Te alabamos Señor. - Para que el Papa, los obispos, presbıt́eros y diá conos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados. Oremos. - Para que la paz que Jesucristo concedió a los discı́pulos el dı́a de la Resurrecció n arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras. Oremos. - Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza. Oremos. - Para que Dios derrame en las familias cristianas el espı́ r itu de piedad y de generosidad, de manera que germinen abundantes vocaciones para toda la Iglesia. Oremos. Dios nuestro, fuente de gozo y de paz, que has concedido a tu Hijo el poder y la realeza sobre los hombres; escucha nuestra oración y sostenos con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de Jesús, nuestro Pastor, que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén. 3 Liturgia Eucarística M onición de ofertorio: Ha llegado el momento de presentar en el altar de Dios las especies del pan y del vino, que por su amor de Padre nos dan vida eterna. Cantemos. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS: Suba hasta ti, Señ or, nuestra oració n, acompañ ada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señ or. Amé n. 4 Rito de Comunión M onición de comunión: Con un corazón contrito de sabernos hijos de Dios, dispongámonos a recibir a Aquel que resucito por nosotros y que siempre está con nosotros. Explícanos las Escrituras mientras nos partes el Pan. VI DOMINGO DE PASCUA ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN: Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrecció n de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvació n. Por Jesucristo, nuestro Señ or. M onición de salida: Después de haber celebrado este misterio de amor, vayamos con alegría anunciar a Cristo que vive en medio de nosotros. Año de la Misericordia. Haz oración con la Palabra de Dios: Aprovecha tu hoja dominical y escoge cualquiera de las lecturas o el salmo. Sigue los siguientes pasos: 1) Lee atentamente el texto y pregú ntate ¿Qué dice? 2) Vuelvelo a leer y preguntate ¿Qué me dice Dios en su Palabra? 3) Qué le dirías tú como respuesta a su Palabra. 4) Preguntale ¿Qué conversión de vida, de mente de corazón te pide el Señor? ¿Qué debe cambiar en tu vida? Ánimo tu puedes. Seminario de la Diócesis de Atlacomulco A.R., Tel. 712 12 4 64 11, www.diocesisdeatlacomulco.org Animación dominical/ Ciclo C/ 01 de mayo de 2016. Año V. N° 23. 1 Ritos iniciales 2 Liturgia de la Palabra M M SALUDO: El Señ or que nos llama a seguirlo, este con todos ustedes. PRIMERA LECTURA: Del libro de los Hechos de los Apóstoles. (15, 1-2, 22-29) onición de Entrada: Bienvenidos hermanos a celebrar el misterio salvífico de Dios que por medio de su Hijo amado nos ha dado, entonemos el canto de entrada. ACTO PENITENCIAL: El seguimiento del Señ or se realiza por medio de la conversió n y arrepentimiento de nuestros pecados, pidamos perdó n. - Tú que mandaste a los profetas para anunciar el mensaje de salvació n. Señ or ten piedad. - Tú que nos invitas a no tener apegos materiales. Cristo ten piedad. - Tú que nos llamas a seguirte. Señ or ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA: Dios todopoderoso, concé denos continuar celebrando con incansable amor estos dıás de tanta alegrı́ a en honor del Señ or resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras. Por Jesucristo, tu Hijo… onición: El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. Escuchemos con atención. En aquellos dı́ a s, vinieron de Judea a Antioquıá algunos discıp ́ ulos y se pusieron a enseñ ar a los hermanos que si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisé s, no podrıán salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusió n con Pablo y Bernabé ; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos má s fueran a Jerusalé n para tratar el asunto con los apó stoles y los presbıt́eros. Los Apó stoles y los presbıt́eros, de acuerdo con toda la comunidad cristiana, juzgaron oportuno elegir a algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquıá con Pablo y Bernabé . Los elegidos fueron: Judas (llamado Barsabá s) y Silas, varones prominentes en la comunidad. A ellos les entregaron una carta que decıá: "Nosotros, los Apó stoles y los presbıt́eros, hermanos suyos, saludamos a los hermanos de Antioquıá, Siria y Cilicia, convertidos del paganismo. Enterados de que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, los han alarmado e inquietado a ustedes con sus palabras, hemos decidido de comú n acuerdo elegir a dos varones y enviá rselos, en compañ ıá de nuestros amados hermanos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a la causa de nuestro Señ or Jesucristo. Les enviamos, pues, a Judas y a Silas, quienes les trasmitirá n, de viva voz, lo siguiente: “El Espıŕitu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles má s cargas que las estrictamente necesarias. A saber: que se abstengan de la fornicació n y de comer lo inmolado a los ı́ d o l o s , l a s a n g r e y l o s a n i m a l e s estrangulados. Si se apartan de esas cosas, hará n bien”. Los saludamos. Palabra de Dios. A: Te alabamos, Señor. SALMO RESPONSORIAL: Del salmo 66 . R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya. Te n p i e d a d d e n o s o t r o s y bendı́ c enos; vuelve, Señ or, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R. - Las naciones con jú bilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R. - Que te alaben, Señ or, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R. SEGUNDA LECTURA: Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan. (21, 10-14. 