LA INNOVACIÓN COMO FACTOR DETERMINANTE PARA LA CREACIÓN E INTERNALIZACIÓN DE EMPRESAS AGROALIMENTARIAS EN ESPAÑA. PASADO, PRESENTE Y FUTURO. Manuel PLATERO JAIME Profesor de Gestión de la Innovación de la Universidad Europea de Madrid Departamento de Economía de la Empresa UNIVERSIDAD EUROPEA DE MADRID C/ Tajo s/nº, Villaviciosa de Odón, 28670 Madrid e-mail: manuel.platero@uem.es RESUMEN El artículo presenta diversas reflexiones sobre el papel de la innovación como factor clave en el futuro de los procesos de creación e internalización de las empresas agroalimentarias españolas, promoviendo un salto cualitativo y cuantitativo en la competitividad, eficiencia y rentabilidad del sector. Para ello se analizarán los factores más determinantes del actual marco de producción, distribución y consumo agroalimentario en España. Las nuevas fórmulas de gestión y organización en el sector agroalimentario, las posibilidades tecnológicas actuales aplicadas en la producción, distribución y venta de productos agroalimentarios, el comienzo por una clara apuesta por la calidad y el cuidado de los parámetros intrínsecos de los productos, así como la optimización de la cadena de valor de dichos productos, todo ello inmerso en un entorno cada vez más preocupado por ser socialmente responsable, harán de la innovación y en concreto de la innovación social los factores determinantes para reflotar el sector agroalimentario doméstico y fomentar su internacionalización. En el presente artículo se estudiará la evolución de la innovación en el sector agroalimentario español, el impacto de la responsabilidad social en la actualidad, la estructura de la industria agroalimentaria en España y los cambios de tendencias de consumo. Finalmente se presentarán una serie de casos reales en el sector agroalimentario que justifican el uso de la innovación y de la innovación social como pare de las estrategias empresariales. 1. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y LA INNOVACIÓN COMO OBJETO DE ESTUDIO Las empresas ya no son, como se definían en los antiguos manuales de economía, la suma de capital y trabajo, mediante la transformación de materias primas, para obtener beneficios con la venta de los productos fabricados. Hoy las empresas no pueden quedarse impasibles ante la sociedad y al entorno en el que desarrollan su actividad y han de implicarse decididamente en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y no sólo de sus clientes sino de la sociedad en general. Las empresas que consigan ofrecer los productos que mejor respondan a las necesidades de sus usuarios, que mejoren la calidad de vida de los agentes que le rodean, que vayan más allá del estricto cumplimiento de la legalidad, que impregnen de ética sus decisiones, que cuiden las relaciones con y entre sus trabajadores, que ofrezcan posibilidades de formación, promoción y seguridad, que colaboren decididamente con el cuidado del medio ambiente, y que además obtengan altas rentabilidades, serán las empresas de éxito del mañana. La razón de ser de las empresas debe empezar a asumirse como la búsqueda de altas rentabilidades económicas pero también sociales. Lo “social” ha impregnado el nuevo paradigma de producción y consumo, que conjuntamente con la innovación, y la creatividad sentarán las bases del futuro panorama empresarial dentro del entorno global en el que nos encontramos. La innovación ha sido el factor más determinante en el crecimiento exponencial presentado por diferentes sectores nacionales en las últimas décadas, entre ellos, el sector agroalimentario. El motivo fundamental del estudio de la innovación en la industria agroalimentaria durante todo este tiempo ha sido la evolución de la gestión y la aplicación de las tecnologías, con objeto de incrementar la productividad. En estos momentos, la innovación en el sector agroalimentario español se está redefiniendo para adaptarse a un entorno cambiante en el cual, jugará un papel si cabe más especial y determinante de lo que ha venido haciéndolo en las últimas décadas. 