ARTE Y CULTURA MEDIEVAL La Edad Media fue un período de contrates, mientras que en Occidente significó un retroceso cultural, en oriente se conservó la cultura clásica que reapareció en Europa en el Renacimiento, cuando tras la caída de Constantinopla en poder de los turcos, se vaciaron sus bibliotecas y escuelas. La cultura bizantina fue el resultado de la unión de la cultura helenística y las influencias que llegaban de Oriente sobre la base cultural romana. El imperio bizantino es heredero del imperio romano de oriente y en un principio mantuvo sus instituciones y formas de vida, pero tras el reinado de Justiniano se adoptaron cada vez más elementos griegos. El emperador para a denominarse Basileus, el lenguaje oficial es el griego y la iglesia bizantina se fue alejando de la de Roma. En el imperio bizantino la religión impregnaba la vida y la cultura, por lo que su arte es un arte cristiano y, como estaba dedicado a Dios, un arte rico y suntuoso. Se construyeron palacios y escuelas, pero sólo conservamos alunas iglesias y monasterios. La arquitectura bizantina destaca por su lujo y la complejidad de sus edificios. Son sobrios al exterior, pero están ricamente decorados al interior con pinturas o mosaicos de imágenes religiosas llamadas iconos. Estos iconos se caracterizan porque carecen de perspectiva y movimiento, las figuras son hieráticas (están quietas) y predominan la quietud y la simetría. Por desgracia, muchas de estas imágenes fueron destruidas en la guerra de los iconoclastas y otras por los turcos. Las iglesias bizantinas tienen, por lo general, planta de cruz griega y están cubiertas por grandes cúpulas que se levantan sobre pechinas. La iglesia más importante de todo el imperio bizantino es Santa Sofía de Constantinopla, mandada construir por el emperador Justiniano. Es una iglesia de planta de cruz griega coronada por una enorme cúpula de 65 metros de altura y 31 de diámetro. Las paredes y los techos estaban cubiertos de mármoles y mosaicos, muchos de los cuales se destruyeron cuando se convirtió en mezquita. Otras iglesias importantes son San Vital de Ravena o San Marcos de Venecia, así como los monasterios del monte Athos. Como los bizantinos extendieron su cultura a todos los pueblos sometidos, en Rusia se desarrolló una variante del arte bizantino con cúpulas de bulbo e iconos, objeto de gran devoción. El culto ortodoxo llegó a Rusia gracias al alfabeto cirílico, llamado así en honor a los monjes Cirilo y Metodio, que lo idearon para cristianizar a los pueblos eslavos. La cultura islámica es resultado de la mezcla de las culturas de los pueblos que fueron conquistando, por ello es una de las más desarrolladas de la época. El hecho de que todos los musulmanes hablaran una misma lengua facilitó que los conocimientos se transmitieran fácilmente de un lugar a otro, favoreciendo la integración de las diferentes culturas. Los árabes contribuyeron al desarrollo de la filosófica, con las aportaciones del persa Avicena y del cordobés Averroes. También destacaron en la literatura, especialmente en la poesía, aunque la obra más conocida es la recopilación de cuentos de las mil y una noche. Los árabes introdujeron en Europa la numeración arábiga (de origen hindú) y destacaron por sus estudios matemáticos que sentaron las bases de los logaritmos, la aritmética y el algebra. En medicina alcanzaron un gran nivel de desarrollo con importantes avances en medicina preventiva y cirugía, y desarrollaron una nueva ciencia, la astronomía, a través de sus observatorios llegaron a afirmar que las planetas giraban alrededor de un cuerpo y no de un punto, como afirmaba Ptolomeo. También crearon grandes bibliotecas, en las que se recogieron obras suyas y de los autores clásicos que pudieron ser conservadas durante siglos. Desde el punto de vista artístico, los árabes no tienen una unidad estilística, debido a la influencia de los territorios por los que se expandió. Acostumbrados al desierto y a la vida nómada, los árabes no tenían tradición arquitectónica, por lo que adoptaron las técnicas y edificios de los territorios conquistados. Las dos construcciones más representativas son la mezquita y la alcazaba, aunque también se edificaron palacios, mercados, baños y escuelas públicas. Una de las características del arte islámico es el uso de materiales