22-23) Un á ngel me transportó en espıŕitu a una montañ a elevada, y me mostró a Jerusalé n, la ciudad santa, que descendı́ a del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino. Tenıá una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce á ngeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apó stoles del Cordero. No vi ningú n templo en la ciudad, porque el Señ or Dios todopoderoso y el Cordero son el templo. No necesita la luz del sol o de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera. Palabra de Dios. A: Te alabamos, Señor. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO: Jn 14,23 R. Aleluya, Aleluya. El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señ or; y mi Padre lo amará y vendremos a é l. R. Aleluya. + EVANGELIO: Del santo Evangelio según san Juan. (14, 23-29) R: Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesú s dijo a sus discıp ́ ulos: “El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a é l y haremos en é l nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. La palabra que está n oyendo no es mıá, sino del Padre, que me envió . Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Pará clito, el Espıŕitu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñ ará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho. La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oıd ́ o decir: "Me voy, pero volveré a su lado". Si me amaran, se alegrarıán de que me vaya al Padre, porque el Padre es má s que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean. Palabra del Señor. A: Gloria a ti, Señor Jesús. Puntos de meditación - Jesú s se está despidiendo de sus discıp ́ ulos. Todos saben que está n viviendo las ú ltimas horas con su Maestro. ¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quié n acudirá n? ¿Quié n los defenderá ? Jesú s quiere infundirles á nimo descubrié ndoles sus ú ltimos deseos. - Que no se pierda mi Mensaje. Es el primer deseo de Jesú s. Que no se olvide su Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de Dios” del que les ha hablado tanto. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar: “el que me ama, guardará mi palabra...el que no me ama, no la guardará ”. - Despué s de veinte siglos, ¿qué hemos hecho del Evangelio de Jesú s? ¿Lo guardamos fielmente o lo estamos manipulando desde nuestros propios intereses? ¿Lo acogemos en nuestro corazó n o lo vamos olvidando? ¿Lo presentamos con autenticidad o lo ocultamos con nuestras doctrinas? - El Padre les enviará en mi nombre un Defensor. Jesú s no quiere que se queden hué rfanos. El Padre les enviará el Espıŕitu Santo que los defenderá de riesgo de desviarse de é l. Este Espıŕitu que han captado en é l, enviá ndolo hacia los pobres, los impulsará tambié n a ellos en la misma direcció n. - El Espıŕitu les “enseñ ará ” a comprender mejor todo lo que les ha enseñ ado. Les ayudará a profundizar cada vez má s su Buena Noticia. - Despué s de veinte siglos, ¿qué espıŕitu reina entre los cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espı́ritu de Jesú s? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Vivimos atentos a los que sufren? ¿Hacia dó nde nos impulsa hoy su aliento renovador? - Os doy mi paz. Jesú s quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en é l, fruto de su unió n ın ́ tima con el Padre. Les regala su paz. No es como la que les puede ofrecer el mundo. Es diferente. Nacerá en su corazó n si acogen el Espıŕitu de Jesú s. - Esa es la paz que han de contagiar siempre que lleguen a un lugar. Lo primero que difundirá n al anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un mundo má s sano y justo. Nunca han de perder esa paz. Jesú s insiste: “Que no tiemble vuestro corazó n ni se acobarde”. - Despué s de veinte siglos, ¿por qué nos paraliza el miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad moderna? Hay mucha gente que tiene hambre de Jesú s. PROFESIÓN DE FE: - ¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?: Sí, creo. - ¿Creen en Jesucristo, su ú nico Hijo, nuestro Señ or, que nació de la Virgen Marıá, padeció y fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?: Sí, creo. - ¿Creen en el Espıŕitu Santo, la santa Iglesia cató lica, la comunió n de los santos, el perdó n de los pecados, la resurrecció n de la carne y la Vida eterna?: Sí, creo. Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo nuestro Señor. Amén. ORACIÓN UNIVERSAL: L eva n te m o s , q u e r i d o s h e r m a n o s , nuestros ojos a Cristo resucitado, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos con toda confianza las necesidades de los hombres. Digámosle: