacional Hijos de Hogares Nuevos, Puebla (México) 12-14 de octubre de 2012. 3) Celebración Festiva Internacional en San Luis (Argentina) 26-28 de octubre de 2012. 4) Participación en la JMJ en R ío de Janeiro (Brasil) 23-28 de Julio 2013. 5) Asambleas Nacionales en cada país en 2013 . 6) Peregrinación a Roma y Tierra Santa, octubre y noviembre de 2013. 3