MEDISAN 2000;4(4):49-60 Hospital Militar Docente “Dr. Joaquín Castillo Duany” ACTUALIZACIÓN SOBRE EL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DEL CÁNCER ESOFÁGICO Dr. Rafael Rodríguez Ramírez. 1 RESUMEN Se efectuó una revisión bibliográfica sobre el cáncer esofágico en publicaciones que han abordado el tema durante los últimos 20 años, de donde se derivó que el tratamiento quirúrgico proporciona generalmente resultados paliativos, que la radioterapia preoperatoria aporta muy pocos beneficios y que la terapia genética parece ser la nueva posibilidad terapéutica en este campo. En el artículo se hace mención de otras técnicas, de los principales factores causales y de muy diversos aspectos de interés sobre esa neoplasia, cuya incidencia es alta en varias regiones del mundo. Descriptores: NEOPLASMAS DEL FACTORES DE RIESGO; INCIDENCIA El cáncer esofágico es una de las neoplasias más agresivas del tracto digestivo, con una supervivencia global a los 5 años de menos de 10 %. 1 El mal pronóstico se debe al diagnóstico tardío, pues la distensibilidad de la pared del esófago conduce a que las manifestaciones clínicas no aparezcan hasta el momento en que la enfermedad esté localmente avanzada y afecte 60 % o más de la circunferencia de este órgano. Cuando se detecta, generalmente ya existe lesión ganglionar y a distancia. En una revisión de 83 783 pacientes en 122 artículos publicados se concluye que de 100 individuos con esta afección, en 58 es intervenida quirúrgicamente y en 38 resecable; pero de estos, 13 morirán en el hospital. De los 25 que egresan sin tumor, ----------------------1 Especialista de II Grado en Cirugía General. ESÓFAGO/cirugía/etiología/terapia; 18 viven al año, 4 a los 2 años y 3 a los 5 años. 2 Descrito hace más de dos milenios, ocupa lugares importantes entre los neoplasmas malignos más frecuentes en ambos sexos y se ubica entre las 10 primeras causas de muerte en varios países. En la mayoría de los casos no se alcanza la curación, pero puede asegurarse que hay pocas formas de muerte tan miserables y humillantes como la generada por la obstrucción esofágica y que la resección y reconstrucción de este órgano, no importa cuál sea su precio, son las únicas alternativas humanas. El cirujano no podrá curar, pero sí influir para lograr el principal objetivo de una deglución aceptable. 3 El diagnóstico precoz del proceso constituye la premisa fundamental para tratarlo oportunamente y mejorar la supervivencia; pero los medios para conseguirlo no están al alcance de todos, particularmente en naciones subdesarrolladas. A pesar de haberse identificado diversos factores causales, la incidencia sigue siendo alta en extensas áreas del mundo; de ahí los ingentes esfuerzos de cirujanos, oncólogos y otros para lograr la terapia más eficaz. En esta exposición se abordarán los aspectos de mayor interés, sobre todo los referentes a la función de la cirugía, con sus puntos más polémicos y apasionantes. Incidencia La incidencia en Europa es de 5 x 100 000 habitantes, con primacía en los varones (7:1) y después de la quinta década de la vida; pero en el cinturón de Asia Central se eleva a 140 por igual tasa europea. En 1995 se informaron en Cuba 377 pacientes nuevos con cáncer esofágico: 297 del sexo masculino y 80 del femenino; en el primero se presentó preponderantemente a partir de los 50 años y en el segundo a los 60. La tasa cruda resultó ser de 5,38 x 100 000 habitantes y la mayor incidencia se encontró en las provincias de Santiago de Cuba, Holguín y Granma. Patogenia Diversas lesiones se consideran precancerosas: esofagitis cáustica, esófago de Barret, acalasia y disfagia sideropénica (síndrome de Plummer Vinson); otras afecciones extraesofágicas predisponen a ello, como la enfermedad celíaca y la queratosis palmoplantar; en tanto el tabaquismo, el alcoholismo, la ingestión de alimentos muy calientes y las dietas ricas en nitrosaminas son igualmente factores de riesgo para padecer el proceso. 