Untitled - Insumisos

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l mediodía del 31 de diciembre de 1999 y al amanecer
del 1 de enero de 2000, bajo la égida de los Tratados
Torrijos-Carter, nuestro país se iluminó con la cristalización
de las aspiraciones nacionales plasmadas en la efectiva
soberanía y jurisdicción de la República de Panamá sobre
todo su territorio, así como en el absoluto control del Canal,
en la recuperación de nuestros puertos en ambos océanos y
en el pleno disfrute de nuestra posición geográfica.
A nadie es capa q ue las r eivin dicac iones logra das
comprometen al Ejecutivo Nacional y a la Autoridad del
Canal (ACP) a imprimirle la prioridad que le corresponde a
la función que tiene el Canal de contribuir al desarrollo
socioeconómico del país y de los 3 millones de panameños
que mantienen vivas las esperanzas, las ilusiones y las
convicciones que alimentaron tras largos años de luchas
generacionales.
He abogado y sigo abogando por un gran proyecto nacional
que debe ser el resultado de la consulta, de la concertación y
de la coordinación del gobierno, incluida como ente
gubernamental la Autoridad del Canal (ACP), la empresa
privada y todos los sectores de la sociedad en un ejercicio de
Democracia Participativa, realmente incluyente. Un
proyecto nacional, impulsado por la armónica colaboración
del sector público y del sector privado, que abarque la
integración del Canal Interoceánico, de los puertos, los
aeropuertos, los ferrocarriles, las carreteras transístmicas,
los oleoductos y las comunicaciones terrestres, marítimas y
aéreas en todo el territorio nacional, será la vitrina que
mostrará al mundo el emporio de riquezas concentrado en el
Istmo panameño.
Panamá es un país con una importancia en el mundo que
tiene más relación con su posición geográfica, con su
situación de enlace, que con su tamaño, su población y sus
recursos naturales. Quienes ejercen el liderazgo nacional
deben responder a la necesidad de impulsar la idea de que
Panamá cada vez está mejor preparada para cumplir con su
papel en un mundo globalizado y que esa preparación no
puede quedar a merced de improvisaciones o de un
complejo de minusvalía, o de una pasividad cómplice ante
acontecimientos externos que pudieran ser lesivos al interés
nacional.
El anuncio hecho hace unos días por el Presidente Martín
Torrijos en la ceremonia de inauguración de Expocomer
2006, en cuanto a que la decisión final sobre el proyecto de
ampliación del Canal de Panamá se tomará en los próximos
meses, es una coyuntura de oro para definir y realizar el
Gran Proyecto de Desarrollo Nacional pendiente de
realización, destacándose por primer vez en la historia
republicana que somos los panameños y no los extranjeros
quienes tomamos las decisiones sobre el presente y el
futuro de la vía canalera.
La posición geográfica de Panamá, corazón de la ruta
interoceánica llamada “La Llave de los Mundos”, por el
Obispo Berlanga, es el mejor activo que tiene el país para su
desarrollo económico y social. Desde esta perspectiva
reconocemos que nadie tendría razones para oponerse a la
ampliación del Canal, si es que ésta se realiza en armonía
con el Interés Nacional y democráticamente, superando
morbosos secretismos, con transparencia y con genuina
conciencia panameña, en que prevalezca el interés nacional
sobre toda especulación mercantilista o interés subalterno.
Otra sería la cruda reacción de rechazo de la ciudadanía si la
ACP, el Órgano Ejecutivo y la Asamblea Legislativa,
accediendo a las presiones de sectores financieros o de
intereses creados, adoptaran una fórmula exclusivista para
la expansión del Canal, basándose en conclusiones ajenas al
interés nacional, extraídas de estudios que no se han dado a
conocer o que serán tardíamente divulgados, los cuales por
carecer del análisis y la evaluación técnica de fuentes
independientes, da lugar a considerar que para la salud del
país es inaplazable realizar ahora un debate nacional
alrededor de la encuesta que se deriva de la determinación
sobre lo que es más conveniente: si hacer una cuantiosa
inversión de varios miles de millones de dólares en la
construcción de un tercer juego de esclusas tipo postpanamax o desarrollar una genuina estrategia marítima
centrada en el funcionamiento bajo la administración de la
ACP de un Canal panameño conjuntamente con un
megapuerto también panameño, al estilo de el Puerto de las
Américas, cuyo costo estaría entre los 600 u 800 millones
de dólares, en contraste con los 6,000 millones de dólares
que según se publicita es el monto de la inversión que
requeriría la supuesta ampliación a post-panamax.
