Editorial Revista - Centro Universitário São Camilo - 2011;5(1):7-9 ¡Revoluciones científicas y necesidad de ética!a Más que una época de cambios, vivimos un cambio de época. Un factor decisivo para eses nuevos tiempos ha sido el desarrollo de la ciencia y, a continuación, de la tecnología – tecnociencia –, que presenta como un de sus productos la biotecnología, y esta intenta revolucionar el mundo de la vida y de la economía en este comienzo del siglo XXI. Galileu (siglo XVI) es un de los nombres importantes respecto al surgimiento de las ciencias. Más allá de descubrimientos e invenciones científicas, su posición delante de los fenómenos de la naturaleza es obtener saberes de promedio la experimentación y el uso de la razón. Nacen así las llamadas ciencias experimentales, que han sido el origen de las otras ramas de la ciencia. Con Galileu, Descartes, Bacon, consolidase el método científico e las ciencias experimentales. En los siglos XVIII y XIX, tuvimos la 1ª Revolución científica unida a la primera revolución industrial. Hubo en el siglo XX un avance tan significativo de las ciencias que podríamos bosquejar la ocurrencia de “seis grandes revoluciones científicas” en un único siglo. En la mitad del siglo XX ocurre la “Revolución atómica”, que nos lega la medicina nuclear, los radioisótopos, la energía nuclear y, de otra parte, la catástrofe y el tenebroso tormento de la bomba atómica. A mediados del siglo XX, con el descubrimiento de la doble hélice del DNA (Watson & Crick, 1953), se inicia la Revolución molecular, que cambia radicalmente nuestro conocimiento de la biología. Vivimos hoy en día el apogeo de esa revolución cuando nos ocupamos de la ingeniería genética, la terapia génica, la clonación, las células troncales, la reproducción asistida, la biotecnología y la biología sintética. En la segunda mitad del siglo XX han ocurrido más dos revoluciones: la “Revolución espacial”, el ser humano salió del planeta y conquistó el espacio sideral (evento simbólico e histórico Neil Armstrong caminando en la luna el año 1969 (el Proyecto Apolo de la NASA) y la “Revolución de las Comunicaciones”, cuyo emblema es la Internet (mundo on line), al lado del ordenador (los primeros ordenadores datan de 1981). A finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI, ha comenzado la “Revolución Nanotecnológica”, creando un nuevo espacio y campo en el conocimiento y en la aplicación de la materia con importantes repercusiones en la ingeniería de materiales y, en especial, en el ámbito de la medicina. Junto a esas cinco revoluciones, ya bien bosquejadas, surge una sexta revolución en este inicio de siglo, resultado de la incorporación mutua de las cinco Revoluciones relacionadas entre si. Inspirándonos en Potter, que ha creado el neologismo “bioética” como una respuesta a su angustia personal, podemos decir que esas revoluciones científicas necesitan ética. Podríamos así ocuparnos de la preocupación ética de la Revolución de las Comunicaciones, por medio de la llamada “internética o ciberética”; para la Revolución Espacial, a “Sideroética”; para la Revolución de Nanotecnología, la “nanoética” (sin el sentido diminutivo); para las neurociencias en franca expansión, tenemos la “neuroética”; e para la sexta Revolución, que por ahora podemos nombrar “panepistemoética”, o mejor, “sophoética” o “eticosophia” (Sophia como saber y el saber como sabiduría de los griegos). Eses neologismos comprueban la necesidad de ética en el meollo específico de cada una de esas nuevas áreas del conocimiento científico. Tratase sin duda de un importante motivo de esperanza para la humanidad al apuntar el camino de los valores éticos y humanos para orientar todo el emprendimiento científico. Añadindose a esas revoluciones el presente reto de la globalización económica, necesitamos también de una “ética en la economía”, atentos a no caer en la tentación de ser cínicos, como decía Oscar Wilde, de “saber el precio de todo y el valor de nada” (Oscar Wilde). Manifestamos ahora nuestros agradecimientos a todos los colaboradores por la importante aportación en la profundización de cuestiones bioéticas teniendo en vista la construcción de una sociedad más digna, democrática y humana. Leo Pessini* William Saad Hossne** Editores Jefe a. Este testo se basa en el capitulo “A cerca de las incertezas”, del libro “Bioética en tiempo de incertezas”. São Paulo: Loyola / Centro Universitário São Camilo; 2010. * Doctor en Teología/Bioética. Ha hecho estudios en Educación Pastoral Clínica y Bioética en el Centro Médico St Luke’s Medical Center. Profesor del Programa Stricto sensu en Bioética (Maestria y Doctorado) del Centro Universitario São Camilo, São Paulo. E-mail: pessini@saocamilo-sp.br ** Médico e investigador. Profesor honorario de la Universidad Estadual de São Paulo – UNESP, Botucatu, Escuela de Medicina. Miembro de la Comisión Nacional de Ética en Investigación – CONEP. Miembro del Comité Internacional de Bioética – UNESCO. Coordinador del Programa Stricto sensu en Bioética (Maestria y Doctorado) del Centro Universitario São Camilo, São Paulo. E-mail: secretariamestrado@saocamilo-sp.br 9