4 En las quemaduras cáusticas, el cáncer puede aparecer hasta 40 años después de haber sufrido la lesión inicial; mientras que en relación con el consumo de alcohol se ha demostrado que el whisky es más dañino que el vino y la cerveza. En los pacientes con esófago de Barret, la tendencia a ese carcinoma es 50 veces mayor, aunque también se ha descrito el origen de este humor en la duplicación del esófago. 5 Anatomía patológica Alrededor de 90 % es de tipo escamoso y el resto de adenocarcinoma que se desarrolla en la mucosa gástrica metaplásica. Cuando se consideran en conjunto los adenocarcinomas primitivos o invasores, la proporción entre el escamoso y éstos se asemeja mucho. La propagación tumoral es principalmente por contigüidad y linfática y, en menor grado por la vía hemática, atribuible a las características anatómicas del esófago, el cual está en contacto estrecho con órganos próximos, carece de serosa y posee una rica vascularización linfática, de modo que puede invadir el árbol traqueobranquial, la aorta, el pericardio, los nervios laríngeos recurrentes e incluso el hígado. La diseminación linfática se produce en más de 70 % de los pacientes, con metástasis ganglionares mediastínicas, abdominales y cervicales. Esta vía y la invasión submucosa son causantes de la extensión intraesofágica. La propagación por la vía hemática es más tardía, menos frecuente y afecta principalmente al hígado y los pulmones. En 50 % se daña el tercio medio del esófago y en 25 % los tercios superior e inferior, respectivamente. Cuando el tumor mide 5 cm o menos, en 65 % de los pacientes está localizado y en el otro 35 % hay metástasis; pero ocurre lo inverso cuando es mayor, dado por 25 % en el primer caso y 75 % en el segundo. También pueden aparecer tumores sincrónicos o metacrónicos en cavidad bucal, faringe, laringe y pulmones. 6 En un estudio de 261 afectados por carcinomas epidermoides, en 19 aparecieron neoplasmas asociados (10 sincrónicos y 9 metacrónicos), así como 4 adenocarcinomas gástricos.7 Otras masas tumorales como sarcomas de células pequeñas y melanomas por citar algunas, son menos comunes. Diagnóstico El cuadro clínico, como elemento esencial para el diagnóstico, se caracteriza por varios síntomas, entre los cuales sobresale la disfagia. Esta última es de tipo orgánica y progresiva; aparece cuando la neoplasia suele estar avanzada, específicamente cuando ha dañado más de 60 % de la circunferencia del esófago o la luz de éste abarca 13 mm. En ocasiones se sobreañade una disfagia motora en forma de acalasia o espasmo esofágico, por invasión del plexo mioentérico. Puede aparecer dolor de tipo adinofágico o espontáneo, de carácter opresivo o punzante, irradiado al cuello, hombros, brazos y epigastrio, que lo hace indistinguible del dolor de origen coronario. Se incluyen también la regurgitación, los vómitos, la xialorrea, la anorexia, la anemia y la pérdida de peso. El sangrado agudo es raro, pero la broncoaspiración genera síntomas respiratorios. En la fase tardía o avanzada ya se manifiestan las complicaciones por toma de nervios, fístulas, perforación u otros procesos. Entre las pruebas diagnósticas se destaca el esofagograma con más de 80 % de positividad, el cual permite, junto con la endoscopia, diagnosticar el tumor en la totalidad de los sospechosos. El estudio endoscópico garantiza tomar muestra para biopsia y material para la citología; su realización es obligada en todo paciente con diagnóstico de trastorno motor del esófago, a fin de descartar su origen secundario como en la seudoacalasia, cuyos síntomas se asemejan a los de la acalasia primaria, pero tiene su génesis en el cáncer esofágico. El incremento del empleo de pesquisaje masivo (screening) en los grupos de riesgo mediante fibroendoscopia con marcadores yodados (lugol) u otros como azul de toluidina y el índigo carmín, ha mejorado el índice de diagnóstico del cáncer mucoso. 