2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA AGROALIMENTARIO ESPAÑOL DE LA INNOVACIÓN EN EL SECTOR Históricamente los principales enfoques teóricos y metodológicos que se han dado en los estudios del proceso de innovación y difusión tecnológica han ido desde los estudios provenientes del campo de la sociología rural1, a los de la geografía y la historia económica2, como indica Farinós Dasí, (1989). A lo largo del siglo XX la tecnología agroalimentaria vinculada al continuo proceso de innovación en el sector, se centro principalmente en la aparición y optimización de la agricultura intensiva a través de mejoras en las técnicas de irrigación (riego por goteo), optimización de técnicas operativas y de trabajo, evolución de 1 De las conclusiones de los primeros estudios de esta disciplina (García Ferrando, M; 1976) cabe mencionar, la forma “s” sigmada que considera el número acumulado de adoptadores, la representación del proceso de difusión a lo largo del tiempo a (Champin, 1928; Pemberton, 1936; García Ferrando, 1976); la relación existente entre las características de las propias innovaciones, supuesto sobre el que posteriormente se han elaborado diversas teorías, como la de las innovaciones inducidas en agricultura formulada por John Nicks, la de Alain de Janury y otras clasificaciones; las etapas del proceso de adopción de las innovaciones (Rogers, 1962); la efectividad de los canales de información utilizados para difundir las innovaciones y el establecimiento de algunos modelos de difusión resultantes de los aspectos anteriormente mencionados. 2 Shumpeter sentó las bases teóricas sobre la innovación, su difusión y su impacto en el desarrollo económico. (Shumpeter, 1976): Teoría del desenvolvimiento económico, México, F.C.E., primera edición en alemán en 1912). Otros trabajos han ido desarrollando o matizando algunas de sus ideas referidas a esta relación a la vinculación existente entre ciclos de crecimiento económico y depresión con la presencia o no de una innovación o más correctamente, de un grupo de ellas: Mensch, Van Duin, Graham, Senge (Freeman.; Clark, y Soete; 1985) infraestructuras (cultivos bajo techo), climatización, aparición y optimización de productos bioquímicos aplicados al sector, creación de semillas de alto rendimiento (Biotecnología) y perfeccionamiento de la agricultura hidropónica. Simultáneamente, la evolución generalizada hacia una agricultura de mercado produjo la cada vez mayor dependencia de plaguicidas y abonado intensivo, con graves problemas medioambientales como la contaminación de suelos y acuíferos y una drástica reducción de la biodiversidad; a lo que se ha pretendido responder con el planteamiento de una denominada agricultura sostenible. He aquí la primera intuición de la innovación social aplicada al sector agroalimentario a la que en el comienzo nos referíamos. A través de diversos estudios realizados por el Instituto Internacional de Investigación sobre Política Alimentaria (IFPRI), podemos concluir que durante las últimas décadas del SXX, los estudios sobre adopción de innovaciones agrícolas han estado dominados por la perspectiva según la cual la adopción de innovaciones es un asunto individual, centrado en la utilidad percibida por el productor. Más recientemente nos encontramos con un creciente interés en la comprensión del papel de la interacción social en los procesos de innovación. En 2008, Mario Monge Pérez y Frank Hartwich publicaron un estudio con base a un conjunto de datos sobre las interacciones existentes entre productores y otros actores relevantes para la innovación en diferentes regiones de Bolivia, con el cual concluyeron que los resultados de dichas interacciones sobre la intensidad de la adopción de innovaciones, provocaban un efecto positivo y significativo de la densidad de las redes y del prestigio del promotor de las innovaciones. En España, el vínculo entre tecnología e innovación, gracias al auge de la agricultura de mercado doméstica y al comienzo de la brillante etapa exportadora a toda Europa, fue el gran pilar de la evolución de la innovación en el sector agroalimentario durante gran parte del siglo XX. A partir de los 80 la innovación en el sector agroalimentario viró hacia el campo de la biotecnología y la agricultura ecológica. En este sentido, cabe destacar el análisis que aparece en el trabajo realizado por Chávez et al (2003) sobre los impactos positivos y los riesgos de la biotecnología. 2.1. La biotecnología en el sector agroalimentario español En España se detecta la existencia de un reducido sistema de innovación en biotecnología en una fase temprana de su formulación, en donde las administraciones y centros de investigación públicos cobran el mayor protagonismo. Todavía la colaboración de la empresa privada está muy lejana de la aportación en investigación de las administraciones públicas españolas, y por supuesto también muy lejana de la actividad investigadora de los principales países desarrollados. Lo que sí cabe destacar es el potente recorrido del sector, y las previsiones de su desarrollo en las dos próximas décadas. Según se plantea en el trabajo realizado por Díaz Benito, (2002), se pueden identificar tres desajustes principales en el sistema. El primero de ellos se trata de la proyección de la investigación científica y el desarrollo tecnológico, con una calidad destacada del colectivo científico el cual gana prestigio en el escenario