pobres y poco duraderos, como el ladrillo y la madera. La decoración exterior era muy austera, en contraste con la ornamentación interior, muy creativa. Entre los motivos ornamentales destacan los mocárabes, atauriques, las lacerias y la decoración epigráfica o cúfica (a base de letras). La tradición de no representar imágenes sagradas hizo que la escultura, la pintura y el mosaico apenas tuvieran presencia en sus manifestaciones artísticas. Por el contrario, se desarrollaron las artes del metal, la marquetería, el marfil o la cerámica. El edificio más representativo del mundo musulmán es la mezquita, edificio de culto concebido como lugar de oración. El edificio esta precedido por un patio o sahn en el que esta la fuente de las abluciones y en el que suele estar la torre o alminar desde el que el almuédano llama a los fieles a la oración. El interior (haram) esta formado por una serie de naves separadas por columnas sobre las que se apoyan arcos de herradura que sostienen el techo y cuyo suelo se cubre de alfombras o esterillas dado que los musulmanes se arrodillan para recitar sus oraciones. La parte más decorada de la mezquita es el muro del fondo, llamado de la quibla, ya que hacia él dirigen la mirada los fieles al estar orientado a la Meca. En el centro de este muro se encuentra el mihrab, lugar sagrado. Entre las mezquitas destacan la de Kairouán en Tunez, la de Damasco en Siria, la de Córdoba en España y la de Samarra en Irak. También realizaron construcciones civiles y militares como las madrazas o escuelas, palacios y alcazabas o fortalezas, entre las que destaca la Alhmabra de Granada. La cultura feudal, el arte románico. Tras la caída del imperio romano y la invasión de los pueblos germanos, cada pueblo había desarrollado sus propias manifestaciones artísticas y culturales, aunque todas tenían como base común la cultura romana. A partir del s XI un nuevo estilo se impone en toda Europa gracias a las peregrinaciones y a las ordenes religiosas, el románico, llamado así por la semejanza de sus arcos con los que usaban los romanos. Este nuevo estilo presenta tres características fundamentales: es un arte religioso, tiene un fuerte contenido simbólico ya que se utiliza para transmitir un mensaje, es un arte internacional ya que se desarrolla con las mismas características en toda Europa. Su máxima expresión se encuentra en la arquitectura puesto que la escultura y la pintura se convierten en elementos decorativos de los edificios. La arquitectura románica se caracteriza por su solidez, sencillez decorativa y su adaptación al sentir espiritual de la época. Aunque se conservan algunos edificios civiles, su principal edificio es la iglesia, construida en piedra, con planta de cruz latina, tres naves de las cuales la central es más alta y una cabecera semicircular llama ábside. En el cruce entre la nave central y el transepto (nave horizontal) se encuentra el crucero, normalmente cubierta con una torre o cimborrio. El interior de la iglesia se cubre con bóvedas de cañón que apoyan sobre gruesas columnas o pilares, el exterior lo forman muros gruesos y lisos con poca decoración y escasas ventanas, por lo general estrechas, creando un ambiente oscuro en el interior que responde a la mentalidad de la época. La fachada principal esta rematada por un gran pórtico con gran desarrollo escultórico y dos torres a los lados que sirven de campanario. Todas las ciudades importantes construyeron grandes catedrales, entre las que destacan Toulouse, Tours o Santiago de Compostela. La escultura y la pintura románica se utilizaron para decorar y se subordinaron a la arquitectura, pero también tenían una importante finalidad didáctica, ya que a través de ellas se transmitía al pueblo, analfabeto, la doctrina cristiana. Por este motivo presentan las siguientes características: simbolismo, pretenden plasmar la idea de la manera más sencilla posible, por ello tienden al esquematismo; jerarquía, el tamaño de las figura varía según su importancia, siendo más grandes las más importantes; policromía, siempre aparecen pintadas con ricos colores; y, la ley del marco, se decir, se adecuan al espacio arquitectónico en el que se inscriben. Las representaciones más habituales son las figuras de Cristo y la Virgen aislados o formando escenas con los apóstoles. La escena más