8 La tomografía axial computarizada (TAC), la resonancia magnética nuclear, la toracoscopia, la laparoscopia y otros medios facilitan la estadificación adecuada de los enfermos. La ecoendoscopia digestiva es de gran utilidad para diagnosticar tumores submucosos y evaluar su extensión, pero tiene como inconvenientes que no diferencia las adenopatías inflamatorias de las metastásicas y que no puede utilizarse cuando hay estenosis. La ecografía intraórtica permite descartar la infiltración de este vaso, 9 en tanto la fibrobroncoscopia es un método muy sensible para detectar compromiso traqueobronquial infiltrativo. 10 Factores de pronóstico Se han estudiado diferentes factores, a saber: edad, sexo, magnitud de la operación, transfusión, trasplante digestivo, metaplasia de Barret, etapa, extensión tumoral, toma ganglionar, metástasis a distancia, diferenciación tumoral y terapia adyuvante preoperatoria y posoperatoria. Para el carcinoma epidermoide, los de mayor importancia son: la toma ganglionar, la etapa y la magnitud de la operación; para el adenocarcinoma: la diferenciación tumoral, la extensión local, la etapa, la magnitud de la intervención y la presencia de metástasis a distancia, 11 pero en todos los casos se considera que la detección precoz es el mejor factor de pronóstico y que del estadio del tumor depende más la curación. 12 Clasificación (TNM) Estadificación La estrategia terapéutica ha sido elaborada tomando en cuenta la versión actual de la clasificación TNM (UICC, 1987), la cual es básicamente posquirúrgica (p-TNM), y la versión precedente (UICC, 1979), basada en hallazgos clínicos. Para su exposición en el presente material, se designaron como TNM “A” (versión de 1987) y TNM “B” (versión anterior). Sistema TNM (resumido) TNM “A” Categoría T- Tumor primario. Tx::Tumor primario que no puede ser precisado. TO: No evidencia de tumor primario. Tis: Carcinoma in situ (Cis). T1: Invasión de lámina propia o submucosa. T2: Invasión de muscularis propia. T3: Invasión de la adventicia. T4: Invasión de estructuras adyacentes. Categoría N: Ganglios linfáticos regionales. Nx: metástasis en ganglios linfáticos regionales, que no puede ser precisada. NO: No evidencia de metástasis en ganglios linfáticos regionales. N1: Metástasis en ganglios linfáticos regionales. Categoría M: Metástasis a distancia Mx: Metástasis a distancia que no puede ser precisada. MO: No evidencia de metástasis a distancia. M1: Metástasis a distancia. Estadios: Estadio 0: Tis NO MO Estadio I: T1 NO MO Estadio IIA: T2 NO MO T3 NO MO Estadio IIB: T1 N1 MO T2 N1 MO Estadio III : T3 N1 MO T4 cualquier N MO Estadio IV: Cualquier T, cualquier N M1 TNM B: Categoría T (ídem TNM “A”) Tis-Tx-TO: (ídem TNM “A”) T1: Tumor de hasta 5 cm de longitud, que no obstruye ni infiltra completamente la circunferencia del órgano, sin infiltración del esófago. T2: Tumor mayor de 5 cm de longitud, que obstruye o infiltra completamente, o ambas cosas, la circunferencia esofágica, sin infiltración extraesofágica. T3: Tumor que infiltra estructuras extraesofágicas (mediastino). Categoría N (ídem anterior) Esófago cervical: ganglios cervicales y supraclaviculares Esófago torácico: ganglios intratorácicos, con exclusión de los cervicales, supraclaviculares y abdominales N1: Metástasis ganglionares bilaterales móviles. N2: Metástasis ganglionares bilaterales móviles. N3: Nódulo (s) fijo (s). Categoría M (ídem anterior) M1: Metástasis a distancia (En esófago torácico, el N1 cervical supraclavicular o abdominal se considera M1). Estadios: Estadio I (T1 NO MO): Tumor que afecta menos de 5 cm del esófago, sin obstrucción ni extensión circunferencial y extraesofágica, sin adenopatías ni metástasis. Estadio II (T1 N1 MO; T1 N2 MO; T2 NO MO; T2 N1 MO; T2 N2 MO): Esófago cervical, sin afectación extraesofágica, con adenopatías regionales móviles, sin metástasis a distancia; o tumor de más de 5 cm, sin afectación ganglionar. Esófago torácico: Cualquier tumor que sea mayor de 5 cm de longitud o que produzca obstrucción o afecte la circunferencia completa del esófago, sin propagación extraesofágica. Estadio III (cualquier M1, cualquier T3): Cualquier carcinoma esofágico con propagación extraesofágica o metástasis a distancia. Esófago cervical: Adenopatías fijas (cualquier N3). Esófago torácico: Infiltración ganglionar (cualquier N). Aspectos históricos de la cirugía del esófago los 9 años de seguimiento se hallaban libres de enfermedad. 