internacional, y que sin embargo no encuentra la misma aceptación ni potenciación a nivel nacional. La debilidad de las colaboraciones entre el sistema público y el empresarial es uno de los factores que condicionan el potencial del sistema de innovación en biotecnología. El segundo de los elementos limitantes del sistema, y por lo tanto del sector, es la participación de las entidades financieras, que dubitativas y perezosas en su apuesta por las nuevas biotecnologías no disponen de mecanismos adecuados y diseñados para la innovación. El capital-riesgo en España, tienen un desarrollo limitado y su presencia en los procesos de innovación en biotecnología es, a todas luces, insuficiente. Ambos subsistemas, el de I+D y el financiero, deben perfeccionar y consolidar su presencia para conseguir un mayor grado de madurez del sistema de innovación. Por último, el sistema de innovación en biotecnología presenta un gran déficit en los procesos de comunicación, ya sea en la transferencia de conocimiento entre sistema científico y productivo como en lo que se refiere a la interlocución ante la sociedad. La comunicación entre los agentes del sistema de innovación en biotecnología debe ser más fluida y dinámica, diversa y retroactiva, con intercambio continuo de información que permitirá un crecimiento más rápido del sector. Así mismo, la comunidad necesita ser informada sobre los avances científico-técnicos y ello exige la “profesionalización” de los procesos de comunicación, descuidados hasta ahora por industria, científicos, y medios de comunicación. Una limitada cultura de investigación en España, pudiera ser uno de los factores explicativos del actual sistema de realización, transmisión y circulación de la información relacionada con las investigaciones biotecnológicas. Las influencias externas, junto al cambio cultural de la investigación han fomentado la necesidad de satisfacer la demanda de información. A pesar de lo limitado de la inversión y la actividad investigadora en España, podemos halagar la evolución que ha experimentado las instituciones nacionales en los últimos años en cuanto a biotecnología agraria se refiere, rama de la biotecnología que más nos interesa desde el punto de vista del presente artículo. Así pues, debemos destacar la posición que alcanzaba España en ésta rama, situándose como pionera en biotecnología agraria en Europa en 2004. (Alcina, 2004) 2.2. La agricultura ecológica La Agricultura Ecológica pese a su inicial papel catalizador del sector agroalimentario en España durante los años noventa, actualmente sigue siendo la eterna aspirante, y no ha conseguido el efecto aguijón anhelado por el sector para potenciar su crecimiento. Según se recoge en el trabajo de Rivera Villas et al (2004), “no parece vislumbrarse para los próximos cinco años el fin de lo que puede ser denominado como la «paradoja ecológica» que consiste en el bajo nivel de consumo de estos productos, a pesar de que son el paradigma de una producción respetuosa con el medioambiente, de disponer de una imagen comercial totalmente idónea y de, según todos los indicios, poseer un enorme potencial de mercado.” A comienzos del presente siglo, la agricultura ecológica fue conceptuada en Europa como la gran alternativa a la agricultura convencional. Sin embargo, la agricultura ecológica en España, se encontraba en clara desventaja respecto al resto de Europa, donde el apoyo normativo y económico fue bastante superior para explicar su evolución. En España, el mercado de exportación ha sido el principal motor de la agricultura ecológica. Ante esta desventaja se hacía necesario el establecimiento de planes integrales de apoyo al sector (Alonso Mielgo, 2001). Según diversos estudios realizados sobre la agricultura ecológica en Europa, se puede concluir que desde 1985 hasta 2002, la difusión de los cultivos ecológicos estaba determinada fundamentalmente por el efecto imitación. Además existe evidencia de que las particularidades de la agricultura ecológica en cada país se relacionan con la capacidad adquisitiva de los agentes, de la influencia, experiencia e imitación de los adoptantes en otros países del entorno y del momento en el que se produjo la innovación. (Gómez García et al, 2007) Sin embargo y en contraposición a la idea inicial, Soto Lisón (2008) nos muestra un estudio que nos permite pensar de una forma mucho más optimista respecto a la evolución que finalmente ha desarrollado la agricultura ecológica en España en los últimos veinte años. En dicho trabajo se expone una mejora exponencial del sector del 2004 al 2008, gracias al desarrollo de productos fitosanitarios y nutricionales de buena calidad, la obtención de variedades resistentes, el control biológico de insectos pero lo más importante es la adquisición por parte de agricultores y profesionales del sector de una conciencia a favor del desarrollo de la agricultura ecológica, segmento en el cuál pocos años antes no se confiaba como a día de hoy. De la misma forma, existen evidencias de que la agricultura ecológica se encuentra en franco crecimiento en España. Un claro ejemplo es la tasa relativa del volumen de producción de productos ecológicos a nivel europeo de la cooperativa española “La Palma”, la cual ya produce un 4% de productos ecológicos de Europa. 2.3. La innovación social como motor del sector agroalimentario Los aspectos éticos y la responsabilidad social forman parte del diseño y la implantación de estrategias por parte de los directivos, buscando alcanzar los objetivos empresariales deseados (Garriga y Melé, 2004; Frederick, 2006). Es por ello que depende en gran parte de los valores éticos de los directivos de la senda estratégica que sigan las organizaciones. Por tanto, no se puede explicar el éxito empresarial ni la evolución del sistema económico obviando el alcance de las cuestiones éticas (Economist Intelligence Unit, 2005). El impacto de los valores éticos y de RSC es muy amplio, alcanzando aspectos internos y externos a la empresa. En este sentido, comienza a ser habitual asumir un comportamiento ético y de RSC que vaya más allá del estricto cumplimiento de las leyes, con el objetivo de mejorar la imagen y la percepción de los agentes sociales potenciales, para crear una confianza general que propicie la mejora de la posición competitiva. (Johnson et al., 2005; Porter y Kramer, 2006). Si la competencia tiene lugar en mercados abiertos, a medida que las empresas creen valor ayudarán a incrementar el bienestar social (Galán, 2006). En definitiva, se trata de complementar los objetivos estratégicos con la búsqueda del beneficio social a través de los valores éticos, es decir competir en responsabilidad (Porter y Kramer, 2002). Si transformamos el significado de “competir en responsabilidad” en “innovar con responsabilidad”, obtenemos el cuerpo y alma de la innovación social. Uno de los aspectos más novedosos y originales dentro de la innovación en la empresa es el concepto de innovación social, el cual se incluye dentro del término más amplio y general de innovación y que surge de la relación simétrica entre la innovación tecnológica y la innovación económica. La importancia de la innovación social reside en sus implicaciones directas sobre las personas en la organización y en el entorno de ésta, ya que supone cambios que afectan directamente al funcionamiento del factor humano, alterando las capacidades y habilidades de los miembros de la empresa y contribuyendo así a consolidar una determinada ventaja competitiva sostenible en el tiempo. La esencia de la innovación social se acrecienta más aún si cabe, en el sector agroalimentario, ya que el cuidado en el tratamiento de los productos tiene implicaciones directas sobre la salud de los consumidores, y por otro lado la ética en el establecimiento de los precios es de per sé abusiva en la mayoría de las ocasiones. Trataremos con mayor profundidad este último punto en el apartado final del artículo. 3. CONTEXTO ACTUAL DEL SECTOR AGROALIMENTARIO 3.1. Evolución y características estructurales de la industria agroalimentaria española Desde la entrada de España en la Unión Europea, la industria agroalimentaria ha demostrado su relativa adaptación a las circunstancias económicas generales y a las circunstancias concretas de los mercados alimentarios. Respecto a la competitividad, se puede afirmar que su posición en Europa se ha mantenido y las exportaciones han crecido a un buen nivel. Su estructura se caracteriza por el reducido tamaño medio de las unidades productivas, por la elevada participación que tienen las pequeñas y medianas empresas (más del 90%) que deben enfrentarse a los mercados internacionales y a la competencia desde muy diversos orígenes. De hecho, la distribución agroalimentaria y la internacionalización han sido los dos aspectos fundamentales que han provocado las mejoras estructurales en el sector. La nueva ampliación de la Unión Europea hacia los Países del Este de Europa ha provocado que España haya entrado en una nueva fase en la que las inversiones en el extranjero han crecido enormemente, en los últimos años. La investigación e innovación en los grandes núcleos empresariales del sector no parecen ser una prioridad (Gracia y Albisu, 2005). Actualmente, la industria agroalimentaria tiene gran importancia dentro del entramado productivo nacional, por su aportación a la producción, por el nivel de ocupación y por el número de empresas. La empresa agroalimentaria por lo