repetida es el Juicio Final. La escultura se sitúa por lo general al exterior del edificio, especialmente en las portadas de acceso. De ellas destaca el tímpano, donde se desarrolla la escena principal, las arquivoltas, organizadas entorno a él y las jambas que lo sujetan. En el interior la escultura se localiza en los capiteles y los altares donde en ocasiones se sitúan estatuas de Cristo crucificado, con cuatro clavos y, esculturas de la Virgen como trono del niño. La pintura suele localizarse en el interior, con colores muy vivos y planos que rellenan unas figuras perfiladas con gruesas líneas negras. Utilizan la pintura al fresco, es decir, se aplica sobre una pared cubierta con una capa de cal, cuando aún esta húmeda. La cultura urbana, el arte Gótico. A partir del s XIII el crecimiento de las ciudades y la consolidación de las monarquías favoreció el desarrollo de una nueva cultura que necesitaba unas nuevas manifestaciones artísticas, nace así el gótico, símbolo de la nueva mentalidad urbana. Al igual que el románico, es un estilo que uniformiza a toda Europa y se mantiene ligado a la religión, ya que será el medio de reflejar el cambio en el dogma, las creencias y la Iglesia, que favorece ahora los valores más positivos. El edificio más representativo sigue siendo la catedral, pero ahora cobran cada vez más interés otras construcciones civiles como los palacios, las lonjas o los edificios comunales. Todos ellos tienen en común un nuevo lenguaje arquitectónico basado en: el uso del arco apuntado u ojival que da mayor sensación de verticalidad; la presencia de bóvedas muy decoradas, entre las que destaca la de crucería; el uso de pilares compuestos por múltiples columnas; y, al exterior, la presencia de arbotantes que permiten transmitir el peso de las cubiertas al exterior. La combinación de estos elementos permitió la apertura de grandes ventanales que iluminen el interior de la iglesia y que fueron decorados con vidrieras de múltiples colores. Además, estas soluciones técnicas permiten edificar edificios de mayor altura, que se acentúa con el uso de pináculos para rematar los contrafuertes. Las iglesias y catedrales conservan la planta de cruz latina con varias naves, transepto y crucero rematado por un cimborrio o torre igual que en el románico, solo cambia la complejidad de la cabecera, formada ahora por varios ábsides que en ocasiones se acompañan de otros absidiolos de menor tamaño que en ocasiones forman una corona; y la fachada, en la que (además de los elementos románicos) aparece un rosetón y, en ocasiones uno o varios gabletes (triangulares) rematando los pórticos. La escultura gótica siguió siendo religiosa y, aunque fue independizándose poco a poco del espacio arquitectónico, siguió siendo el principal elemento decorativo de las fachadas. Presenta grandes diferencias con la escultura románica, principalmente por el mayor naturalismo y dinamismo de las figuras. Ahora las figuras son más realistas y expresivas y, por lo general no aparecen aisladas, sino que se relacionan entre sí formando escenas. Además, se desarrollan nuevos tipos escultóricos, como el retablo, ubicado detrás del altar; el retrato, especialmente en la escultura funeraria; las sillerías del coro, de madera tallada y; las gárgolas, esculturas de seres fantásticos que rematan los desagües de los edificios. La pintura gótica presenta las mismas tendencias que la escultura, mayor naturalismo, con proporciones más naturales y; lograr una cierta expresividad a través de los rostros y los gestos. Además hay un gran interés por mostrar la naturaleza y la perspectiva, los fondos lisos y dorados del románico se sustituyen por paisajes o arquitecturas que le dan un mayor realismo a la representación Al abrirse grandes ventanales en los muros de las iglesias, la pintura perdió el protagonismo del románico y se realizó sobre tabla, en retablos que solían colocarse detrás del altar. GALERÍA DE IMÁGENES ARTE BIZANTINO Iconos (Pintura) y mosaicos Exterior de las iglesias Interior de las Iglesias ARTE ISLÁMICO ARTE ROMÁNICO Y GOTICO (para comparar) Estructura interior de las iglesias y sus cabeceras Bóvedas Románica: de cañón Gótica: de arista Crucificado Románico: vivo y de cuatro clavos Gótico: muerto y de tres clavos Virgen Románica: trono del niño Gótica: madre del niño