13 Durante muchos años se consideró imposible el acceso al esófago, como igualmente ocurrió con los procesos cancerosos, pues tomando en cuenta las complicaciones, la mortalidad y la escasa supervivencia en estos casos se descartaba la cirugía como método terapéutico. En 1871, Billroth planteó la posibilidad de resección tumoral y en 1877 se efectuó la primera en un paciente con cáncer del esófago cervical. El inicio de la cirugía moderna ha sido enmarcada en 1913, cuando Torek extirpó exitosamente el esófago torácico. Lilienthal utilizó la vía extrapleural y Grey Turner, en 1933, realizó el pulltrough. En 1944, Novo Gelast ejecutó en Cuba la primera esofagogastrostomía. En 1946 Lewis y un año después Tanner, difundieron el uso de la laparotomía previa y la toracotomía derecha, complementada en 1962 con cervicotomía y anastomosis por Mc Keown. En 1974 Kirk y en 1978 Orringer, introdujeron la esofagectomía sin toracotomía; proceder muy polémico, pero históricamente reafirmado. Progresivamente, las técnicas han variado poco, y solo se han incorporado las resecciones en bloque ultrarradicales y la resección de la mucosa endoscópica apoyada en el diagnóstico temprano del tumor, con una efectividad ampliamente confirmada. En un estudio de 142 pacientes, a Tratamiento La cirugía ha devenido el pilar más sólido en el tratamiento del cáncer esofágico. La exéresis es la mejor solución para la disfagia y con es lo cual se logra una mayor supervivencia. En realidad, las tres cuartas partes de los enfermos en quienes se decide hacer la resección, se hallan en estadios III y IV; por ello se considera que salvo algunas pocas excepciones, la operación persigue en la mayoría de ellos un fin paliativo. 14 En los EE.UU. se ha comprobado que un diagnóstico precoz combinado con un acceso quirúrgico más “agresivo”, ha ido incrementando los índices de operabilidad y extirpabilidad, reduciendo las tasas de mortalidad hospitalaria y mejorando las cifras de supervivencia. 15 En una investigación retrospectiva de 316 pacientes desde 1970 hasta 1993 se apreció en la última década un aumento de la supervivencia media a los 5 años, atribuible a una mejor conducta quirúrgica y posquirúrgica. Los avances más notables incluyen el cambio de la nutrición parenteral a enteral, la realización de la anastomosis en el cuello, la disminución del uso de hemoderivados y el empleo de tubos endotraqueales de doble luz, lo cual disminuye las complicaciones respiratorias. 16 Estas series ejemplifican ampliamente esas consideraciones. Seineldin González Pardo Miroshnikov Stoliarizov Nishimaki Elías Elías Stahl Año Pacientes 1997 1997 1998 1998 1998 1998 1998 1998 36 138 193 80 190 33 32 25 El costo-efectividad ha demostrado ser mejor en los enfermos tratados quirúrgicamente con resección, pues a pesar de que el costo inicial resulta más elevado, la su- Mortalidad % 25 19,3 9,9 5,0 6,3 9 10 16 Supervivencia 15,8 meses 18,2 meses 8% 41,5 % 18 % 56 % 16 meses pervivencia es más prolongada. El costo por mes de vida se encarece más en aquellos que recibieron otras modalidades terapéuticas. Costo- efectividad en 139 pacientes Resección Radioterapia Braquiterapia Láser Intubación Inicial 8 070 4 720 1 790 3 540 2 450 Mensual 457 Supervivencia 20 meses 342 - 1 125 6 meses Actualmente se realizan 4 tipos de esofagectomías: 1. Esofagectomía de Ivor Lewis: a) Laparotomía y preparación de la víscera (estómago) b) Toracotomía derecha para movilización y resección del esófago c) Anastomosis intratorácica 2. Esofagectomía radical en bloque d) Laparotomía y preparación de la víscera (colon) e) Exploración toracoabdominal con resección en bloque del esófago torácico, ganglios mediastinales, coronaria estomáquica, bazo, así como ganglios celíacos y torácicos. 3. Esofagectomía torácica total f) Laparotomía y preparación de la víscera (estómago) g) Exploración del cuello y movilización del esófago h) Resección de la porción interna de la clavícula para ampliar el estrecho torácico i) Paso de la víscera retroesternal. j) Anastomosis cervical. k) Toracotomía derecha para movilización y resección del esófago. 4. Esofagectomía transhiatal l) Laparotomía y preparación de la víscera (estómago) m) Exploración del cuello y movilización del esófago n) Resección transhiatal o) Anastomosis cervical Si bien algunos autores estiman que la linfadectomía mediastinal y cervical radical mejora la supervivencia y previene la recidiva; 18 otros afirman que la resección radical en bloque, mucho más amplia en el acceso a los linfonodos, no ha tenido gran aceptación por carecer de superioridad sobre las técnicas habituales y provocar mayor morbilidad y mortalidad. 19 La esofagectomía transhiatal es la que más se utiliza en los padecimientos obstructivos, pero existen controversias en torno al concepto de que esta no cumple el principio oncológico de realizar una buena linfadenectomía mediastinal; sin embargo, se acepta que el pronóstico depende más de la génesis y estadio del tumor que de otros aspectos señalados. Esta vía disminuye la morbilidad y mortalidad, el tiempo quirúrgico, la estadía hospitalaria, las pérdidas hemáticas y la incidencia de fugas anastomóticas, además de ser adecuada para tumores a cualquier nivel y de garantizar índices de supervivencia similares a los informados con otros procedimientos. 20 En un estudio de 22 pacientes en estadios I y II, tratados con esta técnica, la mortalidad fue de 5 % y más de la mitad de éstos (64 %) no sufrieron recurrencias en un período de 2-7 años. 21 Seineldin 22 ha dado a conocer que de 36 enfermos con tumores en el tercio superior: 19, medio: 7 e inferior: 10, clasificados como T4, solo 9 fallecieron y la supervivencia fue de 15,8 meses. La anastomosis cervical ha ganado en popularidad por su baja frecuencia de complicaciones. En una serie de 856 pacientes operados con la técnica de esofagectomía transhiatal con anastomosis en el cuello, en un tiempo que abarcó desde 1976 hasta 1994, los favorables resultados obtenidos validaron su empleo, pues entre las principales complicaciones figuraron las infecciones cervicales y la dehiscencia anastomótica. 23 Urschel 24 señaló varios factores causales (todos corregibles y evitables) de esta última complicación: Locales 1. 2. 3. 4. Insuficiencia arterial del fundus gástrico Insuficiencia venosa Distensión gástrica Infecciones. Sistémicos 1. Hipoxia 2. Malnutrición Quirúrgicos 1. Sutura inadecuada 2. Hipotensión. Además, son conocidas las variantes técnicas para prevenir los fracasos anastomóticos, entre ellas: uso de grapadoras, sustancias adhesivas, materiales para sutu- rar más ventajosos y artificios para proteger las líneas de sutura. 25, 26 Con el fin de garantizar una adecuada irrigación del tubo gástrico en la esofagogastroplastia y evitar la dehiscencia en la unión visceral, se ha utilizado con eficacia la embolización preoperatoria de los vasos arteriales del estómago, excepto la arteria gastroepiploica derecha. Luego de efectuada la laparotomía se puede medir el flujo sanguíneo en la parte alta de este órgano. 27 La utilización del ultrasonido dopplerláser y de la tonometría permite calibrar los cambios en la perfusión y el pH en estómago y yeyuno después de su movilización, a fin de evaluar su estado para la esofagoplastia. 28 En cuanto a la radioterapia se plantea que las dosis para lograr el control local son altas (80-90 Gy) y sobrepasan la tolerancia de los tejidos sanos, razón por la cual se limitan a 60-65 Gy. 29 Una dosificación total de 50 Gy en el período preoperatorio para intentar aumentar la resecabilidad, lejos de proporcionar beneficios importantes en la supervivencia, ha incrementado la aparición de complicaciones como fístulas, necrosis, hemorragias, perforación y neumonitis e incluso en un número no despreciable de casos resulta imposible operar con posterioridad. 