general, ha tendido a externalizar actividades secundarias y a especializarse, ya que no suele encontrarse integrada verticalmente, por lo que no ha sido viable una organización de la producción coordinada y controlada a efectos de las compras realizadas a proveedores. La comercialización de los productos elaborados por la industria agroalimentaria en España, se ha caracterizado por la falta de integración por tratarse de productos perecederos, estandarizados y de consumo frecuente. El acceso a los mercados internacionales está íntimamente relacionado con el tamaño de la empresa. A medida que una empresa es más grande más posibilidades tiene de realizar transacciones internacionales, de ahí que la actividad comercial con el extranjero no sea muy significativa, debido a la propia estructura de la industria agroalimentaria comentada anteriormente. El tamaño aparece como factor evidente también en la actividad innovadora. El gasto de I+D de las empresas innovadoras se dedica principalmente a generación propia de tecnología, aunque la adquisición de innovaciones externas no es nada despreciable. Los resultados derivados de la inversión tecnológica de las empresas agroalimentarias son peores que la media, al igual que su inversión tecnológica (Fernández Núñez, 2000). Las tendencias de consumo están cambiando drásticamente, debido entre otras cosas a los cambios de actitud alimentaria. Los distribuidores son los que con su escasez informativa, están provocando la divergencia entre las agroindustrias y los consumidores. (Gracia y Albisu, 1999). Las pequeñas y medianas empresas deberían ser conscientes de que un mejor conocimiento del mercado optimizaría la comercialización de los productos y por tanto acercaría a la industria agroalimentaria hacia un mercado más perfecto. De esta forma se podrían erradicar márgenes abusivos, procesos poco productivos y se conseguiría una mayor justicia productiva dentro de la industria. Sería por tanto muy conveniente que las pyme agroalimentarias fuesen perfectas conocedoras de los desarrollos de los mercados para aplicar las herramientas comerciales adecuadas con el fin de crear un mercado mucho más óptimo para productores y consumidores finales. La evolución que viene siguiendo el comercio internacional, va a propiciar en el corto plazo, la entrada de productos procedentes de países en desarrollo, países con mayores volúmenes de recursos naturales y menores costes laborales, con lo cual la entrada de dichos productos se efectuará a precios más competitivos que los domésticos. Así pues, la industria agroalimentaria española necesita diferenciarse a través de inversión en investigación e innovación. Todavía las empresas no están concienciadas de ello, aunque algunas comienzan a apostar por la estrategia de diferenciación a través de diferentes innovaciones, como se expone en el último capítulo del presente artículo. El único camino a seguir para adaptarse oportunamente al contexto del comercio internacional y al actual marco agroalimentario en España, no es otro que el de buscar crear mayor valor añadido a través de una mejora de la calidad, el servicio y el aumento de las exportaciones. La cooperación con empresas extranjeras y la internacionalización de empresas españolas será otro punto a considerar como paso lógico para fortalecer la industria doméstica. 3.2. Cambios en las tendencias de consumo El consumo de la sociedad española está sufriendo grandes cambios cualitativos en los últimos años (la pirámide poblacional, la distribución de sexos, la multiculturalidad, el desempleo, la estructura de los hogares, el grado de formación e información etc.) y todo ello repercute en qué se consume y cómo se consume. Un ejemplo curioso pero no por ello menos significativo, que forma parte de este cambio en las tendencias se trata de los horarios laborales y la mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo. Cada vez resulta más difícil compatibilizar los horarios laborales con el hábito de hacer la compra, por lo que nos encontramos con que aspectos como la proximidad y la comodidad están más valorados incluso que los precios y las ofertas. La oferta y la demanda tratan de bailar de forma armoniosa para satisfacer las necesidades de los consumidores, adaptándose a los nuevos tiempos. De ahí el auge de las estrategias de diferenciación, ya sean en precio o en calidad de producto o servicio, por ejemplo las marcas blancas o los productos de gourmet. Los hábitos de consumo actuales se pueden explicar a través de infinidad de aspectos socioeconómicos. Algunos de ellos son: los efectos de la globalización de las comunicaciones y de la economía en términos de consumo, la mejora y modernización del sistema financiero y económico