En el Informe que se entrega en esta fecha a la opinión
pública con elementos de juicio “Acerca de Nuestro Canal y
Nuestro Megapuerto. Los usos alternativos del Excedente
Canalero”, dirigido al doble propósito de promover un
desarrollo nacional nuestro ahora y a presentar el posible
marco de un debate a fondo sobre la realización de un gran
proyecto nacional, se desea destacar lo que se considera una
más adecuada utilización del Excedente Canalero en
beneficio de las grandes mayorías nacionales. Se hace
presente que para darle un contenido y asidero real a
determinadas reflexiones, se utiliza la cifra referencial de
B/.6,000.00 Millones. Mencionada por fuentes de la ACP y
del Ejecutivo como el costo estimado del 3er Juego de
Esclusas, Post-Panamax cuyo rechazo se impone por no
ser necesario, ni conveniente, ni justificado. Como se
resalta en el presente Informe, se pone de manifiesto que con
recursos provenientes de Nuestro Excedente Canalero,
que se propone no usarse en la construcción de un tercer
juego de esclusas Post-Panamax, que se dice tomaría 10
años, en ese mismo período de 10 años podemos:
- Construir 1,000 escuelas primarias en 10 años.
- Construir 200 colegios de educación media.
- Financiar los 6,000 maestros y los 7,000 profesores que se
requerirían en dichas escuelas primarias y colegios de
educación media.
- En 10 años reparar todas las escuelas y todos los colegios
del país y brindar mantenimiento a los nuevos centros
educativos que se construirían.
- Dotar a todas y cada una de las aulas de clase de
computadoras y servicios de Internet en todo el país
incluyendo su reposición cada cinco años y considerando
el aumento de aulas programadas en la década del
desarrollo nacional nuestro ahora.
- Equipar desde el primer año las casi 25,000 aulas de clases
existentes hoy y en 10 años las 33,000 aulas que existirían
entonces.
- Construir 80 acueductos rurales por año (800 en 10 años)
para que todos los corregimientos del país dispongan de
agua potable.
- Dotar de un sistema de riego rural a 100 comunidades por
año (1,000 al cabo de 10 años), para mejorar los sistemas
de producción de pequeños y medianos productores.
- Otorgar 50,000 pequeños créditos de B/.5,000.00 cada
uno a microempresarios calificados.
- Fortalecer la seguridad ciudadana contratando 3,000
nuevos policías y agentes civiles para custodiar las
cárce les, pagán doles mejor es salar ios (B/.5 00.00
mensuales).
- En 10 años contratar 500 nuevos jueces y funcionarios
judiciales debidamente formados para reducir la mora
judicial, enseriar el sistema de justicia y cautelar el
cumpli miento estric to de los derech os humano s,
económico y sociales de todos los ciudadanos.
- Construir 100 nuevos Centros de Salud (10 centros por
año cada distrito cuente con al menos uno).
- Contratar 500 nuevos médicos y 1000 nuevas enfermeras,
técnicos y personal.
Estos que son algunos de los usos alternativos del
Excedente Canalero para inaugurar una histórica Década
de Desarrollo Nacional Nuestro Ahora que garantice
efectivamente los DERECHOS ECONOMICOS Y
SOCIALES de todos nuestros ciudadanos. Ello requeriría
una inversión total de B/.1,678.00 Millones, vale decir
alrededor de un 30 % de los B/.6,000 Millones estimados
para la construcción del 3er. Juego Esclusas Post-Panamax.
El Megapuerto-Puerto de las Américas puede ser objeto
de construcción sin dudas con nuestro Excedente
Canalero, tal como fue previsto en el Plan de
Modernización del Canal y que nos permitiría, entonces sí,
aprovechar la llegada de algunos buques post-panamax no
para transitar el Canal sino para descargar en nuestro
Terminal y permitirnos avanzar mejor hacia la conversión
de nuestra zona de tránsito en un centro de trasbordo
intermodal que le deje a nuestro país, a nuestra ACP, a
nuestro Estado ingresos para nuestro desarrollo.
EL financiamiento de la construcción del megapuerto
panameño del pacífico occidental es factible con recursos
propios tomando en consideración que es alentador el
hecho de que en cinco años de administración panameña se
ha culminado la casi totalidad del programa de
modernización del Canal, invirtiendo más de B/.1,300
millones con recursos propios, aportándole además en el
mismo período al Tesoro Nacional más de B/.2,139
millones.
Desde la firma de los Tratados Torrijos-Carter el 7
Septiembre de 1977 las actuales generaciones han
acariciado la idea de conformar el proyecto nacional que
involucre a todos una experiencia de aspiración compartida,
de un futuro superior, en virtud de las posibilidades que
ofrece nuestra posición geográfica y dentro del ámbito de su
aprovechamiento, el Canal, como bien patrimonial
colectivo e inalienable de la nación panameña. Los
gobiernos que se han sucedido no han logrado darle el
impulso necesario a la realización de esa idea. Como
intérprete de esa idea, comparto con otros distinguidos
compatriotas una seria preocupación por el manejo que se le
viene dando al tema de la modernización y ampliación de la
vía interoceánica.
En aras de la ponderada realización de un debate nacional
que debe ser amplio, con acceso equilibrado a todos los
medios de difusión y que responda a los mejores intereses de
la nación panameña, sus autores someten a la ciudadanía y a
la opinión pública nacional e internacional el Informe
“Acerca de Nuestro Canal y Nuestro Megapuerto - Por
un Desarrollo Nacional Nuestro Ahora!”.
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