30 En un estudio de 1 147 pacientes irradiados antes del acto quirúrgico por presenrtar tumores resecables, no mejoró significativamente la supervivencia. 31 Actualmente se ha demostrado cierta efectividad de la hipertermoquimioterapia con el uso de bleomicina y citoplatino; además, la irradiación con protones supera a los rayos en cuanto a la probabilidad de control tumoral y afectación de tejidos sanos. 32 La curieterapia endoesofágica permite tratar el componente endoluminal del tu- mor, pues al tener una mayor área de necrosis e isquemia, se torna menos sensible a la radiación externa. 33 Se ha planteado que el cáncer es una enfermedad genética y por ello se han depositado grandes esperanzas en la introducción de un gen en el paciente para corregir un defecto congénito o proporcionar una nueva función a sus células. La IL2 estimula ciertos linfocitos “asesinos” y aumenta su actividad tumoricida, además de señalarse la función de los linfocitos infiltrantes de tumores que liberan interferón gamma y factor de necrosis tumoral. Existen informes de reducción de tumores irresecables con el uso de IL2, nedaplatino y 5-fluoracilo, que han permitido luego su extirpación total. 34 Estudios de vacunas en ratas confieren credibilidad y perspectivas futuras a la terapia genética. 35 Conclusiones 1. La incidencia del cáncer esofágico es alta en varias regiones del mundo. 2. El alcoholismo y el tabaquismo son factores etiológicos universales. 3. El esófago de Barret constituye una lesión precancerosa a tomar muy en cuenta en estos casos. 4. Los síntomas aparecen cuando ya está afectado 60 % de la circunferencia esofágica o su luz abarca 13 mm. 5. El diagnóstico precoz es el principal factor de pronóstico, aunque la cirugía deviene generalmente un tratamiento paliativo. 6. El pesquisaje masivo con fibroendoscopia y tinción en grupos de riesgo posibilita la resección mucosa endoscópica del tumor. 7. La esofagectomía es la mejor terapia para combatir la disfagia y aumentar la supervivencia. 8. Si bien la ETH proporciona resultados similares a otras técnicas y la radioterapia preoperatoria ofrece pocos bene- ficios, en cambio la terapia genética significa una nueva esperanza en el tratamiento del cáncer esofágico. ABSTRACT Updating on the Esophageal Cancer Surgical Treatment A bibliographical review was made on the esophageal cancer in publications that have dealt with the topic during the last 20 years, from where it was concluded that the surgical treatment generally provides palliative results, that the preoperative radiotherapy offers just few benefits and that the genetic therapy seems to be the new therapeutic possibility in this field. This article mentions other techniques , the main causal factors and very diverse aspects of interest about neoplasm, being its incidence high in different parts of the world. Subject headings: ESOPHAGEAL NEOPLASMS/surgery/etiology/therapy; RISK FACTORS; INCIDENCE. Referencias bibliográficas 1. Earlan R, Conha-Melo JR. Esophageal squamous cell carcinoma: A critical review of radiotherapy. Br J Surg 1980;57:457-61 2. Hishikawa Y, Taniguchi M, Kamikonya N, Tanaka B, Miura T. Externa beam radioterapy alone or combined with high-dose rate intracavitary irradiation in the treatment of cancer of the esophagus: Autopsy finding in 35 cases. Radiother Oncol 1986;4:223-7. 3. Orringer BM. Procedimientos paliativos para el cáncer de esófago. Clin Quir Norteam1983;4:949-58. 4. Dietz J, Pardo SH, Furtado CD, Harzhein E, Furtado AD. Factores de riesgo relacionados o cáncer de esófago no Rio Grande do Sul. Rev Assoc Med Bras 1998;44(41):269-72. 5. Pimienta AP, David ML. 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Dr. Rafael Rodríguez Ramírez. Calle 8 # 104 e/ 7 y 11. Rpto. Mariana de la Torre, Santiago de Cuba.