español en la etapa democrática, así como la propia estructura macroeconómica de nuestro país (PIB por sectores, alto desempleo…), o la educación alimentaria. Respecto a la conciencia alimentaria, debemos señalar cómo los productos agroalimentarios de certificada calidad están de moda gracias al cambio en la percepción de la salud y a las campañas y promociones públicas a favor de una correcta alimentación. Si miramos a nuestro alrededor nos daremos cuenta que cada vez más, estamos rodeados por esta nueva filosofía alimenticia, menús saludables, productos sin azúcar, productos sin gluten, el control de las calorías, dietas etc. y es que parece que el boom del cuidado de la salud está en auge. Lo cierto es que la causa de la actual situación se puede encontrar en las alteraciones patológicas que han ido apareciendo en las últimas décadas tales como el colesterol, las enfermedades cardiovasculares o la obesidad, patologías que implican un alto coste económico y social. El mejor indicador de la conciencia social sobre los aspectos de la alimentación y la salud se puede observar en el hecho de que España está a la cabeza de Europa en cuanto al consumo de frutas y hortalizas, (acercándonos a los 625 gramos recomendados por los agentes sanitarios como la cantidad diaria recomendada). Por todo ello, debemos destacar la importancia que jugará la industria agroalimentaria en el contexto actual y el potencial que el sector posee y que deberá explotar a través de la innovación y la comprensión del mercado y de las nuevas tendencias de consumo. Sin lugar a duda este será el mejor camino para la consolidación del sector agroalimentario español en las próximas décadas (Márquez-Sandoval et al., 2008). Dentro del sector agroalimentario nos encontramos con cambios de tendencias más específicos. De los “Estudios Agro-sociales y Pesqueros, (2003)”, se concluye cómo los cambios en hábitos alimentarios en España han provocado importantes alteraciones en la demanda de productos agroalimentarios. Factores como la alta consideración de la «dieta mediterránea» o la naturaleza del producto fresco están incidiendo en la mayor apreciación de alimentos como las hortalizas frescas. Dichos estudios concluyen que las hortalizas y las frutas frescas tienen un comportamiento de bienes de lujo respecto a los mismos productos transformados. También se deduce un comportamiento de bienes de lujo para algunos de los productos de mayor consumo, como el tomate, el pimiento o la judía verde. Igualmente se demuestra como la sensibilidad del precio ante las variaciones en las cantidades consumidas es menor para productos como el pimiento o la judía verde, a través de las flexibilidades propias no compensadas. Por último, se aprecia una relación de sustitución entre la mayoría de las hortalizas con las flexibilidades cruzadas no compensadas y compensadas (Márquez-Sandoval, 2008). Por otro lado, una consecuencia directa del actual escenario de consumo en España, tanto en la industria agroalimentaria como en cualquier otra actividad sectorial, es la aparición de nuevos canales de distribución, nuevas fórmulas de comunicación, y nuevas técnicas de venta que pretenden satisfacer las necesidades de consumo detectadas. 4. APLICACIÓN PRÁCTICA DE INNOVACIÓN EN EL PRESENTE DEL SECTOR AGROALIMENTARIO El principal propósito del presente artículo, es el de demostrar que en el contexto actual de la industria agroalimentaria española, el uso de la innovación y la innovación social pueden ser las vías más adecuada para la consolidación del sector en el futuro. A continuación presentamos varios casos en los que la innovación en el sector agroalimentario ha derivado en ejemplos de éxito empresarial. 4.1. Alimentos de cuarta gama La cuarta gama abarca los productos vegetales semi-preparados o listos para ser consumidos, que no han sido sometidos a proceso de elaboración alguna, excepto el lavado, troceado y envasado. La caducidad de dichos productos suele estar entre los 7 y 15 días, según producto. El envasado de dichos alimentos se realiza en bandejas o bolsas especiales, tras rigurosos controles de selección y calidad. Los alimentos pueden ser envasados mezclados o no y en diferentes formatos, tamaños, pesos. (Carballo García, 1991) En España los productos de cuarta gama fueron introducidos en los años 80 concretamente en Navarra donde se instaló una fábrica de procesado. Cada vez los alimentos de cuarta gama han ido teniendo más importancia en nuestro país, debido al aumento prolongado de vida humana y al poco tiempo dedicado a la cocina, por lo que cada vez estos productos son más demandados, ya que, ofrecen comodidad, ahorro de tiempo y una presentación saludable. Aunque en España el consumo de este tipo de productos se ha disparado en los últimos diez años, existen mercados como el estadounidense que son más propicios si cabe, para el uso de la cuarta gama. (López-Gálvez y Cantwell, 1996). A pesar de todo, la evolución de la cuarta gama en España ha sido muy notable, y se espera que siga creciendo a un ritmo muy elevado, debido a los factores anteriormente señalados pero también debido a la convergencia cultural entre los países de occidente. Además la cuarta gama comienza a abarcar cada vez más productos y la oferta se diversifica. De ahí las posibilidades de creación de empresas dentro y fuera de España. Un ejemplo de empresa que elabora productos de cuarta gama en España es CAM-Hostelería que surte patatas peladas, cebollas y ajos a colegios y residencias, negocios hosteleros, y grandes multinacionales como Coca-cola o Citroën, Mac-Donalds o Bocatta. 4.2. “Vending” ecológico Otro ejemplo práctico del uso de la innovación en el sector agroalimentario, tiene que ver con la extrapolación comercial que suponen los productos de cuarta gama. Nos referimos a la idea de “vending” de productos ecológicos de cuarta gama. Hasta ahora las empresas de “vending” han apostado por ofrecer productos relacionados con la bollería industrial o los refrescos. Recientemente el concepto de “vending” cambia y aparecen las máquinas de productos ecológicos que ofrece gran variedad de frutas de cuarta gama, a colegios y oficinas. Los cambios de tendencia del consumo y un predominante factor social son las bases de ésta nueva idea y su aplicabilidad comercial. La empresa italiana “Globo Frutta” ofrece una interesante variedad de frutas ecológicas a través del sistema “vending”, manzanas, naranjas, plátanos y todo tipo de fruta que pueda resultar un tentempié ideal. De momento, este tipo de iniciativas son tímidas aunque también hay que decir que dependiendo del país, se aplican con mayor o menor énfasis. Pero seguro que en un corto espacio de tiempo terminarán por extenderse. La creación de empresas que relacionan tecnología, necesidades sociales, atendiendo a las características del mercado actual, serán las grandes triunfadoras en el mercado nacional e internacional. La innovación social, tal cual la entendemos en este artículo, tiene grandes posibilidades de ser el siguiente paso de éste tipo de empresas. 4.3. La apuesta por el sabor del tomate Recientemente varios investigadores han concluido una primera fase de dos años de investigación en la Estación Experimental La Nacla. (Granada), relativa a la mejora de los parámetros determinantes del sabor del tomate. Se han estudiado la evolución según condiciones nutricionales de diferentes variedades de tomate obteniéndose resultados sorprendentes en cuanto al cuidado de los parámetros diferenciales que determinan el sabor de esta hortaliza. (García Lozano, M., Escobar, I., Berenguer, J.J; 2010). La línea de trabajo llevada a cabo por este estudio va encaminada a la obtención de tomates con mejor sabor a partir del control de los azúcares. En la actualidad se está haciendo en el sector un gran esfuerzo para incrementar las producciones, ajustar los costes productivos, disminuir la presencia de residuos químicos y plaguicidas, y hacer atractivas presentaciones del producto, pero son muy pocas las empresas que hoy por hoy están apostando por la calidad gustativa. Por lo general e históricamente, el sector agroalimentario y en concreto el sector tomatero ha concentrado sus esfuerzos en “la envoltura externa” del producto y no tanto “al contenido”. Dichas investigaciones, aunque inicialmente parecieran tener un carácter meramente científico, se están desarrollando además, con objetivos sociales y comerciales, que a través de la innovación social como máximo exponente, y la vinculación de los resultados obtenidos con estrategias sociales conocidas por autoridades públicas y privadas del sector agroalimentario andaluz, pretenden crear un nuevo modelo de producción y distribución en el ámbito nacional e internacional, que favorezcan a los diferentes agentes implicados en los procesos de producción, distribución y consumo. 5. CONCLUSIONES El concepto de innovación en la industria agroalimentaria española se está redefiniendo debido a la madurez que presenta el sector. Hasta hace pocos años la innovación en la empresa agroalimentaria se enfocaba hacia el diseño de infraestructuras tecnológicas y su aplicación para conseguir mejoras de productividad. Actualmente, al concepto de innovación en la industria agroalimentaria de España ha de sumársele la gestión de nuevos procesos y fórmulas productivas, logísticas y comerciales así como el requisito necesario de hacerlo de forma socialmente óptima. “No solo hace falta innovar, sino que hay que innovar en todos los ámbitos de la empresa y encima con responsabilidad”. La sociedad tiende a ser y estar cada vez mejor informada debido a las mejoras de las infraestructuras tecnológicas gracias a lo cual el ser humano tiene más cerca que nunca la posibilidad de adquirir conocimiento. Ésta consecuencia implicará una optimización de la comunicación, y de la transparencia informativa, que provocará un cambio radical en las relaciones humanas y propiciará una evolución de la sociedad, hacia un ser humano más global, social, autónomo, y eficiente. El rigor comunicativo de los agentes, fomenta el incremento de la exigencia del consumidor y lo hace partícipe de la puesta en marcha de las decisiones socioeconómicas. Se abren nuevas vías de distribución y comercialización. La mercadotecnia utiliza nuevas herramientas y fórmulas para alcanzar sus fines. La industria agroalimentaria deberá de subirse al carro del nuevo modelo de distribución y venta y para ello debe reflejarse en las pruebas realizadas con éxito en algunos de los sectores como el financiero o el sector turístico. El sector financiero, es uno de los que más rápidamente está adaptando su oferta a las necesidades de la demanda. En este sentido ya ha desarrollado y sigue desarrollando nuevos canales de distribución y nuevas alternativas de comunicación entre empresa y cliente, como pueden ser el uso de internet, televisión o teléfono móvil. El futuro no coge desprevenidas a las entidades financieras que ya están preparadas para acometer tales retos, colocándose en una posición de liderazgo tecnológico en la industria de los servicios financieros. Otro sector que ha innovado adaptando el servicio de las tecnologías para cuidar las necesidades de los consumidores ha sido el turístico, mediante el uso de canales electrónicos, a través de internet. Definitivamente va siendo hora de que los emprendedores de la industria agroalimentaria se decidan firmemente a innovar en sus canales de distribución y venta, primero por el más que probable aumento de la eficiencia publicitaria y la productividad y segundo porque mejorarán en cuanto a rentabilidad socioeconómica, ya que se podrá cuidar con más precisión la relación social con los agentes implicados. Nos encontramos en la era del consumismo. La era del gran consumo se encuentra en su máximo apogeo y la falta de tiempo y los cambios de tendencia marcan el equilibrio entre oferta y demanda. Es necesario asumir el perfecto conocimiento del mercado para responder de forma ágil y precisa. El sector agroalimentario debe actuar inmediatamente mediante el análisis, y la estrategia empresarial. La biotecnología y la agricultura ecológica siguen apareciendo como máximos exponentes estratégicos del sector. La situación actual del comercio internacional, va a propiciar en el corto plazo, la entrada de productos agroalimentarios procedentes de países en desarrollo, países con mayores volúmenes de recursos naturales y menores costes laborales, con lo cual la entrada de dichos productos se efectuará a precios más competitivos que los domésticos. Así pues, la industria agroalimentaria española necesita diferenciarse a través de inversión en investigación e innovación. El único camino a seguir para adaptarse oportunamente al contexto del comercio internacional y al actual marco agroalimentario en España, no es otro que el de crear mayor valor añadido a través de una mejora de la calidad, el servicio y el aumento de las exportaciones. Las tecnologías disponibles para el sector, las nuevas alternativas de distribución y venta, y el uso de la innovación para conseguir la diferenciación, abre un abanico de posibilidades que la industria debe saber aprovechar. La internacionalización es una de las posibles estrategias a seguir. Trasladar nuestro conocimiento y “know-how” a países donde el contexto permita replicar la evolución de nuestra industria agroalimentaria es una de las posibilidades con mayor potencial. En el actual marco de la industria agroalimentaria donde los agentes implicados (productores, intermediarios, distribuidores, y consumidores finales), tienen un gran margen de mejora a nivel económico y social, cabe destacar el uso de la innovación social como método para conseguir el éxito empresarial. El papel de los diferentes agentes así como sus responsabilidades y deberes están sometidos a un proceso de profundo cambio en el cual, la responsabilidad social va a resultar un componente determinante. BIBLIOGRAFÍA: ABOITES MANRIQUE, G., MARTÍNEZ GÓMEZ, F., TORRES GONZÁLEZ, G., La globalización de la agricultura vista desde la construcción del discurso, Foro Internacional, 172, Madrid, 2003, pags. 429-441. ALBISU, L. 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